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Al Referirse a lo que debía ser realizado por la naciente Iglesia Adventista del Séptimo Día antes de

la venida del Señor, Elena de White escribió en 1883:

“La mente de los creyentes debía ser dirigida al Santuario celestial, donde Cristo ha entrado para
hacer expiación por su pueblo”.—Mensajes Selectos 1:77.

En un período de crisis, en 1906, cuando fueron puestas en tela de juicio ciertas enseñanzas
básicas de los adventistas, ella escribió:

“La correcta comprensión del ministerio en el Santuario celestial es el fundamento de nuestra


fe”.—El Evangelismo, 165.

Los pioneros del movimiento vieron que la verdad del Santuario era fundamental en relación con
toda la estructura de la doctrina adventista. Jaime White, en 1850, reimprimió los fragmentos
esenciales de la primera presentación que hizo del tema O. R. L. Crosier y comentó:

“El tema del Santuario debiera ser cuidadosamente examinado, puesto que en él descansa el
fundamento de nuestra fe y esperanza” (The Advent Review [La Revista Adventista], número
especial combinado).

“Satanás se esfuerza constantemente por crear suposiciones fantásticas acerca del Santuario, y
degrada las maravillosas representaciones de Dios y el ministerio de Cristo para nuestra salvación
en algo que satisfaga a la mente carnal. Elimina su poder rector del corazón de los creyentes, y
pone en su lugar teorías fantásticas inventadas para invalidar las verdades de la expiación y
destruir nuestra confianza en las doctrinas que hemos considerado sagradas desde que se dio el
mensaje del tercer ángel por primera vez. De ese modo extirpa la fe en el mismo mensaje que ha
hecho de nosotros un pueblo diferente y que le ha dado significado y poder a nuestra obra”.—
Special Testimonies [Testimonios especiales], Serie B, 7:16, 17.

“En el futuro surgirán engaños de toda clase, y necesitamos terreno sólido para nuestros pies.
Necesitamos columnas sólidas para la edificación. Ni un alfiler ha de ser quitado de lo que el Señor
ha establecido. El enemigo introducirá falsas teorías, tales como la doctrina de que no hay
Santuario. Este es uno de los puntos que inducirán a apartarse de la fe. ¿Dónde podremos
encontrar seguridad si no es en las verdades que el Señor nos ha estado dando en los últimos 50
años?”—El otro poder, 53.

“Todos necesitamos tener en mente el tema del Santuario. Dios prohíbe que la charla que procede
de labios humanos cercene la creencia de nuestros hermanos en la verdad de que hay un
Santuario en el cielo, y de que un modelo de ese Santuario se construyó una vez en esta Tierra. El
Señor desea que su pueblo se familiarice con ese modelo, teniendo en mente el Santuario celestial
donde Dios es todo y está en todo. Debemos mantener nuestra mente vigorizada por la oración y
el estudio de la Palabra de Dios, de modo que podamos captar estas verdades”.—Carta 233, 1904.

“Como pueblo, debemos ser estudiantes fervientes de la profecía; no debemos descansar hasta
que entendamos claramente el tema del Santuario, el cual está expuesto en las visiones de Daniel
y de Juan. Este asunto arroja gran luz sobre nuestra posición y nuestra obra actual, y nos da una
prueba irrefutable de que Dios nos ha dirigido en nuestra experiencia pasada. Explica nuestro
chasco de 1844, mostrándonos que el Santuario que debía ser purificado no era la Tierra, como
habíamos supuesto, sino que Cristo entró entonces en el Lugar Santísimo del Santuario celestial y
allí está realizando la obra final de su oficio sacerdotal, en cumplimiento de las palabras del ángel
comunicadas al profeta Daniel: ‘Hasta dos mil trescientas tardes y mañanas; luego el santuario
será purificado’. Ces pag 20

..El Hijo de Dios había ofrecido expiar, con su propia vida, la transgresión de ellos. Se les otorgaría
un tiempo de gracia y, mediante el arrepentimiento y la fe en Cristo, nuevamente podían llegar a
ser hijos de Dios. Ces pag 22

La parte más importante del servicio diario era la que se realizaba en favor de los individuos. El
pecador arrepentido traía su ofrenda a la puerta del tabernáculo, y colocando la mano sobre la
cabeza de la víctima, confesaba sus pecados; así, en un sentido figurado, los trasladaba de su
propia persona a la víctima inocente. Luego mataba al animal con su propia mano, y el sacerdote
llevaba la sangre al Lugar Santo y la rociaba ante el velo, detrás del cual estaba el arca que
contenía la ley que el pecador había violado. Con esta ceremonia, y en un sentido simbólico, el
pecado era trasladado al Santuario por medio de la sangre. En algunos casos no se llevaba la
sangre al Lugar Santo; pero el sacerdote debía comer la carne, tal como Moisés ordenó a los hijos
de Aarón, diciendo: “La dio él a vosotros para llevar la iniquidad de la congregación”. Levítico
10:17. Las dos ceremonias simbolizaban por igual el traslado del pecado del hombre arrepentido
al Santuario. Ces pag 36

Tal era la obra que se hacía diariamente durante todo el año. Con el traslado de los pecados de
Israel al Santuario, los lugares santos quedaban manchados, y se hacía necesaria una obra
especial para quitar de allí los pecados. Dios ordenó que se hiciera expiación para cada una de
las sagradas divisiones lo mismo que para el altar. Así “lo limpiará, y lo santificará de las
inmundicias de los hijos de Israel”. Levítico 16:19. Ces pag 37

El día de la expiación

Una vez al año, en el gran Día de la Expiación, el sacerdote entraba en el Lugar Santísimo para
limpiar el Santuario. La obra allí desarrollada completaba el ciclo anual de ceremonias.
En el Día de la Expiación se llevaban dos machos cabríos a la puerta del tabernáculo y se echaba
suerte sobre ellos, “una suerte por Jehová, y otra suerte por Azazel”. Levítico 16:8. El macho cabrío
sobre el cual caía la primera suerte debía matarse como ofrenda por el pecado del pueblo. Y el
sacerdote debía llevar la sangre dentro del velo y rociarla sobre el propiciatorio. “Así purificará el
santuario, a causa de las impurezas de los hijos de Israel, de sus rebeliones y de todos sus pecados;
de la misma manera hará también al tabernáculo de reunión, el cual reside entre ellos en medio
de sus impurezas”. Vers. 16.

“Y pondrá Aarón sus dos manos sobre la cabeza del macho cabrío vivo, y confesará sobre él todas
las iniquidades de los hijos de Israel, todas sus rebeliones y todos sus pecados, poniéndolos así
sobre la cabeza del macho cabrío, y lo enviará al desierto por mano de un hombre destinado para
esto. Y aquel macho cabrío llevará sobre sí todas las iniquidades de ellos a tierra inhabitada; y
dejará ir el macho cabrío por el desierto”. Vers. 21, 22. Sólo después de haberse alejado al macho
cabrío de esta manera, se consideraba el pueblo libre de la carga de sus pecados. Todo hombre
debía contristar su alma mientras se verificaba la obra de expiación. Todos los negocios se
suspendían, y toda la congregación de Israel pasaba el día en solemne humillación delante de Dios,
en oración, ayuno y profundo análisis del corazón.

Mediante este servicio anual se le enseñaba al pueblo importantes verdades acerca de la


expiación. En la ofrenda por el pecado que se ofrecía durante el año se aceptaba un sustituto en
lugar del pecador; pero la sangre de la víctima no hacía completa expiación por el pecado. Sólo
proveía un medio en virtud del cual el pecado se transfería al Santuario. Al ofrecerse la sangre, el
pecador reconocía la autoridad de la ley, confesaba la culpa de su transgresión y expresaba su fe
en Aquel que habría de quitar los pecados del mundo; pero no quedaba completamente
exonerado de la condenación de la ley. En el Día de la Expiación, el sumo sacerdote, llevando una
ofrenda por la congregación, entraba en el Lugar Santísimo con la sangre y la rociaba sobre el
propiciatorio, encima de las tablas de la ley. En esa forma los requerimientos de la ley, que exigían
la vida del pecador, quedaban satisfechos. Entonces, en su carácter de mediador, el sacerdote
tomaba los pecados sobre sí mismo y, saliendo del Santuario, llevaba sobre sí la carga de la culpa
de Israel. A la puerta del tabernáculo ponía sus manos sobre la cabeza del macho cabrío
[símbolo de Azazel] y confesaba “sobre él todas las iniquidades de los hijos de Israel, todas sus
rebeliones y todos sus pecados, poniéndolos así sobre la cabeza del macho cabrío”. Y cuando el
macho cabrío que llevaba estos pecados era conducido al desierto, se consideraba que con él se
alejaban para siempre del pueblo. Tal era el servicio verificado como “figura y sombra de las cosas
celestiales”. Hebreos 8:5.

“El transcurso del tiempo en 1844 fue un período de grandes eventos, los cuales abrieron ante
nuestros asombrados ojos la purificación del Santuario, hecho que se está verificando en el cielo y
tiene una definida relación con el pueblo de Dios en la Tierra” (Manuscrito 13, 1889; publicado en
El otro poder, 30).
Aunque la sangre de Cristo habría de librar al pecador arrepentido de la condenación de la ley, no
anularía el pecado; éste quedaría registrado en el Santuario hasta la expiación final; así en el tipo,
la sangre de la víctima quitaba el pecado del arrepentido, pero quedaba en el Santuario hasta el
Día de la Expiación. Ces pag. 40

Se limpia el registro de los pecados

En el gran día del juicio final los muertos han de ser juzgados “por las cosas que” están “escritas
en los libros, según sus obras”. Apocalipsis 20:12. Entonces, en virtud de la sangre expiatoria de
Cristo, los pecados de todos los que se hayan arrepentido sinceramente serán borrados de los
libros celestiales. En esta forma el Santuario será liberado, o limpiado, de los registros del
pecado. En el tipo, esta gran obra de expiación, o el acto de borrar los pecados, estaba
representada por los servicios del Día de la Expiación; o sea, la purificación del Santuario terrenal
por medio de la eliminación de los pecados que lo habían manchado, en virtud de la sangre de la
víctima.

Así como en la expiación final los pecados de los arrepentidos han de borrarse de los registros
celestiales, para no ser ya recordados, en el tipo terrenal eran enviados al desierto y separados
para siempre de la congregación.

