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“Reforma Es Combatir La Postergación”

5 de Abril
Postergar significa: poner atrás, poner en cola o
poner en fila hacia atrás. También significa
responder a un sistema de valores que opera dentro
de cada persona, de cada familia y de cada
institución diseñada por Dios.
Postergar no es ni bueno ni malo, solo hay que ver
qué se posterga, qué es lo que se deja para después,
qué es lo que se deja para mañana.
Nosotros no podemos hacer todo a la misma vez,
funcionamos por sistemas de valores que están
implantados dentro de nuestro sistema pensante.
Para mantenernos sanos mental y físicamente todos
tenemos en nuestra estructura de pensamientos un
sistema de postergación o de ubicación de
prioridades, si no fuera así, sería imposible que nos
mantuviéramos sanos mental, física y
espiritualmente.
Nuestra vida es el resultado de lo que nosotros
creemos que va primero.
Qué va primero en nuestras vidas, no es algo que
tenemos que explicar, lo que va primero en nuestra
vida es el reflejo de lo que es nuestra vida.
Nuestra vida es en lo espiritual, en lo económico y
en lo familiar, lo que para nosotros es importante.
Esto es maravilloso porque esto nos libera de buscar
responsables de nuestra propia vida en terceras
personas, que es la gran infección de esta sociedad.
Cuando el Señor Jesucristo predicó el mensaje del
Reino Él no dijo: busquen ser santos, busquen ser
buena gente, si no que Él dijo: Buscad primeramente
el reino de Dios y su justicia, y todo lo demás vendrá
por añadidura.
Si podemos entender qué es lo que va primero en los
grandes asuntos de la vida, entonces nuestra vida va
a reflejar esos resultados.
Decir que Dios es lo primero en nuestra vida es
maravilloso, mostrar que Dios no va primero en
nuestra vida es una tragedia. Se le llama religión a
tener hermosas expresiones que no se manifiestan en
la vida práctica. Legalismo es estar llenos de leyes
que ni siquiera nosotros mismos podemos vivir y
experimentar porque no nos funciona este principio
de prioridades y de postergación.
Con eso en mente es que queremos aclarar algunos
cambios con lo que llamábamos Altar Familiar y que
ahora le hemos denominado “IGLESIA EN EL
HOGAR”.
Cuando vamos leyendo las escrituras, es como que
altar nos da la idea de un punto, por ejemplo:
tenemos el altar el martes a las 17:00 de la tarde y
como ya hemos combatido mucho con estas frases,
que después las terminamos creyendo, creemos que
cambiar el vocabulario es una buena manera de
presentar un cambio práctico en nuestras vidas.
Cuando nos reunimos en familia con esta dinámica
de “Iglesia en el hogar”, la idea no es solamente
ponernos a repasar el mensaje que se predicó el fin
de semana, sino de qué manera la palabra está
afectando la vida de cada uno de los integrantes de
la familia. Porque las familias modelan de manera
diferente y estar presentando una estructura rígida es
una pérdida de tiempo.
Entonces cuando nos llegue el bosquejo de la Iglesia
en el Hogar y ya no nos llegue como Altar Familiar
no nos hagamos un rollo teológico, es sencillamente
porque creemos que mientras el altar familiar nos
une en un horario puntual, la iglesia en el hogar tiene
que ver con una dinámica que encierre las 24 horas
del día y todos los días del año.
Los padres debemos asumir la responsabilidad en la
educación de nuestros hijos, pero es muy difícil
encontrar una generación que esté dispuesta a esto.
Vamos a emplear una palabra que nos puede
provocar en principio un shock pero puede ser
sanadora al final, y aunque no lo creamos en las
familias de los Hijos de Dios hay mucho ocio, y
algunos podrán decir: que contradicción, porque yo
estoy a full todo el día.
