1. Introducción Lo que pretendo con estos estudios es sentar las bases para una política escritural. En otras palabras, que la política esté bajo el control del motivo religioso bíblico creación, caída y redención en Jesucristo, en comunión con el Espíritu Santo. Este motivo religioso, en gran medida lo han explicado muchos de nuestros pensadores cristianos reformados, desde Juan Calvino, Groen, Kuyper. Pero el que más ha desarrollado los motivos religiosos es el Dr. Herman Dooyeweerd, en su libro “Raíces de la cultura occidental”. También en este estudio, nos confrontará, con las preguntas ¿cuál es nuestra relación con la Palabra ley de Dios y nuestra tarea política? ¿Qué respuesta daremos a la Palabra de Dios, en obediencia o desobediencia? Dios nos ha dado el “mandato cultural” de señorear su creación Génesis 1:28. Este mandato de gobierno, es el plan de Dios para transformar el mundo, por medio de su Palabra. Como alguien dijo, denme un punto de apoyo y moveré al mundo, de igual manera, también podemos decir, que con la Palabra de Dios, como punto de apoyo podemos transformar al mundo. 2. La Palabra de Dios y la política. Las Escrituras nos dice “por su conocimiento justificara mi siervo justo a muchos” Isaías 53:11. Esta justificación es por la activa y poderosa Palabra de Dios, que trae a nuestros corazones la verdad de la realidad y omniabarcante del Reino de Justicia de Cristo. Además, por esta verdad, hemos contestado las principales interrogantes de la vida. También, nuestro Señor Jesucristo dice, que el diablo “no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él” Juan 8:44. El diablo se imaginó para sí un mundo, en que las relaciones eran o son de otro modo. Es el padre de la mentira; la mentira es su misma naturaleza” (1). Por eso decimos, que todo ser humano responde por naturaleza a su “cosmovisión”. La Palabra de Dios es poder, que obra en nosotros para darnos comprensión del orden integral de la creación, de la radical caída y de la radical redención (restauración) en Cristo. Esta es nuestra cosmovisión bíblica. 3. ¿Qué es religión? La Escritura dice: “Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; Porque de él mana la vida” Proverbios 4:23. El corazón es centro religioso del hombre, por eso la Escritura dice que dieron “culto a las criatura antes que al Creador” Ro. 1:25. Por eso, decimos que la vida es religión. La incredulidad no se describe en la Escritura como ausencia de creencia, sino como creencia MAL DIRIGIDA. La religión es la situación INE RRADICABLE del hombre, que ha sido creado “delante de Dios” y debe rendir cuentas de sus hechos y caminos. Desde lo profundo de nuestro corazón surge nuestra cosmovisión, esta de obediencia o desobediencia a la Palabra de Dios. El papel de la Palabra de Dios es iluminar nuestros corazones y dirigir nuestras “salidas”. Pero, del mismo modo, los hombres (incrédulos) que carecen de esta luz y dirección, son incitados por virtud de su pervertida naturaleza religiosa, a hacer por sí mismos lo que la Palabra de Dios debiera hacer por ellos. El hombre actúa de este modo religioso, de exigir el sentido pleno de las cosas, porque ha sido creado por Dios como ser religioso. No puede huir de su naturaleza. El hombre quiere conocer la verdad, y busca esta verdad, como si fuera un montón de pedazos de conocimientos separados, a los que se pueda llegar de modo analítico. Estos conocimientos al ordenarlos, le dan al hombre una posición significativa. El hombre caído, como ser religioso nunca “acepta los hechos”, sino que más bien inventa, encuentra un modo de poner los hechos, a modo de estar seguro sin Dios. De este modo, el hombre apóstata asigna a su propia fantasía pística pagana, el papel que realmente le corresponde a la Palabra de Dios, y es así que desde el principio se ubica en un mundo en el que las relaciones son (imaginadas) de un modo distinto del que realmente son. Vive en una mentira. El análisis siempre tiene lugar dentro del contexto de la mentira o la verdad (2). Por eso el apóstol Pablo dice “cambiaron la verdad de Dios por la mentira” Ro. 1:25. 4. La Palabra de Dios como principio director de nuestra vida. La Escritura dice: “siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre” 1 Pedro 1:23. Por igual, el apóstol Pablo dice, que la “palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón” Hebreos 4:12. La Palabra de Dios es viva y penetra a lo más profundo de nuestro corazón (centro religioso), para darle dirección a nuestra vida futura en su integridad. El Salmista dice, que los que obedecen la Palabra de verdad, “todo lo que hacen, prosperará” Salmos 1:3. Nuestro futuro está seguro en la Palabra de Dios. La vida humana, si ha de tener una dirección firme, siempre requiere de una fe viva. El debate fundamental de nuestro tiempo, radica en ¿Cuál es la fe que dirige nuestras salidas y “comienzos”? (3). ¿Es la pagana, el dualismo y la humanista, o la bíblica? El apóstol Pablo dice “Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra” II Timoteo 3:17. Por esto, decimos que la Palabra de Dios revela a nuestros corazones la verdad de nuestra vida en su unidad y entendamos correctamente el lugar y naturaleza de las ciencias especiales (esferas creacionales). Todo esto, con el propósito de convertirnos en “perfecto hombre de Dios” “enteramente preparado para toda buena obra”. 