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1-.”Una gran señal se apareció en el cielo: una mujer vestida de sol con la luna
bajo sus pies y una corona de doce estrellas sobre su cabeza, está en cinta y
grita con los dolores del parto y con el tormento de dar a luz” (Ap. 12, 1).
De esta forma nos preparamos también para la gran celebración de los 50 años de
nuestra Iglesia Particular, que peregrina en el estado de Quintana Roo. Para este
fin hemos establecido un triduo de años; dedicando el primero a la Eucaristía, el
segundo a Santa María Madre del Sacerdote y el tercero a la Santa Cruz.
Constatamos con gratitud y alegría, la sintonía tan grande con el Proyecto Global
de Pastoral que nos ofrecen los obispos, para prepararnos a celebrar las
apariciones de Santa María de Guadalupe a San Juan Diego, en el cerrito del
Tepeyac y la manifestación de su presencia continua maternal y amorosa de la
milagrosa imagen de la tilma de San Juan Diego. Los signos de la presencia de
Santa María de Guadalupe en esta tierra, son numerosos y variados. El amor y la
devoción a la Madre de Cristo, arraigaron tan hondamente en el corazón de los
fieles, que con razón México se gloría de llamarse “tierra de María Santísima”. En
nuestra Prelatura podemos decir que, en todos los hogares se venera la imagen de
Nuestra Señora de Guadalupe y en todas las comunidades, hay una capilla o una
ermita dedicada a ella. Los santuarios son muy visitados en su fiesta y la devoción
de rezar el rosario muy extendida entre todos los fieles del pueblo de Dios. Ella se
ha manifestado como Madre buena y amorosa de esta tierra, y nosotros queremos
manifestarnos como buenos y amorosos hijos suyos.
Queremos volver a ver esa gran señal que apareció en el cielo y encontrar en Ella,
un signo del amor de predilección de Dios hacia este pueblo, un fortalecimiento de
nuestra fe; un consuelo en nuestras penas y tribulaciones en estos momentos de
dolorosas dificultades para la Iglesia, una luz del sol de justicia que nace de lo alto
en medio de las tinieblas de nuestros tiempos, una dulce compañía en nuestro
caminar eclesial, una inspiración en nuestra misión evangelizadora, una fortaleza
en la lucha por la extensión del reino.
También queremos encontrar en esa señal del cielo el triunfo y la victoria sobre “el
dragón rojo con siete cabezas y diez cuernos” que acecha este mundo
convulsionado en que vivimos, desgarrado por la violencia del crimen organizado y
del narcotráfico; sacudido por la violencia intrafamiliar y la pérdida de valores
evangélicos; herido por los ataques mediáticos en la misma iglesia católica. El diablo
está vivo y muy activo buscando como erosionar a la Iglesia católica, como dice el
Papa Francisco: “No deberíamos pensar en el diablo como un mito, una
representación, un símbolo, una forma de hablar o una idea. Este error nos llevaría
a bajar la guardia y terminar siendo más vulnerables”. La Iglesia se ha visto muy
afectada por múltiples casos de abusos de menores y al mismo tiempo por el
aumento de la polarización entre conservadores y liberales, dentro de la misma
Iglesia. Por eso el Papa nos ha pedido a todos los católicos, rezar diariamente el
rosario en el mes de octubre y concluirlo con la oración a San Miguel Arcángel, líder
de los ángeles que derrotaron a Lucifer, el ángel caído y expulsado del cielo:
“Entonces entablo una batalla en el cielo: Miguel y sus ángeles combatieron contra
el dragón. También el dragón y sus ángeles combatieron, pero no prevalecieron y
no hubo ya en el cielo lugar para ellos. Y fue arrojado el gran dragón, la serpiente
antigua, el llamado Diablo y Satanás, el seductor del mundo entero; fue arrojado a
la tierra y sus ángeles fueron arrojados con Él” (Ap. 12, 7). La Biblia comienza y
termina con la victoria sobre Satanás, “Ella te aplastará la cabeza, mientras tu
acechas su calcañar” (Gen. 1 15)
A pocos años de la llegada del Evangelio a estas tierras, en el año 1531, aparece
Santa María de Guadalupe, y hace resonar dulcemente, la novedad del amor de
Dios, que tristemente había sido lastimada por la espada de la conquista. Los
enfrentamientos entre colonizadores españoles y pobladores nativos, se fueron
agravando cada día más y más, hasta tal punto, que el arzobispo de México,
escribió al rey diciendo, que era inminente una hecatombe y catástrofe humana sin
precedentes, a no ser que una intervención sobrenatural del cielo, la evitara. En ese
preciso momento, apareció la señal del apocalipsis en el cielo: “una mujer vestida
de sol con la luna bajo sus pies” y el manto lleno de estrellas. Fue entonces cuando
se logró la paz y la reintegración de los dos pueblos, y nació una nueva nación.
