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El mito de la Chica de la Carretera Según se cuenta, una Joven muy hermosa (al parecer

universitaria, de buen carácter y muy amable) anda a pie por las noches por las carreteras
donde sólo Chóferes o Camioneros transitan. Cuando ellos la ven deambulando, deciden
ayudarla y la hacen subir a sus vehículos. Ella señala una vecindad muy humilde y luego su
hogar con su dedo de la cual, se baja antes de llegar a él. Un Joven que llevó a esta "Chica",
contó en su experiencia que cuando la encontró, se ofreció a llevarla. Ella parecía tener frío
y como acto de caballerosidad, le prestó su abrigo. Cuando ella dijo estar cerca de su hogar,
estaba por devolverle el abrigo. El Joven le dijo que no se preocupe y que se quede con él,
luego regresaría por este. Al día siguiente, volvió a aquella casa y fue recibido por una
Dama Joven. Él le explicó lo sucedido con la Chica, pero la Mujer dijo que no había
ninguna Joven en su casa. El Chico confundido, persistió nuevamente y aseguró no
equivocarse. Mientras seguían conversando, él se percató de una foto de la Joven en la
Pared, luego dijo que Ella era. La Mujer sorprendida, respondió que era su Hija pero había
fallecido hace más de 10 años. mito chica de la carretera El Joven muy sorprendido, creyó
que le estaba bromeando. La Mujer, dijo no bromear y para que se convenza, le dijo que la
acompañe hacia "el Cementerio de la Vecindad". Cuando llegaron, se detuvieron ante una
lápida y en ella, estaba el abrigo del Joven.

El hada del viejo pino (leyenda para niños)


Hubo una vez, en unas lejanas llanuras, un árbol antiquísimo al que todos admiraban y que
encerraba montones de historias. De una de aquellas historias formaba parte un hada, que
había vivido en su interior durante años. Pero aquella hada se convirtió un día en una mujer
que mendigaba y pedía limosna al pie del mismo pino.

Muy cerca, vivía también un campesino (al que la gente consideraba tan rico como egoísta),
que tenía una criada. Aquella criada paseaba cada mañana junto al viejo pino y compartía
con la mujer mendiga todo el alimento que llevaba consigo. Pero cuando el campesino se
enteró de que la criada le daba el alimento a la señora que mendigaba, decidió no darle ya
nada para comer para no tener así que regalárselo a nadie.
Tiempo después, el campesino avaro acudió a una boda en la que tuvo la ocasión de comer
y beber casi hasta reventar cuando, regresando a casa, pasó cerca del pino y de la mujer que
mendigaba a sus pies. Pero en lugar de un árbol, el campesino vio un palacio precioso que
brillaba a más no poder. Animado aún por la boda, el campesino decidió entrar y unirse a lo
que parecía otra fiesta. Una vez dentro del palacio, el campesino vio a un hada rodeada por
varios enanitos disfrutando de un festín. Todos invitaron al campesino a compartir la mesa
con ellos y no lo dudó dos veces, a pesar de que había acabado muy lleno de la boda.

El campesino, ya sentado en la mesa, decidió meterse todo cuanto pudo en los bolsillos,
puesto que ya no le cabía nada en el estómago. Acabada la fiesta, el hada y los enanitos se
fueron a un salón de baile y el campesino decidió que era el momento de volver a casa.
Cuando llegó, quiso presumir de todo cuanto le había pasado ante su familia y sus criados
y, para demostrarlo, sacó todo cuando había metido en sus bolsillos. Pero, oh, oh…de los
bolsillos no salió nada.

El campesino, enfurecido por las risas de todos, ordenó a la criada que se fuera de su casa y
que comprobara si quisiera cuanto le había contado. La pobre joven salió de la casa
entristecida, y acudió hasta los pies del pino. Pero, de pronto, poco antes de llegar, notó
algo muy brillante en los bolsillos de su delantal. Eran monedas de oro.

Tan contenta se puso la criada que decidió no regresar nunca más al hogar del campesino
egoísta, y fue a ver a la mujer que mendigaba en el pino para darle algunas monedas.

 Tome señora, unas pocas monedas que tengo, seguro que le ayudarán. – Dijo la
joven.

Y en aquel mismo momento la falsa mendiga retomó su forma de hada, recompensando la


actitud de la joven con un premio todavía mayor, su libertad y su felicidad eternas.

EL LOBO

Cauto, silencioso, el lobo salió una noche del bosque atraído por el olor del rebaño. Con
paso lento se acercó al redil lleno de ovejas, poniendo atención en donde ponía la pata
para no despertar con el más leve ruido al dormido perro.
Sin embargo, la puso sobre una tabla y la tabla se movió. Para castigarse por aquel
error, el lobo levantó la pata con que habla tropezado y se la mordió hasta hacerse sangre.

¿Verdad, amiguitos, que este lobo fue el mejor juez de sí mismo?

RIMAS
CANCIONES

TRABALENGUAS
ADIVINZNAS
REFRANES
RONDAS
POEMAS

ANECDOTAS
1. ¿Abrazos de sabores?
Esta mañana, después de hacer los trabajitos, me he dedicado a premiar con abrazos a todos los
niños que lo hicieran bien, ¡y he repartido muchos, muuuuchos! El caso es que cuando un niño me
ha dado un fuerte abrazo le he dicho: - ¡Uyyyy! ¡Qué abrazo más rico! Y el niño, se me queda
mirando y medice... - Seño... ¿es que te los comes?

2. Mayúsculas y minúsculas...
Los niños están aprendidendo a escribir con letras minúsculas, y para ello, entre otras cosas,
trabajamos con el nombre propio. He preparado unas tarjetas con sus nombres para que aprendan a
escribirlo en minúscula, esta mañana me viene un niño con su nombre escrito así: JULIO , y le digo:
- Cariño, me has escrito tu nombre con con letras mayúsculas, hay que escribirlas en minúscula, las
pequeñitas, lo repetimos, ¿vale? El niño asiente, se lo borro, y al rato viene de nuevo... Cual es mi
sorpresa cuando veo su nombre en letras "pequeñitas", tal que así: JULIO. ¡Qué bueno! ¡Pues claro
que me las hizo más pequeñitas...!

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