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Conceptos básicos
Para que los no tan educados en el tema puedan entender la relevancia y de lo que estoy hablando, voy
a hacer una breve explicación de qué consiste la regulación de la expresión genética. Debo advertir que
simplificaré al máximo esta explicación por claridad.
El ADN contiene toda la información necesaria para el desarrollo de un organismo. Este consiste en
nucleótidos que contienen las bases nitrogenadas Adenina (A), Timina (T), Citosina (C) y Guanina (G). La
A y G se conocen como purinas, la T y C son pirimidinas. Los nucleótidos forman una estructura de doble
hélice, con dos hebras en sentido opuesto:
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uc.cl
Ahora, la transcripción se da en las regiones codantes (genes). ¿Para qué sirven entonces las regiones
no-codantes? Básicamente su función es regulatoria. Este es el primer nivel de regulación de la expresión
genética, conocida como regulación cis. Estas secuencias son reconocidas por proteínas específicas que
estimulan o reprimen la expresión de determinado gen. De esta manera se puede controlar la
concentración de una proteína determinada dependiendo de la etapa del desarrollo, tipo de célula o
condición celular. Sin embargo, existe también otro tipo de regulación genética que no se encuentra en la
secuencia de nucleótidos del ADN.
Cromatina
El ADN dentro del núcleo no se encuentra libre. Está asociado a diversas proteínas formando una
estructura altamente enrollada y compacta conocida como cromatina. El remodelamiento de la cromatina
es un proceso por el cual se puede controlar la expresión de un gen sin necesidad de alterar la secuencia
de nucleótidos en el ADN. Así es como podemos tener cromatina "abierta" (donde la expresión genética
está estimulada) como cromatina "cerrada" (donde la expresión genética está reprimida).
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">El último punto que voy a tocar
sobre la influencia de la nutrición durante el embarazo en la salud posterior del hijo es a partir de la flora
bacteriana intestinal. La madre no solo transfiere nutrientes y patrones epigenéticos durante el embarazo,
también transfiere su población y composición de bacterias al recién nacido. El tracto gastrointestinal del
recién nacido es estéril, lo que lo hace vulnerable a la colonización de diversas especies de
microorganismos. Como ya expliqué en un [Regístrate y verás el enlace], el modo de parto es el primer
factor determinante en la colonización bacteriana apropiada del neonato. Lo normal es que el parto sea
mediante la vía vaginal, por lo que la primera exposición del recién nacido sea a bacterias vaginales y
anales de la madre. Es por esta razón que se observa una alteración de la colonización y composición de
la flora bacteriana normal en recién nacidos que han sido dados a luz por cesárea ([Regístrate y verás el
enlace], [Regístrate y verás el enlace]). De esta manera, si la composición de la flora intestinal de la
madre es aberrante, esta se va a transferir al recién nacido, aumentando el riesgo de sufrir enfermedades
posteriores. Se podría decir que en este caso, la salud es contagiosa. Existen otros motivos por los
cuales es necesario que el parto sea vaginal, pero escapan al alcance de este post. </span>
Veamos lo que ofrece una de las compañías líder en productos nutricionales, Abbott. Ellos ofrecen un
producto conocido como [Regístrate y verás el enlace]. Lo que publicitan sobre el producto es:
Como la composición de la leche materna varía con la duración de la lactancia, podemos dividir a la leche
secretada en la fase temprana (calostro) y fase tardía (madura). Los ácidos grasos saturados (AGS)
constituyen el 46% de todos los lípidos en la leche madura, y el 44% en el calostro. El ácido palmítico
(16:0, el mismo que causa resistencia a la insulina y mata) provee el 56% de todos los AGS del calostro y
el 49% de los AGS de la leche madura. Los ácidos grasos insaturados (AGI) proveen el 54% de todos los
ácidos grasos en la leche madura, mientras que en el calostro, el 56%. La mayoría de AGI son
monoinsaturados, conformando el 41% y 44% de los ácidos grasos totales en la leche madura y el
calostro, siendo el princial el ácido oleico (18:1). Los ácidos grasos poliinsaturados (AGPI) de la serie
omega-6 forman el 12% de los ácidos grasos totales en la leche madura y el 10% en el calostro.
