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Es por todo conocido que el delito es un acto humano en el cual intervienen tres factores,
indesligables entre sí: El agresor (Factor o Elemento Predisponente), la víctima (Factor o
Elementos Determinante) y la circunstancia (Elemento Desencadenante).
También es conocido que el derecho se le ha dedicado gran parte de su quehacer al estudio del
Agresor o Delincuente, hasta existe la criminología para ello; las circunstancias que rodearon
a la comisión del delito lo estudia con mucho detalle la Criminalística y todas las ciencias
forenses encargadas de la investigación pero la tristemente olvidada siempre resulta la
Víctima, olvidada por el derecho no ha si por la Psiquiatría Forense en especial y Medicina
Legal en General, que siempre se encargaron del estudio de las víctimas.
Benjamín Mendelson hace un poco más de medio siglo empezó a hablar del “estudio
científico de las víctimas” y sobre todo “su relación con el delito”, naciendo así la
Victimología la cual a nuestro criterio tiene un espacio propio independiente de la
criminología, relacionadas ambas con la Psiquiatría Clínica y la Psiquiatría Forense.
“No conozco a nadie que no haya sido víctima por lo menos una vez en su vida así como
tampoco conozco a alguien que no haya agredido a nadie”, todos somos víctimas y
agresores potenciales y los roles se intercambian con mucha facilidad; esta afirmación causó
mucha controversia en el ambiente jurídico de mi país, Perú, país de contrastes, y cuando la
reforcé con otra como “no toda víctima es inocente” la hoguera había sido encendida para
mí; posteriormente descubrí que la segunda frase había sido dicha con anterioridad por
B.Mendelson y repetida por E. Neuman, pero ya había corrido mucho agua bajo el puente.
Este hecho motivo a que me dedicara a estudiar a las víctimas y como contribuyen conciente
o inconscientemente en la comisión de un delito, acto humano al fin, estudiar como se
involucran en juegos Psicológicos muy peligrosos en donde siempre se termina perdiendo;
considero que un estudio del delito es incompleto si no se considera el rol que jugó la víctima
es por ello que con motivo del Master en Medicina Forense he realizado la presente
monografía en donde se presenta diversas opiniones de autores reconocidos así como las
mías, las cuales debo reconocer son, más bien, un compendio o interpretación aplicadas a
nuestra realidad, mi profesión de Psiquiatra Clínico y Forense así como Médico Legista me
permitió un buen campo de observación.
Decir que espero que sea del agrado de todos, es pedir demasiado, sólo me contenta la idea de
que en el Master por lo menos alguien habló de las víctimas, no como víctimas sino como
seres humanos.
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OBJETIVO GENERAL
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CAPITULOS
Capítulo I
LA VICTIMOLOGÍA COMO CIENCIA
Capítulo II
CLASIFICACIÓN DE LAS VÍCTIMAS
Capítulo III
CATEGORÍAS VICTIMALES O VÍCTIMAS VULNERABLES
Capítulo IV
VÍCTIMAS Y EL SISTEMA LEGAL
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CAPITULO I
OBJETIVOS ESPECÍFICOS
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El tejedor deberá revisar toda la tela y examinar el telar entero.
Khalil Gibrán.
VICTIMOLOGIA
Es el estudio científico de las Víctimas del delito y tiene por objeto conocer los rasgos,
características, comportamiento y conducta de la víctima para relacionarlo con el delito. Es
decir estudiar en que medida la víctima ha contribuido, consciente o inconscientemente, en la
comisión de un delito.
La Finalidad de la victimología es lograr que haya menos víctimas en todos los sectores de la
sociedad: “Ya que el hombre representa la fuerza creadora de la sociedad, la reducción del
número de víctimas contribuirá al progreso social”. Para comprender lo que es una víctima es
necesario realizar un Estudio Físico, Estudio Psíquico y un Estudio Social de la víctima y su
relación con el delito. Es decir establecer de manera científica, las leyes que rigen los
procesos de victimización, los factores personales y sociales.
Definición Etimológica:
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Definición Operacional (victimológico): Es el ser humano que padece daño en los bienes
jurídicamente protegidos: vida, salud, propiedad, honor, honestidad, etc., por hechos de otra
persona.
CARACTERISTICAS DE LA VICTIMA:
Benjamín Mendelson, utiliza por primera vez el término VICTIMOLOGIA, al dictar una
conferencia en la Sociedad de Psiquiatría de Bucarest, Hungría, el 29 de marzo de 1947.
Hans Von Henting (1948): realiza una clasificación de las víctimas.