Ocio o pereza no es falta de actividad, pereza
también es en términos bíblicos, estar haciendo
aquello para lo que Dios no nos diseñó, podemos ser
perezosamente activos, pudiéramos estar estresados
por pereza, pero esto no es que estemos todo el día
en la casa rascándonos, sino que es estar llenos de
actividades que Dios no nos mandó hacer.
Es tremendo el estrés, los nervios y todo lo que pasa
en la vida solo por estar ocupadísimo todo el día
pero fuera del Diseño para el cual Dios nos ha
creado y nos ha hecho desde antes de la fundación
del mundo.
Es como cuando vemos familias en la iglesia que
están yendo de un lado para el otro, que van a full,
pero no hacen nada diferente que aquellos que hacen
otros que no les ha sido revelado el evangelio.
En estos días se está hablando de traer el ministerio
de la educación al hogar, lo que se llama Home
School, y que seguramente va a tener una sola contra
que no es que si es lindo o no, que si estamos de
acuerdo o no, sino que nadie quiere asumir la
responsabilidad de hacerlo.
Desde hace varios años que ya existía el
pensamiento de que a nuestros hijos no los podían
tomar los incrédulos, y se llevaba la educación
primaria a la familia, donde alguno de los padres o
los hermanos mayores eran los maestros en las casas
de la familia.
Esto no es un asunto de que si nosotros estamos de
acuerdo o no, si vamos a dejar de mandar a nuestros
hijos a la escuela, nosotros no estamos hablando de
eso, estamos hablando de la implantación de un
espíritu, porque no nos podemos resistir a pensar que
lo mejor que nos puede pasar como familia y como
iglesia es entender que la iglesia comienza en el
hogar. Si discutimos esto podemos llegar a dudar de
que haya gente nacida de nuevo, y ya nuestro
planteamiento no es diferencia de pensamiento, es
diferencia de naturaleza.
La postergación de algunas cosas es lo que después
se paga caro cuando pasa el tiempo, y el punto de lo
que es la iglesia en el hogar y porqué hemos
cambiado, es porque Dios nos está revelando más.
Debemos saber que una revelación tiene algo en
contra, que es que Dios deja de aprobar lo que
aprobaba ayer.
Una revelación es un levantar del estándar de lo que
Dios aprueba, o sea, Dios no puede estar aprobando
una verdad que ya la hizo emigrar a algo mayor.
Usted puede decir: pero yo antes oraba a las cuatro
de la mañana y el Señor me respondía, pero
debemos entender que el estándar de esa revelación
cuando usted se levantaba a las cuatro de la mañana
era: que Dios iba a respaldar a los que se levantaban
a la cuatro de la mañana a orar.
Pero si el Señor por el espíritu nos revela que
nosotros no somos personas que fuimos llamados a
orar a las cuatros de la mañana, si no que fuimos
personas llamadas a orar las 24 horas del día. Y
cuando esa palabra se revela a nuestro espíritu lo que
cambia es la manera en que Dios nos califica, y no
porque lo otro dejó de ser, sino porque fue mejorada
la versión.
Nosotros le llamamos revelación a los nuevos
recursos que Dios nos va dando en el espíritu para
producir nuestro propósito en el tiempo que nos toca
vivir en la tierra.
Por eso hay personas que dicen por qué si antes me
funcionaba ahora no, porque Dios levantó los
niveles de aprobación, así de simple, y así es en
todos los órdenes de la vida. Y Dios ha seguido
hablando, el tema es si nosotros estuvimos o no
congregados. Dios no está comprometido a que
estemos congregados, porque Dios piensa que
nosotros estamos congregados, a Dios ni se le ocurre
pensar que nosotros no vamos a venir un día a
congregarse con los santos.
Dios ni piensa que a nosotros se nos va a ocurrir no
estar, Dios no está pensando en este mismo
momento lo que nosotros podemos estar pensando:
“Y, vamos a ver…”, esto no se trata de vamos a ver,
se trata de no postergar.
