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Test de la pareja en interacción.

Aplicación y características de la técnica


Materiales para la administración:

a) Una hoja de cartulina blanca de 50x60 cm


b) Un lápiz de color negro y una goma de borrar.

Para la administración del T.P.I se coloca la hoja de cartulina sobre una mesa o escritorio, y encima de ella –en el medio
de la hoja, para no inducir- el lápiz negro y la goma de borrar. Los examinados se sientan frente a la mesa, uno junto al
otro, enfrentados a la cartulina y el examinador se ubica en el lado opuesto del escritorio. Colocados en esa posición, se
les suministran por sucesivas etapas las siguientes consignas:

1.- “En esta hoja, cada uno de ustedes deberá dibujar una persona de cualquier edad y sexo. Lo harán por turno, uno de
ustedes dibujará primero y el otro lo hará después. Puede comenzar cualquiera”

Suele ocurrir un “tira y encoge” y mutuas inducciones hasta que los miembros de la pareja deciden quién dibuja
primero. Quien dibuje de primero debe quedar solo frente a la hoja de cartulina, y el otro desplazarse a un costado de la
mesa. Cuando el primero concluye el dibujo, cede su lugar y se ubica a su vez al costado de la misma. El objetivo de este
procedimiento técnico es que el examinado tenga frente a sí toda la hoja para ubicar el dibujo y garantizar que las
ubicaciones en la cartulina sean netamente proyectivas y no estén condicionadas por el espacio físico o por la poca
libertad de movimientos que podría darse al estar sentados uno al lado del otro al realizar los gráficos.

El examinador debe consignar el orden de ejecución de los dibujos, los comentarios que se hacen mientras se ejecuta la
tarea así como las correcciones de los dibujos. Si uno o los dos examinados dibujan solo el rostro o la cabeza de una
persona, debe solicitárseles que dibujen una persona completa. Una vez que ambos han concluido los dibujos se indica:

2.- “Bien, ahora cada uno de ustedes deberá colocarle un nombre cualquiera a su dibujo”.

Una vez colocados los nombres se les dice lo siguiente:

3.- “Ahora van a hacer una tarea en conjunto. Entre los dos van a inventar una historia, una sola historia, que tenga
como personajes a … y … (se nombran los personajes dibujados). Cada uno se va a ocupar del personaje que dibujó, y lo
hará actuar dentro de la historia. Harán así: empieza uno de ustedes, luego sigue el otro, después interviene
nuevamente el primero y así sucesivamente hasta completar la historia. Cada uno irá participando cuando crea que le
toca intervenir a su personaje. Es importante que hagan una historia que tenga un principio, un desarrollo y un final,
como si fuera el argumento de una película. ¿Han comprendido? Bien, puede comenzar cualquiera”

Finalizada la historia se indica

4.- “Ahora deberán ponerle un título a la historia”

Por último se le solicita un final alternativo

5.- “Ahora quiere pedirles que traten de imaginar otro final para la historia, o sea de qué otra manera, aparte de la que
imaginaron, podría terminar esta historia”

Ante preguntas de los examinados sobre la consigna, por ejemplo: “¿Podemos hacer dos historias?” el examinador debe
reiterar las indicaciones, es decir, que confeccionen una sola. Asimismo, si los sujetos durante la construcción de esta
dejan a un lado la tarea y mantienen una conversación conviene recordarles la consigna y decirles que los diálogos al
margen de la historia los efectúen al concluir el test. Si la historia la hace uno solo se debe reiterar la indicación de que
deben participar ambos en la confección
Frente a interrogantes particulares, por ejemplo “¿Puedo dibujar a un niño?, ¿Los personajes deben vivir juntos en la
historia?”, etc., que se refieran al cumplimiento de las consignas, la conducta del examinador debe ser no-directiva,
diciendo a los examinados: “Pueden hacerlo como deseen”

Frente a dificultades de los miembros de la pareja durante la confección de la historia, como silencios exagerados o
imposibilidad de construir el relato, el examinador debe estimular la producción preguntando: “¿Cómo sigue la
historia?”. Si no aparece un final concreto puede preguntarse “’¿Cómo termina?”

Conviene registrar la historia de la siguiente manera: primero colocar un número que indica el orden de la intervención;
luego el nombre del examinado y, entre paréntesis, el nombre del personaje dibujado; finalmente el parlamento
correspondiente (el parlamento se refiere a cada intervención verbal de uno de los examinados hasta la intervención
verbal del otro, ya se refieran estas intervenciones al relato mismo o sean comentarios sobre la tarea). Por ejemplo:

Si los sujetos dan dos títulos distintos a la historia, se solicita uno acordado en común, y se registra la divergencia.

