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I 0185-0l"X

Gustavo Gordillo .... Estado y sistema ejidal


., Alan Arias/ Manuel Lavaniegos / Hipólito
Rodríguez .... Estado y contrarrevolución en México
René Antonio Mayorga .... Internacionalización
de la economía y Estado nacional ., Carlos Pereyra
.... Gramsci: Estado y sociedad civil . Georges
Haupt 1111Ji- Rosa Luxemburgo y la cuestión nacional
. Olac Fuentes .... La Universidad
Pedagógica Nacional

Julio-septiembre de 1979
Alan Arias M., Manuel Lavaniegos
e Hipólito Rodríguez
Estado y
contrarrevolución en México
El tipo humano correspondiente a las circunstanci:15 «-
tuales reconoce todo lo que está al servicio del poder. 3
rasgos básicos de lo que ahora acontece y está \ igente
son para él la norma del mundo. Como un pequeño Ark-
tóteles, cada hombre medio ve hoy tanta mayor perfec-
ción en una cosa cuanto más real es ella [ ... ]
Max Horkheim

PRELIMINAR

De cara al artículo de Arnaldo Córdova1 y a sus múltiples


versiones, de manera casi inmediata podemos coincidir co
una d_e ¡¡us ideas más Jr,uctuosas e importantes: la de qi,ie
lo largo de su historia la izquierda mexicana ha mostrad
u otori inca acidad teórica. El artículo "La política de
masas y el futuro de la izquierda en México" -pretension _
aparte- debe ser comprendido, entre otras cosas, como un
Llamado de atención. Resulta necesario asumir autocrítica-
mente su advertencia, enfrentados como estamos a un pro--
ceso social crecientemente complejo, de crisis que se agudizan
y que agravan dramáticamente la responsabilidad de las fuer-
zas actuantes y pensantes de la izquierda en México. puesto
que -como indica Córdova- la teoría "nunca ha sido 5
fuerte". Aceptar la penuria teórica como punto de partida.
ante un pasado precaria e insuficientemente explicado y ante
un porvenir preñado de incertidumbres, implica replantear
la teoría como una necesidaá política de primer orden para
revolución anticapitalista, y compromete a las fuerzas de iz-
quierda a asumir tal replanteamiento como una tarea políti

L Amaldo Córdova, "La política de masas y el futuro de la iz-


quierda en México", Cuadernos Políticos, n. 19, enero-marzo de 19, .
Conocemos otras dos versiones de este texto. Una aparecida en la Re-
xista Nexos, n. 18, otra en el libro México, hoy, Ed. Siglo )CU ~ é-
,cico, 1979. Éstas dos aparecen sin presentar las tesis pro¡n-amátit:"a,;
de la política sustentada -ligadas al MSR-, mismas que en la ·e~-
sión de Cuadernos Políticos se incluyen. Incluso podemos enrontrar
diferencias entre dos de ellas. La importancia de esta versión 0011.ilS e.
entre otras cosas, en que se asume como fundamentación política
de una posición de un grupo organizado del movimiento obrero. mi.~
ma que está llamada a ser difundida (las versiones señaladas. su apa-
rición como pequeño libro anunciado por Era). En tanto que
µ:rupo de intelectuales reflexiona dentro del marco aquí expue-cto.
ejemplo, Raúl Trejo, José Woldenberg. Eliezer Morales. entre otro-.
t>sta \·ersión es la más completa, con extenso aparato de ritas. etcétera.
por lo que pensamos que es la más adecuada para una discu;;ión y u a
rdlexión atentas. De alguna manera. podemos suponer que rl
junto de las reflexiones del libro México, hoy buscan. sin hacer
explícito como aquí lo hace Córdova, ligarse a un proyecto
y orgánico de renovación social.
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militante de las organizaciones, los partidos, los grupos y los TTWmento político decisivo y que corresponde a una puesta al
sujetos individuales. día en lo relativo a su propuesta de estrategia programática.
Una condición necesaria para el cumplimiento de esta vi- Coincide con el momento del reajuste de cuentas con una
tal tarea política es -en el ámbito restringido que el comen- serie de situaciones importantes del proceso político mexica-
tario crítico de un artículo teórico político nos impone- la no, entre las que se destacan: la reedición de viejas propues-
implementación paulatina de un nuevo tipo de discusión, de tas nacionalistas del aparato de subordinación sindical charro;
formas de confrontación de posiciones que rompan con la la multiplicación y potencial generalización de la violencia
inercia de una tradición llena de vicios e insuficiencias la- anticampesina en virtud de compromisos estatales producti-
mentables. La decisión autocrítica, el abandono <le la retó- vistas enfrentados a las luchas espontáneas de los campesinos;
rica doctrinaria, del estilo sectario y monologante, del despo- el escuálido arranque de la reforma electoral; el incremento
tismo de. pretensión hegemónica en los discursos, así como el de la presión de los órganos supranacionales económico-polí-
esfuerzo por superar la subcultura teórica, han de asumirse ticos de organización capitalista; el momento decisorio de
como pautas políticas de comportamiento por parte de los significativos elementos de las relaciones con Estados Uni-
protag_oni~tas. dos; la postergación del periodo de bienestar y resarcimien-
Una situación histórica novedosa contribuye en ese senti- to económico prometido en base a la ya agonizante "alianza
do: la afluencia masiva -dispersa y de diferentes órdenes- para la producción" y al problemático auge petrolero. Todo lo
de intelectuales al movimiento sindical y político de la clase anterior ubicado a la mitad del sexenio, plazo final para la
obrera, inserción motivada por las modificaciones del apa- determinación de proyectos de envergadura.
rato productivo y del conjunto de la estructura social, cuyo Coincide también, por otro lado, con la necesaria recom-
detonante fue el estallido político social del masivo movimien- posición de fuerzas y alianzas para enfrentar un próximo
to del 68. Una disidencia intelectual organizada o en vías periodo que se anuncia como prolongado, sin relieve y gris
de organización se aproxima --<lesde diversas perspectivas- por el peso de la crisis, y donde las posibilidades de recompo-
ª los movimientos y organizaciones de izquierda y contri- sición del movimiento autónomo de masas serán muy incier-
buye con ello a la modificación del carácter marginal, que la tas; esto hace que el artículo que nos ocupa se mueva en un
reflexión teórica socialista y comunista tiene dentro del blo- marco discursivo teórico, programático y propagandístico más
que cultural mexicano. El momento complementario de este amplio, generado, en gran medida, por la serie de propuestas
proceso unitario radica en lo que podríamos denominar una que se elaboran en las distintas corrientes del mo,·imiento
cierta "intelectualización" de un significativo número de cua- obrero. El texto que comentaremos posibilita la tarea de la
dros del movimiento obrero, proceso desencadenado por el discusión, ofrece condiciones excelentes para introducir en
capitalismo en su recomposición y complejización, con lo que la misma toda una serie de elementos inéditos o insuficiente-
ofrece condiciones crecientes aunque contradictorias de ilus- mente tratados en la polémica de la izquierda mexicana. y
tración. Sin embargo. en ese contexto, lo decisivo es la poli- presenta una multiplicidad de planos que involucran a la
tización en la confrontación cotidiana con el capital y sus mayoría de los fetiches teóricos, políticos, organizativos y pro-
mecanismos de control en la fábrica , el sindicato; el núcleo gramáticos de la izquierda socialista y comunista de nuestro
principal de esos obreros ilustrados lo constituyen quienes país. En el momento presente lo que importa es -como se-
han enfrentado experiencias concretas de lucha, de las múlti- ñala la redacción de Cuadernos Políticos- abrir el debate
ples recientes, y que configuran así un creciente número de sobre los problemas centrales a todas las fuerzas del movi-
militantes de cualidad diferente. Este proceso global y unita- miento obrero.
rio influye ya e influirá cualitatirnmente para que la izquier- Evidentemente se trata de una intervención polémica. Pen-
da afronte críticamente las tareas que la crisis económica y samos, en efecto, que el futuro de la izquierda mexicana se
política del país le exigen. definirá no por la "positividad" de los programas adecuados
El artículo de Córdorn incide significativamente en ese pro- a los "desarrollos más posibles" determinados por el poder
ceso global y nuevo en la política de izquierda en México, social y político vigente, ni por membretes organizatirns va-
incidencia que en el caso del autor no es de ahora sino que cíos de contenido y poder, ansiosos de reconocimiento a fin
supone un considerable e interesante trabajo de ya varios de entrar en el juego de la representación en el Estado: sin.o
años. Lo significath-o de este artículo es que aparece en un que más bien se define por la determinación riguro;=a de la
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vasta gama de las tareas teórico-políticas, por los múltiples teral cQIDp.r.ens~n d_el P.roceso social y político capitalista da
olvidos y huecos que han de abordarse para que los explota- lugar a una serie de proposiciones teórico-políticas equívocas
dos se constituyan en sujeto político, en un sujeto político que y problemáticas sobre:
destaca en un complejo proceso de constitución y reconstitu-
ción de la autonomía de las masas mediante la configuración 1] E! sujeto político en el capitalismo mexicano ( "sólo
orgánica y consciente de su resistencia y contraposición al lo organizado es real");
capital y sus mecanismos de subordinación estatal. 2] La guía estratégica y los medios del comportamiento
Quisiéramos evitar que nuestra reflexión se redujera a pro- político ("la política de masas") ; y,
poner otra interpretación u otras tesis programáticas, pues 3] El marco social de la vida política ( el "Estado de es-
:eríamos víctimas de la pretensión hegemónica de quien posee tructura corporativa") .
.a posición correcta. Quererrws mostrar la necesidad de salir
a,i:,c_ula_de_las disyuntivas, mediante a desestructuración ¿ En qué consisten y cómo se manifiestan estas insuficien-
.ritica de los argumentos y pautas discursivas en los que se cias teóricas? ¿ Dónde se encuentra el límite de comprensión
ueve el debate, dentro del cual el texto de Córdova se pre- de nuestro autor?
senta como ejemplar en más de un sentido. Buscamos señalar a] Consideramos que éste reside en su inadecuada cap-
sólo la complejidad del proceso, sino la inviabilidad de tación del proceso complejo y unitario de la reproducción so-
!"'eCuentes y dominantes formas de apropiación teórica de la ci,al capitalista, en una ausencia del pivote crítico para en-
idad social y de sus consecuentes tesis de transformación. tender esta configuración, esto es, la dimensión económico-
endemos demostrar también la irresponsabilidad que con- política de conjunto de los comportamientos prácticos de esta
a el suprimir a determinantes sectores del sujeto social con socialidad, los orientados a su reproducción y apología así
iáad revolucwnarw y a sus formas orgánicas y discur- como los orientados a su desmantelamiento y subversión. Las
" de expresión; así como el desparpajo prepotente con el funciones, ubicación y determinaciones del Estado, en con-
se elimina un amplio espectro de dimensiones de la po- secuencia, son pensadas en términos abstractos, sin conteni-
y de la teoría que por cómoda tradición y pobreza do histórico.
··actual han estado ausentes en la historia del debate. Que- b] Consideramos por tanto que el origen, proyecto, función
:. sobre todo, mostrar puntos de fuga a los que apunten y compromiso contrarrevolucionarios del Estado mexicano en
pectivas de indagación, abrir interrogantes que sugieran la época contemporánea no son captados en sus dimensiones
.plitud del horizonte y lo problematicen, en el sentido específicas; puesto que se les describe confusamente y no se
intento de consecuencia radical de la crítica que vis- conocen los comportamientos y determinaciones que la bur-
re claves para la acción consciente socialista y comu- guesía nacional y sus instancias de dominación política han
configurado en su desarrollo, luego del agotamiento de la cri-
sis revolucionaria iniciada en 1910.
c] Consideramos que el horizonte teórico y práctico de la
reflexión de Arnaldo Córdova está constreñido y limitado a
la forma de la política de Estado, lo que le cierra las posi-
bilidades de comprensión de otras modalidades de lucha con-
principales motivos problemáticos que nuestra interven- testatari,a de base y de las formas autónomas que las masas.
: a destacar para contribuir así a su esclarecimien- imponen al poder del capital. Su pensamiento y sus propues-
·an distinguirse en dos rubros básicos? Por un lado, tas de acción quedan, así, sujetos al ámbito de la circulación
· e de insuficiencias teóricas y argumentales básicas, mercantil, reglamentados por el código de las formas jurí-
., a las dimensiones estructural, mstórica y práctica dicas. políticas e ideológicas.
· da moderna y su correspondiente apropiación teó- Alrededor de estas insuficiencias básicas se reconocen los
otro lado, en consecuencia, la inadecuada y unila- lineamientos político-sustantivos de las tesis programáticas
del autor; una serie de elementos discutibles sobre las condi-
- amiento de estas insuficiencias conlleva el compromiso de
hipótesis de trabajo los elementos sustantivos de nuestras ciones y formas de la lucha de clases, la estrategia y el espa-
cio de la confrontación. Aparece así adscrito el autor al ám-
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bito parcial de la "politicología". primer orden para un movimiento que se reclame anticapita-
Veamos cómo ocurre esto: lista. Lo que significa asumir la lucha por la auJ,onorrúa re-
l. Sus consideraciones en relación al sujeto [XJÜlico en el volucwnaria también en el terreno de los modos de teorizar
proceso nacional, su realidad y eficacia posibles, implican una vigentes.
eliminación tajante de sectores fundamentales del complejo A la lucha teórica no le basta un aparato de especialistas
proceso de constitución del sujeto de la acción anticapitalista. que parlotee al ritmo de los viejos modos de pensar, atado
Ignora las contraposiciones básicas de la sociedad burguesa: a los principios científico-liberales adornados de una nueva
la que se da entr.e eLmedio urbano y el ..rural._la. oposición voluntad inclinada vagamente hacia la izquierda. Es nece-
entre trabajo intelectual y manual y la relación entre Estado sario, por el contrario, subvertir los modos de pensar y ha-
nacional y mercado mundial. blar burgueses, condición para escapar al cíclico engulli-
Su concepto del sujeto de la acción política no sólo se ve miento de ese "totalizador ideológico" que ya Revueltas en
restringido a las formas institucionales, sino que asume como su México: de,rwcracia bárbara advertía como poder en el
supuesto intocado una noción fetiche de clase obrera, estática, Estado capitalista mexicano.ª
noción que no cala en la sustancia 'ñiodi1lcada del capitalis- Esta capacidad estatal de absorber, propulsar y retroali-
mo contemporáneo. mentar el dominio de los esquemas de comportamiento capi-
2. Esto es así dado que sus consideraciones en torno al talista a través de todos los planos cultural,es, [XJlítico-romu-
medw político caracterizado como "política de masas" y si- ·,zicativos de la práctica social, invade por supuesto los ámbi-
tuedo como la guía estratégica del comportamiento político tos de la producción de la ciencia, de los científicos y de los
de la izquierda, cierra de antemano cualquier posibilidad po- técnicos (por ejemplo, la universidad como proceso de pro-
lítica anticapitalista: circunscribe a ésta a las pautas del ducción-difusión-consumo de técnicos del saber práctico, agen-
juego político de la representación burguesa y la restringe a tes ideológicos, fuerza de traba jo calificada, etcétera) .
la exclusiva presión sobre el aparato estatal. La penetración y subordinación capitalista del conjunto
3. Todo lo anterior deriva, por último, de sus consideracio- w:JQs planos pofüico-comunicativos de la cultura afecta tam-
nes sobre el marco político, restringidas al ámbito institucio- bién la calidad intrínseca de JQs discursos y de sus objeti-
nal del Estado mexicano. Entiende a éste como "típicamente vaciones téc:nicas. Pero lo que aquí interesa, principalmente,
corporativo" y como instancia de decisión y arbitrio de las es que este dominio ideológico impacta a la producción dis-
políticas posibles. Alude confusamente a su génesis, confor- cursiva de los intelectuales que pretenden realizar su función
mación y proyectos. Las figuras del comportamiento político con independencia y libertad en favor de la clase obrera.
social de la burguesía, personificación del proceso de acumu- Es en este marco que un análisis crítico del discurso po-
lación del capital, expresión de la compulsión totalitaria del lítico -del discurso que emite tesis de transformación so-
mismo, son las principales ausencias del discurso de Córdova.
Es a partir de estos motivos problemáticos principales, co- 3
"El Estado mexicano a través de numerosas vicisitudes internas
rrespondientes a los tres apartados del argumento, que el au- y externas, y de una serie de pruebas y contrapruebas, derivadas de
tor fundamenta su propuesta programática de acción para la su inicial acto de origen, como acto ideológico que le impedía esta-
tuirse como diametral negación de la sociedad podiriana, se ha
izquierda, en torno al polo aglutinador que podría significar ido afinando cada vez más, hasta llegar a su máxima expresión
el Movimiento Sindical Revolucionario (MSR). contemporánea como Estado ideológico total y totalizador. Cuando
decimos Estado ideológico total,, no se quiera ver en esto un escamo-
I.2 teo de lo que constituye la naturaleza interna verdadera del Estado
mexicano. La ideología no es metafísica ni extrasensible. La ideolo11:ía
Hay un nivel en la discusión que queremos introducir ex- es una totalidad concreta operante y activa que tiene sus raíces sóli-
damente establecidas en el compuesto social. El compuesto social en
plícitamente. Aclarar su función y reivindicar su pertinencia que el Estado mexicano arraiga, dentro de una magnitud circunstan-
dimana de la convicción de su necesidad e importancia po- cialmente variable, lo constituyen las clases sociales, sin que deje por
líticas. ello de ser un Estado dl! la burguesía que encuentra su sostén más
La elaboración de un discurso teórico-político que genere vigoroso en las grandes masas domesticadas de la clase obrera, los
campesinos y la~ clases medias." José Revueltas, Méx;co: democracia
simultáneamente un contexto propagandístico y práctico con bárbara. Posibilidades y limitaciones del mexicano. Ed. Posada, 2a.
sus propias reglas de juego, es una de las necesidades de ed., México, 1975, pp. 20-21.
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cial- no puede restringirse, como es habitual, al mero con- plica el por qué de las dimensiones colosales del poder po-
raste empírico de las consignas resultantes del discurso con lítico imperante y también las razones de los continuos fra-
acontecimientos sueltos del proceso histórico, haciendo con casos de la oposición para imponer su presencia ( p. 23) .
ello caso omiso de su enraizamiento en la estructura argumen-
ud que las sustenta. Esta "política de masas" / unda la eficacia del Estado como
La crítica política del discurso debe revelar las claves que "rector de la vida económica y social" y aparece como el re-
presiden el proceso de la formación del mismo, rastrear en sultado histórico incuestionable ("hoy es algo que, por lo
odos lo§ rinc_ones de la armazón del texto la perspectiva demás, todo el mundo reconoce") de la Reyolución mexicana.
eórica que delimita su organización política de la realidad. Ella consiste en la organización del "consenso político" que
El poder explicativo tiene su materialidad, precisamente, en va desde la adhesión a los caudillos revolucionarios, pasando
la congruencia de la línea argumental; ésta es la que rige sus por la manipulación caciquil o gangsteril de los años de la
referencias, sus tomas de posición frente al contexto prác- gran depresión, hasta el régimen de Cárdenas, cuando "co-
tico. La mecánica argumental encierra los secretos más re- bra características de un sistema institucional permanente"
cónditos del movimiento ideológico. (p. 15).
Las siguientes notas ensayan este tipo de lectura, una serie Cada etapa histórica del desarrollo económico y político de
de señales ·polémicas en torno del modo de argumentación México estaría marcada por una "forma específica de con-
que sustenta el texto de Arnaldo Córdova. Tomando su modo trol y manipulación de las masas" (p. 14).
de argumentación como el reflejo objetivo de su forma de Tras emitir estas tesis ya Jle por sí problemáticas, sin acla-
comprensión teórica, s.e....poru: en t:Yidencia que el criteri de g L.!..Q!LrigQr_ analítico la realidad política del régimen de
rnlidación de sus tesis se basa en una repetición de las. ex- Cárdena in r construir los ra§gOS de su génesis 5 entre
resiones empíricas del lenguaje político desde una perspec- otros fenómenos históricos olvidados está la aniquilación es-
tiva positivista. 4 tatp.l d~ la tradición olític1!_anarquista., matriz originaria
de las ~andes organizaciones proletarias mexicanas), Arnaldo
Córdova llega a la conclusión de que la estructura política
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del Estado mexicano es "típicamente corporativista" y que
El punto de partida del autor ("la dominación corpora- "los verdaderos sujetos políticos venían a serlo las org-aniza-
tivista", pp. 14-23), lantea _9!le la "política de masas" dt>l c10nes de masas constitutivas del partido" (PRM, PRI) (p.
Estado mexicano es la clave que le na permitiao tener ascen- 18).
diente sobre éstas; poder político. Con ello definirá el marco Pero ¿qué explica que esta organización de las masas en
Qbjetivo que determina al movimiento obrero y a las posibili- las diferentes agrupaciones ( CTM, CROM, CNC, CNOP, et-
dade fut'(Jra.s de la izquierda. cétera) y en sectores centralizados por el partido se convierta
en un aparato para su control y manipulación? Córdova res-
[ ... ] la gigantesca estructura de dominación que pesa so- ponde: un proceso en el que la organización engulle a la cla-
bre las masas trabajadoras [ ... ] determina no sólo la po- se; para explicarlo culpa a Lombardo:
lítica del Estado, sino también la política de las fuerzas
que se encuentran en oposición al Estado mismo, ella ex- Entre otros, es fundamentalmente a Lombardo a quien se
debe la popularización de la expresión movimiento obrero
4 En nuestra propuesta de lectura encontramos por lo menos dos organizado, que siempre contraponía a las masas no organi-
ocedimientos argumentales característicos a lo largo de todo el
artículo. No obstante que ubicaremos cada uno de estos procedi- 5 Aguilar Camín también capta este problema cuando ·afirma: "Pa-

