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PANCREAS Y CIRUGIA
Dr. Oscar Jimenez
1.-Introducción
2.-Aspectos generales
Embriología
Anomalías congénitas
Anatomía normal
Fisiología
3.-Enfermedades inflamatorias
Pancreatitis aguda
Clasificación clínica
Indicaciones de cirugía
Alternativas de tratamiento quirúrgico
Pancreatitis crónica
Clasificación clínica
Indicaciones de cirugía
Alternativas de tratamiento quirúrgico
1. INTRODUCCIÓN
El objetivo de estos apuntes es hacer sólo una reseña de los aspectos más
relevantes de la patología pancreática, desde una perspectiva quirúrgica. Para complementarlos
es indispensable revisar la bibliografía adjunta y comentar las inquietudes con los docentes
respectivos.
2. ASPECTOS GENERALES
a) Embriología:
(1) El páncreas se origina de dos brotes dependientes del intestino primitivo del embrión, uno
ventral y otro dorsal. (fig. 21.1).
Al final de la cuarta semana se forma el brote a dorsal del duodeno y a la quinta semana un brote
ventral en la base del divertículo hepático-biliar. El brote ventral rota en 180º desde la derecha
hacia la izquierda para fusionarse con el dorsal en la sexta semana (fig. 21.3).
El brote ventral forma la cabeza y el proceso uncinado y el dorsal el resto del páncreas, con la
unión ambos conductos se fusionan.
El conducto de Wirsung se forma en su parte proximal del páncreas ventral y en su parte distal
del conducto de la parte dorsal, constituyendo el conducto principal. El conducto de Santorini se
forma de la parte proximal del páncreas dorsal (fig. 21.2).
Los acinos secretores aparecen al tercer mes, así como los islotes de Langerhans a partir de los
acinos glandulares.
Alteraciones de este desarrollo normal dan origen a una serie de anomalías congénitas (tabla 1).
b) Anomalías congénitas:
Páncreas anular: Es una fina banda de tejido pancreático rodeando la segunda parte del
duodeno que se continúa con la cabeza y que se debe a la falta de rotación del brote ventral. Es
frecuente que este anillo produzca estenosis de duodeno. En el 50% de los casos los síntomas se
producen en el estado adulto(2). Cuando se produce obstrucción es necesario realizar una
derivación dudodeno yeyunal (3). (fig.21.4)
Páncreas ectópico: Son inclusiones de tejido pancreático en diversas vísceras, especialmente del
tubo digestivo (4) y van siendo menos frecuentes desde proximal hacia distal. Se encuentran en
el estómago, duodeno, ileon, divertículo de Meckel, ombligo; sitios menos frecuentes son: el
colon, apéndice, vesícula biliar, omentos, mesenterio o en una fístula broncoesofágica. Muchas
veces es tejido funcionante como islotes de Langerhans en masas de 3-4 cms. incluídas en la
mucosa, submucosa o muscular en focos únicos o múltiples.
Vesícula pancreática: Se han descrito dos situaciones: una vesícula biliar con tejido pancreático
en toda su extensión, en que se supone se origine en el brote pancreático y la otra en que hay
inclusiones de tejido pancreático en una vesícula normal (6).
c) Anatomía normal:
Organo retroperitoneal plano, de una longitud de 15-20 cms, altura 4-5 cms,
espesor de 2-4 cm y peso de aproximadamente 70 grs. Ningún otro órgano está tan relacionado
con otras entidades anatómicas como el páncreas. El cáncer de páncreas puede invadir duodeno,
estómago, bazo, glándulas suprarrenales, colon transverso, riñón izquierdo, yeyuno, uréter
derecho, etc.(fig. 21.6 y 21.7).
Cabeza: Aplanada, por la cara anterior está adyacente al píloro, el colon transverso y el borde
adherido a la cara interna del arco duodenal.
La superficie posterior al borde medial e hilio del riñón derecho, vasos renales derechos y la
vena cava, pilar derecho del diafragma, vasos pancreáticoduodenales y vena gonadal derecha.
