Nombre*

Luis F. Peña Mella

Bubok Publishing S.L., 2013
1ª edición
ISBN:
Impreso en España / Printed in Spain
Editado por Bubok
 Luis F. Peña Mella
Aquel día había empezado sin siquiera haber terminado bien
la noche.

Aún no había entendido ese suceso que había pasa en mis

sueños. Creí que algo me quería dejar dicho, no entiendo
por qué lo soñé, ¿será que algo iba a pasar la noche de ese
día? Aún no lo sé, lo que si tenía entendido es que todo iba
a iniciar a las 6:00 a.m. de ese día 17 de agosto año 2015.

11:31 a.m. del día 18 de octubre del 2010

—Buenos días, Jhon… pensé que no despertarías.

—Eso sería imposible, todo ser humano debería despertar.

—Siempre y cuando estén vivos.

—Madre, ¿me crees tan débil para morir ahora?

—No es eso hijo…

—¡DIME!

—No lo sé cariño.

Jhon sufría de una pequeña depresión desde hace ya un

tiempo. Sentía que todos a su alrededor era solo odio hacía
él, porque él mismo se lo había creado en su mente. Tenía
tan solo 13

Su madre de nombre Alice Tejada tan solo soportaba esos

momentos de sufrimientos de su hijo por cierto tiempo,
dentro de unos meses estaría en tratamiento para curar su
enfermedad.

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—Déjame solo.

Jhon era meticulosamente insoportable en el momento de

conversar. Parecía que no era su fuerte conversar, daba
miedo en la forma en la que actuaba. Era de esperarse, pues
en sus sueños siempre había algo que empeoraba su
situación cada día, aunque no en gran cantidad. Su única
familia era su madre, quien es con quien él vive. Su padre
había fallecido hace unos meses atrás en un trágico
accidente, que según aseguran los de la morgue, no dejó
rastros.

—Está bien. Pero tienes que levantarte de la cama ya, abajo

está tu desayuno.

—Gracias mamá.

—Te espero abajo.

Jhon Davis –como nombre completo- tenía una

personalidad variada causada por su enfermedad. De vez en
cuando era una persona amable, con una vida de color de
rosa, que nada le preocupaba, pero, en algunas ocasiones en
las que sentía la persona más desdichada del mundo, que la
vida no tiene nada que ofrecerle, que nada en este mundo
tiene sentido. Algunos médicos que lo habían tratado hace
unos días relacionaron su enfermedad con la muerte de su
padre.

A veces se culpaba de lo que le había pasado, pues aquel día

era la graduación de sus años en la escuela primaria. Su
padre se había retrasado a la graduación, justo porque no
había terminado su hora de trabajo. Intentó escapar del

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trabajo y en camino a la escuela de Jhon, su auto fue atropella
de por un camión de carga que iba camino a Santiago

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