You are on page 1of 46

ARIEL NICOLIELLO – CURSO DE DERECHO DE LA SEGURIDAD SOCIAL

CAPÍTULO XI
INVALIDEZ, VEJEZ Y SOBREVIVENCIA (JUBILACIONES Y PENSIONES)

XI.1. Inclusión y afiliación.

En el proceso histórico de nuestro sistema de seguridad social, se


fueron constituyendo distintos organismos públicos, estatales y no
estatales, que administraron prestaciones de cobertura de las
contingencias vejez, invalidez y sobrevivencia, para grupos de actividad
delimitados, con un estatuto específico y, en general, bajo la lógica del
seguro social.
La cobertura de los distintos sectores de actividad fue progresiva.
Se dictaron sucesivas y numerosas normas legales, que incluían en el
amparo del derecho jubilatorio y pensionario a los distintos colectivos. El
concepto de inclusión refiere a la existencia de una disposición legal que
ampara en la protección del sistema de seguridad social a un determinado
sector de actividad, estableciendo las condiciones de ese amparo.
La afiliación, en cambio, es la relación jurídica, que surge de pleno
derecho, entre una persona amparada –según la actividad que realiza- y el
organismo a cargo del cual la ley pone la obligación de realizar la
cobertura y recaudar las contribuciones1. La relación jurídica de afiliación
presupone la existencia de una norma de inclusión, pero no debe
confundirse con ella.
En su origen, las afiliaciones eran tantas como organismos
previsionales descentralizados existían (escolar, civil, industria y comercio,
rural, militar, policial, profesional universitario, notarial, bancaria, etc.).
Sin embargo, en el proceso de centralización del sistema, algunas cajas se
unificaron (civil y escolar, rurales y domésticos) y luego las principales
cajas (Caja de Jubilaciones y Pensiones Civiles y Escolares, Caja de
Industria y Comercio y Caja de los Trabajadores Rurales y Domésticos)

1
Giorgi, F. – Bonini, E., Régimen jubilatorio y pensionario, en AA.VV., La Seguridad Social en el
Uruguay, 2ª edic., 1991, p. 145.
1
ARIEL NICOLIELLO – CURSO DE DERECHO DE LA SEGURIDAD SOCIAL

quedaron integrados en el Banco de Previsión Social a partir de la


Constitución de 1967. No obstante ese proceso de unificación
administrativa bajo un mismo organismo, se siguió hablando de diferentes
afiliaciones, agrupadas en el BPS, dado que tienen distintas normas de
inclusión.
Las normas de inclusión en ocasiones deben ser consultadas para
determinar si una persona, según la actividad que desempeña, tiene
amparo jubilatorio y pensionario, y bajo qué condiciones. Entre éstas,
tienen especial importancia:
a) la inclusión de los empleadores (“patronos”), cónyuges colaboradores y
trabajadores independientes por la Ley 9.999 de 3 de enero de 1941: los
empleadores en cuanto “intervengan con su trabajo personal y en forma
permanente en la dirección y administración de los establecimientos” y
los “cónyuges que cooperan en igual forma en las mismas actividades”;
b) la inclusión residual, bajo la afiliación industria y comercio, por las leyes
12.138 y 12.380,de todas las “actividades lícitas remuneradas”, “siempre
que en ellas se hayan desempeñado o se desempeñen en forma habitual y
profesional, de modo que constituyan para el trabajador el medio
principal de subsistencia”;
c) la inclusión civil de las personas que “prestan servicios al Estado,
siempre que reúnan las siguientes condiciones: … Que sean designadas
por autoridad competente o mediante procedimiento electivo…” (art. 5 de
la Ley 9.940 de 2 de julio de 1940 en la redacción de la ley 12.761 de 23 de
agosto de 1960);
d) la inclusión bajo la afiliación rural de “los dueños de los
establecimientos rurales, sean o no propietarios de las tierras en que éstos
tengan asiento, que trabajan personalmente en la explotación de los
mismos “ (art. 8 de la Ley 11.617 de 20 de octubre de 1950, con la
redacción del art. 15 de la ley 12.716 de 23 de agosto de 1960), y en
cuanto “desarrollen explotaciones agropecuarias” (Ley 15.852 de 24 de
diciembre de 1986;

2
ARIEL NICOLIELLO – CURSO DE DERECHO DE LA SEGURIDAD SOCIAL

e) la inclusión bajo la afiliación servicio doméstico de las “personas que,


dentro de las zonas urbanas, suburbanas o balnearias, realicen tareas
domésticas por cuenta de terceros” (art. 9 de la Ley 11.617 de 20 de
octubre de 1950).

XI.2. Incompatibilidad entre jubilación y actividad.

La afiliación a un organismo previsional (una determinada “caja”)


tuvo como consecuencia la incompatibilidad entre jubilación y actividad
bajo esa afiliación, como corresponde a una lógica de seguro social. Así lo
estableció la Ley 10.959 de 28 de octubre de 1947, en su art. 7: “Es
incompatible el goce de la pasividad con la actividad remunerada, cuando
ambas correspondan a servicios amparados por la misma Caja” y en su art.
8: “Los beneficiarios de las jubilaciones que se hayan otorgado o se
otorguen por las distintas Cajas, podrán acumular sin límite alguno…” (la)
“… jubilación y los ingresos que obtengan en actividad remuneradas
comprendidas en otras Cajas”.
Cuando las cajas se unificaron en el BPS, se continuó aplicando la
Ley 10.959, en cuanto la Disposición Transitoria M) no disolvía las cajas
como seguros sociales, sino que las suprimió en lo orgánico y estableció
que “estarán regidas por el Directorio del Banco de Previsión Social”. Se
mantuvieron las afiliaciones, ahora integradas en el BPS, y se mantuvieron
las incompatibilidades existentes. Por lo tanto, existe incompatibilidad
entre jubilación y actividad dentro de la afiliación industria y comercio,
dentro de las afiliaciones civil y escolar, y dentro de las afiliaciones rural y
servicio doméstico, dado que estas afiliaciones estaban así agrupadas en
las respectivas cajas.
En 1979, el llamado Acto Institucional Nº 9 creó la Dirección General
de la Seguridad Social, bajo la órbita institucional del Poder Ejecutivo, y
estableció, en su artículo 74 que “es incompatible la percepción de
jubilación con el desempeño de actividad remunerada amparada por el
mismo órgano que sirve la prestación, con excepción de quienes ejerzan

3
ARIEL NICOLIELLO – CURSO DE DERECHO DE LA SEGURIDAD SOCIAL

cargos docentes en institutos de enseñanza oficiales o habilitados”. La


expresión “órgano que sirve la prestación” alude a las Direcciones
subordinadas a la DGSS, y que eran: Dirección de las Pasividades de
Industria y Comercio, Civil y Escolar, y Rural y del Servicio Doméstico. Por
lo tanto, se mantenía el régimen de incompatibilidades que existía antes
de esa modificación orgánica.
La Ley 15.800, que restableció el BPS, estableció en su artículo 28:
“Declárase que el goce de pasividad sólo resulta incompatible con el
desempeño de actividad remunerada, cuando ambas correspondan a
servicios que a la fecha de la presente ley eran amparados por una misma
ex Dirección de Pasividades (artículo 7º de la Ley Nº 10.959 de 28 de
octubre de 1947)”. Esta disposición legal reafirmaba la continuidad del
régimen de incompatibilidad que venía desde 1948, y se había mantenido
con las modificaciones orgánicas de 1967 y 1979. Así lo estableció
expresamente la Ley 15.863, interpretativa del art. 28 de la Ley 15.800, al
declarar que esta última norma “no modifica el régimen de
incompatibilidades entre el goce de pasividad y el desempeño de actividad
remunerada, vigente a la fecha de de dicha ley” y que “dichas
incompatibilidades continuarán rigiéndose por las disposiciones legales y
reglamentarias, así como por el régimen de afiliaciones jubilatorias,
vigentes con anterioridad a la fecha de entrada en vigencia de la ley
15.800”.
Por lo tanto, la incompatibilidad entre jubilación y actividad se dará
cuando se trate de la misma afiliación, pero también entre las afiliaciones
civil y escolar y entre la afiliación rural y la afiliación servicio doméstico.
No obstante, parte de la doctrina2 y el TCA (Sents. 325/97 en LJU 13.384,
1/00 en LJU 13.983, 496/08) han entendido que, suprimidos los órganos a
que hacía referencia el art. 74 (y las anteriores cajas), la incompatibilidad
sólo puede aplicarse a una misma afiliación. Esta tesis ha tenido especial
aplicación en el caso de los maestros jubilados (afiliación escolar) que
luego desempeñen actividad civil, admitiendo el Tribunal la compatibilidad.

2
De los Campos, Hugo, Manual de Derecho Jubilatorio y Pensionario, FCU, 1990, p. 188.
4
ARIEL NICOLIELLO – CURSO DE DERECHO DE LA SEGURIDAD SOCIAL

Existen excepciones donde está admitida la compatibilidad entre


jubilación y actividad:
a) los docentes de institutos de enseñanza oficiales o privados habilitados
(art. 74 del Acto 9);
b) la actividad de las empresas unipersonales o sociedades
monotributistas es compatible con la jubilación bajo la misma afiliación
(art. 74 de la Ley 18.083);
c) la actividad docente de las personas contratadas por el INEFOP también
es compatible con la jubilación bajo la misma afiliación (Ley 18.721);
d) los sectores de actividad con escasez de mano de obra calificada para
los que el Poder Ejecutivo haya admitido la compatibilidad entre jubilación
y actividad bajo la afiliación industria y comercio (Ley 19.006).

XI.3. Aplicación temporal de las normas de Derecho jubilatorio y


pensionario.

La Ley 16.713, aplicable a los afiliados al BPS, regula diferentes


regímenes jubilatorios:
a) El régimen mixto es el que está destinado a durar en el largo
plazo, y es aplicable a quienes ingresan por primera vez a una actividad
amparada por el BPS, luego del 1º de abril de 1996, y a quienes habían
ingresado antes de esa fecha, pero eran menores de 40 años (art. 2), así
como a quienes, fuera de esos supuestos, optaron por el mismo dentro
del plazo que confería la ley. La Ley 19.162 previó la posibilidad de revocar
la opción por el régimen mixto para este último grupo.
b) El régimen de transición es aplicable a quienes, al 1º de abril de
1996, contaban con 40 años o más de edad, y no configuraron causal
jubilatoria al 31 de diciembre de 1996 (art. 64), en la medida que no hayan
optado por el régimen mixto en el plazo de 180 días conferido por la ley
(art. 65), o hayan revocado la opción por ese régimen conforme a las
disposiciones de la Ley 19.162.