Transmitir el espíritu de que la familia es la trompa
de Falopio y el útero adonde se inicia la iglesia no es
un slogan. Tenemos todo el nuevo testamento que
nos habla en parte del nuevo pacto, no de cómo Dios
hace nacer a la iglesia, sino como ésta se manifiesta.
Para nosotros nacer es partir de cero, pero para Dios
nacer es manifestar algo que ya era.
* Nosotros fuimos formados en el vientre de nuestra
madre, pero nosotros no nos iniciamos allí, nosotros
nos iniciamos en la eternidad, nada más que cuando
nacimos, nosotros nos manifestamos en una familia
a través de una mujer.
* Es impropio decir Cristo nació de la virgen María,
lo que nació de la virgen María es la forma de
hombre de algo que ya era existente en la eternidad.
* Está mal dicho que la iglesia nació en pentecostés,
que la iglesia nació en Jerusalén, lo que nació en
Jerusalén fue la manifestación física de la iglesia,
pero la iglesia era el misterio escondido por Dios
desde antes de la fundación del mundo.
* Dios no fue creando nada más, de lo que creó
antes de que el primer hombre fue creado, por eso
reposó. No nos podemos imaginar a Dios reposando
y dejando cosas en el tintero.
* Cuando la biblia dice que Dios reposó, es porque
nosotros ya estábamos creados, Dios reposó porque
Cristo ya había ido a la cruz antes de que las cosas
fueran creadas.
Dice la biblia: Que Cristo fue inmolado desde antes
de la fundación del mundo.
1° PEDRO 1:18-21 “sabiendo que fuisteis
rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual
recibisteis de vuestros padres, no con cosas
corruptibles, como oro o plata, 19 sino con la sangre
preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y
sin contaminación, 20 ya destinado desde antes de la
fundación del mundo, pero manifestado en los
postreros tiempos por amor de vosotros, 21 y
mediante el cual creéis en Dios, quien le resucitó de
los muertos y le ha dado gloria, para que vuestra fe y
esperanza sean en Dios”.
La idea de que Dios tiene que hacer cosas en este
tiempo, es una idea romana pero no de la vida del
espíritu. Debemos entender que en la vida del
espíritu el Señor reposó y desde allí no le quedó más
nada por hacer, lo único que tiene que hacer es
esperar los tiempos y los procesos humanos para que
aquello que ya fue creado se manifieste en el mundo
de lo natural.
Tenemos que saber algo: Dios no quiere hacer nada
con nosotros porque ya lo hizo todo, Él solo espera
que nuestros pensamientos y naturaleza sean
sujetadas a la naturaleza y pensamientos de Dios
para manifestar aquello que ya fue creado, que ya
fue diseñado.
La buena nueva del evangelio es que todo el mundo
ya está salvo pero no lo saben, y que todos nosotros
somos prósperos pero seguimos viviendo como si no
lo supiéramos.
Volviendo al tema de la enseñanza en la casa, hace
varios años ya había este nivel de pensamiento
donde se decía que los impíos no debían tocar a
nuestros hijos; luego vino otra corriente de
pensamiento que no había que enviar los hijos a la
escuela porque eso es del mundo, y esto fue
habilidad de las tinieblas, que cuando el nuevo pacto
no está revelado en la mente humana, el legalismo y
todo el espíritu leguleyo ataca. La cuestión es cómo
no se le va a ocurrir al diablo y a las tinieblas poner
tropiezo a un papá y a una mamá que quieren por el
espíritu saber más que su maestra.
Lo que pasa es que las generaciones van repitiendo
clásicas formas de pensar, todos los maestros no son
malos, pero no podemos negar que la gente que
enseña hoy a nuestros hijos, en muchos casos es
gente perversa, los niños están en la iglesia dos
horas enseñándoles, pero después cuántas horas
están en las manos de un impío, de un incrédulo, de
un ateo, del que practica el budismo, y encima que
los chicos nuestros son sensibles, sencillos, van,
comen, tocan, es como que este cáncer que le ha
dado a la sociedad, nosotros lo hemos tomado como
si fuera una fiebre, pero hay que llamar a las cosas
por su nombre.
