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Cap.

II El hombre en los pequeños grupos

El autor da cuenta durante este capítulo cómo es que un grupo se conforma,


cuáles son las fases que este experimenta, los elementos que lo componen, las
formas de organización que pueden presentar, los motivos por los cuáles se
puede originar y, además, expone algunas técnicas mediante las cuáles puede
aplicarse pruebas de trabajo grupal, aclarando de antemano la responsabilidad y
la ética que debe tener el estudioso o el observador, en tanto que cuente con una
formación en psicología. Llaman la atención los elementos como la cohesión, vital
para los estudiosos de las dinámicas grupales, mediante la cual el grupo pueda
definir su fuerza y su estabilidad para proseguir con su trabajo y lograr sus
objetivos, de lo contrario, existe más probabilidad de sólo desarticulares.

En tanto mayor sea el grado de interdependencia, y mientras más fuertes o claros


sean el o los objetivos para cada uno de los miembros que conforman al grupo,
este podrá sortear las dificultades a las que se enfrente, en tanto estas puedan
deberse a cambios en la estructura misma del grupo, discusiones o problemas en
la toma de una decisión, la añadidura o separación de algún(os) elemento(s). Por
otra parte, cabe destacar que la cohesión permanece en constante cambio y
construcción, debido a que los grupos y sus miembros permanecen en interacción
frecuente y los vínculos que estos crean presentan dinámicas continuas.

Los grupos cuentan con dos funciones principales: mantenimiento, que busca
reducir las tensiones internas del grupo y asegurar su continuidad; y progresión,
centrada en procesos de etapas que buscan soluciones al replantearse la
cohesión durante la vida del grupo (misma que, cabe mencionar, puede variar y
ser muy breve o muy prolongada),

Así mismo, los roles, papeles o funciones de los miembros del grupo pueden ser
claramente definidos por el grupo en sí mismo –democrático- o por un individuo
que se asuma como “x” miembro –autocrático-, con un cargo determinado y que
ejerza sobre los demás un papel particular; de este modo, los grupos
democráticos tienden a ser más duraderos y estables.

Cómo último punto relevante, considero un factor teórico-técnico relevante el uso


de los “T-groups” en tanto que permiten observar por completo el proceso de
formación del grupo, desde la incertidumbre, pasando por el problema de
resolución del coordinador, establecer posteriormente una organización y, por
último, llegar a una conducta reflexiva, en la que cada miembro esclarezca sus
motivaciones individuales para formar parte del grupo, así como también delimitar
una meta en conjunto.

Drevillon, J. Psicología de los grupos humanos. Ediciones Nueva Visión. Argentina. 1978.
63-113 p.p.

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