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hepatitis.

Agente Causal:

La hepatitis B es causada por un virus del género Orthohepadnavirus perteneciente a


la familia Hepadnaviridae conocido con el nombre de virus de la hepatitis B (VHB o HBV, por sus siglas en
inglés). El virus tiene aproximadamente 42 nm de diámetro con un ADN de doble cadena de unos 3200 pb de
largo encapsulado por una cápside, el cual está a su vez cubierta por una envoltura viral rodeado por lípidos y
proteínas incrustadas en su superficie. La proteína viral de superficie (HBsAg) tiene tres formas principales, L-,
M- y S-.

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¿Cuáles son los síntomas?

La hepatitis aguda puede no producir ningún síntoma y pasar desapercibida para el enfermo. En otras
ocasiones pueden existir síntomas inespecíficos, como malestar general, cansancio, náuseas. Además, en
algunos casos se desarrolla ictericia, es decir, pigmentación amarilla de la piel y las mucosas, que se
acompaña de orinas de color oscuro (coluria) y deposiciones blancas o amarillentas (acolia).

Las hepatitis crónicas también se caracterizan por producir muy pocos síntomas y, en muchas ocasiones, se
diagnostican de forma casual al realizar análisis por otros motivos.

Cuando existen síntomas, los más frecuentes son cansancio, molestias leves e inespecíficas en lado derecho
del abdomen o trastornos leves de la digestión.

Tratamiento de la hepatitis

Tanto la hepatitis de tipo A, como la de tipo B, pueden curarse sin intervención médica. Si no es así, el
facultativo establecerá un tratamiento u otro según la causa del trastorno, edad del paciente, sensibilidad a
determinados fármacos, etcétera. No existe un tratamiento específico para la hepatitis A; suele
recomendarse dieta pobre en grasas, evitar el consumo de alcohol y otros tóxicos y descanso. Para los tipos
B, además de la recomendación de seguir las indicaciones anteriores, existen algunos medicamentos
disponibles entre los que se encuentran el interferón alfa, lamivudina, telbivudina, adefovir y, más
recientemente, entecavir o tenefovir. El interferón alfa es un tratamiento que se administra en forma de
inyecciones subcutáneas y puede eliminar el virus de la hepatitis B, pero en un porcentaje pequeño de casos.
El resto de los medicamentos mencionados se administran vía oral y no curan la infección, aunque pueden
mantener el virus bajo control durante muchos años. Hay que tener en cuenta que muchos pacientes
infectados por el VHB pueden tener la enfermedad inactiva y, por lo tanto, no requieren ningún tratamiento.

varicela

Cómo se contagia

La varicela sólo se transmite de persona a persona. El contagio puede ser por:

Contacto directo

Con las lesiones de la piel.

Por vía aérea, mediante las secreciones que son expulsadas del tracto respiratorio al toser o estornudar.

Contacto indirecto

A través de objetos contaminados (aunque esta forma es poco frecuente).


Al ser una enfermedad muy contagiosa, que se transmite con facilidad, es conveniente aislar al paciente para
evitar que contagie a otras personas.

Síntomas varicela

Tras el contacto con el virus, el periodo de incubación de la varicela suele durar dos semanas
aproximadamente. Pasado este tiempo aparece fiebre moderada durante dos o tres días, cansancio, dolor de
cabeza y falta de apetito. Todo esto seguido de la aparición de manchas rojizas y planas, que van adquiriendo
relieve hasta convertirse enampollas o vesículas.

Tratamiento de la varicela

En el caso de una varicela en un niño sano, el propio cuerpo es capaz de combatir la enfermedad. Tan solo se
requiere tratamiento para aliviar los síntomas. Se pueden emplear analgésicos, antihistamínicos, y cremas o
lociones que alivien el picor. Es importante no suministrar aspirina (ácido acetilsalicílico), ya que se asocia con
el desarrollo del síndrome de Reye. En su lugar se puede usar paracetamol.

La mayoría de las ampollas desaparecerán sin dejar cicatrices, excepto aquellas que resulten infectadas por
bacterias a causa del rascado. Es conveniente aplicar compresas húmedas, y los baños tibios para limpiar las
heridas originadas por el rascado y prevenir la aparición de infecciones.