Vía biliar: La porción distal de la vía biliar, el páncreas y el duodeno forman una unidad
anatómica inseparable desde el punto de vista embriológico, anatómico y quirúrgico. La vía
biliar está total o parcialmente rodeada por parénquima pancreático en 85% y yace detrás del
páncreas en 15% (fig. 21.8).
Cuello: El cuello del páncreas tiene 1,5-2 cms de longitud. Esta cubierto anteriormente por el
píloro y se extiende a la derecha hasta el nacimiento de la arteria pancreatoduodenal anterior
rama de la gastroduodenal. Hacia izquierda el límite es arbitrario (fig. 21.10).
Cuerpo: Su superficie anterior está cubierta por el peritoneo de la bolsa retrogástrica que separa
el estómago del páncreas y en relación con el mesocolon transverso cuya hoja peritoneal superior
cubre el páncreas y la inferior pasa por debajo de él. La arteria cólica media emerge en el borde
inferior del páncreas y va entre las dos hojas del mesocolon transverso. Por posterior el cuerpo
toma contacto con la aorta, el origen de la arteria mesentérica superior el riñón izquierdo y la
vena esplénica.
Cola: Es relativamente móvil y alcanza en muchos casos el hilio del bazo (fig. 21.11).
Endoscópicamente la papila se puede localizar por un pliegue longitudinal que se interrumpe por
uno transversal formando una T.
Ampolla de Vater: Es una dilatación del conducto pancreático duodenal común adyacente a la
papila y bajo la unión de ambos conductos.
Fig.21.14:
Variaciones en
desembocadura en
papila y Esfínter de
Boyden.
Esfínter de Boyden: Es el conjunto de esfínteres que rodean el trayecto intramural del conducto
común, el conducto pancreático y la ampolla. El conjunto puede tener hasta 3Omm. y está
formado por un esfínter en el conducto pancreático, dos en el colédoco terminal (superior e
inferior) y otro en la ampolla (fig. 21.14).
Papila duodenal menor: Está situada a 2mm. hacia craneal, ligeramente anterior a la papila
mayor, es más pequeña y no tiene el pliegue longitudinal característico de la otra.
La división de la arteria pancreaticoduodenal en dos ramas anterior y posterior forman dos arcos
que se anastomosan con sendas arterias de la mesentérica superior.
Fig. 21.16:
Drenaje venoso: En general corren paralelas a las arterias y yacen superficiales a ellas y posterior
a los conductos pancreáticos. El drenaje es hacia la vena porta, vena esplénica y a la vena
mesentérica superior e inferior. El cuerpo y la cola se drenan hacia la vena esplénica.
Histología:
Elementos celulares:
Células acinosas: secreción externa
Células B: secreción interna de insulina y glucagón (islotes de Langerhans)
d) Fisiología:
Exocrina: La elaboración del jugo pancreático, que es la secreción más importante del tubo
digestivo. Producido en los acinos y conductillos.
Jugo Pancreático: Es isotónico y secretado por los acinos y conductos pancreáticos. Contiene
agua, electrolitos y proteínas y cumple dos funciones: a) Neutralización y dilución, en el
duodeno, del ácido clorhídrico del contenido gástrico que atraviesa el píloro. b) Continuación de
la digestión de los alimentos ya iniciada en los segmentos proximales del aparato digestivo.
El volumen es variable según los alimentos ingeridos, pero normalmente es de 20 ml/Kg peso
corporal en 24 hrs, fluctúa entre 1200-l500ml diarios. Los electrolitos del jugo pancreático más
importantes son: sodio, potasio, calcio, bicarbonato y el cloro. Se caracteriza por su isotonicidad
con el plasma, elevada concentración de bicarbonato y la alcalinidad de su pH (8.0).
El 90% del contenido proteico del jugo pancreático lo forman los proenzimos y el resto los
inhibidores de la tripsina, proteínas plasmáticas y mucoproteinas. Los proenzimos sólo se activan
al llegar al duodeno y se clasifican de acuerdo al tipo de nutrientes sobre el cual actúan.
Proteolíticos:
Enzimas Lipolíticas:
Lipasa: Hidrolizan triglicéridos, pero como estos son insolubles en agua, se requiere la acción de
sales biliares para formar micelas susceptibles a la acción de la lipasa.