Finalmente, la serie omega-3 se encuentra en una cantidad de 1.8% en la leche madura y 1.3% en el
calostro. La composición de ambas leches se muestra en la siguiente tabla:
Calostro
Leche
Madura
Ácidos grasos saturados
(% de ácidos grasos totales)
44%
46%
Ácido palmítico
(% de ácidos grasos saturados)
56%
49%
Ácidos grasos insaturados
(% de ácidos grasos totales)
56%
54%
Ácidos grasos monoinsaturados
(% de ácidos grasos insaturados)
44%
41%
Ácidos grasos poliinsaturados o6
(% de ácidos grasos totales)
10%
12%
Ácidos grasos poliinsaturados o3
(% de ácidos grasos totales)
1.8%
1.3%
Como se puede observar, la composición de ácidos grasos es la típica encontrada en alimentos de origen
animal, principalmente consistiendo de ácidos grasos saturados (ácido palmítico en mayor cantidad) y
ácidos monoinsaturados. La composición de la leche de transición tiene unos valores entre el calostro y la
leche madura.
La leche materna tiene un alto contenido de colesterol, 10-20mg/dL o 250-500mg/100g de grasa
([Regístrate y verás el enlace]). La ingesta de colesterol por los neonatos es de aproximadamente
25mg/kg de peso corporal, comparado con los 4mg/kg de peso corporal consumidos en promedio por los
adultos.
Si tenemos en cuenta que las princiales fuentes de grasa son aceite de cártamo, aceite de soya y aceite
de coco, no veo cómo la composición de lípidos de la fórmula en mención es similar a la leche materna.
Especialmente si tenemos en cuenta que el aceite de soya es alto en omega 6, y el aceite de coco ofrece
en su mayoría ácidos grasos saturados de cadena media; mientras que la leche materna tiene como
principal fuente de ácidos grasos saturados aquellos de cadena larga.
Una de los principales "ganchos" publicitarios de las fórmulas maternizadas es la adición de elementos
adicionales que promueven y ayudan el desarrollo del sistema inmune, principalmente, ácidos nucleicos.
Pero la leche materna contiene más componentes inmunológicos. Estos incluyen ([Regístrate y verás el
enlace]) comonentes antimicrobianos como inmunoglobulinas (sIgA, SIgG, SIgM), lactoferrina,
lactoferricina B y H, lisozima, lactoperoxidasa, mucinas, entre otros. Además, la leche contiene
componentes del sistema inmune materno. La concentración de leucocitos depende de la fase y estado
de lactancia. En su mayor parte consisten de macrófagos (55-60%) y neutrófilos (30-40%), también
conteniendo linfocitos (5-10%). Asimismo, se ha observado la presencia de diversas citoquinas y
quimioquinas, como IL-1b, IL-4, IL-5, IL-6, IL-8, IL-10, IL-12, IL-13, TNFa, TGF-b, IFNy, GCSF, proteína-1
quimioatrayente de monocitos y RANTES.
Finalmente, para controlar la respuesta inmunológica e inflamatoria, la leche materna contiene citoquinas
antiinflamatorias como IL-10 y TGF-b, así como algunas otras moléculas solubles (ej. sCD14).