5
ARIEL NICOLIELLO – CURSO DE DERECHO DE LA SEGURIDAD SOCIAL

c) El régimen del llamado Acto Institucional Nº 9 es aplicable a


quienes hubieran configurado causal jubilatoria al 31 de diciembre de
1996 (art. 61) y no hubieran optado por el régimen mixto en el plazo de
180 días conferido por la ley (art. 62). En cuanto les fuere más favorable,
quienes quedan comprendidos en este régimen se rigen por el sueldo
básico de jubilación y los mínimos y máximos del régimen de transición
(art. 63 lit. B). Para quienes quedaron comprendidos en el régimen del
Acto 9, y se ampararon a la jubilación hasta el 31 de diciembre de 2002, se
le aplican, en cuanto les fueren más favorables, las causales, el sueldo
básico jubilatorio, y los mínimos y máximos del régimen de transición (art.
63 lit. C).
El Acto 9 rigió desde el 23 de octubre de 1979, y por lo tanto,
quienes configuraron causal jubilatoria desde esa fecha hasta el 31 de
diciembre de 1996 quedaron comprendidos en ese régimen. Para quienes
configuraron causal antes del 23 de octubre de 1979, le son aplicables las
normas específicas según la afiliación considerada.
A diferencia de las normas jubilatorias, las pensionarias no admiten
la división en régimen mixto o de transición: la ley 16.713 se aplica a las
pensiones causadas desde el 21 de setiembre de 1995; si se generaron con
anterioridad a esa fecha se rigen por el Acto 9. La única diferencia estará
en la financiación: en el régimen mixto, habrá prestaciones pensionarias
calculadas dentro del reparto y la capitalización, y en el régimen de
transición, sólo financiadas en forma solidaria.
Es preciso aclarar que la Ley 16.713 no sustituyó todas las
disposiciones del Acto 9; por lo tanto hay disposiciones que se aplican aún
a quienes están comprendidos en el régimen mixto o en el régimen de
transición, como ocurre con las disposiciones sobre incompatibilidad,
inicio del servicio de la pasividad, algunas sobre cómputo de servicios, y
algunas sobre pensiones de sobrevivencia.
Fuera del ámbito del BPS se aplican las leyes especiales para la Caja
Bancaria (ley 18.396) vigentes desde el 1º de enero de 2009, para la Caja
Profesional (ley 17.738) vigentes desde el 1º de agosto de 2004, para la

6
ARIEL NICOLIELLO – CURSO DE DERECHO DE LA SEGURIDAD SOCIAL

Caja Notarial (ley 17.437) vigentes desde el 30 de diciembre de 2001, para


los retiros y pensiones policiales (ley 18.405) con un régimen definitivo y
otro de transición, y para los retiros y pensiones militares (DL 14.157 y
leyes modificativas).

XI.4. Régimen mixto de jubilación.

XI.4.1. Aspectos generales.

El sistema previsional mixto recibe las contribuciones y otorga las


prestaciones en forma combinada: una parte por el denominado “régimen
de jubilación por solidaridad intergeneracional”, que es un régimen de
reparto, y otra parte por el llamado “régimen de jubilación por ahorro
individual obligatorio”, que es un régimen de capitalización.
En el régimen solidario las prestaciones están legalmente definidas:
se aplica una tasa de sustitución sobre el sueldo básico jubilatorio que es
un promedio de las remuneraciones percibidas en la vida activa, hasta un
monto máximo establecido en la ley. Las prestaciones se financian de
modo solidario, con contribuciones de los activos, impuestos y asistencia
financiera estatal.
En el régimen de ahorro individual obligatorio, las contribuciones
del afiliado, en cuanto corresponden a ingresos que superan determinado
nivel, están destinadas a una cuenta de capitalización administrada por
una empresa privada (AFAP). Cuando el afiliado configura causal, y se
ampara a la jubilación, o a los 65 años aún sin configurar causal, el capital
acumulado con su rentabilidad es transferido a una empresa aseguradora
que servirá una renta vitalicia, cuyo monto se determinará según la
cuantía del capital, la tasa de interés, y la expectativa de vida del afiliado
al momento del retiro o cumplimiento de los 65 años. Las prestaciones
son fijadas por este mecanismo, para el caso de jubilación por la
contingencia vejez (causal común o edad avanzada). En cambio, para las
contingencias invalidez y sobrevivencia, las prestaciones están legalmente

7
ARIEL NICOLIELLO – CURSO DE DERECHO DE LA SEGURIDAD SOCIAL

definidas, pero a diferencia del régimen de reparto, son servidas por una
empresa aseguradora, con la que se contrata un seguro de invalidez y
fallecimiento, cuya prima es descontada de las contribuciones del afiliado
destinadas a la capitalización, y se destina también a la aseguradora el
capital acumulado (art. 58). Si el afiliado fallece sin haberse amparado a la
jubilación, y sin dejar beneficiarios de pensión, el capital acumulado pasa a
sus herederos (Ley 17.445 de 31 de diciembre de 2001).
A los efectos de determinar la parte de las contribuciones
personales del afiliado que se destinan al régimen solidario y al régimen
de capitalización, la Ley 16.713 establece tres niveles:
a) el primer nivel, correspondiente el régimen de jubilación por solidaridad
intergeneracional, comprende las asignaciones computables o tramo de
las mismas hasta $ 5.000 (valores de 1995);
b) el segundo nivel, correspondiente al régimen de jubilación por ahorro
individual obligatorio, comprende el tramo de asignaciones computables
superiores a $ 5.000 (valores de 1995) y hasta $ 15.000;
c) el tercer nivel, correspondiente al ahorro voluntario, aplicable al tramo
de las asignaciones computables que superen los $ 15.000 (valores de
1995).
No obstante, el art. 8 de la Ley 16.713 prevé que los afiliados cuyas
asignaciones computables se encuentren comprendidas en el primer nivel
(y que en principio aportan únicamente el régimen solidario) podrán optar
por quedar incluidos en el régimen de capitalización por el 50 % de sus
asignaciones computables, aportando por el restantes 50 % al régimen
solidario. Quienes habiendo efectuado esa opción, percibieran o llegaran
a percibir asignaciones computables mensuales entre $ 5.000 y $ 7.500
(valores de 1995), aportarán al régimen de capitalización únicamente por
el 50 % de las asignaciones computables comprendidas en el tramo hasta
$ 5.000, aportando por el resto al régimen solidario. La Ley 19.162 prevé
la posibilidad de revocar la opción del art. 8, cuando el afiliado cuente
entre 40 y 50 años de edad.

8
ARIEL NICOLIELLO – CURSO DE DERECHO DE LA SEGURIDAD SOCIAL

Constituyen “asignación computable” todos los ingresos


individuales que, provenientes de actividades comprendidas por el BPS,
constituyen materia gravada para las contribuciones especiales de
seguridad social (art. 11).
La inversión de los fondos, en el pilar de capitalización, es realizada
por las AFAPs.

XI.4.2. El Fondo de Ahorro Previsional. Modificaciones introducidas por


la Ley 19.162.

El Fondo de Ahorro Previsional es un único fondo, compuesto por la


suma de las cuentas individuales de capitalización,que debe ser invertido
en los destinos autorizados por la Ley (art. 123). Es un patrimonio
independiente y distinto del patrimonio de la Administradora, de
propiedad conjunta de los afiliados, que tienen en el mismo una cuota
parte, inembargable (art. 111 y 115). Como parte del FAP, existe un Fondo
de Fluctuación de Rentabilidad, que se integra con el producido de todo
exceso de rentabilidad del FAP sobre la tasa de rentabilidad promedio del
régimen incrementada en dos puntos porcentuales y el 50 % de la
rentabilidad promedio del régimen (art. 119). El Fondo de Fluctuación de
Rentabilidad está destinado, principalmente, a cubrir la diferencia entre la
tasa de rentabilidad mínima y la tasa de rentabilidad del FAP, en caso que
ésta fuera menor (art. 120). La tasa de rentabilidad real mínima del
régimen es la menor entre el 2 % anual y la tasa de rentabilidad real
promedio del régimen menos dos puntos porcentuales (art. 117). Cuando
los recursos del Fondo de Fluctuación de Rentabilidad no fueren
suficientes para asegurar la rentabilidad mínima, la AFAP debe afectar con
ese fin una Reserva Especial, de propiedad de la administradora, cuya
cuantía es fijada por el Banco Central de acuerdo a los parámetros legales
(arts. 121 y 122).
La Ley 19.162 estableció que el FAP estará compuesto de dos sub-
fondos, denominados Subfondo de Acumulación y Subfondo de Retiro.

9
ARIEL NICOLIELLO – CURSO DE DERECHO DE LA SEGURIDAD SOCIAL

Los aportes destinados al FAP se verterán exclusivamente en el Subfondo


de Acumulación hasta que el afiliado cumpla 55 años de edad, momento a
partir del cual el saldo acumulado es transferido gradualmente al
Subfondo de Retiro, de modo que al cumplir 59 años la totalidad de la
cuenta se encuentra en el Subfondo de Retiro. Las inversiones permitidas
en cada subfondo difieren, de modo de dar mayor seguridad al subfondo
de retiro.

XI.5. Régimen de transición.

El régimen jubilatorio de transición es un régimen de reparto, con


prestaciones legalmente definidas, cuyo cálculo está previsto en los
artículos 71 a 76 de la Ley 16.713. Está destinado a agotarse en el largo
plazo, en cuanto es aplicable únicamente a quienes eran mayores de 40 al
1º de abril de 1996.

XI.6. Causales de jubilación.

El derecho a jubilación se genera cuando se configuran los


requisitos establecidos en la Ley, es decir, la causal jubilatoria. El goce
efectivo de la prestación supone su solicitud, y el cese en la actividad bajo
la misma afiliación, con las excepciones previstas en la Ley.
Las causales jubilatorias se configuran cuando se verifica una
determinada contingencia (vejez o invalidez) y se cumple un mínimo de
servicios reconocidos, en cuanto se trata de prestaciones contributivas.
Las causales jubilatorias aplicables, tanto al régimen mixto como al
régimen de transición, a partir de la reforma introducida a la Ley 16.713
por la Ley 18.395, son:
a) Causal común (art. 18): se configura con 60 años de edad y 30 años de
servicios;
b) Causal edad avanzada (art. 20): se configura con cualquiera de las
siguientes combinaciones de edad y servicios: 70 de edad y 15 de servicios;

10
ARIEL NICOLIELLO – CURSO DE DERECHO DE LA SEGURIDAD SOCIAL

69 de edad y 17 de servicios; 68 de edad y 19 de servicios; 67 de edad y 21


de servicios; 66 de edad y 23 de servicios; 65 de edad y 25 de servicios.
c) Causal incapacidad total (art. 19): se configura con la incapacidad
absoluta y permanente para todo trabajo y alguno de estos tres supuestos:
i) dos años de servicios reconocidos si sobreviene en actividad o en
período de inactividad compensada;
ii) cualquier tiempo de servicios si la incapacidad se produce a causa
o en ocasión del trabajo;
iii) diez años de servicios cuando la incapacidad sobreviene después
del cese en la actividad y después del período de inactividad compensada,
en cuanto se hubiera mantenido la residencia en el país y no fuera
beneficiario de otra jubilación o retiro.
Se entiende que la incapacidad es total cuando la comisión médica
interviniente determina un porcentaje de incapacidad del 66 % o más,
aplicando el baremo, que es la reglamentación que establece cómo se
determina ese porcentaje (Decreto 306/013 de 20 de setiembre de 2013).
Se entiende que la incapacidad es permanente (y no temporal, en cuyo
caso la contingencia sería la enfermedad y no la invalidez) cuando no se
prevé una recuperación en el plazo de un año.

XI.7. Subsidio transitorio por incapacidad parcial.

Si la incapacidad es absoluta y permanente, pero únicamente para


el empleo o profesión habitual (y no para otras tareas), y sobreviene en
actividad o en período de inactividad compensada, se genera el derecho al
subsidio transitorio por incapacidad parcial (art. 22), que se sirve hasta por
un plazo de tres años, en cuanto se cumplan, además, los siguientes
requisitos:
a) no menos de dos años de servicios reconocidos, salvo para
trabajadores menores de 25 años, a quienes se exigen únicamente seis
meses de servicios y en los casos en que la incapacidad sobrevino a causa

11
ARIEL NICOLIELLO – CURSO DE DERECHO DE LA SEGURIDAD SOCIAL

o en ocasión del trabajo, en los que no se requiere un tiempo mínimo de


servicios;
b) que se trate de la actividad principal;
c) que se haya verificado el cese de las retribuciones de la actividad
en que se produjo la causal del subsidio.
Si la incapacidad parcial subsistiera al cumplir el beneficiario la edad
requerida para la causal común (60 años), se considerará configurada la
incapacidad total (art. 24), y por lo tanto, el derecho a la jubilación.

