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Las columnas rectificadoras, por otra parte, pueden llegar al 95% con una sola destilación.
Pueden ser continuas o por lotes. Un alambique para proceso por lotes tiene caldera y
columna rectificadora. Se pone la mezcla en la caldera, se destila el alcohol, y se para la
máquina para vaciar la caldera y llenarla con el siguiente lote. Los alambiques continuos
no se paran periodicamente. Pueden funcionar día y noche y, con los automatismos
adecuados, requieren muy poca atención.
La figura 14-2 muestra un equipo de destilación continua con los discos de la figura 14-1.
Consiste en dos columnas, aunque se podría hacer con una sola. El líquido a destilar se
bombea dentro de la primera columna, cerca del extremo superior. Se introduce por el
fondo vapor de agua. A la vez que desciende el líquido, el vapor evapora el etanol que
contiene. El etanol evaporado pasa a la siguiente columna y el líquido, ya sin alcohol, sale
por la base. La siguiente columna tiene discos parecidos a los de la primera. En ella se
separa el vapor de etanol de la mayor parte del vapor de agua que queda, y sale con una
pureza del 95%.
El equipamiento descrito hasta ahora se basa en el principio de añadir calor para hervir el
líquido e introducir el vapor en el proceso de destilación. Otra forma de evaporarlo es
reducir la presión. Con vacío se puede llevar el agua helada hasta los 32º F fácilmente.
Las mezclas de agua y etanol también se pueden hacer hervir simplemente con reducir la
presión. Este equipo consiste en una bomba de vacío, un condensador y un alambique
por lotes construido para resistir la presión externa causada por el vacío. Este
equipamiento merece atención, aunque la energía gastada por la bomba de vacío
probablemente sea igual a la gastada por un alambique normal.
La figura 14-3 muestra una sencilla columna de reflujo. Es simplemente una tubería que
contiene un material de relleno para proporcionar una gran superficie interna. A parte del
tubo que contiene el relleno, tiene que haber algún tipo de filtro en la base para evitar que
el relleno caiga a la caldera. El termómetro en lo alto de la columna es necesario para
saber la temperatura del vapor que entra en el condensador.
Una columna de tres pulgadas de diámetro debería tener cuatro pies de longitud. Sería
capaz de producir un galón por hora, dependiendo de la concentración inicial de etanol.
Un alambique de cuatro pultadas tendría seis pies de longitud y produciría dos galones
por hora. Con seis pulgadas, la longitud sería de diez pies y la producción de cinco o seis
galones por hora. Las columnas de este tipo no funcionan bien con diámetros mayores de
seis pulgadas.
Condensadores
Sobre la columna tiene que haber un condensador para enfriar el vapor y volverlo líquido.
Puede ser un serpentín de tubería de cobre blando dentro de un contenedor adecuado,
como se muestra en la figura 14-4. Aquí el agua se emplea como medio para intercambiar
calor. En alambiques pequeños el condensador puede estar refrigerado por aire. El
radiador de un viejo automóvil funcionaría muy bien. Lo importante es que sea lo bastante
grande para enfriar todo el vapor hasta menos de 100º F, y preferiblementa hasta menos
de 60º F.
Si algo dificulta el paso del vapor al condensador puede formarse presión dentro de la
columna y la caldera. Por eso en un alambique de tres pulgadas el diámetro de la tubería
del condensador no debería ser menor de 3/8 de pulgada. El diámetro efectivo de un
condensador se puede aumentar conectando en paralelo dos o más serpentines.
Calderas
Durante el funcionamiento de la columna circula por el serpentín agua fría para condensar
una parte del vapor ascendente y, por tanto, aumentar el reflujo. Hay que ajustar con
precisión la cantidad de agua que pasa por el serpentín. Se deben usar pequeñas
válvulas de aguja diseñadas para la medición precisa de líquidos. Se puede conseguir un
funcionamiento semi-automático cambiando las válvulas de aguja por electroválvulas
controladas por sensores de temperatura.
Se le pueden hacer muchas mejoras al alambique básico. Una de ellas es un cárter para
el densímetro como el que se muestra en la figura 14-6. Está construido con piezas
normales. El etanol líquido que sale del condensador entra por el fondo del cárter y sube
hacia arriba. El densímetro y el termómetro permiten un control continuo de su pureza. La
válvula del fondo del cárter permite drenarlo.
