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Celi

Ana de Migu

Teoría feminista:
de la Ilustración
a la globalización
De la Ilustración
al segundo sexo

MINERVA EDICIONES
III. MARY WoLLSTONECRAFT Y VINDICAcióN
DE LOS DERECIIOS DE LA Mu_¡rx
EL ACTA FUNDACIONAL DEL FEMINISMO

l. El análisis de las experiencias vitales


en clave ilustrada

La vida de Wollstonecraft coincide con la Revolución


Francesa y con la Revolución Industrial británica, «la doble
hoja que ~brió definitivamente la puerta de la modernidad
en Occidente» 55 . El discurso intelectual de esta autora se

11
[sabe! Burdiel, «Introducción», en Vindicación de los derechos de la
lllllin; l'vhdrid, Cátedra, col. Feminismos, 1994; pág. 23.
j¡,IINlSMO E [LUSTRACIÓN 127

tnrja dentro de las ti-anteras marcadas por el pensamiento


raL:Íonalista ilustrado, al que tan activamente se había adhe-
rido el círculo de los radicales. El pensamiento de esta escri-
rnra brota de una doble y firme convicción: de un lado,
lksde el punto de vista epistemológico, en la existencia de
u na razón repartida universalmente entre todos los seres
humanos; y de otro, desde el punto de vista político, en la
creencia de que la igualdad es el lugar en el que desemboca
cualquier razón moral. Mary Wollstonecraft es una intelec-
tual ilustrada que pondrá a la Ilustración contra las cuerdas
al vindicar para las mujeres aquellos derechos naturales que
los pensadores contractualistas habían definido en la teoría
como propios de la humanidad entera y en la práctica como
exclusivos de los varones.
La biografía de Mary Wollstonecraft puede ser explicada
a partir de la profunda coherencia que hay entre su vida y su
obra. Experiencia y conocimiento se funden en una biografía
plena de pasión ética e intelectual por el destino de las mu-
jeres. Señala Isabel Burdiel con gran acierto que uno de los
aspectos más característicos de la biografía de la autora britá-
nica fue su capacidad de pensarse a sí misma trascendiéndose,
es decir, buscando explicaciones sociales a sus experiencias
privadas 56 . Y eso es precisamente uno de los rasgos fundacio-
nales del feminismo: sacar de lo privado a lo público aquellas
situaciones íntimas y personales de las mujeres que las sitúan
en una situación de subordinación. Qyizá por eso Wollsto-
necraft en la «Introducción» a Vindicación de los derechos de la
mujer escribirá:« ... abogo por mi sexo y no por mí misma» 57 .
Las reflexiones de Mary están llenas de la verdad y la fuerza
que nacen de la 'experiencia vivida'.
La obra de Mary Wollstonecraft es la obra de una pen-
sadora ilustrada que asume apasionadamente los principios

,r, Isabel Burdiel, ob. cit., pág. 28.


17
Mary Wollstonecraft, Vindicación de los derechos de la mujer, oh. cit.,
p:ig. 100.
1 :~ l'ELIA J\MOR(Ís Y RosA CoRo ¡:,·:MINISMO E ILUSTRACIÓN 129