XI.8. Cómputo, reconocimiento y prueba de servicios. Bonificaciones.

Todas las causales requieren un tiempo mínimo de servicios, que va


desde un instante (para la jubilación por incapacidad total cuando ésta
ocurre por accidente de trabajo) hasta treinta años (para la jubilación
común).
Los servicios son computables cuando son considerados, por las
normas vigentes, a los efectos de la determinación de un período de
tiempo trabajado. El acto administrativo por el cual se computan los
servicios es el reconocimiento, que puede ocurrir en el curso de un trámite
de jubilación, o como petición independiente. En general, el
reconocimiento requiere algún modo de prueba de los servicios. El
cómputo, el reconocimiento y la prueba de los servicios están regulados
por la ley y los reglamentos, que prevén sus condiciones.

XI.8.1. Cómputo de servicios.

En materia de cómputo de servicios, se entiende que son aplicables


las disposiciones del denominado Acto Institucional Nº 9 (arts. 62 a 65) y
el Capítulo X del Decreto 125/996 de 1º de abril de 1996.
Los servicios se computan por el tiempo calendario transcurrido
entre la iniciación de la actividad, y el cese, incluyéndose los lapsos de
inactividad, aún no remunerados, en los que no pueda determinarse el

12
ARIEL NICOLIELLO – CURSO DE DERECHO DE LA SEGURIDAD SOCIAL

cese y posterior reingreso (art. 39, Dec. 125/996). Por lo tanto, son
computables todos los períodos de inactividad compensada (por
enfermedad, maternidad, accidente de trabajo o suspensión total), los
períodos de huelga, los períodos a la orden, etc. En el caso de los
trabajadores a destajo, se requiere haber percibido un mínimo de seis
salarios mínimos nacionales en el año, para que éste sea computable.
Los servicios sólo se computan si la persona tiene la edad mínima
para trabajar (18 años, o 15 años, si existe habilitación del INAU).
La normativa ha considerado en forma especial a quienes realizan
un trabajo temporal, zafral o a la orden, que se caracteriza en todos los
casos por la discontinuidad entre una y otra zafra o temporada o entre
una y otra convocatoria. Se computa íntegramente el año en que tuvieron
actividad, si se cumplen los siguientes requisitos:
a) que se trate de la única actividad computable en el período;
b) que no medie un período de inactividad mayor de seis meses,
entre la finalización de una tarea y el comienzo de otra en el caso de
trabajadores por zafra o temporada ni mayor de dos meses, si se trata de
trabajadores a la orden;
c) que se acredite haber trabajado efectivamente no menos de 150
días o 1.200 horas en el año.
El cómputo de servicios requiere, por lo tanto y en principio, la
existencia de la actividad, continua o discontinua. Sin embargo, existen
normas especiales que, por diferentes razones, han establecido el
cómputo ficto de servicios. Las principales son:
a) el cómputo ficto de un año de servicios por hijo a la mujer, con un
máximo de cinco años (art. 14 de la Ley 18.395);
b) el cómputo ficto de servicios previsto en las leyes reparatorias de
la violación de derechos humanos por el Estado durante la Dictadura (ley
15.783 para los funcionarios públicos destituidos, ley 18.033 para los
exiliados, detenidos, clandestinos y despedidos durante la huelga general
de 1973, ley 18.310 para los trabajadores frigoríficos cesados por motivos
políticos, ideológicos o gremiales o por mera arbitrariedad);

13
ARIEL NICOLIELLO – CURSO DE DERECHO DE LA SEGURIDAD SOCIAL

c) el cómputo ficto pactado por convenio colectivo, en el marco de


reestructuras empresariales o despidos con posterior reinserción, o
reinstalación retroactiva, aprobados por el MTSS (ley 18.326).

XI.8.2. Reconocimiento y prueba de servicios.

El art. 77 de la Ley 16.713 regula el reconocimiento de servicios.


Distingue los servicios según sean prestados por trabajadores
dependientes o no dependientes, y según hayan sido prestados antes de
la implementación de la historia laboral, o luego de su implementación.
En el caso de los trabajadores no dependientes, el reconocimiento
de servicios está condicionado al pago de los aportes a la seguridad social.
Por lo tanto, no existe reconocimiento de períodos por los cuales no se ha
cancelado totalmente la deuda. Por otra parte, la Ley 9.999 de 3 de enero
de 1941 prevé que el trabajador no dependiente esté en situación regular
de pagos para poder acogerse a la jubilación. No obstante, este requisito
ha sido flexibilizado por la legislación posterior, que introdujo el concepto
de “aportación regular”, aplicable a los afiliados no incorporados al
régimen mixto. Se considera que ha habido aportación regular cuando
ésta hubiera alcanzado, antes del cese, el pago de por lo menos el 30 % de
las obligaciones, o el 50 % del período considerado, y se abonare la deuda
mediante retención del 30 % de la jubilación (art. 13 Ley 17.963).
Inicialmente, por RD 35-10/2004, el BPS interpretó que no podía invocarse
la prescripción de parte del período, posición que fue modificada a partir
de la RD 9-2/2012 de 11 de abril de 2012, que admitió que la declaración
de prescripción para aquellos servicios registrados en forma
contemporánea a su prestación.
Los trabajadores dependientes, en cambio, no deberán probar la
aportación.
Tanto en el caso de dependientes como no dependientes, los
servicios posteriores a la implementación de la historia laboral (1º de abril
de 1996, de acuerdo a lo establecido por art. 86 de la Ley 16.713 y Decreto

14
ARIEL NICOLIELLO – CURSO DE DERECHO DE LA SEGURIDAD SOCIAL

152/998) sólo serán reconocidos si están registrados en la misma. Los


servicios anteriores deberán acreditarse mediante prueba documental,
pero establece el citado art. 77 de la Ley 16.713 que la reglamentación
podrá admitir otros medios de prueba, si se tratara de única pasividad. Y
el Decreto 125/996, en su art. 42, admite la prueba testimonial cuando se
trate de única pasividad.
La historia laboral es el registro que está obligado a llevar el BPS y
que contiene como mínimo, para cada afiliado: tiempo de servicios,
asignaciones computables y aportes pertinentes por cada empresa. La
información es obtenida a partir de la declaración nominada del sujeto
pasivo, o de la declaración –en forma individual o colectiva- de los
trabajadores una vez comprobada por el BPS, así como del resultado de
las actuaciones inspectivas del organismo (arts. 86 y 88). En el caso de los
no dependientes sólo se registran aquellos servicios y asignaciones
computables por los que se haya cotizado (art. 86, lit. B). La ley prevé que
se notifique al trabajador el contenido de la historia laboral, y le otorga un
plazo de 180 días para observarla. La no observación determina la
aceptación de la información (arts. 89 y 90). El despido del trabajador,
acaecido dentro de los 180 días de efectuada la observación, se presumirá,
salvo prueba en contrario, motivado en esa observación y dará derecho al
cobro de una indemnización por despido triple (art. 91).
Por Resolución del Directorio Nº 43-1/2006, el BPS, en ejercicio de
su potestad reglamentaria autónoma, admitió la presunción a los efectos
de la valoración de la prueba de los servicios anteriores a la
implementación de la historia laboral. Y de esa manera flexibilizó las
exigencias legales en materia probatoria para los trabajadores
dependientes. Al reglamentar la valoración de la prueba, dispuso que
deben entenderse probados, por presunción, los servicios prestados como
trabajador dependiente, antes del 1º de abril de 1996, en cuanto se trate
de única pasividad, y se haya presentado prueba suficiente de los servicios
correspondientes al menos al 50 % del período total de servicios

15
ARIEL NICOLIELLO – CURSO DE DERECHO DE LA SEGURIDAD SOCIAL

declarado, para la causal común, y del 66,66 % del período, para la causal
edad avanzada.
Si un trabajador desempeñó, en diferentes períodos, servicios
dependientes y no dependientes, en la interpretación inicial del BPS la
deuda como no dependiente le impedía acceder a la jubilación, aunque
configurara causal exclusivamente como dependiente. Esta posición fue
modificada a partir de la RD 1-1/2009, que admitió que, en ese supuesto,
el trabajador pudiera jubilarse, descontándose los adeudos de la jubilación,
en cuotas equivalentes al 30 % del monto nominal.

XI.8.3. Bonificaciones de servicios y de edad.

En ciertas actividades, se computa un período de servicios mayor al


efectivamente cumplido, y se agregan años a la edad real. Se trata de
“servicios bonificados” en los que, a diferencia de los servicios ordinarios,
“se adiciona tiempo suplementario ficto a la edad real y al período de
trabajo registrado en la historia laboral” (art.36, Ley 16.713). Así, por
ejemplo, una bonificación de 4 años por cada 3 efectivamente trabajados
significa que cada 3 años trabajados debe agregarse un año más al tiempo
de servicios computable y a la edad, de modo de facilitar el acceso a la
jubilación.
Los servicios bonificados son reconocidos como tales en cuanto el
afiliado tenga en ellos una actuación mínima de diez años (art. 38).
La existencia de bonificación obliga al empleador a efectuar una
contribución patronal especial, fijada por el Poder Ejecutivo (art. 39).
La ley delega en la reglamentación dictada por el Poder Ejecutivo la
determinación de los servicios que serán bonificados, pero establece
ciertos criterios (art.37):
a) serán bonificados en la proporción de hasta dos años cada uno, los
servicios prestados en actividades cuyo desempeño imponga un riesgo de
vida cierto o afecte la integridad física o mental del afiliado, cuando este
riesgo resulte a la vez actual, grave y permanente;

16
ARIEL NICOLIELLO – CURSO DE DERECHO DE LA SEGURIDAD SOCIAL

b) serán bonificados en menor proporción, los servicios prestados en


actividades que presenten niveles de inferior riesgo, o en actividades que,
por su naturaleza y características impongan indistintamente al trabajador
un alto grado de esfuerzo de su sistema neuromotor, habilidad artesanal,
precisión sensorial o exigencia psíquica, que haga imposible un
rendimiento normal y regular más allá de cierta edad;
c) los servicios prestados en actividades docentes en institutos de
enseñanza, públicos o privados habilitados.
La principal norma reglamentaria en la materia es el Decreto
502/984 de 12 de noviembre de 1984. Allí se establecen, entre otras, las
siguientes bonificaciones:
- 3 años cada 2 efectivamente trabajados para el personal afectado a
radiaciones ionizantes (rayos x, radioterapia, etc.) siempre que el trabajo
se realice en forma permanente;
- 4 años por cada 3 de prestación efectiva para el personal afectado a
trabajados en que haya exposición permanente a polvo de sílice;
- 7 años por cada 5 de prestación efectiva para pilotos y copilotos de
líneas aéreas;
- 4 años cada 3 para los docentes de enseñanza primaria;
- 7 años cada 6 para la docencia en enseñanza secundaria y técnica;
- 9 años cada 8 para los docentes de la Universidad de la República.

XI.9. Acumulación de servicios.

Los períodos de servicios cuyo amparo jubilatorio corresponde a


diferentes organismos previsionales pueden ser sumados a los efectos de
cumplir el requisito de tiempo mínimo de actividad para acceder a la
jubilación. En ese caso, la ley establece criterios para distribuir la carga
financiera entre dichos organismos. Si, en cambio, se suman períodos de
servicios bajo diferente afiliación dentro del BPS no hay técnicamente
acumulación, aunque su adición dependerá de la voluntad del afiliado.