Si vamos a ver una reforma hay que reformar
nuestro sistema de prioridad y de postergación.
Debemos entender que hay ocio en la familia, y es
ocio familiar todo lo que se hace en una casa y que
se hace igual en una casa que no sea cristiana, el
hecho de que trabajemos diez horas no nos habla de
nada, hay gente que trabaja quince horas y encima
no tiene al Señor y prospera.
Algunos dicen: “Es que yo en mi casa tengo que
llevar los chicos a la escuela, ando a full”, pero
todos los hogares del mundo andan a full, por lo
tanto eso no cuenta a la hora de hablar de reforma o
de vida cristiana.
Las palabras: reforma, reformar y mantenernos
reformando, no las inventó ningún predicador actual.
Lutero dijo: “reformar y siempre reformando” esa
era la máxima, eso tiene cientos de años, la palabra
reforma no es una palabra nueva.
La verdad presente no es algo que salió ahora, puede
haber salido ahora a los oídos de algunos, pero
verdad presente es algo que Pedro dijo.
2° PEDRO 1:12 “Por esto, yo no dejaré de
recordaros siempre estas cosas, aunque vosotros las
sepáis, y estéis confirmados en la verdad presente”.
Pedro habla acerca de la necesidad de entender, que
si una verdad no está actualizada por el espíritu, es el
peor veneno del corazón de los santos, lo que más
mata a los creyentes no son las verdades o las
mentiras satánicas, son las verdades rancias.
Hace algunos años en los congresos cristianos se
hablaba acerca del mensaje satánico que tenían
algunas canciones cuando se las hacía escuchar al
revés. Pero hoy todavía peleamos con las canciones
y no hace falta ponerlas al revés, si no que al
escucharlas normalmente hablan cualquier cosa que
son un tropiezo para la verdad presente.
Lo que nos está atando como generación es la
postergación de la determinación, esto es un espíritu.
Si no nos planteamos el desafío ya estamos siendo
los primeros religiosos de esta casa.
Es importante entender que el evangelio del reino es
transversal a todos los asuntos de la vida, esa es la
diferencia entre el evangelio del reino, el evangelio
de Dios, el evangelio que estamos predicando y
tratando de explicar del nuevo pacto, que es
transversal a todos asuntos de la vida, toca todo.
En cambio nosotros hemos tenido un evangelio más
vertical, es como que la palabra perfeccionar a los
santos no la hemos terminado de comprender.
EFESIOS 4:11-12 “Y él mismo constituyó a unos,
apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a
otros, pastores y maestros, 12 a fin de perfeccionar a
los santos para la obra del ministerio, para la
edificación del cuerpo de Cristo”.
Esa idea de perfección, da la idea de tocar asuntos
que a lo mejor no se pueden regular en la casa, hay
cosas que no todo el mundo tiene que saberlas, pero
ya tenemos en nuestra familia una base.
Desde hace un tiempo venimos proponiendo que se
debe descomprimir a la iglesia de las tareas que se
tienen que hacer en la familia, porque la trompa de
Falopio de nuestro futuro está en nuestra casa, y lo
que se vaya a comenzar a engendrar va a ser en
nuestra casa.
El inicio de una iglesia nunca va hacer en un salón,
Dios no engendra nada en los salones, nadie
engendra en una sala de parto, y hasta que ese
paradigma no se rompa en nuestras vidas no
veremos reforma.
Dios está mirando la casa que está detrás de cada
uno de nosotros, pero el problema es que los hogares
no terminan de definir su visión, como familias sin
norte, con grandes contradicciones que luego las
terminamos manifestando en nuestro grupo más
cercano, o sea una reunión familiar, una reunión en
la iglesia, sea una célula, terminamos manifestando
lo que no hemos terminado de resolver.