rc<iricos, éticos y políticos del racionalismo ilustrado: razón, señoritas establecidas y corno institutriz de una familia aris-
universalidad, virtud o igualdad son el lenguaje conceptual tocrática. La vida entera de la autora británica es una ape-
a partir del que ella levanta el edificio de su discurso inte- lación personal a la autonomía de criterio y de juicio y a la
lectual y político. Wollstonecraft, que siempre admiró inte- independencia económica: «Desde hace tiempo he conside-
lectualmente a Rousseau, hizo la misma operación que ha- rado la independencia como la gran bendición de la vida, la
bía hecho aquél cuando, ante la sorpresa generalizada de la base de toda virtud; y siempre la alcanzaré reduciendo mis
aristocracia y de la burguesía francesas, declarára én ·e1 Dis- necesidades, aunque tenga que vivir de una tierra estéril» 58 .
rurso sobre el origen y fundamento de la desigualdad entre los
hombres que la desigualdad política y económica ·es una
construcción social, artificial por ello mismo, ajena a Dios y 2. De la crítica del prejuicio al elogio de la razón
a la naturaleza, y resultado de una funesta cadena de azares,
todos ellos arraigados en el interés de unos pocos, aunque La vida y la obra de Mary Wollstonecraft giran en torno
en última instancia responsabilidad colectiva de lo·s hom- a su gran preocupación: el destino de las mujeres, que no es
bres. Con argumentos similares, Wollstonecraft descubfici otro que el de su opresión. Sobre este supuesto escribe la au-
otra desigualdad tan funesta corno la anterior, pero más di- tora británica Vindicación de los derechos de la mujer en 1792.
fícil de desmontar, que es la desigualdad entre los sexos. Di- Este texto, al igual que la obra de Fran<;:ois Poullain de la
cho con palabras más actuales, la pensadora inglesa, y el fe- Barre, se inscribe en una tradición de crítica al prejuicio.
minismo ilustrado, descubrirán el género corno una Wollstonecraft creerá que el origen de la tiranía a la que es-
construcción normativa muy coactiva para las mujeres y por tán sometidas las mujeres reposa sobre el prejuicio de que
ello mismo corno una fuente inagotable de desigualdad. son ontológicamente inferiores a los hombres. La declara-
Y esta desigualdad tendrá la misma característica que des- ción de principios de la autora británica a este respecto es
cubriera Rousseau: es una desigualdad social, histórica, ar- rotunda: «Situémonos por encima de esos prejuicios estre-
tificial y ajena a Dios y a la naturaleza. Es un hecho social chos, queridos contemporáneos» 59 • A lo largo de todo el li-
que no tiene su origen en la naturaleza y que por ello mismo bro arremete con igual agudeza contra los discursos de la in-
se debe irracionalizar. A esta tarea fundacional consagrará ferioridad y de la excelencia. Como la ilustrada convencida
Wollstonecraft su vida y pondrá las bases intelectuales y po- que es, creerá que los prejuicios están tan profundamente
líticas del feminismo. arraigados en las conciencias que han nublado la razón 60 • De
La autora inglesa nace en 1759 en Inglaterra en el seno hecho, «los hombres, en general, parecen emplear su razón
de una familia de clase media. La familia de Mary es una para justificar los prejuicios que han asimilado de un modo
representación perfecta del microcosmos de la sociedad pa- que les resulta difícil descubrir, en lugar de deshacerse de
triarcal del siglo XVIII, con algunas características añadidas: cllos» 61 . La crítica al prejuicio como uno de los instrumen-
un padre bronco y alcohólico que dilapida el patrimonio fa-
miliar, una madre subordinada y maltratada por el padre y
unas relaciones familiares teñidas por la violencia paterna. 58
Ibíd., pág. 100.
Wollstonecraft se ve irremediablemente abocada al trabajo 5
~ Ibíd., pág. 236.
como dama de compañía cuando apenas ha cumplido die- 60
Ibíd., pág. 116.
61
ciocho años. Posteriormente trabajará como maestra para Ibíd., pág. 116.
j·¡ .\ll"ISMO E !uJSTRACHÍN l:ll
' ~¡ 1

.u 1cestrales, desautoriza la tradición y nos introduce por el


tos más poderosos de legitimación del poder de los varones , ,unino de la autonomía de juicio y de opinión. Y es que la
~obre las mujeres descansa en la radical crítica de Wollsto- r;tzón ilustrada -Rousseau o Kant, entre otros- supone
necraft a la tradición: «... no dejemos a los hombres en el una vuelta de tuerca de la razón cartesiana al introducir vín-
orgullo de su poder usar los mismos argumentos de los re- culos de necesidad entre razón y moral. El ejercicio sist:má-
ves tiránicos y ministros venales y afirmar con falacia que la t ico de la razón nos conduce a la virtud y nos hace hbres,
"mujer debe someterse porque siempre ha sido así» 62 . pues nos libera de la religión y de la tradición. De ~hí que
·La operación que hace Wollstonecraft, como destacare- :\lary Wollstonecraft señale que «es una ~ars~ ~amar v1rtuo~o
mos más adelante, consiste en aplicar los criterios de uni- ,1 un ser cuyas virtudes no resulten del eJero~1?, de su prop~a
versalidad de la razón y de los derechos naturales a las mu- razón» 65 . Por cierto, instancias ambas, la rehgwn y la tradl-
jeres con el objeto de subrayar las incoherencias de la ción, muy opresivas históricamente para las mujeres ...
·Ilustración patriarcal que había entronizado los derechos Señalábamos anteriormente que Wollstonecraft dmge su
naturales como inherentes a la condición humana y como artillería pesada contra aquellos l.ibros de moral y de cor:-
elemento fundamental en la irracionalización de la falta de ducta para mujeres que definen pnmero .Y refuerzar: ?espues,
derechos y el exceso de obligaciones de aquellos que habi- con la machaconería inherente a las patnarcales rehgwnes de
taban la sociedad estamental medieval. Con esta operación, la salvación, un ideal de feminidad que excluye a las mujeres
Mary Wollstonecraft pondrá bases firmes, duraderas y po- de la razón y del espacio público-político y las arrincona en
líticamente rentables al feminismo moderno. el cerrado mundo de la domesticidad y los cuidados. Y no
El pensamiento de Mary Wollstonecraft reposa sobre la sólo eso, pues estas funciones son ideológicamente legitima-
idea de que la razón es el atributo que distingue a los seres das por el contractualismo patriarcal s_obre la.b~s: de una on-
humanos de los animales y convierte a los primeros en su- tología femenina inferior a la masculma. A JUlClO de Wolls-
periores a los segundos 61 en tanto nos convierte en seres mo- tonecraft toda esta operación contractual reposa sobre
rales. Hay en esta pensadora una apelación sistemática a la prejuicios antiguos: «Sé que actu~l~~nte predomina ur:a es-
razón como el rasgo que nos separa de las otras especies ani- pecie de modo de respetar los preJUlClos, y cuando alg~1en se
males y nos sitúa en el territorio de la moralidad. Y es que atreve a enfrentarse a ellos, aunque actúe por humamdad y
en ella no pueden separarse las ideas de razón y de virtud: armado de razón, se le pregunta con altanería si sus antepa-
«... todo ser puede hacerse virtuoso mediante el ejercicio de sados estaban locos» 66 . Sin embargo, los prejuicios nunca son
su propia razón» 64 • Su noción de razón es similar al oon sens casuales ni inocentes, sobre todo cuando refuerzan la hege-
cartesiano pero con la nueva dimensión que le había apor- monía de un sector de la sociedad en detrimento de otro. Di-
tado Poullain de la Barre, es decir, la razón es definida como cho con otras palabras, los prejuicios suelen estar poderosa-
un rasgo humano que no sólo, tal y como había postulado mente arraigados en los intereses de quien se encuentra en
Descartes, desenmascara los prejuicios epistemológicos sino, una situación de dominio: «No quiero hacer alusión a todos
también tal y como lo señaló Poullain de la Barre, prejuicios

