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NIÑOS

Trajeron unos niños a Jesús para que los tocara, pero los discípulos no
dejaban que se acercaran. Jesús, al verlo, se indignó y les dijo:
Dejen que los niños vengan a mí; no lo impidan, porque de los que son como
ellos es el reino de Dios. Les aseguro que el que no reciba el reino de Dios
como un niño, no entrará en él.
Entonces Jesús los abrazaba y los bendecía. Marcos 10, 13-16.

Hoy Jesús se nos presenta para todos, en especial por aquellos que están
dispuestos a perdonar, por los que saben maravillarse por todo lo que les
rodea y se confían en el amor de quien los abraza, por aquellos que tienen
una mirada sencilla y están dispuestos a amar y servir sin distinción alguna.
Muchas veces nos comportamos como los discípulos que no dejan que los
niños se acerquen a tocar a Jesús, a que Él mismo los toque y los haga sentir
su inmenso amor, creemos que lo molestan y no dejamos que tengan ese
contacto.
Jesús quiere ser el amigo de ellos y nos pide que dejemos que se acerquen,
por eso los bendice y los abraza y hoy quiere hacer lo mismo; quiere abrazar
a todos ellos y los quiere bendecir. Por eso, dejemos que esta tarde todos
los niños se acerquen a Él, que sientan y reciban su ternura y su bendición.
Y hoy ¿también tú puedes acercarte con la confianza, la ilusión y el abandono
como un niño?
Breve silencio
Ahora pidamos a Jesús amigo por los niños de nuestra comunidad, después
de cada petición diremos: Jesús amigo, escúchanos:
 Por todos los niños de la Higuera, para que a ejemplo de Jesús sepan
amar y perdonar a todos los que les hacen daño.
 Por los niños que sufren violencia física y moral, para que Jesús amigo
sane sus heridas.
 Por los papás de esta comunidad, para que sepan educar a sus hijos
en la verdad bajo la luz de la Palabra de Dios.
 Por cada uno de nosotros, para que sepamos ser amigos que se
perdonan y conviven en esta comunidad, así como los niños.

Jóvenes
Del libro de los Proverbios

Escuchen jóvenes, la instrucción paterna, pongan atención y aprendan a ser


inteligentes; les enseño una buena doctrina, no abandonen mi enseñanza.
Yo también fui hijo de mi padre, tiernamente querido por mi madre. Él me
instruía diciéndome: “Guarda mis palabras en tu corazón, observa mis
mandatos y viviràs. Adquiere sabiduría, adquiere inteligencia, no la olvides,
sigue mis consejos; no la abandones y cuidará de ti, ámala y te protegerá.
Palabra de Dios

Jesús en su juventud estuvo en su casa, con su padre San José y su Madre


la Virgen María, y estuvo sometido a ellos, ahí creció y aprendió a formarse
para ser un adulto con ideales, con sueños siempre en la presencia de Dios.

Los jóvenes son la esperanza de nuestro mundo, nos lo ha dicho el Papa


Francisco un sinfín de ocasiones, pidamos por todos ellos, para que busquen
al Señor y él sea quien les ayude y les conduzca durante su vida.

Ayudemos a que los ideales de los jóvenes sean en favor de la vida, en favor
de su dignidad y para que reconozcan el valor que tienen en nuestra
comunidad.

Breve Silencio

Invoquemos a Dios todopoderoso, a quien Jesús, el Señor, nos enseñó a


llamar Padre, y digámosle suplicantes: Padre Santo guarda a tus hijos.

- Tú que te complaciste en tu Hijo amado, haz que los jóvenes cumplan


fielmente la misión encomendada a cada uno en el mundo y en la
Iglesia. Oremos.
- Tú que confiaste tu Hijo a la custodia amorosa de María y José, durante
su juventud, haz que los hijos crezcan en todo hacia Cristo. Oremos
Oración que hace un Papá o Mamá ante Jesús sacramentado

Padre Santo, fuente inagotable de vida y autor de todo bien, te bendecimos


y te damos gracias, porque has querido alegrar nuestra comunión de amor
con el don de los hijos; te pedimos que estos jóvenes miembros de nuestras
familias encuentren en la sociedad doméstica el camino por el que tiendan
siempre hacia lo mejor y puedan llegar un día, con tu ayuda, a la meta que
tienen señalada. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Adultos
Del Evangelio según San Marcos

Terminada la travesía, llegaron a tierras en Genesaret y atracaron. Apenas


desembarcaron, le reconocieron en seguida, recorrieron toda aquella región
y comenzaron a traer a los enfermos en camillas a donde oían que él estaba.
Y dondequiera que entraba, en pueblos, ciudades o aldeas, colocaban a los
enfermos en las plazas y le pedían que tocaran siquiera el borde de su
manto; y cuantos lo tocaban quedaban curados.
Palabra del Señor

En el camino de Jesús, él encuentra a hombres y mujeres de Jerusalén y hoy


viene a nuestra comunidad de la Higuera y nosotros salimos a su encuentro
buscando al Señor, pidiendo por todos nosotros, por nuestra comunidad.

En la Pasión y Crucifixión, Jesús da su vida en rescate por muchos. Así dio


alivio a los oprimidos bajo el yugo y consuelo a los afligidos. Enjugó las
lágrimas de los necesitados de Jerusalén y abrió sus ojos a la verdad
pascual.

Nuestro mundo está lleno de hombres y mujeres afligidos, que están heridos
en su dignidad, violentados por las discriminaciones, la injusticia y el
sufrimiento. Oh Cristo sé su paz y el bálsamo de sus heridas.

Señor, que el deseo de nuestro corazón sea el de encontrarnos contigo. Que


nuestro camino lleno de sufrimiento sea siempre un itinerario de esperanza,
contigo y hacia ti, que eres el refugio de nuestra vida y nuestra Salvación.
Amén.
Breve Silencio

Invoquemos a Dios, Padre Todopoderoso, que en cualquier edad nos


rejuvenece con la fuerza de su gracia, y digámosle suplicantes: No nos
abandones, Señor.

- Tú que por medio de tu Hijo, prometiste alivió y paz a todos los que
están cansados y agobiados, haz que estos servidores tuyos carguen
con paciencia su cruz de cada día. Oremos.
- Tu que a nadie privas de tu amor de Padre y muestras un cariño
especial por los más débiles, haz que nuestra sociedad se reconozca y
respete la dignidad y derechos de los ancianos. Oremos.

Oración
Señor, Dios nuestro, que has concedido a tus fieles la gracia de esperar en
ti y de experimentar tu bondad, en medio de los vaivenes de la vida, te
bendecimos por haberles concedido abundantemente tus dones a lo largo de
tantos años, y te pedimos que vivan siempre con la alegría de una juventud
de espíritu constantemente renovada, que tengan el necesario vigor corporal
y que su conducta sea un hermoso ejemplo para todos. Por Jesucristo
Nuestro Señor. Amén.

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