Karl A. Meninger: escribe el Hombre contra sí mismo 1952.
José Rafael Mendoza (1953): La importancia de la Víctima en relación con los delitos por
Imprudencia culposa del Automovilismo.
Ellemberg: (1954) Relaciones Psicológicas entre el criminal y su víctima.
Paul Cornil (1958/59) contribución de la Victimología a las ciencias Criminológicas.
Luis Jiménez de Asúa (1958): Presenta su tipología
El Primer Simposio de Victimología se llevó a cabo en Jerusalén (Israel) del 02 al 06 de
septiembre de 1973 y se han realizado varios Simposios, siempre con un intervalo de tres
años.
Organización de la Sociedad mundial de Victimología en 1979 (Münter)
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desarmonía que determina y destaca los roles a que están destinados en el acto delictual:
victimario y víctima
PRIMARIA: La padecida por la persona blanco del delito. Ej. Quien es secuestrado.
TERCIARIA: La padecida por la persona ante la falta de asistencia por parte del estado.
Ej. Los niños desplazados por la violencia que carecen de tratamiento psicológico y de
asistencia social.
Algunos estudiosos consideran que existen otros niveles de Victimización que merecen ser
estudiados.
CUARTO NIVEL: La padecida indirectamente por las personas que rodean a quien fue
blanco del delito. Ej. El esposo y los hijos de la víctima de violación que también se ven
afectados por el suceso.
QUINTO NIVEL: La padecida por los profesionales que trabajan para la administración
de justicia. Ej. El estrés generado al Médico Legista al tener que realizar Reconocimientos
Médico Legales de delitos aberrantes.
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CAPITULO II
OBJETIVOS ESPECÍFICOS
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TIPOLOGIAS DE LAS VICTIMAS
Para Mendelshon la víctima puede ser tan culpable como el criminal en el hecho delictivo.
Esta relación entre criminal y víctima se establece claramente, según advierte, al estudiar
motivación y reacción en la "pareja penal", lo que daría lugar a la repartición similar de
responsabilidades penales. Dependerá del examen de cada caso concreto la determinación de
esta circunstancia.
Establece un esquema gráfico de dos polos apuestos, que determina uno con 0 de culpabilidad
y 'el otro con 100. Explica que la víctima que no es responsable criminológica ni penalmente
estaría situada en el 0 y el criminal, obviamente, en los 100 grados. Sostiene que en la
relación de la "pareja penal" es común encontrar que la posición del criminal y la víctima no
se encuentran en polos opuestos sino en posiciones intermedias. Basándose en este tipo de
esquemas y según sean las relaciones entre ellos, elabora diversas categorías de víctimas:
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Siempre debería despuntar un análisis lógico crítico de los hechos. Supóngase un médico que
progresivamente va señalando a su paciente que no tiene remedio y que por lo tanto no le
queda otra posibilidad que morir, hasta que el enfermo le solicita la inyección letal. En este
caso cabría una clara instigación y ya no se trataría de la víctima suplicadora que por su
propia voluntad y ante sus crueles padecimientos, solicita desesperadamente la muerte. Para
graduar certeramente la actividad del agredido en la ocasión, es imprescindible efectuar una
investigación .previa y determinar frente a qué tipo de pareja situarnos.
Enrico Ferri, en el prólogo de El suicidio, decía que: "El que da muerte a otro con su
consentimiento no es jurídicamente responsable si ha sido determinado a la acción no sólo por
el consentimiento de la víctima sino por un motivo moral, social y legítimo; en cambio, será
jurídicamente responsable si ese motivo en su acción es inmoral, antisocial y antijurídico".
Esta observación conduce derechamente al problema de la legitimidad de la eutanasia.
Dependerá de la postura que se adopte respecto del consentimiento de la víctima y si ésta ha
sido la determinante de la acción y si puede ser (o llegar a ser) causa de justificación para el
autor.
Quedaría también la tesis moral de justificación de este homicidio según la apreciación que de
la moral se tenga en una estructura social dada. Existe al respecto un precepto claro dentro de
las sociedades occidentales atenidas al principio "no matarás". Será .preciso recordar este
precepto cuando el Estado aplica la pena de muerte, que es un asesinato frío, legal, en día y
hora determinada, y que evidentemente no ayuda a "bien morir" a nadie...
La pareja criminal. Se trata del íncubo y el súcubo que intentan el suicidio y que ya
ha sido tratado en otro parágrafo.
d) La víctima más culpable que el infractor. Para Mendelshon los casos serían los
siguientes:
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La víctima-infractor. Se trata del sujeto que, cometiendo la infracción, resulta
finalmente víctima. Es el caso del culpable de homicidio por legítima defensa.