Transferencia de bacterias
La primera exposición a las bacterias por parte del neonato se da al momento de nacer, y el modo de
parto influencia este proceso de manera importante. Un estudio reciente ([Regístrate y verás el enlace])
comparó la influencia del modo de parto sobre la colonización bacteriana del recién nacido. Lo interesante
es que no analizó la composición de la flora intestinal, sino de la microbiota en diferentes regiones del
cuerpo. Los autores encontraron que las comunidades bacterianas en las madres estaban estructuradas
principalmente por el hábitat corporal, en donde se observaron diferentes taxones dominantes típicos
previamente identificados: Streptococcus spp. en la cavidad oral, Staphylococcus, Corynebacterium o
Propionibacterium spp. en la piel, y Lactobacillus o Prevotella spp. en la vagina. El análisis de la población
de bacteria en los recién nacidos mostró una colonización epidérmica, oral, nasofaríngea e intestinal
indistinta, independientemente del modo de parto. Sin embargo, se observó que el principal determinante
de la composición de la comunidad bacteriana era el modo de parto. Los recién nacidos paridos
vaginalmente adquirieron comunidades bacterianas que eran más similares a las presentes en la vagina
de la madre, mientras que aquellos que fueron paridos a través de cesárea, como era de esperarse, no
mostraron presencia de bacterias vaginales. Específicamente, la comunidad bacteriana de estos recién
nacidos fue más similar a las comunidades presentes en la piel de las madres. La comparación por
distancia [Regístrate y verás el enlace], mostró que existe una transferencia vertical de las bacterias
vaginales al hijo (las comunidades vaginales individuales, que son únicas para cada madre, fueron más
similares con el hijo que entre hijos dados a luz vaginalmente). Contrariamente, las comunidades de la
piel de madres que dieron a luz por cesárea no fueron más similares a sus propios hijos que de otros
neonatos dados a luz por cesárea. Como mencionan los autores, esto podría tener severas
consecuencias. Por ejemplo, se ha observado que la mayoría de casos reportados de infecciones
dérmicas por Staphylococcus aureus resistente a la meticilina (MRSA) en recién nacidos han ocurrido en
aquellos que fueron dados a luz por cesárea ([Regístrate y verás el enlace]). Durante el parto natural, los
neonatos adquieren la mayoría de la flora intestinal al tragar el fluido vaginal durante el nacimiento. Esto
representa otro factor que modifica la transferencia bacteriana entre madre e hijo.
La falta de esfuerzo/trabajo experimentada por las madres que dan a luz por cesárea así como la falta de
exposición a ciertos anaerobios gram-negativos también podrían influenciar los niveles de ciertas
citoquinas en el neonato, como por ejemplo IL-13 y IFN-y ([Regístrate y verás el enlace]), lo cual puede
repercutir en el desarrollo del sistema inmune ([Regístrate y verás el enlace]).
En general, el modo de parto afecta de manera significativa la adquisición de bacterias por el neonato.
Mientras que el parto vaginal expone al recién nacido principalmente a las bacterias de la vagina y zonas
cercanas, la exposición de los recién nacidos por cesárea se da principalmente a las bacterias presentes
en la piel de la madre, el ambiente del hospital, utensilios quirúrgicos y personal médico. Existen otros
motivos por los cuales es mejor el parto vaginal, pero escapan al alcance de este post.
La transferencia de bacterias luego del nacimiento también se da mediante la leche materna. Además de
los comonentes prebióticos presentes, la leche materna contiene bacterias que promueven la
colonización adecuada del tracto gastrointestinal. Se ha identificado a algunas bacterias ácido-lácticas
como Lactobacillus gasseri, Lactobacillus rhamnosus, Lactobacillus plantarum , Lactobacillus fermentum y
Enterococcus faecium. Aunque la composición de especies es variable, las especies más caracterizadas
incluyen Staphylococcus, Streptococcus, Lactobacillus y Bifidobacterium. ([Regístrate y verás el enlace],
[Regístrate y verás el enlace], [Regístrate y verás el enlace]). Las funciones de estas son diversas. Entre
estas, se encuentra la producción de algunas sustancias antimicrobiales como bacteriocinas, ácidos
orgánicos y peróxido de hidrógeno ([Regístrate y verás el enlace]). Esto, junto con la competencia por
exclusión, protege al neonato de la colonización de bacterias patógenas.
Por estos motivos, no es extraño que los neonatos alimentados con fórmula tengan una microbiota
intestinal aberrante ([Regístrate y verás el enlace], [Regístrate y verás el enlace]).
La dieta no solo tiene efectos directos sobre la leche materna, sino también sobre la programación
metabólica del neonato. La mayoría de estudios evaluando los efectos de la obesidad de la madre sobre
el metabolismo de las crías ha sido realizado principalmente en modelos animales (ratones y ratas). La
obesidad materna ha mostrado afectar las vías de señalización encargadas del control del apetito
([Regístrate y verás el enlace], [Regístrate y verás el enlace]), predisponiendo al desarrollo de resistencia
a la leptina y alteraciones metabólicas, siendo potenciada cuando existe una ingesta excesiva de comida
antes de gestar, durante la gestación y luego de dar a luz ([Regístrate y verás el enlace]).