·entos argumentales en los distintos apartados de nuestro comen- recería que la certidumbre actual sobre la clara dominación ejercida
u:io, en los términos de la critica de las tesis sustantivas que sobre por el Estado mexicano, permite abolir o dar de lado l'a larga lucha
• •ojeto político, el medio estratégico y el marco estatal presenta concreta por su construcción. El Estado mexi cano aparece en el en-
Gkdova , queremos señalar que será así, básicamente por motivos rela- sayo de Córdova como una entidad cuajada desde sus inicios y desde
a la forma de exposición, pues se trata de mecanismos recurren- sus inicios dotada de recursos institucionales para practicar su inno-
en todo el texto, que lo enmarcan e impregnan y que, en su con- vación profunda: 'la política de masas'", en Gilly, Córdova, Bartra,
o. expresan -como intentaremos mostrar- una definitiva pers- Aguilar Mora. Semo, lnterpret,ufones de la Revolucién Mexicana,
. a ideológica de comprensión de los procesos políticos. UNAM. Ed. Nueva Imagen, México, 1979, pp. 14-15.
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zadas, y aun a las que no estaban dentro de su propia or- mostra!;iÓ · el e.aso empmco cada vez más microscópico
ganización. Esta gigantesca estafa teórica y política, a la s1 co erva do iwal eficacia explicativa.
vez, condujo a una sencilla operación consistente, sobre La _ecuencia argumental. en lugar de seguir el orden de
todo desde el punto de vista del gobierno, en identificar la realidad de los fenómenos histórico-político~, obedece más
organización con dirigencia o burocracia y a través de ella bien al orden del fichero a la mano de nuestro investigador.
concluir el proceso de dominación de la clase obrera. En Así ha reproducido lugares comunes acerca del cardenismo,
realidad esto no era más que el resultado de un estilo ca- se ha mantenido en el nivel anecdótico, en las definiciones
racterístico de dirección sindical autoritaria, ampliamen- oficiales v oficiosas del .. divisionario michoacano".
te practicada por Lombardo y los suyos y fundada en la Córdov"a enuncia ob errnciones críticas. Así, denuncia la
misma adhesión de las masas a sus dirigentes. Pero fue un incorporación de las roa. as a la organización según el "ca-
estilo que el gobierno cultivó en su trato con los líderes rácter estamental de lo ectores, en atención a los intereses
obreros (p. 21). y profesiones de su miembro_. con miras a aislar drástica-
mente a las clases trabajadoras para distribuirse su control
Tras esta peculiar v1s1on del proceso de asimilación de los (p. 17) . También señala:
"sectores" obreros y campesinos a las centrales y al partido
del Estado, Córdova ha dejado al lector ante una disyuntiva esa presencia prodigiosa del poder del E tado, la organi=a-
sin aclarar: el "aliancismo" cardenista concluye en un "ré- ción, generaba la representación en la medida en que se
gimen de dominación" o bien, deberá leerse entre líneas, la imponía la necesidad de vincularse al E tado. La autono-
mancuerna Cárdenas-Lombardo legó a la clase obrera orga- mía de la organización, deteriorada previamente por los mé-
nizaciones representativas que habrían de ser presa de una todos autoritarios de dirección, se derrumbaba, en fin, ante
partida de líderes corruptos. el amplio juego de la representación y ésta acababa susti-
Pero Córdova se ha limitado a describir el proceso median- tuyéndola [ ... ]
te el cual la clase desaparece en favor de la organización y Lo que siguió a la conversión del partido oficial en una
ésta se confunde con la burocracia sindical. Ni siquiera se maquinaria corporativ~ no fue sino un prolongado per-
ha intentado ofrecer las razones materiales --económicas y feccionamiento del sistema de dominación mediante y a
políticas-- de este mecanismo de manipulación. ¿ Qué lo ex- través de la organización. Luego que cesaron las moviliza-
plica? Córdova nada nos dice. ciones, la organización, convertida ya en un instrumento
Nos encontramos, pues, con una tesis-que al dejar de lado del poder político devino rápidamente una verdadera cár-
el plano económico en la caracterización del Estado, lo cieja cel para los trabajadores organizados[ ... ] (pp. 21-22).
sin contenido es ecífico. En la medida en que Córdova ex-
one como determinante una mecánica de control formal en Resumiendo, podemos señalar que Córdova ha indicado:
medi,Q e. un vacío de caracterización de la estructura econó- primero, que la autonomía organizativa estaba desgastada
mjco-socia ªRi!alista q_ue le está sirviendo de sustento, frag- por el autoritarismo anterior de la dirección; segundo, que
menta la totalidad social. la transformación del PNR en PRM fue un proceso de do-
ara explfoarnos el mecanismo interno de este coloso cor- minación con señuelo organizativo; y, tercero, que esta orga-
porativo que es el Estado mexicano -frente al cual gira la nización es un verdadero sistema carcelario para los tra-
izquierda-, Córdova nos describe el organigrama de la in- bajadores.
serción de los distintos sectores en el seno del partido (PRM, Sin embargo, aunque establezca éstas y otras observacio-
PRI) (pp. 19-21). El proceso de determinación del com- nes críticas en referencia a lo que se encuentra en la base de
portamiento "típico" que subordina a las fuerzas y al mo- la dominación _política-institucional, no se preocupa por pro-
vimiento de izquierda, se limita a señalar el tránsito del fundizar en su significado político y social -el sentido del
poder real del régimen nacional-corporativo a la figura car- consenso- ni otorga a sus críticas una línea de continuidad
denista, de ésta al "sector obrero", de ahí a la CTM, luego si!-tematlca en el argumento. Es por ello que terminan por
a la FTDF, para llegar a la Sección IV y, por último, al opacarse los señalamientos críticos; quedan inmersos en la
Sindicato de Lecheros dirigido por Fidel Velázquez. El re- mec~nica que intentan descifrar, pues el propio autor está
duccionismo descri tivo de Córdova se nos propone como e- atrl!Eado en el "amplio juego de la representación".
31

Es por este edimiento que hablamos d n p.9s1tiv1s- xerse en el marco de las constantes político-jurídico-ideológicas
mo acrítico.,..resultado del ompimi{!nto de la conexión entre ·m uestas or el Estado capitalista. Para él, se trata simpfe-
plap.o ~ómicq y plano polí~ncio.UíUl est último, mente de un mal uso, a uso -un "estilo autoritario" de di-
de ma._nera exclusWl+.--~J.W.!:o d~ par ida de . sus argu- rección sindical-, el que juega con la auténtica represen-
menjQs. 6 La consecuencia es que Córdova, invirtiendo la ''fuen- tación de los trabajadores en sus organizaciones institucio-
te" del poder del Estado, no comprende su sentido esencial. nales. Esta idea lo conducirá osteriormente (p. 33) a cir-
Para él, como para Lamarck, "la función crea al órgano" cunscribir l.!'- acción democrática de a iz!J_uierda obrera a
la "-capacidad de organizar el conserts6", la política ele masas, ' j:u.s.tilµtlQ.naI": " [ ... J la izguierda no tiene más
"funda su poder sobre la sociedad". que una vía institucional para consolidarse y desarrollarse, y
Pero la cuestión se :elantea, más bien, a la inversa: la es la qm,. pro_pprci9iia la organizac10n e masM• (p. 3"3 .
fuente real del poder del Esimlo soóre 1a socíeilaa se deriva Finalmente, desde esta perspectiva, su vaga definición del
de la 2[_.0 pia estructura material de domina-ciórrca_:pitalista sistema político mexicano como "corporativismo político" tie-
de {,a sociedad.J,a ÍOimación e::,t constitu e un momento ne que ser puesta en cuestión. El corporativismo mexicano
económico-político del roceso de roducción _y_ re roducción es definido por Córdova a manera de "resta" comparativa
éaP.italistas. En este sentido, es la figura histórica que adopta respecto de los corporativismos fas-cistas italiano y alemán:
el proceso de la reprodu-ción capitalista la que produce al
Estado burgués como uno de sus núcleos de control discipli- El corporativismo fascista es, ante todo, una forma de or-
nario, carcelario, de la población trabajadora, y es esto lo ganización compulsiva de la economía, particularmente
que determina sus modalidades específicas de control. dentro de la empresa misma, pero también a nivel nacio-
La "representación", mecanismo clave de este control, es nal; la corporación, en este caso, tiene una estructura es-
complemento del dominio directo del capital sobre los traba- tamental y en ella se representan, con sus derechos y obli-
jadores en el proceso de trabajo. Las variadas formas de re- gaciones, los diferentes intereses de clase que intervienen
presentación política, en su calidad burguesa, derivan su for- en el proceso de la producción, pero, de manera muy prin-
ma y función de las necesidades de valorización del capital: cipal, la corporación constituye la autoridad que en lo in-
institucionalizg_la diso~_iació~ ~tre productor y condiciones mediato dicta a cada sector social el papel que debe de-
de producciiío J',g,xIWmi.aI . ª l~ trabajaoores de su capacidad sempeñar en la misma producicón. En el fascismo las cor-
de o r g a n i z a ~ a ~ o r Tos me los ae pro- poraciones no son órganos del partido sino órganos del
ducción s~iales. Eswdo directamente [ ... ] (pp. 18-19).
Córdova no cuestiona la calidad de "democracia indirecta"
(J.!!e nt1cesari11mente im_pli<;a la representación política, ya sea Mientras tanto, en México
para los grupos como para los su·etos individüales, al mo-
existe un corporat1v1smo puramente político y de él ante
6 Sobre este proceso de autonomización de lo político en la teoría todo, por lo menos como estructura de partido, se exduye
"Ocia! moderna, Korsch dice lo siguiente. "Con esta disolución del a la clase dominante; funciona sólo como mecanismo de
materialismo económico de Marx en una serie de ciencia8 particulares control de masas, y en él la verdadera organización cor-
~ociológicas coordinadas, no sólo se sustrae todo contenido determi- porativa es la organización de clase o, más precisamente,
nado teórico a la teoría rnarxiana de la sociedad, sino que también
se destruye al mismo tiempo el fundamento de su carácter práctico de intereses profesionales, amén de que, por lo menos desde
revolucionario. En lugar del ataque radical al todo del presente modo el punto de vista formal, la organización es concebida como
de producción capitalista y a la formación social económica basada miembro del partido y no como órgano del Estaáo (p. 19).
en él, aparece una crítica teórica a aspectos aislados del sistema ca-
pitalista existente, crítica del orden económico burgués, del Estado,
de la educación burguesa, de la religión, el arte, la ciencia y el resto El problema de la eseecilicidad del sistema J>Olítico mexi-
el'! la cultura, una crítica que no tiene ya por qué desembocar nece- c2.no está eludido. La modaj.idad peculiar del Estado mexi-
suiamente en práctica revolucionaria. sino que puede también disi- ~ no y del PRI como instituciones políticas de control comple-
parse (como de hecho ha ocurrido en la realidad) en todo tipo de mentarias del orden productivo ca~italista, el problema del
esfuerzos reformistas que no rebasan en principio el terreno de la
sociedad burguesa y de su Estado". Karl Korsch, Karl Marx. Ed. Ariel, Eªaclo ~ su totalidad como parte del capital, no aparecen. El
Barcelona, 1975, p. 238. (Subrayado nuestro.) ca ital l burguesía y el orden político capitalista están
32