Entonces lo mejor que nos puede pasar es que en
lugar de pasarle la pelota al que está al lado, es
abrazar nuestra responsabilidad porque cuando
abrazamos una palabra revelada entre otras cosas,
Dios añade recursos de vida.
Nuestro enfoque es la iglesia, el nuevo formato de
“la iglesia en el hogar” no es que lo hagamos una
vez por semana en nuestra casa, eso ya caducó, es
eso y más, cada familia, cada hogar, cada
matrimonio debe hacer iglesia conforme a las
características que Dios le ha dado.
Entonces una manera sana de empezar es hacer en la
casa lo que hacemos en nuestros auditorios, no hay
problema de llevar este mismo modelo a la casa, es
decir, comenzamos con oración, luego un tiempo de
alabanza, después se comparte una palabra.
Debemos ver qué es lo que funciona. Porque si
estamos en una generación donde decimos que
nuestros hijos son salvos, hay algo que un hijo salvo
no puede subestimar y es la autoridad del padre,
deberíamos poner en duda la naturaleza de nuestro
hijo si nuestro hijo no nos oye una palabra de Dios,
no ponemos en duda si es buen hijo, no, hablamos
de naturaleza.
Si como padres no les decimos a nuestros hijos que
pueden estar casados, a nuestra nuera o yerno, que
esta semana tenemos que hablar la palabra de Dios y
alguno de nuestros hijos no responden, debemos
rever nuestra naturaleza o la de nuestros hijos. EL
TEMA ES: QUIÉN SE PREGUNTA ESTO EN
UNA CASA.
Porque para los padres nuestros hijos son
maravillosos pero si nuestros hijos fueran
maravillosos el mundo ya hubiera cambiado, son
hijos. Igual que Dios no puede decirnos a cualquiera
de nosotros que somos maravillosos; somos hijos
que le hemos costado a Dios su otro hijo.
La iglesia debe recuperar la reunión de familia pero
no para ver cómo la pasamos juntos, ¡No!... es papá,
el abuelo como Apóstol y como profeta de la casa, la
iglesia en el hogar. Donde las profecías que Dios nos
dé, las deben oír los de nuestra casa.
Hay un proceso en la vida y para eso está la familia.
A nivel escolar decimos tenemos un hijo que se
recibió de tal profesión, pero cuando se recibió, se
fue de la casa y después encima deja a los padres
internados. Estamos hablando en términos generales,
nosotros podemos crear un modelo de familia que
aunque nuestros abuelos se estén muriendo de un
cáncer, no nos vamos a querer apartar de ellos
porque hasta el último minuto pueden dar una
palabra profética, que desate la próxima generación,
pero eso no depende de los hijos eso depende de los
padres.
Los padres debemos ser portadores de una palabra
apostólica y profética a la casa, entonces nos puede
estar agarrando un cáncer, pero la gente que está
viva no estará esperando de nosotros un: ¡Uy estoy
ocupado! Sino una palabra que va a salir de nuestra
boca y que va a causar una sentencia.
Lo que dará paz a nuestra próxima generación no
son todos los discursos que daremos durante nuestra
vida, ni las iglesias que abramos, ni las actividades
que tengamos en la iglesia, sino haber levantado un
grado de credibilidad espiritual que todos estén
esperando que lo último que digamos sean palabras
que impacten nuestra generación, todo lo demás es
pasajero y construye, pero no es lo más importante.
Entonces por allí vemos gente muy joven,
matrimonios jóvenes ociosos, ¿Es que no trabajan?,
si, para nuestro gusto están demasiado ocupados y
que no se los puede reprender porque si nos
ponemos a hablar uno por uno se nos pasan los
próximos 20 años, es un asunto generacional.
Determinaciones que se toman a los 14 o 15 años y
los padres no tienen autoridad para direccionar las
vidas de sus hijos. Hijos que gobiernan las
decisiones de sus padres, eso no está bien.
