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que es porque no realiza correctamente las praxias. Eso está muy bien pero..., ¿qué son las praxias?.
Antes de aclarar este término, os recuerdo que es muy importante que nuestro hijo posea una agilidad y
coordinación de movimientos muy precisa para hablar correctamente.
Y eso es precisamente lo que son las praxias: movimientos organizados, de mayor o menor dificultad, que se
hacen para alcanzar un objetivo (en este caso, pronunciar correctamente los diferentes fonemas).
Debido a que en la boca no sólo se realizan actividades relativas al habla, hay que tener en cuenta que la
realización más o menos dificultosa de los movimientos podrían involucrar al soplo, la alimentación...
Los ejercicios más comunes que se realizan cuando un niño tiene algún tipo de dificultad en la realización de
las praxias, suelen englobar movimientos que incluyen los labios, la lengua, los músculos cercanos a la boca, la
mandíbula o el velo del paladar.
Además, como siempre decimos, cada niño es un mundo, y no pueden realizar los mismos movimientos a la
misma edad, y el famosísimo rotacismo es un claro ejemplo.
Para realizar este sonido se precisa una gran agilidad y coordinación de la lengua que, generalmente, se
adquiere a los seis años; pero esto no es universal en todos los niños, ya que hay algunos que la adquieren un
poco más tarde o, incluso, antes de esa edad.
Para facilitar una correcta articulación es preciso ejercitar y agilizar previamente los órganos que intervienen
en la misma. Para ello, lo más fácil es que tanto el adulto como el niño se sienten frente a un espejo; de este
modo se podrán observar los movimientos que se realizan y compararlos
Gracias a esta posición, el pequeño podrá ver los progresos conseguidos a medida que adquiere mayor
agilidad, coordinación y fuerza en sus músculos, logrando las posiciones que coincidan con los puntos de
articulación más importantes.
Es muy importante que al hacer estos ejercicios no intentemos corregirle el fonema mal articulado, sino
enseñarle uno nuevo, para que, una vez conseguido, sustituya al defectuoso.
Si hacemos lo contrario, podríamos conseguir que se centre excesivamente en corregir la articulación que
tenía mal formada, pensando en las nuevas posiciones que tienen que tomar sus órganos de articulación,
creando así una tensión inútil en todos los órganos que tiene que poner en juego.
Los ejercicios de praxias han de ser de corta duración (de dos a tres minutos de duración y con pausas
intermedias), para evitar tanto la fatiga muscular como el cansancio y la falta de motivación por parte del
niño.
También se harán varias series de repeticiones, ya que así conseguimos las asociaciones necesarias entre el
sonido exacto de un fonema y los movimientos precisos de articulación, elaborando así los estereotipos
correctos de la articulación de los fonemas trabajados.
Conclusión
Existe una gran lista de praxias para hacer, pero es mejor que sea el profesional que atiende al pequeño
quien las facilite, ya que es necesario personalizar estos ejercicios para cada niño al tener en cuenta las
diferencias individuales de cada uno, por ejemplo si existe algún problema orgánico (como puede ser el
frenillo lingual), ver qué sonido que está alterado...
Y siempre que se hagan los ejercicios de praxias, tienen que hacerse bajo supervisión, ya que es el único
modo de que nuestro pequeño avance de forma adecuada.
Las praxias son movimientos organizados, con dificultad variable, que se realizan para alcanzar un objetivo;
en este caso, pronunciar correctamente los diferentes fonemas.
Es importante recordar que para hablar correctamente es necesario poseer una agilidad y coordinación de
movimientos muy precisa.
Las praxias relacionadas con el lenguaje incluyen movimientos de los labios, la lengua, los músculos cercanos
a la boca, la mandíbula y el velo del paladar. Estos movimientos varían en grado de dificultad y, aunque hay
un rango de edad estimado en que deben estar alcanzados, no todos los niños pueden realizarlos a la misma
edad: “cada niño es un mundo”, y cada uno tiene su propio ritmo. Un ejemplo de esto es el rotacismo o
dificultad para pronunciar la “r”. La articulación de este sonido requiere una gran agilidad y coordinación de
la lengua muy precisa y compleja que, generalmente, se adquiere a los seis años; pero esto no es universal,
hay niños que lo logran antes de esa edad y otros que tardan un poco más.
TIPOS PRAXIAS
PRAXIAS LINGUALES.
1. Sacar y meter y la lengua, manteniendo la boca abierta.
2. Mover la lengua arriba y abajo, manteniendo la boca abierta.
3. Llevar la lengua de un lado a otro, tocando la comisura.
4. Con la punta de la lengua empujar una mejilla y otra alternativamente.
5. Colocar la lengua arriba y abajo, detrás de los incisivos superiores e inferior
6. Chupar, con la punta de la lengua, el labio superior en ambas direcciones.
7. Chupar, con la punta de la lengua, el labio inferior en ambas direcciones.
8. Chupar alternativamente, el labio superior e inferior con un movimiento rotatorio amplio.
9. Con la boca entreabierta dejar la lengua ancha y relajada, y estrecha y tensa.
PRAXIAS LABIALES.
