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Sin embargo, parece que va a resultar difícil cataclismos y bruscas apariciones de nuevas
un cambio de perspectiva, especialmente por morfologías de Cuvier, o la distinción entre
el hecho de que la concepción darwinista de la procesos microevolutivos (en realidad, demo-
vida va más allá de una teoría o hipótesis cien- gráficos) y la macroevolución (los cambios de
tífica, porque forma parte de toda una visión organización morfológica) de Gerard, habían
de la Naturaleza y de la sociedad con unas pro- planteado en el ámbito académico las bases de
fundas raíces culturales en el mundo anglosa- una visión realmente científica de la evolu-
jón, claramente hegemónico en la actualidad ción. Incluso desde 1850 se convocaban con-
en el campo científico (y en el económico). Y cursos sobre estudios paleontológicos: en
los libros de texto que los biólogos utilizamos 1856, la Academia de las Ciencias de París
para nuestra formación, las revistas científicas otorgó el premio al paleontólogo alemán Hen-
en que publicamos nuestros trabajos (si quere- rich-Georg Bronn por su informe Investigacio-
mos que sean valorados) e incluso el «lengua- nes sobre las leyes de la evolución del mundo
je científico» son de origen anglosajón, lo cual orgánico durante la formación de la corteza
conlleva no sólo una forma determinada de terrestre (Galera, 2002).
describir, de interpretar «su» realidad (median- Posiblemente se haya echado de menos al
te un vocabulario concreto), sino también un científico más denigrado e incluso ridiculizado
bagaje histórico que ha conformado esa visión de la Historia, pero su ausencia de esta rela-
de la realidad. Y una típica narración «objeti- ción es debida a que merece, a modo de «reha-
va» del origen de la base teórica de la Biología bilitación», una mención especial. La innece-
es la cita que encabeza este apartado y que se saria ferocidad con que Lamarck es atacado en
ha convertido en un hecho «histórico» común- los tratados darwinistas parece esconder algo
mente admitido, no sólo en las facultades de más que una crítica científica. Para sus, cierta-
Biología, sino en la sociedad en general: «La mente escasos, admiradores nos resulta menos
evolución» fue un descubrimiento de Charles doloroso leer en los libros de texto el tópico
Darwin. ejemplo de la evolución del cuello de la jirafa,
Nada es menos cierto. El hecho de la evolu- con el que se suelen liquidar sus aportaciones
ción estaba firmemente establecido y amplia- a la Biología, que las reseñas «históricas» que,
mente debatido en el ámbito científico desde a veces, se pueden encontrar en los textos «ofi-
finales del siglo XVIII hasta mediados del ciales». He aquí un ejemplo (Harris, 85): La-
siglo XIX, con un importante núcleo en la marck fue el último de once hermanos hijos de
Academia de las Ciencias de París. Desde Buf- un miembro de la baja nobleza un tanto veni-
fon con su Historia Natural (1749-89), en la do a menos... A los once años fue a París a un
que plantea sus teorías «transformistas» con seminario jesuita, pero a la muerte de su
sus conceptos de progreso y encadenamiento padre, en 1758, se alistó inmediatamente en la
de los seres vivos, hasta Frederic Gerard con Guerra de los Siete Años. Se distinguió por
su Theorie de l’evolution des formes organi- negarse a retirarse una vez muertos todos los
ques, publicada en el Diccionario Universal oficiales superiores de su compañía.(Este fue
de Historia Natural (París, 1841-49), pasando el primer caso en que Lamarck se negaría a
por Cuvier y su Recherches sur les ossements darse por vencido, defendiendo una posición
fósiles de cuadrupedes (1812) o Geoffroy indefendible). Abandonada la milicia y tras
Saint-Hilaire con el Cours de l’Hitoire Nature- comenzar estudios de medicina, su interés
lle des Mammiferes (1829), se estaban plante- derivó a la Naturaleza... Lamarck se contagió
ando y debatiendo hipótesis científicas, de la manía francesa por la historia natural.
muchas de las cuales (naturalmente, limitadas Dedicó cada vez más tiempo a la botánica, a
por los conocimientos y la capacidad experi- menudo en compañía de Rousseau. En 1778
mental de la época) se están viendo apoyadas publicó flore Françoise (sic), una clave popu-
por los datos más recientes. Los «planes de lar (el subrayado es mío) para la identifica-
organización» de Geoffroy Saint-Hilaire, ción de flores francesas (se refiere a las Claves
arquetipos compartidos por grupos animales Dicotómicas, sobre las que volveremos). Buf-
alejados filogenéticamente, o sus «teratologías», fon, satisfecho por el rechazo de Lamarck
cambios morfológicos bruscos que se han de hacia el sistema linneano, utilizaba sus
producir durante el desarrollo embrionario; los influencias cerca de Luis XVI para obtener
Una nueva biología para una nueva sociedad 541
puestos prestigiosos, aunque de bajo sueldo, 86). A lo que se refiere Adriá Casinos en el pró-
para Lamarck. En sus ratos libres, Lamarck logo a la edición facsímil de Filosofía Zoológi-
adquirió seis hijos y una esposa (en ese ca, es a las claves dicotómicas que actualmen-
orden). Más adelante tuvo dos hijos más y te se utilizan en Botánica para la identificación
otras dos o tres esposas. Con la Revolución, el de plantas (y, también en el campo de la Zoo-
«Jardin du Roi» fue reorganizado bajo el con- logía). Su nombramiento como «profesor de
trol del Museo de Historia Natural. El ciuda- lombrices» tiene, también, otra narración:
dano Lamarck fue nombrado «profesor de Cuando la Convención lleva a cabo la reorga-
insectos y lombrices» en el Museo. El título nización del «Jardin des Plantes», a propuesta
«lombrices» –el comodín linneano para los del propio Lamarck, transformándolo en el
«animales blandos y húmedos»– indica la «Museum d’Histoire Naturelle», se convierte
poca estima de la que disfrutaban esos anima- oficialmente en zoólogo. En efecto, el 10 de
les y Lamarck. junio de 1793 el gobierno republicano crea
En cuanto a sus aportaciones científicas, la doce cátedras, para las que son nombrados/ ...
descripción no es mucho más elogiosa: A par- /E. Geoffroy Saint-Hilaire (Animales superio-
tir de 1790 Lamarck comenzó a ponerse cada res), A. L. de Jussieu (Botánica, herboriza-
vez más pesado con sus grandes ideas de uni- ción), Lamarck (Animales inferiores) / ... / El
ficar toda la ciencia bajo una filosofía general «Muséum» no es sino un eslabón más de la
basada en unas pocas leyes. Entre las gracio- profunda renovación de la enseñanza superior
sas ideas de Lamarck estaba su aceptación de que el poder revolucionario lleva a cabo, sobre
los cuatro elementos clásicos (el subrayado es todo como alternativa a la decrépita y obsole-
mío) y el rechazo a la química de Lavoisier. ... ta Sorbona, la misma que había intentado
El evolucionismo de Lamarck descrito en Phi- prohibir la Historia Natural de Buffon.
losophie Zoologique (1809) no tuvo mejor re- A lo largo de su actividad investigadora y
cepción que sus demás teorías. Cuando La- docente sus aportaciones a las Ciencias Natu-
marck presentó al emperador Napoleón una rales fueron realmente notables (incluso fun-
copia del libro, se vio reducido al llanto por la damentales). En 1794, en su Discurso de aper-
insultante reticencia de Napoleón a aceptar lo tura del curso académico, introdujo el término
que creía un trabajo sobre meteorología. «invertebrado» (hasta entonces se utilizaba la
Lamarck siguió publicando docenas de artícu- «presencia o ausencia» de sangre), en 1794
los hasta 1820, pero pasó los últimos once publica sus Investigaciones sobre las causas
años de su vida ciego y en la indigencia. Fue de los principales hechos físicos (En Física,
enterrado en una fosa común y sus huesos fue- sus aportaciones no fueron brillantes). Entre
ron exhumados cinco años más tarde para 1799 y 1810, once volúmenes de Anuarios
hacer sitio a otros. Meteorológicos. En 1801, Sistema de los ani-
El encono, que lleva incluso a seguir el ras- males sin vértebras, en el que plantea por pri-
tro de sus pobres huesos, no produce la impre- mera vez sus ideas evolutivas. Entre 1802 y
sión de que se pretenda transmitir la admira- 1806 publica Memorias sobre los fósiles de los
ción (o, cuando menos, la comprensión) que alrededores de París... Su capacidad de traba-
por los precursores suelen expresar los histo- jo y su anticipación a su tiempo eran realmen-
riadores de otras disciplinas. Sin embargo, es te excepcionales. Aportó el concepto de «orga-
posible encontrar fuera del ámbito «oficial» (se nización» de los seres vivos, la clara división
podría expresar más concretamente: anglosa- del mundo orgánico del inorgánico, realizó
jón) otro tipo de narración: En cuanto a la una revolucionaria clasificación de los anima-
«clave popular» que menciona Harris, En les de acuerdo a su complejidad y fue el fun-
1778, en un corto espacio de tiempo, culminó dador de una nueva Ciencia: La Biología. Con
su Flore française, que entusiasmó a Buffon y la publicación, en 1802, de Hidrogeología
conquistó el honor de ser impresa por la introduce una definición general, articuladora
«Imprimerie Royale». En dicha obra, que le de los conocimientos existentes de los seres
abrió las puertas de la Academia de Ciencias, vivos, para convertirla en disciplina científica
realizó su primera aportación destacada, de bajo dicha denominación.
las muchas que haría, al desarrollo de las cien- En cuanto a su «pesadez» en la búsqueda de
cias naturales: el método dicotómico (Casinos, una «filosofía general», a la que hace referen-
542 Máximo Sandín
cia Harris, quizás no esté de más recordar que mentales formas de vida: Como las condicio-
el término «filosofía» se aplicaba, en los siglos nes necesarias para la existencia de la vida se
XVIII y XIX, en el sentido de «teoría», y encuentran ya completas en la organización
Lamarck tenía muy clara una idea que, al pare- menos compleja, aunque reducida a su mínima
cer, no es contemplada en la actualidad por expresión, se trataba de saber cómo esta orga-
muchos de los más prestigiosos especialistas nización a causa de cualquier tipo de cambios
de la moderna Biología: para cualquier disci- había llegado a dar lugar a otras menos sim-
plina científica es imprescindible una base teó- ples y a organismos gradualmente más com-
rica unificadora que la dote de coherencia y plicados, como se observa en toda la extensión
permita entender los fenómenos estudiados: de la escala animal (p. 249). Este hecho, toda-
Nadie ignora que toda ciencia debe tener su vía no asimilado por los darwinistas ortodo-
filosofía, y que sólo por este camino puede xos, empeñados en el intento de explicar la
hacer progresos reales. En vano consumirán aparición «por partes» y «al azar» de los com-
los naturalistas todo su tiempo en describir plejos componentes de la vida, ha emergido de
nuevas especies / ... / porque si la filosofía es los modernos enfoques de la Teoría de Siste-
olvidada, sus progresos resultarán sin reali- mas con la denominación de «Sistemas irre-
dad y la obra entera quedará imperfecta ductiblemente complejos», compuestos por
(p. 48). Su Filosofía Zoológica, el primer tra- varias piezas armónicas e interactuantes que
tado científico completo dedicado a la evolu- contribuyen a la función básica, en el cual la
ción, está escrito en el típico estilo decimonó- eliminación de cualquiera de estas piezas
nico (más bien dieciochesco) de los textos impide al sistema funcionar (Behe, 2000).
académicos de la época, con sus interpretacio- Pero la anticipación, sin duda, más brillante,
nes condicionadas por los conocimientos y y por la cual ha recibido los más feroces ata-
creencias de la época, pero introduce ideas y ques, fue su concepción de la interacción orga-
conceptos sorprendentemente modernos, nismo-ambiente de su proceso de adaptación,
como el de «organización», no sólo morfológi- que ha pasado a constituir en los libros de texto
ca o anatómica, sino también referida al orden el ridículo tópico utilizado para descalificar a
general de la Naturaleza (p. 88): La multipli- Lamarck, como si toda su labor científica se
cación de las pequeñas especies de animales redujera a la afirmación de que «el cuello de las
es tan considerable, que ellas harían el globo jirafas se alargó como consecuencia de sus
inhabitable para las demás, si la Naturaleza esfuerzos por alcanzar las hojas de los árbo-
no hubiese opuesto un término a tal multipli- les», es decir la evolución morfológica como
cación. Pero como sirven de presa a una mul- consecuencia del «uso y el desuso». Veamos
titud de otros animales, y como la duración de ahora su explicación: Las circunstancias influ-
su vida es muy limitada, su cantidad se man- yen sobre la forma y la organización de los
tiene siempre en justas proporciones para la individuos / ... / Ciertamente, si se me tomasen
conservación de sus razas. / ... / y ello conser- estas expresiones al pie de la letra, se me atri-
va a su respecto la especie de equilibrio que buiría un error, porque cualesquiera que pue-
debe existir. Su concepción ecológica de la dan ser las circunstancias, no operan directa-
Naturaleza tiene muy claro el elemento deses- mente sobre la forma y sobre la organización
tabilizador que el Hombre ha introducido en de los animales ninguna modificación. Pero
estas relaciones: Por último, sólo el hombre grandes cambios en las circunstancias produ-
separadamente de todo lo que es particular a cen en los animales grandes cambios en sus
él parece poder multiplicarse indefinidamente, necesidades y tales cambios en ellas las produ-
porque su inteligencia y sus medios le colocan cen necesariamente en las acciones. Luego si
al abrigo de ver su expansión limitada por la las nuevas necesidades llegan a ser constantes
voracidad de ninguno de los animales. Ejerce o muy durables, los animales adquieren enton-
sobre ellos una supremacía tal, que es capaz ces nuevos hábitos, que son tan durables como
de aniquilar a las razas de animales más gran- las necesidades que los han hecho nacer (p.