En la fe hay palabras como la palabra REFORMA,
que no nos pueden fastidiar porque pertenecen a
nuestra vida y no deben ser palabras que las
tomemos como un eslogan que inventó el evangelio.
REFORMA, VERDAD PRESENTE no son eslogan,
sino que son palabras que están en las escrituras y
que son parte de una generación que se quiere
manifestar.
La palabra “verdad presente” siempre nos va a dar
una indicación que lo que creíamos hasta hace media
hora, ya Dios lo caducó y lo dio por vencido.
Lo que el diablo dice, ni lo contamos porque ni
siquiera tiene vencimiento, no existe, él es padre de
mentira, el diablo no crea productos, crea ilusiones,
pero Dios que crea cosas, que habla, Él puede decir:
“lo que Yo he dicho en vuestras vidas, Yo ahora lo
cambio”, no porque no servía, porque todo lo que
viene de DIOS sirve, sino que Dios lo emigra, le da
frescura a la palabra que ya está en nuestra vida, es
reforma pero con la nutrición de hoy.
La palabra RENOVAR en el griego da la idea en el
siglo XXI a: REPOSICIÓN, RENOVACIÓN. Y da
la idea que cuando se cierra un supermercado,
vienen los repositores a reponer los productos que
los clientes se llevaron de las estanterías.
Pero las verdades de Dios no son verdades apilables
como un libro en una biblioteca, la palabra de Dios
es elemento comestible, entonces renovar muchas
veces significa reponer, porque aquello que nosotros
oímos el mes pasado, ya lo comimos, ya está en las
cloacas del mundo espiritual.
Pero la palabra que Dios va a hablar hoy está en el
mismo lugar, suena igual, pero tiene los nutrientes
frescos, entonces renovar, es reponer, por eso es que
nos congregamos, cada vez y por eso nos reunimos y
venimos en búsqueda de reposiciones de verdades
que sean atornilladas a nuestras vidas para que
nosotros podamos avanzar al propósito de Dios.
Si vamos a pensar en grande tenemos que
comprender la tecnología de la reposición, como lo
que se denomina: “just and time”, “justo a tiempo”,
que es la capacidad de la ingeniería de los
supermercados para que no se le junten todos los
camiones a descargar al mismo horario, hay toda una
Ingeniería de la reposición, a eso la biblia le dice:
“Renovaos en vuestro entendimiento…”
ROMANOS 12:2 “No os conforméis a este siglo,
sino transformaos por medio de la renovación de
vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea
la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta”.
Renovación de vuestro entendimiento es: tengan una
ingeniería de la reposición, porque el evangelio es
permanentemente renovable y no es que Dios nos va
a venir con una nueva palabra, es la misma palabra,
es la eterna palabra de Dios, pero fresca, renovada,
repuesta en la estantería de la boca de los santos que
anuncian el evangelio, la palabra fresca de Dios
atinada para este día y que nos cuide, nos preserve y
nos haga explotar hacia los diseños de Dios.
Entonces hay que mantener la ley de la reposición
adonde las verdades presentes se mantengan en
nuestras vidas sin causarnos fastidio.
¿A dónde apunta este mensaje?
A toda la carga que los apóstoles tenían acerca de
cómo se pervertía el evangelio en el primer siglo,
entonces le vamos a llamar: “la iglesia en la trompa
de Falopio”.
La iglesia del primer siglo era una iglesia
gestándose, los apóstoles no tenían un lugar a donde
ir a predicar los fines de semana, los apóstoles no
iban a congresos, no tenían cursos, sino que el
evangelio se implantaba en el corazón de las
personas por impartición.
Para las iglesias del primer siglo estar con las
personas en los hogares y en las familias no era una
forma de hacer reuniones, era la manera de tocar a la
gente e impartirlas de la vida del espíritu.