La víctima-simulante. Quien acusa y logra imputar penalmente con el deseo concreto
de que la justicia cometa un error.
La víctima-imaginaria. Se trata por lo general de individuos con serias psicopatías de
carácter y conducta. Es el caso del paranoico reivindicados; querulante; perseguido-
perseguidor; interpretativo histérico; mitómano; demente senil; del niño púber (sobre
todo las jovencitas). En estos casos no existe la víctima en el sentido exacto del
término porque simplemente no ha habido infracción. Sólo sirve para señalar a un
autor imaginario ante la justicia penal y habrá que evitar que se cometan errores
judiciales contra un inocente.
Estas víctimas han colaborado en la acción nociva y existe una culpabilidad recíproca, por lo
cual la pena debe ser menor para el victimario.
En estos casos son las víctimas las que cometen por sí la acción nociva y el inculpado debe
ser excluido de toda pena.
Una primera crítica a esta última subclasificación es que el investigador israelí incurre en una
generalización determinista. No se puede calificar la penalidad o la sanción a priori. En
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materia penal siempre se está frente a situaciones singulares. No son partidas de ajedrez que
hasta cierto número de jugadas se conocen de antemano. El hombre y sus actos merecen
siempre el interrogante, el asombro y, al fin, la comprensión. Que la víctima tenga una actitud
concreta provocadora y coadyuvante no implica ignorar o desconocer la personalidad del
autor del suceso penal. Esta calificación no se puede hacer de antemano según sea la acción y
participación de la víctima.
Sin desconocer que la víctima juegue decisivamente, entre otras circunstancias, la convicción
la dará el decurso de la concreta producción de los hechos y sus motivaciones. Esta
elucidación permitirá graduar (no de la manera taxativa como lo hace Mendelshon) de una
forma mucho más controlada y ajustar la pena que en definitiva deberá recaer.
Luis Jiménez de Asúa ensaya una nueva clasificación y ubica a las víctimas en dos categorías
sustanciales: indiferentes y determinadas. Juega un papel importante en esta calificación el
plano y la óptica en el que se mueve el delincuente. Dice: "Pensemos, por ejemplo, en el que
sale a la calle con el objeto de atracar a cualquiera, al primer transeúnte. Para él la víctima es
indiferente: sea hombre o mujer, no le interesa ni su nombre ni su condición, lo único que le
importa es apoderarse de lo que lleva en el bolsillo, con el grito que se hizo famoso en España
de «la bolsa o la vida». Pero, en cambio, otras veces la víctima no es indiferente. Al hombre
que mata a la mujer que le ha sido infiel, no le da igual matarla a ella que matar a otra mujer;
tiene que ser determinada, concreta, esa mujer, en el crimen pasional".
Más que una clasificación se trata de una sistematización de tipo genérico y escueto atractivo.
Propone una nueva categorización entre las víctimas determinadas a las que divide en
resistentes y coadyuvantes, ya que advierte terminantemente que las víctimas anónimas o
indefinidas no tienen mayor interés para la victimología.
Pone como ejemplo concreto de víctima resistente a quien ante un ataque con un cuchillo o un
revólver, se defiende de tal manera que pueda llegar a matar en legítima defensa. En cambio,
quien envenena a otro suele pensar que la víctima será capaz de resistir y, por lo tanto, supone
que el intento puede quedar desbaratado y mata no dando oportunidad de defensa.
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Lo que acontece con los atentados contra la vida y la integridad corporal, acaece también en
los delitos contra la propiedad. Al arrancarle un reloj a una persona se le obliga a que lo
entregue mediante intimidación, lo que constituye el robo clásico. El medio empleado puede
ser también extorsivo y, otras veces, se emplea el ardid o engaño. Señalaba que lo mismo
acontece en los delitos contra la honestidad.
El investigador hindú Fattah efectúa una clasificación de las víctimas en la que, si bien se ciñe
a conceptos extraídos de von Hentig y Mendelshon, presenta ciertas originalidades:
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lo mutile a fin de salvarse del servicio militar; o el del aborto practicado sobre la
víctima a su pedido. Esa categoría de víctima -dice Fattah- es entonces casi
identificable con el malhechor como su cómplice".
Todas estas actitudes son favorables a la ejecución del crimen, sin alcanzar empero la
deliberación que implica el consentimiento.
El tipo activo: Aquí la víctima trae una participación directa en la infracción. Señala
los siguientes casos: la víctima contribuyente; la víctima cooperadora; la víctima
colaboradora; la víctima coadyuvante.
