You are on page 1of 5

Carta a mi padre

Héctor Maestro

"Honra a tu padre y a tu madre, como Jehová tu Dios te ha


mandado, para que sean prolongados tus días, y para que
te vaya bien sobre la tierra que Jehová tu Dios te da."
Deuteronomio 5:16.

(Este texto lo escribí mientras escuchaba música de Ray Conniff, tu favorita.)

Todavía recuerdo que una vez, cuando estábamos en el cuarto de antes, me dijiste:
“¡cómo quisiera que nunca crecieras, hijo! Quisiera que se detuviera el tiempo para
que siempre estuvieras aquí con nosotros, así como ahorita, que te podemos
abrazar y darte cariño, que todavía podemos tenerte entre nuestros brazos, porque
algún día te vas a ir de nuestro lado a buscar tu futuro”... y ese día, 17 años
después, tuvo que llegar... ¿Sabes, papá? Mi corazón está lleno de tristeza y de
alegría al mismo tiempo: tristeza porque nos hemos separado y aunque estemos en
contacto las cosas ya no van a ser igual; ya no podré despertar siempre en el mismo
cuarto que ustedes, ya no podré escuchar a diario tu música antigua, ya no
podremos comer todos los días juntos en la misma mesa o simplemente platicar
sobre nuestros problemas e inquietudes en las horas a las que estábamos
acostumbrados, y esas cosas las llevaré siempre en mi corazón.

Papá, ¿te acuerdas cuando te iba a traer al puente cuando llegabas de trabajar y me
cargabas entre tus brazos? ¡Yo también! Incluso, recuerdo que una vez nos
tomamos una foto con el perro que nunca supimos cuidar bien ¿lo recuerdas?, ese
“Chito”, como le llamabas, era una especie de compañero para mí cuando no tenía
con quien jugar y rememoro con graciaA como a veces lo abrazabas y acariciabas.
Están aún frescas en mi mente las imágenes de las pocas pero inolvidables veces
que me llevaste a la escuela Primaria de Chichihualco de la que eras Director en
ese entonces: pasábamos a la dirección y nos traías de allá las entonces de moda
“Pepsi limón” y a mí siempre me traías regalos, específicamente, balones de futbol
y basquetbol, incluso recuerdo un bat de béisbol que andará por ahí. ¡Cómo
olvidar aquella época de oro de nuestras vidas!, en la que no faltaba nada ni había
apuros económicos, problemas o preocupaciones que nos quitaran el sueño, pero
tuvimos que crecer...

Sin embargo, he aprendido que conforme uno crece aumentan los derechos pero
también las obligaciones, tú sabes bien de lo que hablo… Viene a mi mente el día
en que comenzaron los apuros económicos, y fue cuando fuimos a pintar la casa de
la cultura cuando no había dinero en las vacaciones, o los préstamos que has
pedido junto con mi madre para solventar los aprietos económicos en los que a
veces se meten (sin querer), o ¿qué me dices de la llegada de mis hermanas? No
creo que sea fácil para ti mantener una familia como lo es la nuestra; y cuando es
así de difícil a veces se piensa en tirar la toalla pero a la larga los cambios que se
viven son para mejorar nuestra calidad de vida, y tú nunca te has dado por
vencido, por eso eres mi gran ejemplo a seguir, porque nunca te rindes…

También recuerdo uno de los momentos más importantes de mi vida de


adolescente y fue cuando me llevaste al concierto de Metallica en el Foro Sol de la
Ciudad de México. No sé qué pasó por nuestras cabezas el ir arriesgarnos a tierras
capitalinas para ver a un grupo gabacho de música rock comercial pero en ese
entonces tenía mucho sentido para mí y cuando te vi portar esos jeans de mezclilla,
tenis deportivos y tu playera de Metallica fue uno de los momentos en los que
sentí que no podría tener un mejor padre, porque aunque era absurdo ir hasta allá
nada más por eso, tú te dabas cuenta del valor que tenía para mí y por eso me
apoyaste. Luego, nos hablabas de tus andanzas en Tierra Caliente y nos contagiaste
el gusto y el interés por esa región, a tal grado que he sacado esos bailables en la
escuela de la que soy Director, y no me quiero quedar con las ganas de conocer el
lugar que te vio crecer como persona y como profesional.

¿Sabes otra cosa, papá? Contrariamente a lo que piensas o que te hacen pensar, yo
no te tengo rencor por haberme metido a estudiar a la escuela Normal. Es cierto
que en algún momento estuve resentido contigo por decidir por mí futuro
profesional y porque creo que sufrí un poco en esa etapa de mi vida, pero hoy
puedo decirte que ahora que me encuentro fuera he aprendido muchas cosas
buenas que sé que no hubiera podido aprender de otra manera y para mi fortuna,
también desaprendí algunas cosas, dejé de practicar actitudes y hábitos que a la
larga me hubieran traído muchos problemas. Gracias a ello hoy soy un joven
profesionista con una trayectoria impecable y un futuro brillante, así como tú
siempre lo quisiste y acepto que no estabas tan equivocado cuando decías que el
magisterio es una excelente oportunidad para proyectarse, como una base sólida
sobre la que voy a construir todo lo que quiera, pero eso ya depende de mí.