Figura 14-6
La figura 14-7 muestra una columna de reflujo con dos serpentines de control, un cárter
con densímetro y las tuberías. La disposición del condensador, las tuberías, las válvulas,
etc aclara la ilustración y no tiene por qué ser la mejor posible.
Figura 14-7: columna de reflujo
La columna puede ser de cobre, hierro o acero. El aluminio no es adecuado porque puede
reaccionar químicamente con el etanol. También se debe evitar el uso de ciertos tipos de
goma y plástico que son corroídos por el etanol. Las tuberías y acoplamientos de cobre,
aunque son más caros, facilitan el trabajo. Los recomiendo.
Para construir una columna de, por ejemplo, cuatro pulgadas, empieza cortando seis pies
de tubería para la rectificación, dos o tres pies para la sección de separación y dos tramos
de un pie de longitud para los serpentines de control. El uso de dos serpentines permite
un control muy preciso de la temperatura a lo largo de la columna. Sin embargo, si la
fuente de calor se puede controlar fácilmente, como ocurre con el gas y la electricidad, se
puede quitar el serpentín inferior. Los serpetines de control son de tubería de cobre
blando de entre 3/16 y 3/8 de pulgada.
La columna debe estar rellena. El relleno puede ser de canicas, guijarros, vidrios rotos,
pequeños trozos de tubo (metálico o de vidrio). Sirve cualquier cosa que no se oxide ni
reaccione con el etanol. Sin embargo el mejor relleno para este tipo de columna
probablemente sea el estropajo de cobre o acero inoxidable. La lana de acero corriente no
sirve porque se oxida rápidamente. Hay que poner algún tipo de malla o soporte en la
base de cada parte rellena para evitar que el relleno caiga a la caldera. El soporte más
sencillo es un pedazo de malla gruesa del diámetro de la columna soldado a ella.
Después de rellenarla se puede ensamblar toda la columna. El dibujo muestra las
uniones.
La figura 14-3 muestra el termómetro (u otro sensor de temperatura) sujeto en su sitio por
un tapón de corcho. Esto es un dispositivo de seguridad. Una presión excesiva empujará
el tapón de corcho hacia fuera. Si se sujeta el termómetro de alguna otra manera habrá
que añadir en la columna o en la caldera una válvula de alivio, como en los calentadores
de agua.
La válvula de tres vías situada debajo del cárter del densímetro permite volver a introducir
en la caldera el producto impuro para redestilarlo. Además son necesarios dos depósitos,
uno para el etanol más puro y otro para el de poca pureza. Como se explicará luego, el
depósito de poca pureza se debe colocar de forma que su contenido se pueda verter en la
caldera antes de empezar cada lote.
Durante la destilación la caldera no puede estar llena hasta más de 3/4 de su capacidad
máxima. Cuando el líquido empieza a hervir, empieza a subir vapor por la columna.
Después de un rato la columna se calienta y llega a un equilibrio. Para una concentración
normal de un 8% de etanol, la temperatura inicial del vapor en la caldera será de unos
200º F. El vapor se enfría al subir por la columna, y se estabiliza a 173º F en su extremo
superior, que es aproximadamente la temperatura de ebullición de la mezcla azeotropica
de agua y etanol.
Si sale de la caldera más vapor del que puede admitir la columna, la temperatura en lo
alto del alambique superará los 173º F y la concentración de etanol del vapor que llegue al
condensador será menor. En el caso contrario, si no entra suficiente vapor, la temperatura
en lo alto del alambique no será suficiente y no llegará vapor al condensador. En una
columna sin serpentines de control la fuente de calor y la caldera tienen que estar
ajustados para mantener la cantidad de vapor apropiada. En alambiques con control de
reflujo la caldera se ajusta para producir un exceso de vapor. El serpentín de control
inferior se ajusta para que el termómetro situado justo encima de él marque 180º F, y el
superior a 173º F.
La destilación habrá terminado cuando la mezcla haya perdido todo el etanol. Se sabe por
la temperatura de la caldera y de lo alto de la columna, como se dijo antes. Se saca el
líquido que queda en la caldera, ahora llamado residuo de destilación, y se llena con el
siguiente lote. El residuo de poca concentración del lote anteior se añade al nuevo lote, y
el alambique queda listo para la siguiente destilación.
Precauciones