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PROBLEMAS DEL SER

El problema del ser y el deber ser (también llamado la guillotina de Hume, y muchas veces
confundido con la falacia naturalista) es un problema en metaética acerca de la posibilidad
de deducir oraciones normativas a partir de oraciones descriptivas. Las oraciones descriptivas son
aquellas que dicen lo que es el caso, mientras que las oraciones normativas son aquellas que
dicen lo que debe ser el caso. Tómese por ejemplo el siguiente par de oraciones:

1. Nerón es cruel.
2. Nerón debe ser cruel.
La primera es una oración descriptiva y la segunda es una oración normativa, y resulta evidente
que existe una gran diferencia entre ambas. Para deducir una oración normativa, una manera es
construir un argumento que incluya una oración normativa entre las premisas. Así por ejemplo:

1. Todos los emperadores deben ser crueles.


2. Nerón es un emperador.
3. Por lo tanto, Nerón debe ser cruel.
Según la lógica deóntica, este argumento tiene la siguiente forma válida:

es "x es un emperador", es "x es cruel", y es "Nerón".)


Pero el problema del ser y el deber ser consiste en encontrar una manera de deducir oraciones
normativas sin tener que incluir más oraciones normativas entre las premisas. En el argumento
anterior, uno puede preguntar por una justificación para la nueva oración normativa, "todos los
emperadores deben ser crueles". En tal caso, la única salida sería deducir la oración a través de
otro argumento que incluya una premisa normativa. Por ejemplo:

1. Todos los líderes deben ser crueles.


2. Todos los emperadores son líderes.
3. Por lo tanto, todos los emperadores deben ser crueles.
Pero esto nos deja con el nuevo problema de encontrar una justificación para la premisa "todos los
líderes deben ser crueles", y con la amenaza de una regresión al infinito. Podría observarse, por
supuesto, que así como se puede pedir justificación para las premisas normativas, se puede pedir
justificación para las premisas descriptivas. Pero esto es otro problema, que puede encontrar otras
respuestas. Una diferencia entre las oraciones descriptivas y las oraciones normativas es que las
primeras, a diferencia de las segundas, pueden (quizás) juzgarse verdaderas o falsas a partir de la
investigación empírica. Así por ejemplo, el valor de verdad de la oración "Nerón es un emperador"
puede determinarse haciendo una investigación histórica. Sin embargo, no sucede lo mismo con la
oración "Nerón debe ser cruel". La verdad o falsedad de esta oración debe determinarse por otros
métodos, y si se descarta la posibilidad de probar su verdad a través de una deducción a partir de
premisas verdaderas, entonces vale preguntar si hay algún otro camino.
El abismo que separa a los hechos de los deberes no tiene nada que ver con el contenido de las
proposiciones descriptivas de las que se parte. Lo mismo da que se trate de proposiciones
metafísicas, científicas o de la vida cotidiana. El error se encuentra en el procedimiento, no en el
punto de partida.

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