,,, lbíd., pág. 165. 6ó Marv Wolstonccraft, ob. cit., pág. 131.
1 66
" lbíd., pág. 115. Ibíd:, pág. 268.
"" lbíd., pág. 131.
!'f:,~I 1 N ISMO E 1LlJSTRi\Cl<ÍN 13]

los autores que han escrito sobre el tema de los modales fe- sus virtudes» 6 Y. Un aspecto importante de esta crítica está
meninos, sino atacar la tan alardeada prerrogativa del hom- centrado no sólo en la orientación moral que se da a las ni-
hre; la prerrogativa que con énfasis se llamaría el férreo ce- ñas para dirigirlas hacia el matrimonio sino también en el
tro de la tiranía, el pecado original de los tiranos. Me declaro escaso aprecio que se tiene de sus facultades intelectuales.
en contra de todo poder cimentado en prejuicios, aunque Wollstonecraft, como antes hiciera Poullain de la Barre, re-
sean antiguos» 67 . clama una sola educación para ambos sexos, pues hombres
y mujeres son poseedores de una razón que bien utilizada
les conducirá a la virtud. Una sola naturaleza, una sola ra-
3. De la ontología a la educación: zón, una sola virtud y, por tanto, una sola educación: «niego
el debate con Rousseau la existencia de virtudes propias de un sexo ... La verdad ...
debe ser la misma para el hombre y la mujen/0 . La pro-
El primer libro que publica Mary es una guía de educa- puesta de una educación única para niños y niñas, homb:es
ción para niñas. Siguiendo la estela que había abierto Fran- y mujeres, es la prueba de la caída, a medias real y a med1as
¡;:ois Poullain de la Barre con De la educación de las damas 68 , simbólica, de un orden estamental que vinculaba educación
Mary dedicará muchos de los años de su corta vida a refle- v estamento.
xionar sobre la diferente educación que se imparte a niños · Tras un período de trabajo como maestra, Wollstonecraft
y niñas y sobre las funestas consecuencias que este hecho entrará en contacto con un grupo de intelectuales ingleses, el
tiene para las mujeres. De hecho, Burdiel señala que el as- círculo de los radicales, con los que establece un fecundo in-
pecto fundamental de Vindicación de los derechos de la mujer tercambio intelectual. Este ~rupo de intele~tuales, entre q~ie­
es la educación y la socialización, pese a que se presenta a sí nes se encuentran Godwin 1, Thomas Pame o el Dr. Pnce,
misma como una obra de debate político. En los primeros fueron la traducción intelectual en Inglaterra de autores
textos sobre educación que escribe Mary se encuentra el como Condorcet o Diderot en Francia. Recibieron apasio-
germen de las ideas que después desarrollará en Vindicación nadamente las ideas revolucionarias y mantuvieron la espe-
de los derechos de la mujer. ranza de que algún día se extendieran a Inglaterra. Sus obras
Mary Wollstonecraft criticará tenazmente los libros de apelan a la razón, impugnan la tradición y los prejuicios, des-
conducta para mujeres que escribían tanto clérigos católicos plazan la religión al territorio de la subjetividad indiv~du~ly
como pastores protestantes y tanto educadores como políti- defienden sin descanso los derechos naturales de los mdlVl-
cos. En efecto, en su opinión, la educación sentimental en
la que se formaban las mujeres del siglo XVIII «ha distorsio-
nado tanto la comprensión del sexo, que las mujeres civili- 69
Mary Wollstonecraft, ob. cit., pág. 100.
zadas de nuestro siglo, con unas pocas excepciones, sólo de- 70
lbíd., pág. 17 4. .
sean fervientemente inspirar amor, cuando debieran abrigar 71 Godwin es el famoso autor de uno de los libros de teoría políttca