Puesto que Satanás es el originador del pecado, el instigador directo de todos los pecados que
causaron la muerte del Hijo de Dios, la justicia exige que Satanás sufra el castigo final. La obra de
Cristo en favor de la redención del hombre y la purificación del pecado del universo se concluirá
quitando el pecado del Santuario celestial y colocándolo sobre Satanás, quien sufrirá el castigo
final. Así en el servicio típico, el ciclo anual del ministerio se completaba con la purificación del
Santuario y la confesión de los pecados sobre la cabeza del macho cabrío [símbolo de Azazel].
Ces p.40

De este modo, en el servicio del tabernáculo, y en el del templo que posteriormente ocupó su
lugar, se enseñaba diariamente al pueblo las grandes verdades relativas a la muerte y al ministerio
de Cristo, y una vez al año sus pensamientos eran llevados hacia los acontecimientos finales de la
gran controversia entre Cristo y Satanás, la purificación final del universo del pecado y los
pecadores. Historia de los Patriarcas y Profetas, 356-372.
El sacrificio de Cristo es un sacrificio expiatorio? SI

La expiación termina en la cruz? No

El sacrificio de Cristo es completo? Si

Que pasa si creemos que la expiación concluye en la cruz? Invalidamos su obra en el santuario

Cuando es finalmente expiado el pecador? Y cuando es expiado el pecado? Son expiados cuando
concluye la obra sumosacerdotal de Cristo

Es una pregunta tramposa, el pecador es expiado cuando es expiado el pecado.

EN EL SACRIFICIO DE LA CRUZ LA SALVACION ES POTENCIAL EN EL SANTUARIO ES SEGURA


¿Expiación en la cruz o en el santuario?

Deseo compartir con todos ustedes estas reflexiones. No pretendo tener


un nivel de erudición fuera de este mundo. Soy al igual que todos ustedes
un estudiante de las Escrituras.

Durante muchos siglos a través de las Escrituras, Dios el Padre se ha


revelado a la humanidad.

Al inicio de la vida en el jardín del Edén, con nuestros primeros padres, la


comunicación era verbal. También con algunos otros personajes de las
Sagradas Escrituras (Génesis 3:9,11, 13,16,17;4:6;6:13,9:1,12,17:9).

Al pasar el tiempo, nuestra raza se fue apartando de Dios, y Él dejó de


comunicarse cara a cara con el hombre, excepto con Moisés que fue su
amigo personal. (Éxodo 33:11; Números 12:8; Det. 34:10).

Deuteronomio 34:10 “Y nunca más se levantó profeta en Israel como


Moisés, a quien haya conocido Jehová cara a cara;”

Nuestro Dios usó visiones, sueños, ángeles, profetas para traer mensajes a
su pueblo. Pero siempre Dios ha tenido el deseo de que nosotros nos
comuniquemos con Él, y Él desea morar
dentro de nosotros.
A su pueblo Israel, en el desierto, le dio una
ordenanza: “Éxodo 25:8 Y harán un
santuario para mí, y habitaré en medio de
ellos.” Dios dio las instrucciones precisas,
con medidas, el orden del culto, las
ofrendas y todo lo concerniente al servicio
del santuario del desierto.

Cristo mismo estaba sobre el santuario como una nube. (Éxodo 40:36 Y
cuando la nube se alzaba del tabernáculo, los hijos de Israel se movían en
todas sus jornadas;)

También Dios dio como parte del servicio de adoración al pueblo de


Israel, las fiestas solemnes – que todas son representación de Jesús y Su
ministerio. Entre ellas tenemos las principales: la Pascua, las gavillas, los
panes, el Pentecostés, las Trompetas y las Cabañas. Al igual que lo que se
conoce como el año del Jubileo.

La mayoría de estas fiestas han tenido su cumplimiento primario. Algunas


de ellas tendrán doble cumplimiento y otras se han cumplido totalmente.
Como este artículo no pretende entrar en detalle en todas las fiestas, les
recomiendo que lean los artículos sobre las Fiestas de Jehová, aquí mismo
en nuestro sitio.

El comentario principal de este artículo es sobre la Expiación.


Definiremos algunas cosas como ser: ¿Qué es expiación?, ¿Quién la
efectúa? y ¿donde fue cumplida?

Expiación: Esta palabra aparece 153 veces y solo en el Antiguo


Testamento (AT).Expiaciones aparece 8 veces.

Definición Expiación

(heb. kippurîm, literalmente, "cubiertas" [de los verbos kâfar, "cubrir",


"hacer expiación", "reconciliar"; y kipper, "cubrir pecados"]; kappêr,
"sustitución"; gr. katallague, "reconciliación").

Término que aparece en el AT, generalmente en relación con diversos


sacrificios y servicios del sistema ceremonial. El término griego refleja la
idea fundamental de restablecer la armonía en una relación, de modo que
cuando hubo una separación ésta pueda ser eliminada por el proceso de
cubrir el problema, producir la reconciliación.

Cuando kâfar y kippurîm se usan en relación con el sistema ceremonial, el


escritor bíblico supone que las personas o cosas por las que se hace ese
"cubrimiento" -las personas o cosas cubiertas- son comunes, "inmundas"
o pecaminosas a la vista de un Dios justo; por tanto, no aceptos ante él.
Por causa del pecado en general, y a veces por causa de pecados
particulares en especial, se entiende que los hombres están alejados de
Dios. Pero los escritores bíblicos presentan a Dios como ansioso de una
reconciliación, y muestran que él ha hecho las provisiones necesarias para
lograr esto. No es necesario cambio alguno de parte de él para producir la
reconciliación, porque el hombre en su estado natural es un pecador que
ni siquiera tiene el deseo de ser reconciliado, y por lo tanto es necesario
un cambio de su parte. Es el pecador quien debe ser "cubierto" o
reconciliado con Dios, no Dios con respecto al pecador.
El sistema ritual proporcionaba una ilustración objetiva de cómo los
hombres se pueden reconciliar con Dios.
Unas pocas ilustraciones del uso de la palabra "expiación" en el AT serán
suficientes para aclarar su significado. El santuario y sus objetos estaban
hechos con materiales comunes, y era necesario "cubrirlos", o "hacer
expiación" por ellos, antes de ser entregados al uso sagrado (Ex. 29:36,
37; 30:10; Lv. 8:15; etc.). Aarón y sus hijos eran personas corrientes, y del
mismo modo debieron ser "cubiertos" cuando fueron separados para el
sacerdocio (Ex. 29:35; Lv. 8:34). También se indicaba una cubierta de
sangre por los pecados de la congregación entera (Lv. 4:20; Nm. 15:25),
por los de las personas individuales (Lv. 4:27-35; Nm. 15:28) y por
diversas formas de impureza ritual (Lv. 12:7, 8; 14:18, 20, 53; 15:28). Al
fin de la serie anual de ceremonias, en un día especial de "expiación" (Lv.
16:21-28; He. 10:1-3), Aarón y sus hijos, los sacerdotes, hacían una
"cobertura" específica por las impurezas acumuladas en el año (Lv.
16:6,11,24), 430 por el santuario y sus muebles (vs 16-20, 33, 34), y por el
pueblo de Israel (vs 30, 34). Esto simbolizaba la eliminación completa y
final del pecado del universo de Dios.

En el NT se describe esta obra de expiación con la palabra


"reconciliación". También se usan los vocablos gr. hilasterion (Ro. 3:25),
hiláskomai (He. 2:17) e hilasmós (1 Jn. 2:2; 4:10), "propiciación", "ser
propicio" o "expiar". La "cobertura" verdadera ha sido provista por la
preciosa sangre de nuestro Salvador, y la reconciliación con Dios es
posible mediante la fe en él (Ro. 5:8-11; 2 Co. 5:17-19). Véanse Día de la
Expiación; Propiciatorio.
Diccionario Bíblico Adventista del Séptimo Día. Págs. 429-430.

Resumiendo: Expiación es la reconciliación del hombre con Dios. La


expiación del santuario terrenal ocurría en la fiesta de la Expiación o Yom
Kippur. El propósito de esta fiesta era “limpiar” al pueblo y al santuario
que había sido “manchado” por los pecados del pueblo de Israel.

Levítico 23:28 “Ningún trabajo haréis en este día; porque es día de


expiación, para reconciliaros delante de Jehová vuestro Dios.”

Levítico 16:19 Y esparcirá sobre él de la sangre con su dedo siete veces, y


lo limpiará, y lo santificará de las inmundicias de los hijos de Israel.

Solo usaremos dos textos para dar la idea. Reconciliaros de las


inmundicias.
En el santuario del desierto, había muchos sacrificios de animales.

En el santuario, cuando se acercaba la fiesta de Pascua, era apartado un


cordero para la fiesta. Este debía de ser sin defecto físico, de un año de
edad. Este cordero representaba al verdadero Cordero de Dios que quita
el pecado del mundo.

Como adventistas sabemos que la profecía de las 2,300 tardes y mañanas


de Daniel 9, nos lleva desde el año 457 AC hasta el 22 de Octubre de
1844.

El santuario con toda su


simbología era una
representación del plan de
salvación. Habían dos clases de
servicios: el servicio diario y el
anual. En el servicio diario, los
sacrificios se hacían cada día. En
el servicio anual, al final del año
que solo se hacia una vez y se le
llamaba el servicio anual.

En el velo que separaba ambos departamentos era puesta la sangre de los


sacrificios, a esto se le llamaba el servicio diario. Durante todo el año esto
era repetido y de esta forma el santuario era simbólicamente inmundo
debido a los pecados del pueblo.
“El servicio diario consistía en el holocausto matutino y el vespertino, en
el ofrecimiento del incienso en el altar de oro y en los sacrificios especiales
por los pecados individuales. Además, había sacrificios para los sábados,
las lunas nuevas y las fiestas especiales.”
“La parte más importante del servicio diario era la que se realizaba en
favor de los individuos. El pecador arrepentido traía su ofrenda a la
puerta del tabernáculo, y colocando la mano sobre la cabeza de la víctima,
confesaba sus pecados; así, en un sentido figurado, los trasladaba de su
propia persona a la víctima inocente. Con su propia mano mataba
entonces el animal, y el sacerdote llevaba la sangre al lugar santo y la
rociaba ante el velo, detrás del cual estaba el arca que contenía la ley que
el pecador había violado. Con esta ceremonia y en un sentido simbólico,
el pecado era trasladado al santuario por medio de la sangre. En algunos
casos no se llevaba la sangre al lugar santo, sino que el sacerdote debía
comer la carne, tal como Moisés ordenó a los hijos de Aarón, diciéndoles:
"La dio él a vosotros para llevar la iniquidad de la congregación" (Lev. 10:
17).* Las dos ceremonias simbolizaban igualmente el traslado del pecado
del hombre arrepentido al santuario.” Cristo en Su santuario, Pág. 42.