Esto era una dinámica, si se imparte la vida del
espíritu en una familia, esa familia se imparte a otra.
Cuando las falsas doctrinas se metían en la iglesia no
eran predicadores que predicaban mal por radio o
por televisión. La iglesia no tiene nuevos enemigos,
son los mismos de siempre, si algo va a detener
nuestra vida con un error va a ser algo que va entrar
a nuestra casa, puede ser por la televisión pero no
siempre será así.
Lo que estamos diciendo es que si algo va a
desactivar el poder de la vida apostólica no va a ser
algo que vamos a ver en el mundo, porque si la casa
es la trompa de Falopio de la iglesia, cada vez que
Dios quiera revelar la iglesia a nuestra casa, el
problema se dará en nuestra casa, en nuestro hogar,
en nuestra familia, y esto no se trata de que
empecemos a mirar con cara de enemigos a todos en
nuestra casa, al contrario es con cara de amor, para
blindarla.
Esto demanda una psicología diferente del
evangelio, que es la mente de Cristo. Si tenemos la
mente de Cristo jamás vamos a pensar que a
nosotros nos va a desviar un programa de radio, si
pensamos que un programa de radio o televisión nos
va a desviar, nos tenemos que hacer otro
planteamiento, que es si hemos nacido de nuevo o
qué grado de madurez tenemos.
Pero pensando la iglesia que va a cambiar y a
reformar las cosas, la mente de Cristo es la que
piensa que los enemigos van a tratar de meterse a
nuestra casa, porque los problemas no pueden llegar
a la iglesia si primero no se metieron en la casa.
Los apóstoles decían que se tenía que cuidar la casa,
el concepto en este día es que usted se valla
pensando en esto: todo lo bueno que Dios va a
desatar en la tierra no va a empezar en una campaña
como creíamos antes, eso ayuda, pero todo va a
empezar en nuestra casa; que sí algo bueno va a
comenzar en nuestra cuadra será por una reforma
que se experimentó en nuestro hogar.
Los problemas que se suscitan en la iglesia muchas
veces se deben a que los problemas no se resuelven
en las casas.
Recordemos una cosa, el daño más grande que se le
ha hecho al evangelio, son personas que han
mejorado su calidad de vida y los únicos que pueden
aportar algo al evangelio son las personas que han
muerto y que han vuelto a nacer del espíritu.
El evangelio no progresa porque alguien era
fumador y ahora no fuma más, el evangelio no va
cambiar al mundo porque alguien que se
emborrachaba ahora no lo hace más, esos son
indicios que alegran la vida de las personas, pero el
evangelio se hace poderoso cuando los individuos
cambian de naturaleza, pasan de muerte a vida.
Es por eso que este es el choque de las falsas
doctrinas, los apóstoles decían:
FILIPENSES 3:2 “Guardaos de los perros, guardaos
de los malos obreros, guardaos de los mutiladores
del cuerpo”.
¿A dónde había que cuidarse de eso? En las casa, en
los hogares.
Las cartas apostólicas no iban de templo en templo,
iban de casa en casa. Volver la iglesia a la casa no es
una estrategia, es solamente ver cuándo empezamos
a pensar en serio, esto no es: ahora hay que cambiar,
no, estamos viendo si empezamos y que estos
lugares de reunión vengan a ser si se quiere, un foco
de inspiración para cómo debería ser en los hogares,
entonces, eso vamos a liberar a la iglesia.
Entonces todos nosotros tenemos cosas para
postergar para darle prioridad a esta palabra.
Reforma es un ataque a la postergación indebida de
las cosas.
¿Qué es lo que el espíritu está hablando hoy en el
mundo?
“Que la transformación de las naciones comienza en
las casas”.
No nos vamos a cansar de decir que los daños más
fuertes que se producen, comienzan en la familia, en
la iglesia no hay creyentes mentirosos si la mentira
no se apaña en la casa, porque la casa es el lugar
adonde se gesta la vida de la iglesia.
