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Deriva continental

Toma importancia con la publicación de “El Origen de los Continentes”, de Alfred Wegener
en 1915. Sugiere la existencia de un supercontinente llamado Pangea y su fragmentación
durante la era Mesozoica, hace más de 200 millones de años. Esta idea surgió de ver la
fragmentación del hielo durante sus expediciones en Groenlandia, entre 1906 y 1908
Los principales argumentos de esta hipótesis son:

 El encaje de los continentes: Wegener notó las


semejanzas en los bordes de África y Sudamérica.
Edward Bullard corroboraron este hecho encajando
las plataformas continentales de ambos continentes,
logrando un ajuste notable.

 La distribución geográfica de los fósiles: Wegener


era apoyado por los paleontólogos de su época, que
buscaban una explicación a la existencia de fósiles
idénticos de formas de vida Mesozoicas en
continentes tan separados (ej: el Mesosaurus, el
helecho Glossopteris y organismos actuales).

 Tipo y semejanzas estructurales de las rocas:


Wegener encontró pruebas de la similitud entre rocas
ígneas de 2,200 millones de años de antigüedad en
las costas de Brasil muy similares a encontradas en
las costas de África. Esto lo hizo pensar que, si estas
masas de tierra habían estado unidas, no sólo en
apariencia debían corresponderse, sino que
estructuras similares debían estar presentes en ambas
costas (ej: similitud de cadenas montañosas
Apalaches, dirección Noreste (América) y Montañas
Caleodónicas, dirección Noreste (Europa)

 Evidencias paleoclimáticas: El transporte de sedimentos por glaciales de la misma


edad en el Sur de África y Sudamérica interesó a Wegener. Descartó la posibilidad
de una era glacial que extendiera el hielo hasta estas zonas, debido al descubrimiento
de grandes pantanos tropicales en el norte durante el Paleozoico tardío, lo que sugería
ambientes tropicales.

 Paleomagnetismo: Los minerales ricos en hierro (como la magnetita, abundante en


las coladas de lava de composición basáltica), son las brújulas más antiguas de la
Tierra, que nos permiten estudiar la evolución del campo magnético de esta. Gracias
a estos (que pierden su magnetismo después del Punto de Curie y se magnetizan antes
de este, la dirección del polo magnético ha quedado grabada en estas rocas.
Expansión del fondo oceánico

Harry Hess planteó la hipótesis de la


Expansión del fondo oceánico, incorporando
los sistemas de dorsales oceánicas
descubiertos durante exploraciones
oceanográficas después de la Segunda
Guerra Mundial. Estas estructuras,
caracterizadas por intenso vulcanismo y
elevado flujo térmico, permitieron que Hess
propusiera estos sistemas de dorsales estaban
localizados en puntos de ascenso convectivo
de material del manto; a medida que este
asciende, al topar con la corteza superior, este
se desplaza en horizontal (ambas
direcciones), empujando la corteza, y debilitándola, en la misma dirección. Esto fractura la
corteza superior, permitiendo el paso de material que forma nueva corteza oceánica, y empuja
la ya existente lejos de la cresta de la dorsal. También propuso que a las corrientes
ascendentes del manto, debían acompañarlas corrientes
descendentes, que corresponden a las zonas cercanas a
las fosas submarinas.

De esta forma, pudo explicar por qué la edad del fondo


oceánico medida hasta ese entonces no superaba los 180
millones de años (la corteza oceánica está en constante
renovación) y proponía que las corrientes de convección
transportaban de forma pasiva los continentes (deriva
continental). Esto pudo demostrarse gracias al
descubrimiento de las inversiones magnéticas por Vine
y Matthews en 1963. Realizando estudios en la costa
Pacifica de Norteamérica, notaron la presencia de bandas
de magnetismo de alta y baja intensidad, de diferente
espesor y, relacionando este hecho con la magnetización
de las lavas al enfriarse, pudieron brindar pruebas de
cómo el material, al salir de las dorsales, se magnetizaba
en función de la polaridad del campo
magnético en ese momento y cómo estas
bandas se extendían más allá de la dorsal con
diferentes edades (métodos de datación), por
lo que el fondo oceánico estaba en constante
creación y expansión.
Tectónica de Placas

En 1968 se unieron los conceptos de deriva continental y expansión del fondo oceánico en
una teoría mucho más completa conocida como tectónica de placas.