Para resumir algunas de las fiestas del Señor, las cuales se cumplen en
Jesús.
La Pascua:
Cristo mismo era el cordero, que fue llevado
al matadero por nosotros. En la cruz se
cumple el sacrificio que señalaba el altar de
los holocaustos del santuario. En el altar del
sacrificio no ocurría la expiación o
reconciliación, sino que la sangre de ese
sacrificio era llevada por los sacerdotes al
velo del santuario donde era depositada en la
cortina que separaba el Lugar Santo del lugar Santísimo.

Los Panes: Se cumplió en Jesús también quién dijo


de si mismo: “Yo soy el pan de vida.” Todas las
semanas eran puestos doce panes sin levadura,
arreglados en dos hieleras. Era lo que se conocía
como el pan de la proposición. Era comido cada
sábado por el sacerdote y se ponía pan nuevo.
La fiesta de las Trompetas. En esta fiesta
se le anunciaba al pueblo con Trompetas, que
dentro de diez días, Jehová se presentaría en
el Santuario, en el lugar santísimo para hacer
la expiación o limpieza final tanto del
santuario, además de limpiar, reconciliar lo
más importante: el corazón del creyente y
poner de nuevo en armonía al creyente con
Dios.
Uno de los muebles más importantes era el
propiciatorio. En Éxodo 25:10-12 y 37: 1-9, se
habla en detalle de él.
Este mueble era de madera, recubierta de oro y contenía tres cosas:
La Ley de Dios (los diez mandamientos) escrita con Su propio dedo. La
vara de Aarón que reverdeció y una porción del maná, que caía en el
desierto.

También en la parte superior del mueble, dos


querubines, cuyas alas pegaban una con la otra y el
rostro de ambos hacia abajo.
El simbolismo es hermoso: los seres celestiales no
caídos contemplan un misterio: Como la justicia y
la misericordia se mezclan. La ley reclama la
muerte del pecador, pero Cristo pone a favor del
pecador arrepentido Su justicia y el sacrificio del
pecador es sustituido por Cristo, que en este mueble se presenta como la
sangre que caía hacia este mueble, pero a la vez como la plancha de oro
que impedía que la sangre cayera sobre la ley.

De esta manera la justicia era cumplida. La muerte del pecador


(Romanos 3:23) era susitiuida por Cristo (Juan 3:16), victima inocente
que cumplía al derramar Su sangre el requerimiento de la ley de Dios
quebranta por el pecado. “La misericordia y la verdad se encontraron; la
justicia y la paz se besaron. Salmos 85:10” Era sobre este mueble que
Dios aparecía a Su pueblo en el día de la Expiación o Fiesta de la
expiación.
La Fiesta de la Expiación o Servicio
Anual: Ocurría en el décimo día de cada
séptimo mes en al año. En esta fiesta se
efectuaba la limpieza o expiación final. El Sumo
Sacerdote (representación de Cristo sumo
sacerdote nuestro) llevaba sacrificios de sangre
por varias causas: por sí mismo, por su familia,
por la familia de Israel. Luego que se limpiaba
así mismo, su familia y los muebles del
santuario. Luego ocurría algo maravilloso: Dios
mismo, con su gloria aparecía sobre el
propiciatorio.

“Mediante este servicio anual se le enseñaban


al pueblo importantes verdades acerca de la expiación. En la ofrenda
por el pecado que se ofrecía durante el año, se había aceptado un sustituto
en lugar del pecador; pero la sangre de la víctima no había hecho
completa expiación por el pecado. Sólo había provisto un medio en
virtud del cual el pecado se transfería al santuario. Al ofrecerse la sangre,
el pecador reconocía la autoridad de la ley, confesaba la culpa de su
trasgresión y expresaba su fe en Aquel que había de quitar los pecados del
mundo; pero no quedaba completamente exonerado de la
condenación de la ley.” Cristo en Su santuario, Pág. 42-43

“El día de la expiación, el sumo sacerdote, al llevar una


ofrenda por la congregación, entraba en el lugar santísimo con
la sangre, y la rociaba sobre el propiciatorio, encima de las
tablas de la ley. En esa forma los requerimientos de la ley, que
exigían la vida del pecador, quedaban satisfechos. Entonces,
en su carácter de mediador, el sacerdote tomaba los pecados
sobre sí mismo, y salía del santuario llevando sobre sí la
carga de las culpas de Israel. A la puerta del tabernáculo
ponía las manos sobre la cabeza del macho cabrío, símbolo de Azazel, y
confesaba "sobre él todas las iniquidades de los hijos de Israel, y todas sus
rebeliones, y todos sus pecados, poniéndolos así sobre la cabeza del
macho cabrío". Y cuando el macho cabrío que llevaba estos pecados era
conducido al desierto, se consideraba que con él se alejaban para siempre
del pueblo. Tal era el servicio que se realizaba como "figura y sombra de
las cosas celestiales" (Hebreos 8: 5).” Cristo en Su santuario, Pág. 42-43
Como hemos podido leer, la expiación o reconciliación final del hombre
con Dios, no ocurría en el sacrificio diario, sino en el servicio anual o en la
fiesta de la expiación. Hasta que este servicio anual era completado, los
pecados de Israel todavía no habían sido completamente borrados de los
registros del santuario.

La Biblia dice que estas cosas eran “sombra y figura de las cosas
celestiales (Hebreos 8: 5)

Como adventistas entendemos que hay un santuario en el cielo, donde


Cristo ministra como nuestro Sumo Sacerdote, que entró al lugar
Santísimo del Santuario Celestial, el 22 de Octubre de 1844, para realizar
la expiación final del pecado. Así como los símbolos del santuario terrenal
tuvieron su cumplimiento, así también en el santuario celestial Cristo está
haciendo la expiación final de Su pueblo, que ha confesado sus pecados y
se ha apartado del pecado.

“En el gran día del juicio final, los muertos han de ser juzgados "por las
cosas que" están "escritas en los libros, según sus obras" (Apocalipsis. 20:
12). Entonces, en virtud de la sangre expiatoria de Cristo, los pecados de
todos los que se hayan arrepentido sinceramente serán borrados de los
libros celestiales. En esta forma el santuario será liberado, o limpiado, de
los registros del pecado. En el símbolo, esta gran obra de expiación, o el
acto de borrar los pecados, estaba representada por los servicios del día de
la expiación, o sea de la purificación del santuario terrenal, que se
realizaba en virtud de la sangre de la víctima y por la eliminación de los
pecados que lo manchaban.
Así como en la expiación final los pecados de los arrepentidos serán
eliminados de los registros celestiales, para no ser ya recordados, en el
símbolo terrenal eran enviados al desierto y separados para siempre de la
congregación.
Puesto que Satanás es el originador del pecado, el instigador directo de
todos los pecados que causaron la muerte del Hijo de Dios, la justicia
exige que Satanás sufra el castigo final. La obra de Cristo en favor de la
redención del hombre y la purificación del pecado del universo, será
concluida quitando el pecado del santuario celestial y colocándolo sobre
Satanás, quien sufrirá el castigo final. Así, en el servicio simbólico, el ciclo
anual del ministerio se completaba con la purificación del santuario y la
confesión de los pecados sobre la cabeza del macho cabrío símbolo de
Azazel.” Cristo en Su Santuario, Página 45.
Como podemos saber la hora del juicio o de la expiación comenzó el 22 de
octubre de 1844 y todavía no ha concluido. Cristo todavía está en el lugar
santísimo del santuario celestial. Cristo como sumo Sacerdote, está a
punto de salir de ministrar a nuestro favor, para venir a traer a Su pueblo
y llevarlo al cielo.
Luego del milenio o mil años (Apocalipsis 20), el pecado finalmente será
puesto sobre el originador que es Satanás mismo y será arrojado al lago de
fuego y azufre, para finalmente terminar con el pecado y su originador.

Luego de esta explicación –aunque aparentemente larga- ha sido corta


para lo que es el santuario y su servicios; comienzo a hacer varias
preguntas.

En este trimestre Julio-Septiembre 2003 en las Lecciones de la


Escuela Sabática, estudiamos sobre Temas del Santuario. El libro de
Hebreos.

En estas lecciones he leído que la expiación es en la cruz y no en el lugar


santísimo. Igualmente que no importa en que departamento del santuario
entro el Señor Jesús en cuando subió al cielo.

En la página 67 dice: “Otra vez el contexto muestra que el problema no


tiene que ver tanto con el lugar adonde entró Jesús sino con el hecho de
que él es nuestro Sumo Sacerdote en el Santuario Celestial.” Previamente
se había citado Hebreos 9:12.
Hebreos si señala adonde entra Jesús al subir al cielo. Dice que entra al
santuario o lugar santo del mismo. Si decimos que el texto no dice donde
entró Jesús, dejamos una puerta abierta para decir que pudo entrar al
lugar santísimo. Si Jesús hubiese entrado al lugar santísimo cuando
ascendió al cielo, entonces ¿a que entró de nuevo al lugar santísimo el 22
de Octubre de 1844? Si hubiese entrado al santísimo la expiación hubiese
comenzado antes de 1844 exactamente en el año 33 D.C.

El asunto principal es que si dejamos cabos sueltos, anularíamos la


profecía de las 2,300 tardes y mañanas de Daniel 9 y la purificación del
santuario de Daniel 8:14. Si a la Iglesia Adventista le quitamos estas dos
enseñanzas básicas, no se podría anunciar la hora del Juicio, porque no
sabríamos a ciencia cierta cuando inició dicho juicio. Al no haber hora
del juicio no tendríamos mensaje que dar y pasaríamos a ser una iglesia
más sin mensaje especial.
En la página 68 encontramos: “No hay duda de que el versículo 25
(Hebreos 9:25) trata del día de la expiación y tampoco hay dudas de que
ese día el Sumo Sacerdote entró en el “Lugar Santísimo” (ver Lev. 16:15).”

Tengo como muestra los textos de estas dos versiones de la Biblia en


castellano:
Spanish Reina Valera 1909 “Y no para ofrecerse muchas veces á sí mismo,
como entra el pontífice en el santuario cada año con sangre ajena;”

Sagradas Escrituras “Y no para ofrecerse muchas veces a sí mismo, (como


entra el sumo sacerdote en el santuario una vez cada año con la sangre
ajena.”

Estas dos versiones dice que Jesús entró al santuario y no al lugar


santísimo del santuario, que es distinto.

El autor de las lecciones de la Escuela Sabática argumenta que el texto


Hebreos 9:25 se refiere a que Jesús realmente entró al Lugar Santísimo en
su ascensión en al año 34 D.C. De ser esto así: ¿A que entró Jesús el 22 de
Octubre de 1844 al lugar santísimo del santuario celestial?”