Fosfolipasa
Fase gástrica e intestinal: Es el estímulo del paso del contenido gástrico al duodeno lo que
gatilla la secreción pancreática. Los principales mediadores de esta fase son la secretina y la
colecistoquinina.
Acción del glucagón sobre la secreción exocrina: Inhibe la secreción exocrina del páncreas y su
administración prolongada puede producir atrofia.
producida en los islotes y el mayor freno a la secreción exocrina del páncreas, pudiendo suprimir
totalmente la secreción pospandrial.
3. ENFERMEDADES INFLAMATORIAS
Fisiopatología: Si bien se conoce que el daño inflamatoria local y sistémico se debe a una
activación inapropiada de las enzimas pancreáticas y la liberación de citoquinas, no es conocida
la causa que gatilla este proceso. De tal manera que el tratamiento es empírico y la cirugía actúa
en las complicaciones.
Se produce una recuperación rápida de la sintomatología, en pocos días; sin disfunción orgánica,
la que es excepcional y mínima.
Los síntomas son más severos y persistentes, con fiebre alta, se asocian a falla orgánica y/o
complicaciones locales como absceso, pseudoquiste e infección.
Las lesiones anatomopatológicas se caracterizan principalmente por necrosis del parénquima que
puede extenderse a la grasa peripancreática y retroperitoneal.
Son colecciones líquidas que se presentan precozmente en el curso de una pancreatitis aguda, se
localizan cerca del páncreas y carecen de una pared de tejido granulatorio o fibroso. Raramente
son demostrables por hallazgos físicos, habitualmente son descubiertas por imágenes. Se
presentan en 30-40% de las P.A., la mitad regresa espontáneamente.
La composición química de estas colecciones no es precisa, tienen bacterias en cantidad variable.
Se diferencian del pseudoquiste o absceso en que estos tienen una pared definida.
Estas colecciones representan el punto de partida temprano del desarrollo de un pseudoquiste o
absceso. No se sabe porque la mayoría remite y otros siguen a pseudoquiste o absceso.
a) Colelitiasis: (13-14-15)
La asociación etiológica entre colelitiasis y P.A. fue sugerida por Opie en 1901 al observar un
cálculo en la ampolla de Vater en una P.A. severa (16).
En 1974 Acosta tamizó las deposiciones de pacientes con P.A., en 34 de 36 encontró cálculos, en
comparación de 3 de 36 en el grupo control sin P.A.(1 7).
Es indispensable identificar los pacientes con litiasis en una P.A. porque ella recurre hasta en un
63% si no se trata y hasta en un 92% si quedan el colédoco (18).
La hiperamilasemia asintomática es muy frecuente después de este examen, desde 6 al 36% (20).
La frecuencia de P.A. depende de los niveles de amilasemia que la definan como enfermedad.
Tiene alta frecuencia en los pacientes con disfunción del esfínter de Oddi y en los que se realiza
manometría de la vía biliar (21).
c) Poscirugía:
d) Otras causas:
En pancreatitis aguda leve: La opción más razonable parece ser realizarla de 5-15 días de
iniciada la enfermedad, cuando haya regresión clínica completa. Más precozmente es
técnicamente más difícil por la inflamación y diferirla más tiempo exponemos al paciente a una
recidiva.
En pancreatitis aguda grave: Hay consenso en todos los autores en diferir la cirugía sobre las
vías biliares en este caso, a 1-2 meses después del alta, ya que en el período agudo tiene una alta
morbimortalidad. En esta cirugía es indispensable realizar una colangiografía intraoperatoria ya
que si se queda un cálculo en el colédoco, las posibilidades de recidiva son muy altas. El
pronóstico de la P.A. biliar es peor que cualquier otra causa y la mortalidad operatoria de la
litiasis puede ser de hasta 16% cuando la P.A. es grave (19).
Diagnóstico:
Amilasemia: Elevaciones de 2 a 3 veces lo normal son diagnósticas. Tiene una especificidad del
72% (23). Existen causas extrapancreáticas de hiperamilasemia como las glándulas salivales,
pulmones y trompas de Falopio.
