You are on page 1of 1

Ya no somos el sexo débil

¿Aún somos el sexo débil? ¿Por qué pasa el tiempo y nos siguen abusando? A pesar de los
múltiples intentos que se han realizado para mesurar este fenómeno, sigue existiendo y
progresa día con día. Según el informe sobre el estado y situación de la violencia contra las
mujeres publicado en el 2015 por ISDEMU genéticamente el hombre es más fuerte que la
mujer.
La violencia sexual se define como toda conducta la cual amenace o vulnere el derecho de
la mujer a decir voluntariamente sobre su vida sexual. No es necesario que se dé el acto
sexual para que se considere violencia sexual. Y de acuerdo con la PNC y los datos que se
reportaron en el 2015 se evidencia la brecha que existe entre los casos de violencia sexual
representando el 93.4% para las mujeres, niñas o adolescentes.
Todas hemos pasado por la incomodidad de escuchar un silbido en la calle, un piropo subido
de tono o incluso un manoseo que pareció “casualidad” en un bus. ¿Por qué seguimos
sufriendo de esto? ¿Por qué debemos aprender a cuidarnos hasta incluso de nuestros
propios hermanos, vecinos, padres? ¿Por qué no se le enseña al hombre a respetarnos, a
aceptar un “no” por respuesta?
De acuerdo con otras estadísticas dictadas por la PNC, de denuncias de delitos contra la
libertad sexual se evidencia la brecha que existe entre hombres y mujeres. Siempre
representando la mayoría a las mujeres, pero lo que la sociedad debe saber es que ya somos
el sexo débil. Somos el sexo intrépido, somos el sexo fuerte. Somos el sexo capaz. Somos el
sexo que ha logrado llegar lejos a pesar de todas las pruebas que se nos han presentado.

Según “El tiempo” en un artículo publicado bajo el nombre: “Logros femeninos a través de
la historia” En l932, bajo el gobierno del presidente Enrique Olaya Herrera, la ley 28 otorgó
el manejo a la mujer de sus propios bienes. Un año después se expidió el decreto 1972 que
da plena participación a la educación universitaria, este fue concedido a doña Ofelia Uribe
y Cleotilde García. En 1954 se aceptó el derecho al voto femenino, mediante el acto
legislativo número tres, en el gobierno de Gustavo Rojas Pinilla. Desde entonces, la mujer
inició un ascenso acelerado en la preparación intelectual, laboral y de familia, para llegar a
competir, manejar y mejorar muchos campos donde imperaban las habilidades masculinas.
Por eso y por muchos otros logros hemos dejado de ser las indefensas, las que necesitamos
a un hombre, la doncella en aprietos. Hemos sido más, mucho más que el sexo débil.

You might also like