En la página 70 leemos : “El problema en Hebreos no es en qué


departamento entró Jesús; en cambio, lo importante es que Jesús es
nuestro gran Sumo Sacerdote, y mediante él tenemos acceso directo al
Señor del universo.”

No podemos minimizar el asunto sobre el departamento del santuario al


cual entró Jesús antes de 1844, porque podríamos dejar puertas abiertas,
para decir que la expiación fue en la cruz y no en el lugar santísimo del
santuario celestial.

En la página 75 hablando sobre El día de la expiación en Hebreos dice:


“Aunque Hebreos no se explaya más sobre este tema, y no dice cuándo
estas “cosas celestiales” serían purificadas (por ejemplo, ya sea en la cruz
o comenzando 1844), lo que hace es afirmar la enseñanza adventista de
que hay un Santuario en el cielo que también necesita ser “purificado” o
“limpiado”. ¿De qué modo comprendes este versículo en el contexto de
nuestro mensaje acerca del santuario y 1844? ”

Volvemos de nuevo, Hebreos Si dice donde las cosas celestiales fueron


purificadas. No fue en la cruz como vimos anteriormente, sino
comenzando 1844, el santuario celestial está siendo finalmente
purificado, junto con todos los creyentes en Jesús.

En la página 84: “Con su expiación en la cruz Cristo obtuvo la


limpieza del pecado en general -que incluye finalmente la purificación del
pecado en el universo-, y también la limpieza de los pecados individuales.
Esta última purificación, también hecha posible mediante la cruz, aún
se lleva a cabo, y continuará hasta cuando sea posible salvar la última
persona.” Énfasis suplido. (7 CBA 412) Comentario Bíblico Adventista
tomo 7, Pág. 412.

 Autores: Milian L. Andreasen, Leo L. Caviness, Otto H. Christensen, Raymond F. Cottrell, LeRoy E. Froom, Richard Hammill, Leslie Hardinge,
Lewis H. Hartin, Edward Heppenstall, Earle Hilgert, Siegfried H. Horn, William T. Hyde, T. Housel Jemison, Alger Francis Johns, Roland E. Loasby, T. Kenneth
Ludgate, Frank L. Marsh, A. Graham Maxwell, Elmore J. McMurphy, Gerald H. Minchin, William G. C. Murdoch, Don F. Neufeld, Julia Neuffer, Norval F. Pease,
George McCready Price, Walter E. Read, Charles O. Smith, Walter F. Specht, Edwin R. Thiele, Merwin R. Thurber, Daniel Walther, Alonzo J. Wearner, Charles
E. Weniger, William G. Wirth, Lynn H. Wood y Frank H. Yost

¡Volvemos a lo mismo! ¡Con la expiación en la cruz! Si nuestro


Comentario Bíblico Adventista nos dice que la expiación es en la cruz y a
la vez repetido por las lecciones de la Escuela Sabática, ¿A dónde iremos
con este tipo de enseñanza? ¿Qué será de las nuevas generaciones de
adventistas? ¿Qué será de los jóvenes? Mediante algunos escritos
denominacionales se está anulando el mensaje de 1844 y la expiación final
que se está llevando a cabo en el lugar Santísimo del Santuario Celestial
por nuestro Señor Jesucristo, nuestro Sumo Sacerdote.

Vuelvo a repetir: Si decimos que la expiación ha sido en la cruz, N.S. Jesús


no tiene razón de haber entrado al lugar santísimo en 1844. Si no hay
1844, no hay hora del juicio. Si no hay hora del juicio, no hay mensaje de
los Tres Ángeles. Si no hay mensaje de los Tres Ángeles, no hay razón de
la existencia de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, y solo seríamos una
iglesia más.

Hermanos volvamos a las Sendas Antiguas, a los hitos que nos han hecho
la Iglesia que anuncia la hora del Juicio, del ministerio de Jesús como
nuestro Sumo Sacerdote, que limpia, perdona y que nos expía - nos pone
en buena relación con nuestro Padre Celestial- mediante la santificación
que imparte el Espíritu Santo.

El mensaje del Santuario no solo es saber que hay cortinas, muebles, que
N.S. Jesús ministra en el lugar santísimo. También es necesario entender
las implicaciones espirituales para nosotros.
Me gustaría solo mencionar algunas.

Cuando el penitente llevaba la víctima al santuario, la victima debía de ser


sin defecto, macho de un año. Al ser sacrificada el sacerdote limpiaba los
intestinos de la victima.
“Y cortarás el carnero por sus piezas, y lavarás sus intestinos, y sus
piernas, y las pondrás sobre sus piezas y sobre su cabeza.” (Éxodo 29:17
SSE)

Dice, “lavarás sus intestinos”, aún los intestinos tenían que ser lavados.
Cuando nosotros nos presentamos a Dios, como víctimas para el
sacrificio, ¿Cómo van nuestros intestinos? ¿Están limpios? ¿Hemos
guardado nuestro cuerpo limpio?

Dentro del Arca del Pacto, donde Dios se presentaba delante del Sumo
Sacerdote, ese mueble tiene en su interior: la ley de Dios, la vara de Aarón
que reverdeció y una porción del maná que caía en el desierto. (Éxodo
16:33-35) Luego el pueblo no quiso la comida que Dios les daba. Solo
maná ven nuestros ojos decían. (Números 11:6) ¿Ocurrirá lo mismo hoy
día? ¿Qué representa ese maná dentro del arca del pacto? Al igual que al
Israel antiguo, el día de hoy Dios le ha dado al Israel moderno, una
comida de ángeles. (Salmos 78:23-25)
La reforma pro-salud es una rama de la obra evangélica que preparará al
pueblo de Dios, para la venida de Cristo.

“El 10 de diciembre de 1871 me fue mostrado nuevamente que la


reforma pro salud es un ramo de la gran obra que ha de
preparar a un pueblo para la venida del Señor. Está tan
íntimamente relacionada con el mensaje del tercer ángel como la mano lo
está con el cuerpo. La ley de los Diez Mandamientos ha sido considerada
livianamente por los hombres, pero el Señor no quiso venir a castigar a los
transgresores de dicha ley sin mandarles primero un mensaje de
amonestación. El tercer ángel proclama ese mensaje. Si los hombres
hubieran sido siempre obedientes al Decálogo, y hubiesen llevado a cabo
en su vida los principios de esos preceptos, la maldición de tanta
enfermedad que ahora inunda al mundo no existiría.” Consejos sobre el
Régimen Alimenticio CSRA, Pág. 81.

¿Cómo pueblo, hemos adoptado esa comida de ángeles que el Señor nos
envía? Si no la adoptamos, ¿Cómo estarán nuestros intestinos para
presentarnos como sacrificio?
Y quemarás todo el carnero sobre el altar: es holocausto al SEÑOR, olor
grato, es ofrenda quemada al SEÑOR.
(Éxodo 29:18 SSE)

Si olvidamos nuestro mensaje distintivo, ¿no estamos desechando nuestro


mensaje? Si lo desechamos, ¿seremos para siempre la Iglesia de la niña
del ojo del Señor? ¿Si rechazamos el mensaje de Dios, no será quitado
nuestro candelero y lo tomará otra persona? “Por lo cual ten memoria de
dónde has caído, y arrepiéntete, y haz las primeras obras; si no, vendré
presto a ti, y quitaré tu candelero de su lugar, si no te enmendares.”
(Revelaciones 2:5 SSE)

(Romanos 11:13 -24 Sagradas Escrituras SSE)


Porque si el desechamiento de ellos es la reconciliación del mundo, ¿qué
será el recibimiento de ellos, sino vida de entre los muertos?
Y si el primer fruto es santo, también lo será el todo, y si la raíz es santa,
también lo serán las ramas.
Y si algunas de las ramas fueron quebradas, y tú, siendo oliva silvestre,
has sido injertado en lugar de ellas, y has sido hecho participante de la
raíz y de la grosura de la oliva; no te jactes contra las ramas; y si te jactas,
sabe que no sustentas tú a la raíz, sino la raíz a ti.
Dirás pues: Las ramas fueron quebradas para que yo fuese injertado.
Bien; por su incredulidad fueron quebradas, mas tú por la fe estás en pie.
No te ensoberbezcas, antes teme.
Que si Dios no perdonó a las ramas naturales, a ti tampoco te perdonará.
(Romanos 11:21 SSE)
Porque si tú eres cortado de la oliva que es silvestre por naturaleza, y
contra natura fuiste injertado en la buena oliva, ¿cuánto más éstos, que
son las ramas naturales, serán injertados en su oliva? (Rom 11:24 SSE)”

“La iglesia adventista del séptimo día debe ser pesada en la balanza del
santuario. Será juzgada conforme a las ventajas que haya recibido. Si su
experiencia espiritual no corresponde a los privilegios que el sacrificio de
Cristo le tiene asegurados; si las bendiciones conferidas no la capacitaron
para cumplir la obra que se le confió, se pronunciará contra ella la
sentencia: "Hallada falta." Será juzgada según la luz y las ocasiones que le
fueron deparadas.” Joyas de los Testimonios Tomo 3, Página 251.