Lipasemia: Permanecen elevadas más tiempo que las amilasas, las cuales bajan de nivel los
primeros días limitando su utilidad (24).
Exámenes radiológicos:
Ecografia: Es útil para el diagnóstico de litiasis, pero tiene muchas limitaciones para visualizar
el páncreas por el gas del ileo. Los signos directos pancreáticos son: aumento de volumen,
Tomografia computarizada: Es el examen ideal porque detecta la necrosis cuando se usa con
contraste endovenoso, al observar zonas no perfundidas. Debe ser hecha en todas las P.A. de
curso grave para precisar la presencia de necrosis y su extensión (25-26).
En el TAC no hay correlación exacta entre la necrosis encontrada radiológicamente y la de la
cirugía. No se conoce su real sensibilidad y especificidad diagnóstica ya que mucha P.A.
necróticas no se operan y aun este examen puede ser normal en pancreatitis edematosas.
Pronóstico:
Criterios de Ranson: Fueron descritos en 1974 y actualizados por el mismo autor en 1982 (27-
18). Son los más usados por su buena correlación clínica y simplicidad.
La sensibilidad de los criterios de Ranson es 72% y especificidad del 76% en estudio de 700
pacientes (28).
Criterios de Glasgow: Fueron descritos en 1978 y modificados varias veces hasta 1984. Son
semejantes a los de Ranson pudiendo ser evaluados también a las 48 hrs. Estudios demuestran
que la sensibilidad es de 63% y la especificidad del 84% (29).
Edad >55
Leucocitos >15000
Glucosa >180
BUN mg./dl >96
Pa 02 <60
Albúmina gr./dl. <3,2
LDH >600
Mortalidad: Es mayor en un primer episodio que en los siguientes y mayor en las litiásicas que
las alcohólicas. También es mayor en la postoperatoria e idiopática. La mortalidad general es de
10-15%, si es edematosa oscila de 0-3% y en las necróticas de 25-30%.
TRATAMIENTO
En la P.A. grave la administración precoz de NPT antes de las 72 hrs se asoció con una
reducción de las complicaciones de 95,6% a 23,6% y de la mortalidad de 38% a 13% en relación
a su uso tardío (37).
Inhibidores de proteasas: Teóricamente sería un tratamiento clave para neutralizar las enzimas
activadas irregularmente, pero ninguna sustancia probada ha resultado ser eficaz clínicamente. El
primero usado fue la aprotinina (inhibidor de la tripsina) aunque inicialmente los resultados
fueron alentadores, estudios posteriores no han demostrado beneficios (39). También se han
usado otras substancias como el gabexatomesilato y antiproteasas humanas en plasma fresco con
malos resultados(40).
En un primer estudio (49) en 121 pacientes con P.A. litiásica fueron asignados aleatoriamente en
dos grupos: unos tratados con colangiografia endoscópica y esfinterotomía en las primeras 72 hrs
y otros con tratamiento conservador. En los pacientes con P.A. leve no hubo ninguna diferencia
en cuanto a evolución, pero en los con P.A. grave se redujo la frecuencia de complicaciones de
61% a 24% y de mortalidad de 18 a 4% y la estancia hospitalaria.
Tratamiento Quirúrgico en PA
Indicaciones de cirugía:
Los procedimientos quirúrgicos sobre el páncreas en la P.A. solo tienen indicación y rendimiento
en los pacientes con necrosis pancreática infectada, en los cuales la mortalidad es prácticamente
del 100% si no se hace debridación quirúrgica(53-54). De tal manera que en primer lugar
comentaremos los elementos clínicos y de laboratorio que nos permiten seleccionar los pacientes
con necrosis pancreática y luego aquellos en que la necrosis se infecta.
1. Necrosis pancreática:
La necrosis es un área difusa o local del parénquima pancreático no viable, la cual puede estar
asociada a necrosis grasa peripancreática y retroperitoneal. Se asocia clínicamente a gravedad (3
ó más signos de Ranson), peor pronóstico, mayor frecuencia de complicaciones y alta tasa de
mortalidad (43). La sobreinfección de la necrosis puede ocurrir precozmente y rara vez
compromete toda la glándula, lo habitual es que sea periférica respetando la zona central.
