Professional Documents
Culture Documents
Héctor Maestro
Todavía recuerdo que una vez, cuando estábamos en el cuarto de antes, me dijiste:
“¡cómo quisiera que nunca crecieras, hijo! Quisiera que se detuviera el tiempo para
que siempre estuvieras aquí con nosotros, así como ahorita, que te podemos
abrazar y darte cariño, que todavía podemos tenerte entre nuestros brazos, porque
algún día te vas a ir de nuestro lado a buscar tu futuro”... y ese día, 17 años
después, tuvo que llegar... ¿Sabes, papá? Mi corazón está lleno de tristeza y de
alegría al mismo tiempo: tristeza porque nos hemos separado y aunque estemos en
contacto las cosas ya no van a ser igual; ya no podré despertar siempre en el mismo
cuarto que ustedes, ya no podré escuchar a diario tu música antigua, ya no
podremos comer todos los días juntos en la misma mesa o simplemente platicar
sobre nuestros problemas e inquietudes en las horas a las que estábamos
acostumbrados, y esas cosas las llevaré siempre en mi corazón.
Papá, ¿te acuerdas cuando te iba a traer al puente cuando llegabas de trabajar y me
cargabas entre tus brazos? ¡Yo también! Incluso, recuerdo que una vez nos
tomamos una foto con el perro que nunca supimos cuidar bien ¿lo recuerdas?, ese
“Chito”, como le llamabas, era una especie de compañero para mí cuando no tenía
con quien jugar y rememoro con graciaA como a veces lo abrazabas y acariciabas.
Están aún frescas en mi mente las imágenes de las pocas pero inolvidables veces
que me llevaste a la escuela Primaria de Chichihualco de la que eras Director en
ese entonces: pasábamos a la dirección y nos traías de allá las entonces de moda
“Pepsi limón” y a mí siempre me traías regalos, específicamente, balones de futbol
y basquetbol, incluso recuerdo un bat de béisbol que andará por ahí. ¡Cómo
olvidar aquella época de oro de nuestras vidas!, en la que no faltaba nada ni había
apuros económicos, problemas o preocupaciones que nos quitaran el sueño, pero
tuvimos que crecer...
Sin embargo, he aprendido que conforme uno crece aumentan los derechos pero
también las obligaciones, tú sabes bien de lo que hablo… Viene a mi mente el día
en que comenzaron los apuros económicos, y fue cuando fuimos a pintar la casa de
la cultura cuando no había dinero en las vacaciones, o los préstamos que has
pedido junto con mi madre para solventar los aprietos económicos en los que a
veces se meten (sin querer), o ¿qué me dices de la llegada de mis hermanas? No
creo que sea fácil para ti mantener una familia como lo es la nuestra; y cuando es
así de difícil a veces se piensa en tirar la toalla pero a la larga los cambios que se
viven son para mejorar nuestra calidad de vida, y tú nunca te has dado por
vencido, por eso eres mi gran ejemplo a seguir, porque nunca te rindes…
¿Sabes otra cosa, papá? Contrariamente a lo que piensas o que te hacen pensar, yo
no te tengo rencor por haberme metido a estudiar a la escuela Normal. Es cierto
que en algún momento estuve resentido contigo por decidir por mí futuro
profesional y porque creo que sufrí un poco en esa etapa de mi vida, pero hoy
puedo decirte que ahora que me encuentro fuera he aprendido muchas cosas
buenas que sé que no hubiera podido aprender de otra manera y para mi fortuna,
también desaprendí algunas cosas, dejé de practicar actitudes y hábitos que a la
larga me hubieran traído muchos problemas. Gracias a ello hoy soy un joven
profesionista con una trayectoria impecable y un futuro brillante, así como tú
siempre lo quisiste y acepto que no estabas tan equivocado cuando decías que el
magisterio es una excelente oportunidad para proyectarse, como una base sólida
sobre la que voy a construir todo lo que quiera, pero eso ya depende de mí.
Yo comprendo que algún día tú también fuiste un muchacho como yo y que ibas a
los bailes, tenías amigos, tenías tus novias y viviste esa hermosa etapa llamada
juventud; te veo en mi mente como un joven despreocupado pero responsable y
me doy cuenta de que no toda la vida tuviste una familia que mantener,
compromisos que sacar y problemas que arreglar; también fuiste un joven con
ilusiones y sueños, metas y proyectos, los cuales ahora te pido que no abandones,
quiero que seas una persona plena y autorrealizada y sobre todo, feliz. No te
aflijas, los apuros económicos van a pasar, Diana ya terminó su carrera y tus
escuelas están creciendo. Pronto volverás a tener una vida estable y feliz, mejor
que la que tenías antes.
Finalmente quiero que sepas que tú siempre has sido mi ejemplo a seguir y mi guía
constante, tú eres mi gran maestro. Lo mejor de mí lo he logrado gracias a mi
mamá y a ti. Mil gracias por tu amor, tus consejos y tu apoyo durante estos 24
años. Quiero que sepas que te extraño y que la vida nunca es ni será igual lejos de
ti. Eres el mejor papá del mundo. En verdad no sabes lo orgulloso que he estado,
estoy y estaré de ti hoy y siempre. Que Dios te bendiga hoy y siempre, recuerda tu
propio lema: “Esta vida es de lucha”.
17/02/2018.
La escuela normal debe convertirse ya en un laboratorio en el que se pongan en
escena distinto tipo de actividades didácticas generales, estrategias específicas
para cada asignatura, estrategias relacionadas a las habilidades socioemocional,
derivando en un actividades pedagógicas generales. Con esto no me refiero a que
el conocimiento teórico no sea importante, pero de acuerdo con mi percepción
personal de las cosas, sólo sirve como una preparación intelectual, como un