17
ARIEL NICOLIELLO – CURSO DE DERECHO DE LA SEGURIDAD SOCIAL

El régimen de acumulación de servicios actualmente vigente es el


aprobado por la Ley N° 17.819 de 8 de setiembre de 2004. Esa ley derogó,
además, el traspaso de servicios, concepto que se diferencia de la
acumulación en cuanto suponía que el período de servicios bajo el amparo
de un organismo pasaba a ser reconocido por otro organismo como
prestado bajo su amparo.
La acumulación debe hacerse computando todos los servicios
cumplidos bajo una misma afiliación (no es posible el fraccionamiento).
Los requisitos para solicitar la acumulación de servicios son los siguientes:
a) el cese en todas las actividades comprendidas en la acumulación;
b) la configuración de la causal jubilatoria, considerando todos los
servicios que se pretende acumular, al menos en una de las entidades que
amparen su actividad.
Podría ocurrir, por lo tanto, que acumulando servicios amparados
por diferentes organismos, se configure la causal sólo en una de las
entidades (en el supuesto de que el requisito de tiempo de servicios o de
edad mínima sea diferente en uno y otro régimen). En ese caso, el
beneficiario sólo recibirá la jubilación por la parte correspondiente al
organismo bajo cuyo régimen se configuró la causal. El beneficio en las
otras entidades se generará a partir de la fecha en que, considerados los
servicios acumulados, se cumpla a su respecto la totalidad de los
requisitos para la configuración de la causal.
Si existen servicios simultáneos, no se adicionan sino que el período
se computa una única vez.
Los servicios que ya hubieran dado lugar a cualquier beneficio de
jubilación o pensión, no pueden ser objeto de acumulación.
La acumulación requiere que cada entidad admita los servicios
prestados bajo el amparo de las demás entidades involucradas, a cuyos
efectos aplicará su propia normativa sobre reconocimiento.
Para determinar el haber de jubilación o retiro que le corresponderá
abonar a cada uno de los organismos involucrados en la acumulación, se
sigue este procedimiento:

18
ARIEL NICOLIELLO – CURSO DE DERECHO DE LA SEGURIDAD SOCIAL

1°) cada una de las entidades establecerá previamente el importe de la


prestación que le hubiere correspondido servir, si todos los períodos
acumulados se hubieran cumplido bajo su amparo, considerando las
asignaciones computables bajo su amparo;
2°) sobre el importe resultante, cada entidad realiza un prorrateo: se
determina la proporción de años cumplidos bajo su amparo en relación al
total de los servicios acumulados. Si hubiere servicios simultáneos, el
período se divide por el número de entidades involucradas en la
acumulación.
3°) la asignación de pasividad a cargo de cada entidad es la que resulta de
aplicar, sobre la jubilación calculada inicialmente, el porcentaje resultante
del prorrateo.
La solicitud de acumulación se presenta ante la entidad a la cual
corresponda la última actividad del afiliado que se pretenda acumular, y si
fueren varias, ante cualquiera de ellas. Dicha entidad actuará como
enlace y coordinadora de los trámites respectivos.

XI.10. Cálculo de la asignación jubilatoria.

En el régimen solidario o de reparto, la determinación del monto de


la jubilación resulta de la aplicación de normas legales. La asignación
jubilatoria o haber jubilatorio es la resultante de aplicar una tasa de
reemplazo o sustitución sobre el sueldo básico jubilatorio, que es un
promedio de las asignaciones computables, ecuación que podríamos
resumir en la siguiente fórmula:
Asignación jubilatoria = Sueldo básico jubilatorio x Tasa de reemplazo
También en el régimen de ahorro individual o capitalización están
legalmente definida la prestación de jubilación por incapacidad total.

XI.10.1. Sueldo básico jubilatorio.

19
ARIEL NICOLIELLO – CURSO DE DERECHO DE LA SEGURIDAD SOCIAL

El sueldo básico jubilatorio se determina comparando dos


promedios de las asignaciones computables:
a) el promedio mensual de las asignaciones actualizadas (según variación
del índice medio de salarios) de los últimos diez años registrados en la
historia laboral, y
b) el promedio mensual de las asignaciones actualizadas en la misma
forma de los veinte mejores años por servicios registrados en la historia
laboral.
Se aplica el promedio que resulte mayor, pero si se trata del
promedio a), éste quedará limitado al promedio b) más un 5 %.
Sólo se toman asignaciones computables comprendidas en el primer
nivel (solidaridad intergeneracional). Las del segundo nivel se toman a los
efectos del cálculo del sueldo básico jubilatorio del componente de
capitalización para el cálculo de la jubilación por incapacidad total o
subsidio transitorio que servirá la empresa aseguradora. La ley no indica
qué ocurre con aquellas asignaciones computables anteriores a su
vigencia, correspondientes a quienes luego quedaron incorporados al
régimen mixto. En ese caso, todos los aportes iban al régimen solidario.
Como el art. 27 no distingue, se entiende que también en ese caso las
asignaciones computables consideradas quedan limitadas a las
comprendidas en el primer nivel.
Para las causales incapacidad total y edad avanzada, se toma el
promedio del período o los períodos disponibles, si no alcanza a los veinte
años.
Si se trata de afiliados que hicieron la opción del art. 8, se
multiplicará por 1,5 las asignaciones computables mensuales por las que
se efectuó aportes personales al régimen solidario, con un máximo fijado
en el tope del primer nivel.
El sueldo básico jubilatorio se calcula tomando en cuenta los
servicios registrados en la historia laboral. Para quienes se encuentran en
el régimen de transición, el art. 71 de la ley 16.713 distinguió diferentes
situaciones:

20
ARIEL NICOLIELLO – CURSO DE DERECHO DE LA SEGURIDAD SOCIAL

A) para quienes configuraron causal en el año 1997, el sueldo básico


jubilatorio es el equivalente al promedio mensual de las asignaciones
computables actualizadas de los últimos diez años (incluyendo los no
registrados en la historia laboral);
B) para quienes configuraron causal desde 1998 en adelante y hasta que
se dispusiera de 20 años registrados en la historia laboral, se compara el
promedio de las asignaciones de los últimos diez años con el promedio del
período registrado en la historia laboral si éste fuere mayor de diez y
menor de veinte, aplicándose el más favorable, con el tope de los últimos
diez más el 5 %;
C) cuando se disponga de veinte años registrados en la historia laboral, se
aplica el procedimiento previsto en el art. 27 para el régimen mixto.
El artículo 59 del Decreto 125/996, reglamentando la ley 16.713,
introdujo soluciones que no se encontraban en ésta. Previó que, a partir
de 1998, y en cada uno de los años subsiguientes, se agregaba un año al
período con el cual se comparaban los últimos diez (así, en 1998 se
comparaban los últimos 10 años con los últimos 11; en 1999, los últimos
10 con los últimos 12, y así sucesivamente).
Por Resolución del Directorio del BPS 13-5/2001 se previó la
posibilidad de solicitar el registro de servicios en la historia laboral, aún
anteriores a 1996, presentando prueba documental fehaciente de los
servicios y las asignaciones computables. De esa forma, se facilitaba la
posibilidad de completar los veinte años, aplicándose en ese caso la
comparación de los últimos diez con los últimos veinte registrados en la
historia laboral (art. 27 y literal C del art. 71), y quedando excluida
entonces la aplicación del literal B del art. 71 y el art. 59 del Dec. 125/996.
La posibilidad de solicitar reliquidación de pasividades, al amparo de la RD
13-5/2001, inicialmente no permitida por esa resolución, fue
sucesivamente habilitada por la RD 14-22/2005 –para los declarados
jubilados o pensionistas entre 2001 y 2004- y luego por la RD 15-1/2006 –
para los jubilados o pensionistas entre 1996 y 2001-. Desde 2004, se le

21
ARIEL NICOLIELLO – CURSO DE DERECHO DE LA SEGURIDAD SOCIAL

advierte al solicitante la posibilidad de ampararse a la RD 13-5/2001, y


luego no es posible solicitar reliquidación3.

XI.10.2. Tasa de reemplazo.

La tasa a aplicar sobre el sueldo básico jubilatorio depende de la


causal considerada.
Para la jubilación común, la tasa de reemplazo depende del tiempo
de servicios y de la edad en que se jubile el afiliado.
Al configurarse la causal –la edad de 60 años es el mínimo, pero
podrá configurarse con más edad, si se reúnen los 30 años de trabajo con
posterioridad- se debe observar cuántos años de servicios se reúnen. Con
30 años de servicios, la tasa de reemplazo es del 45 %. Se incrementa a
razón de un 1% por año de servicios adicional, hasta el 50 % con 35 años
de servicios, y a partir de allí, cada año de servicios adicional al
configurarse la causal implica un 0,5 % adicional, hasta llegar a un 52,5 %
con 40 años de servicios.
La edad en que el afiliado se ampara a la jubilación también incide
en la tasa de sustitución: se agrega, a partir de los 60 años, un 2 % por
cada año, y si se han completado 35 años de servicios, se adiciona un 3 %
por cada año posterior a los 60 de edad o posterior a los 35 años de
servicios. Por este procedimiento se puede llegar a adicionar como
máximo un 30 %.
Si por tiempo de servicios reconocido y por edad de retiro se
aplicaran los porcentajes máximos, la tasa de sustitución llegaría al 82,5 %
(52,5 % + 30 %).
De esa forma, la tasa de sustitución para la causal común se ubica
entre un mínimo del 45 % y un máximo del 82,5 %.
En el caso de la jubilación por edad avanzada, la tasa de reemplazo
es del 50 % al configurarse la causal, más el 1% por cada año que exceda

3
Más ampliamente: Nicoliello, A., Criterios de aplicación de la opción por los 20 mejores años de
asignaciones computables para el cálculo del sueldo básico jubilatorio en las resoluciones del Directorio
del BPS, en revista Informe de Seguridad Social, Nº 9, Julio 2006.
22
ARIEL NICOLIELLO – CURSO DE DERECHO DE LA SEGURIDAD SOCIAL

los mínimos de servicios, con un máximo del 14 %. La tasa por edad


avanzada quedará fijada, por lo tanto, entre un 50 % como mínimo y un
64 % como máximo.
Para la jubilación por incapacidad total, la tasa de reemplazo es
siempre de 65 % (art. 29, lit. B), en el componente solidario, y del 45 % en
el caso de la jubilación por ahorro individual obligatorio (art. 59).

XI.11. Mínimos y máximos de jubilación.

El mínimo de jubilación aplicable para la causal común desde el año


2003, para el régimen mixto y para el régimen de transición, de
conformidad con el art. 40 de la ley 16.713, es de $ 550 mensuales
(valores de 1995, actualmente $ 3.478) para quienes tengan 60 años de
edad, que se incrementará en un 12 % anual por cada año de edad
subsiguiente, con un incremento máximo del 120 % sobre ese valor.
El monto mínimo de la asignación de jubilación por incapacidad
total, por edad avanzada y el subsidio transitorio por incapacidad parcial,
a partir de 2003, es de $ 950 (valores de 1995, actualmente $ 6.007).-
El Decreto 189/012 de 8 de junio de 2012 fijó un adelanto a cuenta,
equivalente a 2,25 BPC para los jubilados al amparo de la ley 16.713 con
única pasividad, que opera como un mínimo, vigente desde el 1.7.2012.
El máximo de jubilación para el régimen mixto es de $ 4.125 (valores
de 1995, monto actual $ 26.085.-).
El máximo de jubilación para el régimen de transición está fijado en
el artículo 76, a partir de 2003, en la suma de $ 6.100 (valores de 1995).
Si se acumula más de una pasividad o subsidio, el máximo está fijado en el
equivalente a 15 salarios mínimos nacionales vigentes a mayo de 1995,
ajustables por índice medio de salarios desde esa fecha. Durante largo
tiempo, en su jurisprudencia administrativa, el BPS ha entendido que este
tope de acumulación también se aplica a las pensiones generadas bajo la
Ley 16.713. El TCA, por el contrario, en su jurisprudencia reciente, ha
considerado que el art. 76 sólo se aplica a las jubilaciones y al subsidio

23
ARIEL NICOLIELLO – CURSO DE DERECHO DE LA SEGURIDAD SOCIAL

transitorio por incapacidad parcial. En su actual integración, el Directorio


se ha plegado a la posición del TCA (RD 41-55/2011, entre otras).