1. Posición de beso y sonrisa, con los labios juntos.
2. Mover los labios delante y detrás, con los labios separados y enseñando los dientes.
3. Esconder los labios y sacarlos en posición de reposo.
4. Chupar el labio superior con el inferior.
5. Chupar el labio inferior con el superior.
6. Con los incisivos inferiores morder el labio superior.
7. Con los incisivos superiores morder los labios inferiores.
8 Imitar la posición labial de las vocales.
9. Distender la comisura de un lado y del otro, alternativamente.
10. Hacer vibrar los labios
Para facilitar una correcta articulación es preciso ejercitar y agilizar previamente los órganos que
intervienen en la misma. Para ello, lo más fácil es que tanto el adulto como el niño se sienten frente a
un espejo; de este modo se podrán observar los movimientos que se realizan y compararlos
Gracias a esta posición, el pequeño podrá ver los progresos conseguidos a medida que adquiere mayor
agilidad, coordinación y fuerza en sus músculos, logrando las posiciones que coincidan con los puntos
de articulación más importantes.
Es muy importante que al hacer estos ejercicios no intentemos corregirle el fonema mal articulado,
sino enseñarle uno nuevo, para que, una vez conseguido, sustituya al defectuoso.
Si hacemos lo contrario, podríamos conseguir que se centre excesivamente en corregir la articulación
que tenía mal formada, pensando en las nuevas posiciones que tienen que tomar sus órganos de
articulación, creando así una tensión inútil en todos los órganos que tiene que poner en juego.
Los ejercicios de praxias han de ser de corta duración (de dos a tres minutos de duración y con pausas
intermedias), para evitar tanto la fatiga muscular como el cansancio y la falta de motivación por parte del
niño.
También se harán varias series de repeticiones, ya que así conseguimos las asociaciones necesarias
entre el sonido exacto de un fonema y los movimientos precisos de articulación, elaborando así los
estereotipos correctos de la articulación de los fonemas trabajados.
Objetivo: Desarrollar la motricidad fina que afecta a los órganos de la articulación, de forma que el
alumno/a pueda adquirir la agilidad y coordinación necesarias para hablar de una forma correcta.
En el post de hoy os vamos a contar qué son las praxias bucofonatorias y los beneficios que te
aportarán.
Los órganos bucofonatorios son los órganos que intervienen en el habla: lengua, labios, mejillas,
mandíbula… Estos órganos, no dejan de ser músculos, y, como todos los músculos, necesitan tener una
tonicidad, agilidad, movilidad y fuerza adecuadas.
Por ello, la realización de actividades y ejercicios en los que se trabajen la tonicidad y movilidad de
estos órganos que intervienen en la producción de los fonemas (de los sonidos del habla), son de gran
importancia.
Tengamos en cuenta, que, para hablar, debemos ser capaces de tener gran agilidad en la lengua, por
ejemplo, para una buena pronunciación de la /rr/, necesitamos hacer la suficiente fuerza, para hacerla
vibrar... Por eso, debemos trabajar todos estos órganos fonoarticulatorios: labios, lengua, músculos
maseteros (se observan al apretar los molares), músculos buccinadores (las mejillas).
Los diferentes ejercicios que se pueden realizar para llevar a cabo una correcta gimnasia articulatoria, los
denominaremos praxias.
¿Qué ejercicios podemos realizar para llevar a cabo esta gimnasia articulatoria?
A continuación, vamos a presentaros un listado de diferentes ejercicios, que nos ayudarán a mejorar,
aumentar y conseguir una buena tonicidad, movilidad y fuerza.
PRAXIAS LABIALES
Colocar los labios en posición de beso y sonrisa, con los labios juntos.
Esconder los labios y sacarlos en posición de reposo.
Lamer el labio superior con el inferior. Repetir en sentido inverso.
Mover los labios hacia derecha e izquierda. Luego, sólo comisuras.
Imitar la posición labial de las vocales.
Hacer vibrar los labios.
Labios atrás y adelante, como si dijeras las vocales “a-o”.
Labios atrás y adelante, como si dijeras las vocales “e-u”.
PRAXIAS LINGUALES
Sacar y meter la lengua, manteniendo la boca abierta.
Mover la lengua arriba y abajo.
Mover la lengua de un lado a otro, tocando las comisuras.
Empujar con la punta de la lengua una mejilla y luego la otra.
Mover la lengua arriba y abajo, detrás de los incisivos superior e inferior.
Lamer con la punta de la lengua el labio superior en ambas direcciones. Repetir el ejercicio con el labio
inferior.
Lamer alternativamente el labio superior e inferior con movimiento rotatorio amplio.
Con la boca entreabierta, dejar la lengua ancha y relajada. Después, estrecha y tensa.
Realizar chasquidos linguales.
Colocar la lengua en posición de canutillo.
Doblar la lengua arriba, entre los dientes. Doblar la lengua abajo, entre los dientes.