Hablaré ahora de dos episodios difíciles. El primero es en cuanto a tu enfermedad;


no quisiera recordarte todo lo que sufriste, pero hace años ya de aquella casi mortal
enfermedad que trajo mucho sufrimiento a la casa, cuando los Médicos nos dijeron
que había pocas esperanzas de salvación. Quiero que sepas que si hubiera estado
en mí, me hubiera sacrificado y dado todo lo que tengo para que no tuvieras que
pasar por ese sufrimiento. Todavía no entiendo por qué pasan ese tipo de cosas,
pero sé muy bien que junto con mi madre te apoyamos hasta donde más pudimos.
Ahora, todos los días agradezco al Creador el tenerte aquí con nosotros
cuidándonos, orientándonos y viendo por nuestro futuro, trabajando
incansablemente día a día. ¿Qué sería de tu familia sin ti? Como te lo dijo
Jesucristo cuando estabas inconsciente en ese quirófano, tenías una misión que
cumplir: por un lado, llevar la educación a más y más generaciones, primero de
Preparatoria y ahora con la Universidad que tan heroicamente has traído para
iluminar las tinieblas de nuestro estado de Guerrero; y por otro, seguir
apoyándonos en nuestros estudios y crecimiento a nosotros, tus hijos. No nos
podías dejar así, papá.

En cuanto a mi corta estancia de estudios en Puebla, quiero que sepas que me di


cuenta de que no era para mí, de que estar ahí no era mi destino. Lo que sí es que
jamás supe agradecerte tu disposición y ayuda para viajar hasta allá para presentar
mis exámenes, arreglar mi papeleo, buscar cuarto e iniciar una vida en la ciudad de
Puebla. Ese es un pasaje muy oscuro en mi vida, en el que me duele haber
fracasado pero aprendí mucho aunque tenía ilusiones de ser un gran médico y
hacer algo por la sociedad que me vio nacer. A pesar de todo, mi madre y tú
siempre estuvieron para mí; sé muy bien que se endeudaron por mi capricho y
hasta la vez lo están pero quiero agradecerles todo el apoyo moral, económico y
emocional de esa época.

Cuando fundaste tu Primaria, que muy merecidamente lleva el nombre de la


escuela Normal en la que estudiaste, me sentí mucho más orgulloso de ti de lo que
ya lo estaba: no podía creer que mi padre fuera un maestro fundador de escuelas.
Recuerdo que iniciaste trabajando en la capilla de la colonia con los niños de tu
primera generación, Eran muchos y de todos los grados y tú te partías el alma
para atenderlos a todos, poco a poco los conociste y llegaste a quererlos casi como
tus hijos. Ahora han reconocido tus méritos con una placa y te has ganado el
respeto y reconocimiento de los habitantes de la colonia. Posteriormente, tu
nombre quedará grabado para siempre en los rincones, paredes y patios de tu
escuela y de las consciencias de tus alumnos y padres de familia. ¡Muchas
felicidades!
Sabes… Yo no puedo odiarte por lo que pasó con mi mamá. No sabemos a ciencia
cierta lo que pasó. Tú nunca nos dijiste nada ni contestaste nuestras preguntas.
Pero ha pasado el tiempo y me he dado cuenta de que yo no soy quien para
juzgarte, pues algún día seré un hombre casado y con hijos y probablemente pueda
entenderte hasta entonces. Tuviste tus razones. Lo único que quiero pedirte es que
continúes cuidando de Suli, que es nuestra adoración; que respetes, quieras y
apoyes a mi madre hoy y siempre. Cuídala mucho y continua avivando la llama
del matrimonio que con mucho esfuerzo se han construido; por favor, nunca jamás
nos vuelvas a fallar, pues somos muchas las personas que esperamos grandes
cosas de ti. Sigue siendo ese hombre honesto, íntegro y ejemplar que tomé como
ejemplo para desarrollarme y crecer.

Yo comprendo que algún día tú también fuiste un muchacho como yo y que ibas a
los bailes, tenías amigos, tenías tus novias y viviste esa hermosa etapa llamada
juventud; te veo en mi mente como un joven despreocupado pero responsable y
me doy cuenta de que no toda la vida tuviste una familia que mantener,
compromisos que sacar y problemas que arreglar; también fuiste un joven con
ilusiones y sueños, metas y proyectos, los cuales ahora te pido que no abandones,
quiero que seas una persona plena y autorrealizada y sobre todo, feliz. No te
aflijas, los apuros económicos van a pasar, Diana ya terminó su carrera y tus
escuelas están creciendo. Pronto volverás a tener una vida estable y feliz, mejor
que la que tenías antes.

Finalmente quiero que sepas que tú siempre has sido mi ejemplo a seguir y mi guía
constante, tú eres mi gran maestro. Lo mejor de mí lo he logrado gracias a mi
mamá y a ti. Mil gracias por tu amor, tus consejos y tu apoyo durante estos 24
años. Quiero que sepas que te extraño y que la vida nunca es ni será igual lejos de
ti. Eres el mejor papá del mundo. En verdad no sabes lo orgulloso que he estado,
estoy y estaré de ti hoy y siempre. Que Dios te bendiga hoy y siempre, recuerda tu
propio lema: “Esta vida es de lucha”.

¡Te amo, PAPÁ!

Tu hijo que te quiere mucho: Héctor.

17/02/2018.
La escuela normal debe convertirse ya en un laboratorio en el que se pongan en
escena distinto tipo de actividades didácticas generales, estrategias específicas
para cada asignatura, estrategias relacionadas a las habilidades socioemocional,
derivando en un actividades pedagógicas generales. Con esto no me refiero a que
el conocimiento teórico no sea importante, pero de acuerdo con mi percepción
personal de las cosas, sólo sirve como una preparación intelectual, como un

You might also like