XI.12. Jubilación parcial.

La Ley 19.160 de 1º de noviembre de 2013 instituyó el régimen de


jubilación parcial, accesible tanto a los trabajadores dependientes en
actividad que disminuyen la jornada a la mitad, como a quienes ya se
encuentran jubilados por causal común o por edad avanzada y retornan a
la actividad con una jornada que sea la mitad de la que cumplían
habitualmente al momento del cese.
La jubilación parcial requiere la configuración de la causal común y
por edad avanzada, y la cuantía es del 50 % de la que correspondería si el
trabajador dependiente hubiera cesado totalmente en la actividad, o el
50 % de la asignación jubilatoria que ya estuviera percibiendo, si fuere
jubilado.
En el régimen mixto, alcanza solamente al pilar de reparto; se
obtiene o se mantiene la jubilación por el régimen de capitalización en su
integridad.

XI.13. Causales de pensión de sobrevivencia.

La pensión de sobrevivencia, cuya contingencia es el fallecimiento


de la persona de quien se depende económicamente, se genera cuando se
producen alguna de las siguientes causales (previstas en el llamado Acto 9
y el Decreto 359/995):
a) la muerte del trabajador o jubilado;
b) la declaración de ausencia del trabajador o jubilado;
c) la desaparición del trabajador o jubilado en un siniestro, conocido de
manera pública y notoria;
d) la muerte del trabajador desocupado siempre que se produzca durante
el amparo a las prestaciones por desempleo, o dentro del plazo de doce

24
ARIEL NICOLIELLO – CURSO DE DERECHO DE LA SEGURIDAD SOCIAL

meses desde el cese de la prestación, o dentro de los doce meses del cese,
sino tuviere derecho al subsidio por desempleo;
e) la muerte del trabajador, después del cese de la actividad, si no se
verificara otra causal y compute como mínimo diez años de servicio y sus
causahabientes no fueren beneficiarios de otra pensión generada por el
mismo causante;
f) la suspensión del pago de la jubilación en el caso de jubilados
procesados por delitos que traigan aparejada la pena de penitenciaría
mientras dure la reclusión.

XI.14. Beneficiarios de pensión de sobrevivencia.

Los beneficiarios están enumerados en el artículo 25 de la ley


16.713 y el Decreto 359/995, con el agregado de la Ley 18.246 sobre unión
concubinaria:
a) las personas viudas (en el régimen anterior el viudo no se beneficiaba);
b) los hijos solteros mayores de 18 años de edad absolutamente
incapacitados para todo trabajo y los hijos solteros menores de 21 años de
edad, excepto cuando se trate de mayores de 18 años de edad que
dispongan de medios de vida propios y suficientes para su congrua y
decente sustentación;
c) los padres absolutamente incapacitados para todo trabajo;
d) las personas divorciadas;
e) las concubinas y concubinos, entendiéndose por tales las personas que,
hasta el momento de configuración de la causal, hubieran mantenido con
el causante una convivencia ininterrumpida de al menos cinco años en
unión concubinaria de carácter exclusivo, singular, estable y permanente,
cualquiera sea su sexo, orientación u opción sexual y que no resultare
alcanzada por los impedimentos dirimentes de los numerales 1°, 2°, 4° y 5°
del art. 91 del C. Civil.

XI.15. Condiciones del derecho.

25
ARIEL NICOLIELLO – CURSO DE DERECHO DE LA SEGURIDAD SOCIAL

El art. 26 de la ley 16.713 establece las condiciones que deben


reunir los beneficiarios para gozar del derecho a pensión.
El viudo, concubino, los padres absolutamente incapacitados para
todo trabajo y las personas divorciadas, deberán acreditar conforme a la
reglamentación, la dependencia económica del causante o la carencia de
ingresos suficientes. El art. 9 del Dec. 359/995 establece que existe
dependencia económica, cuando los beneficiarios estaban a cargo total o
principalmente del causante. Importando, a los efectos de la norma, que
la contribución económica del causante permitiera la congrua
sustentación de los beneficiarios. La norma define congrua sustentación
como la disponibilidad de recursos e ingresos que permitan mantener los
niveles anteriores de vivienda, salud, vestimenta, alimentos, y en su caso
educación del beneficiario. Asimismo, la Administración debe establecer
la dependencia económica entre el beneficiario y el causante, efectuando
una comparación numérica entre los ingresos de uno y otro. La
comparación contribuirá a definir la dependencia económica, pero no es
un elemento definitorio: deberá demostrarse que el fallecimiento ha
provocado al beneficiario con vocación pensionaria un perjuicio
económico relevante.
Se entenderá que se configuró la carencia de ingresos suficientes,
cuando los beneficiarios no dispongan de los medios de vida necesarios
que les permitan su sustento, admitiéndose la misma, sin necesidad de
otras apreciaciones, cuando el ingreso mensual del beneficiario sea
inferior al monto de la prestación asistencial no contributiva.
La condición de carencia de recursos o dependencia económica es
necesaria, no sólo para acceder al beneficio pensionario, sino para que el
mismo se mantenga. La mejora de fortuna es una causa de pérdida del
derecho (art. 26 inciso final lit. E). En cambio, el empeoramiento de la
situación no hace nacer el derecho; la condición debe cumplirse al
momento de configuración de la causal.

26
ARIEL NICOLIELLO – CURSO DE DERECHO DE LA SEGURIDAD SOCIAL

En el caso de las viudas y concubinas, la condición se cumple cuando


los ingresos mensuales no superen los $ 15.000 (valor a mayo de 1995).
Las personas divorciadas, además de la dependencia económica o
carencia de recursos suficientes, deberán justificar que gozaban de
pensión alimenticia servida por su ex cónyuge, decretada u homologada
judicialmente, y en ningún caso la pensión de sobrevivencia, o su cuota
parte, puede superar el monto de la pensión alimenticia.
Los hijos adoptivos y los padres adoptantes deberán probar que han
integrado, de hecho, un hogar común con el causante, conviviendo en su
morada y constituyendo con el mismo una unidad moral y económica
similar a la de la familia, siempre que esta situación fuese notoria y
preexistente en cinco años por lo menos, a la fecha de la causal. Cuando
la causal pensionaria se configure antes de que el adoptado haya
cumplido los diez años de edad, se exigirá que el beneficiario haya
convivido con el causante la mitad de su edad a dicha fecha.

XI.16. Términos y pérdida de la pensión.

Las viudas y concubinas que tengan cuarenta años o más de edad a


fecha de configuración de la causal, o que cumplan esa edad gozando de
la pensión, la percibirán en forma vitalicia. En el caso del viudo, el
concubino y las personas divorciadas que reúnan esa edad mínima,
también la percibirán en forma vitalicia, pero pueden llegar a perder el
beneficio, si se verifica alguna causal de pérdida.
Cualquiera de los beneficiarios mencionados, si tuvieran entre 30 y
39 años a la fecha del fallecimiento del causante, recibirán la pensión por
el término de 5 años y por el término de 2 años cuando sean menores de
30 años. Estos términos no se aplican cuando el beneficiario esté
totalmente incapacitado o integran el núcleo familiar menores o mayores
totalmente incapacitados.
Las causas de pérdida de la pensión son:

27
ARIEL NICOLIELLO – CURSO DE DERECHO DE LA SEGURIDAD SOCIAL

a) por contraer matrimonio en el caso del viudo, concubino y las personas


divorciadas;
b) por el cumplimiento de 21 años de edad en los casos de hijos solteros;
c) por hallarse el beneficiario al momento del fallecimiento del causante
en alguna de las situaciones de desheredación o indignidad del C. Civil;
d) por recuperar la incapacidad antes de los 45 años los hijos mayores o
los padres absolutamente incapacitados para todo trabajo;
e) por mejorar la fortuna de los beneficiarios.
Es dudoso, en los términos de la ley, si la pérdida por mejora de
fortuna es aplicable a las viudas y concubinas mayores de 40 años. El art.
10 del Dec. 359/995 se pronuncia en sentido afirmativo.

XI.17. Cálculo de la asignación de pensión.

La asignación de pensión resulta de aplicar, al sueldo básico de


pensión, un porcentaje establecido en la ley. Luego de establecido el
monto de la pensión –correspondiente al conjunto de beneficiarios- la ley
establece cómo se distribuye entre éstos.
El sueldo básico de pensión (SBP) será el equivalente a la jubilación
que le hubiere correspondido al causante a la fecha de su fallecimiento,
con un mínimo equivalente a la asignación de la jubilación por incapacidad
total (65 % del SBJ calculado sobre las asignaciones computables del
primer nivel para el pilar solidario y 45 % del SBJ calculado sobre las
asignaciones del segundo nivel para el pilar de capitalización).
Si el causante ya estuviere jubilado o percibiendo el subsidio
transitorio por incapacidad parcial, el sueldo básico pensionario será la
última asignación de pasividad o de subsidio (art. 31, ley 16.713).
La asignación de pensión resulta de aplicar al SBP los siguientes
porcentajes:
a) si se trata de personas viudas o divorciadas o concubinos/as, con núcleo
familiar a cargo o concurrencia con hijos no integrantes del mismo o
padres del causante, el 75 %;

28
ARIEL NICOLIELLO – CURSO DE DERECHO DE LA SEGURIDAD SOCIAL

b) si se trata exclusivamente de la viuda o concubina o del viudo o


concubino o hijos del causante, el 66 %;
c) si se trata de hijos en concurrencia con los padres del causante, el 66 %;
d) si se trata exclusivamente de personas divorciadas, o padres del
causante, el 50 %;
e) si se trata de la viuda o viudo en concurrencia con la divorciada o
divorciado y/o concubina o concubino, o de la divorciada o divorciado con
la concubina o concubino, sin núcleo familiar, el 66 %. Si alguna de estas
categorías tuviere núcleo familiar, se le asignará el 9 % adicional.
La asignación de pensión se distribuye entre los beneficiarios a
razón de los siguientes porcentajes:
a) a la viuda o el viudo, concubina/o, divorciado/a, con núcleo familiar, en
concurrencia con otros beneficiarios le corresponderá el 70 % de la
asignación de pensión, salvo que todas las categorías tengan núcleo
familiar en que se divide por partes iguales, si sólo alguna o algunas de
esas categorías tiene núcleo familiar, su cuota parte superará en el 14 % a
los restantes beneficiarios;
b) a la viuda o viudo, concubina/o, divorciado/a, sin núcleo familiar, en
concurrencia con otros beneficiarios, le corresponderá el 60 % de la
asignación de pensión, cuando estas categorías concurran entre sí, se
divide por partes iguales;
c) en todos los demás casos, la distribución se hará por partes iguales.

XI.18. Jubilaciones y pensiones en otros organismos previsionales.

