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Nombre de la Reflexión: “¿Dónde están los valores sociales?”.

Autor: Lic:. Andrés García Azcanio. Profesor del Dpto. de Técnicas de Dirección
de la Universidad de Matanzas “Camilo Cienfuegos”.
E-Mail: andres.garcia@umcc.cu

1. ¿Dónde están los valores sociales?


Ahora bien. En este apartado pasaremos a analizar un problema que se le
presentan en común, tanto a estas dos teorías, como a todas las teorías que
abordan el tema de las competencias humanas en la empresa. Nos referimos al
problema de la cultura y los valores sociales.

Una de las críticas más importantes que se le ha realizado a la psicología


cognitiva es que margina el papel que juega la cultura en el desarrollo de los
procesos cognitivos superiores. En autores como Gardner y Sternberg podemos
percatarnos de que hay un intento de solución de esa deficiencia. En el caso de
Sternberg, él intenta resolver el problema concibiendo que la cultura es la que
proporciona los criterios que permiten evaluar una conducta como inteligente. Del
mismo modo, Gardner hace un planteamiento similar aunque operacionalizado de
diferente manera cuando utiliza su tríada ámbito – campo – inteligencia, la cual
está atravesada por un fuerte valor cultural en donde es el campo el que juzga las
conductas como adecuadas o no y juzga a las personas como competentes o no
para determinado ámbito. Por supuesto, el hecho de que estos factores del ámbito
y del campo estén atravesados por la cultura implica que los ámbitos y los campos
van a variar de una cultura a la otra. Así, al igual que Sternberg, lo que se estime
competente en una cultura puede ser irrelevante en otra.

A pesar de que Sternberg y Gardner han logrado proponer estos conceptos, ellos
se quedan aún en propuestas, pues no están bien implementados. Esto se debe a
que ambos autores en su obra, después de plantear estos conceptos, los tratan
con superficialidad y se dedican a desarrollar con profundidad otros aspectos.
Al estudiar la obra de autores como Vigotsky y Bruner, se desprende
necesariamente de ella que los criterios de éxito son elementos culturales, así es
imposible elaborar listas de criterios de éxito que sean útiles y aplicables en
diferentes culturas. Siguiendo esta idea, concebir al hombre como ser social,
reviste importantes implicaciones, pues implica que, estudiar al hombre no puede
ser separado de las características de la cultura donde este se inserta.

Esto tiene importantes repercusiones en el área de la psicología empresarial


puesto que la propia gestión por competencias surge en sociedades capitalistas
donde, a pesar de que se habla de gestionar al hombre en la empresa, lo
importante no es el hombre en sí, sino el producto que del hombre se deriva y las
ganancias que esto implica.

Esto queda claro desde el propio Surgimiento de la gestión por competencias


cuando McClelland define las competencias en función de las ganancias que
puedan representar para la empresa. así, estos tipos de modelos se trasladan de
una cultura a otra, con sólo algunos cambios, lo cual nos parece desacertado.

En este sentido, podemos visualizar un problema en el traslado de ese tipo de


modelos de gestión empresarial a nuestra práctica cotidiana. Definitivamente hay
que tener cuidado con los conceptos que se trabajan, puesto que nuestra cultura y
nuestro sistema social tienen peculiaridades que se diferencian notablemente de
los sistemas donde son estudiadas e implementadas este tipo de gestiones.
Un ejemplo de ello es el planteamiento que realizan tanto Goleman, como
Sternberg, como Spencer y Spencer, el cual se refiere a que a pesar de que estas
capacidades, habilidades, tanto cognitivas como emocionales, son desarrollables,
es preferible buscarse individuos que ya las posean. De hecho, las distintas
formas de llevar a cabo las selecciones de personal en esos países, buscan sobre
todo las capacidades ya poseídas más que habilidades a potenciar.
La capacitación sería algo secundario que se implementaría después si hiciera
falta pero. Sobre la base de un desarrollo anterior de capacidades.

En nuestro sistema, por el contrario, no está prevista esa selección de personal


que excluya a las personas, a pesar de que se puede implementar y de hecho se
realiza pero como un formalismo ya que existe todo un sistema de valores sociales
y toda una concepción del ser humano y su prioridad, que posibilita que el énfasis
recaiga más en desarrollar a los seres humanos que en utilizarlos únicamente
como fuente de ganancias. Este último tipo de sistema, a pesar de ser eficiente en
una sociedad capitalista, no tendría éxito en la nuestra.

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