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modo un tipo mixto. En estos casos desempeña un rol activo en el cometido de la infracción
penal, ya sea que actúe conjuntamente con el culpable (la menor consciente en los casos de
rapto o violación) o que preste una ayuda o asistencia cualquiera al autor.
En cuanto al primer grupo, señala el maltrato a menores, homicidios por celos, alcoholismo,
incesto y un gran número de delitos que no son denunciados, como lesiones e impudicicias
con menores. "Hay niños que desde los primeros meses de vida y en algunos casos desde los
primeros días, son víctimas de maltrato, torturas, castigos generalmente ocasionados por los
padres o familiares del menor. Niños abandonados y menores drogadictos que llegan a esta
situación de delincuencia por la carencia de cuidados maternales y de la patología del
núcleo familiar".
Menores explotados por sus padres en el plano laboral, que son estimulados a robar para
asistir económicamente a la familia. Son víctimas que muy probablemente se conviertan en
futuros delincuentes.
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V.- CLASIFICACION DE LAS VICTIMAS SEGÚN ELIAS
NEUMAN
Recogiendo esas experiencias pretendo esbozar una clasificación más moderna y dinámica,
cuya característica esencial estriba en que no es -ni podría ser exhaustiva. Divido a las
víctimas en: a) individuales; b) familiares; c) colectivas; d) sociales (o del sistema social).
Los delitos de índole familiar escasamente llegan a conocimiento de la justicia y tal vez
constituyan -dentro de los delitos convencionales- los que engrosan de manera más elocuente
la llamada "cifra negra". Incluyo a los menores golpeados, que constituye un hecho reiterado
en estos tiempos, porque se trata de una forma de victimización que engendra grandes
resentimientos y desequilibrios emocionales que conducen frecuentemente a la delincuencia.
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Alta traición.
Rebelión.
La comunidad Sedición.
como Nación Levantamientos.
Toda otra forma de conspiración para derrocar un
gobierno legítimamente establecido.
Terrorismo subversivo.
Genocidio. Etnocidio
Delitos de "cuello blanco cometidos por particulares
(fraude bancario, financiero).
Polución de la atmósfera, la tierra y las aguas.
Falsificación de medicamentos. Falsificación de
alimentos.
Tráfico internacional de drogas.
Compra fraudulenta de armas de guerra.
Abuso de poder gubernamental.
La comunidad
Terrorismo de Estado.
social
Abuso de poder económico estatal.
Evasión fraudulenta de capitales por funcionarios.
Colectivas Ocultación de "beneficios" por funcionarios.
Monopolios ilegales.
Especulaciones ilegítimas desde el poder (con motivo de
conocimiento de desvalorizaciones monetarias, por
ejemplo).
Fraudes con planos urbanísticos.
Persecuciones políticas a disidentes de todo tipo.
Censura y uso abusivo de medios de comunicación.
Leyes que crean delincuentes (drogadictos. usuarios,
tenedores).
Menores con conductas antisociales.
Detenidos en sede policial (vejaciones, tratamiento cruel,
Determinados tortura).
grupos Inexistencia de asistencia jurídica.
comunitarios Exceso de detenciones preventivas.
por medio del Prisiones de máxima seguridad, promiscuas, que sólo
sistema penal atienden al depósito.
Inoperancia en la reinserción social de liberados
(definitivos o condicionales).
Dificultades para el resarcimiento económico de las
víctimas.
Víctimas de Niños material o moralmente abandonados.
la sociedad Enfermos.
o del Minusválidos.
sistema Locos.
social Ancianos.
Sumergidos sociales.
Minorías étnicas, raciales y religiosas.
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Homosexuales.
Algunos casos de accidentes de trabajo.
Esta última categorización referida a las víctimas sociales se incluye por sus posibilidades
ciertas -debido a su propia debilidad y falta de asistencia- para constituirse en víctimas de
delitos. Y -en ciertos casos devenir delincuentes.
Se ha querido avalar con bases estadísticas este tipo de situaciones. Se habla también de
familias que tienen una tendencia o predisposición especial a transformarse en víctimas. El
ejemplo que le he escuchado al profesor Drapkin es el de los Kennedy. Como se recordará,
John Kennedy fue asesinado siendo presidente de los Estados Unidos. Lo mismo ocurrió con
su hermano Robert, candidato a la presidencia; otro hermano pereció en un accidente de
aviación; Edward Kennedy también sufrió en su momento un accidente de aviación y cayó en
un barranco en otro accidente automovilístico; a un hijo de Edward debió amputársele una
pierna, y a un hijo de Robert se lo acaba de hallar muerto por la ingestión de una sobredosis
de droga.