XI.18.1. Caja Profesional.

XI.18.1.1. Jubilaciones.

El art. 73 de la Ley N° 17.738 prevé tres causales de jubilación:


común, por incapacidad definitiva, y por edad avanzada.

29
ARIEL NICOLIELLO – CURSO DE DERECHO DE LA SEGURIDAD SOCIAL

Para configurar la causal común, se requiere un mínimo de 30 años


de servicios profesionales, o de 35 años, en los restantes casos o si se
acumulan servicios amparados por otros institutos de seguridad social. La
edad mínima es de 60 años, vigente también para la mujer para quienes
configuren causal a partir del año 2010.
La jubilación por incapacidad se configura en los siguientes
supuestos:
a) incapacidad absoluta y permanente, que impida definitivamente
el ejercicio de la profesión universitaria en forma libre, sobrevenida en
actividad, cualquiera sea la causa que la haya originado y siempre que se
acredite no menos de dos años de ejercicio libre, de los cuales seis meses,
como mínimo, deben haber sido inmediatamente previos a la incapacidad
(para los afiliados menores de 30 años, sólo se exige este último requisito,
que también se elimina para los afiliados con menos de seis meses de
servicios);
b) incapacidad absoluta y permanente que impida definitivamente
el ejercicio de la profesión universitaria, a causa o en ocasión de dicho
ejercicio, cualquiera sea el tiempo de servicios;
c) incapacidad absoluta y permanente para todo trabajo,
sobrevenida dentro de los dos años siguientes al cese en el ejercicio
profesional, cualquiera sea la causa que la hubiere originado, cuando se
computen diez años de ejercicio libre como mínimo y siempre que el
afiliado no fuera beneficiario de otra jubilación o retiro4 (art. 75).
Es aplicable el baremo vigente para los afiliados al BPS5, así como el
porcentaje fijado por el Poder Ejecutivo para la incapacidad absoluta para
todo trabajo6, conforme lo dispone el art. 76 de la Ley N° 17.738.

4
La Caja ha interpretado la expresión “no fuera beneficiario”, en el sentido de no tener derecho a otra
jubilación o retiro. En algún caso, la jurisprudencia ha interpretado que la expresión refiere a la
percepción efectiva de otra jubilación o retiro. Esta interpretación permite que se renuncie a la
percepción de la otra jubilación, optando por la jubilación por incapacidad total (véase el fallo del TAC 3°
de 17.12.03 en Informe de Seguridad Social, N° 6, con comentario de Virginia Silva Durán).
5
Decreto 200/003 de 22.5.03.
6
Establecida en un 66 % por Decreto 381/998 de 24.12.98.
30
ARIEL NICOLIELLO – CURSO DE DERECHO DE LA SEGURIDAD SOCIAL

La causal de jubilación por edad avanzada se configura con un


mínimo de 15 años de servicios, a partir de 2010, y una edad mínima de
70 años (vigente también para la mujer, a partir de 2010). La jubilación
por edad avanzada es compatible con el goce de otra jubilación o retiro, a
partir de la modificación del art. 77 de la Ley 17.738 dispuesta por la Ley
N° 17.993 de 23 de julio de 2006.
Los servicios de los profesionales universitarios se computan por los
períodos que medien entre la iniciación y el cese en la actividad. Es
computable el período de inactividad transcurrido en goce de los subsidios
por incapacidad no definitiva, por incapacidad temporal o por gravidez.
Sólo se computan los servicios por los cuales exista aportación con paga
efectiva (art. 109, Ley N° 17.738).
El ejercicio de la actividad profesional se presume desde el egreso
del profesional o desde que se cumplen los requisitos de habilitación, si se
ha cumplido con la obligación de afiliación dentro del plazo legal (art. 112,
Ley N° 17.738). El pago regular de los aportes operará como presunción
favorable al cómputo de los servicios (art. 113, Ley N° 17.738). La Caja
podrá exigir prueba de los servicios si la presunción aparece controvertida.
Los haberes jubilatorios y pensionarios no se generarán en caso que
el afiliado mantenga deuda con la Caja, cualquiera sea su concepto, o no
haya cancelado los convenios que hubiera celebrado con la misma,
quedando excluidas sólo las deudas provenientes de reintegros7 (art. 118,
Ley N° 17.738).
Es incompatible el goce de la jubilación con el desempeño de
cualquier actividad profesional universitaria, aún si la misma es amparada
por otro organismo de seguridad social (art. 119, Ley N° 17.738). Hay aquí
una excepción al principio general del sistema jubilatorio uruguayo según
el cual la incompatibilidad se da únicamente entre actividad y pasividad de
la misma afiliación.

7
Durante el goce de los subsidios por incapacidad temporal o gravidez se suspende el pago de los aportes,
que deberán ser abonados al reintegrarse a la actividad a razón del 3 % mensual del sueldo ficto (art. 100,
Ley N° 17.738). Ésta es la única deuda que no impide el goce de la pasividad.
31
ARIEL NICOLIELLO – CURSO DE DERECHO DE LA SEGURIDAD SOCIAL

La incompatibilidad cesa cuando el afiliado compute dos o más


períodos de tres años en décima categoría y tenga como mínimo la edad
de 65 años (desde 2008). En este caso el profesional puede estar jubilado
por su ejercicio liberal, pero trabajar como dependiente ejerciendo su
profesión.
El ejercicio profesional honorario también es incompatible con la
jubilación, salvo que sea autorizado por el Directorio de la Caja, en forma
temporal y restringida (art. 121, Ley N° 17.738).
El sueldo básico de jubilación se calcula obteniendo el promedio
mensual de los sueldos fictos que correspondan a los tres últimos años de
actividad, vigentes a la fecha de cese del profesional afiliado. En el caso
de los empleados de la Caja, se utiliza un sistema similar al de los afiliados
al BPS (art. 79, Ley N° 17.738).
Las tasas de sustitución son similares a las previstas en el régimen
de la Ley N° 16.713. Para la causal común, el 50 % cuando se reúnen los
requisitos mínimos para la configuración de la causal, más un 0,5 % por
cada año que excede de 30 o de 35 según el caso, al momento de
configurarse la causal, con un tope del 2,5 %, y a partir de los sesenta años,
por cada año que se difiera el retiro, hasta los 70 años, un 3 % del sueldo
básico jubilatorio con un máximo del 30 %, y si no se hubiera configurado
causal, por cada año que supere los 60 se adicionará un 2 % hasta llegar a
los 70 o hasta la configuración de la causal si ésta fuere anterior. Para la
jubilación por incapacidad, el 65 % del sueldo básico jubilatorio y para la
jubilación por edad avanzada, el 50 % al configurarse la causal, más un 1 %
por cada año que excedan los 15 de servicios, con un máximo del 14 % (art.
80, Ley N° 17.738).
El monto mínimo de jubilación es del 50 % del sueldo ficto de la
segunda categoría, y el máximo es equivalente al sueldo ficto de la décima
categoría (art. 104, Ley N° 17.738).
Los ajustes se realizan conforme a lo dispuesto en el art. 67 de la
Constitución (art. 105, Ley N° 17.738). El Directorio, en determinadas

32
ARIEL NICOLIELLO – CURSO DE DERECHO DE LA SEGURIDAD SOCIAL

condiciones, está facultado para establecer índices de ajuste diferencial o


superiores al mínimo (art. 106)8.

XI.18.1.2. Pensiones.

Los afiliados activos y los jubilados causan pensión en caso de


muerte, declaración judicial de ausencia o desaparición en un siniestro o
hecho conocido de manera pública y notoria que haga presumir la muerte
(art. 82, Ley N° 17.738).
Son beneficiarios con derecho a pensión las personas viudas, los
hijos solteros mayores de 18 años absolutamente incapacitados para todo
trabajo y los hijos solteros menores de 21 años, excepto cuando se trate
de mayores de 18 que dispongan de medios de vida propios y suficientes
para su congrua y decente sustentación; los padres absolutamente
incapacitados para todo trabajo, y las personas divorciadas (art. 83, Ley N°
17.738). Los hijos son beneficiarios de pensión cuando su padre o madre
no tenga derecho a pensión, o cuando éstos fallezcan o pierdan el derecho.
A partir del año de la entrada en vigencia de la Ley N° 18.246 de
27.12.07, deben ser considerados beneficiarios de pensión, además de los
nombrados, los concubinos y concubinas (art. 19) que cumplan con los
requisitos de los arts. 1° y 2° de la citada Ley (convivencia ininterrumpida
de al menos cinco años a la fecha de configuración de la causal, y relación
afectiva de índole sexual, exclusiva, singular, estable y permanente, sin
estar unidos en matrimonio y que resulta alcanzada por los impedimentos
dirimentes de los numerales 1°, 2°, 4° y 5° del art. 91 del C. Civil). La
prueba de estos requisitos debe diligenciarse ante la propia Caja, como en
el caso de los demás organismos previsionales.
Las personas divorciadas tienen derecho a pensión siempre que no
fueran declaradas culpables y acrediten que a la fecha de configuración de

8
Aplicando esta disposición, se establecieron ajustes diferenciales, se estableció una tasa básica del 60 %
del sueldo básico jubilatorio, y se dispuso una compensación especial de fin de año, que no constituye un
beneficio permanente, sino que está condicionado a que resuelva su continuación en oportunidad de cada
ajuste de pasividades.
33
ARIEL NICOLIELLO – CURSO DE DERECHO DE LA SEGURIDAD SOCIAL

la causal, eran beneficiarias de pensión alimenticia servida por el causante,


decretada u homologada judicialmente (art. 84, Ley N° 17.738). La Caja ha
entendido que no alcanza con el testimonio de la resolución judicial y la
constancia de su vigencia expedida por el Juzgado, sino que además, debe
acreditarse que efectivamente se percibía la pensión a la fecha del
fallecimiento del causante, criterio que es discutible y que ha dado lugar a
alguna sentencia anulatoria de los Tribunales Civiles.
Los hijos solteros mayores de 21 años y los padres, absolutamente
incapacitados para todo trabajo, son beneficiarios de pensión siempre que
acrediten que carecen de medios de vida que les permitan subvenir a su
sustento, el que debió estar a cargo del causante en forma total o
principal. Los hijos adoptivos o los padres adoptantes, siempre que
prueben, además, que han integrado de hecho un hogar común con el
causante y constituido con el mismo una unidad moral y económica
similar a la de la familia, y que esta situación fuera notoria y preexistente,
por lo menos en cinco años, a la fecha de configurarse la causal.
Las pensiones a personas viudas o divorciadas que tengan cuarenta
o más años de edad a la fecha de configuración de la causal, o que
cumplan esa edad gozando del beneficio, se servirán durante toda la vida.
En el caso que estas personas tengan entre 30 y 39 años de edad a la
fecha de configuración de la causal, se servirá por el término de cinco años,
y por el término de dos años, cuando los beneficiarios sean menores de 30
años a dicha fecha (art. 85). Estos períodos de prestación de la pensión no
son de aplicación cuando el beneficiario estuviese absolutamente
incapacitado para todo trabajo, integren el núcleo familiar hijos solteros
menores de 21 años, excepto cuando sean mayores de 18 y dispongan de
medios de vida suficientes, o cuando integren el núcleo familiar hijos
solteros mayores absolutamente incapacitados.
Los términos de la prestación también son aplicables, en su caso, a
los concubinos y concubinas (arts. 15 y 19, Ley N° 18.246).
El sueldo básico de pensión será el equivalente a la jubilación que le
hubiera correspondido al causante a la fecha de configuración de la causal

34
ARIEL NICOLIELLO – CURSO DE DERECHO DE LA SEGURIDAD SOCIAL

pensionaria, con un mínimo equivalente a la asignación de jubilación por


incapacidad. Si el causante ya estuviere jubilado, el sueldo básico de
pensión será la última asignación de pasividad (art. 87, Ley N° 17.738).
La asignación de pensión es del 75 % del sueldo básico de pensión
cuando exista núcleo familiar, o concurrencia con hijos no integrantes del
mismo o padres del causante. Si se trata exclusivamente de personas
viudas o hijos del causante, o de hijos en concurrencia con los padres del
causante, el 66 % del sueldo básico de pensión. Si se trata exclusivamente
de padres del causante o personas divorciadas, el 50 % del básico de
pensión. Si se trata de personas viudas en concurrencia con personas
divorciadas, sin núcleo familiar, el 66 % del básico de pensión. En caso de
existir núcleo familiar se elevará al 75 %.