ausentes del análisis de Córdova; el Estado y las formales que apuntan centralmente hacia la abolición y disolución del
<k.{iniciones-Cle corpQrativismo ocupa todo el ..espacio argu- orden estatal y de la "política".
mental. Tampoco puede ser ignorada la obsesión, común a los clá-
Por ello escapa de su análisis que este empotramiento "es- sicos y a las tradiciones subsecuentes, de poner en el lugar
tamental" de las masas por sectores en el "sistema repre- central de sus preocupaciones el problema de la toma del
sentativo" subordinado al partido del Estado, no es otra cosa poder del Estado, descartando el vasto panorama de todos
que el fiel retrato de la división capitalista del trabajo ("a los motivos que envuelve la reYolución social. 8
la derecha jamás le ha interesado la lucha sindical por las A pesar de este terreno movedizo en torno de la compren-
grandes organizaciones de masas", p. 26). sión del Estado --que implica todo el ámbito de lo político,
Tal es para Córdova la estructura de dominación impues- abierto como tarea teórica y práctica que agrieta desde su
ta por el Estado. En._µltima instancia. su rinci al defecto núcleo a las diferentes versiones del discurso crítico contem-
consist.e...en .no c_aptar la unidad complej a --económico-polí- poráneo- apuntaremos, con todas las limitaciones e incerti-
tica- del conjuntQ de la vida _,;QCial capitalista. ~o logra dumbres que conlleva, algunos elementos sobre las funciones
establecer mediaciones entre la función estructural específica del Estado contemporáneo en general, circunscribiéndolas al
que cumple el Estado dentro del proceso de acumulación Estado mexicano moderno.
capitalista. En este sentido quisiéramos, en las notas que
siguen, apuntar: 1] la especificidad de las funciones estruc- Tomemos como clave la escueta indicación de Marx: "El
turales y constitutivas del Estado en tanto que momento del Estado es la estructura de la sociedad".
orden productivo capitalista; y 2] señalar algunas considera-
ciones sobre momentos decisivos de la evolución de este Es- Como hemos visto, Górdova hace de la "política de masas"
tado. el funda mento del poder del Estado sobre la sociedad. Noso-
tros, por otro camino, nos preguntamos por la calidad de este
" <¿Q!!:senso". fnt,eresa precisar dónde, cómo y para qué se pro-
III
duce y se organiza este "consenso".
El Estado y la estructura de la sociedad no son desde el Sustentamos la tesis de que la "fuente" del poder del Es-
punto de vista político dos cosas diferentes. El Estado es tado sobre la sociedad reside en el comportamiento práctico,
la estructura de la sociedad. ajustado al, código de las relaciones básicas mercantil-capita-
Karl Marx

m.l 8 Entre quienes han prestado atenc10n cnt1ca a este punto pode-

mos señalar a Gilles Deleuze, quien comentando a M. Foucault dice :


Debemos subrayar, en princ1p10, el carácter incompleto e "Se trata, precisamente, de la pregunta ¿ Qué hacer? El privilegio
teórico que el marxismo da al Estado como aparato de poder con-
incierto que tiene la comprensión del problema del Estado y lleva, en cierta forma, su concepción práctica del partido dirigente,
del plano de lo político en el discurso teórico marxista. En centralizador, que se lanza a la conquista del poder del Estado; pero
comparación con el desarrollo de la crítica a la economía po- inversamente, es esta concepción organizativa del partido la que en-
lítica, la cuestión de la política burguesa se reduce casi a cuentra su justificación en esta teoría del poder. Una teoría distinta,
apuntes, directrices fragmentarias de carácter inmediatamen- una distinta práctica de lucha, una organización estratégica diferente,
son las cartas ... ". Gilles Deleuze, "Michel Foucault: Un nuevo
te polémico. Sin embargo, a partir de ellas las tradiciones dog- cartógrafo" en "La Cultura en México", suplemente de Siempre! , n.
máticas han querido ver una supuesta teoría científica, aca- 819, México, 3 de noviembre de 1977. Este artículo presenta el
bada, del Estado.7 No obstante, es conveniente destacar el libro de M. Foucault, Vigilar y castigar, Ed. Siglo XXI, México, 1976.
sesgo radical de los principales aportes (Marx, Lenin, Rosa Por otro lado, aunque consideramos decisiva la "microfísica del poder"
como perspectiva ejemplar de crítica contra el poder disciplinario
Luxemburgo y la constante antiestatal de la crítica consejista) de las sociedades contemporáneas, desarrollada por Foucault, dife-
rimos respecto del rechazo que su reflexión hace de la idea de que
7 En este sentido es interesante la polémica reciente desatada en el Estado (conjunto coordinado de aparatos disciplinarios) imprime
el seno de la izquierda italiana a partir del texto de Bobbio: ¿ Existe una impronta de totalización sobre el conjunto de los comportamien-
una teoría marxista del Estado?. discusión en la que han participado tos sociales, para nosotros efectiva y ya disparada desde la base del
entre otros Gerratana, Colleti, Cerroni, Rossanda y Negri. dominio y hegemonía capitalista del valor sobre el valor de uso.
33

, que subsumen bajo su racional,idad al conjunto de la de reflexión sobre el Estado las dos dimensiones funciona-
estructura productiva-reproductiva de la sociedad. les básicas del mismo, dimensiones sustentadas en su com-
La dominación no es otra cosa que el comportamiento portamiento político-económico arraigado indisolublemente al
rientado estratégicamente de la estructura misma. Su ma- compuesto social. Su visión de "lo político" concebido con
rialidad económica-política-cultural consiste en su autorre- autonomía -incluso desdeña la componenda de la "autono-
roducción. El momento político -entendido en su especifi- mía relativa"-9 rehúsa cualquier comprensión cualitativa del
cidad- no es posible sino como simultáneo y complemen- poder material social del Estado. Por otro lado, cuando plan-
rio al con junto de los otros núcleos disciplinarios: escuela, t~a el carácter de clase burgués del mismo, no sólo no pre-
cuartel, prisión, ciudad, fábrica, sindicato, miseria comu- ™-.COncretamente....l.2s.. contornos de tal determinación sino
nicativa, etcétera, y se hace comprensible sólo en relación q.ue..sucumbe ante la cálida seducción de la nación y ~u Es-
la lógica de la valorizadón del valor impuesta por la ins- Jado nacional.
titución mercantil; esta lógica orienta el comportamiento de Las dimensiones funcionales que posibilitan una compren-
las variadas instancias productivas de poder. sión del comportamiento social del Estado podrían, tentati-
El Estado, en esta perspectiva, viene a ser una sobredomi- vamente, ser señaladas.
nacwn, sobre el conjunto de las instancias: el agente capita-
lista orientado a cohesionar al conjunto de las fnstituciones m.2
p<1lítico-jurídico-ideológicas, imprimiéndoles reglas de coordi-
nación-adecuadas a la dinám.ic11,_.d.,el incremento del capital en Primera dimensión: El EstJYÍ,o represe_ntante básico del ca-
su coniunto. pital en t,anto que productor-reproductor del "fetiche-Nación";
¿ Cuáles son las funciones, los papeles fundamentales que dicho de otra manera, Estado-capitalista que cumple la f un-
cumple el Estado en sus tareas de normalización general?, cwn de representante, igualador nacional, de los propietarios
¿ sobre qué "cuerpos" las e_jerce? Estas interrogantes nos pa- privados de medios de producción y de los propietarios pri-
recen decisivas, nivel cualitativo de la caracterización del vados de fuerza de trabajo. Segunda dimensión: El Estado
Estado y de sus funciones productoras de poder. Nuestro ':2.!E! caf.!!t,alista directo, en tanto 9..ue Estado-patrón en el
autor, así como la mayoría de los analistas políticos del Es- ~p4bliw , extractor de plusvalía, socio inmediato y su-
tado mexicano actual, muestra una marcada ausencia de bordinado a la competencia._cconómico-política de los capi-
problematización teórica. Tan aguda es su insuficiencia que tal.es.
Córdova llega al extremo de manifestar con verdadera an- Complementariamente, es en virtud de las tres perspectivas
gustia: " [ ... ] que el Estado está perdiendo el control de la materiales atravesadas por la contradictoriedad capitalista:
clase dominante [ ... ]" (p. 32). Tan inconsistente es su vi- la relación capitalismo nacional-mercado mundial, la contra-
sión del Estado que no halla dónde poner a la clase domi- posición ciudad-campo y la oposición trabajo manual-trabajo
nante, ni en qué lugar concreto al "carácter burgués" del intelectual, que se muestra el campo móvil del ejercicio de la
Estado, optando, sin decirlo, por la idea del controlador en- doble dimenswn funcional del Estado capitalista, sus ejes di-
tre los conflictos de "las masas" y los "escogidos", que sor- námicos más básicos.
tea dificultades entre derechas e izquierdas en el marco de La primera dimensión de la producción de poder estatal,
la batalla por defender el proyecto nacional de la Revolución la de la homogeneización, a nivel d circulación mercan-
mexicana. t~V e las dos clases antagónicas dependientes, se realiza en
Tanta confusión en relación al problema del Estado obe- el espacio demarcado como nación. Ésta constituye la moda-
dece -adhesiones ideológicas al margen- en primer lugar, lidad capitalista más básica del Esta o, su carta de naturali-
a la dificultad sustantiva para comprender las multiplicadas zación más originaria desde que se- asienta sobre las bases
y aparentemente autónomas formas y las diversas génesis de la moderna sociedad burguesa.no
del poder en la sociedad contemporánea; pero obedece, tam-
9 Cf. Arnaldo Córdova: "México. Revolución burguesa y política
bién, en segundo lugar, a una insuficiente reflexión teórica
de masas" pp. 88-89, en Varios autores, Interpretaciones de la Revo-
sobre elementos básicos de la teoría crítica social moderna, in- lución Mexicana, cit.
cluso de sus clásicos. 11.o "Sin embargo, los distintos Estados de los distintos países civi-
En nuestra opinión, Córdova no asume en su perspectiva lizados, pese a la abigarrada diversidad de sus formas, tienen de
34

El "asentamiento" del Estado sobre las "ba.ses" de la socie- e:¡tatal capitalista, fetiche de comportamiento simétrico al eco-
dad atpitalista debe ser entendido en profundidad. Se trata nómico mercantil capitalista. 12
de una radical inserción orgánica del Estado en las bases Al constituirse._...some el territorio de la producción capi-
mercantil-capitalistas, de una composición del plano político talista según sus propias reglas, el Estado, práctica e ideoló-
e institucional regida por el código mercantil-capitalista para- gicamente.- transforma el territorio en espacio nacional y dota
sitario del proceso de vida en las sociedades modernas. La es- con ello de. una identidad falsa, aparente, fetiche, a sus pobla-
pecífica función de codificador capitalista realizada por el Es- dor ".nacionalizar" a los habitantes de la región para-
tado se efectúa mediante la igualación mercantil circulatoria sitada po.Lel. comportamiento productivo capitalista, los con-
de los sujetos sociales, igualación que se constituye en el pre- vicrk individuos privados, unidades coparticipantes de una
supuesto general de su identidad política como ciudadanos misma sust.a.ncig,_aad,IJJlal. El Estado puede fungir, entonces,
de la nación. corno representante de la "Nación" en tanto que "territorio
Es en la esfera de la circulación mercantil específicamente privado" de exp'.otación capitalista ante la "comunidad inter-
capitalista donde se fundamenta la acción complementaria de nacional". Un "representante" de los propietarios privados de
esta dimensión funcional del Estado moderno. En la circula- un espacio productivo más ("nacionalizado"), en la división
ción se otorga, mistificad.amente. un carácter homogéneo al internacional del traba jo.
intercambio mercantil entre los propietarios de la fuerza de En el espacio común de los propietarios privados, en el
traba jo y los propietarios de medios de producción, inter- territorio nacional, cualquier intento de apropiación directa
cambio cualitativamente diferente, homogeneizado de modo de los medios de producción (torna de tierras o de fábricas,
cuantitativo por vía salarial. Los sujetos cualitativamente di- por ejemplo) es considerado fuera del orden, comportamien -
ferentes en la esfera producción-consumo ( clase obrera-clase to subversivo y, por ende, reprimible, al atentar contra el
capitalista) son identificados ilusoriarnente corno propietarios interés general de la "Nación". Esto es así ya se trate de
privados de mercancías, "igualados" en términos de valor comunidades sociales que actúen en sentido precapitalista
abstracto, en virtud de los actos de la circulación ( compra- ( unidad comunitaria natural con los medios de producción ),
venta) con apariencia de actos mercantiles simples.U o que actúen en sentido poscapitalí,sta (reapropiación sociali-
De manera simétrica y en tanto correlato real del fetichis- zada directa de los medios de producción). La configuración
mo mercantil el Estado-Nación se alza sobre el rompimiento de colectivos autónomos organizados en ese sentido de rea-
de la organización comunitaria cualitativa de los productores propiación dirigida a la esfera de la produción consumo, es-
directos, sobre la serie dispersa de los procesos capitalistas tará siempre amenazada en virtud de su marginalidad sub-
privados, aislados entre sí y que ya sólo se vinculan cosifica- versiva, por la "comunidad" ilusoria de la "Nación". que los
reconducirá, a toda costa, al circuito del capital mediante
damente mediante el intercambio mercantil. El Estado, así, se
comporta corno equivalente general ( seudocomunitario, abs-
'12 Obviamente estas notas esquemáticas hacen la forzada ah trac-
tracto) , de las distintas regiones del territorio de la explota- ción de no analizar en su complejidad el vasto panorama de transfor-
ción. la integración indiferenciada de los territorios consti- maciones político-culturales que conlleva la institución y reproduc-
tuye la "Nación". Contraparte real de la acción· del poder ción del fetiche-nacwn, restringiéndose a sus connotaciones económico-
políticas más generales. La investigación crítica del fetiche-nacwn ten-
dría que explorar todo el conjunto de mediaciones que sostienen su
común el que todos ellos se asj,s:ptan sobre las bases de la moderna eficacia práctica como clave de la ideología dominante: desde su
rociedad burguesa. aunque ésta se halle en unos sit'os más desarro- implantación como módulo de comportamiento en los núcleos de so-
llada que en otms..... en el sentido capitalista". Karl Marx, "Crítica al cialización familiares y su prolongación racionalizada a través de los
Programa de Gotha", en Marx-Engels, lJ'bras Escogidas, vol. u. Ed. sigtemas educativos, formadores ideológicos de agentes de la vida pú-
Progreso, Moscú, 1971, p. 24. blica y productiva. La investigación crítica debería, también, poner
D..1 Por lo demás, el desmonte crítico de la complementación cosi- P.n claro de qué modo es que el fetiche-nación es resultado del mon-
ficante del plano aparente (circulatorio) sobre el plano esencial ( pro· taje de la representación nacional que sobredetermina y ejerce la
ductivo), comprendida como produccióu de los fetiches económicos di,,trucción tendencia) del sustrato de los múltiples códigos culturales
capitalistas, se desarrolla como problemática unitaria a lo lar¡1;0 del de vida locales, regionales. Propulsado por la industria de la comu-
conjunto de El Capital de K . Marx. Véase tambi ~n fundam entalmen- nicación masiva, el fetiche-nación va minando y expropiando las po-
te, el ensayo sobre "la cosificación y la conciencia del proletariado" sibilidades de comunicación directa entre los sujetos sociales, confi-
en Historia y consciencia de clase de Georg Lukács. nándolos al orden mistificado de sus significaciones dominantes.
35