En fin, una cantidad nada común de casos y circunstancias que hace que esta familia pueda
ser considerada con una suerte de inclinación genética a la victimización. Debe tratarse de una
inescrutable labilidad, como dicen en el interior del país, un "mal de ojo" que recae sobre toda
la familia Kennedy proclive a una cantidad de hechos victimizantes.
El profesor belga Severín Versele señala: "El ligamen psicológico de la pareja criminal reviste
las formas más diversas, desde la provocación directa al delito por parte de la víctima hasta la
desconcertante constatación de que existen víctimas predestinadas, que circunstancias par-
ticulares parecen impulsar a devenir víctimas por vía de algunos factores psicológicos y
sociales"; y agrega seguidamente: "A nosotros nos parece que existen sujetos predispuestos a
ser víctimas, como existen sujetos de escasa resistencia que permiten a los microbios invadir
fácilmente un terreno favorable predispuesto. La víctima nata parece ser una realidad
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viviente cuya aptitud específica a ser víctima se explica con particularidades biopsi-cológicas
y psicosociales, estas últimas siendo tal vez el resultado de aquéllas"
En nuestro país se ha dado el caso de comercios que han sido asaltados varias veces incluso
en un mismo año. El diario "Clarín", en su edición del 1° de noviembre de 1983 trae un
sugestivo título: "Asaltó cinco veces a un repartidor de soda y narra cómo un mismo
delincuente, "pirata del asfalto", en cinco oportunidades sucesivas, entre mayo de 1982 y
octubre de 1983, asaltó durante su recorrido al mismo camionero que repartía sifones de soda
a domicilio. Así como Lombroso pretendió precisar y describir al "delincuente nato", se trata
de remedarlo a través de la posible existencia de la "víctima nata".
De ahí que Aniyar de Castro señala: "hablar de víctima nata sería un anacronismo
doctrinal, puesto que ni siquiera de los sujetos subnormales, los más representativos,
podemos asegurar que sean arrastrados por fuerzas inescrutables a convertirse en víctimas.
Así como todos los subnormales no son a fortiori criminales". El concepto puede
conducirnos a los excesos de una caza de brujas" ya que la palabra predestinación es un
vocablo cuya semántica resulta cargada de un sentido de magia o de religión. Agrega la
autora venezolana:"Tal vez la única víctima nata que podamos concebir sea Cristo, nacido
para morir asesinado, que psicológicamente estaba determinado a autorrealizar la muerte
que lo justifica".
Sócrates, que fue un innovador en Atenas para su tiempo, terminó aceptando la necesidad de
su muerte y desechando los ruegos de sus discípulos Platón y Jenofonte para que se exiliase.
El caso de Cristo, dejando de lado dogmas y puestos en la Tierra, se le parece en cuanto
refleja la incomprensión a un visionario a quien, ni su época ni los jueces de ésta, pudieron,
quisieron o supieron entender.
Desentrañar el sentido de esa vida y si esa muerte era predeterminada excede los parámetros
de la victimología aunque, con la mira interpretativa actual, puede hablarse con la debida
cautela de una víctima coadyuvante por su altiva y reiterada actitud de testimonio ante sus
jueces, aun sabiendo que éstos podrían condenarlo a morir (¿búsqueda inconsciente de su
fin?). Y coadyuvante en su sentido poco convencional: buscó ser comprendido hasta el último
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momento. En su actitud se plantea la comprensión y el amor entre los hombres. La de sus
jueces es exactamente opuesta en plano a esa comprensión que se les reclama.
Desde otro ángulo, resulta Cristo una de las escasas víctimas que perdona a sus asesinos
intelectuales y materiales. Actitud en la que seguramente se inspirara Juan Pablo II cuando
visitó en la cárcel de Rebibbia, a fines de diciembre de 1983, a quien atentara contra su vida
dos años antes, Mehemet Ali Agca, para ratificarle su perdón y de quien, según expresara, ,
recogió expresiones de arrepentimiento.
Existen víctimas a pesar de ellas con predisposición latente a convertirse en victimarios. Son
los sumergidos sociales, los desposeídos, las familias hambreadas que viven en habitáculos
misérrimos de latas y madera o materiales prensados, sin posibilidades de asistencia ni acceso
a los medicamentos cuando son necesarios, acarreando agua desde allí donde ella se encuentre
para las necesidades higiénicas. De espalda a toda expresión de instrucción y cultura.