No repitamos el caso del Israel antiguo. ¡Bendiciones! Compilado por


http://www.laicos.org Christian Gutiérrez
La cruz y el santuario: ¿realmente necesitamos las dos?
Dr. Wilson Paroschi

Introducción
En su libro Right With God Right Now [Justos para con Dios justo ahora], Desmond Ford argumenta que la
expiación fue completada en la cruz y que no existe necesidad de acciones subsecuentes en el Santuario
celestial para que la salvación sea totalmente experimentada por el creyente. Sobre la base de Romanos
3:21 al 26, enfatiza que Dios no podría haber perdonado el pecado hasta que su penalidad fuera pagada, y
por esta razón la cruz era necesaria para dar a Dios el derecho de perdonar. No es que Dios esté
controlado por una ley ajena a sí mismo, afirma Ford; no lo está. Dios es controlado por lo que él es; lo que
significa que su Ley no es otra cosa que la expresión externa de su propio carácter. La cruz, por lo tanto,
era necesaria, concluye Ford, y en ella contra el que se pecó pagó la pena, de tal manera que el pecado
puede ser perdonado y salvado.[1]
A pesar de las diversas dificultades que representa Romanos 3:21 al 26, la interpretación de Ford de este
pasaje no origina mayores problemas; pero ¿es posible concluir, de estos versículos, que la cruz es donde
la expiación fue completada y que es todo lo que Dios necesita? El ministerio de Jesús en el Santuario
celestial, tal y como lo postula la teología adventista, ¿está en contradicción con sus logros en el calvario?
¿Es que verdaderamente impide al creyente tener la plena seguridad de la salvación aquí y ahora?[2]

Consideraciones preliminares
Por la forma en que Romanos 3:21 al 26 resume el concepto de Pablo de la justificación por la fe, estos
versículos han sido descritos como el corazón y el centro de Romanos.[3] Este pasaje aparece justo
después de una larga sección en la que el apóstol deja indiscutiblemente en claro que toda la humanidad –
ya sea judíos o gentiles– es pecadora y, de esta manera, es responsable ante Dios (1:18-3:20). Pero,
entonces llegan las buenas noticias: la justificación salvadora de Dios se ha revelado dramáticamente en la
muerte expiatoria de Jesucristo, como la única respuesta posible al problema del hombre generado por el
pecado (vers. 21-26). Sin embargo, esta respuesta es eficaz solo para los que creen (vers. 22). La fe no es la
condición para la justificación, sino el instrumento por medio del cual el pecado recibe justificación.[4] Por
esta razón, toda jactancia humana queda excluida (vers. 27). La fe establece la incapacidad de la Ley, no su
nulidad (vers. 31); además de anular la confianza propia en cualquier clase de logro humano (vers. 28, 29).
Al hablar de la muerte de Jesús (“su sangre” es una clara referencia a ella: vers. 25), Pablo utiliza dos
metáforas con el fin de explicar sobre qué fundamento Dios justifica al pecador. La objeción implícita
parece obvia: ¿cómo puede un Dios justo justificar al injusto sin comprometer su misma justicia? La
respuesta proviene de la primera metáfora: la redención (apolytrõsis, vers. 24b), que fuera aplicada a los
esclavos que eran comprados en la plaza pública con el propósito de que puedan ser liberados. Cuando
sucedía esto, se decía que habían sido redimidos (ver Lev. 25:47-55). Se utiliza esta misma metáfora en el
Antiguo Testamento, aplicada al pueblo de Israel, que fue redimido tanto de la cautividad egipcia como
babilónica (Deut. 7:8; Isa. 43:1). De la misma manera, aquellos que eran esclavos del pecado y
completamente incapaces de libertarse a sí mismos han sido redimidos por Dios, o librados de su
cautividad, por medio de la sangre de Jesús, que fue derramada para pagar el precio del rescate (ver Mar.
10:45; 1 Ped. 1:18, 19; Apoc. 5:9).
La segunda metáfora es la propiciación, o expiación (hilastêrion: Rom. 3:25), tomada del contexto de la
adoración; más precisamente, el sacrificio. La propiciación, o expiación, apunta al carácter sustitutivo de la
muerte de Jesús, en el sentido de que él experimentó voluntariamente en la cruz toda la intensidad de la
ira de Dios en contra del pecado (1:18; 5:9; 1 Tes. 1:10),[5] efectuando así la reconciliación entre el
pecador y Dios. La muerte es la paga del pecado (Rom. 6:23; ver Eze. 18:20). Pero así como el sacrificio
animal, en el Antiguo Testamento, tomaba el lugar del pecador y moría en su lugar (Lev. 17:10, 11; ver
Gén. 22:13), la muerte de Jesús fue el sacrificio antitípico perfecto, que libera al creyente de la maldición
de la Ley (Gál. 3:10, 11, 13; ver 2 Cor. 5:14, 15; Heb. 2:9) y lo reconcilia con Dios. Había diversos sacrificios
en la vida religiosa de Israel, y todos ellos señalaban al gran sacrificio, realizado de una vez y para siempre,
de Jesucristo (Heb. 9:12, 26-28; 10:12), “el cordero de Dios que quita el pecado del mundo” (Juan 1:29; ver
Isa. 53:5, 6).

La justicia de Dios
Quizás el tema más controversial en nuestro pasaje es si la justicia de Dios, o “su justicia” en los versículos
25 y 26, tiene el mismo significado que en los versículos 21 y 22. La interpretación tradicional, que parece
armonizar mejor con el contexto, es que dikaiosynê autou en estos versículos se refiere a un atributo de
Dios, dando a entender que Dios es justo, mientras que en los versículos 25 y 26 debe ser tomado como
un don de Dios, la justicia que imputa a los que creen.[6] Si esto es así, los versículos 25 y 26 difieren de los
versículos 21 y 22 en el sentido de que Pablo ya no está hablando acerca de lo que Dios ha hecho para
justificar al pecador, sino de lo que ha hecho para justificarse o vindicarse él mismo. En otras palabras, lo
que Pablo está haciendo aquí es presentar un argumento racional para la necesidad de la muerte de Jesús.
Esto describe por qué usa el término forense endeixis (prueba/ demostración) dos veces en este contexto
(vers. 25, 26), mientras que en el versículo 21 utiliza la forma pasiva del verbo phaneroõ(revelar/hacer
conocer). Estos dos términos no son equivalentes. Mientras que phaneroõ enfatiza lo que es revelado, es
decir, el sujeto del verbo en sí mismo –de ahí la voz pasiva, exactamente como en apokalyptõ de 1:17–
, endeixis siempre señala hacia algo más (ver 2 Cor. 8:24), tratando de establecer su validez, o
persuadiendo para que su verdad sea aceptada.[7]
Por lo tanto, la idea enfatiza que Dios estableció a Cristo como hilastêrion “en este tiempo” (vers. 26a) –el
tiempo de la muerte histórica de Jesús–, a fin de probar su justicia porque, en su “paciencia” (anochê), él
“pasó por alto” (paresis) los pecados que previamente habían sido cometidos (vers. 25).[8] Para Pablo, al
hacer esto, Dios creó para sí mismo un problema legal, dado que un Dios justo no puede simplemente
“limpiar la culpa” (Éxo. 34:7; ver Deut. 25:1). Hiciera lo que hiciese, podría ser acusado de connivencia con
el pecado; lo que significaría la negación de su naturaleza.[9]
Pero ¿de qué manera exactamente Dios pasó por alto los pecados? De acuerdo con la interpretación
tradicional, que se remonta a Anselmo de Canterbury en el siglo XI, Dios pasó por alto los pecados al no
castigarlos.[10] Pero parece haber un problema aquí, porque ¿de qué manera la cruz prueba la justicia de
Dios en relación con los pecados antes cometidos y no castigados? A menos que Pablo se esté refiriendo a
los que han sido justificados, el argumento no tiene sentido. Debemos recordar que: 1) los pecados no son
castigados hoy más que ayer; 2) todos los pecadores del Antiguo Testamento tarde o temprano dejaban de
existir, por lo que, en un sentido, se podría decir que ya habían sido castigados; y 3) en tiempos del
Antiguo Testamento, Dios no siempre dejaba sin castigo los pecados, tal y como Pablo mismo lo dice (Rom.
1:24-32; ver 5:12-14; 6:23; 7:13; 1 Cor. 10:5, 8, 10).
Por lo tanto, el apóstol parece tener en mente a los pecadores arrepentidos que han sido justificados por
Dios antes de la cruz. Una evidencia de esto, además de endeixis, es la conexión entre la justicia de Dios y
su derecho a justificar en el versículo 26. La idea, entonces, no es simplemente que Dios se refrenó de
castigar los pecados cuando debería haberlo hecho, sino que “pasó por alto” estos pecados al justificar, sin
respaldo legal, por así decirlo (ver Heb. 10:4), a quienes los cometieron.[11] Este fue el caso, por ejemplo,
de Abraham y David (ver Rom. 4:1-8). Al perdonar los pecados en un tiempo en que la sangre propiciatoria
todavía no había sido derramada (ver Heb. 9:15), Dios puso su propio carácter en juego, generando serias
dudas acerca de su supuesta justicia (Sal. 9:8; Isa. 5:16).
Así, si la intención de Dios al presentar a Jesucristo como hilastêrion fue demostrar su justicia, de modo
que en el “tiempo presente” él pudiera ser tanto el justo como el que justifica a los que creen en Jesús
(Rom. 3:26b), la consecuencia es que en el pasado él fue solo una de las dos cosas: solo el que justifica,
sugiriendo que no era justo cuando actuó de esta manera. La noción de que Dios no actuó justamente, o
con justicia, parece blasfema, pero este es el significado de las palabras de Pablo en este pasaje. Él emplea
un lenguaje forense para describir las implicancias de la manera en que Dios trató con los pecados del
pasado. Por extensión, en el presente también, porque no existe duda de que el pecado es un problema
del ser humano pero, una vez perdonado, se convierte en un problema de Dios. Dios es quien tiene que
dar explicaciones por ello, dado que quizá no haya nada más contradictorio que su acto de justificar al
impío (4:5). Pero, la Biblia deja en claro que Dios también es amor, y la tensión entre amor y justicia ha
sido resuelta en la cruz (5:6-11).

