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HORA SANTA: SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

 Exposición del Santísimo

 Canto:

 Introducción:

Señor, aquí estamos ante ti. Queremos buscarte con amor. Nuestra alma
tiene sed de ti, todo nuestro ser suspira por ti.
Queremos orar con el corazón, con toda nuestra atención puesta en ti Jesús,
hacia tu corazón, por eso danos la ayuda, la fuerza de tu Espíritu Santo.
En esta noche vamos a orar desde el corazón, desde nuestro pequeño
corazón humano, pero que cuando se une a tu Corazón manso y humilde es
ilimitado, no se puede medir, es infinito... como el tuyo.

 Canto al Espíritu Santo:

 Salmo:

Mi alma tiene sed del Dios vivo:


¿cuándo veré el rostro de Dios?
Como busca la cierva
corrientes de agua,
así mi alma te busca a ti, Dios mío.

Tiene sed de Dios del Dios vivo:


¿cuándo entraré a ver
el rostro de Dios?

Envía tu luz y tu verdad:


que ellas me guíen
y me conduzcan hasta tu monte santo,
hasta tu morada.

Que yo me acerque al altar de Dios


al Dios de mi alegría;
que te dé gracias al son de la cítara,
Dios, Dios mío.

Silencio

1
 Texto Bíblico: 1Jn 4, 9-15

Así Dios nos manifestó su amor:


envió a su Hijo único al mundo,
para que tuviéramos Vida por medio de él.
Y este amor no consiste
en que nosotros hayamos amado a Dios,
sino en que él nos amó primero,
y envió a su Hijo
como víctima propiciatoria por nuestros pecados.
Queridos míos,
si Dios nos amó tanto,
también nosotros debemos amarnos los unos a los otros.
Nadie ha visto nunca a Dios:
si nos amamos los unos a los otros,
Dios permanece en nosotros
y el amor de Dios ha llegado a su plenitud en nosotros.
La señal de que permanecemos en él
y él permanece en nosotros,
es que nos ha comunicado su Espíritu.
Y nosotros hemos visto y atestiguamos
que el Padre envió al Hijo como Salvador del mundo.
El que confiesa que Jesús es el Hijo de Dios,
permanece en Dios,
y Dios permanece en él.

 Reflexión:

Nadie ha visto a Dios tal como es en sí mismo. Y, sin embargo. Dios no es


del todo invisible para nosotros, no ha quedado fuera de nuestro alcance.
Dios nos ha amado primero, dice la Carta de Juan, y este amor de Dios ha
aparecido entre nosotros, se ha hecho visible, pues “Dios envió al mundo a
su Hijo único para que vivamos por medio de él” (1Jn 4,9). Dios se ha
hecho visible: en Jesús podemos ver al Padre.

La Eucaristía ha brotado del Corazón de Jesús. Es el mayor regalo del


Corazón de Jesús en la Última Cena. La eucaristía tiene su centro en el
amor, y el amor proviene del corazón.
En la Eucaristía se encuentra palpitante el Corazón de Cristo, que ama
intensamente al Padre y a los redimidos por su muerte y resurrección. La
eucaristía es el corazón vigilante, atento y amoroso de Jesús, que nos ve,
escucha, atiende, espera, ama, consuela, anima y alimenta.

2
 Canto:

Silencio

 Reflexión de Nuestro Padre

Nuestro Padre celebraba con gran gozo la solemnidad del Corazón de


Jesús. Escuchemos una de sus reflexiones en torno a esta fiesta.
¡Corazón de Jesús! ¿Qué podremos decirte hoy que o te hayamos
dicho ya muchas veces? ¿Qué ofrecerte de lo nuestro que no sea ya tuyo?
¡No tenemos nada nuevo!
Y después de todo ¿quién ha dicho que el amor se pague de novedades?
Es verdad, Señor; todavía te seguimos buscando en donde nadie te busca.
Y te decimos con el corazón lleno de amor y de compasión: Aunque todos...
nosotras no.

 Canto (escuchado)

- El Corazón de Jesús está aquí


Eso es estar el Corazón de Jesús en el sagrario, poner en actividad infinita
un amor y una paciencia.

- El Corazón de Jesús está mirándome


¡Sí, Él me sigue con su mirada!

- El Corazón de Jesús está escuchando


Y así sigue viviendo en el Sagrario: escuchando a todos y todo.

- El Corazón de Jesús está sembrando


Es la pureza, la humildad en persona, la abnegación y la bondad por
excelencia, las que van a ser sembradas.

- El Corazón de Jesús está dando el mayor amor


Tú dijiste: “Nadie tiene mayor amor que el que da su vida por sus
amigos...”, a no ser el que ha inventado la Eucaristía para darla todos los
días y todas las horas. ¡Este sí que es el mayor amor perpetuado en una
locura!

- El Corazón de Jesús está llamando a los que quiere


Te puse: para que fueras la mana que siempre señalara hacia mi, la voz que
de mi siempre hablara, el pie que hacia mi siempre se dirigiera, el corazón
que siempre me quisiera... En una palabra: te puse para contar contigo.

3
 Canto:

Silencio

- María, Madre de Jesús y Madre nuestra, nos señala su Inmaculado


Corazón, un corazón que arde de amor divino y nos invita a vivir el sendero
de la alegría.

- Su Inmaculado Corazón nos remite de manera directa y misteriosa al


Sagrado Corazón de Jesús y es que en María todo nos dirige a su Hijo. Los
Corazones de Jesús y María están unidos en el tiempo y la eternidad.

- María Santísima, Mediadora de todas las gracias, nos invita a confiar en


su amor maternal, a dirigir nuestras plegarias pidiéndole a su Inmaculado
Corazón que nos ayude a llenarnos con su Hijo Jesús.

Todas:

Santa María, Madre de Dios,


Tú has dado al mundo la verdadera luz,
Jesús, tu Hijo, el Hijo de Dios.
Te has entregado por completo
A la llamada de Dios
Y te has convertido así en fuente
De la bondad que mana de Él.
Muéstranos a Jesús. Guíanos hacia su Corazón.
Enséñanos a conocerlo a amarlo,
Para que también nosotras
Podamos llegar a ser capaces
De un amor verdadero
Y ser fuentes de agua viva
En medio de un mundo sediento. Amén.

 Canto:

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