des y más fuertes, y restringe diariamente el 167). A lo que Lamarck se refería, por tanto, no
número de individuos (p. 89). es a la herencia de las consecuencias directas
Otro de sus conceptos dignos de resaltar es de la utilización o del fortalecimiento de un
el de la complejidad intrínseca a las más ele- órgano o estructura, una idea bastante simplis-
Una nueva biología para una nueva sociedad 543
ta que veremos planteada por «otro autor» más En definitiva, el saludable (y, en ocasiones,
adelante, sino a los efectos, a largo plazo, de las fructífero) ejercicio que para un profesional de
circunstancias ambientales naturales que pro- la Biología constituye el abandonar por un
duzcan una respuesta del organismo (y cortar la tiempo la rutina (o, en su caso, la competencia)
cola a cientos de ratones, la supuesta demostra- habitual, y bucear en las fuentes originales,
ción de Weissman de la falsedad del lamarckis- puede conducir a tomar conciencia del cúmulo
mo, no sólo no es una influencia ambiental, de ocultamientos, deformaciones y falsedades
sino que es una simpleza cruel e inútil). En la que se ha fraguado en torno al fundador de
actualidad se ha podido comprobar que esas nuestra disciplina e ilustre colega, sólo compa-
respuestas al ambiente existen, tanto mediante rable en cantidad y calidad a las medias verda-
remodelaciones genéticas llevadas a cabo por des, evidentes falsedades y componendas con
«elementos móviles» del genoma (Witelaw y las que se ha adornado en los textos científicos
Martin, 2001), como por procesos mediante los didácticos y divulgativos a la gran figura his-
que una misma secuencia génica puede «codi- tórica de la Biología: el reverendo Charles
ficar» distintos mensajes (y no al azar) en fun- Robert Darwin. Un fenómeno sin parangón en
ción de las circunstancias ambientales (Herbert ninguna otra disciplina científica y que debe
y Rich, 1999). de tener algún motivo, porque revela una evi-
En cuanto a la «recompensa» final a sus dente intencionalidad de ocultar los datos his-
aportaciones científicas, narrada de una forma tóricos. Así es como los estudiantes de Biolo-
tan despiadada como poco fundamentada por gía hemos recibido nuestra «formación» por
Harris, se trata de unos hechos que, aunque por parte de nuestros maestros más prestigiosos:
su profunda injusticia puedan resultar indig- Antes de Darwin, la diversidad de los organis-
nantes, en el fondo no resultan sorprendentes mos quedaba sin explicación o se atribuía a
por ser un fenómeno muy repetido en la Histo- los designios del Creador» (Ayala, «La Natu-
ria con las personas cuyas ideas no resultan raleza inacabada», p. 6). Los organismos
gratas a los poderosos: Lamarck era un entu- vivientes han existido sobre la Tierra sin
siasta de la Revolución Francesa, al parecer nunca saber por qué, hasta que la verdad, al
debido a la influencia de Rousseau y su Con- fin, fuese comprendida por uno de ellos. Por
trato social. En su Recherches sur les causes un hombre llamado Charles Darwin (Daw-
des principaux faits physiques escribe una kins, «El gen egoísta», p. 1). La recopilación
dedicatoria muy ilustrativa sobre su pensa- de glosas al descubridor de la evolución (Stra-
miento político: Al pueblo francés. Acepta pue- tern, 1999) que figura en los textos que los bió-
blo magnánimo / ... / pueblo que has recupera- logos utilizamos habitualmente podría ser ina-
do los derechos sagrados e imprescindibles cabable. La figura y la trascendencia histórica
que has recibido de la naturaleza /... / y por el de Darwin se ha igualado a las de Newton,
deseo que yo tengo de compartir tu gloria con- Shakespeare y Einstein. Su obra cumbre El
tribuyendo al menos, según mis débiles faculta- origen de las especies ha sido propuesta como
des, a ser útil a mis semejantes, mis hermanos, «el libro del milenio» (no parece arriesgado
mis iguales. Y el fin de la etapa revolucionaria aventurar que los autores de tal propuesta, o
le pasó factura: El Imperio y la Restauración bien no han leído el citado libro o han leído
borbónica no le serán favorables. El propio pocos libros).
Napoleón le recriminará públicamente durante Lo cierto es que su publicación constituyó
una reunión del Instituto por su obra meteoro- lo que se podría considerar el origen de los
lógica cuando Lamarck intentaba hacerle «Best Seller» de los libros científicos. El día
entrega de su «Filosofía» (Casinos, 85). Su de su publicación, el 24 de noviembre de 1859,
caída en desgracia con el poder tuvo conse- se vendió la primera edición de 1250 ejempla-
cuencias fatales. Pasó los últimos 10 años de su res, y una segunda de 3000 se agotó en una
vida ciego y en la indigencia, cuidado por una semana. Su éxito social, sin precedentes en
de sus hijas a la que dictó, en su mayor parte, obras de este tipo, no fue acompañado, sin
uno de sus legados principales: Histoire Natu- embargo, de una acogida elogiosa (que narra-
relle des animaux sans vertèbres. Murió el 18 remos más adelante) por parte de personajes
de diciembre de 1829 y, efectivamente, fue de reconocido prestigio con conocimientos o
enterrado en una fosa común. interés por la evolución. El motivo es com-
544 Máximo Sandín
prensible. El libro de Darwin resultaba (y re- la selección natural obra solamente por y para
sulta), para cualquiera que tuviese una mínima el bien de cada ser, todos los atributos corpó-
formación científica, filosófica o incluso lite- reos y mentales tenderán a progresar hacia la
raria, una obra de gran debilidad argumental, perfección (para una más concreta informa-
con unas bases conceptuales científicas (se ción sobre lo que significa para él la perfec-
podrían calificar de «populares»), y una ción en los atributos corpóreos y mentales
estructuración errática e inconsistente. Veamos véase su «Origen del Hombre»); lo que, por
en qué se fundamentan estas calificaciones: El otra parte, pone de manifiesto que la, tan
primer capítulo (página 19 de la edición espa- denostada por los darwinistas, «tendencia a la
ñola) comienza con la Variación en el estado perfección» atribuida a Lamarck, y que éste
doméstico, en el que expone los Efectos del refería a la complejidad, en realidad tiene otra
hábito del uso o desuso de las partes, según el paternidad. Pero leamos su resumen final:
cual: Así encuentro en el pato doméstico que Estas leyes, tomadas en un sentido más am-
los huesos del ala pesan menos y los huesos de plio, son crecimiento con reproducción;
la pierna más en proporción a todo el esquele- variabilidad, resultado de la acción directa e
to, que lo que pesaban los mismos huesos en el indirecta de las condiciones de vida y del uso
pato salvaje; y este cambio puede atribuirse, y desuso; aumento en una proporción tan alta,
sin riesgo de equivocarse, a que el doméstico que conduce a una lucha por la existencia, y
vuela mucho menos y anda mucho más que sus como consecuencia, a la selección natural, la
salvajes padres (p. 23). Es decir, la versión cual trae consigo la divergencia de carácter y
más simplificada y pobre del lamarckismo, de la extinción de las formas menos mejoradas.
la que, al parecer, era el más firme defensor: Naturalmente, todas estas aportaciones al
Cuando discute casos especiales pasa M. «esclarecimiento» de la evolución son meticu-
Mivart en silencio los efectos del uso y el desu- losamente depuradas en los tratados darwinis-
so de las partes, que yo siempre he sostenido tas, en los que los «descubrimientos de Darwin
ser altamente importante y que he tratado con quedan resumidos en los dos conceptos (mas
mayor extensión que ningún otro escritor... bien axiomas) que hoy constituyen el dogma
(p. 237). En su conjunto la obra puede ser cali- central de la Biología: el azar como fuente de
ficada de cualquier cosa menos coherente, en variación y la selección natural como motor de
tanto que tratado científico. Desde la tenden- cambio. Concretemos, pues, sus bases «cientí-
cia a variar de la misma manera (p. 239) hasta ficas»: He hablado hasta aquí como si las
lo que hoy se conoce como «neutralismo» variaciones, tan comunes y multiformes en los
modificaciones que no son importantes para el seres orgánicos en estado de domesticidad y
bienestar de la especie ...que se hicieron cons- no tan comunes en los silvestres, fueran debi-
tantes por la naturaleza del organismo...pero das a la casualidad. Innecesario es decir que
no por la selección natural (pp. 236-237), este término es completamente inexacto y que
pasando por narraciones de lo que le contaron sólo sirve para reconocer paladinamente
(p. 194): En la América del Norte ha visto nuestra ignorancia de la causa de cada varia-
Hearne al oso negro nadando horas enteras ción particular (p. 149). Es decir, la variación
con la boca completamente abierta, atrapando «al azar», dogma y pilar fundamental de la
así, casi como una ballena los insectos del Biología actual, era en realidad desconoci-
agua. A lo largo del libro se pueden encontrar miento. Pero el otro pilar no tiene una base
abundantes argumentaciones de consistencia mucho más sólida. El intento de explicar los
científica semejante, referidas a las orejas caí- grandes cambios de organización morfológica
das del ganado porque se asustan menos y funcional que se han producido a lo largo de
(p. 23), a la situación de los ojos de los peces la evolución, el «mecanismo» propuesto e in-
planos debida a los esfuerzos por mirar hacia cluso el término «selección» eran una simplis-
arriba (p. 251)... Pero, para no resultar exhaus- ta extrapolación de las actividades de los gana-
tivos, nos centraremos en sus conclusiones deros y criadores de palomas de su país:
finales (pp. 556-561), que resumen y «concre- Cuando vemos que han ocurrido indudable-
tan» su mensaje científico. Las implicaciones mente variaciones útiles para el hombre, no
de su visión de la Naturaleza tienen, en el podemos creer improbable que ocurran en el
Hombre, un inevitable resultado final: Y como curso de muchas generaciones sucesivas,
Una nueva biología para una nueva sociedad 545
otras variaciones útiles de algún modo a cada bilizadora es muy común. Con frecuencia, los
ser en la batalla grande y compleja de la vida. individuos que sobreviven y se reproducen con
Y si ocurren, ¿podemos dudar (recordando más éxito son los que presentan los valores
que nacen muchos más individuos que los que fenotípicos intermedios (Ayala, 1999). Porque
es posible que vivan) que los individuos que esto es lo que sucede en la Naturaleza: los
tengan alguna ventaja sobre los demás, por individuos que sobreviven no son ni más ni
pequeña que sea, tendrán la mejores probabi- menos «aptos», son los individuos normales.
lidades de sobrevivir y reproducir su especie? Para finalizar, nos referiremos a una objeción
Por otra parte, podemos estar seguros de que de una solidez lógica difícilmente discutible,
cualquier variación en el más pequeño grado expuesta por el matemático William Hopkins:
perjudicial, sería rígidamente destruida. Esta La teoría de Señor Darwin no puede explicar
conservación de las variaciones y diferencias nada, ya que es incapaz de asignar una rela-
individuales favorables, y la destrucción de ción necesaria entre los fenómenos (los cam-
aquellas que son nocivas, es lo que he llama- bios de organización) y las causas que les atri-
do «selección natural» o «supervivencia de los buye (la variación dentro de la especie)
más aptos» (p. 94). Es decir, las transiciones (Thuillier, 1990).
entre la «organización» pez y anfibio, o reptil Cuando se tiene acceso a estas informacio-
y ave, serían, simplemente, el resultado de un nes resulta absolutamente pasmoso no ya el
proceso semejante a la actividad de los gana- éxito que alcanzó Darwin en su época y en su
deros: la selección forzada (aquí sí sería ade- entorno, sino el mantenimiento, incluso el
cuado el término «contra Natura») de anima- auge, que tiene la visión Darwinista de la
les, en muchos casos, con defectos e incluso Naturaleza en la actualidad, a pesar de los des-
patologías (enanismo, obesidad, atrofias, ...) cubrimientos sobre la enorme complejidad de
que serían inviables en condiciones naturales, los fenómenos biológicos. Sin embargo, un
pero que a pesar de milenios de selección por somero estudio de las circunstancias históricas
el Hombre siguen siendo perros, cerdos, galli- y sociales que rodearon el nacimiento del dar-
nas... es decir, la misma especie. winismo nos puede dar cuenta, no sólo de su
Esta fragilidad conceptual (por calificarla de éxito inicial sino del motivo de su auge actual.
un modo benévolo) fue rápidamente denuncia- Durante los años finales del siglo XVIII y
da por científicos e intelectuales de la época. primeros del XIX la situación social en las
El zoólogo evolucionista S. G. Mivart puso de islas británicas estuvo agitada, hasta llegar, en
manifiesto (entre muchas otras cosas) lo absur- ocasiones, al borde de la revolución, que fue
do de la idea de que un proceso así fuera el res- evitada mediante una dura represión. Fue la
ponsable de la aparición gradual y al azar de época de la masacre de Peterloo y de «los már-
nuevas estructuras: La selección natural es tires de Tolpuddle». Según las narraciones his-
incapaz de explicar las etapas incipientes de tóricas (Stratern, 1999), el mariscal Wellington
las estructuras útiles (Mivart, 1871). El inge- permitió a sus soldados disparar contra los
niero (y, al igual que Darwin, naturalista afi- trabajadores (cabe suponer que la orden debió
cionado) Fleeming Jenkin puso de manifiesto ser: «si les apetece...»). Gran Bretaña había
lo poco creíble que resultaba la idea de que en entrado en la edad moderna arrastrando el
la Naturaleza una desviación ocasional de la bagaje de leyes feudales y costumbres diseña-
estructura se extendiese, en animales norma- das por y para los ricos y aristócratas (Harris,
les, hasta hacerse común a toda la población. 1985). Las leyes de cerramiento de fincas, pro-
Además hizo notar que, en los animales selec- mulgadas en el siglo XVIII, permitieron a los
cionados, cuando retornan a la libertad no terratenientes vallar sus tierras para utilizarlas
solamente no pueden variar indefinidamente, como pastos para el ganado, expulsando a sus
sino que muchos sujetos vuelven a la condi- renteros y condenándolos a ser mano de obra
ción primera (Thuillier, 1990). Este evidente barata para las oscuras fábricas satánicas, y
fenómeno se encuentra explicado actualmente que pasaron a constituir una gran masa de des-
en los tratados darwinistas bajo la incoherente heredados hacinados en las grandes ciudades
denominación de «selección estabilizadora», industriales. Entonces comenzaron a surgir
que, más propiamente, debería llamarse «se- «pensadores» que aportaron sus diagnósticos y
lección desseleccionadora»: La selección esta- sus justificaciones de la situación (Ekelund y
546 Máximo Sandín
Herbert, 1995): Para Arthur Young cualquiera, 1994) raíces culturales y religiosas, pero el
excepto un imbécil, sabe que las clases inferio- motivo de que estas ideas se presentasen como
res deben mantenerse pobres o nunca serán «leyes científicas» era que se estaba producien-
laboriosos (Eastern Tour, 1771). Bernard de do en Gran Bretaña una peculiar «revolución»
Mandeville dictaminó que a los hijos de los de la burguesía contra la oligarquía y la noble-
pobres y a los huérfanos no se les debía dar una za, para arrebatarles el monopolio de la explo-
educación a cargo de los fondos públicos, sino tación de los trabajadores «y otras clases infe-
que debían ser puestos a trabajar a una tempra- riores de personas». Por eso, una de las
na edad, ya que la educación arruinaba al que máximas fundamentales del «liberalismo eco-
merece ser pobre (La Fábula de las abejas, nómico» era (y es) que los gobiernos no deben
1714). Mandeville sostenía la máxima calvinis- entrometerse en la libertad de «operaciones»
ta de que el Hombre está lleno de vicio, no obs- del mercado, es decir, que dejen a la sociedad
tante, era de la opinión de que los vicios indivi- en manos de los realizan esas «operaciones».
duales hacen la prosperidad pública. Y, del mismo modo que en el campo de la
Estos antecedentes constituyen el sustrato Biología la capacidad creadora del azar y la
sobre el que se construyó la «teoría científica» competencia han pasado a convertirse en un
de Adam Smith, el «padre de la economía dogma, a pesar de su inconsistencia científica,
moderna». Su idea rectora es que No es de la el papel benefactor de «la mano invisible del
benevolencia del carnicero, cervecero o pana- mercado» se ha convertido en una creencia, por
dero de donde obtendremos nuestra cena, sino muy lejos que sus verdaderos efectos estén de
de su preocupación por sus propios intereses ella en el mundo real, que no es el reino de la
... que proviene de nuestra propensión a cam- providencial mano invisible y benefactora sino,
biar una cosa por otra (La Riqueza de las al contrario, el de manos bien visibles e intere-
Naciones, 1776). Para Adam Smith es el ego- sadas, buscando el máximo beneficio privado a
ísmo individual lo que conlleva al bien gene- costa de lo que sea (San Pedro, 2002).
ral: Por regla general, no intenta promover el Otra obra de gran relevancia en este contex-
bienestar público ni saber cómo está contribu- to fue el «Ensayo sobre el Principio de la
yendo a ello. Prefiriendo ... mano invisible que población, publicado en 1798 por el ministro
promueve un objetivo que no estaba en sus anglicano Thomas Robert Malthus, y que se
propósitos. convirtió en una parte importante e integral de
Como se puede ver la base conceptual de la economía liberal clásica (The Peel Web).