La presencia de necrosis predice severidad de la P.A. con una sensibilidad del 83% pero con una
especificidad del 42%, debido a que una P.A. severa puede desarrollarse sin necrosis y que
algunas necrosis se recuperan sin infectarse y por lo tanto sin tener necesidad de cirugía (44-45).
Diagnóstico de necrosis:
Proteína C reactiva: Cuando es mayor de 100 u. predice la necrosis y severidad clínica, tiene un
rendimiento semejante a los criterios de Ranson, con una sensibilidad y especificidad del 83%
(46).
TAC dinámico: Puede diagnosticar la necrosis o tejido no viable que no se perfunde con el
contraste endovenoso y aun apreciar la cantidad de parénquima no viable.
Si bien no hay una correlación exacta entre la cantidad de necrosis encontrada en la intervención
quirúrgica y en TAC (25-26) puede darnos información sobre la necesidad de cirugía por la
presencia de abscesos, burbujas de aire (infección por anaerobios) o pseudoquistes infectados.
Establecido por los elementos anteriores que existe necrosis, esto no es indicación de por sí de
cirugía ya que estaría indicado sólo en los que se infectan, lo que sucede en aproximadamente
40-60% y las que no se infectan pueden recuperarse sin cirugía (47-48).
La clasificación de Balthazar es radiológica pero establece una buena correlación entre la
radiología y la gravedad clínica. El grado O no tiene alteraciones, en el grado 1 hay aumento de
volumen del páncreas e irregularidades del contorno, grado 2 hay compromiso de la grasa
peripancreática, grado 3 una colección líquida, grado 4 dos o más colecciones liquidas y/o gas.
Son signos de mal pronóstico el grado de extensión de la necrosis y el hecho que esta se infecte.
2. Necrosis infectada:
El próximo paso será comentar los elementos clínicos y de laboratorio determinar los pacientes
que tienen necrosis infectada y por lo tanto indicación quirúrgica. La infección aparece en 40-
60% de las P.A. necróticas (47).
Beger.
World J. Surg. 12:257, 1988.
Berger
World J.Surg. 12:257, 1988.
Beger
World J. Surg. 12:257, 1988.
Punción pancreática
Infección difusa: Puede ser del páncreas y de la grasa peripancreática o retroperitoneal. Esta es la
forma más grave, que aparece más precozmente, que se asocia a falla multisistémica y la más
difícil de tratar. Las alternativas técnicas para tratarla son varias y se basan en el debridamiento y
extracción del tejido necrótico infectado (secuestrectomía), en forma repetida con lavados de la
zona.
C) Tratamiento abierto: Llamado también pancreatostomía, en que se deja la herida abierta con
el páncreas taponado con gasas, realizando luego lavados programados en pabellón cada 24-48
hrs, hasta lograr limpieza y granulación. Si bien es la técnica preferida por nosotros y que en la
experiencia de la mayoría de los autores da el mejor rendimiento y más baja mortalidad, tiene de
por sí morbilidad muy seria como: fístulas intestinales y hemorragias locales de muy difícil
tratamiento.
Existe otra posibilidad intermedia en que la herida se cierra con una malla protésica y se abre
solo durante los lavados.
3. Absceso pancreático:
Tiene una frecuencia de 1- 4% de las P.A. Es una colección localizada de material purulento,
rodeada por pared de tejido granulatorio con poco o nada de necrosis habitualmente en las
proximidades del páncreas. Aparece tardíamente en la evolución de la pancreatitis, generalmente
a la cuarta o quinta semana. Se caracteriza por fiebre muy alta y puede aparecer en la P.A. y el
traumatismo pancreático. Su tratamiento es fundamentalmente quirúrgico cerrado y
generalmente evoluciona bien.
4. Pseudoquiste infectado:
Tienen una frecuencia del 8% en las PA, son de aparición tardía después de la segunda semana
de evolución. Es una colección de liquido seroso o jugo pancreático rodeada de una pared de
tejido inflamatorio o fibroso, conectada o no a un conducto pancreático, a consecuencia de una
pancreatitis aguda, crónica o trauma. En cuanto a clínica son ocasionalmente palpables y su
diagnóstico es más radiológico y rara vez regresan cuando persisten más de seis semanas o
tienen más de 5-6 cms. Se diferencian de las colecciones líquidas agudas en que estas son más
precoces y no tienen cápsula.
