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¿QUÉ SIGNIFICA BUSCAR A DIOS?

A menudo los cristianos hablan de buscar a Dios. ¿Qué significa eso?

Algunos de los que buscan a Dios ya creen que existe; lo buscan en el sentido
locativo, tanto como si buscáramos una dirección física. “¿Dónde está Dios?”
preguntan. Esta es la pregunta que tratan de responder.

Los cristianos creen que Dios es omnipresente — que existe en todas partes en
todo momento. No puede ser restringido, al igual que nosotros, a un sólo tiempo y
un sólo lugar. El antiguo salmista, el Rey David reflexionó sobre el paradero de
Dios y concluyó que no había lugar alguno en el cual Dios no estuviera:

“Dios es omnipresente,” escribe el teólogo John Piper, “y por lo tanto, siempre


está cerca de todo y de todos. Posee todo ser. Su poder está siempre presente en
sostener y gobernar todas las cosas.”6 Su presencia puede encontrarse en la
naturaleza,7 en las vidas de aquellos que lo siguen8 y entre los que se reúnen para
adorarlo.9

¿Los Cristianos buscan a Dios?

También los creyentes hablan de buscar a Dios. Pero si creen en Dios, ¿acaso no
lo han encontrado ya?

Cuando los cristianos hablamos de buscar a Dios, por lo general significa que
están buscando la experiencia de la presencia de Dios. La Biblia exhorta a los
creyentes a “buscar siempre el rostro de Dios.”10 Esta frase se refiere a tener
acceso a Dios; buscar su rostro es buscar su presencia.

El Dios omnipresente está siempre cerca de todo y de todos, y él ha prometido


estar con sus hijos siempre.11 Pero incluso alguien que cree en Dios podría no —
de hecho, muy probablemente no lo hará — experimentar siempre su presencia
prometida de maneras en las que pueda ser visto o sentido. Algunas veces “el
rostro” de Dios parece oculto simplemente por nuestra falta de atención o por
nuestra desobediencia. Algunas otras veces nos negamos a enfocar nuestra
atención y afecto a Dios y por lo tanto nos resulta difícil percibir su presencia con
nosotros.

Nuestra propia desobediencia o pecado voluntario puede resultar en el sentido de


que Dios ha “retirado su mano” de nosotros por un tiempo — pero no cada prueba
o dificultad que experimentamos es evidencia de que lo haya hecho. Mientras que
él puede, en efecto, estar disciplinándonos al dejarnos sentir las consecuencias
reales de nuestro pecado, y el alejamiento de Dios que trae el pecado, él aún está
presente. Y todavía promete ser encontrado por aquellos que lo buscan
sinceramente.12
No hacemos el esfuerzo mental y emocional para buscar a Dios porque él esté
perdido. No lo está. Buscamos a Dios para “poder conocerlo” y “ser encontrados
en él,” como el Apóstol Pablo lo escribió.13

Buscar a Dios implica poner nuestras mentes y nuestros corazones en él — y Dios


nos anima a hacerlo.14 Él invita a los no creyentes a examinar su palabra y a
considerar su obra en el mundo a través de su Hijo Jesucristo. Y él invita a los
creyentes a acercarse a él en confianza, dependencia y adoración, para que él
pueda revelar más de sí mismo.15

La Biblia nos asegura: “Si lo buscas, te permitirá que lo encuentres.” 16 Él


recompensa a aquellos que lo buscan, y la mayor recompensa de todo es
la relación con Dios mismo."17

Finalmente, en toda nuestra exploración debemos recordar que la búsqueda no es


unilateral. Dios nos está buscando con más diligencia y deseo de lo que nosotros
jamás podríamos mostrarle al buscarlo a él.

Jesús declaró que él “vino a buscar y a salvar lo que se había perdido.”19

Dios busca una relación con aquellos que no lo conocen aún. Él busca una unión
más profunda con quienes sí lo conocen. Mientras lo buscamos, podemos estar
seguros de que él está seriamente buscándonos a nosotros también.

¿Qué significa buscar al Señor?

Buscar al Señor significa buscar su presencia. “Presencia” es una traducción


común de la palabra Hebrea “rostro”. Literalmente, hemos de buscar su “rostro”.
Pero esta es la forma hebraica de tener acceso a Dios. Estar delante de
su rostro es estar ante su presencia.

Pero ¿no están su hijos siempre ante su presencia? Sí y no. Sí en dos sentidos:
En primer lugar, en el sentido que Dios es omnipresente y por lo tanto siempre
está cerca de todo y de todos. Él mantiene todo en su existencia. Su poder
siempre está presente en el mantenimiento y gobierno de todas las cosas.

Y en segundo lugar, sí, Él siempre está presente con sus hijos en el sentido de su
pacto de compromiso de estar siempre con nosotros, obrar por nosotros y
transformar todo para nuestro bien. “Y he aquí yo estoy con vosotros todos los
días, hasta el fin del mundo” (Mateo 28:20).