una ambición más noble y exigir respeto por su capacidad y más influyentes de esa época, Investigaciones sobre justicia política, y con
el que se casará Mary apenas un año y pico antes de morir. De ese ma-
trimonio nacerá Mary Shelley, la famosa autora de F'rankestein. Para cues-
tiones biográficas hay que consultar: C. Tomalin, Vida y muerte de Mary
67 Wollstonecraft, Barcelona, Montesinos, 1993 y una preciosa novela de
lhíd., pág. 249.
i>H Fran.,:ois Poullain de la Barre, oh. cit. Frances Sherwood, Vindicación, Seix Barral, Barcelona, 1993.
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ns
clu(l'. Y en todo~ dlus se encuentran poderosos r firmes elo-
.L';io' .1 la igualdad. • ;xión de Wollstonecraft sobre la educación <<venía a con-
,\ ttimada por Thomas Paine, y tras publicar Condorcet tluir en lo que constituye el verdadero objeto de reflexión de
en 17:-\7 Lts Cart~s dr; un burgués de Newha·ven y Sobre la ad- Lt obra: el carácter artificial (arbitrario), social y cultural-
¡ ncntc constn:ido, de las diferencias de valor y f{mción en-
1~/L.IIDII de _las nnyaes al derecho de ciudadanza en los que de-
hende la tgualdad entre los sexos, Mary redacta en seis se- rre los sexos»' 2 • Dicho en otros términos, Wollstonecraft
manas, en 1 ?92, Vindicación de los derechos de la mzyá Este :tnalizará la educación del Antiguo Régimen como un arma
texto es un l~bro extraordinario y lleno de sólidos argumen- peligrosa e inmoral de los hombres para oprimir a las mu-
tos sob.re la 1gualda~ ent:e hombres y mujeres en el que la jeres y reclamará una educación orientada a llenar de con-
~utora mte~pela. c~n mtehgentes explicaciones a quienes de- tenido moral a esos seres racionales que son las mujeres.
henden la mfenondad de las mujeres. En este libro se fun- En este libro, Wollstonecraft hace una crítica r~zonada
?amenta, a partir de los grandes argumentos ilustrados, la e inteligente a aquellos pensadores que conceptualizan la
1g~a~dad entre _hombres y mujeres y la exigencia de una sola naturaleza femenina como inferior a la masculina y que, en
y umca ~~ucaoón p~r~ ambos. se~os al tiempo que se ponen consonancia con ello, postulan la exclusión de las mujeres de
en cuestwn los pre_¡moos que _¡ust1fican la inferioridad de las los derechos civiles y políticos. Entre los autores que tienen
muj_eres. Vindicación de los derechos de la mujer es ertextóTun- un pensamiento m~sógino y patriarcal, la autora británica es-
dacwnal del feminismo. coge a Rousseau. Este no es un filósofo elegido al azar por
La educación es un tema crucial en la Ilustración fran- VVollstonecraft, por el contrario, la causa de esa elección re-
cesa e inglesa y especialmente en la obra de l\1arv Wollsto- side ~nla relevancia del pensamiento rousseauniano respecto
necraft, donde llega hasta el extremo de ser la columna ver- a la formación del nuevo ideal de feminidad v de la nueva
tebral de Vindicación de los derechos de la mujer. Mary f~tmilia patriarcal. Y es que en el filosofo ginebrino se com-
~ollstonecraft se enfrenta a una pedagogía femenina pro·- plcmentan el sesgo patriarcal y el sesgo misógino como los
fun~amente n:a~c~da por el pensamiento y la práctica más dos pilares sobre los que se asienta el más amplio y desarro-
patnarcal y nmogma. La autora británica entiende la edu- llado discurso de la inferioridad de las mujeres en el siglo
:\VIl!, aunque siempre disfrazado de la teoría complementa-
~ación como uno _de ~os ~nstrumentos más significativos,
JU?to al otro, las _ms~1~ucwnes políticas, de perfecciona- ria de los sexos 71 . Sin embargo, hay que señalar que la autora
rment.o y progreso md1v1dual y colectivo. El siglo XVIIJ se ca- inglesa no critica exclusivamente a Rousseau sino también a
ractenza por una fe ilimitada en la cultura y en la razón cuantos escritores habían conceptualizado un modelo de
c?mo el motor de progreso social e individual. La Ilustra- mujer artificial, débil e inferior al varón.
CIÓn sostiene que la ed~cación disminuye las desigualdades
de talentos y por ello m1smo se convierte en uno de losmo-
tores fundamentales de la igualdad.
En este t~m~, ~01~0 en d d.e la crítica al prejuicio, Mary
asume l:)s pnnopros Il.ustrados. Asimismo hay que señalar
e: u e el cz ratio de los ra~zcales, al que ella estaba ligada, se en-
72
contraba comprometido con la educación como un instru- Isabel Burdiel, <<Introducción>>, oh. cit., pág. 59.
73
mento de ref()rma individual y colectiva. Toda la argumen- Rosa Cobo, Fundamentos del patriarrado moderno. }can .facr¡ue.l
N..ousscau, J\!Iadrid, Cátedra, col. Feminismos, 1995.
jiliP