PRAXIAS MANDIBULARES
Abrir y cerrar la boca lenta y rápidamente.
Abrir la boca despacio y cerrarla deprisa.
Abrir la boca deprisa y cerrarla despacio.
Masticar.
Mover la mandíbula inferior de un lado a otro.
Con los dientes superiores, morder el labio inferior.
Con los dientes inferiores, morder el labio superior.
PRAXIAS DE MEJILLAS
Inflar las dos mejillas con aire, manteniéndolo.
Aspirar las dos mejillas.
Inflar una y otra mejilla con aire, alternativamente.
PRAXIAS DEL VELO DEL PALADAR
Toser.
Hacer gárgaras sin agua.
Aspiraciones profundas, expulsando el aire por la nariz.
Bostezar.
Emisión de la “a”.
Tomar aire por la nariz y hacer espiraciones fuertes, nasales y bucales, alternativamente.
Recordamos que las praxias bucofonatorias son aquellos movimientos conscientes, voluntarios y
dirigidos que se llevan a cabo para estimular a nivel orofacial de cara a enseñar o a mejorar los
movimientos que una persona lleva a cabo para desempeñar sus funciones orales. Por tanto, no se
utilizan sólo para trabajar el habla o la articulación de los sonidos, si no que también pueden ser
necesarias en la intervención sobre la respiración o la deglución.
Con los labios:
- Poner morritos y sonrisa.
Otro tipo de praxias son movimientos individuales y aislados, por ejemplo, hacer pedorretas con los
labios.
Con la lengua:
- Tratar de tocar la punta de la nariz o el mentón.
LA LENGUA
La lengua es un componente clave en las funciones orales:
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Praxias de Bob Esponja
Las praxias para corregir dificultades del habla en niños
- En el habla, se utiliza para articular los diferentes sonidos de nuestra lengua.
- En la deglución, es básica para tragar los alimentos.
- En la respiración debe permanecer en reposo, dando forma al paladar.
Por tanto, si la lengua es tan necesaria a la hora de intervenir sobre estos procesos tan básicos, será
esencial que se encuentre en unas condiciones anatómicas y funcionales adecuadas.
En el caso de no ser así, si existiera alguna alteración que afectara a la forma o a la función de la
lengua, el logopeda será el profesional encargado de trabajar con estos pacientes para mejorar la
anatomía, la funcionalidad y la sensibilidad de la lengua, ya que la calidad de vida puede verse muy
comprometida.
Según el objetivo que pretendamos trabajar, tras haber llevado a cabo una buena evaluación y
valoración, los ejercicios (comúnmente conocidos como praxias, en este caso linguales), serán
diferentes.
El logopeda es el profesional que nos enseña las praxias linguales
- Pasar la lengua por los dientes superiores y por los inferiores, tanto por delante como por detrás de
ellos.
- Tocar con la punta de la lengua las muelas superiores e inferiores, a derecha y a izquierda.
Si el paciente tiene mucha dificultad a la hora de hacer estas praxias linguales de forma activa, es
probable que el logopeda utilice un guialenguas para poder ayudarle e ir movilizándole él mismo la
lengua de la manera deseada.
LA LENGUA EN REPOSO
Como comentábamos al principio, mientras respiramos (teniendo en cuenta que la respiración normal
debe hacerse por la nariz), la lengua debe permanecer en reposo. La posición adecuada es
manteniendo la punta tras los dientes incisivos superiores, pero
LA LENGUA ESTÁ FORMADA POR 17 MÚSCULOS
de forma relajada, sin hacer presión sobre ellos para evitar malformaciones y problemas de dentición y
mordida. De esta forma, el resto de la lengua se acoplará al paladar y le dará forma. Si esta posición en
reposo no es correcta, es probable que los niños vayan desarrollando con los años malformaciones en
el paladar.
Existen infinidad de ejercicios y praxias linguales que se pueden llevar a cabo para mejorar todos estos
aspectos: tono, movilidad y sensibilidad. El motivo para llevarlos a cabo puede ser también muy
variado. Desde niños a personas mayores, todo el mundo puede necesitar en un momento dado
recibir este tipo de terapia que, insistimos, debe estar pautada y guiada por un profesional de la
Logopedia que nos ayudará a mejorar nuestras funciones orales y, con ello, nuestra calidad de vida.
órganos fonoarticulatorios (faringe, laringe, paladar dura y blando, lengua, dientes, mejillas, labios y
fosas nasales).
¿Qué es la Motricidad orofacial?
Es el área encargada del estudio del funcionamiento del sistema estomatognático, es decir, del
funcionamiento de los órganos que se encargan de respirar, masticar, comer, hablar de manera
adecuada. Así como las alteraciones que no permiten un adecuado desarrollo de estas funciones.
Trabaja con los órganos fonoarticulatorios, es decir, con los labios, las estructuras bucales, los músculos
de la cara, con la finalidad del prevenir, habilitar o rehabilitar el adecuado desarrollo de la succión,
respiración, masticación, deglución y habla.