:Su Estado. Frente a esa expropiac1on la nación otorga a cam - Estado nacional como enmascarador del fenómeno de la ex-
bio la consoladora ilusión de ser todos iguales: "mexicanos". plotaci6¡;¡ d.u, cla e obrera.. a ni~el internacional realizada
La verdadera contraposición de los trabajadores a la socie- por las capitales me.tJ:o.pcli.taJ¡o~rales.15
dad capitalista implica un proyecto que se mueva más allá La nación aparece como el ámbito protector mediante la
del horizonte de la sujeción mercantil de la producción y de identificación de sus proletarios con sus valores propios, tra-
la sujeción estatal.1 3 diciones, idiosincrasia, etcétera. "Nación" que los protege
A 1a desposesión de os productores directos, expropia- frente a una amenazante explotación extranjera, oprobio in-
dos, el Estado contribuye complementariamente constriñéndo- soportable para los nacionales, el Estado nacional media, así,
los a la aceptación del "derecho a ser usados libremente por la explotación imperialista preservando en sus territorios con-
los capiuúistas", reglamentando la presencia permanente del diciones internas capitalistas y reproduciendo las regiones
carácter expropiador capitalista, su constitución jurídico-po- periféricas de la explotación.
lítico-ideológica y su coerción disciplinaria (ley, juzgados,
policía, cárcel, sindicato, etcétera). Arnaldo Córdova, en
Gn señalamiento final. ¿ Cuál es la relación del Estado na- consecuencias,_¡wlíti s est.i;a égica a dimensiones _fun-
cional con el contexto internacional? ¿ Qué papel asigna el cionales del comllortamiento estatal, se '"-nreda en una larga
capital mundial a los Estados nacionales? La respuesta im- definición de los "binomios clásic9s" de la vida política. No
plica investigar la estrategia capitalista mundial y las moda- determina~ i_go,L_u..,a rácter de da~e del Estado, no vis-
lidades de las relaciones del fetiche-nacional, mediante una lumbra estas dime~ s- ~ásic1!§ dtlJ.noviI,!!.ien,.!o estratégico
rigurosa especificación histórica ( diferencia de la función d,tl,,¡;¡o,,de¡ ~ t.l!,tal. S!! ref!e_xión ueda inm~rsa· en os fetiéhes
Estado-nación en la época preimperialista e imperialista) .14 de la anariencia: el Est:0o b ~ su idíli~.a nación. En
Aquí nos limitamos a <h:§~u scuetamente la función del su texto La formación del poder polúico en México, afirma:

13 Jorge Juanes, en su artículo "La trayectoria del joven Marx Y Entre los efectos que la transformación populista de Méxi-
d descubrimiento de la praxis", en la revista Plural, n. 94, México, co ha producido desde un principio se cuenta, en primer
Jul io de 1977, p. 52, explica claramente la conexión esencial entre lugar, el nacionalismo mexicano como postura típica fren-
c rítica de la estructura material del capitalismo y crítica del Estado, te a la presión extranjera. El mecanismo ha sido muy sen-
"'Xi-tente en la base de la perspectiva teórico-práctica comunista, ya
r~nte desde el '·joven" Marx, y permanente a lo largo de toda cillo y se ha cifrado en un cambio de contenido de lo que
- :.i obra teórica. "Si no nos equivocamos, la tarea crítica de Marx ha se considera "Nación mexicana". Para los porfiristas la
• 211ido toda una serie de pasos lógicos: crítica del Estado y recono- -"nación mexicana" era sinónimo de "pueblo consciente" y
c- ~iento de la importancia del proceso de producción y reproducción en éste sólo un reducido número de "escogidos" entraba a
material del ser social; fundamentación de la calidad y sentido de
dicho proceso y de la calidad y sentido que recibe cuando es puesto formar parte. En la sociedad surgida de la revolución, la
al . ervicio de la lógica del capital de la obtención de lucro; replan- "nación" significa ante todo el "pueblo de obreros y cam-
teamiento de las relaciones entre teoría y práctica a favor de la pesinos", el pueblo de masas en suma, del que, como agre-
práctica y, con ello, descubrimiento del valor decisivo de la práctica gado, forman parte, los "escogidos" de antes y los de aho-
del proletariado en el movimiento de revolucionarización del capita-
li..- mo: fundamentación objetiva de la lucha del proletariado contra el • ra, las clases propietarias, cuyo destino se jugaba en la
e-apita! y, por tanto, de la revolución comunista ; fundamentación pa- peligrosa transformación. La movilización cardenista de las
al ela de la teoría de la autoemancipación obrera y .de la revolución masas trabajadoras coincide con el nuevo nacionalismo, en
romunista ; defensa intransigente de la tesis de que el comunismo el que el pueblo de masas y nación son la misma cosa. En
sólo puede ser algo situado más allá de la economía y del Estado : o
~ a, una asociación de hombres libres puesta para sí misma, y que no realidad en la solución populista de nuestro progreso econó-
tiene más mediación que la de un proceso de producción-consumo de mico, el pueblo de masas o mejor, las masas del pueblo
riqu.e:a real o cualitativa." (Subrayados nuestros.) [ ... J siguen tan manipuladas como antes y en la nación
H Esta investigación encuentra su punto de partida en la discusión
cialista de izquierdá -donde participan Lenin, Luxemburgo, Buja-
-n. etcétera-, que desde 1914 pone en el centro de las tareas de de América Latina, es interesante la discusión entre la teoría de la
a revolución mundial el problema de la cuestión nacional y su ar- dependencia y sus críticos.
;i5 Hablar de clases significa hablar .de las funciones internaciona-
·culación con el conjunto capitalista. El debate contemporáneo gira
de nueva cuenta y con renovado vigor en torno a este nroblema. En les de la clase obrera de tal o cual país. Cf. Karl Marx, Crítica al
)ación a la especificidad de la articulación de los Estados-nación Programa de Gotha, cit.
.
36

mexicana la diferenciación entre las masas y los "escogi- herndnrn de las masas del pueblo, en una mistificación ideo-
dos" no sólo se mantiene, sino que se ahonda día con día, lógica inaudita:
aunque las masas, naturalmente, quizás están mejor que Pero se trata también de un camino que en nuestro país,
antes.16 como en pocos, cuenta con una auténtica legalidad histó-
La miseria del politicismo reside en su imposibilidad de rica, producto de la participación activa y decisiva de las
pensar la política fuera del Estado, sin asumir que la base masas del pueblo en su lucha por, al mismo tiempo que
del mismo es el automovimiento de la sociedad. La cuestión construir una nación digna de tal nombre, alcanzar e,,tadios
teórico-práctica del "nacionalismo" pasa a ser, no sólo un cada vez más amplios y elevados, de liberación social. Éste
quebradero de cabeza, sino una molienda de cocos si no se es el único proyecto auténticamente nacional. El otro, tar-
critica su eficacia fetichista.U de o temprano, conduce a la descomposición social, y al
Las consecuencias práctisas y estratégicas se muestran fe. abatimiento de la nación.18
hacientemente en el seno tanto del movimiento obrero como
de sectores de pretensión socialista. Los ejemplos podrían multiplicarse. La eficacia política
Muestra del poder y la eficacia del fetiche nacionalista ideológica del fetiche nacional estatal es indudable. La im-
es el ejemplo, que Córdova nos muestra y avala, de un portancia crítico-política de la reflexión anterior sobre la pri-
"viejo documento" de los electricistas democráticos: mera dimensión funcional del Estado consiste en buscar grie-
tas que posibiliten a la izquierda una resistencia crítica al
Las grandes masas trabajadoras mexicanas son dueñas, a poder social "engullidor" del fetiche. Se trata -pensamos
través del Estado, de cuantiosos recursos nacionales que, nosotros- de erosionar el poder que ejerce sobre muchas
sin embargo, en el nivel de la apropiación final de los ren- teorizaciones y estrategias de sectores de la izquierda ilus-
dimientos y aun en el nivel de funcionamiento de las em- trada y, sobre todo, del movimiento obrero nacionalista. La
presas estatales explotadoras, son utilizados en beneficio .Q.!!i.G..l@.Ón c.on el "nacionalismo" de ninguna manera es se-
de unos cuantos fascinerosos [ ... ] (p. 43). cunda.ria, como piensa Córdova. Por el contrario, el fetiche
del Estado-Nación es como un Golem que domina tanto las
Otra expresión de lo mismo, aunque en otro nivel, lo cons- vigilias cotidianas de explotación de las masas trabajadoras,
tituye el grupo de economistas que colaboraron en el libro como sus.. sueíios y. acciones libertarios. Enfrentarlo, hoy y
Méxica h<zy g;nienes terminan su reflexión propugnando la mañana,._ es imI!ostergable.
jpstauraqjóp del genuino proyecw nacionalt mismo que im- Es sobre el sustrato de la primera dimensión funcional y
. o el fortalecimiento del sector úh ico en economia su código que el despliegue real de la otra dimensión del
cesidad de alianzas con el Estado, a in ue funcionamiento estatal, como capitalista directo, se efectúa
de manera derivada. Empero, las formas concretas de la se-
gunda dimensión, sus figuras históricas, son siempre especí-
ficas y exigen, en consecuencia, ser tratadas en una perspec-
tiva de génesis histórica concreta.

m.3
16 Arnaldo Córdova: La formación del poder político en México. Ed.
Era, México., 1972, p. 73. Recurrimos a este texto en la medida en La función económico-política de la intervención del Esta-
que el artículo tratado, aunque señala el problema del nacionalismo do como capitalista directo en el México reciente, se presenta
(Cuadernos Políticos, n. 19, p 73) y es decisivo en el argumento, no
tiene sin embargo un desarrollo explícito consecuente. En la misma
118 José Ayala, José Blanco, Rolando Cordera. Guillermo Knocken-
dirección, sobre la caracterización del Estado, véase A. Córdova y
otros, Interpretaciones. de la Revolución Mexicana, cit., pp. 80-89. hauer, Arroando Labra, "La crisis económica. Evolución y perspecti-
11· " [ •• .] demuestra cómo las ideas del socialismo no le calan si- vas", en México, hoy. Ed. Siglo XXI, México, 1979, p. 76. En todo
quiera la piel, ya que, en vez de tomar la sociedad existente como caso, lo que estos economistas no quieren distinguir es la prosperi-
base del Estado existente. considera más bien al Estado como ser dad burguesa de la nación del "proceso de liberación nacional". Para
independiente, con sus fundamentos espirituales y liberales." K. Marx, esto, véase Revueltas, Ensayo sobre un proletariado sin cabeza. Ed.
Crítica al Programa de Gotha, cit., p. 24. Liga Leninista Espartaco. México, 1962, p. 31 ss.
37

0
de una confluencia compleja. Por un lado, la crisis Este funcionamiento es pensado por la teoría liberal como
•n:u.c:!10nal, que modifica sustancialmente las formas de la propio de un Estado regulador de la actividad de los agentes
~ir::io¡~::1·ón estatal en la economía -guiadas hasta entonces económicos. Presupone que el Estado se limite a la prestación
ria liberal-, a favor de una intervención más diná- de servicios públicos esenciales (administración general, jus-
-la "economía mixta" de matriz keynesiana-. Por ticia, orden interno, defensa, etcétera), mientras el mercado
. los límites impuestos al desarrollo mexicano para orienta las decisiones de la economía. El financiamiento de
sobre sus pi,es un proyecto nacional, moderno de acu- la actividad estatal no debe alterar las reglas de la compe-
-~c:s·o·n capital1~ta frente a la crisis del mercado mundial. tencia (supuesta como perfecta).
-~ir:trn:10S-, en primer lugar, los rasgos básicos de esta segun- A raíz de la grao crisis depresiva del capitalismo mundial
- ensión funcional del Estado y, enseguida, la forma n 1929 sur una erie de indicaciones sobre cuál debe ser
· ·ca estructural que toma a partir de los años treinta, el comportamiento del Estado en relación a a actlv1 a eco-
- la "economía mixta". nómica. Se trata de una intervención "antjcrisjs" que posibi-
la primera dimensión funcional, ya analizada (m.2), lite la superación de la depresión y prevea su carácter cíclico.
Estado capitalista, destacaba el hecho de que el compor- La " economí mixta" lfesupone, enton_ces, una 'ntervención
0fllto estatal incidía en la esfera de la circulación, ponien- estatal ayo más dinámic qu las qu tradicionalmente
en un plano de igualdad a dos tipos cualitativamente di- le habian competido al " stado regulador". Evidentemente
es de propietarios privados de mercancías -capitalis- que no se tr.at de e.liminar, la función orienta.dora ejercida
obreros-- como condición para introducir en la esfera por el me.rea.do. Significa, ..solamente, una ampliación de las
a producción a la fuerza de trabajo y permitir así su acciones estatales e a economía, destacándo acciones de
-umo por el capital. La segunda dimensión funcional de producción ' nversión y un aumento de las tareas de regu-
comportamiento, como capitalista directo, lo lleva a par- lación y financiamiento. 20 Cuando las primeras alcanzan im-
- ºpar en la esfera de la producción. Si en la primera gene- portancia, el "sector público" se configura como un tipo de
una comunidad ilusoria -todos somos copropietarios Estado productor.
· ·ados del territorio nacional-, en la segunda, esta comu- En América T,atina se implementa un canj11nta de Estados
"dad ilusoria, "la comunidad nacional", adquiere una obje- con este tipo de participación económica. respondiendo a la
ºndad concreta: "nuestros recursos" , "nuestro petróleo", crisis del mercado mundial que desestructuraba sus modelos
-nuestra ciudad", etcétera. económicos orientados a la exportación. La necesidad de re-
La intervención del Estado en la economía refuerza la ilu- composición de los modelos, las condiciones favorables a un
-;. n nacional no sólo sobre el e§ij)acio productivo. sino so- cierto tipo de industrialización, bajo nuevas formas de inter-
elementos objetivos: recursos básicos naturales (ríos, cambio, generan un conjunto de procesos de transformación
económica y política. Destaca la modificación de las formas
estatales, como condición necesaria de homogeneidad para
la articulación de los diversos Estados del área con el con-
ar la roductividad ca ita ista, a reammar a e 1mpu sar a. junto del "mundo libre".
Los gastos e su mantemm1ento se socia izan, pues a to os Una determinación básica otorgará especificidad al
no,- pertenece", mientras que las masas, en términos absolu- ortamiento estatal latinoamericano· la olaridad del de
t : se pauperizan.)
Todo lo anterior se articula en función del Estado como "subdesarrolladas" contrjhujrá a que e) Estada adopte
-fuerza concentrada y organizada de la sociedad", capaz me- dalidades peculiares comprometidas con el "desarrollo social",
diante sus inherentes comportamientos político-económicos de entre otras· reroadelaciaues del sector industrial, reformas en
¡rarantizar la acumulación en su especificidad capitalista. La la tenencia de la tierra. reestructuración de )os sistemas edu-
deuda pública, el sistema fiscal moderno, la posibilidad de
aplicar medidas proteccionistas, etcétera, se integran a lo que >il Tomamos para la exposición caracterizaciones extremas como:

podríamos llamar el conjunto "nacionalizado". 19 el libre cambio de competencia perfecta o un esquema de los rasgos
esenciales de la economía mixta. Es obvio que los análisis concretos
19 Cf. K. Marx, El Capital, libro 1, cap. XXIV. Ed. Fondo de Cultura nos remiten a una multiplicidad muy compleja y variada de formas
Económica, México, 1974. de intervención estatal.
... el proletariado es revolucionario frente
a la burguesía, porque habiendo surgido
sobre la base de la gran industria, aspira a
despojar a la producción de su carácter
capitalista, . que la burguesía quiere
perpetuar.
-C. Marx
39

ces, la necesidad de que tal intervención no sea competitiva. 22


Su intervención, así aumente la producción y extienda el
aparato productivo, será una intervención complementaria y
subsidiaria de la economía en su conjunto. Ésta es la clave
del juego; no puede ni debe ser olvidada en ningún mo-
mento. La consideración del carácter unitario de la economía,
ese a la resencia de dos sectores debe revalecer como con-
dición del funcionamiento g O a. O ca en l us10nes en este
sentido. Sobre este punto Mattick señala:

regímenes mexicanos desde el cardenismo han definido Aunque el papel económico del gobierno parece dividir
participación en la vida económica y han adoptado las al total de la economía en un "sector público" y un "sector
as de juego de la "economía mixta"; las determinaciones privado", naturalmente que en realidad no hay más que
funcionamiento de la misma son, tendencialmente, las una sola economía en la que interviene el gobierno [ ... ) 23
~ han impuesto decisivamente en el desarrollo capitalista
A partir de estas determinaciones básicas y generales del
carácter de la "economía-mixta" y del largo periodo en que
el conjunto de la economía mundial capitalista se ha empe-
ñado en solucionar sus crisis, mediante mecanismos y varian-
tes del modelo de la "economía mixta", la experiencia apunta
a la imposihjljdad de sostener este modelo como apto para
la syperacjón de las cada vez más prolongadas y agudas cri-
sis del sistema capitalista mundial.2'4 Bajo este modelo, todo

22 Paul Mattick, Marx y Keynes. Ed. Era, México, 1978. En estas


reflexiones seguimos las indicaciones del autor. También co nsidera-
mos de interés el texto: "Economics, Poli tics and the age of Inflation",
lnternationa/, Journal o/ Politics, otoño de 1978, Ed. M.E. Sharpe,
Nueva York. Sugerimos la obra .de Mattick para una reconstrucción
minuciosa del mecanismo y sus contradicciones. reconstrucción que
eludimos por razones de espacio. Importa, con todo , destacar el sen-
tido tendencia!, así como el balance global de la " economía mixta",
esto es: el c.a.rácter.. irreductible de sus contraposiciones y la nece~i-
dad de trascender este :modelo. Entre las ·nvestigaciones de otros au-
tores véase: Man<k), .Hebermas,,.Altvater, Gorz A6bendroth, etcéter3.
·2 a Paul Mattick, ·Marx y Keynes, cit., p. 155: ¿No resulta ilusorio
pensar -como lo hacen muchos economistas progresistas- en la po-
sibilidad de un fortalecimiento del sector público, como palanca de
una política de clase, dados los supuestos, los objetivos y la unidad
básica económica que articula a los sectores de la ·'economía mixta-
y que la liga fatalmente al futuro desarrollo capitalista en su co ·
junto? ;.Result válido Jlroponer al mo_vimiento obrero ind •
una política de a ianzas con sectores estatales avanzados arniiiillS
=i Para revisar este proceso sugerimos al lector los siguientes tex- sector público, con la expectativa de alterar sustanciahaenli
~: Octavio lanni. El Estado capitalista en la época de Cárdenas, diciones de crisis aguda del desarrollo mexicano, en ·
ti. ERA.. México, 1977. Ruy Mauro Marini: Subdesarrollo y revolu- i,_ntereses polític.os de clase? ¿ No son ilusiones de · • •
a.ir.. Ed. Siglo XXI, México. 1972; Cardoso y Faletto, Dependencia :2>4 "A pesar de la larga duración de condiciones ha.;
desarrollo en América Latina, Ed. Siglo XXI, México, 1976: Celso ras' en los países industrialmente avanzados. no hay ~
F rtado: La economía latinoamericana desde la conquista ibérica has- ner que la producción de capital haya superado • coc.:.i:zc...a:.a=
la revolución cubana. Ed. Siglo XXI, México, 1969; Cibotti y Sie- internas mediante las intervenciones e~tatale-< en la
:ra. El sector público en la planificación del desarrollo, Ed. Siglo intervenciones mismas señalan la persistencia de
X.XI, México, 1976. ducción de capital, y el crecimiento de la p1ro<b!ri.ie1 c:,2~a
40

intento de desarrollo nacional independiente encuentra límites los rieles del ferrocarril y pone en las manos de la industria
insuperables. Con más razón, cualquier reflexión que se pre- urbana las "riquezas del territorio nacional" durante el por-
ten de iz uierda o ue ostule osiciones ro ramaticas firismo: tales son los auténticos orígenes del capital,ismo me-
independientes y autónomas para a C ase o rera e e con- xica,w.
frontarse críticamente con esta forma estructural de fun- El comportamiento social del Estado mexicano y sus cris-
cionamiento económico-político del Estado capitalista. 25 talizaciones más relevantes en el complejo proceso de consti-
Con estos trazos generales acerca de la "economía mixta" tución del México actual, estarán prefiguradas en sus rasgos
en tanto que figura estructural históricamente determinada más sustanciales por lo que denominaremos la restauración
de la segunda dimensión funcional del Estado, hemos que- de su origen.
rido indicar, también, la importancia política de enfrentar La crisis agraria revolucionaria de 1910 sacudió hasta sus
polémicamente y abrir la discusión con un conjunto de sec- cimientos la vieja figura del desarrollo capitalista porfiriano,
tores de izquierda, cuyas tesis estratégicas se mueven en el interrumpiendo violentamente su modelo de acumulación ca-
ámbito y en los límites de esta táctica capitalista de inter- pitalista.
vención estatal anticrisis. Tal es el caso, implícitamente, de La oleada violenta de las masas campesinas en lucha por
la posición de Arnaldo Córdova y, explícitamente, de mu- la reapropiación de sus medios de producción (la tierra) , se
chos de sus aliados. desata como respuesta a la liquidación de los pueblos ( uni-
dades comunitarias de producción-consumo), en virtud de la
IV
crisis de sus moqalidades primitivas de acumulación, orien-
tadas ahora hacia la capitalización de la industria urbana,
En este apartado, qms1eramos complementar nuestras ob- fundamentalmente a través del exacerbamiento de las formas
servaciones sobre las funciones constitutivas del Estado-na- de explotación precapitalistas (en este sentido, las haciendas
ción con un esbozo ilustrativo acerca de algunos momentos significan puntales del capitalismo en el campo).
particularmente significativos del desarrollo capitalista me- Durante la crisis revolucionaria, se generan como sujeto y
xicano desde la perspectiva de la evolución de su Estado. agente de este drama social, múltiples y diferenciadas for-
mas de lucha y de organizaciones espontáneas, tendencia! y
IV.l. LA RESTAURACIÓN DEL ORIGEN coyunturalmente anticapitalistas.
La crisis del mercado internacional imperialista orilla en
El acto de origen del Estado mexicano se remonta, por su- esta época a la primera guerra mundial, lo que determina,
puesto, al siglo XIX. Sus formas germinales se encuentran en desde la distancia, que el polo urbano del capitalismo nacio-
la institución constitucional juarista y en la implementación nal sea incapaz de asimilar la expoliación de su complemen-
económica porfirista; la formación de la "nación" y la ex- to: el campo.
pansión de un capitalismo de enclave que subsume violenta- La quiebra de la capacidad estatal de supeditar a los pro-
mente el vasto entorno precapitalista, son fenómenos com- ductores directos a las condiciones de la expropiación y la
plementarios. suspensión o interrupción del modelo o patrón de acumula-
La defensa del espacio productivo de la nación y la diso- ción capitalista paraliza y disloca el papel de la interven-
lución de las comunidades indígenas durante el periodo de ción estatal en la economía.
la reforma; la construcción de un mercado que avanza sobre No obstante las dimensiones y la profundidad de la revuel-
ta, la estructura formal del poder estatal burgués queda in-
el gobierno es una señal indudable de la ininterrumpida decadencia tacta.
de la economía de em res rivada." Paul M i · la tendencia histórica general seguida por la "revolución
e ensa e sector pu 1co por parte de os sindicatos y la,
corrientes nacionalistas es por ello equívoca. Pretendiendo defender hecha gobierno" es el intento de poner otra vez sobre sus pies
el gasto público orientado al "beneficio social" (salud, educación, ha- Pl modelo de acumulación interrumpido por la crisis revolu-
bitación, deporte, etcétera) para así elevar el nivel de vida de las cionaria.
"mayorías del pueblo trabajador" -elevar la parte administrada es- La contención de la crisis estará marcada por este obje-
tatalmente del salario-- terminan por apoyar la intervención estatal
en su conjunto, con lo que ~on presa de la apología de la economía tivo: restaurar, modificado, el funcionamiento capitalista.
mixta. Mientras los ejércitos de Villa y Zapata carecen de un
41

proyecto de reconstitución del poder estatal, los ejércitos cons- El conjunto institucional del Estado estratégicamente con-
·rucionalistas, que derivan su nombre de la adhesión al or- siste, pues, en la refunciorwlización contrarrevolucionaria.
en constitucional del 57, ven la necesidad de instituir nue- Cuando se testifica el entierro de las masas es cuando se le-
amente la función estatal básica. gitima la nación. Apoyados en esta regla estratégica de li-
La contención revolucionaria y la restauración del régimen quidación de los movimientos espontáneos de masas y de sus
apitalista se realizará, en consecuencia, mediante dos ver- organizaciones autónomas, los distintos regímenes posrevo-
tientes: lucionarios van modulando su aplicación de acuerdo a la mul-
l. La expropiación estatal del suelo, readscribiendo a la tie- titud de las condiciones y a las correlaciones de fuerzas con-
rra a los campesinos no captables por el polo urbano, con- cretas, pero en lo básico siguen fieles a su tradición.
nrtiéndolos en ilusorios "propietarios colectivos" del ejido Pero este proyecto nacional capitalista necesitaba precisar
artículo 27). un patrón de crecimiento y desarrollo, un modelo capitalista
2. El confinamiento y la disciplinarización asalariada de propio en el ámbito del mercado mundial. Su oportunidad la
os trabajadores urbanos, a través del otorgamiento de de- encuentra luego de la gran depresión del 29, y en las condi-
mandas (jornada de trabajo, derecho a la sindicalización, et- ciones de la preguerra, pero será fundamentalmente después
cétera), estableciendo compulslvamente el sistema sindical de la segunda conflagración mundial, en el periodo de reani-
como el marco institucional que rige las condiciones políticas mación posterior, cuando se genera una coyuntura político-
de su reproducción (artículo 123). económica que demanda toda una transformación de las rela-
El régimen estatal constitucional se encuentra pues ante ciones sociales y políticas de nuestro país; con ello se podrá
disyuntiva de restaurar el viejo modelo de desarrollo in- concretar por fin un "patrón propio" que proyectará en el
0rrumpido por la confrontación armada y, a su vez, com- futuro un ajuste de cuentas con el ya exhumado periodo
rometido a introducir en él toda una serie de correctivos prerrevolucionario. Había sonado la hora de la "economía
· ales que refuncionalicen las demandas levantadas por las mixta".2 7 Éste es el punto culminante donde se constituye el
insurgentes ya pacificadas y reterritorializadas."6
En referencia al movimiento obrero, el marco institucio- 27 J. Revueltas, Ensayo . .. , cit., p. 63. En relación al carácter pro-

l-represivo pasa por dos tácticas principales: por un lado, pio y, en consecuencia, a la específica función de la economía mixta
represión, hasta el aniquilamiento, de la tendencia anarco- o "capitalismo de Estado", Revueltas señalaba ya con gran agudeza:
. ,.-,dicalista dominante en ese periodo, y, por el otro, la alían- ·•¿En qué recurso social encuentra la burguesía mexicana el modo de
resolver la contradicción a su manera sin alterar la enajenación que
con las tendencias más oportunistas del movimiento sin- ejerce dentro de las relaciones de clase sobre el proletariado? En-
":al (CROM, Morones, etcétera) que conducirán a éste a cuentra este recurso en el capitalismo de Estado; el capitalismo de
corrupción y al debilitamiento de su autonomía. Estado es para la burguesía mexicana su vía más natural de desarro-
En referencia a las masas campesinas, las concesiones de- llo, si se toman en cuenta las condiciones históricas específicas en que
ést~ se ha ido realizando.
derán de la radicalidad y resistencia que opongan los
Ahora bien: si no existieran en la realidad nacional. como hechos
mpesinos, así como la fuerza armada con que continúen innegables, los factores que condicionan la solución negativa del pro-
"-indicando la posesión de la tierra para quien la trabaja. blema, el capitalismo de Estado tendría un contenido diferente en
Las reformas sociales introducidas por los regímenes cons- nuestro país. El capitalismo de Estado representaría, sin duda, una
• donales no son otra cosa que la expropiación de las ban- forma de aproximarse a las formas del desarrollo no capitalista del
país. Pero en las condiciones existentes, por el contrario, el capita-
3..5 anticapitalistas supeditadas al contexto no-antagónico lismo de Estado no sólo no se encamina a dicha dirección, sino que
an "compromiso nacional" que enmascarará política y cul- lleva en su seno -y comenzará a desplegarlas en la realidad política
alrnente sus raíces contrarrevolucionarias. en cuanto las circunstancias maduren para ello- las premisas de un
sistema de dominación fascista de tipo especial".
La presencia de un lenguaje socializante en las esferas del re- Quisiéramos hacer un µar de reflexiones sobre esta cita de Revuel-
:iacido Estado subraya la necesidad de asumir las reivindicacio- tas y sobre su Ensayo. En primer lugar, con gran penetración y lucidez
roletarias para despojarlas de su carácter antagónico: "El so- política, señala el carácter obligado o natural de la implementación
o es un ideal [dice Obregón] que debemos alentar todos los de la economía mixta por parte de la burguesía nacional y enmarca
'""S que subordinamos nuestros intereses personales a los intere- esta opción en fun ción de mantener la enajenación burguesa sobre
• las colectividades. El socialismo lleva como mira principal la clase obrera en un proyecto tendencialmente represivo fascista
la mano a los de abajo para buscar un mayor equilibrio entre ( contrarrevolucionario, diríamos nosotros). En segundo lugar, si hien
~ita! y el trabajo". es cierto que la obra política de Revueltas carece, en algún sentido,
42