l'ELIA AMoRús Y RosA CoBo


FEMINISMO E ILUSTRACIÓN 137

miento» 74 . Este texto de Wollstonecraft es una interpelación


4. l,asjálarias de la misoginia directa a su pensamiento: si Rousseau mira a su propio co-
razón y ve dos naturalezas, Wollstonecraft mira hacia sus
lVlary Wollstonecraft elige uno de los libros fundamen- sentimientos y sólo ve una naturaleza común para los dos
tales del ~i.nebrino, el gra.n tratado de educación del siglo sexos; y si Rousseau mira a su alrededor y ve dos modos de
xvrii, Emz!zo~ .y muy espeoalmente su capítulo V, en_el que
comportarse, Mary contempla dos socializaciones generiza-
Rousseau ut1hza el recurso de un personaje de ficción, So- das sobre una naturaleza única. Hay que señalar que cuando
fía, para explicar lo que él denomina la verdaderi-ñatura- Wollstonecraft se adentra por los complicados caminos de
leza de la mujer, que no es otra cosa que el ñU:evrr-modelo la educación transita entre argumentos filosóficos y socioló-
de normatividad femenina que tan funcionar es.a!añueva gicos. Por decirlo de otra manera, en ocasiones sociologiza
~l~se política emergente: la burguesía. Para lograr-eSte ob- sus reflexiones sobre educación.
_¡etlvo nuestro filósofo transita con habilidad, en un juego La autor;J. inglesa denu[!cia que la naturaleza. de la que
ya ~ecur~ente, entre el 'ser' y el 'deber ser', pues pese a que habla Rousseau no es natural sino fabricada por el propio fi-
esta fabncando un nuevo esquema de mujer ideal, él mismo lósofo para legitimar la subordinación social de las mujeres
lo presenta como la verdadera ontología femenina. De en la sociedad que sueña, no sólo Rousseau, sino la emer-
modo que Sofía aparece con una naturaleza inferior a la de gente burguesía liberal. En otros términos, los discursos de
Emilio y en consecuencia con un lugar social subordinado, la inferioridad -y el de Rousseau es uno de los más des-
pese a que Rousseau había explicado en numerosas ocasio- arrollados de la Ilustración- sostienen que la subordinación
nes, a lo largo de su obra, el carácter socialmente construido de las mujeres es el resultado de la ontología femenina, mien-
de todas las instituciones y de todas las relaciones sociales. tras que Wollstonecraft, y el pensamiento de la igualdad, se-
X ?? sólo e~o, pue~ el mi~ógino había subrayado con pre- ñala que la necesidad de que las mujeres ocupen espacios so-
ciales subordinados a los varones es lo que empuja a los
oswn y clandad la 1gualdad como un rasgo 'natural' del es-
~ad_o ?e pura naturaleza. Tras repetir esta argumentación ad
pensadores patriarcales y misóginos a fabricar un concepto
znJz.mtum, hace una operación que consiste en aislar a las de naturaleza femenina inferior a la masculina. Sólo así se
mu_1eres y sacarlas de su carácter históricamente construido podrá legitimar una subordinación en un mundo regulado
.y devolverlas a un estado presocial que establece la des- ideológicamente por la igualdad.
l?~aldad entre 1?~ sexos. Las quiebras epistemológicas y po-
Sofía es la gran metáfora que utiliza el misógino para re-
htlcas son tan VlSlbles que Mary las hará estaTiár en mil pe- presentar el gran sueño de la burguesía dieciochesca al
dazos. De hecho, una parte de Vindicación de los derechos de tiempo que se constituye en símbolo de las afiliaciones ho-
la mujer está consagrada precisamente a eso, a mostrar las rizontales de los varones de todas las adscripciones ideoló-
groseras incoherencias del más radical de los pensadores de gicas de la modernidad 75 . Tanto los varones conservadores
la Ilustración. como los liberales o los más radicales, como el propio Rous-
La p~~sadora ~ritánica pone en cuestión la capacidad de
obs.ervacJOn selec~lVa de Rousseau: «Probablemente yo he
74Wollstonecraft, pág. 162.
temdo la oportumdad de observar más niñas en su infancia
75Nancy Amstrong, Deseo y ficción doméstica, Madrid, Cátedra, col.
que)eanJacques Rousseau. Puedo recordar mis propios sen-
Feminismos, 1991.
timientos y he observado a mi alrededor con deteni-
¡:L:\llNISMO E ILUSTRACIÓN