Desconocen al autor o autores concretamente responsables de su victimización. No les ofrece
un rostro. Pero son muchos los que han convalidado tanta monstruosidad y creen que estos
sumergidos sociales, subculturalizados, están así porque lo son por "derecho natural" o porque
les gusta.
Esa violación consecuente de sus Derechos Humanos y la situación a las que se los ha
arrojado, los convierte forzadamente en víctimas de un sistema social. Y quienes nacen en
esas pocilgas y allí desarrollan sus vidas están más cerca de la victimización nata que aquellos
inducidos por esotéricos determinismos.
Hay en estos casos una indiscutible facilidad y propensión para devenir delincuentes, en el
sentido de "pobre diablo", previa victimización. Una suerte de víctimas contra sí mismas que
suelen transformarse en delincuentes por el denominador común del resentimiento.
Es posible que en el futuro la victimología establezca científicamente las leyes que dirigen los
procesos de victimización social y los factores de ideologización que concluyen para que ello
ocurra.
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COMPARACION ENTRE LAS DIFERENTES
CLASIFICACIONES DE VICTIMAS
La Víctima Inocente o Víctima Ideal. Víctima Anónima que no ha hecho nada o nada ha
aportado para desencadenar la situación criminal por la que se ve damnificada es
totalmente ajena a la actividad criminal. (le arrebata el bolso, explosión)
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La víctima imaginaria: persona con trastornos de personalidad paranoide
reivindicativa, de persecución, querellante, histérica, mitómano, demencia senil, los
adolescentes (pseudología Fantástica)
- Víctimas:
* Deprimidas * Adquisitivas * Desenfrenadas y libertinas
* Solitarias * Atormentadas * Bloqueadas
* Luchadoras.
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dejar las llaves en el carro con la puerta abierta, exponer la mercadería al alcance del
público (supermercados).
Victima provocadora activa: (provocación directa)
El Tipo Activo
Víctima contribuyente
Víctima cooperadora
Víctima colaboradora
Víctima Coadyuvante
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Víctima perteneciente al mismo grupo familiar del autor del delito: Maltrato infantil,
homicidio por celos, alcoholismo. (Identificación emocional) incesto.
Víctima Conocida: vecinos, compañeros de trabajo
Víctima desconocida
SUICIDIO
SUICIDIO SUICIDIO CRONICO SUICIDIO FOCAL
ORGANICO
• El Deseo de • Ascetismo y Martirio: • Automutilaciones • La afección
Matar Mártires Psicóticos. • Simulación de orgánica es
• El Deseo de Componentes: Enfermedades utilizada para
ser matado - Autopunitivo - Agresivo • Policirugía fines de
• El deseo de - Erótico autocastigo.
• Accidentes
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• Invalidez Neurótica intencionales
- Alcoholismo
Morir • Impotencia y
- Conducta antisocial
Frigidez
- Psicosis
CAPITULO III
OBJETIVOS ESPECÍFICOS
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VICTIMIZACIÓN DE MENORES
De acuerdo a la legislación vigente muchos actos se realizan con miras a la “Protección del
Menor”
Los menores que no han creado el mundo, vinieron a él cuando ya estaba hecho, al parecer no
muy bien. Diría que llegaron marginados y, por ende victimizados. Insertados en el marco
social y en el sistema económico y que con el crecimiento urbano e industrial vuelven a ser
marginados y así seguirán después, en muchos casos, para siempre. Sus conductas asociales
supondrán nuevas marginaciones en otros escenarios preparado para la ocasión por los
controles criminalizadotes.
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En 1979, en Panamá se los definió descriptivamente como: la situación en que se encuentra
un menor de edad por carecer de representante u originado por una conducta abusiva de sus
padres o de quien legalmente lo tenga bajo su responsabilidad, y que le ocasione perjuicio.
Estos menores se han constituido en esa suerte de materia prima de la industria delictiva, que
es preciso madurar, marginándolos nuevamente en reformatorios, comisarías y cárceles de
adultos.
2.- PANDILLAJE
La migración interna trajo consigo los denominados, conos urbanos, pueblos jóvenes,
barriadas, asentamientos humanos, etc, que rodearon y envolvieron a las grandes ciudades.
La familia pierde, en estas grandes ciudades, el sentido que tenía. La mujer debe salir a
trabajar para solventar, o ayudar a solventar, los gastos del hogar y deja librados a sus hijos a
la suerte, compelida por las carencias de elementos esenciales para vivir.