modelo económico-político del capitalismo mexicano que se del desarrollo capitalista: la remodelación del patrón de cre-
expresa en el Estado cardenista. cimiento responde a las condiciones de crisis de la segunda
guerra mundial. La fundación del "sector estatal:' y la con-
IV.2. MODERNIZACIÓN E 1::-¡STJTUCIONALIZACIÓN
figuración del sistema sindical se convierten en ejes de las
CONTRARREVOLUCIONARIA
condiciones de industrialización. A ello se une la reactualiza-
ción de la reforma agraria: se implementan las funciones ten-
Cárdenas efectúa la modernización e institucionalización del denciales de la agricultura en el modelo de acumulación
proceso contrarrevolucionario mediante la redefinición de un capitalista; sus exportaciones patroci!'larán las inversiones re-
marco institucional represivo y un modelo de acumulación queridas por la industria sustitutiva de importaciones.
capitalista con participación estatal en los términos que exi- La modernización del Estado funda entonces el pacto de
ge el desarrollo capitalista mundial. Como ya explicamos, "unidad nacional". Al tiempo que organiza su sector de in-
este proyecto toma como modelo la figura estructural de la tervención económica -que cumple tareas subsidiarias del
economía mixta. Esta modalidad y sus momentos consustan- capital-, incide ideológica y organizativamente en las masas
ciales -políticos, culturales, etcétera- no son una inicia- del campo y la ciudad, mediante un audaz proyecto de subor-
tiva autónoma y propia del "sector estatal", sino que obede- dinación. A partir de ese punto, para el régimen social y po-
cen a las determinaciones que el capitalismo en su conjunto lítico mexicano el control de las masas mediante la institu-
asume frente al problema de la crisis y la propia urdimbre cionalización represiva -de la cual la "política de masas"
histórica del país. es una modalidad- se convierte en condición fundamental
El final del periodo callista está marcado por los efectos de existencia.
de la crisis del 29; las movilizaciones en su contra, el cre- La forma como cristaliza esta operac1on es a través de
ciente movimiento de insurgencia campesina, hacen que la la transformación del PNR en PRM; con éste, el Estado se
inestabilidad del Estado posrevolucionario sea cada vez ma- dota de organismos de dominación que son agentes institu-
yor. Las organizaciones obreras y campesinas, influidas por cionales y que gestan sus propias dinámicas de reproducción.
la política de la Tercera Internacional, apoyan la formación Los correctivos sociales puestos en juego por el sector es-
de frentes populares -policlasistas-· para enfrentar la cri- tatal, a la vez que pretenden saciar demandas largamente pos-
sis. Por propio impulso o bajo coerción, el conjunto de las puestas o satisfechas de manera harto insuficiente, cumpli-
movilizaciones espontáneas de los productores directos son mentan las necesidades de expansión del capital y permiten
conducidas a un proceso de organización que termina por la legitimación de un consenso mediante un proceso de mis-
empotrarlas en el Estado y su partido. tificación ideológica. Se subsumen las demandas engendradas
El Estado se presenta, en este contexto, como protagonista por la crisis de 1910 y las insurgentes propias de las nuevas
condiciones sociales, bajo un proyecto unilateral y clasista:
de elementos teóricos sustantivos, también lo es que desarrolla una
el proyecto histórico nacional capitalista de opresión y su
dimensión teórica conceptual inusitada en el conjunto de la cultura ideología, remodelada por Cárdenas, de la epopeya de la re-
política del país. volución mexicana.
Revueltas vivió un proceso teórico y político en un difícil con- Veamos ahora, más de cerca, este proceso de supeditación
texto polémico: comprendió, combatió y fue víctima del stalinismo; en y control.
1962, año de la publicación de su ensayo, la situación no se había mo-
dificado mayormente. Un indicador importante es el uso en su ensayo
Respecto a las reivindicaciones del movimiento obrero. la
de un texto suscrito en Moscú (Declaración de los partidos comunis- actitud de Cárdenas se movía dentro de los siguientes límites.
tas y obreros, 1960) sobre el cual borda toda una serie de reflexiones P ara él, las huelgas no eran sino un a técnica de negociación
buscando a todas luces capitalizar los elementos menos dop;máticos entre el capital y e) trabajo que favorecían e) eqnj)jbrio entw
del texto, abriendo posiciones, aunque muy preocupado de no rom-
er con el con· unto de fuerzas ue esa Declaración r n- los factores de la produción . En este seotido, prnroueve la
ticar sin tomar en cuenta el conjunto de circunstan ias teóricas y !.indicalización y la supedita a los marcos de la relación ca-
políticas de Revueltas, sólo ha servido para descalificar una posición ,pitalista,.. Para resolver los conflictos entre el capital y el tra-
política singular, certera en cuanto a la actitud frente al Estado ba jo, Cárdenas emplea y reglamenta el artículo 123 constitu-
mexicano y la burguesía nacional. entidades harto sensibles para la
izquierda estatal, la cual lo denostó en su tiempo y lo subestima. toda- cional; con él, el Estado no sólo fija y garantiza, institucio-
vía en medio de reconocimientos formales. nalmente, las condiciones básicas y el sentido del contrato
43

entre los compradores y los vendedores de la fuerza de tra- Sin embargo, esta tendencia ha tenido que con1ugar dos ob-
ba jo, sino también las reglas de su negociación, todo ello jetivos; en primer lugar, la presión campesina que no puede
supeditado a su arbitraje. Desde entonces, el Estado codifica ser absorbida por la industria urbana es territorializada a
las condiciones del contrato de la fuerza de trabajo -siem- través del ejido (como propiedad "ilusoria"), lo que limita
re en función de las relaciones ca italistas- establece las la expansión de la propiedad privada; pero, en segundo lu-
condiciones límites de la organización y partlc1pac10n po ltlca gar, la migración rural juega un papel fundamental en la
de los sindicatos obreros. regulación del ejército industrial de reserva, ofreciendo mano
El creciente índice de sindicalización señala, en consecuen- de obra abundante y apoyando la presencia de tasas salaria-
cia. también el creciente control del Estado sobre los asala- les muy bajas.29 Prueba de ello es que una vez pasada la
riados. De este movimiento, el Estado sale fortalecido, asi- crisis y sentadas las bases del proceso de industrialización
milando, bajo formas mediatizadas, la figura más elemental (nacionalizaciones y ampliación del sector público), la bur-
la lucha de clases -la huelga-, y dejando sin organiza- guesía, fortalecida, retorna a sus formas tradicionales de in-
nes autónomas al movimiento de los productores directos. terdependencia entre el agro y la industria. Debilita y restrin-
carácter obrerista del gobierno de Cárdenas se nos pre- ge el proceso de la reforma agraria, otorgando financiamien-
ta así marcadamente problemático.28 to a la agricultura de exportación y liberando fuerza de tra-
Es en este contexto que se funda la CTM. Fruto del "obre- ba jo de nueva cuenta.
•- o" cardenista y de la necesidad, para ese gobierno progra- El marco institucional represivo frente a las movilizacio-
ática, de organizar las movilizaciones sociales -"Ha lle- nes campesinas quedará configurado y se prolongará, casi sin
- do la hora del derecho social, de la lucha de clases, pero de variaciones, hasta la virulenta crisis de los años setenta: in-
es organizadas"-, la funcionalización institucional del mo- corporación de los ejidos a las centrales campesinas oficiales,
• iento obrero autónomo da origen a la CTM. Ésta unifica, posposición y demora de las demandas, dotaciones esporádicas
distinción y bajo la necesidad de formar frentes amplios, en zonas conflictivas y represión masiva y selectiva en sus
icatos de empresa, de industria y pequeñas federaciones, más variadas formas, incluida la ocupación militar de los
ayendo a tendencias comunistas, lombardistas y naciona- territorios.
"· Era la expresión sindical de la figura material de un Cárdenas cierra así el ciclo de expropiación y cooptación
i alismo que iniciaba su fase de industrialización y mo- institucional de los movimientos autónomos de las masas tra-
~ización. bajadoras. Determina, en términos generales, las tendencias y
Aun ado a esto, el sistema sindical se asimila a la estructura guías del comportamiento estatal de los regímenes posteriores.
:-artido oficial de acuerdo a una "política de masas" con- Los resortes básicos del proceso capitalista de acumulación
. da para desfigurar cualquier intento de política de clase. en los últimos cuarenta años quedaron predeterminados en esa
· modificaciones del patrón de crecimiento implican, época. Desde entonces sólo ha habido una continuidad que
complemento determinante, las condiciones de produc- va renovando sus figuras de aplicación.
en el campo. El modelo capitalista de acumulación se La base principal de la reactivación económica es la inver-
"undado en la concentración territorial de la propiedad. sión pública. Si en 1930 representaba 82 millones de pesos,
en 1935 llega a 143, y en 1940 a 316. Durante los periodos
- Pero dejará marcada la tendencia general del comportamiento siguientes la evolución ascendente se mantiene: en 1945 au-
del Estado frente a los conflictos obreros. Revueltas anota
e5to en su Ensayo sobre ... , cit., p. 38: "De tiempo en tiempo, menta a 918; en 1950 a 2 643. La forma como se distribuye
• la presión de las condiciones objetivas, algunos sectores de la la inversión revela su carácter complementario y funcional al
rera reaccionan, casi nada más por puro instinto. y libran desarrollo capitalista; favo rece los gastos "productivos" ítrans-
independientes que, o bien son aplastadas brutalmente por el
represivo del Estado, o bien devienen en movimientos que la portes, riego, comunicaciones, etcétera ) en detrimento de lo~
- a en el poder termina por capitalizar mediante un audaz so· " improductivos" (salud, asistencia social, cultura. etcétera ) .
·e la propia clase obrera, colocándose de hecho al frente de En la medida en que el sistema fiscal es "benévolo y defi-
- os a través de la presión del Estado sobre los patrones, de
e que el gobierno de la burguesía aparece a la postre como
o 'obrerista' que defiende los intereses de las 'masas traba- '.?11 Cf., la discusión de M. Gutelman y R. M. Marini en Cuadernas
Agrarios, n. 4, México, octubre-diciembre de 1976.
44

ciente", la forma como se financia la inversión pública es a pulsión estratégica impuesta por las grandes potencias con-
través de la deuda pública cuyo incremento se multiplica. 30 sumidoras de energéticos.
La intención de rescatar ese proyecto nacional de raigam-
A partir de las notas anteriores, podemos reconocer los ele- bre cardenista, bajo la guía estratégica de un Estado forta-
mentos que condicionan las luchas políticas de nuestros días. lecido por sus masas trabajadoras, es la búsqueda conserva-
El gran proyecto nacional capitalista -incluida su reformu- dora de una alternativa ya periclitada y que produce en sus
lación cardenista- contenía ya los elementos del desarrollo postrimerías su próxima figura y relevo. Se mistifica con ese
presente. En efecto, la crisis actual es resultado de su culmi- proyecto la comprensión de las nuevas circunstancias econó-
nación exitosa. La paradoja se sostiene en la medida en que mico-políticas de opresión de los trabajadores.
este proyecto nacional capitalista, a través de sus figuras
sucesivas ("economía exportadora"; "sustitución de importa-
V
ciones"; "desarrollo estabilizador" -hoy en crisis-; "ten-
dencia de transnacionalización del capital"), ha logrado pro- Desde nuestro punto de vista, la concepc10n cordoviana
ducir: condiciones para una industrialización media; un par- del sujeto político capaz de protagonizar el proceso revolu-
que industrial susceptible de soportar el desplazamiento in- cionario nacional, capaz de sostener prácticamente un pro-
dustrial del capital internacional en su recambio de fuentes yecto de izquierda, adolece de los mismos límites teórico-po-
de acumulación; mano de obra barata, abundante y suficien- líticos ya presentes en sus nociones del Estado nacional (Es-
temente adiestrada; influencia hegemónica de los capitales mo- tado coporativo) y la política de masas.
nopólicos; altas tasas de beneficio al capital comercial; en La determinación de la composición interna de este sujeto
resumen, un mercado interno distorsionado, con una distri- y ¿de sus posibilidades hegemónicas en el contexto na cional
bución del ingreso radicalmente antagónica, etcétera. se n rinci io de com rensión institucional de lo
Ha generado, pues, las condiciones de su recambio. La trans- que es real y eficaz en política: 'En la política mexicana
nacionalización del capital se convierte en la nueva /igura del lo que existe es lo que está organizado, lo que rw existe es lo
"desarroUo nacional": proceso irrevocable -incluso publici- que no está organizado". "[ . .. ] si los vedaderos sujetos po-
tado- que implica una creciente injerencia de los órganos líticos son las organizaciones, en realidad el único partido
de control capitalista internacional: FMI, GATT, BID, etcé-
que hace política nacional es el partido oficial, pues ' 'i el
tera.
único constituido por oganizaciones [ ... ] " (p. 24).
Frente a esta nueva situación, la esperanza en una polí- Esta comprensión, anclada en los marcos ideológicos de la
tica petrolera que restaure con sus recursos financieros y di- política estatal, es luego centrada unilateralmente en un tro-
visas el viejo modelo de los "correctivos sociales" es ya una zo minoritario (los obreros industriales de rama sindicaliza-
vana ilusión. El auge petrolero obedece, más bien, a la com-
dos) del amplio espectro del bloque de los explotados, para
30 finalmente quedar estrechada al espacio de la mera lucha
A partir de entonces la tasa de crecimiento anual del PIB man-
tiene el índice, insólito para América Latina, del 6.5% anual, hasta sindical: "El sindicato -dice- es el instrumento de la do-
1970. La participación de la industria en el PIB pasa del 28 al 40% minación política que pesa sobre la clase obrera. Pero es asi-
entre 1935 y 1970; mientras que la agricultura, en ese mismo tiem- mismo el único espacio social en el que la lucha de los obre-
po, pasa del 28 al 13%. Al final del periodo, la política del sector ros por su liberación puede tener un resultado tangible y,
público -proteccionismo, bajos impuestos, subsidios a través de los
precios de los productos de sus industrias nacionalizadas, petróleo, debe decirse, el único espacio también, en el que la lucha de
electricidad, ferrocarriles, y el increíble crecimiento de la deuda la izquierda tiene un significado digno de tomarse en cuen-
pública que ello produce-, junto con la "política de masas", produjo ta" (p. 46).
los característicos resultados propios de la acumulación capitalista: en
el medio rural, el .ó% de los predios poseía para 1960 el 30% de la A] En primer término, al centrar unilateralmente una es-
superficie laborable, mientras el 50% de los predios colocado en el trategia global para el conjunto de los explotados en los obre-
otro extremo poseía sólo el 12%; de los predios no eiidales, el .05% ros de fábrica -retratados fetichistamente en su figura típi-
concentraba casi el 50% del valor de la maquinaria. En la industria. ca del siglo XIX-, Córdova recorta a significativos sectores
para 1%5, el 1.5% de los establecimientos concentraba el 77% del
capital invertido. Y, por último. los salarios pasaron del 34% respecto del sujeto global (de manera más evidente al campesinado,
del PIB en 1950, al 28% en 1967. al sector terciario, a los desempleados y a los movimientos
45