5. La soberanía de las esferas. El Dr. Abraham Kuyper fue el primero en hablar de la soberanía de las esferas. Estas esferas de poder no están de manera vertical, sino horizontalmente. Una esfera no puede estar por encima de las demás, como ha sucedido en la historia, por la lucha del poder, entre el estado y la iglesia. La soberanía de las esferas nos da expresión exacta de la estructura de la creación integral. La Palabra de Dios nos da dirección y somos confrontados con la rica universalidad de las esferas de la vida. Además es el único principio que nos puede librarnos de los tradicionales motivos religiosos que controlan nuestra vida, tales como el motivo forma-materia, el motivo gracia-naturaleza y el motivo del humanismo moderno libertad-naturaleza. Es un principio eminentemente del Evangelio, como dice el apóstol Mateo, “Toda potestad me es dada, en el cielo y en la tierra”. De acuerdo al profesor Van Riessen es el principio, que puede destruir el “totalitarismo” y recuperar la “sociedad cristiana”. (4) 6. Obstáculos para la vida política cristiana. El apóstol Pablo dice: “por cuanto agrado al Padre que en él habitase toda plenitud, y por medio de él reconciliar consigo todas las cosas, así las que están en la tierra como las que están en los cielos, haciendo la paz mediante la sangre de su cruz” Col. 1:20. Cuando exigimos respuestas directas a preguntas que nos presionan con fuerza desde nuestro entorno inmediato, entonces estamos en el camino equivocado, estamos perdidos desde el principio. Ello es porque no hemos reconocido la naturaleza y el papel de la Palabra de Dios. La Palabra es el principio director de nuestras vidas y principio de nuestros caminos. La Palabra de Dios hace su obra en nuestros corazones. Si empezamos con situaciones inmediatas, nos perdemos desde ese momento. Pues la Palabra de Dios viene a “reconciliar consigo todas las cosas” con el Padre. Por consiguiente, también hay renovación de la problemática desde el comienzo. (5) 7. La Palabra de Dios y lo inmediato. El cristiano vive por la fe en la Palabra de Dios. Por lo tanto, no puede abordar aspecto alguno de su vida meramente en términos de lo inmediato. Esto no quiere decir que el cristiano no está comprometido en los asuntos inmediatos. Claro que si está comprometido. La pregunta que tenemos que contestar ¿El cristiano tiene sus “salidas” dependiendo de las situaciones inmediatas de los “hechos” o por la Palabra autoritativa de Dios? Hay que tener claro, que el cristiano esta en el mundo, pero no es del mundo. Esto nos lo enseño claramente Groen van Prinsterer, cuando dijo “en nuestro aislamiento, o en la seguridad de nuestro “extraño” principio de vida, yace nuestra fuerza para trabajar reformativamente, y así salvíficamente, en un mundo que ha extraviado su camino”. La vida de la fe, es una vida relevante precisamente porque trae la obra de la redención, de la renovación, a un mundo descarrilado. Para esto hemos sido llamados, para recobrar todas las cosas para Dios. (6) Sobre los “hechos inmediatos”, se ve claramente cuando David está siendo perseguido por el rey Saúl en el campo 1 Samuel 24. ¿Qué dicen los hechos inmediatos? Para los guerreros de David, decían que era el momento de matarlo. Pero para David, lo que le importaba, era lo que decía la Palabra de Dios. Así que los hechos no hablan por sí mismo, sino por la Palabra que proviene de Dios. Esta es la Palabra más seguridad en este mundo y no dejarnos “ir” por las circunstancias. 8. ¿Qué haría Jesús? Otro ejemplo, que ha desviado a muchos cristianos en su diario vivir. Es querer vivir la vida cristiana, preguntándose ¿Qué haría Jesús en esta circunstancia? Esto de alguna forma tiene algo de verdad, pero debe ser entendido correctamente, a la luz del sentido integral de la Palabra de Dios. Nuestro caminar con Cristo, no puede ser, por una imitación de Cristo en las específicas situaciones históricas descritas en la Biblia. Sino aplicar los principios de la Palabra y vivir a la luz de la Palabra, como nuestro principio director. Para seguir correctamente a Cristo debemos primero ser incrustados en Cristo por el Espíritu Santo, quien continúa conduciendo a la Iglesia hacia la verdad. (7) El querer vivir la vida cristiana contestando la pregunta ¿Qué haría Jesús? Es imposible querer imitar el ejemplo de Jesús. Por esto es, que los cristianos frecuentemente buscamos en las Escrituras versículos que incidan en su vida. Algunos cristianos, incluso tienen sus “textos políticos” en la Palabra de Dios. Otros, intentan formar un Estado teocrático, al estilo del Antiguo Testamento. A este uso de la Escritura se le llama “biblicismo”. Este biblicismo es querer imitar situaciones específicas o aplicar textos particulares directamente de la Palabra de Dios. La Biblia tan poco es un recetario de cocina. La Palabra de Dios es directiva para todas nuestras “salidas” de nuestra vida, nos da un lugar y llamamiento en el cosmos. De esta manera, podemos articulación una política bajo el conocimiento de Cristo Jesús (8). Quien es “Rey de reyes, y Señor de señores” I Ti. 6:15. Todas las cosas le pertenecen a nuestro Señor Jesucristo, incluyendo la política. Nota: Estudio basado en el libro “Política y Academia escriturales”, por el Dr. Evan Runner. Conferencias de Unionville, que el impartió a la comunidad estudiantil del Canadá. (1) Págs. 183 y 184. (2) Pág. 185. (3) Págs. 185 y 186. (4) Págs. 186 y 187. (5) Pág. 188. (6) Pág. 189. (7) Pág. 191. (8) Pág. 192.