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)
Omar Lobos
https://www.youtube.com/watch?v=COMzDZW6WVk
…prohibir la diuina Escriptura en lengua vulgar no se puede hazer sin singular injuria de
Dios, y igual daño dé la salud de los hombres, lo qual es pura obra de Satanás y de los que
el tiene á su mandado.
Míren lo segundo, que hazen gran vergüenza á la misma Palabra de Dios en dezir, que los
mysterios que contiene no se ayan de communicar al vulgo. Porq las supersticiones y
idolatrías todas conque el diablo ha demétado al mundo, y diuertidolo del conocimiento y
culto de su verdadero Dios, truxeron siempre este pretexto de falsa reuerencia. Y tenia
razón el inuentor de ellas en esto: porque si queria que sus abominaciones permaneciessen
algo en el mundo, menester era que el vulgo no las entendiesse, sino solos aquellos a quien
eran prouechosas para sustentar vientres y gloria. Los mysterios de la verdadera Religión
son al contrario: quieren ser vistos y entendidos de todos, poique son luz y verdad: y porque
siendo ordenados para la salud de todos, el primer grado para alcançarla necesariamente es
conocerlos. (p. 24)
Casiodoro explicita no haber seguido en absoluto para su versión la Vulgata (si bien
la tuvo a la vista y la contrastó y observó sus múltiples yerros y libertades que se toma
con los originales), sino que consultó directamente el texto hebreo ayudándose con la
muy prestigiosa versión al latín hecha por Santes Pagnino en 1527 (Veteris et Novi
Testamenti nova translatio), la primera hecha desde la versión jeronimiana.
También usó como ayuda la llamada Biblia de Ferrara, traducción judeoespañola del
Antiguo Testamento realizada en 1553, y a quien estima sobre todo “por darnos la natural
y primera significación de los vocablos hebreos, y las diferencias de los tiempos de los
verbos, como están en el mismo texto, en lo cual es obra digna de mayor estima (a juicio
de todos los que la entienden) que cuantas hasta ahora hay”… (27). No obstante, le critica
la excesiva fidelidad al sentido literal de las palabras hebreas, sin considerar que en
algunos casos están usadas con valor metafórico.
Asimismo, expresa sus tribulaciones por la dificultad de traducir algunas nociones o
símbolos, por alguna insuficiencia de la lengua española, y en el trámite elige usar un
vocablo más general, aunque no exprese lo particular de la noción (tratándose de cosas
espirituales y celestiales, más complejas de expresar y comprender que lo que atañe a lo
cotidiano del hombre), pero sea entendido de todos.
Respecto de las características de la Biblia del Oso, podemos decir que, en cuanto a
su contenido, sigue los lineamientos de los libros canonizados por la Iglesia católica, esto
es, los libros canónicos, pero también los llamados deuterocanónicos, que el Tanaj judío
y la Biblia protestante consideran apócrifos (como por ejemplo el Libro de Tobías, el de
Judit, el de la Sabiduría de Salomón, los de los Macabeos, y otros). Respecto de la forma,
o mejor, del lenguaje al que Casiodoro traduce la Biblia, por supuesto que hay que
inscribirlo en el estremecido castellano del Renacimiento, donde el principio de la
naturalidad de la lengua se choca con la rémora cultista (es decir, latinista) y retórica que
ha sido marca del primer Renacimiento.
Así es como leemos en el índice: “Primero libro de Moisén, llamado comúnmente
Génesis”, “Actos de los apóstoles”, “La Primera epistola Vniuersal de S. Pedro Apóstol”,
“El Apocalypsi, ó Reuelacion de S. Ioan el Theologo”, etc.
Sin embargo, la propia lógica estilística del texto bíblico –y sin duda el abnegado y
responsable trabajo del traductor– nos propone un texto límpido y sencillo, poético en
buena medida por lo que el tiempo ha hecho con la lengua de Casiodoro. Y podemos leer
(y comparar):
1. En el principio crio Dios los cielos, y la 1. En el principio creó Dios los cielos y la
tierra. tierra.
2 Y la tierra estaua desadornada y vazia, y 2. La tierra era caos y confusión y oscuridad
las tinieblas estauan sobre la haz del abismo, por encima del abismo, y un viento de Dios
y el espiritu de Dios se mouia sobre la haz aleteaba por encima de las aguas.
de las aguas.
3 Y dixo Dios, Sea la luz: y fue la luz. 3. Dijo Dios: «Haya luz», y hubo luz.
4 Y vido Dios que la luz era buena: y apartó 4. Vio Dios que la luz estaba bien, y apartó
Dios a la luz de las tinieblas. Dios la luz de la oscuridad;
5 Y llamó Dios a la luz Dia, y á las tinieblas 5. y llamó Dios a la luz «día», y a la
llamó Noche: y fue la tarde y la mañana Vn oscuridad la llamó «noche». Y atardeció y
dia. amaneció: día primero.
Es un castellano que aparece muy cerca de “la lengua sin melindres” que defendía
Santa Teresa.
Bibliografía:
Alfonso el Sabio. General estoria. Disponible en
https://ebuah.uah.es/dspace/bitstream/handle/10017/7286/General%20Estoria%20I.pdf?
sequence=1
Biblia del Oso (1569). Versión facsimilar de la primera edición disponible en
https://archive.org/stream/labibliaqveeslos00rein#page/n601/mode/1up
Monroy, Juan Antonio (2011), La Biblia en el Quijote. Barcelona, Clie. Disponible en
http://www.juanantoniomonroy.com/La_Biblia_en_el_Quijote_files/LA%20BIBLIA%2
0EN%20EL%20QUIJOTE+EN%20BARCELONA.pdf
Sánchez Salor, Eustaquio (2006), “Biblia”, en Carlos Alvar, dir., Gran Enciclopedia
Cervantina, vol. II, Madrid, Castalia.