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”Ana de Castro”
Biografía
Jorge Mario Pedro Vargas Llosa, más conocido como
Mario Vargas Llosa, es un escritor en lengua española,
considerado uno de los más importantes novelistas y
ensayistas contemporáneos. Peruano de nacimiento,
cuenta también con la nacionalidad española, que obtuvo
en 1993.
Vargas Llosa vivió con su familia materna en Arequipa hasta un año después del divorcio de
sus padres, momento en que su abuelo fue nombrado cónsul honorario del Perú en Bolivia.
Con su madre y la familia de ésta, se muda a Cochabamba, Bolivia, donde pasó los primeros
años de su niñez. Los Llosa eran mantenidos por su abuelo, quien administraba una plantación
de algodón.
Siendo niño, a Vargas Llosa se le hizo creer que su padre había fallecido, ya que su madre y
su familia no querían explicarle que se habían separado. Durante el gobierno del presidente
José Luis Bustamante y Rivero, su abuelo obtuvo un cargo diplomático en la ciudad de Piura,
en parte porque eran parientes, por lo que la familia entera regresó al Perú. En Piura, Vargas
Llosa cursó la escuela primaria en el Colegio Salesiano Don Bosco y su último año de
secundaria en el Colegio San Miguel de Piura.
En 1946, a la edad de diez años, Vargas Llosa se mudó a Lima donde se encontró con su
padre por primera vez. Sus padres restablecieron su relación y vivieron en Magdalena del Mar,
un distrito de clase media, durante su adolescencia. En Lima, estudió en el Colegio La Salle, de
la congregación Hermanos de las Escuelas Cristianas, de 1947 a 1949. La relación con su
padre, siempre tortuosa, marcaría el resto de su vida. Por años, guardó hacia él sentimientos
entremezclados, como el temor y el resentimiento, debido a que durante su niñez debió
soportar violentos arrebatos de parte de su padre, además de un resentimiento hacia la familia
Llosa y grandes celos para con su madre; pero, sobre todo, a causa de la repulsión de su
padre hacia su vocación literaria, que nunca llegó a comprender.
Empezó con seriedad su carrera literaria en 1957 con la publicación de sus primeros relatos,
Los jefes y El abuelo, mientras trabajaba en dos periódicos. Al graduarse de la Universidad
Nacional Mayor de San Marcos en 1958 fue considerado el alumno sanmarquino más
distinguido de Literatura, por lo que recibió una beca para seguir cursos de posgrado en la
Universidad Complutense de Madrid, en Madrid, España. En 1960, luego de que culminara su
beca en Madrid, se mudó a Francia con la impresión de que iba a obtener una beca para
estudiar ahí; sin embargo, habiendo llegado a París se enteró que su solicitud había sido
denegada.
A pesar del inesperado estado financiero de Mario y Julia, la pareja decidió quedarse en París,
donde Vargas Llosa comenzó a escribir de forma prolífica. Su matrimonio duró algunos años
más, pero terminó en divorcio en 1964. Un año después, Vargas Llosa se casó con su prima,
Patricia Llosa, con quien tuvo tres hijos: Álvaro Vargas Llosa (1966), escritor y editor; Gonzalo
(1967), empresario; y Morgana (1974), fotógrafa.
Su primer intento de escribir una novela satírica fue Pantaleón y las visitadoras, obra publicada
en 1973.
La novela La Fiesta del Chivo (2000) fue llevada al cine de la mano de su primo Luis Llosa en
la película homónima. En mayo de 2006, presentó su novela Travesuras de la niña mala. El 3
de noviembre de 2010, la editorial Alfaguara publicará El sueño del celta, última novela de
Vargas Llosa sobre la vida de Roger Casement, cónsul británico en el Congo Belga que se
dedicó a denunciar las atrocidades del régimen de Leopoldo II en el país africano.
Premios y Distinciones
A lo largo de su carrera, Mario Vargas Llosa ha recibido innumerables premios y distinciones.
Cabe destacar sobre todo dos de los máximos galardones que se conceden en el ámbito de las
letras hispánicas: el Premio Rómulo Gallegos (en 1967, por su novela La casa verde) y, sobre
todo, el Premio Cervantes (1994).
Otros destacados premios en su haber son el Premio Nacional de Novela del Perú (en 1967,
por La casa verde), el Premio Príncipe de Asturias de las Letras (España) (1986) y el
Premio de la Paz de los Libreros de Alemania, otorgado en la Feria del Libro de Fráncfort
(1997).
En 1993 le fue concedido el Premio Planeta por su novela Lituma en los Andes. Un gran
relieve en su carrera literaria tuvo el Premio Biblioteca Breve, que se le otorgó por La ciudad
y los perros, en 1963, y marcó el inicio de su exitosa carrera literaria internacional.
Ha sido condecorado por el Gobierno francés con la Legión de Honor en 1985, y en 2001
recibió la condecoración Orden El Sol del Perú en el Grado de Gran Cruz con Diamantes, la
más alta distinción que otorga el Estado Peruano. El 7 de octubre de 2010 se le concedió el
Premio Nobel de Literatura.