En caso de infección bacteriana se deben administrar antibióticos.

Se utilizan medicamentos antivirales como el aciclovir (ACV) en una serie de casos:

Para las varicelas generales no se utiliza. Sí en caso de adultos y adolescentes con afecciones cutáneas,
pulmonares, o aquellos que han tomado esteroides recientemente.

En ocasiones también se prescriben a las personas que han contraído la enfermedad al convivir con
pacientes, ya que experimentan una varicela más grave.

Para que sea efectivo se debe de administrar en las primeras 24 horas de la erupción. Bien aplicado
contribuirá a disminuir el número y la duración de las lesiones vesiculosas.

Hasta que todas las ampollas hayan formado costra o se hayan secado, hay que evitar el contacto del
paciente con otras personas, puesto que puede transmitir la enfermedad.

herpes. http://www.onmeda.es/enfermedades/herpes_genital-causas-1850-3.html

Agentes Causantes:

El herpes genital es causado por dos virus: el VHS-1 y el VHS-2, estos virus, viven en las cèlulas nerviosas,
generalmente debajo de la piel, a veces, se mantienen estos virus durante muchos años o de por vida.

El VHS-1 se transmite a través del contacto directo con el área infectada, usualmente durante un brote
herpético de la enfermedad. Besar y actividades de sexo oral pueden diseminar el VHS-1. Actividades
sexuales más profundas, incluyendo la penetración vaginal o anal, son las rutas principales de transmisión del
VHS-2.

herpes genital: Síntomas


El herpes genital se manifiesta por síntomas similares a los del herpes labial:

Como en el caso de este último, la piel afectada por un herpes genital se muestra típicamente irritada, muy
sensible y pica. A continuación aparecen ampollas inflamadas (vesículas) y a menudo dolorosas con
depósitos de pus y costras en las mucosas de la zona genital. En algunos casos de herpes genital
los ganglios linfáticos anexos también están inflamados.

Mediante los síntomas exteriores no se puede determinar si el herpes genital ha sido causado por un virus del
herpes simple tipo 1 o 2.

Herpes genital: Tratamiento

El tratamiento del herpes genital se realiza en función de la gravedad de los síntomas. Un caso de herpes
limitado a lapiel o la mucosa precisa únicamente un tratamiento tópico. Si el herpes genital necesita un
tratamiento, éste se determinará conforme a la gravedad de la infección y a las molestias que haya que aliviar.
Aquí hay que tener en cuenta lo siguiente: si se padece un herpes genital es importante que la pareja sexual
también consulte al médico y se lo trate.

Los medicamentos que ayudan a tratar un herpes genital y a aliviar las molestias son los denominados
antivirales (como el aciclovir o el famciclovir). Estos medicamentos son con receta médica y sirven para
impedir que el herpes genital siga reproduciéndose y extendiéndose.

Si se padece un herpes genital de carácter ligero, se pueden aplicar los medicamentos en pastillas o
pomadas. Si el caso es grave, el médico puede pautarlos por vía intravenosa. Sin embargo la causa del
herpes genital no puede eliminarse completamente con este tratamiento, ya que los virus del herpes
sobreviven toda la vida en el cuerpo. Este es el motivo por el cual de vez en cuando se padecen nuevos
brotes de herpes genital. Si durante la erupción de un herpes genital se desarrolla paralela y adicionalmente
una infección bacteriana, pueden aplicarse en esta ocasión antibióticos, además de requerir otras medidas de
desinfección locales.

SIDA

Qué causa el SIDA

El SIDA es consecuencia de la infección del virus de inmunodeficiencia humana (VIH). El VIH ataca y destruye
las células del sistema inmunitario que luchan contra las enfermedades y deja el organismo indefenso ante las
infecciones y el cáncer.

¿Cuáles son los síntomas del síndrome del VIH?

Cuando contrae por primera vez la infección por el VIH, una persona podría no tener ningún síntoma. Sin
embargo, a menudo la persona desarrollará síntomas parecidos a los de la gripe que durarán varias semanas.
Estos incluyen:

Fiebre.

Dolor de cabeza.

Fatiga.

Ganglios linfáticos hinchados (nódulos linfáticos).

Dolor de garganta.

