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CARTA DE LA ANSIEDAD PARA TI

¡Hola!

Soy la ansiedad, no te asustes… vengo en son de paz, por cierto, ¿por qué te
asustas tanto ante mi presencia?

Sé que sientes horrible cada vez que aparezco, que te desesperas y quisieras
hacerme desaparecer, sé que si pudieras me aventarías con todas tus fuerzas lejos
de tu vida, sobre todo porque crees que estoy aquí para hacerte daño, para
amargarte la existencia… inclusive has de creer que puedo llegar a ser la causa de
tu muerte; pero créeme, si no te he hecho daño, es porque no es mi intención
hacerlo y porque tampoco lo voy a hacer.

No estoy aquí ni para que te de un ataque al corazón, ni para que te ahogues y


mucho menos para volverte loco o hacerte sentir raro e inadecuado; creo que ya te
lo he demostrado. Y sí, sé que hago un desastre en tu interior y que te asusto, pero
al final del día… no te he matado, no te has ahogado y tampoco te has vuelto loco.
La realidad es que estás aquí, teniendo miedo a que eso pase, sin que haya pasado
en realidad.

Y te confieso que no porque pienses o sientas que pueda pasar, significa que
realmente vaya a pasar 😉

Estoy aquí escribiéndote esta carta porque te quiero platicar la verdad y serte
totalmente honesta: si he aparecido en tu vida haciéndote sentir todo esto es porque
no había encontrado otra manera de hacerme escuchar por ti.

Estabas tan ocupado tratando de ser exitoso, de ser productivo y de demostrarles


a los demás que eres digno de ser amado… que no escuchabas mis pequeñas
señales.

¿Recuerdas esa vez que te dio un dolor de cabeza? ¿O cuando tuviste insomnio
por más de 2 horas? ¿O qué tal esa vez que sin razón aparente te soltaste a llorar
sintiendo que algo andaba mal? ¿y esa vez que te quedaste solo y te sentiste
inquieto y buscaste con qué distraerte…? ¿o qué tal esa vez que te dio un temblor
en el párpado? ¿Aquella alergia en la piel…? y ni hablar de la gastritis y colitis.

Bueno, pues todas esas veces era yo misma tratando de hacer algo para que me
escucharas, para que te detuvieras por un momento a sentirme y resolver de verdad
lo que te estaba pasando. Pero no lo hiciste, seguiste con tu ritmo de vida; seguiste
con tu misma manera de pensar y reaccionar; preocupándote por el qué dirán,
presionándote por ser perfecto, angustiándote por tener el control de todas las cosas
a tu alrededor… por salvar a los demás mientras que te descuidabas a ti mismo, y
está bien… está bien… comprendo que es algo actual y hasta aprendido.

Pero como eso no es lo que quiero para ti, como sé que puedes ser libre de verdad,
entonces intenté algo más fuerte: hice que te doliera la quijada al despertar, que se
te taparan los oídos y te sudaran las manos…que tu corazón acelerado para
después sentirte agotado y hasta mareado… en fin, tampoco me quisiste escuchar.

Y sé que te desesperas porque no “entiendes” con tu mente racional lo que te está


pasando, y claro, con tu mente racional no me vas a entender, ¡al contrario! sólo
logras asustarte más y generarte nuevas sensaciones e ideas que no eran mi
intención que tuvieras.

Mi intención es ayudarte a ti y a regresar a tu centro, ayudarte a frenar por un


momento para que voltees a ver en tu interior qué es lo que estás necesitando para
volver a sentirte libre y pleno. Mi intención sí es llamar tu atención, y te felicito si
estás leyendo esto, pues significa que ahora ya no quieres evitarme. De hecho, sé
que estás cansado y cansada de hacerlo, de huir de mí como si fuera un monstruo
en medio de un bosque oscuro.

Sé que ya no toleras seguir embobándote horas y horas en el Facebook y la


televisión mientras que sabes que hay algo que necesitas atender, que estás
cansado de vivir la vida de otras personas para no voltear a ver la tuya, sé que ya
no quieres seguir adormeciendo tu cuerpo, que ya no quieres fugarte de la realidad
y que realmente quieres disfrutar de tu vida.

