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INTRODUCCIÓN

Los residuos están ligados al desarrollo de las sociedades. La gran mayoría de las actividades
humanas producen residuos en forma de sólidos, líquidos o gases que, al carecer de algún valor
intrínseco, se desechan hacia el medio ambiente. Alcanzan todos los medios, afectando la calidad
del aire, suelo y agua, y con ello, la salud humana y la de los ecosistemas naturales (ver también
los temas de Atmósfera y Agua para los indicadores relacionados con la calidad del aire y agua).
Actualmente, el manejo de los residuos, tanto urbanos como peligrosos, se ha convertido en un
tópico prioritario de las agendas de un gran número de países.

Los efectos de los residuos dependen, en gran medida, de sus características químicas y físicas,
así como de sus volúmenes de emisión al ambiente. En general, la generación de los residuos ha
seguido las tendencias de la urbanización, el crecimiento económico y la industrialización de las
naciones. En México, en los últimos diez años la generación total de RSU se incrementó 26%,
paralelamente al crecimiento del producto interno bruto (PIB) y al gasto de la población. A nivel
mundial, se ha estimado que entre 2004 y 2008, la generación de residuos sólidos urbanos (RSU)
se incremente cerca de 31.1% (es decir, alrededor de 7% anual; UNEP, 2008).

La importancia del tema de los residuos se ha vinculado durante mucho tiempo a su relación con
sus efectos sobre la salud humana. Además de la presencia de malos olores, la generación de
humos, gases y partículas en suspensión, los RSU dispuestos inadecuadamente pueden favorecer
la transmisión de enfermedades por vectores (como ratas, cucarachas e insectos; FEMA, 1995;
BID-OPS, 1997), e incluso, ser agentes causantes directos de enfermedades intestinales, hepatitis
y algunos padecimientos de la piel (BID y OPS, 1997). Por su parte, la contaminación de las
fuentes de agua por residuos peligrosos (RP) y su consumo por la población se han asociado a la
presencia de enfermedades como cáncer, malformaciones genéticas y daños renales y hepáticos
(Díaz-Barriga, 1996; Ostrosky et al., 1996).

Paralelamente a sus efectos sobre la salud, también se han documentado daños ambientales
importantes sobre los ecosistemas provocados por el manejo incorrecto de los residuos. Por
ejemplo, la presencia de RSU en los cuerpos de agua provoca diversos impactos: en aguas
superficiales alteran la estructura física del hábitat y afectan negativamente la calidad del agua
(Fatta et al., 2000; Fetter, 2001), eutrofizando en algunos casos los cuerpos de agua y
ocasionando alteraciones en la cadena trófica con efectos en la estructura y diversidad de las
comunidades acuáticas (Revenga et al., 2000).
Ante esta situación el tema de los residuos constituye un punto importante de la agenda pública
nacional. La problemática del país incluye, principalmente, los crecientes volúmenes de residuos
que se generan, la dificultad para su recolección, el rápido agotamiento de la vida útil de los
rellenos sanitarios, el desperdicio de los materiales dotados de valor y la presencia de numerosos
sitios contaminados por RP. Las acciones para su atención tienen múltiples líneas, entre las que
destacan la promoción de acciones de minimización de los volúmenes de generación, la creación
de infraestructura para el manejo de los residuos (que incluye las fases de almacenamiento,
recolección, transporte, alojamiento, reuso, tratamiento, reciclaje y disposición final) y, en el caso
de los RP, la identificación y atención de los sitios contaminados y la prevención de la
contaminación mediante instrumentos normativos (EPA-Sedesol, 1993; Semarnat-Profepa,
2003; CMPL, 2004; FIPREV, 2004; GTZ, 2004).

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