María Santísima logro el milagro de la pacificación de los dos pueblos, surgiendo el
nuevo pueblo de México.
2-. “De donde a mí, que la Madre de mi Señor venga a visitarme” (Lc. 1, 43),
“Non omni nationi fecit taliter” (Sal. 147,20).
4-. “He aquí la esclava del Señor, hágase en mi según su palabra” (Lc 1, 26)
6-. “Mujer ahí tienes a tu hijo; y luego dijo al discípulo: ahí tienes a tu Madre.
Y desde aquella hora, el discípulo la acogió en su casa” (Jn. 19, 27).
María es ante todo y sobre todo una Madre; su grandeza no le viene de otros títulos
como Reina o Señora. María es fundamentalmente Madre, porque nos trajo a Jesús.
Porque engendra a Jesús y nos ayuda con la fuerza del Espíritu Santo, para que
nazca y crezca en nosotros. Es la que continuamente nos está dando vida. Es
Madre de la Iglesia y Madre de manera particular de cada sacerdote. Al pie de la
cruz, cuando ya nos lo había entregado todo, nos dio a su Madre, como último regalo
de su amor. Y fue en la persona del discípulo amado, que quiso entregarla como
Madre de todos los creyentes. Ningún cristiano y menos el sacerdote, puede
sentirse huérfano, porque tiene una Madre que es la más amorosa de las madres.
Al pie de la cruz, le dio un hijo para que siguiera amando como madre y para que lo
cuidara, y María cumplirá al pie de la letra el ultimo encargo que le hizo su hijo Jesús,
de seguirlo amando como hijo en sus discípulos. María sigue al pie de la cruz de los
sacerdotes. Es Madre cariñosa y responsable en las penas y alegrías de sus hijos.
En sus enfermedades y momentos de descanso, en sus triunfos y fracasos les
vuelve a decir como le dijo a Juan Diego: “No estoy Yo aquí, que soy tu Madre”.
Cada sacerdote, siente y debe sentir el cariño, la protección y la compañía de María,
como la sintió el discípulo amado. Él se la llevo a su casa, es decir, la hizo parte de
su vida y de su familia. No nos cansemos de amar y dejarnos amar por María, de
mirarla y dejarnos mirar por ella. La ternura de su mirada y su regazo maternal, son
remanso de paz para el alma sacerdotal y también son escuela donde se aprenden
el arte de acoger y escuchar las almas cansadas y atribuladas que acuden al
sacerdote en busca de la misericordia divina.
María Santísima, escogida para ser la Madre del salvador, fue adornada con una
santidad extraordinaria y excepcional. Dios la preservo de toda mancha de pecado
original, y la doto de dones y prerrogativas totalmente excepcionales. Pero Ella
también colaboró libre y generosamente, con la acción del Espíritu Santo, para
mantener y caminar en la santidad, que Dios obraba en Ella.
La llamada al sacerdocio es una llamada a la Santidad. “Si quieres ser perfecto ve,
vende todo lo que tienes, dalo a los pobres, tendrás un tesoro en el cielo. Ven y
sígueme” (Mt.19, 21). Todos los cristianos están llamados a ser santos, pero el
sacerdote de manera especial, debe ser testigo del estilo de vida pobre, casto y
obediente de Jesucristo Nuestro Señor. Es un hombre como los demás, con las
mismas limitaciones, defectos y virtudes de cualquier ser humano, pero su
configuración ontológica con Jesucristo, le obliga a conformar su vida en el modelo
e imagen de Jesucristo Buen Pastor. El sacerdocio es un llamado a buscar la
santidad, en sí mismo y en los demás.
Como nos dice el Papa Francisco, la santidad es el rostro más bello de la Iglesia.
