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y la deriva genética
José Luis López Fernández
10 de noviembre de 2011
–[. . . ] Trabajando en la misma ciudad estaba escrito que algún día os teníais que
cruzar. Lo raro es que en tanto tiempo no haya pasado antes.
–Sí, lo que me faltaba, resulta que ahora tengo que dar gracias al azar porque ha
tenido a bien que no me lo haya tropezado hasta ahora.
–Piénsalo, sólo con hacer un cálculo de probabilidades. . .
–Déjalo, ¿sabes qué te digo?, ¡que me cago en las probabilidades! [. . . ]
dd = X A X A × X A Y, dr = X A X A × X a Y, cd = X A X a × X A Y,
cr = X A X a × X a Y, rd = X a X a × X A Y, rr = X a X a × X a Y.
1
dd dr cd cr rd rr
X AY 1 1 1/2 1/2 0 0
X aY 0 0 1/2 1/2 1 1
X AX A 1 0 1/2 0 0 0
X AX a 0 1 1/2 1/2 1 0
X aX a 0 0 0 1/2 0 1
Las dos primeras filas contemplan las probabilidades de vástago varón asociadas
a la descendencia de una pareja de progenitores de cualquiera de las seis clases
arriba indicadas. Por su parte, las tres últimas filas representan las probabilida-
des análogas para los vástagos hembra. Es evidente que, por separado, ambas
submatrices están configuradas por columnas cuyos coeficientes suman siempre
1.
Como en el caso de la herencia autosómica (cf. Afternotes 14 ), un modelo de
este tipo vendrá típicamente representado por un esquema discreto de la forma
Pn+1 = T Pn , donde el vector Pn recogerá en cada una de sus componentes las
respectivas proporciones de cruzamientos del tipo dd, dr, cd, cr, rd o rr en cada
generación.
Estudiaremos dos experimentos de naturaleza distinta que ilustran el funcio-
namiento de estos modelos de transmisión genética. El primero de ellos recibe
el nombre de cruzamiento y deriva genética y consiste en lo siguiente: (1)
se elige al azar una pareja cualquiera de progenitores de entre las seis posibili-
dades de cruzamiento ya conocidas; (2) se elige luego de entre su descendencia
un varón y una hembra al azar y se vuelven a cruzar; (3) este proceso se repite
sucesivamente de generación en generación. Se trata de descubrir qué tipo de
patrón de comportamiento acaecerá a largo plazo.
Desde una perspectiva matemática, sabemos que hablar de comportamientos
a largo plazo equivale a estudiar el valor propio y el vector propio dominantes.
En este caso, como estamos interesados en el reparto proporcional de cada tipo
de parejas con el transcurso de las generaciones, tendremos que hacernos cargo
del cálculo del vector de proporciones de la correspondiente matriz de transición,
que en nuestro caso viene dada por
1 0 1/4 0 0 0
0 0 1/4 0 0 0
0 1 1/4 1/4 0 0
T = 0 0 1/4 1/4 1 0 .
0 0 0 1/4 0 0
0 0 0 1/4 0 1
Veamos por qué. Para ello elegiremos un coeficiente cualquiera de la matriz e
intentaremos comprender qué significa el número que este representa. El sig-
nificado de cualquier otro coeficiente distinto del anterior será completamente
análogo. Tomemos, por ejemplo, el elemento matricial que ocupa la posición
(3, 4) (es decir, fila 3 y columna 4), que en nuestro caso es 1/4. Por pertenecer
a la fila 3, y dado que la ecuación matricial con la que estamos tratando es de
2
la forma Pn+1 = T Pn con
(dd)n
(dr)n
(cd)n
Pn = ,
(cr)n
(rd)n
(rr)n
donde
{1.,1.,0.809017,-0.5,0.5,-0.309017} .
3
Si aplicamos ahora el método de las potencias para aproximar un vector propio
dominante (es decir, uno de los asociados al valor propio λ = 1), partiendo por
ejemplo del vector
0.5
0.5
0.5
v0 = 0.5 ,
0.5
0.5
al cabo de 60 iteraciones del método se obtiene un vector v60 con las siguientes
componentes:3
{1.499996820479682, 7.505829308783636*^-7,
2.4289373870734106*^-6, 2.4289373870734106*^-6,
7.505829308783636*^-7, 1.499996820479682}
Siendo así, si nos conformáramos con una aproximación decimal a la milésima
(redondeo a la tercera cifra decimal) obtendríamos la siguiente aproximación al
vector propio dominante:
1.5
0
0
v60 =
,
0
0
1.5
que nos informa de que, a largo plazo, los únicos posibles cruzamientos que
podrán darse serán los del tipo dd o rr. Con respecto a todos los casos analizados
anteriormente en los que se ha calculado el vector de proporciones del modelo,
este es peculiar en dos aspectos, ambos relacionados con el hecho de que λ = 1
no es estrictamente dominante (pues comparte dominancia con él mismo, como
se vio anteriormente):
(1) Aparecen ceros entre sus componentes, es decir, grupos de población que
se extinguen durante el experimento.
(2) No todos los vectores propios asociados al valor propio λ = 1 son propor-
cionales entre sí, luego no podemos extraer uno cualquiera (de los infinitos
que hay) que represente de modo único las proporciones de cada grupo po-
blacional a largo plazo. La razón es que en nuestro caso hacen falta dos
3 En esta notación, el asterisco representa la multiplicación usual y el ángulo la correspon-
diente potencia de 10
4
parámetros para describir los infinitos vectores propios dominantes:
α
0
0
v= , α, β ∈ R .
0
0
β
Lo único que, por tanto, podemos afirmar con seguridad es que los cuatro
grupos intermedios desaparecen en el proceso de deriva genética.