Smith no era mucho más amplia y general que Malthus, que sólo salió de Inglaterra para una
la de Darwin. Igual que éste convirtió las acti- breve visita a Irlanda y para un viaje al «conti-
vidades de los ganaderos de su entorno en Ley nente» por razones de salud, elaboró su ensayo
General de la evolución, Adam Smith constru- basado en la observación de las masas de des-
yó su teoría a partir de sus observaciones de heredados que abarrotaban las calles de las
cómo actuaban sus vecinos y correligionarios. ciudades inglesas. Su famosa tesis era que el
Es decir, un análisis (mas bien, una descrip- aumento de la población en progresión geomé-
ción) de su entorno social, tal vez incluso de la trica, mientras que los alimentos aumentaban
ciudad donde vivía. Porque es evidente que en progresión aritmética, impondría una
estos planteamientos, sin necesidad de ir más «lucha por la vida». Su libro, que al parecer
lejos de su propio país, no serían extrapolables fue su única aportación sustancial, tuvo una
a la economía y a la «libertad de elección» de gran influencia en el «Acta de Enmienda de la
los trabajadores de «las fábricas satánicas». De Ley de Pobres» de 1834. Según Malthus, las
todas formas, da la impresión de que éstos no «Leyes de Pobres» estimulaban la existencia
parecen estar incluidos en su modelo «científi- de grandes familias con sus limosnas, y afir-
co» (salvo, tal vez, como recursos naturales), maba que no deberían de existir, porque ade-
porque según él: Los trabajadores y otras cla- más limitaban la movilidad de los trabajado-
ses inferiores de personas, engendran dema- res. Estaba en contra de la ayudas a los pobres
siados hijos, lo cual hará descender sus sala- y afirmaba que las «casas de trabajo» donde se
rios a un nivel de subsistencia. hacinaban los desempleados no deberían ser
Esta «entrañable» concepción de la sociedad confortables asilos, sino sitios donde la estan-
tiene unas evidentes y muy estudiadas (Weber, cia debería ser dura (Peel Web).
Una nueva biología para una nueva sociedad 547
Quizás sea conveniente señalar que, proba- Estos son los cimientos «científicos» y
blemente, la intención que dirigía las ideas de «objetivos» (y, especialmente, metodológicos)
los autores reseñados no era necesariamente sobre los que se edificaron las bases concep-
malévola (aunque no se puede descartar esta tuales de «la» teoría de la evolución (del dar-
posibilidad); de hecho, los historiadores de winismo, para ser exactos). Porque ésta no se
Malthus le describen como un hombre amable elaboró a partir del estudio de la Naturaleza (lo
y benevolente que ha sufrido unas grandes mal que parecería, al menos, razonable) es decir,
interpretaciones tanto por revolucionarios no se basó en observaciones de animales sal-
como por conservadores ) (Peel Web). La uni- vajes, ni en estudios anatómicos o embriológi-
formidad de sus argumentos hace pensar que cos o, al menos, en lecturas de textos científi-
era una forma muy común de ver el mundo, al cos. Tampoco fue el resultado directo (como se
menos por un sector concreto de una sociedad nos cuenta) de la famosa expedición del Bea-
con unos determinados fundamentos y valores gle, de la que Darwin volvió sin ninguna idea
culturales. Pero, además, las víctimas de la concreta (mas bien con dudas) sobre la evolu-
«Revolución Industrial» (en la que jornadas de ción, a pesar de que había leído a Lamarck,
16 horas de trabajo llegaron a ser comunes como nos narra él mismo en su autobiografía.
para los niños de seis, cinco y, a veces, de cua- El método no fue mucho más empírico que los
tro años, que alcanzaban a duras penas la ado- de sus antecesores conceptuales: consistió en
lescencia con deformaciones que permitían la lectura, durante lo que describe como el
deducir en qué máquinas habían trabajado) y período de trabajo más intenso de mi vida
de la expansión colonial británica, necesita- (Autobiografía, p. 66) de textos especialmente
ban, probablemente, de alguna justificación en relación con productos domesticados, a tra-
«científica» y «objetiva» de las terribles situa- vés de estudios publicados, de conversaciones
ciones creadas dentro y fuera del país. Y una con expertos ganaderos y jardineros y de
de las más «autorizadas» fue la que ofreció abundantes lecturas. También de filosofía,
Herbert Spencer. Economista y filósofo, en su política y economía. En «La riqueza de las
primer y exitoso libro «La Estática Social» Naciones» encontró Darwin las ideas de la
(1850) trata de dar algunas directrices, basadas importancia de las diferencias individuales y
en sus ideas sobre la evolución biológica, para del resultado beneficioso de actividades «no
llevarlas a la política social. Según él, los polí- guiadas». Spencer le aportaría, posteriormen-
ticos no deberían intervenir en la evolución de te, la idea de que sólo los «más adecuados»
la sociedad, pues ésta tiene un instinto innato sobreviven en un mundo de feroz competen-
de libertad. La sociedad eliminará a los «no cia. Pero la revelación decisiva le llegó de los
aptos» y elegirá a aquellos individuos más «filantrópicos» principios malthusianos. Así
sanos e inteligentes. En su opinión, el intento es como él mismo lo describe; En octubre de
de ayudar a los pobres era un entorpecimiento 1838, esto es, quince meses después de haber
de las «Leyes Naturales» que se rigen por la comenzado mi estudio sistemático, se me ocu-
competencia. Según Spencer: Las civilizacio- rrió leer por entretenimiento el ensayo de
nes, sociedades e instituciones compiten entre Malthus sobre la población y, como estaba
sí, y sólo resultan vencedores aquellos que son bien preparado para apreciar la lucha por la
biológicamente más eficaces (Woodward, existencia que por doquier se deduce de una
1982). Fue él quien aplicó la famosa noción de observación larga y constante de los hábitos
la «supervivencia del más apto» (más exacta- de animales y plantas, descubrí enseguida que
mente, del más «adecuado») como el motor de bajo estas condiciones las variaciones favora-
las relaciones sociales. bles tenderían a preservarse, y las desfavora-
Y, una vez más, para no «desentonar» con la bles a ser destruidas. El resultado de ello sería
metodología «científica» de los pensadores la formación de especies nuevas. Aquí había
antes mencionados, todas las investigaciones conseguido por fin una teoría sobre la que tra-
de Spencer sobre otras culturas son «de segun- bajar (Autobiografía, p. 67). En efecto, la
da mano». No están basadas en ningún trabajo extensión al mundo natural de las actividades
de campo, ni siquiera en alguna observación de jardineros, criadores de animales y agricul-
directa, sino en relatos y observaciones de via- tores, le lleva directamente a su gran (y, al
jeros británicos (Ekelund y Herbert, 1995). parecer, indeleble) aportación: He llamado a
548 Máximo Sandín
este principio por el cual se conserva toda hipótesis (o especulaciones) que, si bien pue-
variación pequeña, cuando es útil, selección den resultar sesgadas o parciales, posiblemen-
natural para marcar su relación con la facultad te no lo sean más que las narraciones de sus
de selección del hombre. Pero la expresión seguidores.
usada a menudo por Mr. Herbert Spencer, de
que sobreviven los más idóneos es más exacta,
y algunas veces igualmente conveniente (p. 76). La «transformación mental»
En cuanto a su concepción de las relaciones
entre los seres vivos en la Naturaleza, ésta es de Darwin, o cómo se fabrica
su interpretación «ecológica: De aquí, que un genio
como se producen más individuos de los que es
posible que sobrevivan, tiene que haber forzo-
samente en todos los casos una lucha por la
existencia / ... / Es la doctrina de Malthus apli-
cada con multiplicada fuerza al conjunto de
los reinos animal y vegetal; porque en este
E s un hecho histórico, perfectamente
documentado, que en la primera
mitad del siglo XIX la evolución
caso, no hay aumento artificial de alimento y biológica era un fenómeno ampliamente estu-
limitación prudente de matrimonios (p. 78). diado y debatido en el ámbito académico. Es
Con estos argumentos como conceptos fun- más, los partidarios de la evolución eran lla-
damentales no puede resultar extraño el enor- mados «lamarckianos» (Harris, 1985). Natu-
me éxito de su libro, cuyas dos primeras edi- ralmente, estos estudios y debates estaban res-
ciones ya descritas fueron seguidas, hasta tringidos al entorno científico o a personas
1876, de otras siete. En un período de máximo cultivadas con interés por la materia. No es
esplendor de la revolución industrial y del arriesgado suponer que las noticias del éxito
imperio británico, con muy duras consecuen- editorial que supuso la publicación de la obra
cias para las víctimas de ambos fenómenos, de Darwin contribuyera en gran medida a des-
llegó la «explicación científica». El título del pertar el interés por ella fuera de Gran Bretaña
libro «Sobre el Origen de las Especies por y fuera del ámbito estrictamente biológico. La
medio de la Selección Natural o el manteni- sencillez y la fácil «visualización» de sus argu-
miento de las Razas favorecidas en la Lucha mentos fue la probable causa de que muchas
por la Existencia» debió resultar muy sugeren- personas, que no habrían tenido noticias sobre
te para muchos de sus compatriotas (que no se las investigaciones e hipótesis previas sobre la
encontrarían, lógicamente, entre los «desfavo- evolución, la «descubrieran» como un fenó-
recidos»), aunque, como hemos visto, también meno plausible.
recibió muchas críticas, en algunos casos muy De hecho, los debates (y la aceptación) que
bien fundamentadas, que le obligaron a añadir suscitó la obra de Darwin se produjeron, fun-
a la sexta edición otra con todo un capítulo en damentalmente, en torno a la idea de la evolu-
el que respondía, en muchas ocasiones con ción. En España, por ejemplo, «El Origen de
escasa fortuna, a las objeciones. las Especies» se tradujo (incompleto) en 1872.
Con semejantes antecedentes se puede «The Descent of Man, and Selection in rela-
entender el éxito de Darwin en Gran Bretaña, tion to Sex», traducido incorrectamente como
pero su proyección internacional resulta, cuan- «El Origen del Hombre», y del que los darwi-
do menos, desconcertante si tenemos en cuen- nistas actuales hablan poco (y con muy funda-
ta los datos antes mencionados sobre los estu- dos motivos), se tradujo en 1876; y en 1877
dios sobre evolución en «el continente». ¿Cuál apareció la primera traducción completa del
pudo ser, entonces, el motivo de que un libro «Origen de las Especies», corregida y amplia-
con semejantes bases conceptuales y con da. «Filosofía zoológica» tardó un siglo en ser
semejantes méritos científicos se haya conver- traducida al español. Fue publicada en 1911
tido en la obra de la que nace toda la biología por la pequeña editorial Sempere, de Valencia.
moderna (Fernández, 1985)? Aunque la expli- Por eso, las narraciones darwinistas se pueden
cación no sea, probablemente, sencilla, porque permitir, «sin faltar exactamente a la verdad»,
requeriría más profundos estudios históricos y hablar del debate sobre «la» Teoría de la evo-
sociales, tal vez se puedan arriesgar algunas lución tanto dentro como fuera de las aulas
Una nueva biología para una nueva sociedad 549
universitarias (Gomis y Josa, 2002), como un sino leyendo directamente al mismo Darwin
debate sobre el darwinismo. Y así se adornan (algo que, al parecer, pocos darwinistas se han
las ideas de Darwin con un tinte progresista, e molestado en hacer).