Sé, que ya empiezas a estar más dispuesto a sentirme y escucharme.

Y espero de verdad que ahora estés listo y lista para enfrentar tu realidad, para
enfrentar la verdad de tu vida y de ti mismo tal y como es, sin máscaras, sin atajos…
sin pretensiones.

Y siéndote honesta, yo también ya me cansé de estarte mandando avisos para nada


más ver cómo te asustas y sales corriendo, cómo llegas a pensamientos que no son
verdad generándote un malestar mayor, alejándote cada vez más de escucharme.

Y como me cansé, me rendí, y decidí escribirte. Pues tengo algo realmente


importante que decirte.

Así es que vayamos al grano.

Lo único que llevo tratándote de decir todo este tiempo, es que… es momento de
evolucionar.
¿Evolucionar? sí, no es un concepto New Age, es una necesidad de todo ser
humano cuando en algún momento de su vida ya no le funciona lo que viene
haciendo.

La realidad es que estoy aquí porque necesitas hacer algunos cambios en tu interior
y en tu vida, pues aceptémoslo, no te sientes pleno y no estás viviendo como
quisieras hacerlo.

¿Quién quiere vivir presionándose a sí mismo? ¿Exigiéndose por cumplir


estándares aprendidos? ¿Tratando de complacer a medio mundo menos a sí
mismo? ¿Intentando controlar todas las variables de cada día? ¿quién quiere vivir
quejándose y con miedo de todo lo que sucede? ¿Queriendo tener la certeza de
todo lo que va a suceder? ¿Repitiendo los eventos traumáticos de su pasado?
¿Echando culpas a los demás?

¿Cómo vas a querer vivir sin ser tú mismo y sin tomar las riendas de tu propia vida?

Para eso estoy aquí, para ayudarte a recuperar esa plenitud que vive dentro de ti, y
para lograrlo, tendrás que deshacerte de lo que te impide contactarla. No significa
que te tengas que convertir en otra persona, ¡al contrario! significa que necesitas
dejar de actuar y pensar como tú no eres y poder ser más tú mismo.

Estoy aquí para ayudarte a ver precisamente qué te impide contactar con tu sentido
de vida, con tu pasión por vivir, con tu alegría y con tu verdadero ser. Y que puedas
descubrir que hay algo que estás necesitando darte y generarte para lograrlo.

Es lógico que a veces no te des cuenta de esas cosas que necesitas, que te
sumerjas en relaciones que no te funcionan, en trabajos que no te gustan pero que
“necesitas”, que busques ser amado por los demás poniéndote máscaras y
actuando como no eres; es lógico, que busques la seguridad en alguien más y que
creas que no puedes tú sólo con esta vida, ¿quién no quisiera regresar a la panza
de su mamá y despreocuparse por todo?

Pero tampoco tienes por qué vivir alerta y protegiéndote de “posibles peligros”,
puedes relajarte… y darte cuenta que no tienes que controlar absolutamente todas
las variables para poder dormir con la mente en paz. Puedes hacerte responsable
de ti y de tu vida sin que te conviertas en un adulto aburrido abrumado por la vida;
puedes seguir disfrutando aunque tengas hijos por cuidar o sueños por cumplir.

Puedes vivir de hacer lo que te gusta y compartir tu tiempo con quien eliges, puedes
generarte una manera de pensar más realista y positiva, al final del día, tú no eres
tus pensamientos, eres quien se da cuenta que piensa y puedes tomar las riendas
de tu mente, claro, de manera amorosa y paciente.

Y para lograr esto, necesitabas darte cuenta que tu mente está interpretando
constantemente la realidad, y que no siempre tu interpretación es correcta, que
puedes caer en errores, creer esos errores, obsesionarte con esos pensamientos,
y alejarte de la realidad que sí está sucediendo.