Va a haber un tiempo de mucho sosiego en los
hogares, que no debería ser tomado por nosotros
como una aprobación del Señor, para ver cómo
llevamos nuestra vida, sino que va a venir un tiempo
de gozo, altos niveles de paciencia y de tolerancia
para esperarnos unos a otros, para implantar la
palabra para producir aquello que va traer en
nosotros una revelación mayor de Cristo.
No nos debemos relajar, hay momentos que lo único
que nos va a llevar a niveles de autoridad, es anclar
palabras. Si nos sentimos en un buen momento de
nuestra vida hoy, no nos relajemos, aprovechemos
este momento para que verdades eternas y presentes
se anclen en nuestro espíritu y la gloria que Dios ha
prometido manifestar se manifieste, porque no es
algo que Dios tiene que hacer, solamente tenemos
que encender nuestras vidas y comenzar a emanar
esa luz.
Una de las cosas que tenemos que liberarnos ya
como iglesia es tener que estar hablando sobre lo
que es el poder del uno, la ofrenda, el diezmo, pero
ojo, eso tiene que ser recogido en los hogares y los
padres deben enseñarlo dosificadamente.
Los padres deben enseñar a sus hijos a ser
generosos, porque el hijo que no es generoso hoy en
el Señor, algún día esperará la oportunidad para ser
un rapiñero en la casa o adonde trabaje.
Todos los padres debemos saber que Dios no nos dio
hijos para que sean empleados, lamentamos no haber
oído esto antes y no de boca de un predicador, sino
del espíritu, porque en los próximos años las
verdades reveladas del Reino dejarán mejor
posicionados a nuestros hijos.
Tampoco Dios nos dio hijos para que le dejemos un
negocio y que después ellos no tengan tiempo para
realizar la obra de Dios.
Vamos a levantar cada varón, cada mujer, cada hijo
y cada hija, cada quien tomará la responsabilidad de
recoger la vida apostólica a sus hogares, para que no
se posterguen los cambios, que toda doctrina falsa,
que todo espíritu de perros que se ha creado en la
vida de la iglesia sea desterrado.
En la biblia los perros no eran considerados
animalitos como nosotros los vemos, sino que la
consideración de perro significaba fuera de pacto.
Pablo decía guardaos de los perros y la palabra
guardaos allí da la idea de un soldado que se para a
cuidar algo. La idea es como militar o militante de la
fe hagamos guardia cuidando todo aquello que se
mueva fuera del pacto que Dios nos ha puesto.
Debemos examinar las palabras que llegan a
nuestras vidas y a nuestro hogar, que nuestra
comunicación con las personas sea de mutua
edificación, que no vengan a nuestro oído:
reflexiones, palabras, estudios bíblicos, lo que sea,
películas, Cd que notemos por el espíritu que nos
está sacando del eje, porque entonces los perros son
los que abortan o retienen nuestro propósito.
Para Jesús los perros eran los fariseos y los
religiosos de la época, que fue el espíritu que operó
para matar al Señor.
No podemos ser tan tolerantes porque los perros de
la religión terminan despedazando a las
generaciones. Tal como sucede con las familias de la
fe que vemos, cómo los perros de la religión, cómo
los perros de los conceptos legalistas aparecen y las
van destruyendo.
Los perros a veces son personas puntuales, a veces
los mismos familiares, pero perros también pueden
ser pensamientos que aterrizan en nosotros sin que
alguien puntual lo haga, son conceptos, una
concepción, o una perra deducción.
Guardaos de los perros, de toda palabra, consejo,
pensamiento, por eso es importante que esta verdad
presente esté fresca en nuestra vida, administrada y
suministrada en cada corazón conforme a nuestra
necesidad.
La familia no puede seguir postergando a la iglesia
adentro del hogar, debemos atacar con todas
nuestras fuerzas esa postergación.

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