incluso revolucionario, al narrar las confronta- Como hemos visto, en las hagiografías de
ciones que se produjeron entre sectores de ten- Darwin que suelen figurar en las introduccio-
dencias liberales y, del otro, los sectores más nes de los textos científicos y divulgativos la
conservadores de la sociedad española, con historia suele comenzar con la publicación de
un fuerte apoyo de la Iglesia Católica. la «obra cumbre de nuestra civilización», o, en
Esta manera de deformar la Historia, algunos casos, con el viaje de «un joven natu-
mediante la narración de hechos reales y la ralista» a bordo del Beagle, durante el cual
ocultación de otros no menos ciertos, es una «descubrió» la evolución. Aunque vistos los
constante en los textos científicos o divulgati- anteriores datos pueda parecer reiterativa
vos. El debate entre Thomas Henry Huxley (incluso innecesaria) la exposición de las cir-
(«el buldog de Darwin) y el obispo de Oxford, cunstancias personales que rodearon realmen-
Samuel Wilbeforce, del que, por cierto, Dar- te el nacimiento de la obra que completó la
win se escabulló (Stratern, 1999), se ha con- revolución que comenzó en el siglo XVI con
vertido en el tópico habitual en la narración de Copérnico, etc., etc., la información sobre ello
la epopeya de la «revolución» darwinista, pero tal vez no resulte superflua, porque cuando lo
no se citan las críticas científicas, como las que se está valorando es la teoría de un perso-
anteriormente recogidas, de naturalistas cono- naje que ocupa una de las más altas cumbres
cedores del hecho de la evolución, de las que, del pensamiento humano (para mí la más)
quizás la más significativa, porque sintetiza un (Arsuaga, 2002), algunos datos históricamente
certero análisis de la obra de Darwin en pocas documentados sobre este aspecto pueden
palabras, es la del profesor Haughton, de resultar esclarecedores. Porque su formación,
Dublín, citado por él mismo en su Autobiogra- las influencias recibidas y el contexto científi-
fía: Todo lo que había de nuevo era falso, y co y social en que este hecho tuvo lugar nos
todo lo que había de cierto era viejo. pueden ofrecer alguna información, tanto
Pero tal vez la deformación más descarada sobre su bagaje científico como sobre la forma
(porque su falsedad se puede revelar en libros en que todo esto ha sido (y sigue siendo) trans-
existentes) es la de atribuir a la supuesta mitido por sus apologistas. Para no correr el
«revolución» darwinista un carácter de progre- riesgo de incurrir en valoraciones del tipo de
so científico porque «fue el primero en dar una las que, por ejemplo Harris, hacía de Lamarck,
explicación materialista, no teísta de los fenó- vamos a recurrir a su propia autobiografía y a
menos naturales (Rose, 1999; Ayala, 1985; biógrafos cuya calificación de Darwin como el
etc.), como si las explicaciones de Saint Hilai- hombre que aportó la idea más importante de
re, Lamarck, Gerard (entre otros muchos), la humanidad (Stratern, 1999) no deja dudas
basadas en experimentos con embriones, estu- sobre sus inclinaciones.
dios anatómicos, taxonómicos o paleontológi- A pesar de que la narración por este último
cos, fueran interpretaciones «supersticiosas». (Stratern) de varias anécdotas y circunstancias
Si cada una de estas lagunas en la informa- referidas a la infancia y juventud de nuestro
ción o las interpretaciones parciales o inexac- personaje se presta, sin gran esfuerzo, a una
tas pueden ser consideradas producto de algún sátira despiadada, nos ceñiremos a lo que se
descuido o, incluso, de la típica idealización de refiere a su formación intelectual. Su padre,
los personajes «míticos» por parte de sus un acaudalado médico de las clases altas (sólo
seguidores, el conjunto de ellas, añadido a las si podían pagar sus elevados honorarios
crueles descalificaciones y descaradas falseda- hacía algún caso a los pacientes) lo envió a
des lanzadas sobre los precursores del evolu- los 16 años a estudiar medicina a Edimburgo.
cionismo, producen la impresión de un engaño Así es como él mismo narra sus experiencias:
premeditado. De que se ha «fabricado» un per- También asistí en dos ocasiones a la sala de
sonaje, una historia e, incluso, una «sólida teo- operaciones en el hospital de Edimburgo y vi
ría científica» muy alejados de los hechos rea- dos operaciones muy graves, una de ellas de
les. Una realidad a la que nos podemos acercar, un niño, pero salí huyendo antes de que con-
no sólo buceando pacientemente en la historia, cluyeran (Autobiografía, p. 16). El resultado
550 Máximo Sandín
de su poca inclinación a la medicina fue que: tenía. El naturalista del Beagle era un experto
Tras haber pasado dos cursos en Edimburgo que había desempeñado su cargo con distin-
mi padre se percató, o se enteró por mis her- ción en otros viajes, ... El joven S. J. Gould,
manas, de que no me agradaba la idea de ser en su artículo La transformación marítima de
médico, así que me propuso hacerme clérigo. Darwin o cinco años a la mesa del capitán
/ .../ sentía escrúpulos acerca de la declara- (Gould, 1977), nos narra un curioso descubri-
ción de mi fe en todos los dogmas de la igle- miento: He aquí toda una historia; no sola-
sia Anglicana aunque, por otra parte, me mente un puntilloso pié de página para la his-
agradaba la idea de ser cura rural. Durante toria académica, sino un descubrimiento de
sus estudios de Teología en el Christ’s Colle- no poca significación. El naturalista del Bea-
ge conoció al hombre quizás más determinan- gle se llamaba Robert McKormick, y la histo-
te en su futuro: el reverendo J.S. Henslow, ria resulta ser, una vez más, muy diferente a
teólogo y coadjutor de la iglesia de St. Mary, como nos la han contado. Y comienza con la
quien constituyó para Darwin el equivalente carta que J.S. Henslow escribió a Darwin: El
de lo que fue (salvando ciertas distancias) Cap. F. busca un hombre (por lo que tengo
Rousseau para Lamarck. Según Stratern Era entendido) más para compañero de viaje que
también hijo de padres ricos que lo enviaron como simple coleccionista. El capitán del
a Cambridge a estudiar para la Iglesia, donde Beagle, Robert Fitzroy, un aristocrático mari-
había descubierto que su verdadero interés no (su tío, el vizconde de Castlereagh, sofocó
era la ciencia. Darwin quedó impresionado la rebelión irlandesa de 1798) cuya relación
con él: Era profundamente religioso y tan con sus subordinados, narrada por Darwin, y
ortodoxo que un día me dijo que se afligiría si los motivos de su posterior suicidio, relatados
se alterara una sola palabra de los treinta y por Gould, hacen pensar que a su lado el capi-
nueve artículos. Sus cualidades morales eran tán William Bligh, causante del (histórico)
admirables en todos los sentidos. / .../ En la «motín de la Bounty», era una especie de
Universidad se daban clases en diversas monje budista, necesitaba un compañero de
ramas, siendo la asistencia absolutamente viaje: La tradición naval británica dictaba
voluntarias/ ... / De cualquier forma asistía a que un capitán no podía tener virtualmente
las conferencias de botánica de Heslow /.../ ningún contacto social con ningún miembro
Estas excursiones eran absolutamente deli- inferior en la escala de mando. / ... / Sólo un
ciosas. Darwin aprobó, a principios de enero caballero podía compartir sus comidas, y eso
de 1831, su examen de bachiller con el pues- es precisamente lo que era Darwin, un caba-
to décimo de la promoción, lo que le abría el llero.
camino para la profesión de pastor de la Igle- Parece que, desgraciadamente, no hay más
sia Anglicana. Pero por lo pronto se quedó remedio que suscribir la opinión de Gould:
dos semestres más en Cambridge (Hemleben, Qué diferente sería hoy la ciencia de la biolo-
1971). El hecho de no tener prisa en comenzar gía si Darwin hubiera sido hijo de un comer-
sus actividades profesionales y su admiración ciante y no de un médico extremadamente
por Henslow hizo posible la clave del descu- rico. Efectivamente, Darwin se embarcó
brimiento de la evolución (Stratern, 2000): el acompañado de un criado, con una abundante
viaje alrededor del Mundo en el Beagle. Por suma de dinero, y con cuentas abiertas en las
aquellos días le ofrecieron a Henslow el pues- principales ciudades en las que se hizo escala.
to de naturalista sin sueldo a bordo del HMS La competencia de Darwin, que podía reclutar
Beagle / ... / Como Henslow no quería aban- a un considerable número de «nativos» para
donar Cambridge, le ofreció el trabajo a Dar- sus recolecciones de «especimenes», y los des-
win, que no quiso dejar pasar la ocasión/ ... / precios del capitán exasperaron al naturalista
Era costumbre llevar un botánico en este tipo oficial del Beagle y las consecuencias las narra
de viajes de exploración / ... / (hasta al médi- Darwin en su diario: La suerte del pobre
co de a bordo se la exigía un certificado de McKormick estaba echada. / ... / En abril de
carpintería)... Puede resultar incongruente 1832, en Río de Janeiro, fue «dado de baja por
con nuestra historia que al «botánico de a invalidez». Darwin comprendió el eufemismo
bordo» se le exigiese un certificado de botáni- y le escribió a su hermana, refiriéndose a
co, pero lo cierto es que se le exigía. Y lo McKormick, «dado de baja por invalidez, es
Una nueva biología para una nueva sociedad 551
decir, por resultarle desagradable al capitán... les, y tuvo que soportar por ello las burlas de
no constituye una pérdida. los marineros (Hemleben, 1971, p. 72). Su
En las narraciones habituales de la epopeya posterior, y siempre inseguro alejamiento de
del «descubrimiento de la evolución» se la Iglesia Anglicana, fue en realidad otra
narran meticulosos detalles del viaje, pero el muestra de su ingenua honestidad intelectual
pobre McKormick, con los sempiternos pro- que le llevó a dudar de la interpretación litera-
blemas de «presupuesto oficial», ha sido lista de la Biblia (Hemleben, 1971). Y, enton-
borrado de la historia en aras a la «financia- ces, ocurrió un milagro: se convirtió en un
ción privada». Y esto también explica (por fin) genio. Pero, ¿cómo ocurría?, ¿qué mecanis-
el misterio de que cuando el joven biólogo, mo encerraba ese proceso? Darwin no había
entusiasmado tras leer en el prólogo del primer recibido formación científica en el sentido
libro de Darwin, Viaje de un naturalista académico, y hasta el momento no había
(1972), la presentación de éste como el factor demostrado poseer una inteligencia excepcio-
del mayor escándalo del siglo XIX, motor de nal. (Su celebridad se debía enteramente a
una biología, sociología, antropología, histo- haber estado en el lugar oportuno en el
riología e incluso una ética a su manera, divi- momento oportuno) / ... / Pero, de pronto, a
soria de aguas de la ciencia decimonónica y los veintiocho años pareció descubrir su ima-
aún de mucha de la contemporánea, y espera ginación / ... / El resultado sería un científico
conocer los, sin duda, dramáticamente inten- genial (Stratern, 1999, p. 51). Sin embargo, la
sos momentos iniciales del impresionante y explicación de esta «reorganización cerebral»
trascendental viaje, que habría de durar desde sin precedentes (al menos hasta entonces) en
el 27 de diciembre de 1831 hasta el 2 de octu- la historia de la Humanidad, tal vez resulte
bre de 1836, se encuentra con el siguiente co- menos esotérica y más comprensible. Gracias
mienzo: Río de Janeiro: del 4 de abril al 5 de a sus abundantes recursos económicos Darwin
julio de 1832. se pudo permitir enviar a su mentor, el reve-
Las ocultaciones y manipulaciones de la rendo Henslow, una gran cantidad de especi-
historia «oficial» son demasiadas como para menes de todo tipo, recolectados por sus asa-
pensar en descuidos. Del mítico y trascenden- lariados. Éste, entusiasmado, pronunció varias
tal viaje del Beagle no volvió Darwin con nin- conferencias sobre ellos en la Geological
guna idea sobre la evolución, a pesar de que Society de Londres. Estas provocaron el sufi-
como nos cuenta en su Autobiografía había ciente revuelo como para hacer de Darwin
oído hablar de Lamarck. Su «descubrimiento» una pequeña celebridad en los círculos cientí-
tuvo lugar ocho años más tarde del regreso, ficos / ... / Al llegar a Londres, Darwin descu-
tras su documentación antes mencionada. brió que se había convertido en una especie
Concretamente, alrededor del 11 de enero de de celebridad / ... / Le nombraron miembro de
1844, aunque fuera un descubrimiento vaci- la Geological Society y le ascendieron casi de
lante: Por fin ha surgido un rayo de luz, y inmediato a su consejo rector. Un año más
estoy casi convencido (el subrayado es mío) tarde fue aceptado por el Ateneo, el club para
(totalmente en contra de la opinión de la que caballeros más exclusivo de Londres, y al año
partí) de que las especies no son (es como siguiente le nombraron miembro de la Royal
confesar un asesinato) inmutables (Carta a J. Society. El regreso de Darwin no fue precisa-
Hooker en Autobiografía y cartas escogidas, mente discreto (Stratern, 1999, p. 45). El
p. 273). Tampoco sufrió durante el famoso «revolucionario» Darwin no era, ciertamente,
viaje la transformación de que se nos habla, un proscrito entre la rancia aristocracia cientí-
que le convirtió en un lúcido científico mate- fica de las «exclusivas» sociedades victoria-
rialista. Bien avanzado el viaje escribía en una nas. Y, a pesar del manido relato de la reac-
de sus cartas a sus amigos: A menudo hago ción escandalizada del obispo de Oxford,
conjeturas acerca de lo que será de mí: si me también es cierto que Sir Charles Lyell y Sir
dejara llevar por mis deseos acabaría sin William Hooker, importantes miembros de
duda siendo un clérigo de aldea (Gould, estas sociedades, le ofrecieron todo su apoyo
1985). Es más: Todavía a bordo del Beagle para la publicación de su famosa obra, e inclu-
citaba la Biblia a los oficiales del barco como so para que obtuviera la prioridad sobre los
la prueba irrefutable de sus principios mora- trabajos enviados previamente por Alfred
552 Máximo Sandín
Rusell Wallace, en los que proponía su teoría reflexión me percato de los puntos débiles. Mi
sobre la evolución basada en la selección capacidad para seguir una argumentación
natural. Y también lo es que, tanto éste como prolongada y puramente abstracta es muy
Patrick Mathew, otro naturalista aficionado limitada y por eso nunca hubiese triunfado en
que también había publicado en 1831 una metafísica ni en matemáticas. Parece, en defi-
hipótesis semejante, compartían defectos difí- nitiva, que no hay más remedio que estar de
cilmente tolerables por los aristocráticos aca- acuerdo con Stratern en lo que respecta a su
démicos: el primero era de ideas socialistas, y descripción de las cualidades y verdaderos
Mathew fue miembro del «Movimiento Char- méritos de Darwin previos a su «transforma-
tista», que denunciaba y combatía las duras ción». Y que, por mucho que sus seguidores
condiciones de vida de los trabajadores de la se empeñen en hacernos creer que ésta ocu-
época. rrió, el mismo Darwin se niega tozudamente a
En suma, de los datos históricos se des- reconocerlo, a juzgar por la frase con que
prende que la sorprendente «conversión» de finaliza su Autobiografía: Con unas faculta-
Darwin en el hombre genial que descubrió la des tan ordinarias como las que poseo, es ver-
selección natural, el «verdadero mecanismo daderamente sorprendente que haya influen-
de la evolución», fue más una creación exter- ciado en grado considerable las creencias de
na que propia. De hecho, él mismo acabó por los científicos respecto a algunos puntos
estar muy poco convencido de que esto fuera importantes.