en última instancia, expulsados o ahogados dentro de la uni-


dimensionalidad de una organización mutiladora, terminan-
do por colocar sobre los hombros de un cuerpo percibido os-
curamente "una cabeza que no le pertenece".
Para valorar la magnitud de las reducciones operadas por
Córdova sobre el cuerpo -actual y potencial- del su jeto re-
volucionario, bastaría con preguntar sobre el papel estructural
1 -1m ro- y las contradicciones del campesirwdo en el proceso de acu-
ductiyg, De este modo su concepto de clase obrera es unila- mulación capitalista; interrogar sobre la generalización ac-
teral y estático. Por decirlo así, del complejo bloque de los tual de la crisis económico-política del modelo estatal-capita-
explotados, Córdova, sólo se preocupa por la "punta del ice- lista para el campo, y sobre la respuesta masiva, a escala na-
berg" y nos la hace pasar por lo único existente. Este con- cional, de los movimientos de los campesinos explotados; cri-
cepto de clase obrera conlleva una comprensión fetichista. En sis y respuestas particularmente agudizadas durante el régimen
toda idS<f12gización fetichista se u0s w ºiºne una @ Sª
otra se ace asar a una arte or el to o l a arte termina
F de Echeverría (1970-1976) _:n Situación hoy crítica, la de la
cuestión campesina, largamente larvada por la peculiaridad
sgr sustituir a to o. del desarrollo del capitalismo-periférico mexicano, que coloca
id obrero nac10nal especializado de rama industrial rw es en un plano prioritario el problema de la alianza obrero-cam-
toda la clase obrera, y su composición social y formas de vida pesina, sólo mencionado retóricamente por nuestro autor.
distan radicalmente de las del obrero especializado de fines Escuetamente: el "sector agrario" de la economía mexica-
del siglo XIX y principios del XX. Esta figura de los produc- na se compone de un sector minoritario de agricultores capi-
tores directos es objetivamente cuestionada por las modifica- talistas que concentra los medios industriales agrícolas y la
ciones estructurales de las fuerzas productivas introducidas mayor parte de tierras de riego, explota a una mano de
en los procesos de trabajo, alteraciones materiales que mo- obra barata de la que dispone abundantemente ( más de dos
dulan cotidianamente las funciones internacionales que está millones de jornaleros) según sus necesidades cíclicas y pro-
cumpliendo la clase obrera de los distintos países. Se trata de duce para la exportación o con costos privilegiados para el
modificaciones prácticas político-culturales introducidas por mercado interno. Paralelamente, se extiende la red de los
la estrategia del capitalismo tardío en las condiciones de vida capitales agroindustriales y agrocomerciales que obtienen be-
y de trabajo, afectando también sus formas tradicionales sin- neficios del control de los procesos de comercialización, cré-
dicales y partidarias de lucha. Córdova no es sensible a esta dito y manufactura de la producción de miles de pequeños
problemática contemporánea de la determinación del sujeto agricultores.
contemporáneo y la clase obrera, relegando la discusión a una En el otro polo, una enorme masa de pequeños productores
mera disputa teológica. explotados, con procesos de producción primitivos, domésti-
La consecuencia directa de estas reducciones es un debi- co-artesanales, semiarruinados y asentados casi exclusivamen-
litamiento de los proyectos estratégicos del proletariado, en te sobre tierras de temporal, que producen bienes de con-
la medida en que se subvaloran, o simplemente se descartan, sumo popular a bajos precios, abaratando con ello la fuerza
las problemáticas sociales de los aliados más decisivos para la de trabajo. Además, esta masa cumple la función de regular
acción autoliberadora de la clase obrera. Complementario a el abastecimiento de fuerza de trabajo para el con junto de
::tos vacíos en el panorama político de las alianzas revolu- la economía. En este último aspecto, es la matriz productora
cionarias, se encuentra el mecanismo de subordinar, sin con- de los futuros jornaleros y asalariados del campo y margina-
~· deraciones a su especificidad, a partes diferenciadas del dos de la ciudad, pero fundamentalmente permite la subsis-
roletariado bajo el comando autoritario de un solo sector tencia de los jornaleros semiproletarizados y de la gran masa
de sus consignas, promedialmente impuestas, como alter-
ativa única y total para el conjunto heterogéneo de los su- .ai Para este punto nos basamos en el texto de Armando Bartra
Notas sobre la cuestión campesina (México 1970-1976). Ed. Macehual,
. etos tendencialmente anticapitalistas. Las necesidades y los México, 1979. Condensado balance de los movimientos campesinos re-
ines específicos de significativas partes del sujeto serían así, cientes, analiza su configuración y sus tendencias de desarrollo.
46

de trabajadores que el capitalismo-periférico mexicano no pue- Sin embargo, el problema de Córdova no acaba con la
de absorber "productivamente". "sistemática" ceguera en torno a la relación del proletaria-
Esta configuración del campo, orientada hacia el bene- do con el campesinado. Su falta de sensibilidad es aún más
ficio del gran capital, condena a la miseria a la mayoría radical: su reducción del su jeto político revolucionario al
del campesinado, pequeños campesinos y jornaleros obli- equivalente general de "lo organizado" implica la exclusión
gados a soportar condiciones de superexplotación y un pro- de su discurso de tres "zonas problemáticas" del proletaria-
ceso sórdido de "acumulación primitiva" interminable. A do. Comencemos simplemente recordando datos ya muy co-
través de esta organización estructural del sector agrario, nocidos pero, sin embargo, reprimidos por las reducciones
el capital se beneficia "tanto de proletarizar como de no cordovianas en aras de la obtención de su "sujeto político or-
proletarizar del todo"n engendrando una combinación gro- ganizado". Nos referiremos a la medida global del proleta-
tesca de las modalidades de subsunci6n ormal de subsun- riado rw organizado sindicalmente para especificar, después,
rocesos ca ita. cómo es que esta "desorganización" se distribuye en diversos
s prec1samen e a cns1s genera iza a e modelo de acu- sectores de la producción. Leal y Woldenberg3.5 señalan para
mulación ("desarrollo estabilizador") que funcionó duran-
te el periodo 1940-1965 y mantenía dentro de los moldes ne trabajo permanente y con salario .de subsistencia, los demás depen-
institucionales de la "reforma agraria" las condiciones ca- den de trabajos irregulares, inseguros y pésimamente pagados. De
pitalistas en el campo, la que, en el periodo 1970-1976, en- ellos más de un millón son jornaleros migratorios que la mayor par-
cuentra su contraparte alternativa en el ascenso general y te del año viven hacinados en barracas.
espontáneo de las luchas campesinas, que cobra dimensiones Es decir que cerca de 2.5 millones de trabajadores sin tierra pro-
pia, dependientes de un trabajo insuficiente, duro, mal pagado, es-
nacionales poniendo en pie de lucha a más de cuatro millo- tán empujados a luchar por una parcela que les permita subsistir, sin
nes de campesinos, en un movimiento tendencialmente an- que esto excluya el combate por mejores condiciones de vida y tra-
ticapitalista en defensa de sus condiciones concretas de vida. bajo, mayores salarios, etcétera. Existen, pues, más de cuatro millo-
Y lo más significativo de esta inmensa movilización reside nes de trabajadores rurales sin medios de producción propios o con
medios insuficientes empujados a luchar por una parcela como alter-
en que la tendencia principal de la lucha por la tierra, per- nativa casi única de subsistencia. Esto significa que el movimiento
mite y desarrolla a su lado toda una multiplicidad y com- campesino por que la tierra sea del que la trabaja está poniendo en
binación de distintas formas de lucha, que reflejan las dife- acción, de manera más o menos decidida, a una tercera parte de
renciales formas de opresión que tiene que enfrentar el cam- todos los trabajadores del país." A. Bartra, op. cit., pp. 17-18.
u. Leal y Woldenberg en "El sindicalismo mexicano, aspectos orga-
pesinado explotado, en la reapropiación de sus condiciones nizativos", Cuadernos Políticos, n. 7.
específicas de vida. 34 A pesar de existir elaboraciones estadísticas como las de Leal y
Woldenberg, donde se hace un análisis de la población económica-
32 Armando Bartra, op. cit., p. 32. mente activa, consideramos que Córdova no desprende de ahí las con-
33 Para los conceptos de subsunción formal y subsunción real del secuencias políticas a que su análisis obliga. Otras fuentes indican
proceso .de trabajo al capital, Karl Marx "Resultados inmediatos del que en 1970 de los 8 025 775 asalariados (habiéndose sustraído los fun.
proceso de producción", Capítulo VI (inédito) de "El Capital". cionarios gubernamentales) 5 373 320 corresponden al área urbana
Ed. Siglo XXI, Buenos Aires, 1971. de los cuales sólo 2 085 665 pueden ser considerados como prole:
,34 "Unos cuantos datos nos darán idea de por qué la lucha por la tariado industrial (petróleo, transformación, construcción, industria
tierra para el que la trabaja es la demanda central unificadora y eléctrica) quedando el resto, 3 023 200, en el llamado sector tercia-
más generalizada del movimiento campesino. De los ca,i 5 millones rio urbano ( comercio, transporte, servicios y gobierno). Asimismo, en
de trabajadores del campo, apenas un poco más de dos millones tie- el área rural los jornaleros agrícolas ascienden a un total de 2 234 975
nen tierra ejida) o de propiedad privada pero de ellos 8 de cada del total del asalariado rural integrado por 2 652 451 personas que
10 no obtienen de su parcela ingresos suficientes para subsistir. Es junto con el campesinado no asalariado forma el PEA rural con más
decir, casi dos millones de familias con parcelas pequeñas. en tierras de 5 m iliones de personas. Del total del proletariado industrial (1970)
malas y de temporal se ven empujadas a luchar por más y me.iores 2 331 081 (sumando 245 437 que trabajan en el área rural) solamente
tierras, sin que esto excluya el combate por mejores precios, obras 965 325 se en cuentran sindicalizados. Entendidos como el sujeto orga-
de riego, crédito adecuado, etcétera. Por otra parte existen poco nizado sólo representan el 10% del total del rubro de asalariados.
más de 2.5 millones de campesinos sin tierra propia, muchos de los Esto sin tomar en cuenta el subempleo que, incluyendo al desempl eo
cuales trabajan temporalmente la parcela familiar o cultivan tierra< rozaba los cuatro millones de personas. Para 1978 el desempleo abier-
en aparcería pero que dependen sin embargo fundamentalmente del to superaba el millón y medio de personas y se aproxima a los dos
jornal. millones para este año, que aunado al subempleo, casi de SO% del
De éstas sólo una pequeña minoría. generalmente Pspecializada. tie- PEA, representa una aproximación a los 11 millones de personas que
47

70 que de 8 054 822 asalariados activos sólo 1974350 están de México una dimensión cuantitativa y cualitativa que debe
dicalizados, lo cual quiere decir que el movimiento obrero ser considerada muy seriamente en los términos de una polí-
aanizado a enas los representa en un 24%. tica anticapitalista, como sectores estratégicos de apoyo y so-
ora 1en, a agncu tura, gana ena, s1 v1cu ura, caza y lidaridad. Se trata del perfil de las líneas de proletarización
ca cuentan con un índice de sindicalización de tan sólo y salarización de crecientes sectores de la población traba-
~. el comercio con un 3% y los servicios con un 10.6%, lo jadora, cuyas funciones estratégicas dentro de la división del
ual contrasta notablemente con la tasa de sindicalización trabajo capitalista no pueden ser ignoradas.
en la "industria de transformación" que es del 37 % , pero B] El segundo aspecto de la parcialización cordoviana del
que, sin embargo, deja fuera de la organización sindical a sujeto se extiende al tiempo y al espacio improductivos de la
1 365 758 obreros. La parte visible del iceberg se localiza so- existencia de la clase obrera. Al ser amputadas, sin chistar,
re todo en el sector eléctrico ( 97 .9%) , transportes ( 84.9% ) estas dimensiones "no-directamente productivas pero también
las industrias extractivas 78.6 o) . consignadas socialmente, llevan a la absurda suposición de
in em argo, señalemos esta o vie a : estas expresiones nu- que la clase obrera sólo vive durante la jornada de trabajo
'11éricas se mueven y su contenido radica en la necesaria orga- o, a lo más, en el transcurso de sus asambleas sindicales.
nización de la clase obrera para vender su fuerza de trabajo.
¿ Para cuándo queda la consideración de las venturas y
-Ja°s tiempos ru espacios d~l ~o~su!;; ; 1~ ci:+~:fttt~:t
d,_ do§ deJPa eras omnle1a _ 1nd~--~!- _!d ·- ' ______ __:
los avatares en la constitución de la organización sindical tal son clave§ en e] mode]amiento cotidiano de las faun~
autónoma de la clase obrera mexicana? ¿ O es que dicho pro- específicas de )a conciencia ¡¡r..g.)eta,ria. La topología cualita-
ceso de constitución -oculto, pues se trata de un proceso en tiva de las necesidades y los fines de los trabajadores está
,fas de expresarse-- no forma parte, tampoco, de la lucha siendo organizada culturalmente por el espacio urbano-rural,
política proletaria? la esfera de lo doméstico y las configuraciones que rigen el
in embargo, el espectro de "lo organizado" no sólo oculta llamado "tiempo libre", "tiempo del ocio", crecientemente
a este sector activo de la clase obrera. También deja ver sus determinados por la invasión de los medios masivos de comu-
~íectos mistificantes en la exclusión del terreno de lo político nicación. 37 En general se trata de los planos donde se procesa
de toda la población sobrante, sin derecho al trabajo, pero el grueso del consumo de significaciones ideológico-políticas y
fruto necesario de la reproducción del capital para una pobla- se dirimen los conflictos elementales que enfrentan los traba-
' ón económicamente activa. 3 6 A la población económicamen- jadores en la proyección de su reproducción-vida.
te activa, que en 1976 era de 18 millones, correspondía una Al ignorar estos planos "improductivos", sin apuntar si-
tasa de desempleo del 10% y una de subempleo del 46%; . quiera su problematicidad, las habituales interpretaciones de
En 1976 encontramos un millón y medio de desempleados. la izquierda sobre la situación de la clase obrera vuelven a
En 1978 ya son un millón ochocientos mil desempleados ... quedar fijadas productivistamente en la "punta del iceberg",
La acumulación de capital respira y la suerte de la población dejando de lado por lo menos dos ejes fundamentales que la
rera es doble: una parte es necesaria, otra superflua ( sin especifican radicalmente.
embargo, la amenaza del monstruo es general: los "desemplea- Por una parte, el eje de la contradicción campo-ciudad, que
., son arrastrados por los "empleados", y no sólo eso, el en nuestro país determina que el tránsito (definitivo o con-
miedo al desempleo oxida periódicamente la voluntad política
e los obreros activos). ¿Para cuándo debe quedar la consi- 3 7 En torno de los procesos de "despolitización" implementados
eración de las relaciones entre estos dos sectores necesarios por los medios masivos de comunicación y de "normalización" a la
r.otidianeidad del laberinto urbano, véase el ensayo de C. Monsivá is,
de la población obrera? ¿ O es que aquí tampoco se consti- Cultura y creación intelectual, suplemento Sábado del diario Unomás-
'"e la voluntad política del proletariado? uno, 19 de mayo de 1979. Lamentablemente, aún no se han sabido
Por último, los crecientes procesos de terciarización, particu- ~acar las consecuencias políticas de este tipo de análisis. Los medios
Iannente significativos en América Latina, toman en el caso masivos no sólo suministran símbolos para operar el trasplante del
campo a la ciudad, sino que también difunden patrones de com-
r .upuesto no entran en el sujeto estratégico de A. Córdova. Datos portamiento coloniales acordes con la industrialización transnacional.
a dos de Luis Gómez, "Acumulación y lucha de clases en México". Sin duda esto problematiza el supuesto antimperialismo y tradicional
trabajo inédito. nacionalismo arraigado en las masas ( Cf. Córdova, "La política de ma-
:i4i México, hoy, cit., p. 122. sas .. .". Cuadernos Políticos, n. 19, p. 38.
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tinuo) del campo a la ciudad se constituya en la experiencia con1,inuidad que media entre el tipo cualitativo de organicidad
colectiva más básica de los trabajadores mexicanos. Contra- que poseen los comportamientos anticapitalistas de las masas
dicción que encuentra localizado su extremo agudo en los trabajadoras y el que caracteriza a las prácticas contrainsur-
hacinanúentos periféricos de las viviendas de las familias de gentes de su oponente, el Estado nacional capitalista. Tam-
obreros, empleados o desempleados, en las "metrópolis" lo- poco valora adecuadamente el papel de los sectores organiza-
cales; el vasto planetario de las "ciudades perdidas", verda- dos en su compleja relación con las masas desorganizadas. 38
deros campos de concentración urbana de los ejércitos obre- En este contexto ideológico-político las consignas fundamen-
ros, violentemente demarcados en el espacio por la irra- tales de democracia e independencia sindical y política que
cionalidad del capital. enmarcarían el horizonte de la accjón de izquierda aparecen,
Complemento de estos núcleos es el flujo continuo de las de nueva cuenta, plagadas de ambigüedad como consignas uni-
migraciones obreras (internas, externas), mareas de pobla- laterales fijas, vacías de contenido estratégico revolucionario
ciones impulsadas por el empleo y el salario escasos, inesta- isar el contenido de "democracia" e "indepen-
bles, temporarios. Especialmente significativa es la cuestión
de los "braceros" que la propia dinámica de la acumulación
ha empujado a funcionar al margen del fetiche Nación. Es
desde esta perspectiva que debe enfrentarse el problema de la
fuerza de trabajo migratoria y no como una carta más en las roducción-consumo tendientes hacia la abolición de los
negociaciones interestatales. órdenes urocrático-capitalistas- y los aparatos de éstos u -
Por lo demás, el otro eje olvidado consiste en el ámbito sub- timos, centrados en )a democracia indirecta, cuya lógica es
terráneo doméstico-familiar; este proceso "invisible" es pie- diferir )os objetivos, sustituir los deseos de cambio y, final-
dra angular necesaria en la reproducción de la clase obrera !l!f_nte, rem lazar el cambio mismo or la re etición de sus
del campo y de la ciudad, fuente de resistencia para una vida ritos institucionales, desactivando el descontento atente. 3 9
sometida a las duras condiciones de la superexplotación. Es Ignorar esta radical discontinuidad le impide a Córdova
además clave material para la comprensión de la situación analizar el problema de la tendencia impuesta por el Estado
social específica de las mujeres pertenecientes a las clases tra- y el capitalismo hacia la burocratiza,ción o control institucio-
bajadoras, que encarnan la condición periférica al extremo, nalizado de las organizaciones obreras.
viviendo sometidas a la violencia de la explotación por par- Del mismo modo que sus conceptos y caracterizaciones f eti-
tida doble: ya sea directamente en los puestos de trabajo o ches (nación, Estado, clase obrera, a los que habría que agre-
indirectamente, sometidas a condiciones intolerables, laboran- gar sus nociones de "izquierda" y de lo que entiende por
do para reproducir y socializar la vida de la familia obrera, "marxismo") , sus alternativas políticas ambiguas proceden
explotadas también por los códigos autoritarios-patriarcales- presentando en estado de solución desde una perspectiva es-
sexistas del comportamiento social capitalista. Condición so- tatalista, lo que desde el punto de vista de una política de base
cial femenina, específica, que dota de una calidad autónoma constituyen campos de conflicto de clases.
el horizonte de su rebeldía como sujetos políticos completos. La "opción de masas" que Córdova delínea co11siste resu-
midamente en lo siguiente: una estrategia centralmente sin-
VI dical, orientada hacia el movimiento obrero "organizado",
Estos recortes efectuados por Córdova, en el cuerpo y en 3 8 "[. • • ] el movimiento proletario no puede ser concebido ja-
los espacios y tiempos de la vida del sujeto social (posible y más como el movimiento de una minoría organizada [ ... ] La sobre-
actuante del movimiento proletario) son solidarios de su in- estimación o la falsa apreciación del papel de la organización en la
lucha de clases del proletariado, está vinculada generalmente a una
comprensión del marco contrarrevolucionario del Estado na- subestimación de la masa de los proletarios desorganizados y de su
cional; ambas comprensiones equívocas ponen al descubierto madurez política [ ... ]": Rosa Luxemburgo. Huelga de marns. par-
cuán insuficientes resultan las bases de su opción programá- tido y sindicatos. Cuadernos de Pasado y Presente, n. 13, Córdoba.
tica, de una política de masas como horizonte general para 1970, pp. 88-90.
·39 Para la diferencia entre democracia "directa" e "indirecta". el
la acción de la izquierda. texto de J.. P. Sartre, P. H. Gaby, P. Víctor, El hombre tiene razón
Como ya se ha visto, Córdova no comprende la radical dis- para rebelarse. Ed. Monteávila, Venezuela, 1975.
49