Según el modelo de la tectónica de placas, el manto superior, junto con la corteza


suprayacente, se comportan como una capa fuerte y rígida, conocida como la litosfera que
está rota en fragmentos, denominados placas. Las placas de la litosfera son más delgadas en
los océanos (entre unos pocos kilómetros en las dorsales oceánicas y 100 kilómetros en las
cuencas oceánicas profundas). La litosfera continental, por regla general, tiene un grosor de
entre 100 y 150 kilómetros, pero puede superar los 250 kilómetros debajo de las porciones
más antiguas de las masas continentales. La litosfera se encuentra por encima de una región
más dúctil del manto, conocida como la astenosfera. El régimen de temperatura y presión
de la astenosfera superior es tal que las rocas que allí se encuentran se aproximan mucho a
sus temperaturas de fusión, lo que provoca una zona muy dúctil que permite la separación
efectiva de la litosfera de las capas inferiores. Así, la roca poco resistente que se encuentra
dentro de la astenosfera superior permite el movimiento de la capa externa rígida de la Tierra.

La litosfera está rota en numerosos fragmentos,


llamados placas, que se mueven unas con respecto
a las otras y cambian continuamente de tamaño y
forma. Se reconocen siete placas principales. Son
la placa Norteamericana, la Sudamericana, la del
Pacífico, la Africana, la Euroasiática, la
Australiana y la Antártica. La mayor es la placa del
Pacífico, que abarca una porción significativa de la
cuenca del océano Pacífico.

Las placas de tamaño mediano son la Caribeña, la


de Nazca, la Filipina, la Arábiga, la de Cocos, la de
Scotia y la de Juan de Fuca. Además, se han
identificado más de una docena de placas más
pequeñas.

Uno de los principales fundamentos de la teoría de la tectónica de placas es que las placas se
mueven como unidades coherentes en relación con todas las demás placas. A medida que se
mueven las placas, la distancia entre dos puntos situados sobre la misma placa (Nueva York
y Denver, por ejemplo) permanece relativamente constante, mientras que la distancia entre
puntos situados sobre placas distintas, como Nueva York y Londres, cambia de manera
gradual.

Las placas litosféricas se mueven como unidades coherentes en relación con las otras placas.
Aunque el interior de las placas puede experimentar alguna deformación, las principales
interacciones entre las placas individuales (y, por consiguiente, la mayor deformación) se
produce a lo largo de sus bordes. De hecho, los bordes de placa se establecieron por primera
vez representando las localizaciones de los terremotos. Además, las placas tienen tres tipos
distintos de bordes, que se diferencian en función del tipo de movimiento que exhiben:

1. Bordes divergentes (bordes constructivos): donde dos placas se separan, lo que


produce el ascenso de material desde el manto para crear nuevo suelo oceánico
(dorsales oceánicas).


2. Bordes convergentes (bordes destructivos): donde dos placas se juntan provocando el


descenso de la litosfera oceánica debajo de una placa superpuesta, que es
finalmente reabsorbida en el manto, o posiblemente la colisión de dos bloques
continentales para crear un sistema montañoso (fosas submarinas). 


3. Bordes de falla transformante (bordes pasivos): donde dos placas se desplazan


lateralmente una respecto de la otra sin la producción ni la destrucción de
litosfera. 


Aunque la superficie total de la


Tierra no cambia, el área de las
placas individuales puede disminuir
o crecer dependiendo de cualquier
desequilibrio entre la velocidad de
crecimiento en los bordes
divergentes y la velocidad de
destrucción de la litosfera en los
bordes convergentes. También es
importante destacar que los bordes
de placa no son fijos, sino que se
mueven. Pueden crearse nuevos
bordes de placa en respuesta a
cambios en las fuerzas que actúan
sobre estas láminas rígidas. Por
ejemplo, en el mar Rojo, se localiza
un borde divergente relativamente
nuevo. Hace menos de 20 millones
de años, la península Arábiga
empezó a separarse de África. En
otras localizaciones, placas que
transportan corteza continental se
están moviendo en la actualidad unas hacia otras. Es posible que, finalmente, esos continentes
colisionen y se junten. En este caso, el borde que una vez separó dos placas desaparecerá
cuando las placas se conviertan en una sola. El resultado de una colisión continental de este
tipo es una majestuosa cordillera montañosa como la del Himalaya.

