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Productividad en Aerolineas Argentina

Diego travaglino sobre nota en la nación de Diego Cabot, 24 noviembre 2018

Fueron los números de lo que viene por delante lo que determinó la decisión. Según los primeros
cálculos que le llevaron al presidente Mauricio Macri, para 2019 se necesitarían $1100 millones por
mes para subsidiar a Aerolíneas Argentinas y Austral.
"No hay ningún motivo para poner ese dinero mientras se hace un esfuerzo descomunal para llegar a
tener déficit cero", contestó a unos pocos. No se necesitaban más palabras.
Se pasó, entonces, a los hechos. Empezó el momento de la pelea de fondo entre el Estado, dueño de
la línea aérea, y los principales gremios aeronáuticos, encabezados por los pilotos (APLA y UALA) y los
técnicos (APTA), seguidos de cerca por la Asociación del Personal Aeronáutico (APA) y la Unión del
Personal Superior (UPSA).

Para pasado mañana los sindicatos convocaron a un paro, y Aerolíneas anunció ayer la cancelación de
todos sus vuelos. Es un anticipo: habrá problemas en los servicios de la compañía durante mucho
tiempo; ya no hay vuelta atrás. La excusa será la cuestión laboral, el vaciamiento o la apertura de los
cielos. Da lo mismo, lo que hay detrás es mucho más profundo y las posturas son, por ahora,
antagónicas.
El Gobierno está dispuesto a tener los aviones en tierra el tiempo que sea, pese a que la compañía es
la dueña del 65% del mercado doméstico. Están convencidos de que no son tantos a los que les
interesa quién sea el dueño de las acciones de la compañía como pregonan los gremios con el lema de
la aerolínea de bandera. De hecho, ya tomó una decisión que les costará masticar a los gremios. El
año que viene no renovará dos aviones Airbus 340. Para estas aeronaves de largo alcance y cuatro
motores, que hacen las principales rutas internacionales, había un plan de recambio por otras más
eficientes. Pero eso se canceló. La empresa tendrá, al menos según lo decidido hasta ahora, dos
aviones menos, por lo que deberá recortar en un 25% la oferta de vuelos internacionales largos.
La medida tiene una finalidad: llevar a Aerolíneas Argentinas a los estándares regionales de
productividad de sus empleados. Dicho de otra forma, empezar a revisar gran cantidad de situaciones
que provocan enormes gastos a la compañía.
La disputa es tan fuerte que la empresa ni siquiera pidió la conciliación obligatoria para el paro
anunciado por los gremios para el lunes. Prefirió cancelar todos sus vuelos para esa jornada y asumir
los costos de la devolución del dinero o del canje para otro día.
"Ante la necesidad de proteger mejor a sus pasajeros, reprogramando sus vuelos de la manera más
ordenada posible, Aerolíneas se ve obligada a cancelar toda la operación pautada para ese día. La
empresa busca evitar situaciones de confusión y problemas para el pasajero como las ocasionadas por
el paro del pasado jueves 8, cuando durante 11 horas los gremios tuvieron de rehenes a más de
30.000 personas que no pudieron volar, y a las que incluso privaron de la posibilidad de acceder a
información sobre sus vuelos".
La discusión, según varios de los funcionarios y especialistas que miraron en detalle los números de la
empresa, no es tanto el sueldo de los empleados, sino lo que cada uno le entrega a la línea aérea. Lo
resumía uno de ellos. "El valor de los aviones es el mismo en todos lados; el combustible se paga en
dólares y al mismo precio en cualquier lugar; los seguros tienen idéntica prima. Por lo tanto, los sueldos
tienen una escala internacional.
El problema es que un piloto de la región vuela en promedio 63,6 horas por mes, mientras que uno de
Aerolíneas apenas 45, un 30% menos", graficó.
En el Ministerio de Transporte circula un estudio con las empresas de la región. Lo pidió el ministro
para que la comparación no sea con las grandes aerolíneas que tienen otro mercado y una situación
bien distinta. El apuntado es el gremio de los pilotos. Según ese informe, los pilotos de la llamada flota
angosta (aviones que tienen un pasillo central y no dos pasillos, como los que hacen trayectos largos)
vuelan en la empresa argentina 4,24 horas por día contra 4,56 de Chile y Brasil; 4,82 de Colombia, y
4,65 de Perú.
Si lo que se calculan son los días de vuelo promedio de un piloto por mes, los locales tienen 10,2 días
ocupados; 13,3 los de Brasil; 13,1 los de Colombia; 13,7 los de Chile, y 14,1 los de Perú.Si la
comparación se hace con los tripulantes de cabina, mientras en la región vuelan un promedio de 64,5
horas por mes (con un máximo en Colombia con 74,4 y un mínimo en Brasil de 56,3), en el país
quienes manejan los servicios de a bordo vuelan 49,3 horas, un 23,6% menos.
Macri miró con atención algunos datos que sirven de indicadores en la industria. Los empleados por
avión en Aerolíneas llegan a 153, muy por encima de Latam (133), Gol (128), Avianca (97), la
panameña Copa (90) y Aeroméxco (119). Y si se toma la cantidad de pasajeros por empleado, los 506
de la línea aérea estatal quedan muy por debajo de los 781 de Latam, los 1045 de Gol o los 766 de
Avianca.
En los gremios, en tanto, dicen que la empresa no cumple con la negociación colectiva. El conflicto
empezó su escalada con las asambleas informativas en Aerolíneas y Austral "debido al incumplimiento
del acta paritaria 2017-2018 y la negativa empresarial a retomar las negociaciones por el incremento
salarial 2018-2019", dice un comunicado de la empresa. "Las autoridades no piden la conciliación
obligatoria, tampoco la dicta el Ministerio de Producción y Trabajo. Lo cual siempre sucedió ante una
situación similar, con el fin de que los servicios se restablezcan, y las partes se reúnan para superar
sus diferencias.
La empresa recurrió públicamente a pretextos legales para no hacerlo: "No era una medida de fuerza
declarada". Allí se evidenció la pelea. En el Gobierno dicen que no hay nada que negociar y por eso la
negativa de ir con una medida legal para obligar a las partes a sentarse en la misma mesa. Sin
negociación y sin reconocimiento de las acciones gremiales, Aerolíneas contraatacó: impuso una
suspensión de 376 empleados a los que certificó que no habían concurrido a prestar tareas.

La lucha por el cielo


El número que más les quedó a quienes buscan el equilibrio de Aerolíneas es el 9000.
¿De dónde viene? Si utilizaran los estándares regionales de productividad, con la cantidad de aviones
que tiene la empresa estatal se deberían tener 8731 empleados. Ese es el meollo del asunto."Estamos
en una lucha por el cielo argentino y es una lucha que va a ser dolorosa, pero vamos a marchar por los
aeropuertos a paso de vencedores", dijo Pablo Biró, presidente de APLA, en declaraciones a la radio El
Destape.
Pero no son pocos los que dicen que no hay una pelea por la defensa de los cielos. "El problema no es
cuánto gana un piloto, ya que como todos los otros costos de la aviación, son iguales acá que en otros
países. El leasing de un avión es el mismo para Aerolíneas que para una empresa de Alemania o
China. El problema es cuánto produce un piloto acá comparado con su colega de otros países", dice
Diego Fargosi, socio de Fargosi Abogados.

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