El tratamiento es conservador en los que tienen < de 5cms ya que suelen regresar sin problemas.
Si son de más de 5 cms. y tienen una cápsula de >de 5mm.de espesor es raro que involucionen,
así como los que sangran o se infectan los cuales deben tratarse por uno de los siguientes
procedimientos:
Endoscópicos: Con este procedimiento se pueden hacer vaciamiento por punción y anastomosis
con el estómago.
Quirúrgicos: Para realizar este tipo de tratamiento es necesario esperar un mínimo de seis
semanas para obtener una cápsula gruesa que facilite la realización de una anastomosis. Pueden
derivarse al estómago y intestino según la localización (57-58). Siempre es necesario enviar
muestra de la pared a estudio histológico por la posibilidad de confundir con una neoplasia
quística.
Hemorragias:
La P.A. se complica de hemorragia masiva, que puede comprometer la vida del paciente en
aproximadamente un 2%. Se produce en parénquima pancreático, retroperitoneo, conducto de
Wirsung y tiene una mortalidad de 50-80%.
Se producen hemorragias por ulceraciones superficiales son más comunes en P.A. graves,
especialmente las complicadas con septicemia.
En estudios necrópsicos el 15% de las P.A. hacen trombosis de la vena esplénica, también se
puede demostrar con un TAC con contraste. Hay esplenomegalia, desarrollo de colaterales en el
estómago y el colon.
La hemorragia por várices puede aparecer en un 30-70% de las P.A. con trombosis de la vena
esplénica, pero no es usual en el periodo agudo sino en forma mediata.
En laparatomías por otra razón en que se encuentre dilatación de las venas gastroepiploicas en
ausencia de cirrosis sugiere trombosis de la vena esplénica y el tratamiento es la esplenectomía.
Complicaciones vasculares:
En la P.A. se pueden producir necrosis vasculares letales por las enzimas proteolíticas y la
infección con formación de trombosis y pseudoaneurismas. El vaso más afectado es la arteria
esplénica, también la gastroduodenal, pancreático duodenal, gástricas y hepáticas.
Si no hay localización de la hemorragia digestiva se sugiere abrir el píloro para ubicar el origen
gástrico o duodenal, examinar la papila de Vater por sangramiento del Wirsung. Si la hemorragia
proviene de un pseudoquiste o de un aneurisma que lo ha oradado, se puede definir el vaso
responsable por la localización de la masa inflamatoria. Por ejemplo si la masa es de la cabeza
habitualmente compromete la arteria gastroduodenal o la pancreático duodenal y las masas del
cuerpo y cola la arteria esplénica.
Se puede hacer compresión de la arteria y ligadura si esto es posible en un sitio más proximal, si
es distal una resección del bazo y cola del páncreas pero si es proximal debe evitarse la
pancreatoduodenectomía en pacientes graves por la alta mortalidad.
Estudios clínicos que los dos tercios de los pacientes que han tenido una P.A. grave
experimentan una disminución de la función exocrina y endocrina; así como cambios
morfológicos. Esta alteración de la función es más frecuente después de una pancreatitis
alcohólica que litiásica.
Dolor abdominal
↓
Diagnostico de P.A. (clínica y enzimas)
↓
Diag. necrosis (PCR, TAC)
/ \
P.A. edematosa sin necrosis PA grave (UTI)
Control diario hasta regresión clínica necrótica
P.A. biliar / \
Colangiografia endos. / \
cirugía electiva. No infectada Infectada
No quirúrgica Sin falla org. Sin rpta al tto
necrosis <50% Falla org.
↓
Punción
↓
Cirugía
PANCREATITIS CRONICA
Los cambios morfológicos son fibrosis con destrucción y pérdida permanente de elementos
exocrinos. Estos cambios pueden ser focales segmentarios o difusos y pueden estar asociados
con diferentes grados de dilatación de los conductos y estenosis, también obstrucción por
trombos proteicos o cálculos. Puede haber edema y necrosis, quistes y pseudoquistes con o sin
infección, comunicados o no con el conducto de Wirsung.