Sarpullido.
Si una persona ha contraído la infección por el VIH en forma reciente, es posible que no se dé cuenta. Es
posible que la persona de quien contrajo el VIH no parezca estar enferma ni se sienta indispuesta. Además,
los signos y los síntomas de la infección por el VIH son similares a los de otras enfermedades, como
la mononucleosis, la amigdalitis o la gripe.

¿Cuáles son los síntomas del VIH?

A medida que la enfermedad avanza, podrían aparecer y/o empeorar los síntomas. Es posible que esto lleve
tiempo. Algunas personas con VIH no comienzan a tener síntomas hasta pasados 10 años, como máximo.
Cuando sí aparecen los síntomas, pueden incluir:

Ganglios linfáticos hinchados (nódulos linfáticos).

Diarrea.

Fiebre.

Tos.

Falta de aire.

Pérdida de peso involuntaria

Tratamiento del sida

No hay cura conocida para el sida. Ningún tratamiento elimina por completo el virus del organismo. Sin
embargo, sí hay disponibles tratamientos del sida que ayudan a mantener el recuento de CD4 alto y mejoran
la calidad de vida de los pacientes.

Es muy utilizada la terapia antirretroviral altamente activa (HAART en inglés o TARGA en español). Se trata
de una combinación de varios fármacos antirretrovirales, cuya finalidad es impedir que se multiplique el virus.
Consigue reducir el número de partículas de VIH en la sangre, y permite que el conteo de CD4 permanezca
alto, lo que conduce a mejorar y prolongar la vida del paciente. Aunque hay que tener presente que el
paciente puede seguir transmitiendo el virus.

Esta terapia tiene sus inconvenientes, y es que pueden aparecer los efectos secundarios específicos de cada
uno de los fármacos que componen la terapia. Entre los más comunes: náuseas, dolor de cabeza, debilidad,
malestar general, y acumulación de grasa en la espalda y en el abdomen. Cuando se utilizan durante un
tiempo prolongado aumentan el riesgo de que el paciente sufra un ataque cardíaco.

El médico que prescriba este tratamiento tiene que hacer un seguimiento al paciente para valorar estos
posibles efectos secundarios y, cada tres meses, solicitar análisis de sangre para medir los conteos de CD4 y
la carga viral del VIH.

Otro incoveniente de esta terapia es que el VIH se puede hacer resistente al tratamiento, por lo que sería
preciso cambiar la combinación, y sustituir unos fármacos por otros.

Actualmente se dispone de pruebas genéticas capaces de determinar si una cepa de VIH es resistente a un
fármaco concreto, lo que puede ayudar a seleccionar la mejor combinación de medicamentos posible para
cada persona, y modificar así el tratamiento farmacológico cuando este comienza a fallar.

rubéola

Agente Causal.

La rubéola está producida por un virus de la familia Togaviridae del géneroRubivirus. Fue aislado por primera
vez en 1962 por Parkman en células de riñón de mono y en células amnióticas humanas.
Síntomas

Los síntomas comienzan entre los 14 y los 21 días después de la infección. La rubéola se caracteriza por la
aparición de pequeñas erupciones en la piel de un color rosáceo que se inician en la cabeza y progresan
hacia las extremidades, haciéndose más numerosas en el tronco.

Estas erupciones no provocan picores ni molestias y suelen desaparecer en pocos días. Suelen mostrarse
uno o dos días después del contagio.

Junto a las manchas rojizas, los síntomas de la rubéola son bastante similares a los de un síndrome gripal,
con malestar general, fiebre poco intensa, enrojecimiento de los ojos, dolor de garganta (faringitis)
e inflamación dolorosa de los ganglios, del cuello sobre todo, alrededor de la nuca y en la región posterior de
las orejas.

Tratamientos

No existe un tratamiento específico para la rubéola. La actuación de los especialistas durante la enfermedad
suele centrarse en el control de los síntomas y va dirigida a mitigar la fiebre y el malestar general, como si se
tratara de un proceso gripal.

Se recomienda reposo y el aislamiento del paciente para evitar nuevos contagios. Hay que acudir al pediatra
si el niño con rubéola respira con dificultad o la tos dura más de cuatro o cinco días.

En el caso de que se produzcan sobre infecciones bacterianas, como la otitis o la neumonía, el especialista
administrará antibióticos al paciente.

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