,c·a11, p11cdcn suscribir la alegoría yue es Sofía, pues ésta es


Lt rL·prescntación ~.degórica ~el nuevo modelo de mujer de la La principal crítica de la autora británica a Rousseau con-
nwdcrmdad: sumisa al mando y a la opinión pública; casta siste en poner de manifiesto que la mujer natural rousseau-
v n1mlcsta; y completamente dedicada a la maternidad y a niana es, en realidad, la propuesta que hace Rousseau a su
ép~ca sobre erlugar que se B~bc-asigna.cz.las mujeres en la
los cui_d~;do~ d~l esposo. En definitiva, Rousseau, junt¿ a
otros hlosofos Ilustrados, define la nueva normatividad fe- soCledad que se está gestando. La~peración del ginebrino, a
menina y el nuevo modelo de familia patriarcal sobre la base juicio de la autora inglesa, es la siguiente: primero establece
de la domesticidad de las mujeres. los deberes de cada sexo y, después, sobre dichos deberes
. Wollsto.necraft dirá que Sofía, el personaje rousseau- construye hs inclinaóones naturales: por tanto, su concepto
mano «es. sm_ du_da cautivador, aunque me parece enorme- de naturaleza es una impostura y una trampa para las muje-
mente artific~al» 16 . La au.tora británica explica que Sofía es res. Para Wollstonecraft, el sometimiento a causa de las cos-
un esquema Ideal de muJer que habita en las ensoñaciones tumbres y los hábitos sociales ha construido una segunda na-
de Rousseau pero que carece de realidad histórica. Pero turaleza que Rousseau confunde con la verdadera naturaleza
J\1ary Wollstonecraft no critica la metáfora que es Sofía por de las mujeres. A este respecto, explicará: «Sus historias ridí-
el hecho de ser una abstracción, sino porque es el símbolo culas que tienden a probar que las niñas se preocupan de sus
má.s a~a~ado del sueño patriarcal de la mujer doméstica. La p_ersonas fo~ natu;aleza, sin _dar ninguna importancia al
artifiClahdad del esquema femenino es una de las reiteradas e.1emplo diano, estan por debaJO del desprecio»' 9 •
crí~ica_s de Wollstonecraft: «pero se ha erigido la estructura ~r: el capítulo II de Vindicación, Wollstonecraft pone de
artificial con tanta habilidad, que parece necesario atacarla mamflesto que la educación de las niñas consiste en hacer-
de modo más detallado y aplicarme a ello yo misma»77_ las dependientes y que, cuando ello se ha conseguido, se de-
Para _J\1ary Wollstonecraft, el principal error de Rous- creta que la dependencia es natural. En el mismo sentido,
scau radica en que analiza las costumbres v los hábitos de cri~ica la opinión.de Rousseau, quien dice que los gustos en
la~ mujeres corno si fuesen innatos o facultades naturales. El el JUego de los mños y las niñas demuestran su naturaleza
misógino no tiene en cuenta que, desde que nacemos, nues- diferente. A este respecto, señala Wollstonecraft que los ni-
t~~s g~s~os están socialmente dirigidos y que esta socializa-
ños y las niñas jugarían juntos los mismos juegos si la dis-
Clan dmge a las niñas hacia la coquetería y el artificio: «En tinción de los sexos no se les inculcara antes de que la na-
res~m~n, se las trataba como mujeres casi desde su mismo
turaleza hubiese marcado las diferencias.
nacimiento, y oían halagos en lugar de instrucciones. Con
e~te debilitamiento mental, se suponía que la Naturaleza ha-
bw actuado como una madrastra cuando formó esta idea 5. La unidad de la virtud
tardía de la creacióm/ 8 .
El argumento de Rousseau respecto a que la superiori-
dad del varón descansa en su mayor fuerza flsica en tanto
que ley inmutable de la naturaleza es respondido por Wolls-
tonecraft corno una «alucinación de la razón» rousseauniana.
'~ l\Iary \Vollstonecraft, ob. cit., pág. 136.
~· Ibtd., pag. 215.
' Ihíd., pág. 221.
?Y Ibíd., pág. 162.
r