A esa necesidad acuciante se suman los bajos sueldos, o trabajos escasos, el temor al
desempleo, el hacinamiento son otros elementos conflictivos. El desempleo hace que el
hombre se torne violento, irascible, se entregue a sustitutos aditivos como el alcohol, regañe y
maltrate a su familia, mujer e hijos. Al desamparo y al desarraigo se suman la angustia de la
soledad y depresión.
En estas ciudades o cerca de ellas, formando parte de ellas o atrapadas por ellas, está la
enorme cantidad de niños y adolescentes, provenientes de familias pobres que encuentran las
más frustrantes dificultades para su inserción social, educacional, laboral, siendo
violentamente expulsados a una vida de ocio.
Trabajar es imposible por el desempleo, estudiar igualmente imposible por la falta de recursos
económicos, sin embargo los medios de comunicación incitan al consumo, la violencia, la
competencia, ante esta situación los menores tomarán rumbos difícilmente eludibles:
soluciones aditivas y farmacológicas para calmar la angustia y tensión. Inhalarán Terokal,
consumirán cerveza, alcohol de dudosa procedencia y otras drogas que estén a la mano.
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las calles en la medida que van ganando amigos y perciben (o, acaso, recobran) un mundo
afectivo al sentirse acreedores y deudores de ese afecto, en este mundo de distorsión
comienzan a sentirse mejor en la calle que en sus casas desquiciadas; la deserción o la Huida
de enormes padecimientos los ha llevado a una estrategia de sobrevivencia, la pandilla.
Estos menores trabajan y muchos se autoproclaman “Trabajadores de la calle”: lustran
zapatos, limpian vidrios de los carros, llaman pasajeros, venden estampitas, caramelos, flores,
agujas de coser, etc. Otros piden limosna y no pocas veces resultan victimizados por la vil
explotación ejercida por sus padres, padrastros o algún aprovechado a quien obedecen por
temor o afecto.
Se unirán mas tarde en correrías: pequeños hurtos de alimentos, carteras y al fin caerán
presos.
No tratamos de crear reformatorios más modernos, sino de un nuevo concepto, sobre la base
de reconocer que se incide sobre sectores sociales de gran carencia; se trata también de crear
vínculos solidarios, mínima imputabilidad social y mayor corresponsabilidad comunitaria. En
este orden de ideas la internación debe restringirse al mínimo.
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CAPITULO IV
OBJETIVOS ESPECÍFICOS
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1.- VICTIMIZACION POLICIAL
Al margen de las actitudes y formas de trabajo policial y las represiones violentas y abusivas
que encara contra ciertos sospechosos de delitos, la policía cumple una función tan compleja
con necesaria y útil en el entramado social. Su finalidad esencial, en teoría, es la de velar por
la vida y seguridad de los ciudadanos, previniendo la comisión de delitos, cumpliendo de tal
modo, con lo que la ley supone contener o dirigir.
La policía siempre cumple órdenes, siempre se atiene a la ley pero cabría preguntarse si
disciernen, en si ciego cumplimiento, el hecho de que ciertas personas no pueden prestar
consentimiento al contrato social porque son perseguidos por sus ideas o por ser pobres de
solemnidad o marginados sociales.
Sin entrar en detalles de las causas que la pueden desencadenar, la violencia policial desata
una violencia mayor, a veces goza de impunidad en su accionar, protegida y amparada, en
inflige serios daños a la sociedad.
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2.- VICTIMA Y PROCESO PENAL
Con motivo del proceso penal, se ha desarrollado el concepto de segunda victimización; esto
es, en el sentido de que es este proceso de definición el que determina circunstancias que
vienen a caracterizar los elementos de desamparo e inseguridad propios del concepto de
víctima. En efectos, el hecho de que fundamentalmente la víctima del delito no tenga
información sobre sus derechos, de que no reciba la atención jurídica correspondiente, de que
sea completamente mediatizada en su problema y de que más aún, en muchos casos
(violaciones o agresiones sexuales en general, violencia familiar, etc.) reciba un tratamiento
que le significa ahondar la afectación personal sufrida con el delito, implica que los
operadores de justicia le determinan sus condiciones de desamparo e inseguridad, con lo cual
se reafirma su etiqueta de víctima.
Más aún, en relación con los operadores de justicia no sólo hay que considerar a la víctima del
delito, sino también a otros sujetos a los cuales también se les asignan estas características de
desamparo e inseguridad y que por ello mismo pasan a ser igualmente víctimas. Es el caso en
general de los testigos en el proceso, que a menudo sufren una serie de vejaciones y carecen
de información sobre sus derechos y de asesoramiento jurídico. Y aún el propio delincuente y
sus familiares, en la medida en pasan a ser un simple objeto, un número o título de un
expediente y, por tanto, carentes de toda consideración de persona, con lo cual quedan en total
desamparo e inseguridad.