así. En su otra gran obra, La variación de los Pero, la sensación de desconfianza que pro-
animales y las plantas en domesticidad, publi- duce constatar cómo se ha fabricado un mito
cada diez años después del Origen de las mediante la «creación» de una sólida teoría y
especies... elaboró lo que consideraba su teo- una impecable y coherente biografía, no sólo
ría definitiva, en la que daba el paso drástico inexactas sino contrarias a las que manifiesta
de abandonar la idea de la selección natural. el propio personaje, llega al extremo cuando
De lo sublime a lo ridículo. En su lugar pro-
nos enfrentamos con la falacia (absolutamente
puso una teoría pergeñada por primera vez en
manifiesta, porque se puede comprobar en
el siglo V a. C. por el filósofo griego Demó-
crito, conocida como Pangénesis. Su versión libros que se encuentran actualmente en las
moderna afirmaba que cada órgano y sustan- librerías) de negarle a Darwin la responsabili-
cia del cuerpo segregaba sus propias partícu- dad del «darwinismo social», ya que fue Her-
las que luego se combinaban para formar las bert Spencer su verdadero creador, antes de la
células reproductivas. Las partículas segrega- publicación del «Origen de las Especies».
das por cada órgano eran un eco fiel, no sólo Esta frase, «clonada» literalmente en los textos
de las características, sino también de la res- darwinistas, resulta muy poco favorecedora
pectiva fuerza, tamaño y salud del órgano para la credibilidad del resto de la obra porque,
(Stratern, 1999). Es decir, al parecer son sus tanto si es resultado de una tergiversación
apologistas los que deciden cuáles de sus intencionada como si lo es del desconocimien-
ideas son las adecuadas, incluso en contra de to, no dice mucho a favor del rigor científico
su opinión. Lo cual resulta un caso de mitifi- de sus autores. Porque, aún sin tener en cuenta
cación realmente peculiar (si bien, no único), la existencia de cartas muy significativas
porque sería algo así como reconocerle las (especialmente, una escrita por Darwin a
aportaciones que él admitía como errores y Heinrich Fick, un jurista suizo partidario de la
rechazar, precisamente, las que creía válidas. aplicación de la teoría darwiniana a la legisla-
Es más, muy probablemente Darwin tampoco ción) (Sandín, 2000), cuyo desconocimiento se
estaría de acuerdo con los atributos de genia- podría justificar por no resultar de fácil acceso,
lidad con que le adornan sus «correctores»: la otra «obra cumbre» de Darwin, Descenden-
No tengo la gran presteza de aprehensión o cia del Hombre y la Selección en Relación al
ingenio, tan notable en algunos hombres inte- Sexo (1871), conocida como El Origen del
ligentes, por ejemplo Huxley. Por lo tanto soy Hombre, resulta (naturalmente, si uno se toma
un mal crítico: la lectura de un artículo o de la molestia de leerla) suficientemente informa-
un libro suscita en un principio mi admira- tiva al respecto, y merece, con todos los hono-
ción, y sólo después de una considerable res, un capítulo aparte.
Una nueva biología para una nueva sociedad 553
dugo) se encarga de ello. Dado que las cuali- greso de Estados Unidos, como también el
dades morales e intelectuales son innatas, los carácter del pueblo, de la selección natural
países civilizados han llegado a dominar el (p. 201)
Mundo por obra y gracia de la mayor calidad En suma, el libro (que, por cierto, sería muy
de sus ciudadanos; y, naturalmente, dentro de de agradecer que fuera leído por los darwinis-
éstos y de acuerdo con sir Francis Galton, las tas), que no estaba concebido por Darwin, ni
clases superiores son las adornadas de las mucho menos, como una obra secundaria, sino
mayores virtudes. Por eso, ... sería una inter- como la culminación necesaria del Origen de
minable tarea señalar los numerosos puntos las Especies ..., no cuenta con mayores virtu-
de diferencia de las razas. / .../ Sus caracteres des científicas y literarias que éste, porque
mentales son igualmente muy distintos, sobre además de las abundantes argumentaciones del
todo cuando se trata de las partes emociona- tipo de las ya citadas, cuya calificación bené-
les, aunque mucho, asimismo, en sus faculta- vola podría ser de «políticamente incorrectas»,
des intelectuales. La consecuencia de estas contiene muchas otras referidas, por ejemplo,
diferencias en un Mundo dirigido por la impla- a las clases entregadas a la destemplanza, al
cable selección natural es inevitable: Llegará libertinaje y al crimen, o al matrimonio y la
un día, por cierto, no muy distante, que de reproducción que no se pueden calificar de
aquí allá se cuenten por miles los años en que otro modo que de absolutamente ridículas. No
las razas humanas civilizadas habrán extermi- me puedo resistir a mencionar una muestra
nado y reemplazado a todas las salvajes por el final: En suma, concluimos como el doctor
mundo esparcidas / ... / y entonces la laguna Farr en que la menor mortalidad de los casa-
será aún más considerable, porque no existi- dos, relativamente a la de los solteros, ley que
rán eslabones intermedios entre la raza huma- parece ser general, se debe principalmente a
na que prepondera en civilización, a saber: la la eliminación constante de los tipos imperfec-
raza caucásica y una especie de mono inferior, tos y a la hábil selección de los individuos más
por ejemplo, el papión; en tanto que en la hermosos que en cada generación se verifica,
actualidad la laguna sólo existe entre el negro por no haber selección más que cuando se
y el gorila (p. 225). Y, en este caso, Darwin sí trata de matrimonio, y ser tan grande su influ-
contaba con datos objetivos para reforzar sus jo sobre las cualidades corporales, intelectua-
argumentos. Cuando las naciones civilizadas les y morales. De lo cual podemos inferir que
entran en contacto con las bárbaras, la lucha los hombres sanos y buenos no se hallarán
es corta, excepto allí donde el clima mortal sujetos a mayor mortalidad si sólo por pru-
ayuda y favorece a los nativos. / .../ Cuando se dencia permanecen sin casarse algún tiempo.
comenzó a colonizar Tasmania, estimaban Del candor (que mejor se podría calificar de
algunos el numero de sus habitantes en 7.000 simpleza) y del rancio puritanismo victoriano
y otros en 20.000. Este número disminuyó con- que se refleja en sus escritos no se desprende
siderablemente a causa, sobre todo, de las la más mínima intención de manipular o dis-
luchas con los ingleses y consigo mismos. torsionar los hechos (entre otros motivos, por-
Después de la famosa cacería emprendida por que, como él mismo reconoce, carecía en
todos los colonizadores en que se sometieron absoluto de las capacidades necesarias para
los residuos que quedaban de la antigua hacerlo). Se trata, sencillamente, de una con-
población indígena, su número no era más que cepción del Mundo característica del sector
120 individuos, los cuales en 1832 fueron social del que procedía y en el que se relacio-
deportados a la isla Flinders (en 1864 queda- naba (y no «un producto de su época», como
ba un hombre, que murió en 1869, y tres muje- se suele justificar, porque en la misma época y
res. La última tasmana murió a finales del en el mismo país existían visiones muy dife-
siglo XIX). A la vista de «procesos naturales» rentes de la realidad, como, sin ir más lejos, las
como éste, se entienden perfectamente Los de Wallace o Mathew). Una clase social que se
notables resultados que los ingleses han obte- caracterizaba por unos valores profundamente
nido siempre como colonizadores, compara- enraizados en la tradición calvinista (otra revo-
dos con los de otras naciones de Europa / ... / lución burguesa), según la cual ciertas perso-
Es en apariencia muy verdadera la opinión de nas están predestinadas por Dios a la salvación
los que entienden proceder el admirable pro- y otras a la condenación. Pero, eso sí, el cre-
Una nueva biología para una nueva sociedad 555
yente, aunque desconoce su destino, puede lo cierto es que a pesar de que en los últimos
demostrar que es un «elegido de Dios» con los 25 años se han producido descubrimientos
éxitos que alcance en su vida privada. Esta espectaculares en el campo de los conocimien-
curiosa «fe» que, por otra parte fue la que tos biológicos (o, tal vez, precisamente por
alumbró la teoría de Adam Smith, desvela una ello), nos encontramos con una gama tan
envidiable capacidad de amoldar toda una cos- variada y, a veces, tan contradictoria de con-
movisión a los intereses de una clase social cepciones y explicaciones de los procesos evo-
concreta, de modo que, mediante unos conve- lutivos que la base teórica, más que en confu-
nientes e inevitables designios, un Dios tan sa se ha convertido en inexistente.
complaciente con los ricos como implacable La teoría «oficial» que sigue figurando en
con los pobres, la mano invisible del mercado los libros de texto, a pesar de estar totalmente
y la poderosa y ciega selección natural favore- descalificada por los datos recientes, es la lla-
cen, curiosamente, a los mismos, otorgándo- mada «Teoría sintética moderna». El término
les, de una tacada y por los mismos méritos «moderna» hace referencia a la época en que
(que se pueden sintetizar en «ir a lo suyo»), la fue elaborada, desde los años veinte a los cin-
salvación, la riqueza y el éxito biológico. cuenta, fundamentalmente por matemáticos
Y estos principios no pertenecen al campo (Wrigth, Fisher y Haldane) que tenían muy
de las anécdotas históricas, porque son los que pocos conocimientos de genética cuando
conforman en la actualidad los basamentos de incluso los genetistas tenían muy pocos cono-
las sociedades «avanzadas». Su intelectualiza- cimientos de genética. La idea de evolución
ción en forma de «leyes científicas» y su (de cambio en la organización morfológica,
carácter eminentemente práctico (especial- fisiológica y genética) se resume así de senci-
mente para los «más aptos») los ha expandido llamente: «La visión de Darwin sobre la selec-
y consolidado, de forma que de ser en su ori- ción natural se puede incorporar fácilmente a
gen una justificación del «status quo», con la visión genética de que la evolución se pro-
mayor o menor dosis de hipocresía o de sim- duce físicamente a partir de cambios en las
pleza, han pasado a convertirse en una firme frecuencias génicas» (Boyd y Silk, 2001).
creencia de cómo es (y cómo debe ser) la rea- La «visión genética» a la que se refieren es
lidad, y muchos de los argumentos no sólo de la simplificación mendeliana que explica (solo
Darwin sino de Smith, Malthus y Spencer per- en ciertas ocasiones) la transmisión de caracte-
manecen, además de en las «leyes» de la eco- rísticas superficiales (en su mayor parte
nomía de libre mercado, en los textos en los «defectos»), como las famosas características
que los científicos darwinistas nos explican su de la piel de los guisantes o del pelo de los
visión de la Naturaleza y de la Sociedad en ratones, que no afectan en absoluto a su condi-
forma de metáforas y «leyes» científicas. ción de guisantes o de ratones, pero que, sobre
todo, ha conducido a la concepción de que
existe «un gen» responsable directo de cada
carácter, ya sea fisiológico, anatómico o, in-
El Darwinismo «moderno» cluso, de comportamiento, concepción que
todavía subyace en las interpretaciones de
R
muchos teóricos de la evolución. Lo cierto es
esulta verdaderamente difícil definir que después de medio siglo desde que se for-
qué es hoy el Darwinismo (el neo- muló (difusamente) la Teoría Sintética Moder-
darwinismo, para ser exactos), lo na, los dos ejemplos clásicos que figuran en
cual es un serio problema, porque se trata de los libros de texto como explicación de la evo-
«la» teoría de la evolución, la base teórica de lución según sus criterios (es decir, mediante
la biología que permitiría explicar (pero sobre la selección natural) son la resistencia a la
todo comprender) todos los fenómenos bioló- malaria de los heterocigotos para «el gen» de
gicos y muchas de las grandes cuestiones can- la anemia falciforme y el cambio de coloración
dentes actuales, desde los graves problemas de las famosas «polillas del abedul». El hecho
ambientales hasta el posible futuro de los eco- de que los individuos resistentes a la malaria y
sistemas (especialmente el humano), desde el las polillas oscuras, teóricamente supervivien-
SIDA hasta el cáncer (ver Sandín, 1997). Pero tes a los pájaros gracias a su ocultación en el
556 Máximo Sandín
hollín contaminante, sigan siendo los mismos trozos reparados. En cuanto a los mensajes
hombres y las mismas polillas existentes antes codificados en el ADN, el «significado» de
de la «actuación» de la selección natural no les una secuencia concreta de bases varía según su
invalida como ejemplo de evolución. La idea situación en el genoma, de la regulación por
de evolución implícita (es más, firmemente parte de otros genes y del tipo de organismo en
asumida) en estos argumentos es que las muta- el que esté. Por ejemplo, el gen llamado GAI
ciones (errores de copia del ADN en su repli- codifica en plantas una proteína que frena su
cación) producen al azar variantes de un gen crecimiento, excepto en presencia del ácido
(alelos diferentes) que causan pequeñas varia- giberélico (una especie de hormona vegetal).
ciones como las anteriormente mencionadas; y Se ha visto (Peng, et al., 1999; Boss y Thomas,
estas variaciones «con el tiempo» llegarían a 2002) que una mutación de este gen tiene dis-
convertirse en los grandes cambios de organi- tintas consecuencias en plantas diferentes: en
zación genómica, fenotípica y anatómica que Arabidopsis (una planta silvestre muy común)
se han producido en los seres vivos. Según F.J. este gen o su mutante pueden producir hojas o
Ayala (1999), la evolución se produce median- flores; en vides, uvas o zarcillos y en trigo tallo
te cambios en la composición genética de una largo o corto.
especie, como si los genes fueran unas entida- Pero la plasticidad del ADN puede ir aún
des individuales, cada una responsable de un más lejos. Muchos genes tienen la capacidad
carácter que se situarían, a modo de cuentas de de lo que se conoce como «splicing» (empal-
un collar, en los cromosomas. me o ligamiento) alternativo (Herbert y Rich,
Sin embargo, hace tiempo que esta visión de 1999), es decir, de producir diferentes mensa-
los genomas está totalmente invalidada. Hoy jes (diferentes proteínas) en función de las
sabemos que lo que llamamos «genes» (donde condiciones del ambiente celular (que, a su
se localiza la información sobre cómo se hace vez, depende del ambiente externo), lo que en
y cómo funciona un organismo vivo) es algo definitiva significa que el ADN posee la capa-
mucho más complejo que un segmento con- cidad de respuesta al ambiente. Y esta capaci-
creto de ADN: puede haber genes repetidos en dad de respuesta va aún más lejos si tenemos
trozos dispersos por el genoma, hay genes con en cuenta los descubrimientos derivados de la
otros genes dentro, los hay enormes, formados secuenciación (parcial) del genoma humano
por millones de pares de bases, y muy peque- (The Genome Sequencing Consortium, 2001).