Pero hay un sentido en el que la presencia de Dios no está con nosotros siempre.
Por esta razón, la Biblia repetidamente nos llama a “buscar al Señor… buscar su
presencia continuamente”. La presencia confiable, consciente y manifiesta de Dios
no es nuestra experiencia constante. Hay temporadas cuando nos volvemos
negligentes para con Dios, no le damos ningún pensamiento, no ponemos nuestra
confianza en Él y le encontramos “no-manifestado” – es decir, imperceptible como
grande, hermoso y valioso por los ojos de nuestros corazones.

Su rostro – el brillo de su carácter personal – se oculta detrás de la cortina de


nuestros deseos carnales. Esta condición siempre está dispuesta a
sobrepasarnos. Esa es la razón por la que se nos dice “buscar su
presencia continuamente”. Dios nos llama para disfrutar del conocimiento continuo
de su suprema grandeza, belleza y valor.

¿Qué significa buscar?

Esto sucede a través de “buscar”. De búsqueda continua. Pero ¿qué significa eso
en la práctica? Tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento dicen que es una
“fijación de la mente y el corazón” en Dios. Es la fijación consciente o el enfoque
de nuestra atención de la mente y nuestros afectos del corazón en Dios.

“Dispongan ahora su corazón y su alma para buscar al Señor su Dios.” (1


Crónicas 22:19)

“Si ustedes, pues, han resucitado con Cristo, busquen las cosas de arriba, donde
está Cristo sentado a la diestra de Dios. Pongan la mira (la mente) en las cosas de
arriba, no en las de la tierra.” (Colosenses 3:1-2)

Una elección consciente

Esta fijación de la mente es lo opuesto de la relajación mental. Es una elección


consciente de dirigir el corazón hacia Dios. Esto es lo que Pablo dice a la iglesia:
“Que el Señor dirija sus corazones hacia el amor de Dios y hacia la perseverancia
de Cristo” (2 Tesalonicenses 3:5). Este es un esfuerzo consciente de nuestra
parte. Pero ese esfuerzo de buscar a Dios es un regalo de Dios.

Nosotros no hacemos este esfuerzo mental y emocional para buscar a Dios


porque Él esté perdido. Esa es la razón por la que buscaríamos una moneda o
una oveja. Pero Dios no está perdido. Sin embargo, siempre hay algo a través del
cual o en torno al cual debemos ir a Su encuentro conscientemente. Este ir ‘a
través de’ o ‘en torno a’ es lo que significa buscar. Él a menudo está oculto.
Velado. Debemos ir a través de medios y alrededor de obstáculos.

Los cielos cuentan la gloria de Dios. Así que podemos buscarle a través de eso. Él
se revela a sí mismo en su palabra. Así que podemos buscarle a través de eso. Él
se muestra a sí mismo a nosotros en las evidencias de la gracia en otras
personas. Así que podemos buscarle a través de eso. La búsqueda es el esfuerzo
consciente de llegar a Dios mismo a través de los medios naturales – para fijar
nuestras mentes hacia Dios constantemente en todas nuestras experiencias, para
dirigir nuestras mentes y corazones hacia Él a través de los medios de su
revelación. Esto es lo que significa buscar a Dios.

Obstáculos que se deben evitar

Y hay un sinnúmero de obstáculos que debemos sortear a fin de verlo claramente,


y así podamos estar en la luz de su presencia. Debemos huir de las actividades
espiritualmente insípidas. Debemos correr de ellas y esquivarlas. Ellas están
bloqueando nuestro camino.

Sabemos lo que nos hace vitalmente sensibles a las apariciones de Dios en el


mundo y en la palabra. Y sabemos lo que nos opaca, nos ciega y hace que ni
siquiera queramos buscarlo. De estas cosas hay que alejarnos y dar la vuelta si
queremos ver a Dios. Eso es lo que implica buscar a Dios.

corazón hacia Dios en todas nuestras experiencias, clamamos a Él. Esto es


también lo que significa buscarle.

“Busquen al Señor mientras puede ser hallado, llámenlo en tanto que está cerca.”
(Isaías 55:6)

“Si tú buscaras a Dios e imploraras la misericordia del Todopoderoso…” (Job 8:5)

Buscar implica llamar e implorar. “Oh Señor, abre mis ojos. Oh Señor, quita la
cortina de mi propia ceguera. Señor, ten piedad y revélate a tí mismo. Anhelo ver
tu rostro.”

La humildad esencial

El mayor obstáculo para la búsqueda del Señor es el orgullo. ”El impío, en la


arrogancia de su rostro, no busca a Dios” (Salmos 10: 4). Por lo tanto, la humildad
es esencial para la búsqueda del Señor.

La gran promesa para los que buscan al Señor es que Él será hallado. “Si Lo
buscas, El te dejará que Lo encuentres” (1 Crónicas 28: 9). Y cuando Él es
encontrado, hay gran recompensa. “Porque es necesario que el que se acerca a
Dios crea que Él existe, y que recompensa a los que Lo buscan” (Hebreos 11: 6).
Dios mismo es nuestra mayor recompensa. Y cuando lo tenemos, lo tenemos
todo. Por lo tanto, “¡Busquen al Señor y su fuerza; busquen continuamente su
presencia!”

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