Los islotes de Langerhans están relativamente bien preservados, pero hay pérdida progresiva de
la función aunque se haya eliminado la causa.
El dolor es el síntoma más frecuente, desde disconfort hasta la adicción a narcóticos. Otros son la
obstrucción o ruptura de conductos que pueden causar pseudoquistes, ascitis, hidrotorax,
hipertensión portal, pseudoaneurismas arteriales.
Si fracasa el tratamiento médico del dolor hay alternativas quirúrgicas, cuando los conductos
están dilatados las derivaciones intestinales y cuando son normales las resecciones. Los mejores
resultados se obtienen con las anastomosis amplias del Wirsung a un asa intestinal cuando los
conductos están dilatados. También es útil la alcoholización de los nervios esplácnicos cuando
no es posible la cirugía.
El tratamiento puede ser percutáneo por punción y/o colocación de catéter o endoscópico, pero
los resultados son muy insatisfactorios porque la punción tiene un 70% de recurrencia y las
anastomosis endoscópicas 5-15% de hemorragia o absceso.
c. Fístulas pancreáticas: Es una filtración de jugo pancreático desde un conducto a una víscera
vecina (internas) o al exterior (externas). Pueden ser secuela de cirugía del páncreas u órganos
vecinos, de una pancreatitis aguda, ruptura de un pseudoquiste o trauma pancreático. Se pueden
complicar con infección, hemorragia, erosión de vísceras adyacentes. Las fístulas externas en
ausencia de obstrucción ductal o cuerpos extraños cierran en un 80% con alimentación
parenteral, somatostatina y ayuno, reservando la cirugía solo para las complicaciones sépticas o
el fracaso del tratamiento médico.
e. Ictericia: Es la evidencia de una estenosis progresiva del conducto biliar por la fibrosis del
parénquima pancreático. El tratamiento es quirúrgico para evitar la colangitis o la cirrosis biliar
secundaria, la técnica de elección es la hepaticoduodenostomía latero lateral o hepático
yeyunostomía con un asa desfuncionalizada. El tratamiento endoscópico solo puede ser tomado
como transitorio.
También puede producirse retención gástrica debido a la estenosis fibrosa del duodeno, que se
puede confundir con ulcera péptica y que sí es persistente puede requerir derivación
gastrointestinal. Un proceso similar ocurre en el colon, especialmente en el colon transverso
izquierdo y ángulo esplénico; se puede confundir con un cáncer de colon aunque en la P.C. no
compromete la mucosa. En este caso si hay obstrucción el tratamiento es la resección intestinal.
La PC es la causa más frecuente de trombosis de la vena esplénica que produce várices gástricas
y hemorragia digestiva. Estas várices en pacientes sin cirrosis responden bien a la esplenectomía.
Cuando hay trombosis portal, de vena mesentérica y/o cavernomatosis está contraindicada
cualquier cirugía del páncreas.
Indicaciones:
- Dolor intratable
- Complicaciones de la pancreatitis crónica
- No poder descartar la presencia de un cáncer asociado.
La historia natural de la P.C. en occidente está más asociada al alcoholismo. Hay un deterioro
progresivo funcional en los dos tercios de los pacientes a pesar de cesar la ingesta alcohólica (60-
6 1).
Causas del dolor: Existen dos hipótesis, la de la hipertensión ductal por obstrucción de conductos
a causa de estenosis o cálculos y la de estimulación de terminaciones nerviosas por inflamación
y fibrosis.
Aproximadamente un 10% de los pacientes con pancreatitis crónica requieren de una operación.
Los objetivos son: confirmar el diagnóstico de P.C., evaluar el estado físico y emocional del
paciente en cuanto a enfermedades asociadas y adición a drogas o alcohol, evaluación de la
función endocrina y exocrina, delinear las características anatomopatológicas de la enfermedad
como: dilatación de los conductos, estenosis, obstrucción del conducto biliar o el duodeno,
presencia de aneurismas o trombosis de vasos, ascitis o derrames pleurales y estado nutricional.