La cruz y el santuario
Una cosa es clara en Romanos 3:21 al 26: la cruz otorga a Dios el derecho de perdonar y de justificar. La
cruz es todo lo que Dios necesita para implementar la salvación. En la cruz, todos los sacrificios del Antiguo
Testamento encontraron su cumplimiento, incluyendo el que era ofrecido en el Día de la Expiación. ¿Por
qué, entonces, necesitamos de una doctrina del Santuario celestial, tal y como lo afirma la Iglesia
Adventista?
La palabra griega hilastêrion también es utilizada en el Nuevo Testamento para denotar la tapa de oro que
era colocada sobre el arca del testimonio en el Lugar Santísimo del Santuario israelita (Heb. 9:5; comparar
con Éxo. 25:17-22, LXX). El arca era el símbolo supremo de la presencia de Dios entre su pueblo.
Generalmente llamada “propiciatorio”, esa tapa, que era protegida por las alas de dos querubines, era de
hecho el lugar en que se realizaba la segunda de las dos fases del ritual de la propiciación, o
expiación.[12] En la primera fase, los pecados eran perdonados y luego transferidos al Santuario (Lev. 4:3-
7, 13-18, 22-25, 27-30). En la segunda fase, que sucedía una vez al año, en el Día de la Expiación, el
Santuario era purificado de esos pecados (16:15-19). De hecho, el Día de la Expiación no estaba
relacionado con el perdón: el término no aparece en Levítico 16 ni en 23:27 al 32. El Día de la Expiación era
el evento en que el Santuario (y las personas) eran purificados y los pecados, final y definitivamente
borrados (ver 16:29-34; 23:27-32).
Por esta razón, el perdón y la eliminación de los pecados no son lo mismo. El perdón, que era real y
efectivo, se adquiría por medio de los sacrificios regulares (Lev. 17:10, 11), cuando los pecados eran
transferidos al Santuario; es decir, a Dios mismo. “Dios asume la culpa del pecado para poder declararlo
justo. Si Dios perdona al pecador, él carga con la culpa”.[13] Después, los pecados debían ser eliminados,
cosa que se realizaba en el Día de la Expiación. Por lo tanto, dos cosas necesitan ser vindicadas: el derecho
de Dios de perdonar y la pertinencia de que el pecador sea perdonado, lo que es, nada más y nada menos,
su aceptación fiel del perdón divino. En otras palabras, el perdón tiene dos aspectos: el de quien provee el
perdón y el de quien recibe el perdón. En lo que atañe a la salvación, los dos aspectos deben ser
justificados: el de Dios, o de otra manera sería acusado de arbitrariedad; y el aspecto humano, o por lo
contrario caeríamos en el universalismo, que es la idea de que toda la humanidad finalmente será salva. Si
la salvación es por fe, necesita ser aceptada. Así, tal y como el sacrificio justifica la prerrogativa de Dios de
perdonar (Rom. 3:25, 26), se necesita de alguna clase de examinación para poder demostrar que el perdón
ha sido verdadera y fielmente aceptado. Solo cuando ambos aspectos del perdón son total y claramente
vindicados, Dios puede ser finalmente librado de la “culpa” (la responsabilidad legal).
Por esto es que necesitamos tanto de la cruz como del Santuario, el sacrificio y el verdadero Día de la
Expiación. En ese día (el día más importante del calendario religioso israelita, dado que señalaba la
purificación final tanto del pueblo como del Santuario), se requería que todo el pueblo cesara de trabajar y
humillara su alma en completa sumisión a Dios (Lev. 23:27). Aquellos que no siguieran estas instrucciones,
lo que implicaba alguna forma de escrutinio, debían ser cortados y destruidos, aun cuando hubiesen sido
perdonados anteriormente (vers. 29, 30). En la cruz, Dios mismo llevó sobre sí el castigo del pecador (1
Cor. 15:3; 2 Cor. 5:14, 15; 1 Ped. 2:24; 3:18). Pagó el precio, y derramó su sangre propiciatoria para nuestra
salvación. Esta es la razón por la cual Jesús tuvo que morir, si hemos de ser salvos. Y en el Santuario se
verificaba el compromiso humano para con Dios, a fin de demostrar que él tenía el derecho de perdonar a
esta o a aquella persona. De ninguna manera la cruz puede probar que Dios es justo cuando justifica a una
persona pecadora; el aspecto humano del perdón. La cruz habilita a Dios a perdonar. Como sacrificio de la
expiación, la cruz fue perfecta y completa; pero esto solo no puede vindicar nuestro compromiso con
Jesucristo como nuestro Salvador. Se necesita de algo más: proveer expiación en su etapa final. Y allí es
cuando entra en escena el Santuario.
El Santuario, entonces, no está relacionado con las obras, tanto como el perdón no está relacionado con
las obras. Pablo mismo lo deja absolutamente en claro en Romanos 8:31 al 39. Al ser acusados de
inelegibilidad para la salvación por causa de sus pecados, quienes han puesto su confianza en Jesús
pueden descansar en la seguridad de que él está intercediendo por ellos ante Dios. No tienen nada que
temer, dado que nada podrá separarlos “del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro” (vers. 39;
ver 1 Juan 1:9). La salvación no es para siempre pero, aparte de nosotros mismos, no existe nada en el
mundo entero que pueda separarnos de la salvación de Dios (ver Juan 6:37). “Acerquémonos con corazón
sincero, en plena certidumbre de fe [...]. Mantengamos firme, sin fluctuar, la profesión de nuestra
esperanza, porque fiel es el que prometió” (Heb. 10:22, 23). Este es el mensaje del Santuario.

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Referencias:
[1]Desmond Ford, Right with God Right Now: How God Saves People as Shown in the Bible’s Book of
Romans (Newcastle: Desmond Ford, 1999), pp. 3-55 (especialmente pp. 44, 47, 54, 55). En un punto de su
discusión, Ford también está reaccionando a la teoría de la influencia moral, de acuerdo con la cual la cruz
no fue realmente necesaria, y que la muerte de Jesús no fue sino un gesto de parte de Dios para mostrar
que nos ama, lo que significaría que él podría haber perdonado el pecado sin la cruz (pp. 44-48). El mayor
argumento de Ford, sin embargo, es que “el antiguo Día de la Expiación no hace referencia al siglo XIX.
Señala a la cruz de Cristo: allí es donde se realizó la expiación total y final. El calvario fue el único lugar de
expiación completa. Miramos solo al Calvario, no a un evento o una fecha inventada por el hombre” (p.
55). Acerca de la teoría de la influencia moral, ver John R. W. Stott, The Cross of Christ (Downers Grove, IL:
InterVarsity, 1986), 217-226.
[2]Este ensayo sigue la interpretación tradicional de la Reforma en cuanto a la doctrina de Pablo de la
justificación, particularmente con respecto a temas como “las obras de la ley” (Rom. 3:20; cf.Gál. 2:16; 3:2,
5, 10) –que se refiere al concepto de que puede ganarse el favor de Dios por medio de buenas obras y la
obediencia a todas las prescripciones de la ley– y pistis Christou (Rom. 3:22, 26; ver Gál. 2:16, 20; 3:22; Fil.
3:9), que es entendido como la “fe en Cristo”, más que “la fe [plenitud] de Cristo”, tal y como es
argumentado por la así llamada nueva perspectiva sobre Pablo. Para una discusión introductoria a la nueva
perspectiva sobre Pablo, ver Thomas R. Schreiner, New Testament Theology: Magnifying God in
Christ (Grand Rapids, MI: Baker, 2008), pp. 528-534.
[3]C. E. B. Cranfield, A Critical and Exegetical Commentary on the Epistle to the Romans, (International
Critical Commentary; Edinburgh: T&T Clark, 1975), t. 1, p. 199.
[4]“La fe es el ojo que lo contempla [a Cristo], la mano que recibe su don gratuito, la boca que bebe el agua
de vida” (John Stott, Romans: God’s Good News for the World [Downers Grove, IL: InterVarsity, 1994], p.
117).
[5]Acerca de la ira de Dios, ver Mark D. Baker y Joel B. Green, Recovering the Scandal of the Cross:
Atonement in New Testament and Contemporary Contexts, segunda edición (Downers Grove, IL:
InterVarsity, 2011), pp. 45-49, 70-83.
[6]En apoyo de esta posición, ver D. A. Carson, “Atonement in Romans 3:21-26: ‘God Presented Him as a
Propitiation’ ”, en The Glory of the Atonement: Biblical, Theological and Practical Perspectives, Charles E.
Hill y Frank A. James III, eds. (Downers Grove, IL: InterVarsity, 2004), pp. 124 , 125, 138.
[7]BDAG, 332.
[8]Se ha hecho el intento de traducir paresis como “perdón”. Sin embargo, muchos eruditos están
convencidos de que no existe suficiente apoyo léxico para esta traducción. Ver, por ejemplo, Sam K.
Williams, Jesus’ Death as Saving Event: The Background and Origin of a Concept, Harvard Dissertations in
Religion (Missoula, MT: Scholars Press, 1975), t. 2, pp. 23-25.
[9]Tal como lo señala William Barclay, “lo natural sería decir: ‘Dios es justo y, por lo tanto, condena al
pecador como criminal” (The Letter to the Romans, segunda edición [Louisville, KY: Westminster John Knox
Press, 1975], p. 69).
[10]Ver también Leon Morris, The Epistle to the Romans (Grand Rapids, MI: Eerdmans, 1988), p. 183.
[11]“Dios ‘pospone’ la pena completa que el pecado se merece en el Antiguo Pacto, permitiendo que el
pecador permanezca ante él sin que haya provisto una adecuada ‘satisfacción’ de la demanda de su santa
justicia” (Douglas Moo, The Epistle to the Romans, NICNT [Grand Rapids, MI: Eerdmans, 1995], p. 240).
[12]Por esta causa, en muchos idiomas modernos, hilastêrion en Hebreos 9:5, al igual que su equivalente
hebreo en Éxodo 25:17 al 21 y otros pasajes del Antiguo Testamento (kappõret), es traducido como
“propiciatorio”, como ya lo había hecho Jerónimo en la Vulgata Latina. “Mercy seat” (el “trono de la
misericordia” en inglés) fue introducido por William Tyndale, bajo la influencia del alemán Gnadensthul de
la Biblia de Lutero.
[13]Martin Pröbstle, Where God and I Meet: The Sanctuary (Hagerstown, MD: Review and Herald, 2013) ,
pp. 55.

Desmond Ford
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Séptimo dia portal adventista


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Desmond " Des " Ford (nacido en Townsville , Queensland , Australia , 2 de febrero de 1929)
es un cristiano evangélico y un teólogo australiano .
Dentro de la Iglesia Adventista del Séptimo Día era una figura
controvertida. Fue destituido del ministerio en la iglesia adventista en 1980, después de su
[1]

crítica de la enseñanza de juicio investigativo de la iglesia . Desde entonces, ha trabajado a


través del ministerio evangélico no denominacional Good News Unlimited. Ford no está de
acuerdo con algunos aspectos de las creencias adventistas tradicionales de los últimos
tiempos . Sin embargo, aún defiende una visión conservadora de las Escrituras,
el sábado del séptimo día y un estilo de vida vegetariano. Él ve los escritos de Ellen G.
White como útiles devocionalmente, pero no a nivel de canon .
Ford comparte el tiempo de sermón en la congregación Good News Unlimited, que se reúne
los sábados en el suburbio de Brisbane en Milton , y en seminarios periódicos en la costa
[2]

este de Australia.

Contenido

 1biografia
o 1.1Vida temprana y conversión
o 1.2seminario
o 1.3ministerio temprano
o 1.4Regreso a Avondale
o 1.5Tensión sobre teología.
o 1.6pecado original
o 1.7Robert Brinsmead & Debate
o 1.8Mudarse a Estados Unidos
o 1.9Crecientes tensiones con el liderazgo de la iglesia.
o 1.10Expulsión de la enseñanza y el ministerio.

 2Reacción al despido.