Arcos volcánicos continentales

Un arco volcánico es un alineamiento de volcanes con forma de arco. Este tipo de estructura
se origina por el ascenso, a través de la corteza de una placa tectónica, de magmas generados
durante la subducción de otra placa por debajo de ella.
Los arcos volcánicos son orógenos generados por las elevadas temperaturas que se producen
mediante este mecanismo y reciben también el nombre de orógenos térmicos.
La orogénesis térmica es un tipo de orogénesis que tiene lugar cuando la corteza oceánica de
una placa tectónica subduce por debajo de la corteza de otra placa, oprimiéndola y fundiendo
su material basal.
Las temperaturas y presiones que aumentan con la profundidad generan la volatilización de
parte de los componentes de la placa en subducción, causando así la fusión de los materiales
y generando un magma de baja densidad que asciende desde la litosfera y atraviesa la corteza
terrestre de la placa oprimida hasta la superficie. Así, el magma ascendente genera una serie
de conos volcánicos que actúan como válvulas naturales para liberar la presión acumulada
bajo la placa oprimida.
Para el caso de un arco volcánico continental, este se forma cuando la corteza oceánica
subduce bajo la corteza continental, como en el caso de Los Andes.
Proceso orogénico de convergencia continental

También llamado obducción, es un proceso en el que dos continentes colisionan en una zona
de subducción debido a que la corteza oceánica entre ambos continentes se ha subducido por
completo. Una vez que las cortezas continentales colisionan, la similitud de densidades entre
una y otra impide que el proceso de subducción continúe, sellando el borde; esto no detiene
las fuerzas de empuje de un continente respecto a otro, sino se traduce en la compresión y
fusión de las masas continentales hasta su deformación, comenzando un proceso de creación
de cordilleras intercontinentales a lo largo del antiguo borde. Estas cadenas tienen la
particularidad de ser de gran altura y se mantiene en crecimiento hasta que las fuerzas de
empuje cesan. Tal es el caso de la cordillera de los Himalaya, que se originó cuando la placa
India colisionó con la placa Euroasiática (Mesozoico, hace más de 70 ma), los Alpes o los
Montes Urales.
Estructura interna de la Tierra y características
El interior de la Tierra se caracteriza por un aumento gradual de la temperatura, la presión y
la densidad con la profundidad. Los cálculos sitúan la temperatura a una profundidad de 100
kilómetros entre los 1.200 °C y los 1.400 °C, mientras que la temperatura del centro de la
Tierra supera los 6.700 °C. Esta puede dividirse en cinco capas principales según sus
propiedades físicas y, por tanto, su resistencia mecánica: la litosfera, la astenosfera, la
mesosfera (manto inferior), el núcleo externo y el núcleo interno.

Litosfera y astenosfera: la capa más externa de la Tierra está formada por la corteza y el
manto superior y forma un caparazón relativamente frío y rígido. Esta capa, denominada
litosfera (esfera de roca), tiene un grosor medio de 100 kilómetros, pero puede extenderse
250 kilómetros o más por debajo de las porciones más antiguas de los continentes. Dentro de
las cuencas oceánicas, la profundidad de la litosfera es de sólo unos pocos kilómetros debajo
de las dorsales oceánicas y aumenta hasta casi 100 kilómetros en las regiones de la corteza
oceánica más antiguas y más frías.

Debajo de la litosfera, en el manto superior (a una profundidad de unos 660 kilómetros), se


extiende una capa blanda, relativamente débil, conocida como astenosfera. En la parte
superior de la astenosfera se dan unas condiciones de temperatura/presión que provocan una
pequeña cantidad de fusión. Dentro de esta zona de debilidad, la litosfera está mecánicamente
despegada de la capa inferior. El resultado es que la litosfera puede moverse con
independencia de la astenosfera.