La succión por parte del neonato produce una respuesta hormonal caracterizada por un aumento en la
concentración de prolactina y oxitocina ([Regístrate y verás el enlace]). El aumento de oxitocina parece
ocurrir en dos fases: antes de que se produzca la succión y durante el contacto físico. Por el contrario, la
estimulación de la prolactina se produce por estimulación directa del pezón. Al terminar de mamar, los
niveles de prolactina disminuyen drásticamente, proporcionalmente a la disminución de la intensidad del
estímulo ([Regístrate y verás el enlace]).
Aparte de la falta de estimulación por succión, existen algunos otros factores que interrumpen una
lactancia exitosa. Dentro de los más caracterizados se encuentran el estrés ([Regístrate y verás el
enlace]), obesidad ([Regístrate y verás el enlace]), el parto a pre-término y la diabetes ([Regístrate y verás
el enlace]). Se ha observado que la obesidad produce una respuesta disminuida de la prolactina ante la
succión ([Regístrate y verás el enlace]). Interesante resulta la observación de que la obesidad podría
interrumpir el desarrollo normal de los ductos mamarios ([Regístrate y verás el enlace]), lo cual representa
otro potencial factor por el cual la obesidad altera una lactancia exitosa.
Conclusiones
La creencia de que durante el embarazo es normal comer comida chatarra por los antojos, o por que el
feto necesita "energía para crecer" y "se come por dos" son mitos que deben ser eliminados. La
alimentación materna (y paterna) debe ser lo mejor posible antes, durante y después de la gestación.
Luego de dar a luz la alimentación no debe cambiar. Lo más común es que existan muchas mujeres que
se someten a dietas restrictivas bajas en grasa para bajar el peso ganado durante el embarazo, lo cual
compromete la calidad de la leche materna. Lo normal no es que el embarazo sea un factor
predisponente a la obesidad posterior, sino que el peso ganado se pierda fácilmente. Lamentablemente,
hoy en día, la situación no es así. Otro escenario observado comúnmente es la falta de lactancia y
utilización de fórmulas maternizadas. La falta de estimulación por la succión altera la producción normal
de leche, lo que produce que la madre piense que "no tiene leche" y comience a utilizar fórmulas. Esto no
sólo compromete la salud del neonato y lo predispone a enfermedades alérgicas y autoinmunes por
alteración de la flora bacteriana, sino que altera el curso hormonal normal de la madre luego del parto.
Una sola toma de fórmula altera la flora intestinal del recién nacido. Por esto es importante evitar que
luego de dar a luz se lleven al niño y lo regresen unas horas después. La ingesta del calostro es de suma
importancia para la madre y el niño.
Recomendaciones
- Mantener una alimentación adecuada antes, durante y después del embarazo. Esto implica: un
consumo bajo-moderado de carbohidratos, prefiriendo el consumo de almidón a partir de tubérculos y
raíces, y evitando granos y cereales. Moderar el consumo de frutas y evitar los jugos. Las calorías deben
venir principalmente de grasa natural animal, rica en grasa saturada, monoinsaturada y colesterol. La
proteína también debe ser de fuente animal. Eliminar el azúcar, los aceites vegetales y las grasas trans.
Consumir una cantidad adecuada de verduras para promover el crecimiento de bacterias beneficiosas.
Tratar de elegir alimentos orgánicos. Evitar el estrés y tóxicos ambientales en la mayor medida de lo
posible.
- Preferir el parto vaginal y en un ambiente de confianza, sin mucha gente extraña. Una buena opción
es la utilización de parteras capacitadas para cualquier emergencia. El parto por cesárea puede alterar el
patrón endocrino y la respuesta al estrés del feto y de la madre ([Regístrate y verás el enlace]), además
de los efectos negativos sobre la flora bacteriana del neonato. La utilización de anestesia epidural y otras
utilizadas puede alterar la respuesta normal de hormonas luego del parto, pudiendo afectar también la
lactancia materna.
- Evitar dar fórmulas maternizadas y realizar LME. La leche materna tiene todos los componentes
necesarios para el desarrollo óptimo del neonato. No es necesario tampoco ningún suplemento. La
lactancia debe ser a pedido, el consumo y producción son regulados por el neonato.