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fundamental de las enseñanzas del cristianismo desde sus inicios. Sin embargo, con
el pasar de los siglos, incluso en los siglos XIX y XX, se han ido desarrollando
diferentes tradiciones y visiones católicas de Miguel. Por ejemplo, el papa León
XIII promovió una Oración a san Miguel arcángel en 1884, que fue reafirmada por
el papa Juan Pablo II, quien instó a todos los católicos a seguir utilizándola en sus
oraciones: "Yo les pido a todos que no la olviden, y que la reciten para obtener ayuda
contra las fuerzas del mal"
Aunque hubiera sido natural para Miguel, defensor del pueblo judío, ser también el
defensor de la Iglesia cristiana, dándole la victoria en contra de sus enemigos, los
primeros cristianos reconocieron a algunos mártires como sus protectores
militares: san Jorge, san Teodoro, san Demetrio, los santos Sergio y Baco, san
Artemio y otros santos, asignándole en cambio a Miguel el cuidado de los
enfermos. En Frigia, donde fue venerado por primera vez, su prestigio como
sanador angelical oscureció su interposición en asuntos militares. Fue desde los
primeros tiempos el centro del verdadero culto de los santos ángeles. (Ver el
milagro de Frigia en el apartado de la Iglesia ortodoxa). En el catolicismo se cree
que se ha manifestado en varias ocasiones. Su aparición más documentada e
influyente durante la Edad Media (y, de hecho, el germen del culto micaelino en
la Iglesia de Occidente) fue la del monte Gargano (celebrada el 8 de mayo).
En Roma hay una estatua de bronce que lo representa en lo alto del Castel
Sant’Angelo, recordando cuando se apareció allí al papa Gregorio Magno (hecho
celebrado el 25 de abril). Se apareció a santa Juana de Arco (en su calidad de
guerrera) y a santa Margarita (en su calidad de domadora de dragones), así como
en Francia, donde en la Edad Media se le dedicó el Mont Saint-Michel, y en el siglo
XVII en San Miguel del Milagro, Tlaxcala, México, aparición que reproduce los
elementos principales (brote de agua) de aquellas que se dieron en Gargano y en
Chonæ.
Virgen del Carmen o Nuestra Señora del Carmen es la denominación común que
suele recibir Santa María del Monte Carmelo, una de las
diversas advocaciones de la Virgen María. Su denominación procede del
llamado Monte Carmelo, en Israel, en la ciudad de Haifa, un nombre que deriva de
la palabra Karmel o Al-Karem y que se podría traducir como 'jardín'. Existen hoy en
activo órdenes carmelitas repartidas por todo el mundo, masculinas y femeninas,
las cuales giran en torno a esta figura mariana. (16 julio)
VENEZUELA
En Venezuela una de las devociones más populares es la de la Virgen del Carmen.
En el pueblo de San Joaquín de Carabobo, la devoción es tan grande, que sus fieles
el primero de julio evocan una gran caravana de carros para anunciar a todo el
pueblo que el mes de su amada patrona ha llegado, la réplica de la imagen original
que se venera pasea por todas las instituciones públicas y privadas, llevando el
mensaje de fe a los sanjoaquineros. Ella como humilde madre vio crecer este
pueblo pues su hermosa imagen se venera desde hace ya 300 años; veía cuando su
hijo, un humilde cura, iba construyendo, con todos sus hermanos, el templo que le
daría cobijo; le dio esencia de amor a las panelas, y son de baile a los pastores; y
cuando por la calle real vio pasar a aquel hombre que nos daría la libertad, hizo
que se postrara ante su imagen a pedir clemencia y seguridad. Y así, años después
a esta tierra bendita por Dios llegaron los primero frailes carmelitas a tierras
venezolanas.
El día 16 de julio la virgen recibe a todos sus fieles quienes la acompañan con
pólvora, otras carrozas que aluden a la advocación u otras, rosarios y cánticos
pasando ella por las principales calles de la ciudad de Ejido.
Luego de todo lo celebrado en el mes y el pasado, los fieles se reúnen por última
vez en la iglesia para despedir la imagen de su patrona que será subida a su altar y
bajada el próximo año para ver desde cerca a sus fieles que la visitan año tras año.
También en varias partes del estado es común ver esta celebración viva, como en
los andes merideños, en la catedral del estado y la ciudad y en diversas iglesias
merideñas
Figuras
María, auxilio de los cristianos (en latín: Maria Auxilium Christianorum) es un título
antiguo dado a María, madre de Jesús. San Juan Crisóstomo, nacido en torno a los
años 345-350 y obispo de Constantinopla desde el año 398, la llamaba «Auxilio
potentísimo, fuerte y eficaz de los que siguen a Cristo». Este título tomó fuerza en
Occidente con el papa Pío V en el siglo XVI y fue definitivamente popularizado con
el desarrollo de las obras educativas y apostólicas de Don Bosco en el siglo XIX, en
la advocación mariana de María Auxiliadora. Aunque comúnmente se asocia el
título con la Iglesia católica, la Iglesia ortodoxa también lo conoce desde que
en 1030 Ucrania logró defenderse de una invasión bárbara, hecho que la
religiosidad de la época atribuyó al auxilio de la Virgen María.
Para adornar la Basílica de María Auxiliadora en Valdocco, Don Bosco mandó pintar
una estupenda obra artística del maestro italiano Tomás Lorenzone en la cual
aparece la Virgen con el Niño12 como figuras centrales veneradas por los
doce Apóstoles, otros santos y los ángeles. Aparte de las innumerables
representaciones artísticas de la Auxiliadora, aquella que se considera como el
icono principal es la de Lorenzone en Turín. La idea fue de Don Bosco que dijo al
artista:
En alto María Santísima entre los coros de los ángeles, después el coro de los
profetas, de las vírgenes, de los confesores. Por tierra los emblemas de las grandes
victorias de María y los pueblos del mundo en el acto de alzar las manos hacia ella
pidiendo su auxilio.
Lorenzone tardó tres años en terminar la obra, que fue entronizada en la Basílica
de María Auxiliadora y, según las palabras de Don Bosco, es una figura del título
"María, Madre de la Iglesia".
La obra corresponde a una pintura barroca que exalta a la Virgen como Reina y
lleva en su mano izquierda a Jesús Niño, ante el cual todas las criaturas (los
Apóstoles y otros santos representan a la Iglesia y los ángeles al Cielo) rinden
tributo por ser el Verbo Encarnado.