La santidad, es un signo claro de la presencia del Señor. En la noche más oscura,
surgen los más grandes profetas y santos. La herencia de los santos, habla con una
voz más fuerte que la de los factores de desilusión y escándalo. El suave atractivo
de la santidad es más poderoso que el más agresivo proselitismo. Hoy día, el
sacerdote tiene la misión de recuperar y elevar la confianza y la credibilidad de los
fieles en el sacerdocio. Hoy su testimonio de santidad es más valioso y más urgente
que nunca. Que la Virgen Santísima les alcance todas las gracias que necesitan
nuestros sacerdotes, para que a pesar de sus debilidades y limitaciones, puedan
ser testigos de la acción santificadora del Espíritu Santo. Que resplandezca en ellos
la imagen del Buen Pastor, que da la vida por sus ovejas.
Que la Virgen Santísima nos alcance los dones del Espíritu Santo, que nos hagan
comprender que, Evangelizar es una Misión que nos toca a todos. Y que no
podemos dejar solo al Papa Francisco. Tenemos que seguir la luz de sus
enseñanzas y pisar las huellas de sus pasos en este camino misionero que van
marcando el rumbo de la Iglesia.
10-. “Mi Madre y mis hermanos son aquellos que escuchan la Palabra de Dios
y la ponen en práctica” (Lc 8, 21).
María Santísima conservaba las palabras del ángel y las meditaba en su corazón, y
fue dichosa porque escucho la Palabra de Dios y la puso en práctica. Que Ella nos
alcance la gracia de ser asiduos en la escucha diaria de la Palabra, fieles en llevarla
a la práctica y generosos en compartirla con nuestros hermanos. Hoy día es muy
fácil a través de los medios electrónicos, escuchar todos los días la palabra del
Evangelio y compartirla con nuestros hermanos.
11-. “Que sean uno, como Tú y Yo somos uno, para que el mundo crea que Tú
me has enviado” (Jn. 17, 22).
Así como en la boda de Caná, la intervención de María fue decisiva para el milagro
de la conversión del agua en vino. Así también necesitamos hoy, una intervención
de María para la conversión misionera, para que nuestras actitudes de pasividad,
de confort, de indiferencia, se transformen en celo misionero, en dinamismo, en
vitalidad, que logren una Iglesia viva, misionera y samaritana. La tarea
evangelizadora es una Misión que nos toca a todos, pero necesitamos sacudirnos
las resistencias y las reticencias. Necesitamos volver a la frescura del Evangelio sin
esquemas mentales preconcebidos, sin ideologías abstractas que nos hacen perder
lo concreto y practico del evangelio. Necesitamos poner en el centro la revolución
de la ternura y de la misericordia. Volver al primer anuncio kerigmático. Necesitamos
sacudirnos la rutina, la pereza y las estructuras obsoletas para salir y llegar hasta
las periferias geográficas y existenciales, y poder compartir la alegría del evangelio.
Necesitamos más audacia misionera para primarear e involucrarnos sin miedo, con
mucha imaginación y con mucha creatividad. Solo llenos del Espíritu Santo
podemos ser audaces, comparrecia y con alegría. Junto a María Santísima,
quedaremos llenos del Espíritu Santo y de todos sus dones. Junto a María
quedaremos enamorados de Cristo y convencidos de que su mensaje responde, a
las necesidades y anhelos más profundos del corazón humano. Junto con María,
desarrollamos ese gusto espiritual por estar cerca de la gente, compartiendo con
ella, acompañándola y ayudándola a mantenerse cerca de Dios. La misión es una
pasión por Jesús pero al mismo tiempo es una pasión por el pueblo. Cuando se
percibe la necesidad de la gente y se ve la respuesta generosa a nuestra invitación
de servir a la Iglesia, nuestro corazón se enciende y se vuelve más misionero.
Cuando la misión se convierte en esencia de nuestra vida, se vuelve un poderoso
motor y marca profundamente nuestra identidad personal. “Como el Padre me ha
enviado, así los envío Yo”. Somos enviados por Cristo, el enviado del Padre; somos
continuadores de su misma misión; Él ha tenido a bien confiar en nosotros, a pesar
de nuestras debilidades y limitaciones. Que la Virgen Santísima interceda por esta
Prelatura, para que la conversión pastoral de nuestros sacerdotes, seminaristas y
agentes laicos, produzca un ejército de evangelizadores en orden de batalla. Que
no dejen ninguna comunidad sin evangelizar. Que como valiente y aguerrido
ejército, puedan vencer al enemigo y conquistar para Cristo todos los corazones de
los fieles bautizados de esta Prelatura de Cancún – Chetumal.
