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Adolescencia, identidad y tecnología (Tabla de referencias y autores)

Título Autor(es Resumen Preguntas no Referencias


) resueltas
1. Luis La identidad es temporal, variable. La adolescencia no es un periodo ¿Cómo conforma o Tamayo, L.
La crisis de Tamayo de la vida sino un “estado”, caracterizado por una crisis de identidad. estructura al (2005). La crisis
identidad del Mientras en otras sociedades el paso de la infancia a la madurez se adolescente el rito de de identidad del
adolescente resuelve mediante algún ritual, en la sociedad occidental no hay rito la apropiación de las adolescente.
alguno: el niño había obtenido su identidad a partir de los padres pero, redes sociales? Psicología &
ante la presión social que le exige ser alguien en la vida, descubre que Sociedad, (3),
dicha identidad es insuficiente: a partir de entonces se vuelve un ¿Cómo repercute 119-128.
adolescente y entra en una “crisis de identidad.” se pregunta ¿Qué para los jóvenes la
soy?, ¿Qué quiero?, ¿A dónde voy? Esta crisis sólo podrá superarse información sobre
enfrentando la pregunta ¿quién soy? sexualidad hallada
Los síntomas de esta crisis son: a) el apego a los grupos identitarios, a en internet, la poca
los que se imita en busca de aceptación, b) la negación pasiva, información en el
perdiéndose en “la estupidización a la que conducen los medios espacio educativo y
masivos de comunicación, en la identidad derivada del <<tener>> que ese desfase entre
genera la publicidad” (2005, p. 122), c) agresividad plena, como ambas?
reacción ante la sensación de ser “esclavizado” por la escuela, y d) los
conflictos sexuales debido a “la necesidad de ser reconocido hombre o
mujer”, hecho que produce la búsqueda de una pareja que sostenga
esa identidad.
Menciona, por último, la importancia de “la guerra como consecuencia
de la identidad cristalizada” sugiriendo que el enemigo, el diferente, el
otro, tiene la función de construir la propia imagen. El (re)conocimiento
del adversario supone un enriquecimiento de la imagen propia en
tanto que aquél, al cuestionar nuestra “tesis” “exige precisión y
reconocimiento de mis límites” y ofrece además su propia experiencia
del mundo. “Reconocer nuestra imagen en la del enemigo devuelve
plasticidad a nuestra identidad, la reconstruye y renueva”. (Ibíd., p
127).
Pensar en la resolución de la crisis de la adolescencia en una
cristalización no sería sino un error: esta cristalización pronto “se
convierte en pertenencia ciega a un grupo o nación” y eso no deja
lejos a la guerra. Este autor entonces apuesta por:
El reconocimiento de que el enemigo no es sino una parte
excluida de nosotros mismos, que el enemigo comparte
objeto, y por ello sustancia, con nosotros, de lo cual se deriva
que, si nos permitimos reconocer nuestra imagen en la suya
estamos en vías de construir una identidad propia un poco
más certera y plástica (Ibíd., p. 128).

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