Participación Política
En la década de 1980, Vargas Llosa se volvió políticamente activo y causó sorpresa por sus
posiciones liberales, ya que la intelectualidad de la época se caracterizaba por su perfil
izquierdista.
Durante gran parte de la campaña electoral, fue el candidato favorito. El súbito crecimiento de
la popularidad de Alberto Fujimori, quien hasta 15 días antes de la elección aparecía con
menos del 10% de las preferencias, forzó una segunda vuelta electoral en la cual Vargas Llosa
fue derrotado. Después de las elecciones, se instaló en Madrid. El gobierno de Alberto Fujimori
amenazó con quitarle la nacionalidad peruana, por lo que para evitar convertirse en un
apátrida, a petición del escritor, el Gobierno español le concedió la nacionalidad española en
1993, sin que tuviera que renunciar a la peruana en virtud al convenio de doble nacionalidad
vigente entre ambos países.
Vargas Llosa calificó en 1990 como la dictadura perfecta al sistema político mexicano, con el
neoliberal Carlos Salinas de Gortari (1988-1994) en la presidencia de México, dado en el
contexto de más de seis décadas de predominancia del PRI en el gobierno, lo que le valió al
escritor tener que salir rápidamente de México para evitar un problema político.
Después de que "La Brasileña" es asesinada por un grupo de nativos furibundos, Pantaleón se
presenta en su entierro vestido de militar (haciendo público así al carácter del servicio y
desvelando el secreto al que estaba obligado) con el objetivo de levantarle la moral a las
trabajadoras-Por ello el SVGPFA recibe una serie de críticas internas y externas del Ejército,
de forma que Pantaleón se ve obligado a clausurar el servicio bajo la presión de sus
superiores. Esta complicada situación le hace pensar que su carrera como militar ha llegado a
su término, pero los superiores le otorgan una última oportunidad y lo envían muy lejos, al lago
Titicaca (Andes peruanos), a fin de que se encargue de una guarnición ubicada en ese lugar.
Con este libro, Vargas Llosa obtuvo en 1975 el Premio Latinoamericano de Literatura.
El hablador (1987)
El nudo del relato se concentra en torno al robo de las preguntas de un examen, que es
delatado por un cadete apodado el Esclavo, quien luego muere, presumiblemente a manos de
otro cadete apodado El Jaguar. Otro cadete, el Poeta, tratará infructuosamente de denunciar al
Jaguar del crimen. Todo ello enfrentará a los cadetes entre sí, y a todos ellos con las
autoridades del Colegio, que son a la vez oficiales del Ejército. El epílogo de la novela certifica
lo que ha sido el colegio para los protagonistas: una estación de paso que los ha formado o
deformado, para integrarlos a la sociedad civil.
Lituma en los Andes cuenta la historia del cabo piurano Lituma, quien, junto con su compañero,
el guardia cuzqueño Tomás Carreño o “Tomasito” (ambos pertenecientes la Guardia Civil), es
destinado para servir en un puesto olvidado en Naccos, un pueblito de la sierra central del
Perú, en medio de la guerra desatada por el grupo terrorista Sendero Luminoso. Allí se dedican
a investigar la misteriosa desaparición de tres personas: el mudito Pedro Tinoco, el albino
Casimiro Huarcaya y el capataz de la obra de carretera,
Demetrio Chanca (cuyo verdadero nombre, como después se
supo, era Medardo Llantac).
Brunelli profundamente afectado por la opinión de su hija decide provocar un incendio para
destruir los 78 balcones que atesoraba en su modesta vivienda y a continuación se suicida.
La novela se inicia con la conversación entre Santiago Zavala y Ambrosio en un bar de pobres
llamado "La Catedral", que sirve como hilo conductor para las cuatro historias estilísticamente
independientes, sobre un trasfondo político dictatorial y corrupto y las consecuencias que ello
supone en todos los estratos sociales.
Así, la trama transcurre durante la época de la dictadura del general Manuel A. Odría. Santiago
Zavala, de buena familia e hijo de un empresario colaboracionista con la dictadura, se empeña
en estudiar en la Universidad de San Marcos contra la opinión de su padre. En la universidad y
como parte del grupo activista Cahuide, opositor a la dictadura odriísta, comprueba en carne
propia la persecución y represalias que sufren los opositores de
la dictadura. Por otro lado Ambrosio, zambo de la ciudad de
Chincha, luego de sufrir un cambio de vida al pasar de su
tranquilo pueblo Chincha a la ciudad capital Lima, en ella trata
de ganarse la vida como puede y prueba suerte con un viejo
conocido de sus años de infancia, el director de gobierno Cayo
Bermúdez, mano derecha del ministro de gobierno y policía.
Bermúdez es justamente otro de los protagonistas de la novela,
desempeña un papel cruel persiguiendo a los opositores y
defendiendo los intereses del general Manuel A. Odría durante
su dictadura.