En este año dedicado a María Madre de los Sacerdotes, hagamos vida el Programa
Pastoral que nos ha ofrecido la Vicaria de Pastoral. Confiados la maternidad y
poderosa intercesión de María Santísima, le suplicamos que nos permita vivir con
intensidad este año de gracia y que llevemos a la práctica, todo lo planeado y
programado, para que todos y cada uno de los que formamos esta Iglesia Particular,
nos sintamos unidos en la experiencia de un pueblo misionero que camina en la Fe,
la Esperanza y en el Amor. Somos una Iglesia joven en marcha misionera. Que
nadie se quede rezagado. Que todos participemos con entusiasmo en esta difícil
pero dulce y confortadora tarea de evangelizar, porque evangelizar es una Misión
que nos toca a todos.
Octubre
- Visita de la Imagen peregrina al Decanato San José.
- 8 al 12 Semana de la Familia.
- 13. Apertura oficial Año de María Madre del Sacerdote en el Encuentro Mariano
de Cancún y Playa.
Noviembre
- Visita de la Imagen peregrina al Decanato del Sagrado Corazón de Jesús
- 6 Retiro Mensual de sacerdotes en el Decanato del Sagrado Corazón de Jesús
- 19 al 21 Encuentro de Franjas de más de 25
- 21 Aniversario de la Fundación de la Prelatura de Cancún - Chetumal
- 22 Aniversario de la Ordenación Episcopal de Monseñor Pedro Pablo Elizondo
Cárdenas L.C.
Diciembre
- Visita de la Imagen peregrina al Decanato “San Juan María Vianney”
- 4. Retiro Mensual de sacerdotes Decanato “San Juan María Vianney”
- 8. Peregrinación monaguillos por Decanatos a la Guadalupana
- 8. Celebración Eucarística Mariana para pedir la Paz y la Familia en el Estadio
“Andrés Quintana Roo” en Cancún
Enero
- 7 al 11 Semana de Formación permanente Presbiteral
- 21 al 27 Semana de la Catequesis
Febrero
- Visita de la Imagen peregrina al Decanato “Santa Cruz”
- 5. Retiro Mensual de sacerdotes en el Decanato “Santa Cruz”
- 11. Jornada Mundial de los enfermos
Marzo
- Visita de la Imagen peregrina al Decanato “San Pablo”
- 3. Día de la Familia
- 12. Retiro Mensual de sacerdotes en el Decanato “San Pablo”
- 30. Marcha Juvenil Penitencia
Abril
- 15 al 21 Misiones de Semana Santa
- 16 Misa Crismal en Catedral de Cancún
Mayo
- Visita de la Imagen peregrina al Decanato “San Miguel Arcángel”
- 3. Día de la Prelatura
- 6 al 9 Encuentro de Franjas de 0 a 5
- 7. Retiro Mensual de sacerdotes en el Decanato “San Miguel Arcángel”
- 21 al 23 Paseo de los padres diocesanos
- 28 al 31 Encuentro de Franjas de 16 a 25
- Sábados 4, 11, 18, 25, son las Asambleas Parroquiales
Junio
- Visita de la Imagen peregrina al Decanato “San Juan Pablo II”
- 4. Retiro Mensual de sacerdotes en el Decanato “San Juan Pablo II”
- 8. X Asamblea Diocesana en Chetumal
- 23. Congreso de la Familia
- 28. Fiesta del Sagrado de Corazón de Jesús. Jornada de oración por la
santificación de los sacerdotes
Julio
- Visita de la Imagen peregrina al Decanato “Nuestra Señora Del Carmen”
- 2. Retiro Mensual de sacerdotes Decanato “Nuestra Señora Del Carmen”
- 8 al 12 Actividades por la clausura del año de María Madre del Sacerdote
- 13. Clausura del año de María Madre del Sacerdote
- 30. Visita de la Prelatura a la Basílica de Guadalupe
Agosto
- 5 al 7 Encuentro de Franjas de 6 a 15
ORACION POR EL AÑO DE MARÍA, MADRE EL SACERDOTE