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Un don excepcional, y una gran inteligencia

Encontramos que dentro del desarrollo de la psicología diferencial conceptos


interesantes a la vista científica empiezan a trabajarse, con lo es el déficit y la
excepcionalidad, el déficit relacionado a la incapacidad comúnmente visto en personas con
problemas de neurodesarrollo o deficiencias mentales producto de anomalías, y las
excepcionalidades por encima de la norma que, con o sin explicación neurológica, pero
muy validadas por pruebas psicológicas, muestran aquellas capacidades que sobresalen en
los rangos de la normalidad humana.

Mary es una niña de siete años que tienen una particularidad, estaba resolviendo los
problemas del milenio, las ecuaciones de Navier-Stokes. Mientras convive con su tío Frank,
ella va comprendiendo cosas que dentro de las particularidades de su condición, de otra
manera no las hubiese comprendido.

Las excepcionalidades no tienen actualmente todavía una explicación completa


desde las neurociencias, sin embargo, desde las teorías actuales, que podemos encontrar en
la psicología diferencial, vemos que estas personas suelen presentar complejidad, en ciertos
aspectos de la adaptación humana, puesto que, su facilidad para resolver problemas de
magnitud científica interesante, les resta, por la misma razón, la capacidad, generalmente,
porque el contexto no logra enseñar bien, a estas personas, sobre adaptación social.

Mary, dentro de sus grandes capacidades sigue siendo una niña, que tiene, gran
amor por su mascota y le agrada jugar con otros niños, sin embargo, posee una madurez
que no es de esta edad normalmente, lo cual, le permite preguntarse por cuestiones muy
comunes de la adolescencia, como por ejemplo, la existencia de dios, pero no lleva a los
parámetros de la obstinación, dado que su tío, dentro del diálogo, logra responder
asertivamente a sus cuestiones, dándole la libertad de que ella pueda comprender y
descubrir por sí misma, cuestiones que a muchos nos cuesta por años.

Cuando la misma condición suele ser la que nos acobija dentro de la sociedad,
encontramos agrado, porque es la sociedad misma la que actúa para mejorar la vida de las
personas que, en su déficit, se facilitan las condiciones para que estas puedan cursar su vida
lo mejor posible, mientras que a las personas con excepcionalidades, siempre se nos
presenta el contexto normal, y aparecen preguntas inquietantes ¿Qué tan preparados
estamos para dar enseñanza a personas con capacidades incluso superiores a los formadores
que posiblemente tengan?

Si bien, a nivel de formación ellos presentan grandes complejidades, vemos que hay
estereotipos que no hemos roto aún, siguen siendo humanos con diferencias, por eso la
importancia de la psicología diferencial en dichos estudios, pero suelen presentar
complejidades al momento de que son tratados como sujetos con superioridades, y no
comprendemos su condición tan humana con la de cualquiera, cuestión que se nos permite
ver en la escena donde Mary dialoga con el profesor de la Universidad de Boston, donde
este le pregunta por qué no le ha dado la corrección de un ejercicio que estaba mal, y ella
responde sobre el valioso aprendizaje que había tenido de su tío, sobre la condición humana
(aunque habría q e evaluar el sentido de la honestidad de la respuesta, pero no es el centro
de este ensayo).

Sin ser sujetos pretenciosos y utilitarista, surgen dudas de corte científico que nos
lleva a platear cuestiones como ¿De qué nos pueden servir la investigación de estas
particularidades? Quizá lo principal sean las premisas humana de facilitar la vida a estas
personas, pero en concordancia con la anterior cuestión sobre la formación de estas
personas, podemos aprender a nivel se saberes, el cómo mejorar los mismos medios de la
educación y adaptación en las condiciones normales, desarrollar estrategias de aprendizaje
que mejoren el desempeño, incluso, involucrarse en el mundo de las neurociencias
desarrollar potenciadores neuronales o algún tipo de estrategia tecnológica futurista que
podamos apenas imaginar (donde las discusiones éticas y bioéticas saldrían a flote).

El don excepcional de Mary, sin duda no es la capacidad que tiene para afrontar
problemas intelectuales, sino, el entramado humano de la historia, como logra concretarnos,
sobre todo a nosotros, desde la formación en psicología y el estudio de la psicología
diferencial, para concebir la vida, desde una perspectiva diferente, y con vínculos de
aceptación y dialogo, logrando el tan anhelado deseo de la psicología de trasformar la vida
de las personas.

La mejor conclusión de que podríamos sacar de las de esta película, es que las
diferencias no son un impedimento para tratarnos como iguales, que la edad, la raza, o el
mismo estatus, no debe segarnos, y mucho menos el creer que la inteligencia, por más
excepcional que sea, pueda dar superioridad a la persona, o, por el contrario, afectar, desde
el déficit, a la aceptación y desarrollo como humanos y como sociedad.

Sin embargo, para que nuestra sociedad, comprenda las particularidades de estas
excepcionalidades, necesitamos comprometernos desde la ciencia psicológica, a cumplir
con nuestro papel de abrir espacios propicios en el campo de la investigación y la
formación para que personas con excepcionalidades puede desarrollarlas a plenitud y nos
permita aprender de ellos y mejorar nuestra “Condición humana”.

Todas estas reflexiones deben ir anudadas a un gran paso con las experiencias
previas de la ciencia, posiblemente, si Mary hubiese nacido en otro contexto, las
capacidades desarrolladas por ella no se hubiesen apreciado de la manera adecuada, puesto
que no se contaban con las herramientas propicias para estudiar. En los tiempos de Galton,
quizá incluso ni siquiera se hubiese tenido la capacidad de formular en lo que su tío más se
esforzaba, en hacerla una “buena persona” para que nunca sus capacidades estuviesen por
encima de la realidad de otros.

Por otro lado, una de las grandes problemáticas siempre han sido la inclusión de las
personas con déficit, el déficit en la historia ha sido catalogado de tantas formas que, si
analiza detenidamente, encontraremos un rechazo en muchos de los conceptos y
constructos creados para referirnos a esta condición, idiota mental hasta el actual uso de
retraso mental, todos igual de reprochable, debe ser una alerta para que empecemos a
construir una ciencia más humana.

Si ponemos en paralelos las dos situaciones, quizá encontramos una forma de


intervenir de manera adecuada, ejemplifiquemos, si realizáramos un proceso experimental
donde concretáramos un año de formación con una niña con excepcionalidad y uno con
déficit tendríamos resultados interesantes, podríamos ver mejoras, por aprendizaje social, o
disminución de capacidades por falta de competencia, o muchos otros resultados que no nos
hemos imaginado, la pregunta es ¿Por qué no lo hemos realizado?

Para resolver esta inquietante duda, debemos ponernos en una condición de análisis
de lo que somos como humanos, hemos generado tantas estructuras que hasta en la
psicología han llevado a que nosotros mismos generemos limitantes o elevemos la distancia
que existe entre personas como Mary, y los demás, Mary, a pesar de su condición, seguía
siendo un ser humano como cualquiera, una niña, que encontró en su tío, el mejor tutor que
pudo haber tenido, y la reflexión humanista que él desde la filosofía le entrega, es esa
misma que debe imperar en nosotros desde nuestro campo de conocimiento.

“No importa que tan lejos nos encontremos del sol, sabemos que está allí, y hasta un
invidente lo podría saber por su calor, el problema real, está en creer que el las noches, el
sol desaparece”. – Hurselp

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