Es momento de que regreses a la realidad y descubras que hoy, ahí donde estás,
estás a salvo, y tienes todo el derecho y la capacidad para tomar las riendas de tu
vida. Eso sí, necesitarás perderle el miedo al rechazo, al ridículo, al fracaso y al
qué dirán, necesitarás hacerte tu prioridad y confiar en tu voz interior, necesitarás
esforzarte por generarte eso que sí anhelas y que sabes que es tu derecho vivir.

Estoy aquí para decirte que necesitas ponerle límites a las personas que te lastiman;
para que te agarres de valor y aprendas a decir que “no”; para que dejes de
mendigar amor con quien no te merece; para que dejes de depender de la existencia
de tu pareja para ser feliz; para que de una vez por todas… ¡cuides tu cuerpo!

¿De qué otra manera le habrías puesto atención a tu cuerpo? Digo, probablemente
de muchas maneras, pero ésta está funcionando. Necesitas darle el alimento que
necesita, dejar de criticar tu físico y agradecerle por lo que te da; haz que sude y
que se mueva, ten tus hormonas al día y duerme las horas que necesitas.

¿Por qué te explotas? ¿Por qué te exiges tanto? No entiendo porque lo haces… si
lo tienes todo, lo eres todo, tienes toda la capacidad que necesitas para crear tu
propia realidad, pero te tratas como tu propio esclavo, eres demasiado severo
contigo mismo… y estoy aquí para pedirte que simplemente te detengas.

Así es que ya sabes… si realmente quieres que me vaya, toma el timón de ti mismo,
pregúntate qué has hecho que te ha alejado de tu esencia. Pregúntate realmente
cómo quieres vivir y lucha por esa vida, pues es tu vida, y solamente tú puedes
decidir sobre ella… si a los demás no les parece, es porque ellos tienen su propia
vida, no tendrían por qué comprenderte y tú no tendrías por qué controlar lo que
piensan sobre ti.

El único control que puedes tomar es el de ti mismo, y para recuperarlo, necesitarás


aceptar que lo has perdido y retomarlo con fuerza. Necesitarás usar toda esa
frustración y tensión interior y convertirla en motivación para ir tras lo que anhelas.
Por eso, necesitas permitir que yo me exprese, perderme el miedo, sentirme para
que veas que estos síntomas tan sólo son una manera de ayudarte a recuperar tu
equilibrio, y que si esperas a que pasen… pasarán, y que si aprendes a relajarte y
a tener tu mente en el presente, se transformarán.
Así es que la próxima vez que me sientas, cierra los ojos… confía y siénteme, déjate
llevar… escucha lo que tengo por decirte, entiendemey después, ¡pasa a la acción!
Por favor, ya no me reprimas, ya no te distraigas cada vez que llego… pues así no
podré hablarte y no podrás hacer esos cambios que tú sabes que necesitas hacer.

Espero no tener que llegar muchas veces más en tu vida, pero si lo hago… recuerda
que no quiero lastimarte, quiero ayudarte a que recuperes tu propio camino de
evolución, el camino que si lo tomas, te hará mucho muy feliz.

Y ya para terminar, quiero confesarte una última cosa, quiero decirte quién soy en
realidad:

Yo… soy tú esencia.

Así es, soy tu esencia, disfrazada de ansiedad.


Soy tú verdadero ser, ese que guardaste para proteger, y estoy aquí, gritándote,
tocando desde el interior de tu corazón con fuerza para que me escuches. No es
taquicardia lo que sientes, soy yo, que quiero salir de ahí.

Déjame salir… déjame tomar las riendas y confía en mí, recuerda quién soy y quién
eres, vuélvete a hacer uno conmigo y pierde el miedo a salir lastimado. Yo prefiero
que vivamos la vida como es, que la exploremos y que demos lo que tenemos que
dar, sea lo que sea, a vivir escondidos por miedo a lo que pueda pasar…

Así es que hola, yo soy tú, y ya es momento de escucharme.

Con cariño, yo – La Ansiedad

Escrito por Psic. Fabiola Cuevas

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