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Julio | 45

MARXISMO Y CRÍTICA LITERARIA,


de Terry Eagleton

Buenos Aires, Paidós, 2013 estética burguesa como contra los postulados del estalinismo, que Sin embargo, el aporte de esta publicación no son solo sus concep-
han sido tomados por “marxistas” pero poco tienen de la enorme ri- tos que asientan a la teoría sobre un suelo “material” (aunque hoy
Laura Vilches queza de esta tradición, que va desde los clásicos Marx, Engels o sea habitual una crítica sociológica de las obras); sino el rescate de
Trotsky, la Escuela de Frankfurt y el estructuralismo althusseriano, “hombres de acción” que también pensaron el arte desde el campo
hasta Brecht y Benjamin. El texto incluye también algunos debates de sus especificidades pero en estrecha ligazón con los problemas de
centrales que sobre el arte y la literatura se dieron al calor de la Re- la lucha de clases, a diferencia del “marxismo occidental”, que se de-
volución Rusa o el ascenso del estalinismo. dicó a problemas filosóficos y culturales, abandonando los económi-
Eagleton parte de conceptualizar las nociones de “base” y “super- cos y políticos. Rescatadas del silencio por Eagleton, las figuras de
estructura”, cimientos de la crítica marxista y aporte diferencial res- Lenin y Trotsky aparecen ligadas a la reflexión sobre la cultura y el
pecto a autores previos que pensaron la literatura en su contexto his- arte, a la par de sus intervenciones en los problemas candentes de la
tórico, pero discute, a su vez, con las versiones mecanicistas que de Revolución Rusa y el primer Estado obrero de la historia. Al menos pa-
aquella se han derivado. Lo revolucionario de la crítica marxista con- ra quienes nos hemos formado en una universidad bajo la impronta de
siste en entender que la producción de las ideas, representaciones y los últimos 30 años de “restauración burguesa”, es esencial valorizar
conciencia están entrelazadas con la producción de la vida material estos “hallazgos” para abordar la creación artística y sus problemas,
y puestas a defender un orden social desigual. Para entender el ar- en la búsqueda de reconciliar el arte y la cultura con la perspectiva
te dentro de la superestructura social –instituciones, valores, ideas–, de que ésta, sus productores y las mayorías a las cuales se les niega
que está determinada “en última instancia” por las condiciones ma- su acceso, puedan liberarse de las ataduras del capital. Volver a los
teriales de dominación, Eagleton se referirá al concepto de ideología: escritos de estos dos revolucionarios conlleva, por otra parte, cuestio-
esa compleja “estructura de percepciones sociales que asegura que nar la concepción de que el marxismo (el “realismo socialista”) pen-
la situación por la cual una clase tiene el poder sobre otras es per- só opresiva y mecánicamente la literatura. Arte y compromiso políti-
cibida como ‘natural’”. La tarea del crítico será develar ese conjunto co son válidos si la obra es juzgada “en primer lugar, según su propia
de ideas, valores y sensaciones presentes en la obra de arte a través ley”. La crítica marxista, debe huir de una concepción utilitaria del ar-
de su forma y contenido. Frente a quienes defienden que lo esencial te como hizo el estalinismo.
en la crítica literaria es interpretar el contenido, aquel dirá que “En- Por último, la crítica marxista permite analizar las condiciones de
tender Rey Lear, La dunciada o Ulises consiste entonces, en algo más producción que convierten al arte en un objeto-hecho material que
que interpretar su simbolismo, estudiar su historia literaria y añadir puede ser mercantilizado. Este sometimiento a las leyes del capital
notas al pie con los hechos sociológicos contenidos en ellas. Consiste determina estrechamente la naturaleza de la obra (técnicas, materia-
(…) en comprender las relaciones complejas e indirectas entre es- les, contenidos). Pensarla como práctica material concreta y alejar-
tas obras y el mundo ideológico del que forman parte, relaciones que se de una visión “espiritualista” que borra las condiciones materia-
aparecen no solo como tema o preocupaciones, sino como estilo, rit- les de su origen, da la posibilidad al artista de intervenir conservando
mo, imagen, calidad y forma”. Se distancia así tanto de las visiones o revolucionándolas dentro de su campo específico (academias, Uni-
formalistas que analizan lo formal de las obras con independencia del versidades, etc). El arte, “en la sociedad capitalista, es transformado
contenido; como de un abordaje de la ideología relacionada directa y en una mercancía y moldeado por la ideología; pero aun así puede ir
mecánicamente con la lucha de clases o la economía. Forma y conte- más allá de esos límites. Puede incluso revelarnos un tipo de verdad;
“Si el silencio es la mejor prueba del triunfo de una ideología, el nido constituyen una unidad “en la práctica” indivisible, pero teórica- no una verdad teórica o científica, seguramente, sino la verdad del
hecho de que en la sociedad se comience a hablar nuevamente de mente diferenciables por la crítica, donde a su vez, la forma adquiere modo de vida en que los hombres perciben sus condiciones de vida y
capitalismo es un síntoma inequívoco de que el capitalismo está en importancia específica que debe ser abordada atendiendo a su grado el modo en que protestan contra ellas”.
problemas”. Así anuncia Fermín Rodríguez la edición en español de de autonomía ya que “es siempre una unidad compleja de al menos La publicación de Marxismo y crítica literaria, permitirá acercar a lec-
Marxismo y crítica literaria. Paidós publicó este año la obra que Te- tres elementos: se encuentra parcialmente configurada por una his- tores de este siglo, no solo un cúmulo de herramientas y técnicas in-
rry Eagleton concibiera en 1976, como resultado de su seminario in- toria de las formas literarias ‘relativamente autónoma’; es una crista- terpretativas sino las armas para una batalla en el terreno del arte que
troductorio a las ideas del marxismo cultural, en la Universidad de lización de determinadas estructuras ideológicas dominantes (…) y rompa con los sentidos comunes propios de la sociedad capitalista. Des-
Cambridge. encarna una serie específica de relaciones entre autor y público”. La pués de todo, como afirma Eagleton, “la originalidad de la crítica mar-
Este libro propone un recorrido por conceptos centrales de la vi- relación forma-contenido es, para el marxismo, una unidad dialéctica xista no depende de su perspectiva histórica sobre la literatura sino de
sión marxista sobre el arte, discutiendo tanto con las nociones de la que equilibra en sí misma la importancia de ambas. su concepción revolucionaria de la historia misma”.

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