1 j¡ /¡\11NISMO E ILUSTRACIÓN 141

1·''autora ing-lesa razona de la siguiente manera: si todos so- contestación de Wollstonecraft ataca directamente al con-
mo~ hijos de Dios no es racional pensar que la mitad de los ,·cpto de virtud rousseauniano, mostrando la contradicción
hijos esté sometida y oprimida por la otra mitad. Para ella, entre la universalidad de este principio y su aplicación con-
IH >rnhres y mujeres componen una única especie humana. cTeta a las mujeres.
Uno de los imperativos que, a juicio de Rousseau, son Al concepto rousseauaniano de virtud, Wollstonecraft
imprescindibles en la educación de las mujeres, es la obe- opone una noción de virtud racional en un sentido ilustrado.
diencia al esposo, que debe ser inculcada con un vigor infle- Si la razón es universal, la virtud, que es su expresión mo-
xible. Esta la obediencia al esposo debe ser completada con ral, también será universal. La virtud alcanza a cualquier in-
la sumisión a la opinión pública. Hay que señalar que esta dividuo que quiera practicarla: no se funda en intereses par-
pedagogía que propone Rousseau para las mujeres, simbóli- ticulares o en utilidades sociales sino en la misma razón.
camente representada por, Sofía, es exactamente la opuesta a Razón y virtud constituyen los dos polos sobre los que se
la que le exige a Emilio. Este no debe obedecer a nadie que asienta Vindicación: «Permítasenos, queridos contemporá-
no sea él mismo; la obediencia en Emilio sólo es legítima si neos, superar esos prejuicios estrechos. Si la sabiduría es de-
se origina en su propio juicio. Por la misma razón, tampoco seable en sí misma, si lo es la virtud, para merecer tal nom-
puede someterse a la opinión pública. La propuesta norma- bre, debe basarse en el conocimiento; que se nos permita
tiva para Emilio es el 'ser', la autenticidad y la autonomía; intentar fortalecer nuestras mentes a través de la reflexión
por e~ contrario, ~a propuesta normativa para Sofía es_I~iipa­ hasta que nuestras cabezas lleguen a nivelarse con nuestros
neneta y, tanto s1 está de acuerdo como si I1f) lo está con su corazones» 81 .
esposo o con la opinión pública, debe fingir su sometimiento Respecto a la distinción de dos espacios de conocimiento
a ambos, aunque en lo más hondo de sí misma rechace esos atribuidos por Rousseau en el Emilio (uno para el varón,
juicios extraños a ella misma. En otros términos, para Rous- donde se halla situada la abstracción, la especulación y la fa-
seau existen dos concepciones pedagógicas distintas, una cultad de crear sistemas, y otro para la mujer, que contiene
para cada sexo, y ambas reposan sobre ontologías diferentes las facultades de observación, penetración de espíritu y suti-
y se traducen socialmente en la distribución de ámbitos di- leza: recordemos que el objeto propio de conocimiento de las
ferenciados por sexo: el privado-doméstico para las mujeres mujeres es el hombre), Wollstonecraft no sólo critica a Rous-
y el público-político para los varones. seau sino que también extiende lúcidamente esa crítica a la
La contestación de Mary Wollstonecraft es rotunda- apropiación histórica de la razón por parte de los varones 82 .
mente ilustrada: si las mujer~s son inferiores a los hombres Wollstonecraft propone una comparación: los varones se
y por tanto su virtud no es la misma que la de ellos, la vir- comportan con las mujeres como la aristocracia respecto al
tud entonces es una idea relativa. Si es una idea relativa, deja pueblo oprimido. Desde esta comparación arremete radical-
de ser un principio universal. Pero como dirá Wollstone- mente contra esa especie de aristocracia masculina que ha
craft, no es relativa, por lo que la conducta y la educación condenado a las mujeres a la ignorancia 83 .
de las mujeres deben basarse en los mismos principios;¡ te-
ner el mismo objetivo que tienen los de los varones 8 . La
Rl Ibíd., pág. 236.
82
Ibíd., pág. 230.
~~~ Ibíd., pág. 137. RJ Ibíd., pág. 230.
FE:VllNlSMO E lLUSTKACIÓN 143
; l' l'ELIA i\MoRós Y RosA CoBo

,,Ahora apelo al buen sentido de la humanidad: si el obje-


Marv \Nollstonecraft detecta una contradicción esencial tivo de la educación es preparar a las mujeres para conver-
en el el¡)gio rousseauaniano a la ignorancia de las mujeres. tirse en esposas castas y madres juiciosas, ¿el método reco-
Si la mujer en la obra del ginebrino es la encargada de trans- mendado de manera tan verosímil en el esbozo anterior es