XI.18.2. Caja Bancaria.

XI.18.2.1. Jubilaciones.

El régimen jubilatorio y pensionario de Caja Bancaria actualmente


vigente es el establecido por la Ley 18.396.
Las causales jubilatorias son la común, edad avanzada e incapacidad
total. La causal común se configura con 60 años de edad y 30 años de
servicios. En el caso de la mujer, la elevación de la edad –que en el
régimen anterior era de 55 años- se establece en forma progresiva: 56
años en 2010, 57 años en 2011, 58 años en 2013, 59 años en 2015,
alcanzándose el requisitos de 60 años a partir del año 2017.
Las causales edad avanzada e incapacidad total, así como el subsidio
transitorio por incapacidad parcial son similares a las de la ley 16.713. Se
prevé una elevación progresiva de la edad (de 65 a 70 años) y del tiempo
de servicios (de 11 a 15 años) para la causal avanzada, que se completará
en 2017.
El sueldo básico jubilatorio es el equivalente al promedio mensual
de las asignaciones computables actualizadas de los últimos diez años

35
ARIEL NICOLIELLO – CURSO DE DERECHO DE LA SEGURIDAD SOCIAL

registrados en la historia laboral, o si fuere más favorable para el afiliado,


el promedio de los veinte mejores años. No se establece un tope para los
últimos diez años, en caso de ser más favorables, a diferencia del régimen
del BPS.
La tasa de reemplazo es del 50 %, que se incrementa por cada año
que supere los 35 de servicios en un 0,5 % hasta un máximo de 2,5 %. A
partir de los 60 años se incrementa en un 3% por cada año que se difiera
el retiro si se cuenta con 35 años de servicios, o del 2 % si no se llega a los
35 años, con un máximo del 30 %. Para la incapacidad total y la edad
avanzada, las tasas de reemplazo son similares a las del régimen del BPS.
Los importes máximos iniciales de las asignaciones de jubilación y
subsidio transitorio serán fijados por el Consejo Honorario de la Caja y no
podrán ser superiores a $ 41.920, a la fecha de vigencia de la Ley 18.396.
Se establece como condición, para recibir prestaciones de la Caja,
aún para los trabajadores dependientes, haber cotizado efectivamente o
ponerse al día a través de los medios previstos por los artículos 29 a 37 del
Código Tributario (se excluye la prescripción)

XI.18.2.2. Pensiones.

El régimen de las pensiones de sobrevivencia se asemeja al común.


Se reconoce el derecho pensionario de los concubinos y concubinas a
partir del cumplimiento de un año desde la entrada en vigencia de la ley
18.246, lo que ocurrió el 20 de enero de 2009.
A diferencia del régimen del BPS, las personas viudas y concubinos
no deben acreditar dependencia económica o carencia de ingresos
suficientes, ni un máximo de ingresos.

XI.18.3. Caja Notarial.

XI.18.3.1. Jubilaciones.

36
ARIEL NICOLIELLO – CURSO DE DERECHO DE LA SEGURIDAD SOCIAL

El artículo 52 de la Ley 17.437 prevé tres causales de jubilación:


común, incapacidad y edad avanzada.
La causal común se configura con 60 años de edad y 30 años de
servicios, o 35 años si se acumulan servicios bajo la afiliación a otros
organismos.
La jubilación por incapacidad se configura en dos supuestos: a)
incapacidad absoluta y permanente para todo trabajo, o para el empleo o
profesión habitual, sobrevenida en actividad o en períodos de inactividad
compensada; b) la misma incapacidad, sobrevenida después del cese,
siempre que se haya computado diez años de servicios amparados por la
Caja como mínimo y no se fuere beneficiario de otra jubilación o retiro.
Dado que la incapacidad puede ser total o parcial, no se prevé un subsidio
transitorio por incapacidad parcial.
La causal de jubilación por edad avanzada se configura al cumplir 70
años, siempre que no se configure causal de jubilación común y se
acrediten 15 años de servicios reconocidos. Esta jubilación es
incompatible con cualquier otra jubilación, retiro o subsidio transitorio por
incapacidad parcial.
El sueldo básico jubilatorio se calcula obteniendo el promedio
mensual de las asignaciones computables, considerándose:
a) en el caso de los afiliados escribanos, los treinta años de mejores
asignaciones computables actualizadas;
b) en el caso de los afiliados empleados, se sigue un criterio similar al de la
ley 16.713.
La asignación de jubilación se fija utilizando tasas de sustitución
similares a las de la ley 16.713.

XI.18.3.2. Pensiones.
C A D E 5651.
De forma similar el régimen de la Caja Profesional, las causales de
pensión son la muerte, declaración judicial de ausencia o desaparición en
un siniestro o hecho conocido de manera pública y notoria que haga
presumir la muerte, del afiliado el jubilado. Los beneficiarios son los
37
ARIEL NICOLIELLO – CURSO DE DERECHO DE LA SEGURIDAD SOCIAL

mismos que en el régimen de la Caja Profesional, al igual que las


condiciones, asignación y términos de la prestación.

XI.18.4. Retiros y pensiones policiales.

XI.18.4.1. Retiros.

El nuevo régimen fue aprobado por Ley 18.405 de 24 de octubre de


2008, y es aplicable al personal policial activo que, al 1° de enero de 2009
era menor de 37 años en el caso de la mujer, y de 40 años en el caso del
hombre, o aún teniendo más edad, cuente con menos de 15 años de
servicios efectivos.
Las causales de retiro son: común, por incapacidad total, por acto
directo de servicio y por edad avanzada.
La causal de retiro común se configura con 60 años de edad y 35 de
servicios.
El retiro por incapacidad total se configura en supuestos similares a
la redacción original de la ley 16.713; la incapacidad sobrevenida después
del cese debe ocurrir dentro de los dos años del cese o del vencimiento
del subsidio transitorio por incapacidad.
Si la incapacidad total ocurre en acto de servicio, se configura una
causal específica, que tendrá repercusión en el haber de retiro.
La causal de retiro por edad avanzada se configura con 70 años de
edad y 15 años de servicio.
También se prevé el subsidio transitorio por incapacidad parcial, en
términos similares al régimen común.
El sueldo básico de retiro corresponde al promedio mensual
actualizado de todas las asignaciones computables de los 60 meses
anteriores al cese. Si fuera más favorable para el funcionario, será el
promedio de los cinco años de mejores asignaciones computables
actualizadas (art. 20).

38
ARIEL NICOLIELLO – CURSO DE DERECHO DE LA SEGURIDAD SOCIAL

La asignación por retiro común es del 50 % más un 0,5 % por cada


año que exceda el mínimo, al momento de la configuración de la causal,
con un máximo del 5 %. A partir de los 60 años de edad, por cada año de
edad que se difiera el retiro, después de haber configurado causal, se
adiciona un 3 %, y si no se hubiera configurado causal un 2 %, hasta los 70
años y con un máximo del 30 %.
La asignación de retiro por incapacidad total y el subsidio transitorio
por incapacidad parcial tiene una tasa de reemplazo del 65 %. La causal
edad avanzada tiene una asignación de retiro del 50 % más el 1% por cada
año que exceda los 15 años de servicios, con un tope del 64 %.
La asignación de retiro por incapacidad total por acto de servicio es
equivalente al 100 % del sueldo básico de retiro.
La ley 18.405 prevé también un régimen de transición, aplicable a
quienes tenían a la fecha de entrada en vigencia de la ley, más de 37 años
si fueren mujeres o más de 40 años en el caso de los hombres, y quince
años de servicios efectivos. Las causales son la común, incapacidad total e
incapacidad por acto de servicio, aplicándose –salvo para la causal común-
la normativa del régimen definitivo. La causal común en el régimen de
transición se configura cuando se suman, entre edad y años de servicio, un
coeficiente de 76 para el personal ejecutivo. El personal de los
subescalafones de apoyo se regirá, a partir de 2015, por requisitos
similares a los aplicables en el régimen definitivo; desde 2013 y hasta ese
momento se requiere un coeficiente de 77. El sueldo básico de retiro es el
promedio actualizado de los últimos 12 meses, extendiéndose este plazo
progresivamente hasta llegar a los últimos 60 meses. La ley establece una
disminución progresiva de la tasa de reemplazo (el 80 % a partir de 2011,
el 75 % a partir de 2012, el 70 % a partir de 2014, hasta llegar al 50 % a
partir de 2015.

XI.18.4.2. Pensiones.

39
ARIEL NICOLIELLO – CURSO DE DERECHO DE LA SEGURIDAD SOCIAL

Las causales de pensión son la muerte del funcionario o retirado, la


declaratoria judicial de ausencia y la desaparición en un siniestro o hecho
conocido de manera pública y notoria que haga presumir la muerte. La
causal también se configura cuando estos hechos ocurren dentro de los
doce meses del cese en la actividad. Fuera de ese plazo, sólo se causa
pensión diez años de servicios policiales efectivos y siempre que los
causahabientes no fueran beneficiarios de otra pensión del causante.
Para el cálculo de la asignación de pensión, y su distribución entre
los beneficiarios, se utilizan criterios similares a los del régimen común.

XI.18.5. Retiros y pensiones militares.

XI.18.5.1. Retiros.

El retiro militar, según lo dispone el Decreto-Ley 14.157 de 21 de


febrero de 1974, puede ser obligatorio o voluntario.
El personal militar podrá pasar a situación de retiro voluntario si
cumple el mínimo de edad y tiempo de servicios militares exigidos
(Oficiales: 20 años simples; personal subalterno: 20 años simples y 38 de
edad), siempre que no se encuentre prestando servicios o misión en el
extranjero (art. 191, en la redacción dada por la Ley 16.333).
El art. 192 establece los supuestos en que los oficiales y el personal
subalterno pasan a situación de retiro obligatorio, a cuyos efectos se tiene
en cuenta la antigüedad de la permanencia en el grado y la edad.
También existe el retiro obligatorio por incapacidad física o mental, por
baja calificación, por descalificación impuesta por los tribunales
competentes, por haber permanecido por un año continuo en situación de
“no disponible” o dos años consecutivos con parte de enfermo en los
casos de las enfermedades contraídas en función o a consecuencia del
servicio o en ocasión de cooperar con la autoridad pública en
cumplimiento de sus deberes.