ños, formados por unos pocos miles (ver San- El 95% de nuestro genoma está constituido por
dín, 2001). Pero, sobre todo, lo que más ha elementos móviles y virus endógenos. Los pri-
cambiado de la visión extremadamente simple meros pueden estar de dos formas: transposo-
y, especialmente, determinista de la teoría sin- nes, que son «trozos» de ADN que pueden sal-
tética, y que desgraciadamente ha pasado a tar de unas partes a otras de los cromosoma, y
formar parte de los tópicos populares, es la retrotransposones, que pueden realizan
idea de que «un gen» tiene un significado (mediante las proteínas correspondientes)
único y concreto. En la época en que se elabo- copias de sí mismos que se insertan en otra
ró la Teoría Sintética se hablaba de un gen-un zona del genoma, produciéndose duplicacio-
carácter. Posteriormente se pasó a asociar un nes de sus secuencias. Ambos se activan como
gen con una proteína y, finalmente se ha com- reacción a agresiones ambientales (Witelaw y
probado que la información genética es algo Martin, 2001). En cuento a los virus endóge-
de una complejidad difícil de abarcar. En pri- nos, que constituyen, por el momento, el 10%
mer lugar, el ADN en sí mismo no es ni auto- del genoma, se considera que su presencia
rreplicable ni de único significado. Es algo así obedece a que en algún momento de la historia
como un diccionario, que necesita de una gra- evolutiva «infectaron» al «hospedador» y se
mática, incluso de un idioma, que dé sentido (y insertaron en el genoma, donde permanecen
contexto) a la información que contiene. En el como «parásitos». Lo cierto es que sus secuen-
primer aspecto, para la replicación del ADN cias participan activamente en procesos celula-
son necesarias un buen número de complejísi- res normales de distintos órganos como cere-
mas y muy específicas proteínas que separan bro, pulmón, corazón… (Genome directory,
la doble cadena, inducen la replicación, revi- 2001). Y también tienen capacidad de respues-
san, corrigen los errores, los reparan y unen los ta al ambiente, «malignizándose» ante agresio-
Una nueva biología para una nueva sociedad 557
nes ambientales (Gaunt y Tracy, 1995) e inclu- los científicos «explosión del Cámbrico»
so reconstruyendo su cápsida y recuperando su (Morris, 2000), en la que aparecieron de un
capacidad infectiva (Ter-Grigorov et al., modo repentino todos los tipos generales de
1997). organización animal (ver Sandín 2002), todos
Por si todos estos datos sobre la enorme estos hechos constituyen un relato más acorde
complejidad del material genético no fueran con las características reales de los fenómenos
suficientes para mostrarnos lo mucho que naturales. Desde la naturaleza de la informa-
todavía nos queda por conocer, los estudios ción genética hasta el todavía indescifrable
sobre el proteoma (el conjunto de proteínas funcionamiento celular, o desde las sofistica-
celulares que participan en todos sus procesos) das e interdependientes actividades de los pro-
están poniendo de manifiesto fenómenos que, cesos fisiológicos hasta la coordinación en la
según sus investigadores (Gavin et al., 2002; formación de un organismo o la complejidad
Ho et al., 2002) desafían la imaginación: los de los ecosistemas, la Naturaleza nos habla,
miles de complejas proteínas que interactúan fundamentalmente, de cooperación. De siste-
en las células se asocian en grupos de, al mas biológicos de una enorme complejidad en
menos, 96 proteínas. Cada combinación deter- los que no hay sitio para los «errores», pero,
mina, al parecer, sus estructuras y funciones sobre todo, de una gran interacción con el
características. Según los autores La célula ambiente y una gran capacidad de respuesta,
está organizada en una forma para la que no con poco de aleatorio a las condiciones-agre-
estamos preparados. siones ambientales. Una realidad totalmente
En suma, los procesos biológicos, incluso al opuesta a la visión de las características genéti-
nivel más básico, están resultando tan diferen- cas rígidamente determinadas y herméticamen-
tes de la visión reduccionista del darwinismo te aisladas del ambiente, en las que los supues-
que todavía figura en los libros de texto la con- tos cambios aleatorios serían seleccionados por
clusión lógica que planteó Philip Ball (2001), medio de una implacable competencia.
uno de los editorialistas de Nature, ante el Sin embargo, los términos y los conceptos,
informe de la secuenciación del genoma hu- incluso el modo de razonar darwinista, aparen-
mano: «Nos encontramos sin base teórica pa- temente «grabados a fuego» en el cerebro du-
ra explicar esta complejidad». En otras pala- rante nuestra formación como biólogos, impi-
bras, lo que tenemos es inútil. Porque, desde den dar a estos hechos el significado que
luego, todo esto que estamos explicando tienen. Solo a modo de ejemplo de los siste-
implica que la evolución de la vida no ha podi- máticos y tópicos argumentos, a veces real-
do producirse según la narración darwinista, mente peregrinos, que se utilizan para embutir
mediante mutaciones –es decir «errores» o los nuevos datos en el paradigma darwinista
desorganizaciones que se producen al azar– vamos a hacer referencia a algunas interpreta-
que generan variantes de un mismo gen que ciones sobre los fenómenos fundamentales de
tienen pequeñas consecuencias en el fenotipo, los procesos evolutivos que aparecen conti-
y que serían «fijadas» por la selección natural nuamente en las revistas especializadas en
en el caso de ser «mejores» que sus otras referencia a cualquier fenómeno investigado,
variantes, produciendo como consecuencia incluido el nivel molecular.
una evolución gradual. Rodhey Gupta, de la Universidad Macmas-
Y, efectivamente, los datos nos informan de ter de Canadá, ha conseguido identificar de
que la historia no ha sido así. Desde el origen qué tipo de bacterias proviene el material
de las células que constituyen los seres vivos, genético (ADN y proteínas) de nuestras célu-
que como ha sido comprobado por W.F. Doo- las: los genes y las proteínas que controlan la
lottle (2000), Linn Margulis (1995) y R. Gupta replicación del ADN provienen de arqueobac-
(2000) se ha producido por agregaciones de terias; los que controlan el metabolismo celu-
bacterias, hasta las bruscas remodelaciones de lar, de eubacterias. Sin embargo, para él este
fauna y flora que inician los grandes periodos hecho fundamental en la evolución de la vida,
geológicos (Moreno, 2002) y que coinciden que indica hasta qué punto son importantes los
con grandes catástrofes ambientales perfecta- fenómenos de cooperación y de integración de
mente documentadas en la actualidad (Kemp, sistemas, en sí mismos complejos, y «cómo
1999), pasando por la todavía misteriosa para tienen que ser» para conseguir los increíbles
558 Máximo Sandín
niveles de complejidad e interconexión que se rencia al darwinismo: Así se inició una compe-
encuentran en los más mínimos procesos bio- tición morfológica y de comportamiento entre
lógicos, es el resultado de un fenómeno oca- organismos, elaboraciones que han continua-
sional, aleatorio y único (a pesar de la increí- do y diversificado (sic) desde entonces.
ble eficacia de su resultado), de manera que Es decir, aunque los descubrimientos «rea-
nuestro autor considera que «los siguientes» les», los datos, nos indican que la competencia
fenómenos evolutivos tuvieron lugar por y la selección no han podido tener nada que
medio de la selección natural (Gupta, 2001). ver en la formación de estos sistemas «conser-
Pero los «siguientes procesos evolutivos» vados desde el origen», tiene que existir, for-
también resultan para los especialistas que los zosamente, una competencia que suponemos
estudian fenómenos excepcionales. La llama- que fue «después». Y la competencia se busca
da «explosión del Cámbrico», en la que apare- donde haga falta. En la sutil proliferación
cieron en un periodo máximo de cinco millo- embrionaria de las células que forman las alas
nes de años (G. Bellido, 1999) todos los de la mosca Drosophyla existe, al parecer, un
grandes tipos de organización animal existen- proceso llamado «competición celular», que
tes en la actualidad (anélidos, artrópodos, «elimina» las células que proliferan lentamen-
moluscos, ... e incluso vertebrados), tuvo lugar te (Moreno et al., 2002) (y se supone que las
en un medio marino muy estable y a partir de alas son consecuencia de esta competición).
antecesores muy sencillos. Antonio García Be- Incluso el centrómero, un orgánulo celular que
llido, sin duda el científico español de mayor contiene ADN formado por «secuencias repe-
prestigio internacional, ha denominado «sin- tidas en tandem»,y que es el responsable de la
tagma» al conjunto de genes/proteínas respon- separación exacta de las dos hebras de los cro-
sable de la regulación embrionaria de la dife- mosomas en la división celular, no es, en rea-
renciación de distintos tejidos y órganos (que lidad, una muestra más de eficacia y coordina-
constituyen los llamados homeoboxes) y que, ción de los procesos celulares sino «ADN
forzosamente, tuvieron que aparecer en aquel egoísta» (Menikoff y Malik, 2002), y que «la
período. Se ha podido comprobar que los competición darwiniana entre centrómeros
homeoboxes que coordinan la aparición de las oponentes aporta un mecanismo molecular
alas de los mamíferos, aves e insectos están general para la evolución del centrómero...»
formados por las mismas secuencias de ADN. En suma, visto desde una «mentalidad bio-
Sólo se diferencian en el número de duplica- lógica exterior al paradigma» resulta una desa-
ciones. Y lo mismo ocurre para los ojos, extre- lentadora sensación de que el «adiestramien-
midades, tubo digestivo... Se ha podido com- to» (Feyerhabend, 1989) en el modo de ver
probar (Morata, 2000) que «transplantando» darwinista impide la compresión de lo que
los genes que controlan el ojo de ratón a diver- tenemos delante de los ojos. Y no parece que
sos puntos del embrión de la mosca del vina- este problema tenga fácil solución. No solo es
gre se formaban ojos de mosca (que, para una visión reforzada por el modelo social del
colmo, son ojos compuestos, muy diferentes a «libre mercado» y la «libre competencia» que
los de mamífero). Es decir, una vez más la se ha impuesto en todos los ámbitos de la vida
misma secuencia genética en un medio celular en la llamada «civilización occidental», sino
diferente se expresa de modo distinto. Según que ya ha sido «científicamente demostrado»
García Bellido sintagmas completos, en un nada menos que mediante programas de orde-
número creciente de casos, están conservados nador. Leamos: «Los organismos digitales,
desde el origen. Es decir, que la evolución de esencialmente programas de ordenador que
los organismos y de las estructuras biológicas obedecen las leyes de mutación y selección
no ha sido, ni mucho menos, mediante «muta- natural, pueden ser usados para investigar las
ciones» aleatorias fijadas por la selección relaciones entre los procesos básicos de evolu-
natural. De hecho, García Bellido lo expresa ción» (Wilkie et al., 2001).
claramente: Las mutaciones clásicas en los Es decir, si se programa una secuencia para
genes que codifican para proteínas han debido que «obedezca» las «leyes» de la mutación y
ser de escasa relevancia para la evolución la selección natural, las obedecerá. Pero difí-
morfológica» (García Bellido, 1999). Sin cilmente se podrá programar el funcionamien-
embargo, no podemos olvidarnos de la reve- to de una simple célula con sus cientos de
Una nueva biología para una nueva sociedad 559
inglés Richard Dawkins. Como él mismo notable se formó por accidente. La denomina-
escribe en el prefacio a una de sus múltiples remos el replicador. No tuvo que ser, necesa-
reediciones (en este caso a la de 1989): En la riamente, la más grande o la más compleja de
decena de años trascurridos desde la publica- todas las moléculas, pero tenía la extraordina-
ción de «El gen egoísta», su mensaje central ria propiedad de poder crear copias de sí
se ha transformado en ortodoxia en los libros misma / ... / tan pronto como nació el replica-
de texto. / ... / La teoría del gen egoísta es la dor, sin duda esparció rápidamente sus copias
teoría de Darwin, expresada de una manera a través de los mares hasta que las moléculas
que Darwin no eligió pero que me gustaría más pequeñas, cuya función era la de ser com-
pensar que él habría aprobado y le habría ponentes, se convirtieron en un recurso escaso
encantado. La tesis central de «El Gen Egoís- y otras moléculas más grandes no pudieron
ta: las bases biológicas de nuestra conducta» formarse sino muy rara vez /... / Pero cuando
es que los seres vivos somos, simplemente, los replicadores llegaron a ser numerosos,
«máquinas de supervivencia» construidas por estos componentes debieron de ser utilizados
los genes que son la «unidad de evolución», y en una proporción tan elevada que se convir-
que compiten por alcanzar la supremacía sobre tieron en un recurso escaso y precioso. Las
los otros genes. Según Dawkins Toda máquina diferentes variedades o especies de replicado-
de supervivencia es para otra máquina de res debieron de competir por ellos./ ... / Hubo
supervivencia un obstáculo que vencer o una una lucha por la existencia entre las distintas
fuente que explotar. Su «entrañable» visión de variedades de replicadores / ... / Los replica-
la vida la resume así: ... pienso que la naturale- dores que sobrevivieron fueron aquellos que
za en estado puro, la naturaleza «roja en uñas crearon máquinas de supervivencia para vivir
y dientes», resume admirablemente nuestra en ellas. Las primeras máquinas de supervi-
compresión moderna de la selección natural». vencia consistían, probablemente, nada más
El problema de su visión es que sus bases que en una capa protectora. Pero ganarse la
científicas son inexistentes, y rizan el rizo del vida se hizo cada vez más duro a medida que
darwinismo original, cuyas bases conceptuales surgían nuevos rivales con mejores y más efec-
eran claramente las creencias o la visión de la tivas máquinas de supervivencia.
vida de una clase social concreta, que explica- Además de que, como hemos visto, no exis-
ba los procesos evolutivos mediante la sim- ten en la Naturaleza «moléculas autorreplican-
plista extrapolación de las actividades de los tes», los argumentos de su «explicación» de
ganaderos y horticultores, que al menos eran cómo apareció la vida no son mucho más cien-
hechos existentes, mientras que ahora los tíficos: sin duda esparció... una molécula espe-
fenómenos biológicos que se invocan son una cialmente notable... por accidente... En defini-
absoluta invención. Comenzando por la «defi- tiva, da la impresión de que las especulaciones
nición» que hace Dawkins del protagonista de Dawkins no reflejan un intento de compren-
activo de su historia, «el gen», nos encontra- sión muy profunda de los fenómenos naturales.
mos con una tautología y con una simplifica- Porque no existen en la Naturaleza estos entes
ción, no ya absolutamente descalificada por autorreplicantes y competitivos, pero lo que sí
los datos actuales sino absurda en el momento existen son personas (claramente, una de ellas
en que la formuló: Un gen se define como una R. Dawkins) que tienen una concepción muy
porción de material cromosómico que, poten- clara de cómo es realmente la sociedad huma-
cialmente, permanece durante infinitas gene- na y de cuál es el verdadero mensaje de su
raciones para servir como una unidad de obra: «El planteamiento de este libro es que
selección natural. Desde su punto de vista, un nosotros, al igual que todos los demás anima-
automóvil de competición podría definirse les, somos máquinas creadas por nuestros
como «una porción de material metálico que genes. De la misma manera que los prósperos
potencialmente dura lo suficiente para servir gángsteres de Chicago, nuestros genes han
como una unidad de competición en un circui- sobrevivido, en algunos casos durante millones
to». En cuanto al origen y las características de años, en un mundo altamente competitivo.