mitir lo~ valores de la virtud v de la ciudadanía a los niños el mejor calculado para producir estos fines?» 86 .
que más tarde se convertirán' en sujetos políticos del con-
trato social «¿de qué modo podría inclinarles hacia aquellas
virtudes con las que no está familiarizada y aquellos méri- 6. El debate político
tos que desconoce? ... ¿Cómo podría, en efecto, si su marido
no está siempre a su lado para darle sus razones?» 84 . Aunque, como hemos explicado en las páginas prece-
La reflexión que hace Wollstonecraft es la siguiente: dentes, el tema de la educación y de la socialización ocupa la
«Pero si se prueba que la mujer es por naturaleza más débil mayoría de las argumentaciones de Vindicación de fos _derech~s
que el hombre, ¿de dónde se sigue que es natural que se es- de la mujer, también puede encontrarse otra polemtca mas
fuerce para hacerse aún más débil de lo que es? Los argu- explícitamente política en la dedicatoria que Wollstonecraft
mentos de este tipo son un insulto al sentido común y hue- hace a Talleyrand-Perigod, activo político durante la Revo-
len a pasión» 85 . La autora inglesa pone en cuestión, desde lución Francesa y que presentó un proyecto sobre Instruc-
los mismos principios que el misógino define como univer- ción Pública a la Asamblea Constituyente en el año 1791.
sales, toda la obra rousseauniana en torno a las mujeres. Si En este debate, mucho menos desarrollado que el de la
la igualdad es el rasgo fundamental del estado de naturaleza educación, Wollstonecraft pondrá de manifiesto la coheren-
¿por qué las mujeres deben estar socialmente sometidas al cia entre la exclusión de las mujeres del ámbito de la razón
varón? Si el modelo político esbozado en el ccmtratüs-ocial v su exclusión de los derechos civiles y políticos. Dos exclu-
pretende restablecer la igualdad del estado natu~ar¿por-qaé ~iones inseparables que tienen una causa: «... la tiraní~ ~e
las mujeres deben ser excluidas de la voluntad ge~~~~~tque los hombres ... >P. En la carta a Talleyrand, la autora bnta-
es quien convierte a los individuos en libres __~. igu_ales? Y, si nica señalará que la exclusión de las mujeres de los derechos
contrariando la noción de estado de naturaleza rousseaú- civiles y políticos pone de manifiest~ la tir~nía ,de los ho:n-
niano, se decide que las mujeres naturalmente son m~ bres y el socavamtento de la _moral 8 . La ttrama mascul~~a
biles e inferiores que los varones, ¿por qué no establecer me- que priva de la razón, de la vtrtud y de_los der~chos pol~tt­
canismos de carácter social, político o pedagógico-para cos a las mujeres se concreta en una anstocraeta masculma
compensar su supuesta inferioridad natural? que las oprime igual que la aristocracia oprim? ~1 puebl?. _En
Se pregunta Mary Wollstonecraft ¿cómo puede des- Wollstonecraft, se puede observar el uso cnttco femtm_sta
montarse toda una concepción pedagógica que aspira a for- que hace de los principios ilustrados 89 : toma las abstraccw-
mar personas virtuosas y sólo alcanza a construir seres arti-
fl.ciales corrompidos? Sólo el buen sentido de la humanidad
puede poner fm a la situación de sujeción de las mujeres:
H6 Jbíd., pág. 234.
87 Ibíd., pág. 127
88
lbíd., pág. 111. . . o '

k-1 Ihíd., pág. 232. KY Ana de Miguel, <<La sociología olvidada: género y soctahzacton en
~~ Ihíd., pág. 259.
CELIA AMoRós Y RosA CoRo

ncs ilustradas que habían sido pensadas para poner en cues-


tión otras realidades sociales y las utiliza para impugnar la
sujeción de las mujeres, lo que prueba la rentabilidad polí-
ti,·a de tales abstracciones fuera del campo en que se habían
producido y para el que habían sido pensadas.
J\1ary \Vollstonecraft vindica la posibilidad de discutir y
debatir sin condiciones de ningún tipo con los varones y de
impugnar un sistema social que desemboca en la opresión
de las mujeres: <<Cabe esperar, en este siglo de las luces, que
el derecho divino de los maridos, como el derecho divino de
los reyes, pueda y deba contestarse sin peligro» 90 . Pero no es
suficiente con interpelar al tirano, hay que imaginar una so-
ciedad libre y sin tiranos, con igualdad, pues <<cuanta mayor
igualdad exista entre los hombres, mayor virtud y felicidad
reinarán en la sociedad» 91 .

,\c,,urollo de la perspectiva sociológica», en PoHtiw v Soo"cdad, l'vladrid,


)2, 1')9'), .
lhhL, pág. 160.
1l•Jcl .. pcíg. 122.

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