La balsa de piedra
El Pez en el Agua (1993)
Fushía es un contrabandista de origen japonés, quien junto con una muchacha iquiteña
llamada Lalita, se instala en una isla del río Santiago, cerca a la frontera con Ecuador, donde
se dedica a robar mercaderías a las tribus vecinas. Le ayuda su fiel amigo Aquilino, quien se
encarga de llevarle dinero y víveres a cambio de las mercaderías robadas. Pero empieza a
maltratar a Lalita y esta huye junto con otro prófugo, el práctico Adrián Nieves, desertor del
Ejército. Solitario y víctima de una repulsiva enfermedad, Fushía es trasladado por su amigo
Aquilino al leprosorio de San Pablo, cerca de Iquitos.
eguera
Obra Reunida (1965)
El hablador es una muestra de la habilidad narrativa de Vargas Llosa: dos relatos alternados
confluyen en una demostración de la existencia de un inconsciente colectivo que hace a los
individuos experimentar momentos de ficción que reafirman el significado de la existencia.
El tercer capítulo describe a los asesinos de Trujillo, muchos de los cuales habían sido leales al
gobierno, mientras esperan el coche del Presidente tarde esa noche. Después del asesinato,
esta historia nos muestra la persecución a los asesinos. Cada aspecto de la trama del libro
muestra una visión diferente sobre la República Dominicana su entorno político y social, el
pasado y el presente.
La noble pasión amorosa entre la tía Julia y el aprendiz de novelista, que la sociedad limeña de
los años cincuenta trata por todos los medios de impedir, se combina y contrasta con las
narraciones truculentas del folletinista de las ondas. El contrapunto de una encendida pasión
con aires shakesperianos y su correlato melodramático y la inesperada confluencia del devoto
de la alta literatura y el escribidor rastrero son algunas claves de esta narración mayor de Mario
Vargas Llosa.
La tía Julia y el escribidor reúne el interés de los relatos de aventuras, donde la atención del
lector queda sujeta a un final feliz continuamente postergado, y el más desternillante y grotesco
pasatiempo, gracias sin duda a las divertidas aportaciones del escribidor Camacho, uno de los
grandes personajes del novelista peruano.
No es fácil determinar el tema principal de esta novela breve. Se suele relacionar directamente
con La ciudad y los perros, por el argumento (la adolescencia y la juventud, los problemas de
adaptación, la sociedad fiera que castiga al que no sigue sus reglas o cumple sus requisitos...).
La novela muestra la falta de adaptación propiciada por algo insalvable, la castración física.
Esta castración puede simbolizar esa falta de machismo en el personaje (Pichula Cuéllar),
rasgo que caracteriza esta sociedad retratada. Cuéllar, sin embargo, nunca rechaza este
machismo, si no que intenta adaptarse a él, aún sabiendo que no puede.
Puede tomarse, pues, como una crítica a la presión que la sociedad ejerce sobre el individuo
diferente. La pandilla de amigos (que representa la sociedad), le aceptan, le toleran, pero
cuando se hacen mayores y su rebeldía cesa, se apartan de él. Los padres del chico son
también parte de esta sociedad. No facilitan el camino a su propio hijo, no le incitan a la
autorreflexión, ni reflexionan ellos, tan solo se compadecen, e intentan ocultar el problema.
Hay, entonces, también, una crítica personal muy fuerte. Lo que realmente causa la infelicidad
de Cuéllar, su malestar, su conducta, es su falta de reflexión y conocimiento de sí mismo.
Cuéllar no se acepta, mantiene en completo silencio su problema, intenta seguir los cánones
del grupo, que nunca podrá seguir plenamente por su castración.
Sólo hay un momento que permite ver una especie de pensamiento más profundo y de rebeldía
frente al grupo, es el enamoramiento de Teresita. Con la llegada de la chica, Cuéllar siente
cosas nuevas. Incluso aparecen nuevos intereses que desconciertan a sus amigos que piensan
que quiere admirarla, hablando de “cosas raras y difíciles”(1967:93) como la religión, la política,
el espiritismo... Cuando el protagonista revela a sus amigos su amor por ella confiesa, casi
inaudiblemente, que no quiere empezar una relación con la chica, porque no quiere luego
dejarla. Pero no busca soluciones. Pronto, y ante la incomprensión del grupo rechaza sus
primeros sentimientos, no encuentra una resolución que no sea el miedo, y vuelve a fracasar,
lo que le provocará una caída cada vez más fuerte.
Podrás vivir con el pequeño Fonchito las emociones del primer amor y descubrir que no hay
nada que uno no pueda hacer por un ser querido. Un relato adaptado para los más pequeños,
ideal para que puedan iniciarse en el mundo de la lectura de la mano del escritor peruano.
En Mi primer Mario Vargas Llosa podrás vivir con el pequeño Fonchito las emociones del
primer amor y descubrir que no hay nada que uno no pueda hacer por un ser querido, ¡incluso
si éste te pide la Luna!