Así, pues, la consideración de la víctima en relación con el proceso penal presenta una gran
complejidad y se podría distinguir entre medidas destinadas a una mayor protección de la
víctima, que implican sólo una reforma del proceso, y aquellas que van dirigidas a una nueva
concepción alternativa al proceso penal, sobre base de un modelo interactivo víctima - autor.
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las formas de control institucionalizado. De ahí que se pueda distinguir entre Victimización
primaria, secundaria y terciaria.
La Victimización primaria, como ya hemos dicho, es aquella que hace referencia con la
realización del hecho delictivo y, por tanto, con la asignación a un hecho de los caracteres
delictivos conforme a la institución de control penal; La secundaria en virtud del desamparo
que se produce en el contacto con los operadores del sistema penal, y la terciaria en el
desamparo de la asistencia social que se produce en el reencuentro con sus grupos de relación
y organismos generales de ayuda pública. Analizaremos algunas situaciones:
Por una parte tenemos la llamada “inseguridad objetiva”, esto es la definición de víctima
como sujeto pasivo directo del hecho delictivo: Pero también se da la “inseguridad subjetiva”,
es decir, la definición de víctima que se produce por la intersección de los controles
informales en relación con el control formal de carácter penal. Los medios de comunicación,
el entorno social y las trasmisiones orales de las víctimas directas, llevan a que un gran
número de personas se sientan victimizadas, esto es, con la misma sensación de desamparo y
desvalimiento que las víctimas directas. Ambos procesos, tanto el de Victimización directa u
objetiva con el de Victimización indirecta o subjetiva, son procesos reales que influyen
evidentemente en la seguridad ciudadana y que, por tanto, deben ser considerados por los
organismos estatales. Los procesos de Victimización directa u objetiva platean diferentes
requerimientos para evita un aumento de la sensación de desamparo o desvalimiento de la
víctima:
Una atención pronta de sus necesidades, de ahí que hayan surgido Servicios de Atención a
la Victima (Emergencia Mujer) con objeto de que esta tenga de inmediato una primera
atención jurídica, médica, psicológica y social asistencial y que al mismo tiempo le
informen y den acceso a los servicios especializados en cada caso.
Un servicio de información sobre las precauciones que llegado el caso haya que tomar
para evitar convertirse en víctima de delito.
Una consideración de los altos riegos objetivos de Victimización, con objeto de acentuar
la información sobre medidas de precaución en tales casos y al mismo tiempo aumentar
las medidas de protección.
Una consideración de las actividades de altos riegos. Es un tema complejo, ¿el estado
debería asumir la protección de bancos por ejemplo?
Una mejor organización especializada de la policía y su formación sobre la base del
respeto de las libertades y derechos fundamentales de los ciudadanos.
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Necesidad de un apoyo especializado, que solo puede darse por conducto de los servicio
de Apoyo a las víctimas.
Reestructuración de la policía y de la administración de justicia en relación con el trato a
la víctima.
Desarrollo de políticas de comunicación de masas, con el objeto de evitar la
magnificación de la sensación de desamparo de la víctima y de la ciudadanía en general.
La víctima no sólo sufre una vía crucis al asistir al sistema judicial, sino también cuando
acude a las oficinas de medicina legal:
Debe realizar un pago por su Reconocimiento Médico Legal, el cual está señalado en
Texto Único de Procedimientos Administrativos.(T.U.P.A.) del Ministerio Público.
Debe formar colas y esperar la atención, debido a la escasez de profesionales en Medicina
Legal, el Ministerio Público no cuenta con los recursos necesarios para contratar nuevos
profesionales.
Desconocimiento por parte de la víctima para que se le envía a Medicina Legal, la entidad
que solicita el Reconocimiento Médico Legal no le explica el porque de la necesidad de
dicho reconocimiento.
Desconocimiento de la Técnica de Reconocimiento Médico Legal, por diversos motivos
se contrata profesionales no especialistas que van a trabajar en Medicina sin ser Médicos
Legistas de carrera.
No contar con los medios económicos necesarios para realizarse el examen auxiliar
solicitado por un Médico Legista.
BIBLIOGRAFÍA BASICA
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5. NEUMAN, E.: Victimología y Control Social. Edit. Universidad. Bs.As. 1994
6. RODRÍGUEZ MANZANERA, L.: Victimología: Estudio de la Víctima. Edit Porrúa.
México. 1998
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