Es importante destacar que las rocas de la litosfera se calientan y se debilitan (se deforman
más fácilmente) progresivamente al aumentar la profundidad. A la profundidad de la
astenosfera superior, las rocas están lo suficientemente cerca de su temperatura de fusión
como para que se deformen con facilidad. Por tanto, la astenosfera superior es débil porque
está cerca de su punto de fusión, de la misma manera que la cera caliente es más plástica que
la cera fría.

Mesosfera o manto inferior: por debajo de la zona de debilidad de la astenosfera superior,


la mayor presión contrarresta los efectos de la temperatura más elevada y las rocas son
gradualmente más resistentes con la profundidad. Entre las profundidades de 660 kilómetros
y 2.900 kilómetros, se encuentra una capa más rígida llamada mesosfera (esfera media) o
manto inferior. A pesar de su resistencia, las rocas de la mesosfera están todavía muy
calientes y pueden fluir de una manera muy gradual.

Núcleo interno y externo: el núcleo, que está compuesto principalmente por una aleación
de hierro y níquel, se divide en dos regiones que exhiben resistencias mecánicas muy
diferentes. El núcleo externo es una capa líquida de 2.270 kilómetros de espesor. El flujo
convectivo del hierro metálico en el interior de esta zona es el que genera el campo magnético
de la Tierra. El núcleo interno es una esfera con un radio de 3.486 kilómetros. A pesar de su
temperatura más elevada, el material del núcleo interno es más fuerte (debido a la inmensa
presión) que el núcleo externo y se comporta como un sólido.
Cómo la sismología ayudó a entender la estructura interna de la Tierra

Para examinar la composición y la estructura de


la Tierra, primero debemos estudiar algunas de
las propiedades básicas de la transmisión de las
ondas, o propagación. La energía sísmica viaja
desde su origen en todas las direcciones en forma
de ondas. Entre las características significativas
de las ondas sísmicas se cuentan:

1.- La velocidad de las ondas sísmicas depende


de la densidad y la elasticidad de los materiales
que atraviesan. Las ondas sísmicas viajan más
deprisa en los materiales rígidos, que retornan
elásticamente a sus formas originales cuando
cesa el esfuerzo causado por una onda sísmica.
Por ejemplo, una roca cristalina transmite las
ondas sísmicas más deprisa que una capa de lodo
no consolidada.

2.- Dentro de una capa determinada, la


velocidad de las ondas sísmicas
aumenta generalmente con la
profundidad, porque la presión aumenta
y comprime la roca transformándola en
un material elástico más compacto.

3.- Las ondas compresivas (P), que


vibran hacia atrás y hacia delante en el
mismo plano que su dirección de
movimiento, son capaces de propagarse
a través de líquidos, así como de
sólidos, porque, cuando están
comprimidos, esos materiales se
comportan elásticamente, es decir, se
oponen a un cambio de volumen y, como una tira de goma, vuelven a su forma original
cuando pasa la onda.

4.- Las ondas de cizalla (S), que vibran en ángulo recto con respecto a su dirección de
desplazamiento, no pueden propagarse a través de los líquidos, porque, a diferencia de los
sólidos, los líquidos no se oponen a la cizalla. Es decir, cuando los líquidos son sometidos a
fuerzas que actúan para cambiar sus formas, simplemente fluyen. 

5.- En todos los materiales, las ondas P viajan más deprisa que las ondas S. 


6. Cuando las ondas


sísmicas pasan de un
material a otro, la
trayectoria de la onda se
refracta. Además, la
discontinuidad (el límite
entre los dos materiales
diferentes) refleja algo de la
energía. Esto es similar a lo
que ocurre a la luz cuando
pasa del aire al agua.

Por tanto, dependiendo de la


naturaleza de las capas a
través de las cuales pasen,
las ondas sísmicas van más
rápidas o más lentas, y pueden refractarse o reflejarse. Estos cambios medibles en los
movimientos de las ondas sísmicas permiten a los sismólogos sondear el interior de la Tierra.

El estudio sismográfico de la estructura de la Tierra comprende el análisis del


comportamiento de las ondas P y S liberadas durante los terremotos a partir de
sismogramas y diagramas de velocidad propagación que se relacionan con las
propiedades físicas de los medios ya conocidos para crear modelos internos de esta
(Tierra).
Molécula básica de los silicatos

Todos los silicatos tienen el mismo componente básico


fundamental, el tetraedro silicio-oxígeno. Esta
estructura consiste en cuatro iones de oxígeno que
rodean a un ion de silicio mucho menor. El tetraedro
silicio-oxígeno es un ion complejo (SiO44) con una
carga de -4.