del material cromosómico, el «ADN egoísta», Esto nos autoriza a suponer ciertas cualidades
sus opiniones no son menos fantasiosas: En en nuestros genes. Argumentaré que una cuali-
algún punto, una molécula especialmente dad predominante que podemos esperar que se
Una nueva biología para una nueva sociedad 561
Los guardianes oficiales del darwinismo son lot, especialmente, si comparamos esta des-
tan implacables con cualquier actitud no ya cripción con la del abanderado de «la Natura-
crítica sino dudosa entre los biólogos como leza roja en dientes y garras»: La primera vez
elogiosos con los más dogmáticos (o «integris- que vi a Dawkins fue con motivo de un encuen-
tas»). En «El fin de la ciencia» John Horgan tro organizado por su agente literario en
(1998), redactor de la revista Scientific Ameri- Manhattan. Es un hombre de una belleza gla-
can, sostiene la tesis de que la investigación en cial, ojos de ave rapaz, nariz puntiaguda y
Biología está llegando a su fin, precisamente mejillas incongruentemente sonrosadas. Lle-
por el éxito de la teoría darwinista de la que vaba lo que me pareció un traje caro, hecho a
afirma que No sólo es bella, sino, además, ver- medida. Cuando extendía sus manos surcadas
dadera. Según dice Gunter Stent, presidente de venas para rematar una idea, éstas tembla-
del departamento de neurobiología de la Aca- ban ligeramente. Era el temblor, no de un
demia Nacional de Ciencias de Estados Uni- hombre nervioso, sino de un competidor per-
dos, entrevistado en su libro: Los biólogos, sólo fectamente adiestrado –y con espíritu gana-
tenían tres cuestiones de gran calado que dor– para la guerra de las ideas: del galgo de
explorar; a saber, cómo empezó la vida, cómo Darwin. No será necesario aclarar que para
una única célula fertilizada se desarrolla hasta Horgan Dawkins se expresa con absoluta cla-
convertirse en un organismo multicelular y ridad, tanta que no deja espacio alguno para
cómo el sistema nervioso central procesa la el misterio, el significado, la finalidad ni para
información (es decir, sólo quedan «minucias» las grandes revelaciones científicas, fuera de
por conocer). Cuando se alcancen estas metas, las que Darwin nos hizo.
decía Stent, la tarea fundamental de la Biolo- La sensación de opresión dogmática y de
gía, de la Biología pura, habrá concluido. / .../ práctica imposibilidad de combatir o, al
La biología evolutiva, en particular, había con- menos, debatir públicamente estas descripcio-
cluido con la publicación, por parte de Charles nes «objetivas» del estado actual de la teoría
Darwin, de El origen de las especies. de la evolución, que se pueden calificar de
Y, a los poseedores de «la verdad» lo que auténticas supercherías, se acrecienta cuando
más les irrita no son las otras posibles verda- en los medios de comunicación nos encontra-
des, que no merecen ni un segundo de su con- mos con glosas – promociones como éstas,
sideración, sino las dudas razonadas sobre la transmitidas al público por los especialistas en
propia. Así es como Horgan trata en su libro al la materia: (El País, 22-5-2002): Vivimos un
recientemente fallecido S. J. Gould, el más bri- momento muy favorable para la evolución.
llante (y crítico, dentro de la ortodoxia) teóri- Ensayos como los de Michael Ruse, Juan Luis
co evolucionista de los últimos años: La gran Arsuaga, Camilo José Cela Conde o Francis-
pesadilla de Gould es su falta de originalidad. co J. Ayala plantean aproximaciones al tema
Darwin vaticinó el concepto básico del equili- desde perspectivas tan diversas como la pale-
brio puntuado en «Sobre el origen de las espe- ontología y el urbanismo. Es decir, «una
cies»... (Aquí conviene señalar que, como amplia gama de perspectivas». Sin embargo,
hemos visto, en el libro de Darwin se pueden difícilmente se podrán encontrar (salvo como
encontrar especulaciones tan variadas, confu- objeto de crítica, a veces feroz) autores como
sas y contradictorias que los darwinistas pue- M. Behe (La caja negra de Darwin, 1999), N.
den encontrar antecedentes para cualquier ver- Eldredge (Síntesis inacabada, 1997), B. Good-
sión de la evolución). Pero su falta de win (Las manchas del leopardo, 1999), o R.
originalidad tiene una explicación: La clave Chauvin (Darwinismo. El fin de un mito, 2000).
para entender a Gould puede que no sea su Pero los dictámenes de la autoridades cien-
supuesto marxismo, o liberalismo, o antiauto- tíficas no son más proclives a la «duda inteli-
ritarismo, sino su miedo al potencial punto gente» que la de los diarios. Con motivo de la
final de su campo de investigación. La aver- muerte de Gould se publicó, también en El
sión por los científicos con espíritu crítico País, la «elegía» de Ernst Mayr, uno de los
llega a extremos realmente esperpénticos: máximos representantes actuales de la ortodo-
Gould desarma a cualquiera con su aspecto xia: Para sus colegas era confuso. Lo cual es
ordinario: bajito y regordete, de cara rechon- perfectamente comprensible. Para un colega
cha, nariz chata y pequeña y bigote a lo Char- que cree que el «experimento» de la polilla del
Una nueva biología para una nueva sociedad 563
ciertamente, un opio intelectual. Como conse- fertilizantes y de los pesticidas hizo que
cuencia: nadie puede hacer un juicio al darwi- muchas pequeñas explotaciones no pudieran
nismo basado en higiene moral. Pero, al pare- competir con los grandes propietarios. Sólo en
cer, existe otra justificación que, ésta sí, es Estados Unidos el número de granjas se ha
indiscutible, y es (casualmente) la económica: reducido a un tercio y la mayoría de las que
En lo que concierne a los beneficios prácticos hay son grandes empresas mecanizadas, en
del darwinismo el caso es casi el opuesto. El gran parte propiedad de multinacionales de la
pensamiento darwinista es esencial en el cruce alimentación. Los efectos fueron aún más
del ganado, agronomía y similares. La agricul- desastrosos en el Tercer Mundo, en donde la
tura moderna depende del darwinismo como concentración de la tierra en pocas manos ya
una de sus más importantes piedras fundado- era considerable, pero, además, aumentaron
ras. Estamos sólo empezando a ver el uso de los precios por el alto costo en productos quí-
metodologías darwinistas en medicina, inge- micos y maquinaria.
niería genética y campos asociados. Pero es Pero en la economía de libre mercado pro-
seguro que llegarán más de sus aplicaciones. ducción no equivale a acceso a los alimentos.
La escasez de «demanda efectiva» en los paí-
ses pobres hizo que, por ejemplo en la India,
se acumularan enormes producciones de cere-
Una nueva sociedad ales que se podrían en los graneros (en los paí-
para una nueva biología ses ricos se llega a destruir alimentos para que
no bajen los precios). Y en la mayoría de los
A
países del Tercer Mundo (por ejemplo, Etio-
lo que Rose se refiere es a la pía) los cultivos de cereales se venden en su
«ganadería industrial» y a la mayoría a los países ricos como alimento para
«revolución verde», el inicio de ganado (el 36% del cereal mundial se destina
uno de los mayores desastres ecológicos y a la alimentación de ganado, según el Informe
sociales a que se va a enfrentar la Humanidad, de la FAO, 2002). Mientras, sus ciudadanos se
pero que puede llegar a proporciones inimagi- mueren de hambre, y el verdadero beneficio
nables gracias al uso de metodologías darwi- ha sido para las industrias química y de
nianas en medicina, ingeniería genética y maquinaria, grandes impulsoras de este tipo
campos asociados. de agricultura.
La llamada «revolución verde» fue posible- Sin embargo esto es sólo un aspecto del pro-
mente el primer exponente a gran escala de la blema: la producción comenzó a disminuir en
estrecha y profunda relación entre las bases muchas partes y aumentaron las plagas. Como
conceptuales del darwinismo y el modelo eco- solución tuvo que aumentarse de forma conti-
nómico de Adam Smith, y de la similitud de nua el uso de fertilizantes y plaguicidas. Y
sus consecuencias. Financiada por la Funda- esto, para lograr, con suerte, los mismos resul-
ción Rockefeller y el Banco Mundial, e impul- tados, porque los abonos químicos destruyen
sada a partir de los años 50 por Norman Bor- la fertilidad natural del suelo, en la que las bac-
laug (que recibió por ello el Premio Nóbel de terias y los hongos tienen un papel fundamen-
la Paz en 1970) y basada científicamente en el tal, y además los plaguicidas «generan» plagas
reduccionismo darwinista, consistió, esencial- cada vez más resistentes. Con el tiempo la tie-
mente, en el uso de semillas seleccionadas de rra acaba por perder su capa orgánica. En los
alto rendimiento, no importa cuáles fueran las últimos 30 años el incremento en la cantidad
condiciones ambientales de la tierra, y de gran- de fertilizantes para el arroz asiático fue de tres
des cantidades de abonos químicos y pestici- a cuarenta veces más rápido que el de las cose-
das. Aunque inicialmente se apreció un des- chas de arroz. En la India la cantidad de pro-
censo en la proporción de personas desnutridas ducción agrícola por tonelada de fertilizante
en el Tercer Mundo, que se estimó en un 16%, disminuyó en dos tercios durante los años de la
y fue el logro que justificó el Nobel para Bor- Revolución Verde. Por el momento, el 6% de
laug, pronto los efectos del libre mercado y del sus tierras se ha vuelto inutilizable. Pero el
reduccionismo científico se hicieron patentes. problema no es sólo para los países pobres: en
El alto precio de las semillas mejoradas, de los el estado de Iowa estas prácticas han hecho
566 Máximo Sandín
desaparecer en los últimos treinta años la Según el informe de la FAO del 2002: Si todos
mitad del mantillo de sus terrenos de cultivo. los alimentos del Mundo fueran repartidos
En cuanto a la ganadería de producción equitativamente, habría muchos para todos e
«intensiva», la concepción «científica» y las incluso sobrarían; en realidad el Mundo
consecuencias son semejantes: La competen- actual produce un 10% más de alimentos de lo
cia de grandes instalaciones ha arruinado a necesario para alimentar a todos»
millones de pequeños ganaderos en todo el Y, como afirma Rose, el pensamiento dar-
Mundo. La utilización de razas muy seleccio- winista ha sido esencial en este proceso. Pero
nadas de «alta producción» ha hecho desapa- no sólo por sus «aportaciones científicas»,
recer variedades de ganado que estaban per- sino por su inevitable traducción al ámbito
fectamente adaptadas a sus tierras y a sus social y económico. Porque «la mano invisi-
climas. Las razas seleccionadas, muy endogá- ble» que gobierna el Mercado es la misma que
micas, son más susceptibles a enfermedades, y dirige esa entidad trascendente que es la selec-
más aún por las condiciones de hacinamiento ción natural: una competencia implacable en la
en que se las cría; y se ha tenido que abusar del que «el mejor»debe vencer, y los incompeten-
uso de antibióticos, primero para protegerlas tes e incapacitados son excluidos del premio,
de enfermedades pero posteriormente para ya sea éste el éxito o la simple supervivencia.
acelerar su engorde (lo que ocurre por motivos Y, por mucho que sus terribles consecuencias
aún desconocidos). Con el consumo de esta para la mayor parte de la Humanidad sean evi-
carne se está acelerando un grave problema dentes, su camino es imparable porque son
causado por el (reduccionista) uso excesivo de «Leyes Naturales». Según Paul A. Samuelson,
antibióticos: el aumento de la resistencia de las Premio Nóbel de Economía en 1970 (¡un buen
bacterias «patogenizadas» a estos fármacos. A año!) y de gran influencia en economistas y
esto habría que añadir los brotes esporádicos políticos, El mercado es una evolución nece-
de variadas y desconcertantes enfermedades saria de la naturaleza humana y sólo el mer-
en los animales de crianza «intensiva», resul- cado rige de forma eficiente la división social
tado de sus condiciones antinaturales de vida y del trabajo en las sociedades modernas. Las
de la avidez de beneficios. Leyes Naturales del mercado, según Milton
Pero las repercusiones de esta forma de pro- Friedman, regulan la vida de la sociedad y el
ducción en la disponibilidad de alimentos en el comportamiento de los individuos. Todas las
Mundo son, si cabe, más vergonzosas que las de relaciones sociales pueden ser reducidas a la
los cereales. Para que un novillo «de engorde» «Ley» de la oferta y la demanda, que se rige
gane alrededor de medio kilo hacen falta más de por la «libre competencia», y la exclusión de
cuatro kilos de pienso, de los que sólo el 11% es los incompetentes e incapaces redundará, a
utilizado para «producir» carne. Cuando un largo plazo, en beneficio de la especie.
novillo se lleva al matadero ha consumido
unos 1.200 kilos de cereales. Actualmente,
más del 70% de los cereales producidos en
Estados Unidos se destina a la alimentación de
«La verdad» nos hará
ganado, la mayoría vacuno. Mientras, dos ter- humildes
cios de la Humanidad permanecen en un esta-
C
do que va desde una alimentación precaria
hasta el hambre crónica, de la que mueren cada ada día resulta más evidente que si
año 20 millones de personas (Informe FAO, en la Naturaleza existe algo que se
2002). Y en el «Primer Mundo» millones de pueda denominar «Leyes» seguro
«consumidores» fallecen por enfermedades que son muy diferentes a los rancios e hipócri-
relacionadas con el exceso de alimentación tas principios que impregnan «la superviven-
cárnica (enfermedades coronarias, infartos, cia del más apto», y nos hacen tomar concien-
diabetes y cáncer); y más de la mitad de la cia de lo lejos que estamos de poder controlar
población adulta de los países ricos (en Esta- la Naturaleza. Porque casi diariamente están
dos Unidos el 61%) «padecen» sobrepeso. Y apareciendo nuevas evidencias de que los
las cifras de obesos crecen rápidamente entre fenómenos vitales, desde el nivel celular hasta
las minorías adineradas de los países pobres. el ecosistémico, incluido el que constituye la
Una nueva biología para una nueva sociedad 567
Biosfera, están constituidos por un complejísi- sensores y de control que tan sólo empezamos
mo entramado de relaciones que interconectan a percibir.