40
ARIEL NICOLIELLO – CURSO DE DERECHO DE LA SEGURIDAD SOCIAL

Los servicios pueden ser simples o bonificados. Son bonificados en


un 50 % cuando son prestados en tiempo de guerra fuera del teatro de
operaciones, y en un 100 %, cuando son prestados dentro del teatro de
operaciones, cuando lo determine expresamente el Poder Ejecutivo para
los servicios prestados en ocasión de medidas prontas de seguridad u
otras situaciones extraordinarias, y cuando se trata de personal militar
que cumple actividades de vuelo en forma permanente.
El haber básico de retiro (equivalente al sueldo básico jubilatorio)
está constituido por la asignación mensual total de actividad
correspondiente al mes anterior al retiro. El haber de retiro será
equivalente al haber básico de retiro dividido 30, multiplicado por los años
de servicio, cuando se computan un mínimo de 30 años. Con menos de
treinta años, el cálculo se ajusta a la siguiente escala (art. 201 del D.L.
14.157, agregado por Ley 16.333):
a) entre 25 y 30 años, tantas treinta avas partes como años de servicio se
tengan, del 90 % de la asignación mensual total de actividad;
b) entre 20 y 25 años, el mismo cálculo sobre el 80 % de la asignación total
mensual;
c) entre 15 y 20 años: el mismo cálculo sobre el 65 % de la asignación total
mensual;
d) con menos de 15 años: el mismo cálculo sobre el 50 % de la asignación
mensual.
En caso de retiro por incapacidad, si ésta fuera para la función
militar (“incompleta”) la asignación será igual a la del grado inmediato
superior; y si se tratara de incapacidad para todo trabajo (“completa”) la
ley establece que la asignación será la equivalente a una serie de grados,
en todo caso superior a la que percibiría si se tratara de retiro común.

XI.18.5.2. Pensiones.

41
ARIEL NICOLIELLO – CURSO DE DERECHO DE LA SEGURIDAD SOCIAL

El derecho a pensión se genera por la muerte del causante, por la


declaración judicial de su ausencia, o por su desaparición en un siniestro
conocido de manera pública y notoria (art. 9, Ley 13.033).
La ley establece un orden de llamamiento, entre los beneficiarios
del derecho a pensión. En el primer orden de llamamiento, se encuentra:
la viuda (o concubina desde la vigencia de la ley 18.246); el viudo (o
concubino) que carezca de lo necesario para su congrua sustentación y se
encuentre absolutamente imposibilitado para el trabajo; la divorciada no
culpable que no haya contraído nuevo matrimonio; los hijos legítimos,
naturales reconocidos tales y adoptivos; la madre o padre, legítimos o
naturales, a cargo del causante.
Si no existieren causahabientes con derecho a pensión del primer
orden de llamamiento ella corresponderá, siempre que carezcan de
medios de vida propios que le permitan subvenir a su congrua
sustentación, a la madre o al padre legítimos o naturales no comprendidos
en el primer orden de llamamiento; a las hermanas legítimas o naturales,
solteras, viudas o divorciadas, que hubieran estado total o principalmente
a cargo del causante; a los hermanos legítimos o naturales, solteros, que
hubiesen estado exclusivamente a cargo del o de la causante y estuviesen
absolutamente incapacitados para trabajar.

XI.19. Pensiones no contributivas por vejez o invalidez. Subsidio para


mayores de 65 años.

Las contingencias vejez o invalidez también pueden dar lugar a


pensiones no contributivas, que como tales no requieren un período
mínimo de actividad, y que poseen carácter asistencial, porque están
condicionadas a la prueba de carencia de ingresos suficientes.
El artículo 67 de la Constitución prevé: “La pensión a la vejez
constituye un derecho para el que llegue al límite de la edad productiva,
después de larga permanencia en el país y carezca de recursos para
subvenir a sus necesidades vitales”.

42
ARIEL NICOLIELLO – CURSO DE DERECHO DE LA SEGURIDAD SOCIAL

La pensión no contributiva por vejez fue creada por primera vez por
Ley de 1919.
Actualmente, el artículo 43 de la Ley 16.713 prevé: “Será
beneficiario de la pensión a la vejez o invalidez, todo habitante de la
República que carezca de recursos para subvenir a sus necesidades vitales
y tenga setenta años de edad, o en cualquier edad, esté incapacitado en
forma absoluta para todo trabajo remunerado”. “Quienes tengan
ingresos de cualquier naturaleza u origen inferiores al monto de esta
prestación o beneficio, recibirán únicamente la diferencia entre ambos
importes”. “Los extranjeros o ciudadanos legales para poder acceder al
beneficio, deberán tener, por lo menos, quince años de residencia
continuada en el país”.
Posteriormente, las Leyes 17.266 de 22 de setiembre de 2000y
17.847de 26 de noviembre de 2004 establecieron que es compatible la
actividad remunerada del discapacitado con la pensión por invalidez, y
que tienen derecho, aún en ese caso, al cobro íntegro de la pensión en
tanto dichos ingresos no superen el monto equivalente a tres pensiones
por invalidez.
La contingencia vejez, a los efectos de la pensión no contributiva, se
configura con los setenta años de edad. Es una edad que supera la edad
de referencia son los 65 años (art. 26.2 del Convenio N° 102; art. 15.2 del
Convenio N° 128). No obstante, el vacío ha sido cubierto por la Ley 18.241,
que creó un subsidio para las personas mayores de 65 años.
La contingencia invalidez (o incapacidad absoluta y permanente
para todo trabajo) se configura en circunstancias similares a las previstas
para la causal jubilatorio por incapacidad total, con aplicación del baremo
aprobado por Decreto N° 306/013, que contiene algunas particularidades
aplicables a la pensión no contributivas en lo que refiere a los llamados
factores complementarios, relativos a la situación socioeconómica de la
persona.
A la configuración de la contingencia, se adiciona en el caso de las
pensiones no contributivas, dado su carácter asistencia, la prueba de la

43
ARIEL NICOLIELLO – CURSO DE DERECHO DE LA SEGURIDAD SOCIAL

carencia de recursos suficientes “para subvenir a las necesidades vitales”,


según los términos de la Ley. Este requisito es el que presenta mayores
dificultades de interpretación y de aplicación en el caso concreto, y a un
frecuente contencioso que ha dado lugar a múltiples sentencias
anulatorias del Tribunal de lo Contencioso Administrativo, que ha juzgado
demasiado restrictivo el criterio del BPS. Están exonerados de la
demostración de este requisito los discapacitados severos.
Un tercer requisito, aplicable a los extranjeros o ciudadanos legales,
es la residencia continuada durante un mínimo de quince años en el país.
No obstante, podrán adquirir el derecho o mantenerlo quienes residan en
Argentina o Brasil a no más de 5 kilómetros de la frontera (Ley 16.929).
Por Resolución del Directorio N° 4-19/2013 de 20 de febrero de
2013, el BPS ha reglamentado los requisitos para acceder a las pensiones
no contributivas. En lo que refiere a la carencia de ingresos suficientes, la
reglamentación, recogiendo lo dispuesto en el Acto Institucional Nº 9 (arts.
44 y 45), toma en cuenta no sólo los propios del eventual beneficiario,
sino también los de los familiares obligados a servir alimentos. A tales
efectos, distingue según los familiares convivan o no con el solicitante.
Establece que si convive con personas legalmente obligadas a servir
alimentos, se tendrá derecho a la pensión si dichas personas tienen
ingresos líquidos que no superen las 2 o 3 BPC si son solteros o casados,
respectivamente, más el 40 % de BPC por cada menor de 18 años o mayor
con discapacidad que tengan a su cargo. Se descuentan además los gastos
médicos que el núcleo familiar genere. Si en cambio no conviven con el
solicitante, se excluye la pensión no contributiva cuando los familiares
poseen ingresos de 8 o 10 BPC si son solteros o casados, respectivamente,
más el 40 % de BPC por cada menor o persona discapacitada que tengan a
su cargo.
La administración de la pensión por vejez o invalidez, cuando el
beneficiario sea un discapacitado severo que no pueda dirigirse a sí o
administrar sus negocios, la podrá hacer efectiva el cónyuge, los padres,
hijos y hermanos legítimos o naturales, que lo tengan totalmente a su

44
ARIEL NICOLIELLO – CURSO DE DERECHO DE LA SEGURIDAD SOCIAL

cargo, o fuera de ese caso, cualquier persona que lo tenga a cargo por
resolución judicial (Ley 17.106 de 21 de mayo de 1999).
La Ley 18.241, de 27 de diciembre de 2007 instituyó un subsidio
para aquellas personas mayores de 65 años (contingencia vejez) que no
accedían a la pensión no contributiva por vejez que exige 70 años. Está
condicionado a la demostración de indigencia o pobreza extrema y
carencias críticas en las condiciones de vida. Se trata de un subsidio en
cuyo otorgamiento interviene el Ministerio de Desarrollo Social, pero que
es pagado por el BPS. Cuando el beneficiario llega a los 70 años,
automáticamente genera el derecho a la pensión por vejez. El monto del
beneficio es equivalente al de la pensión no contributiva.

XI.20. Pensiones no contributivas a las víctimas de delitos.

La Ley 18.850 de 16 de diciembre de 2011 estableció una pensión


en beneficio de los hijos menores o mayores incapacitados totalmente de
las personas fallecidas como consecuencia de la violencia doméstica -se
prueba con el auto de procesamiento-, cuyo monto es equivalente a la
pensión no contributiva por vejez o invalidez, así como una asignación
familiar especial. La prestación está condicionada a la asistencia al
sistema educativo, y al tratamiento psicológico que se disponga. Es
administrador de la prestación la persona a cuyo cargo al beneficiario,
debiendo presentar certificado judicial de tenencia.
La Ley 19.039 de 28 de diciembre de 2012 creó la pensión a las
víctimas de delitos violentos, como prestación de seguridad social. Se
entiende por delitos violentos, el homicidio en ocasión de rapiña,
copamiento o secuestro o la incapacidad total como consecuencia de esos
delitos. Son beneficiarios el cónyuge o concubino de la víctima de homicio,
sus hijos menores o mayores totalmente incapacitados, o la propia víctima,
cuando quedare totalmente incapacitada. Las condiciones de la pensión
son similares a las aplicables a la pensión de sobrevivencia. El valor
mensual de la pensión es de 6 BPC.

45
ARIEL NICOLIELLO – CURSO DE DERECHO DE LA SEGURIDAD SOCIAL

XI.21. Caducidad y retroactividad de los beneficios jubilatorios y


pensionarios.

El derecho a jubilación o pensión no caduca, como lo dice el art. 79


del llamado Acto 9; pero pueden caducar periódicamente los haberes,
según su antigüedad.
Establece el art. 78 del denominado Acto Nº 9, con las
modificaciones de la Ley Especial Nº 7, que los haberes de jubilación se
devengarán a partir del cese de la actividad o de la fecha de configuración
de la causal si ésta fuere posterior a aquél, siempre que la solicitud se
presente dentro de los 180 días de alguno de esos hechos. Vencido dicho
plazo sólo se generarán haberes desde la fecha de la solicitud. Un criterio
similar se utiliza para las pensiones: el plazo de 180 días se cuenta desde la
configuración de la causal.
También dispone ese artículo que se devengarán haberes desde la
solicitud, en toda reforma o modificación de las jubilaciones o pensiones,
si el beneficiario la presenta dentro de los 180 días desde la notificación
del otorgamiento de la prestación, salvo que mediara error imputable a la
administración, o la misma tuviera ejecución de oficio. Vencido dicho
plazo se devengan desde la fecha de la solicitud.
Si atribuimos a estas normas jerarquía reglamentaria, como
corresponde a su origen, prevalecería sobre las mismas el plazo cuatrienal
de caducidad de los créditos contra el Estado. Sin embargo, el art. 78 fue
modificado por la Ley Especial Nº 7, que a su vez fue convalidada, en ese
aspecto, por la Ley 15.738 de 13 de marzo de 1985, por lo que adquirió
fuerza legal y prevalece sobre la normativa general por tratarse de una
norma especial.

46

You might also like