Elementos que caracterizan a los silicatos oscuros

Hierro y Magnesio en mayor presencia que el Aluminio,


Potasio, Calcio o Sodio.

3 Estructuras que forman los silicatos oscuros

Tetraedros simples, cadenas sencillas y dobles.

La energía solar y el dinamismo en la hidrosfera y atmosfera


El ciclo hidrológico es un sistema mundial gigantesco impulsado por la energía del sol, en el
cual la atmósfera proporciona el nexo vital entre los océanos y los continentes (Figura 16.2).
El agua se evapora en la atmósfera desde el océano y, en un grado mucho menor, desde los
continentes. Los vientos transportan este aire cargado de humedad, a menudo a grandes
distancias, hasta que las condiciones hacen que la humedad se con- dense en nubes y caiga
como precipitación.
La precipitación que
cae en el océano ha
completado su ciclo
y está dispuesta a
empezar otro. El
agua que cae en el
continente, sin
embargo, debe
completar su camino
de vuelta al océano.

Fuerzas de meteorización y erosión modificando la superficie

Se denomina erosión al proceso de sustracción o desgaste de la roca del suelo intacto (roca
madre), por acción de procesos geológicos exógenos como las corrientes superficiales de
agua o hielo glaciar, el viento, los cambios de temperatura o la acción de los seres vivos. El
material erosionado puede estar conformado por:
 Fragmentos de rocas creados por abrasión mecánica por la propia acción del
viento, aguas superficiales, glaciares y expansión-contracción térmica por
variaciones estacionales o diurnas.
 Suelos, los cuales son creados por la descomposición química de las rocas
mediante la acción combinada de ácidos débiles disueltos en agua superficial
y meteórica, hidrólisis, ácidos orgánicos, bacterias, acción de plantas, etc. La
erosión es uno de los principales actores del ciclo geográfico

La meteorización es la destrucción de rocas sólidas a causa de fuerzas químicas, físicas o


biológicas. Generalmente se conoce tres tipos de meteorización. La meteorización mecánica,
meteorización química y la meteorización biológica - orgánica. Cada tipo de la meteorización
tiene sus subtipos cuales dependen de los factores físicos, químicos o biológicos:
 Física: por cambio de temperatura, por helada o por hidración.
 Química: oxidación, reducción, hidrólisis.
 Biológica: raíces, bacterias.
Ciclo de las rocas
El magma, que se forma a una gran
profundidad por debajo de la superficie
de la Tierra, se enfría y se solidifica
(cristalización), ya sea debajo de la
superficie terrestre o en la superficie,
originando las rocas ígneas. Cuando las
rocas ígneas afloran en la superficie
experimentarán un proceso
sedimentario (meteorización, erosión,
transporte, deposito, compactación,
diagénesis, conocido como litificación)
dando lugar a una roca sedimentaria; si
esta roca sedimentaria, además, es
enterrada a profundidad y es sometida a
procesos metamórficos (cambios de
presión, temperatura), la roca
reaccionará ante el ambiente cambiante
y se convertirá en una metamórfica.
Finalmente cuando ésta última es
expuesta a cambios de presión adicionales o a temperaturas aún mayores se fundirá, creando
un magma que nuevamente acabará cristalizando en rocas ígneas. Cabe decir que algo común
a todos estos cambios es que requieren de grandes cantidades de tiempo para realizarse.
Snowball

La disminución del dióxido de carbono y el metano (ambos gases de efecto invernadero)


durante el Criogénico (Precámbrico – Proterozoico – Neo Proterozoico) hace
aproximadamente 720 millones de años, junto con un periodo de baja emisión de radiación
solar (se cree) provocó una glaciación global, acelerando el proceso el albedo positivo en la
superficie, con capas de hielo que llegaron hasta el Ecuador de Rodinia (en ese entonces
continente). De igual manera se cree que estos factores provocaron otra glaciación durante el
Eoceno-Oligoceno.

Faja volcánica

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