Elección de la operación:
Técnicas quirúrgicas:
Pancreatectomía subtotat distal: Esta técnica está indicada en pacientes sin dilatación del
conducto, con dolor no tratable médicamente y compromiso anatómico predominantemente
distal como: pseudoquistes localizados en el cuerpo y cola, cuando las derivaciones fracasan en
aliviar el dolor, pseudoaneurismas, en pacientes con hipertensión portal y várices gástricas y
esofágicas, y cuando no es posible descartar la presencia de un cáncer asociado.
Pancreatectomía total: Sólo está indicada cuando fracasan las resecciones locales en aliviar el
dolor, puede conservarse el duodeno, tiene excelentes resultados en aliviar el dolor pero deja una
diabetes inestable muy difícil de tratar.
CANCER DE PANCREAS
Sintomatología:
Compromiso del estado general: Enflaquecimiento progresivo que suele ser la primera
manifestación clínica.
Extra digestivos: Trombosis venosa profunda, trombosis portal y esplénica con esplenomegalia y
hemorragia digestiva.
Diagnóstico:
97% de los exámenes son anormales en presencia de cáncer pancreático, la P.C. puede producir
imágenes semejantes pero las estenosis son más cortas <de 5 mm. y no irregulares. Está
principalmente indicado cuando el TAC no demuestra masa.
Marcadores tumorales: Ninguno tiene la sensibilidad y especificidad suficiente para ser usado
como seleccionador en diagnostico precoz. El CA 19-9 tiene una sensibilidad del 90%, pero es
normal en estadios tempranos, poco especifico, otros cánceres pueden elevarlo. Su utilidad es
pronostica porque baja si se extirpa todo el tumor.
Punción percutánea con aguja fina: Es altamente específica con pocos falsos positivos, pero
tiene falsos negativos en tumores pequeños. El inconveniente es que puede implantar células en
el trayecto de la aguja o producir diseminación peritoneal, por lo tanto no está indicado en
aquellos casos potencialmente resecables ya que además de las razones expuestas puede producir
pancreatitis y fístulas de colon o estómago y tiene mortalidad de por sí.
Etapificación:
Lo ideal es una buena etapificación preoperatoria para recibir el tratamiento más adecuado con el
mínimo de morbilidad. Es necesario definir los tumores potencialmente resecables, los no
resecables pero aun localizados y los diseminados (con metástasis a distancia).
N Linfonodos regionales
Nx linfonodos no evaluados
N 0 sin metástasis linfáticas
N l con metástasis linfáticas regionales
M Metástasis a distancia
Mx su presencia no puede ser evaluada
M 0 sin metástasis a distancia
M l hay metástasis a distancia
Tratamiento Quirúrgico:
Preparación preoperatoria:
Debe establecerse un buen plano de disección entre el páncreas y los vasos mesentéricos y la
porta; puede incluirse resección de un segmento de porta, pero este grupo de pacientes tiene un
peor pronóstico.
Tipo de resecciones:
Está indicada en el cáncer periampular y el de la cabeza del páncreas, puede ser con o sin
conservación del píloro. La mortalidad de esta operación es de aproximadamente 5% y la
principal morbilidad es la fístula pancreática del muñón.
Pancreatectomía radical
En esta técnica además de la resección de toda la cabeza se reseca el tejido graso retroperitoneal,
los segmentos de vasos comprometidos, la grasa periaortica y peri cava.
No está demostrado que esta técnica mejore la sobre vida en comparación con la convencional y
tiene una morbimortalidad mucho más alta.
Pancreatectomía distal
Está indicada en aquellas lesiones que comprometen el cuerpo y la cola, debe combinarse con
esplenectomía. Este tipo de tumores rara vez son resecables porque son de diagnóstico muy
tardío.
Pancreatectomía total
Los principales factores que afectan la sobre vida son: el tamaño del tumor mayor o menor de 2
cm., el grado histológico, el compromiso linfático y el compromiso histológico del margen de
sección.
El pronóstico es mucho mejor en los tumores periampulares porque el diagnóstico suele ser
mucho más precoz.
Tratamiento paliativo:
Alivio de la ictericia:
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