a todos sus componentes, tanto bióticos como Un papel de igual importancia es el que
abióticos, que contribuyen a su funcionamien- están mostrando, cada día con más evidencias,
to y en la que todos sus componentes son tan los temidos virus. Tanto éstos como las bacte-
interdependientes como necesarios. rias arrastran el estigma de «nuestros peores
Incluso las bacterias y los virus, considera- enemigos invisibles» gracias a que su descu-
dos por los darwinistas nuestros peores com- brimiento fue debido a su actividad patógena
petidores, se han revelado como una parte fun- (Ver Sandín, 2002). Y es cierto que la tienen.
damental de los procesos naturales. Las El problema que ahora se plantea es cuándo y
bacterias no sólo fueron, como se ha visto, las por qué se convierten en patógenos, y si es éste
responsables de la formación de nuestros com- el carácter predominante que les atribuye la
ponentes celulares (Doolitle, 2000; Gupta, concepción competitiva del darwinismo. Por-
2000; Margulis, 1995), sino también de la cre- que del mismo modo que las bacterias, los
ación de las condiciones que hicieron posible virus están resultando ser no sólo una parte
la vida tal como la conocemos (Margulis, más de los complejos sistemas de relaciones
1995). En la actualidad siguen siendo funda- que hacen posible la vida, sino una parte fun-
mentales para el funcionamiento de la vida. damental. Además de las implicaciones en los
Hoy sabemos que los suelos terrestres están procesos evolutivos que ya hemos visto, y que
repletos de bacterias que cumplen funciones les sitúa en un papel central en la historia de la
esenciales como la degradación de sustancias Vida, los virus siguen colaborando en los
tóxicas y la regeneración de suelos y ecosiste- (todavía muy desconocidos) procesos natura-
mas terrestres y marinos. También son indis- les de la transferencia de genes (Patience et al,
pensables para la vida vegetal y animal: las 1997). También tenemos datos sobre agresio-
bacterias son absolutamente imprescindibles nes ambientales que pueden provocar su
para que las plantas fijen el Nitrógeno, en una «malignización (Ter Grigorov et al, 1997. Pero
simbiosis tan estrecha que se ha comprobado lo que puede resultar más sorprendente es que
(Endel, G. et al., 2002) que existen células su papel ecológico es, al menos, tan importan-
vegetales con receptores moleculares para te como el de las bacterias. Un estudio, que
facilitar su relación con las bacterias. En cuan- inicialmente pasó casi desapercibido (Furham,
to al Reino Animal, enormes colonias de bac- 1999), pero que desencadenó una serie de
terias viven y realizan sus necesarias funciones investigaciones posteriores, ha sacado a la luz
tanto en nuestro interior como en nuestro exte- el hecho de que en las aguas superficiales
rior. En el tubo digestivo, colaborando en fun- marinas hay 10.000 millones de virus por litro.
ciones esenciales tales como la degradación de Su papel ecológico consiste en el manteni-
sustancias que no podemos digerir o la pro- miento del equilibrio entre las distintas espe-
ducción de otras, imprescindibles para el orga- cies que componen el microplancton (y por
nismo. En la piel, una capa formada por un tanto, el resto de la cadena trófica) y entre los
número aproximado de 100.000 bacterias por distintos tipos de bacterias, destruyéndolas
centímetro cuadrado nos protege de microor- cuando hay un exceso. La materia orgánica
ganismos ajenos. liberada tras la destrucción de los pequeños
También se ha podido comprobar que el micoorganismos enriquece en nutrientes el
carácter patógeno de las bacterias no es intrín- agua. Pero su papel más sorprendente es que
seco a ellas, sino que se produce mediante su los compuestos de Azufre producidos por estas
capacidad de transferencia horizontal de genes actividades contribuyen ¿a la nucleación de las
(Margulis, 1995) como respuesta a agresiones nubes!
ambientales, la mayoría provocadas por el Se conocen unos 4.000 tipos de bacterias
hombre. Según Linn Margulis: Los organis- (no se puede hablar de especies porque poten-
mos vivos visibles funcionan sólo gracias a sus cialmente todas son capaces de intercambiar
bien desarrolladas conexiones con la red de información genética), y unos 5.000 de virus,
vida bacteriana / ... / toda la vida está embebi- de los que sólo una mínima proporción se
da en una red bacteriana auto organizadora, conocen como patógenos. Según el Informe
que incluye complicadas redes de sistemas del Programa de las Naciones Unidas para el
568 Máximo Sandín
entre todos ellos. Y de esto sí existen pruebas: 2001). Los Xenotransplantes (transplantes de
Un ejemplo muy ilustrativo fue el intento de órganos de animales) en los que se pretende
transferir «el gen» del pigmento rojo de maíz a utilizar cerdos transgénicos, con el riesgo de
petunia. Las flores se pusieron rojas, pero ade- hibridación de virus endógenos animales y
más las plantas tenían más hojas, más brotes, humanos y la generación de nuevos patógenos
mayor resistencia a los hongos y baja fertilidad que pueden ser incontrolables (Stoye, 1997)...
(Steinbrecher, 1997). También los fracasos, como las falsas clona-
Sorpresas de este tipo se están produciendo ciones de animales con el evidente propósito
en abundancia: maíz transgénico con un gen de llegar a clonar a los humanos que puedan
de resistencia a los insectos redujo su rendi- pagárselo (entre ellos a Richard Dawkins, a
miento en un 27% y se produjeron cambios en quien, al parecer, le entusiasma la idea) que se
sus componentes minerales (Hormick, 1997). han puesto de manifiesto al intentar clonar un
Levaduras modificadas producían altas con- gato, que ha resultado de otro color que la
centraciones de metabolitos tóxicos (Inose y aportadora del núcleo (Shin et al, 2002), (fenó-
Murata, 1995). La producción de L – triptófa- meno que no se podía detectar en la famosa
no (usado como suplemento dietético) median- Dolly, que, salvo por algún carnero enamora-
te bacterias modificadas genéticamente produ- do, era imposible de distinguir de otras de su
jo en Estados Unidos la muerte de 37 personas seleccionada raza), y cuyas consecuencias en
y más de 1.500 con daños permanentes (Maye- la salud de los animales y el rigor y alto índice
no y Gleich, 1994). La introducción de proteí- de fracasos de su metodología no son muy
nas extrañas en otros organismos ha producido diferentes de los que produce la transferencia
fuertes reacciones alérgicas, como el caso de la génica.
soja con proteínas de nuez de Brasil en Esta- Las críticas a algunas de estas manipulacio-
dos Unidos (Nordlee et al, 1994). ... [Para una nes irresponsables ya han llegado desde las
más amplia documentación ver: Ingeniería instituciones científicas: La terapia génica es
genética: ¿Sueño o pesadilla? de Mae Wan Ho todavía arriesgada, pero los intentos siguen
(2001) y Transgénicos, de Luke Anderson en marcha, advierte el Comité de Ética de la
(2001)]. Organización del Genoma Humano (HUGO)
En cuanto a los efectos de estas manipula- (Nature, 2001). Pero las denuncias más docu-
ciones sobre el medio ambiente han sido tan mentadas y fundamentadas provienen de cien-
documentados y denunciados por organizacio- tíficos muy cualificados y críticos con la
nes ecologistas y científicos independientes visión reduccionista y economicista que
que casi se han convertido en un lugar común: mueve estas actividades: El prestigioso gene-
«Contaminación genética» (transferencia de tista Richard Lewontin considera que En un
las características introducidas, deseadas o no, ecosisistema siempre se puede intervenir y
a las plantas silvestres y cultivos cercanos), cambiar algo en él, pero no hay manera de
pérdida de insectos beneficiosos (Tudge, saber cuáles serán los efectos o cómo puede
1993) y alteración de los ecosistemas naturales afectar al medio ambiente. Y esto es así, por-
(Hilbeck et al, 1998), disminución de varieda- que según Bárbara McClintock, la descubri-
des de cultivos (The Ecologist, 1998), posible dora de los elementos móviles, La función de
generación de nuevos virus patógenos por los genes es totalmente dependiente del
hibridación de los «vectores» (Cory, 1991). En ambiente en que se encuentran. Para la hindú
resumen, peligros de los que la mayor parte Vandana Shiva, la más prestigiosa experta en
son desconocidos, impredecibles y, probable- los problemas medioambientales de su país, y
mente, inimaginables. una activista en contra de los cultivos transgé-
Pero los riesgos de la manipulación genética nicos, Su introducción en los sistemas agra-
con fines comerciales no se limitan a los de los rios del Tercer Mundo, llevará aparejado un
alimentos transgénicos. Los experimentos en aumento en el uso de los agro – químicos,
humanos de intentos de «terapia génica», el incrementándose así los problemas medioam-
intento de sustituir «un gen malo» por otro bientales. Destruirá también la biodiversidad,
«bueno», que han producido el fallecimiento que es el sustento y el modo de vida de las
de pacientes que podrían haber vivido más mujeres rurales. Lo que para Monsanto son
tiempo si no se les hubiese «tratado» (Wan Ho, malas hierbas, para las mujeres del Tercer
570 Máximo Sandín
Mundo es alimentación, pienso y medicinas del más apto los que deciden. La Naturaleza es
(The Ecologist, 1998). así. John R. Rockefeller lo tenía muy claro: El
Pero estas fundadas objeciones, que difícil- crecimiento de un gran negocio consiste sim-
mente llegan a los medios de comunicación, plemente en la supervivencia del más apto /.../
más dados a ensalzar los «logros científicos» es sencillamente el desarrollo de una ley de la
que a sacar a la luz los problemas derivados de Naturaleza (Lewontin et al., 1987).
ellos, no son obstáculo para que se continúe Se ha creado una Biología virtual en una
con estas peligrosas prácticas. Incluso los tra- sociedad virtual. La competencia es el verda-
bajos científicos que ponen de manifiesto los dero poder creador y, como no se cansan de
riesgos de estas actividades, o las pruebas de repetir los (innecesarios) propagandistas del
accidentes relacionados con ellas, son rápida- Mercado, ni el Estado debe tener el poder de
mente descalificados (ver ISIS Report, 29-4- impedirla (Rodríguez Braun, C., «Poder no
2002) por «equipos científicos» entre los que, hay más que uno». 18-3-2002). Es decir, hay
sin el menor pudor, figuran miembros de algu- que dejar, más aún, a los ciudadanos en manos
na gran empresa de la biotecnología. Porque la de los «más aptos», para que dirijan la socie-
realidad es que los verdaderos intereses que dad según sus «Leyes de la Naturaleza» por-
subyacen a todas estas prácticas (incluidas las que, «a la larga», todos saldremos beneficia-
de muchos especialistas de buena voluntad que dos. No importa que lo que suceda sea
creen trabajar «por el bien de la Humanidad») exactamente lo contrario: Si «la economía de
son intereses económicos. Tanto las grandes un país va bien, lo que quiere decir es que unos
sumas invertidas en la investigación pública (a pocos han ganado mucho (naturalmente, a
menudo financiada por grandes empresas) costa de otros). Porque el progreso económico
como (mayoritariamente) la llevada a cabo por se mide por la «renta per cápita» (que no mere-
las empresas involucradas en su comercializa- ce la pena discutir). Lo que «tira» de la econo-
ción esperan resultados prácticos (aproxima- mía es el aumento «del consumo», (también
damente, el 25% de las acciones de Wall Stre- «per cápita»), que al parecer ha de ser cons-
et pertenecen a empresas de biotecnología), y tante, sin fin. Pero si aumenta «la demanda» de
esos resultados prácticos no son, evidentemen- un producto, éste «lógicamente» sube sus pre-
te, la solución de los problemas del 80% de la cios, independientemente de su valor real o de
Humanidad, sino el beneficio económico de su necesidad, y entonces altera las científicas
sus poseedores. previsiones del IPC. Y se puede llegar a oír
Sin embargo, son muy abundantes los cien- decir a los expertos que «el culpable del
tíficos (sobre todo entre los altamente especia- aumento del IPC» ha sido «el pollo», lo cual
lizados) de buena fe que están convencidos de hace pensar en algún especulador internacio-
que estas prácticas no son más que una acele- nal o, al menos, en algún gangster más o
ración de los procesos que han tenido lugar en menos atildado, pero no, es el pollo muerto.
la Naturaleza. Es decir, como los cambios Pero «así son las leyes de la libre competen-
evolutivos han sido «al azar», no hay motivo cia». Y la competencia se está extendiendo a
de preocupación por introducir más. Por otra unos niveles que harán extremadamente feli-
parte, es lógico que se tengan que pagar por ces a Richard Dawkins y a sus discípulos:
estos descubrimientos en los que tanto se ha Incluso para los líderes sindicales, «el merca-
invertido. Y así asistimos al vergonzoso espec- do laboral es muy competitivo», lo que quiere
táculo del abandono de las multinacionales decir que hay que competir hasta para poder
farmacéuticas de las investigaciones sobre las trabajar, es decir, ofrecer el mismo trabajo por
enfermedades que azotan al Tercer Mundo, menos salario (lo que hace suponer que, con el
porque sus ciudadanos no son un buen merca- tiempo, habría que pagar por trabajar), con lo
do. Las doctrinas de la mano invisible del mer- cual se ha conseguido poner a competir a los
cado y de la selección natural justifican la pobres de todos los países, que ofrecen su tra-
existencia de un creciente número de deshere- bajo a cambio de salarios de miseria.
dados, y los millones de personas que mueren Y así se está creando un Mundo en el que
en el Mundo de hambre y de enfermedades mientras las dos terceras partes de la población
fáciles de curar. A título personal nadie es res- se mueren prácticamente de hambre, en el ter-
ponsable: son el mercado y la supervivencia cio restante la vida se está convirtiendo cre-
Una nueva biología para una nueva sociedad 571
que haya sitio para todos. Como se ha podido la Ciencia). (1999). Budapest. En: Encuentros Multi-
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ver, no somos los biólogos los más adecuados DI TROCCHIO, F. (1997): Las Mentiras de la Ciencia.
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humana viable. Es un campo para los que DOOLITTLE, W.F. (2000): Nuevo árbol de la vida. Inves-
poseen la experiencia y los conocimientos tigación y Ciencia. Abril, 26-32.
adecuados para esta labor, que, cada día que FAO (Organización para la Agricultura y la Alimenta-
ción) (2002): Examen del estado mundial de la agri-
pasa, resulta más urgente, pero que, sobre cultura y la alimentación. Roma. Cumbre mundial
todo, impone a los que tenemos conciencia de sobre la alimentación.
ello la obligación ética de luchar por este tipo EKELUND, R.B. y HEBERT, R.F. (1995): Historia de la teo-
de sociedad, aunque tengamos pocas esperan- ría económica y su método. Madrid. McGraw Hill.
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