 3vida personal

 4Publicaciones

 5referencias

 6enlaces externos

Biografia [ editar ]
Primeros años de vida y la conversión [ editar ]
Desmond Ford nació en Townsville, Queensland, Australia, el 2 de febrero de 1929, de Wilfred
Ford y Lillian Simpson. Tenía un hermano, Val, que era tres años y medio mayor. El linaje
Ford estaba formado por granjeros y ganaderos de ascendencia inglesa y australiana. El linaje
Simpson derivado de Inglaterra, Irlanda y China . Los padres de Desmond
eran cristianos anglicanos nominales , con su padre casi un ateo en la práctica, y su madre
presentando "una fachada religiosa". Wilfred alentó a su hijo a leer, comenzando una obsesión
de por vida por el niño "inusualmente dotado". [3]
Cuando Lillian estaba embarazada de Desmond, un vendedor de libros adventista compartió
ideas sobre nutrición con la familia, lo que desató una cadena de eventos que afectaron la
vida de Desmond. En una reunión del campamento adventista en 1939, se le entregó
una Biblia a Desmond , que completaría 3 años más tarde, aproximadamente cuando terminó
la escuela primaria. Sin embargo sus padres se divorciaron cuando él tenía nueve
años; Wilfred se mudó a Canberra , y Lillian y los niños se mudaron a Sydney , Nueva Gales
del Sur (NSW). Pasó su Certificado Intermedio en 1943. Sin embargo, debido a la pobreza de
la familia y la participación de Australia en la Segunda Guerra Mundial, Desmond tuvo que
abandonar la escuela. Se convirtió oficialmente en empleado de Associated Newspapers a la
edad de 15 años, aunque había comenzado a trabajar allí meses antes, y fue ascendido
de copista a un puesto editorial, debido a su trabajo publicado. Mientras tanto, Desmond tomó
clases nocturnas para la escuela secundaria. Desde el principio, Desmond estaba siendo
influenciado por los encuentros con los adventistas y otros cristianos, y constantemente
recopilaba libros sobre teología cristiana y la controversia de la creación y la evolución . [4] [5]

Ford se vio desafiado por los estrictos estándares de estilo de vida presentados
en los Mensajes de Ellen G. White a los jóvenes , y abandonó el cine y la lectura de
ficción. Leer novelas había sido su principal pasatiempo de la infancia, y fue reemplazado por
la teología de la lectura. El libro de White The Great Controversy fue una influencia clave en
[6]

su conversión. En el invierno de 1946, respondió públicamente a un llamado para


comprometerse al servicio de Dios. Ford estaba impresionado por el carácter cristiano de
muchos de los adventistas que lo habían criado. En septiembre fue bautizado oficialmente.en
la iglesia Esto fue a pesar de la fuerte oposición de su hermano; y su madre también
originalmente se resistió a su conversión, desencantándose con la Iglesia Adventista. Ford
renunció a su trabajo y regresó brevemente a Townsville con su familia. Luego se fue en 1947
al Colegio Misionero de Australasia (apodado "Avondale", y más tarde conocido como Colegio
Avondale ) en la región del Lago Macquarie de NSW, para entrenarse para el ministerio. [7]

Seminario [ editar ]
Ford encontró a Avondale un momento emocionante para el crecimiento mental y
espiritual. Participó activamente en las discusiones de clase y ocasionalmente enseñó clases
para completar para los profesores. Fue especialmente inspirado por el Dr. William Murdoch, y
llevó a cabo una investigación para él. Ford dio charlas en iglesias cercanas y publicó
alrededor de una docena de artículos para revistas de la iglesia durante este tiempo. También
dirigió a los estudiantes en el estudio de la Biblia. Luchó financieramente, y trabajó en la
granja de Avondale y en otros lugares, y también vendiendo libros adventistas. [8]

Se graduó del Curso Ministerial en Avondale en 1950, con altas calificaciones. [9]

Ministerio temprano [ editar ]


Ford vivía en una caravana ( tráiler ) con su madre, quien insistió en acompañarlo, mientras
que recababa (vendía libros cristianos). Ford fue enviado para ayudar a construir una nueva
iglesia en la ciudad costera de Coffs Harbour , NSW. En 1951, aún en su primer año de
servicio como pastor, fue enviado a Newcastle , NSW, entonces una ciudad industrial, para
ayudar al evangelista George Burnside . Mientras que Burnside era un presentador dinámico,
el biógrafo de Ford, Milton Hook, lo describe como un fundamentalista (ver: adventismo
histórico ), y hace una analogía con un vaquero robusto, tonto, como John
Wayne.personaje. Ford lo interrogó sobre algunas interpretaciones de los últimos tiempos, lo
que resultó en un conflicto entre la pareja, un signo de más cosas por venir. Más tarde
[10] [11]

vendió libros en Lake Macquarie y en las cercanas regiones de Upper Hunter , que encontró
un trabajo desafiante.[12]

Trabajó como pastor en varias iglesias y como evangelista durante aproximadamente 7 años
en NSW, en ciudades rurales de Australia .[5] [13]
En 1952 Ford pastoreaba el área de Coffs Harbour, bajo un supervisor. Su madre regresó a
Queensland. En diciembre se casó con Gwen Booth, con quien había compartido una amistad
y un romance en ciernes desde su reunión en Avondale, donde estudió enseñanza. Gwen se
había criado en circunstancias humildes en Yass , y era una persona tranquila que se
preocupaba por los demás y tenía una fe profunda en Jesús. Al año siguiente se mudaron a
[14]

la ciudad rural de Quirindi , donde Ford pastoreaba la iglesia. Desde 1954 hasta mediados de
1955, Ford pastoreó en el área de Gunnedah , luego se mudó al norte a Inverell . Hay un [15]

debate público con Burgin, una Iglesia de Cristo.El ministro y un "formidable opositor" de los
adventistas, trajeron respeto a Ford. El tema fue el sábado, con el título específico "¿El
séptimo día o el primer día son vinculantes para los cristianos?" Podría decirse que Ford ganó
el debate. Más tarde bautizó a algunos miembros de la iglesia de Burgin. Fue ordenado. La [16]

pareja se mantuvo hasta fines de 1957, viviendo con escasos ingresos durante todo este
período. [ cita requerida ]

Volver a Avondale [ editar ]


La División del Pacífico Sur lo llamó de regreso a Avondale para completar su curso
de ministerio . Completó una licenciatura en 1958, y luego completó
[11] [13] [17]

una maestría en teología sistemática en el Seminario SDA de Washington en 1959. Ford [5]

posteriormente recibió un doctorado en el análisis retórico de las cartas de Paul de Michigan


State University en 1961. En el mismo año regresó a Australia y se convirtió en jefe del
[18]

Departamento de Religión en Avondale College., donde permanecería hasta 1977. En [19]

Avondale, Ford enseñó muchas clases, incluyendo hablar en


público , homilética y evangelismo . Fue miembro del Comité de Investigación Bíblica en
Australia y los Estados Unidos. [5]

Completó su segundo doctorado en 1972 en la Universidad de Manchester , mientras estaba


de licencia en Avondale. Su supervisor fue el renombrado teólogo protestante FF Bruce . Su
[17]

campo fueron los estudios del Nuevo Testamento , específicamente la escatología ( finales de
los tiempos ). Ford tituló su tesis, La abominación desoladora en la escatología
[5] [19]

bíblica . Su experiencia principal ha sido la literatura apocalíptica bíblica ,


[20]

como Daniel y Revelación , y la escatología. [5]

La tensión por la teología [ editar ]


Ver también: Adventismo histórico y Adventismo progresivo.

Ford fue el principal opositor del perfeccionismo dentro de la iglesia ASD, especialmente su
forma como lo enseñó el también australiano Robert Brinsmead , un antiguo compañero de
clase de Ford en Avondale. [21]

Ford cree que la victoria sobre la culpa del pecado (justificación) se proporcionó en la cruz, la
victoria sobre el poder del pecado (santificación) es la obra de toda una vida y la victoria sobre
la presencia del pecado (glorificación) ocurre al regreso de Cristo Jesús. . Ford no está de
acuerdo con la creencia de la perfección sin pecado, y no sostiene la creencia de que los
santos están sellados en el tiempo final, pero sostiene que la eliminación final del pecado se
produce cuando la mortalidad cambia a la inmortalidad al regreso de Jesucristo. Ford sostiene
que la victoria sobre la presencia del pecado no ocurre durante esta vida, por lo que el pecado
continúa entre los santos hasta el regreso de Jesucristo. [22]

Ford sostiene que la justificación precede a la santificación, porque la victoria sobre la culpa
del pecado precede a la victoria sobre el poder del pecado. Ford enseña que si bien la
justificación es distinta de la santificación, los dos conceptos siempre se encuentran juntos, de
la misma manera que dos líneas ferroviarias son distintas pero nunca separadas. La creencia
adventista pone un énfasis igual en la santificación en comparación con la justificación,
mientras que todavía creen que ambos son necesarios para la salvación.
Ford no está de acuerdo con la creencia del "perfeccionismo escatológico", que es la
enseñanza de que una generación final de creyentes debe alcanzar un estado de completa
ausencia de pecado (o semejanza a Cristo) en el período final justo antes de la segunda
venida de Jesús, cuando los santos están sellados. (ver teología de última generación ). Los
principales adventistas consideran la vida y el carácter de Cristo como un ejemplo perfecto,
que todos deben imitar.
Ford entró en el debate dentro del adventismo acerca de la naturaleza de Jesucristo,
específicamente si Jesucristo tomó una naturaleza humana caída o no caída en
la Encarnación . Esto fue precipitado por la publicación de Questions on Doctrine en 1957, que
algunos adventistas consideraron que no estaba de acuerdo con lo que sostenía la iglesia. [23] [24]

El debate gira en torno a la interpretación de varios textos bíblicos:


"Porque Dios ha hecho lo que la ley, debilitada por la carne, no pudo hacer. Al enviar a
su propio Hijo a semejanza de carne pecaminosa y por el pecado, condenó el pecado
en la carne". Romanos 8: 3 (ESV)
"Porque no tenemos un Sumo Sacerdote que no pueda ser tocado con los
sentimientos de nuestras enfermedades, pero en todos los puntos fue tentado como
nosotros, pero sin pecado". Hebreos 4:15
"... concerniente a su Hijo (Jesús), que descendió de David según la carne ..."
Romanos 1: 3 (ESV)
"Por lo tanto, en todas las cosas, Él tuvo que ser hecho como Sus hermanos, para
poder ser un Sumo Sacerdote misericordioso y fiel en las cosas que pertenecen a
Dios, para hacer la propiciación por los pecados de la gente". Hebreos 2:17 NKJV
y declaraciones hechas por Ellen White:
"A pesar de que los pecados de un mundo culpable fueron puestos sobre Cristo, a
pesar de la humillación de tomar sobre nosotros nuestra naturaleza caída, la voz del
cielo declaró que él era el Hijo del Eterno". El deseo de las edades , p. 112.
"Él asumió la naturaleza humana, con sus enfermedades, sus responsabilidades, sus
tentaciones". Lanzamientos de manuscritos , vol. 17, p. 337.
"Pero Jesucristo fue el único Hijo engendrado de Dios. Tomó sobre sí mismo la
naturaleza humana, y fue tentado en todos los puntos a medida que la naturaleza
humana es tentado. Pudo haber pecado, pudo haber caído, pero ni por un momento
estuvo allí en Él. Una malvada propensión ". Carta 8, 1895 en Manuscript Releases ,
vol. 13, p. 18.
"Cristo no poseía la misma deslealtad pecaminosa, corrupta y caída que poseemos,
porque entonces no podría ser una ofrenda perfecta". Review & Herald , 25 de abril de
1893
Según el historiador adventista George Knight, la mayoría de
los primeros adventistas (hasta 1950) creían que Jesucristo
nació con una naturaleza humana que no solo era
físicamente frágil y estaba sujeta a la tentación, sino que
también tenía la predisposición y la inclinación al
pecado. Desde 1950, el ala " histórica " de la iglesia
[25]

continúa manteniendo esta visión caída de la naturaleza


humana de Cristo. Los principales adventistas se aferran a la
creencia enseñada por Ellen White que Él vino con los
[26] de

efectos del pecado de Adán en lo profundo de su naturaleza,


que Cristo asumió la naturaleza caída, pero no la
pecaminosidad del hombre.
En contraste con el punto de vista "histórico", Ford cree que
Ellen White tenía claro que Cristo tomó nuestras
enfermedades y con las debilidades del hombre caído, la
naturaleza pecaminosa en el sentido de que tenía una
capacidad disminuida con respecto a la naturaleza física
caída que heredó de Adán, incluidas las debilidades físicas,
las debilidades y la degeneración y el deterioro mental y
moral. Si bien Cristo fue tentado como lo son todos los
[27] [28]

demás seres humanos, Ford señala que la capacidad


disminuida de su naturaleza humana no incluía ceder a la
tentación o tener deseos malignos, propensión o
predisposición hacia el pecado en su naturaleza espiritual. ,
una posición con la que Ellen White enseñó y los principales
adventistas están de acuerdo. [29] [30]

Pecado original [ editar ]


De acuerdo con el anglicano Geoffrey Paxton , durante la
década de 1960, académicos como Ford y Edward
Heppenstall comenzaron a intentar resaltar un cambio en el
concepto de pecado original dentro de la iglesia ASD, lejos
de su creencia fundamental de que los adventistas del
séptimo día no creen en el pecado original . [31]

Los adventistas del séptimo día han predicado históricamente


una doctrina de la debilidad heredada, pero no una doctrina
de la culpa heredada. Ellen White y otros como George
[32]

Storrs y Uriah Smith estaban dispuestos a restar importancia


a la naturaleza corrupta heredada de Adán, en lugar de
enfatizar la importancia de los pecados personales reales
cometidos por el individuo. Los adventistas tradicionalmente
entienden los pecados de comisión como la transgresión de
la ley de Dios, ya sea voluntariamente o por ignorancia. Ellos
basan su creencia en textos tales como "Todo aquel que
comete pecado, también transgrede la ley: porque el pecado
es la transgresión de la ley". (1 Juan 3: 4) adventistas[33] Los

progresivos se suman a esto con alguna forma de pecado


original. [34] [35]

Robert Brinsmead & Debate [ editar ]


Ford, al alejar a Brinsmead de su creencia en la perfección
sin pecado, instó a Brinsmead a estudiar a los
reformadores. Como resultado, Brinsmead finalmente
rechazó el perfeccionismo. Alrededor de 1970, hubo una
[17]

gran controversia entre los adventistas australianos sobre si


la "justicia por la fe" incluía tanto la justificación como
la santificación . Esto fue provocado por Brinsmead, y Ford
[17]

quedó atrapado en él. Las tensiones sobre Ford y la


[17]

enseñanza de teología en Avondale en general, llevaron a


una reunión de líderes de la iglesia australiana del 3 al 4 de
febrero de 1976 para escuchar las acusaciones de un grupo
de " Hermanos Preocupados ". La comprensión de Ford de la
justicia por la fe fue el tema principal, mientras que el [36]

informe menciona "el Santuario , la Era de la Tierra y la


Inspiración". En abril, un grupo de líderes y teólogos de la
[37]

iglesia, incluido Ford, se reunieron en Palmdale , California ,


para hablar sobre el significado de la justicia por la fe. Ford [38]

fue el "centro de atención". El documento resultante se tituló


"Declaración de Palmdale". [39] [40]

Mover a Estados Unidos [ editar ]


En respuesta a las críticas a su teología, en 1977 la iglesia lo
trasladó a los Estados Unidos , donde enseñó Religión
en Pacific Union College durante tres años. Las clases [5] [19] [41]

que enseñó incluían la vida y las enseñanzas de Cristo , las


epístolas paulinas, la apologética cristiana , Daniel y
Apocalipsis, los profetas mayores y menores del Antiguo
Testamento , la introducción a la teología y la teología
bíblica .
[5]

El aumento de las tensiones con el liderazgo de


la iglesia [ editar ]
En octubre de 1979, Ford fue invitado a participar en una
reunión de un capítulo de la Asociación de Foros Adventistas
(ahora Foros Adventistas ) que se llevó a cabo en el Colegio,
sobre el tema de Hebreos 9 y sus implicaciones para
la enseñanza de juicios de investigación adventistas . La [5]

charla se tituló, "¿ El Juicio Investigativo: Hito Teológico o


Necesidad Histórica? " La charla criticó aspectos del
entendimiento tradicional y Ford, en cambio, sugirió
un entendimiento "apotelesmático" , argumentando que Ellen
White tenía tal entendimiento. Ya una figura controvertida, la
[42]

charla de Ford parecía ser un ataque a las creencias


fundamentales de la iglesia. Ford fue convocado a la sede de
la Conferencia General en Washington, DC Le dieron seis [5]

meses para que escribiera sus puntos de vista. A fines de


1979, dejó de dar conferencias y se mudó a Takoma
Park , Maryland para investigar y producir el manuscrito de
[19]

991 páginas, Daniel 8:14, el Día de la Expiación y el Juicio


Investigador . Mientras que Ford estaba de acuerdo con la
[43] [44]

posición de la Iglesia Adventista y la mayoría de la


cristiandad en la expiación, que declara que "el sacrificio de
Cristo en nombre del hombre fue total y completo" y "En la [45]

cruz se pagó la pena por el pecado humano" y con otros [46]

adventistas que ven la obra de Cristo en el santuario celestial


como la aplicación de los beneficios de Su trabajo ya
completado en la cruz, Ford desafió directamente los puntos
de vista adventistas tradicionales sobre cómo interpretar la
profecía y cómo ver el cumplimiento del Día de la
Expiación por Cristo de una manera que parecía socavar
completamente la razón histórica de la denominación para la
existencia . Sin embargo, Ford insistió al comienzo de su
manuscrito: "El escritor actual tiene la intención de defender
la iglesia". [47]
Expulsión de la enseñanza y el
ministerio [ editar ]
Artículo principal: Glaciar Ver la controversia.

En agosto de 1980, un grupo de teólogos y administradores


adventistas se reunieron en Glacier View
Ranch en Colorado para examinar las opiniones de
Ford. Según la revista TIME , él "argumentó que
la explicación del " santuario "de White de 1844 ya no era
válida y que el" juicio investigativo "socavaba la creencia en
la salvación por la gracia de Dios, aparte de las buenas
obras". La culminación de este evento fue que Ford perdió
[48]

su empleo con la denominación como ministro y profesor de


[48]

teología. Después de ser abogado de la Conferencia


[19]

General, la División de Australasia retiró las "credenciales


ministeriales de Ford".
El mentor de Ford, Edward Heppenstall , lo vio moverse en
algunas áreas teológicas con las que su mentor no podía
estar de acuerdo. Heppenstall se sintió decepcionado cuando
no logró disuadir a Ford de su posición en Glacier View, y
posteriormente le escribió que estaba "sorprendido por lo
lejos que" había "girado a la izquierda Bíblicamente y
doctrinalmente". [50]

Para conmemorar el 30 aniversario de Glacier View, el


Sydney Adventist Forum celebró un juicio en la corte para
evaluar la exactitud de la afirmación de Ford de que el
Documento de consenso ha estado en gran parte de acuerdo
con él. Concluyeron: "Se encontró que Ford era
sustancialmente correcto al afirmar que el Documento de
Consenso del Comité de Revisión del Santuario (SRC, por
sus siglas en inglés) de 114 miembros estaba de acuerdo
con sus doce proposiciones, mientras que se consideró que
el Ministerio había exagerado considerablemente su
caso". Concluyó: "En retrospectiva, está claro que el SRC
logró, en cinco días, más progreso en la comprensión de esta
doctrina bíblica de lo que la iglesia ha logrado en los
cincuenta años de su historia". [51]

Reacción al despido [ editar ]


En 1980, después del despido de Ford del ministerio y la
cátedra adventista, un grupo de estudiantes de Pacific Union
College junto con otros en la Universidad Andrews fundaron
una revista no oficial simpática, titulada Evangelica , en 1980.
Un grupo de profesores de la universidad también expresó su
descontento con la Conferencia General y su entonces
presidente, Neal C. Wilson, al escribir parodias de ciertos
himnos adventistas, un evento que se hizo famoso en los
círculos conservadores adventistas como el "incidente del
canto". Nota adicional: Todos los participantes en la revista
no oficial "Evangelica" fueron despedidos.
Vida personal [ editar ]
Ford se casó con Gwen Booth, con quien tuvo tres hijos:
Elènne Gwen Ford (nacido el 29 de octubre de 1955) Paul
[52] [53]

Wesley Ford (nacido el 20 de diciembre de 1957), y Luke


[54]

Ford (nacido en 1966). Gwen murió de cáncer de mama en


[55]

abril de 1970. Ford se casó con Gillian Wastell ("Gill") en


[56]

noviembre de ese año. Elènne trabaja como


[57]

abogado. También es propietaria de la atracción de granja


orgánica "Mango Hill Farm" en Sunshine Coast
de Queensland , que incluye estancias en granjas, un
pequeño centro de eventos , escuela de cocina, etc. Se
[58] [59]

encuentra en Peachester, y durante algunos años fue la


ubicación de las becas del Evangelio dos veces al mes de
Ford. Luke se convirtió al judaísmo ortodoxo y es un blogger
controvertido.[60]

La biografía de Ford, escrita por Milton Hook, se publicó en


2008. [61]

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