· · egiando los sindicatos nacionales de industria, estructu- cantil donde se ejerce la acción sindical. Limita, prohíbe y ex-
"democráticamente", a partir de la elección mayorita- propia, de modo principal, el derecho de huelga; fija topes sala-
• y revocable de los dirigentes en asambleas de secciones do- riales, ratifica o desconoce la representatividad interna y ex-
de autonomía, con el apoyo de frentes estables de soli- terna del sindicato, por un lado. Por otro, administra y racio-
"dad (véase pp. 37-39). naliza elementos constitutivos del salario, cuya concesión apa-
Esta opción cristalizada en el programa del MSR, que bus- rece como prebenda controlada por los burócratas sindicales y
el rescate de los sindicatos nacionales de industria oficia- estatales. n
. contribuyendo a su formación entre el sector de los obre- Con estas connotaciones no se entiende de qué manera la
: de fábrica "organizados", no se rehúsa, ciertamente a tra- consolidación del frente coordinador de las acciones de los
;ar en las zonas periféricas. Pero estas tareas aparecen pos- sindicatos nacionales "democráticos" encontrará las raíces
estas, en espera de "fuer?as organizadas", subordinadas a reales de su eficacia, la fuerza para enfrentar el poder represi-
a táctica etapista y gradual: " [ ... ] ni la guerrilla aislada, vo del Estado. A menos que se confíe en una fuerza venida de
· dicato por sindicato, ni la revuelta general, sino una pro- arriba, los grandes frentes y la democracia indirecta encarna-
ngada y paciente acumulación de fuerzas, las cuales, desde el da en los dirigentes se convertirán de nuevo en estructuras for-
rincipio, deberán actuar como fuerzas organizadas" (p. 37). males burocratizadas, orientadas a una política de alianza
La afirmación exclusiva de la forma sindicato en el proceso burguesa y hacia la desmovilización de la revuelta espontánea.
e lucha del movimiento proletario, se basa en el supuesto de Queremos destacar que nuestras observaciones críticas al
aceptar acríticamente esta forma elemental y generalizada de proyecto del MSR se dirigen centralmente a su escasa fun-
organización. La ambigüedad de la forma sindicato como for- damentación. Ello de ninguna manera invalida la riqueza
ma de dominio y forma de defensa se discute pero no se ex- práctica de algunos momentos de la lucha cotidiana que sos-
lica. Se pasa por alto el específico proceso mediante el cual tienen sus miembros de base; de lo que diferimos es de que
d sindicato asume la estructura mercantil y permite -según se extralimiten las perspectivas de su programa y se las plan-
institucionalidad- que las reivindicaciones cualitativas, tee como hegemónicas para el conjunto de la izquierda.
relativas al proceso de trabajo concreto, se expresen codifica- El conjui:ito de esta línea estratégica, escamoteada de ante-
das por la forma valor, reducidas al regateo de magnitudes mano por Córdova de la virtual acusación de "tradeunionis-
expresadas en las categorías mercantiles: salario, jornada de tas" (p. 44), podría ser entendida --con buena voluntad- co-
trabajo, productividad, etcétera. No se cuestiona así la rela- mo una alternativa a la política de los partidos de izquierda
ción capitalista y ésta puede incluir al sindicato en la "pla- comprometidos con la reforma electoral del régimen, pero de
"ficación" del proceso de acumulación. Al aceptar el acto ninguna manera es así. La visión recortada en términos insti-
e intercambio, el sindicato produce a sus negociadores, los tucionales de la política sindical, que difiere la problemática
expertos del contrato colectivo. Córdova no advierte desde un de las bases periféricas, que considera secundarias las formas
rincipio los límites de la forma sindicato y por qué estos lí- directas autónomas de base y que restringe sus objetivos a la
"tes lo pueden conducir a su "burocratización", esto es "cha- presión sobre el Estado mediante alianzas con sectores guber-
'ficación", o "corrupción en manos de fascinerosos". 40 namentales progresistas, es más bien el complemento necesa-
Aunque el Estado disocia la acción sindical del plano polí- rio de la política partidaria parlamentarista.
co, no se excluye de participar en el plano económico mer- Tal labor parlamentaria, circunscrita al ámbito legal de
un Estado cuya trayectoria acredita caracterizarlo como con-
•0 Y aquí nos interesa observar la importancia ideológico-política de trarrevolucionario, apunta más bien en la dirección del remo-
..,resiones tales como: "charrismo", "charros". etcétera, que han
expulsadas del discurso político de los círculos ilustrados de la delamiento de los métodos de encuadramiento y manipulación
ierda. Sin embargo, para la clase obrera del país,. la imagen del del consenso de los explotados, con la nueva versión de una
ro sintetiza toda la experiencia de represión, cooptación y co- izquierda registrada circulando en el mercado del comercio
pción de sus sindicatos; e impugna irónicamente, de modo es- electoral.
táneo, todas las mecánicas del proceso de expropiación de las
...ses por los charros y el Estado: "se montan" sobre el aparato 41 El despliegue racionalizador del Estado puede ser contemplado
dical, se convierten en "hombres fuertes", "líderes carismáticos", en instituciones tales como Infonavit, Fonacot, Comisión Nacional de
~ejan las riendas" del contrato colectivo, "en el jaripeo" de las Salarios Mínimos. IMSS, ISSSTE, CONASUPO, etcétera, que regulan
...ndes centrales, etcétera. selectivamente el contenido del salario.
50

En esta secuencia, em1t1r alternativas de democracia e in- tu ..ciones insoportables impuestas por el charrismo, el Estado y
dependencia en abstracto y vacías de contenidos estratégicos el capital. El "estar en la lucha", ensayando y combinando so-
teórica y políticamente fundados, avaladas sólo moralmente lidariamente las distintas demandas, ha sido la clave; el avan-
("lo que se debe hacer"), conduce a su eventual recuperación ce y el retroceso van mostrando las fuentes del triple poder
autoritaria desde arriba. Cuando se trata de abordar la pro- opresivo, el itinerario de las dificultades del que se rebela.
blematicidad interna de esta "democracia" e "independencia" Luchas que en efecto no han sido principalmente centraliza-
políticas el argumento de Córdova elude el problema me- das, sino más bien redes de poder local, regional. Todo ello
diante una mecánica de provocación: se inventa unos espan- justificaría pensar que el horizonte de la izquierda es más
tajos izquierdistas que elimina despóticamente con adjetivos bien una serie de puntos de partida, innumerables modos de
gratos al terror reaccionario (véase pp. 33, 45, 36, entre organización que responden con armas diferenciales a la to-
otras) .42 talización económica, política y cultural del capital.
Este despotismo avalado por los principios de realidad siem- En efecto, es importante insistir, como lo hace Córdova, en
pre salidos de las bocas de los dirigentes o de las figuras pre- el enorme poder del Estado, en denunciar su tránsito habitual
sidenciales conduce a Córdova a realizar insólitos balances a la represión policiaco-gangsteril, es importante insistir en
históricos del papel de la izquierda que implican de suyo un la necesidad de cambiar los ritmos de lucha. Sin embargo, la
desconocimiento de otros principios de realidad actuantes en flexibilidad e inteligencia de la táctica estriba precisamente
las luchas del pueblo. en la formación de una conciencia estratégica radical que per-
La evaluación de las experiencias obreras recientes enfoca- mita entender sin ambages el carácter tendencialmente des-
das desde el punto de vista de las bases, de los cuadros medios ventajoso de cualquier componenda conciliatoria para la iz-
o de las críticas disidentes en su interior ( esto implica toda quierda con el charrismo y el Estado capitalista. Esto lo de-
una vasta investigación sobre documentos marginales y testi- muestra la historia: sobradamente. Los arreglos por arriba
monios vivos) arrojaría conclusiones inversas. 43 Desde nuestro siempre se han revertido en fortalecimiento institucional con-
punto de vista, las luchas actuales se han caracterizado más tra la autonomía, independencia y democracia de las organi-
bien por las múltiples y diferenciadas revueltas frente a las si- zaciones de los trabajadores.
Para superar esta circularidad de disyuntivas se trata, más
42
Entre los epítetos provocadores con que nuestro autor tacha de bien, de plantear una caracterización clara de las funciones
antemano de un fácil plumazo autoritario toda una posible gama de capitalistas de la política estatal y un necesario deslinde pro-
respuestas diversas a las posiciones oficiales provenientes de la am- gramático para la permanencia y capacidad de resistencia del
plia marginalidad de la izquierda, se encuentran: "partidillos grupy~- movimiento anticapitalista, en lugar de contener a priori y
culares", "grupilJos de catecúmenos de izquierda", "anarcoides tras-
humantes", "populistas y sin partido", todos ellos adjetivos gratuitos descalificar sectariamente a otros programas y otros movi-
que obstaculizan y retardan el nuevo tipo de discusión necesaria. mientos.
,1, 3 La prensa marginal publicada acerca del -y muchas veces por
el- movimiento obrero en lucha nos parece una fuente imprescindi- Como señala J.-P. Sartre: "Una institución es una exigen-
ble para la discusión y el balance de las movilizaciones de los últimos
años. Por ejemplo, véase entre otros La causa del pueblo, n. 13, ene- cia que está dirigida a individuos abstractos y atomizados,
ro de 1973., México, "Balance obrero de 1972"; suplemento La cultura mientras que una verdadera praxis sólo puede existir par-
en México., revista Siempre!, mayo de 1974, entrevista obreros de tiendo de agrupamientos concretos. Si hoy en día debe exis-
Nissan. Poder obrero, "Testimonio de los 121 días de lucha de los tir un partido revolucionario, es preciso que se parezca lo
trabajadores de Spicer", octubre de 1975; Punto crítico "Consolida-
ción patronal: fin de la tregua", México, agosto de 1977, n. 79; menos a una institución y, por lo demás, que conteste toda
"Consideraciones críticas acerca del movimiento de huelga del institucionalidad fuera de sí, pero que la conteste primero
STUNAM (Tesis provisorias)", ed. mimeográfica de los trabajadores que todo en sí mismo. Lo que hay que desarrollar en la gen-
de base del STUNAM de la FCP y S, Julio de 1977; Testimonio de te no es el respeto a un orden pretendidamente revoluciona-
Nacozari: Cananea II, 1978; "Narración hecha por obreros de Naco-
Mri a compañeros trabajadores de Trailmobile sobre su lucha inicia- rio, es el espíritu de rebelión contra todo orden''. 44
da el 25 de febrero y reprimida el 21 de junio. Realizada el miérco-
les 12 de julio de 1978", texto inédito en su mayor parte, salvo frag- [México, julio de 1979]
mentos publicados en La cultura en México, suplemento .de Siempre!,
y Nexos. 44 J.-P. Sartre et al., op. cit., p. 50.

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