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Toma importancia con la publicación de “El Origen de los Continentes”, de Alfred Wegener
en 1915. Sugiere la existencia de un supercontinente llamado Pangea y su fragmentación
durante la era Mesozoica, hace más de 200 millones de años. Esta idea surgió de ver la
fragmentación del hielo durante sus expediciones en Groenlandia, entre 1906 y 1908
Los principales argumentos de esta hipótesis son:
En 1968 se unieron los conceptos de deriva continental y expansión del fondo oceánico en
una teoría mucho más completa conocida como tectónica de placas.
Uno de los principales fundamentos de la teoría de la tectónica de placas es que las placas se
mueven como unidades coherentes en relación con todas las demás placas. A medida que se
mueven las placas, la distancia entre dos puntos situados sobre la misma placa (Nueva York
y Denver, por ejemplo) permanece relativamente constante, mientras que la distancia entre
puntos situados sobre placas distintas, como Nueva York y Londres, cambia de manera
gradual.
Las placas litosféricas se mueven como unidades coherentes en relación con las otras placas.
Aunque el interior de las placas puede experimentar alguna deformación, las principales
interacciones entre las placas individuales (y, por consiguiente, la mayor deformación) se
produce a lo largo de sus bordes. De hecho, los bordes de placa se establecieron por primera
vez representando las localizaciones de los terremotos. Además, las placas tienen tres tipos
distintos de bordes, que se diferencian en función del tipo de movimiento que exhiben:
Un arco volcánico es un alineamiento de volcanes con forma de arco. Este tipo de estructura
se origina por el ascenso, a través de la corteza de una placa tectónica, de magmas generados
durante la subducción de otra placa por debajo de ella.
Los arcos volcánicos son orógenos generados por las elevadas temperaturas que se producen
mediante este mecanismo y reciben también el nombre de orógenos térmicos.
La orogénesis térmica es un tipo de orogénesis que tiene lugar cuando la corteza oceánica de
una placa tectónica subduce por debajo de la corteza de otra placa, oprimiéndola y fundiendo
su material basal.
Las temperaturas y presiones que aumentan con la profundidad generan la volatilización de
parte de los componentes de la placa en subducción, causando así la fusión de los materiales
y generando un magma de baja densidad que asciende desde la litosfera y atraviesa la corteza
terrestre de la placa oprimida hasta la superficie. Así, el magma ascendente genera una serie
de conos volcánicos que actúan como válvulas naturales para liberar la presión acumulada
bajo la placa oprimida.
Para el caso de un arco volcánico continental, este se forma cuando la corteza oceánica
subduce bajo la corteza continental, como en el caso de Los Andes.
Proceso orogénico de convergencia continental
También llamado obducción, es un proceso en el que dos continentes colisionan en una zona
de subducción debido a que la corteza oceánica entre ambos continentes se ha subducido por
completo. Una vez que las cortezas continentales colisionan, la similitud de densidades entre
una y otra impide que el proceso de subducción continúe, sellando el borde; esto no detiene
las fuerzas de empuje de un continente respecto a otro, sino se traduce en la compresión y
fusión de las masas continentales hasta su deformación, comenzando un proceso de creación
de cordilleras intercontinentales a lo largo del antiguo borde. Estas cadenas tienen la
particularidad de ser de gran altura y se mantiene en crecimiento hasta que las fuerzas de
empuje cesan. Tal es el caso de la cordillera de los Himalaya, que se originó cuando la placa
India colisionó con la placa Euroasiática (Mesozoico, hace más de 70 ma), los Alpes o los
Montes Urales.
Estructura interna de la Tierra y características
El interior de la Tierra se caracteriza por un aumento gradual de la temperatura, la presión y
la densidad con la profundidad. Los cálculos sitúan la temperatura a una profundidad de 100
kilómetros entre los 1.200 °C y los 1.400 °C, mientras que la temperatura del centro de la
Tierra supera los 6.700 °C. Esta puede dividirse en cinco capas principales según sus
propiedades físicas y, por tanto, su resistencia mecánica: la litosfera, la astenosfera, la
mesosfera (manto inferior), el núcleo externo y el núcleo interno.
Litosfera y astenosfera: la capa más externa de la Tierra está formada por la corteza y el
manto superior y forma un caparazón relativamente frío y rígido. Esta capa, denominada
litosfera (esfera de roca), tiene un grosor medio de 100 kilómetros, pero puede extenderse
250 kilómetros o más por debajo de las porciones más antiguas de los continentes. Dentro de
las cuencas oceánicas, la profundidad de la litosfera es de sólo unos pocos kilómetros debajo
de las dorsales oceánicas y aumenta hasta casi 100 kilómetros en las regiones de la corteza
oceánica más antiguas y más frías.
Es importante destacar que las rocas de la litosfera se calientan y se debilitan (se deforman
más fácilmente) progresivamente al aumentar la profundidad. A la profundidad de la
astenosfera superior, las rocas están lo suficientemente cerca de su temperatura de fusión
como para que se deformen con facilidad. Por tanto, la astenosfera superior es débil porque
está cerca de su punto de fusión, de la misma manera que la cera caliente es más plástica que
la cera fría.
Núcleo interno y externo: el núcleo, que está compuesto principalmente por una aleación
de hierro y níquel, se divide en dos regiones que exhiben resistencias mecánicas muy
diferentes. El núcleo externo es una capa líquida de 2.270 kilómetros de espesor. El flujo
convectivo del hierro metálico en el interior de esta zona es el que genera el campo magnético
de la Tierra. El núcleo interno es una esfera con un radio de 3.486 kilómetros. A pesar de su
temperatura más elevada, el material del núcleo interno es más fuerte (debido a la inmensa
presión) que el núcleo externo y se comporta como un sólido.
Cómo la sismología ayudó a entender la estructura interna de la Tierra
4.- Las ondas de cizalla (S), que vibran en ángulo recto con respecto a su dirección de
desplazamiento, no pueden propagarse a través de los líquidos, porque, a diferencia de los
sólidos, los líquidos no se oponen a la cizalla. Es decir, cuando los líquidos son sometidos a
fuerzas que actúan para cambiar sus formas, simplemente fluyen.
5.- En todos los materiales, las ondas P viajan más deprisa que las ondas S.
Se denomina erosión al proceso de sustracción o desgaste de la roca del suelo intacto (roca
madre), por acción de procesos geológicos exógenos como las corrientes superficiales de
agua o hielo glaciar, el viento, los cambios de temperatura o la acción de los seres vivos. El
material erosionado puede estar conformado por:
Fragmentos de rocas creados por abrasión mecánica por la propia acción del
viento, aguas superficiales, glaciares y expansión-contracción térmica por
variaciones estacionales o diurnas.
Suelos, los cuales son creados por la descomposición química de las rocas
mediante la acción combinada de ácidos débiles disueltos en agua superficial
y meteórica, hidrólisis, ácidos orgánicos, bacterias, acción de plantas, etc. La
erosión es uno de los principales actores del ciclo geográfico
Faja volcánica