Periodo de encuesta: El objetivo de esto es lograr nuevos datos sobre el material gráfico y/o verbal, interrogando sobre
aspectos que el examinador considere de interés:

1.- Indagar sobre puntos oscuros del material


2.- Indagar sobre puntos inusuales del material
3.- Indagar, solicitando asociaciones, sobre puntos que parezcan de importancia
4.- Indagar sobre los nombres que los examinados dieron a los dibujos

Características del TPI

El TPI forma parte de la familia de las técnicas proyectivas grupales, cuyo objetivo es el estudio de las relaciones
interpersonales. Además, es una prueba gráfico-verbal porque utiliza los canales gráficos (realizar los dibujos) y los
canales verbales (confeccionar la historia) para recoger la proyección del sistema interaccional de la pareja. La tarea se
presenta inestructurada tanto en la parte gráfica, donde pueden ubicar sus dibujos en el lugar que deseen y dales las
características que prefieran (edad, sexo, vestimenta, etc.), como en la construcción de la historia, cuyo argumento
queda librado a su imaginación.

El introducir personajes humanos estimula la proyección de las identificaciones, roles y vínculos y se enriquece la calidad
de los datos proyectivos sobre el sistema de relaciones interpersonales. Además, la tarea, al discriminar los personajes,
permite realizar apreciaciones sobre los componentes del sistema, y el establecer relaciones entre ellos permite obtener
una muestra de la interacción.

Áreas de aplicación del TPI

a) Diagnóstico y pronóstico:

Uno de los principales usos del TPI es el que se le da en el diagnóstico de los conflictos de la pareja. El material del TPI
puede ayudar a localizar y delimitar el conflicto latente, así como los mecanismos defensivos frente al mismo, con lo cual
contribuye a la estrategia terapéutica, pues permite focalizar –y por ende potenciar- el esfuerzo psicoterapéutico.
Ayuda a individualizar los “puntos de conflicto” de la relación, facilitando también el reconocimiento de los patrones
repetitivos en la interacción.

Se aplica al diagnóstico de diversos tipos de díadas humanas: parejas: relación madre-hijo, relaciones entre hermanos,
etc.

El TPI sirve para detectar índices pronósticos sobre una pareja. El tipo de pronóstico se refiere a la probable evolución de
la díada en una psicoterapia conjunta. De acuerdo con la experiencia de los autores, la capacidad que mostró la pareja
para realizar la tarea del test puede tomarse como criterio pronóstico para el probable desempeño y aprovechamiento
de la psicoterapia conjunta. Conviene tener claro cuáles son las acciones que las consignas prescriben a los examinados.

o Dibujar una persona cada uno y ponerle un nombre


o Hacer una sola historia donde intervengan los dos personajes
o Hacerla en forma conjunta
o Que la historia tenga principio, desarrollo y final
o Dar un final alternativo

El cumplimiento de las consignas nos mostrará una pareja donde el grado de cooperación y la posibilidad de realizar una
actividad conjunta en elevado y nos proporciona un índice sobre la posibilidad de ambos de enfrentar la tarea
psicoterapéutica.

En ciertos casos se produce un “forcejeo” entre los examinados por la dirección del relato –producto de una conflictiva
en la relación- y la historia no puede realizarse o se completa solo a medias y nos avisa de las dificultades de los
examinados para armonizar sus conductas, planteando dudas sobre sus perspectivas clínicas.

Si bien es cierto que la ejecución de la tarea es un criterio válido, hay que hacer ciertas aclaraciones: Se puede realizar la
tarea pero el grado de compromiso de uno o ambos de los examinados ser escaso, y por lo tanto la realización de la
misma consistir en algo más formal que comprometido. Los indicadores de esto serían: dibujos de palitos, los personajes
de la historia se relacionan superficialmente, o están aislados, no se expresa conflicto en la historia, etc. El escaso
compromiso puede relacionarse con el temor de uno o de ambos examinados frente a la situación clínica, en especial el
enfrentamiento con sus “conflictos”.

El Final alternativo puede revelar:

o El final alternativo suele ser un indicador pronóstico pues actúa como una presión que se ejerce sobre los
examinados y devela ansiedades, actitudes o capacidades subyacentes. Puede mostrarnos una estereotipia de
los roles (los examinados no pueden cambiar el final de la historia) indicadores de una rigidez en la distribución
de los papeles, así como las posibilidades que tienen los sujetos de modificar positivamente sus vínculos, o sacar
a luz una seria conflicitiva subyacente.
o La circunstancia de que aparezca en el final alternativo un conflicto que no aparecía en la historia o que
estuviera encubierto en ella, puede mostrar una permeabilidad de los sujetos ante su propia conflictiva, y en
tanto la tarea se haya desarrollado en forma adecuada, se constituye en un índice de buen pronóstico.
o Conflictos subyacentes que planteen dudas sobre el futuro terapéutico, aunque el desempeño de la tarea haya
sido relativamente satisfactorio.
o En ocasiones aparee divergencia entre los examinados –FA muy disímiles- que sacan a la luz un “punto
conflictivo” que estuvo oculto en el transcurso del relato y que resulta significativo para el pronóstico

b) Psicoterapia
El TPI puede ser usado para mostrar a los miembros de la díada determinados aspectos de la relación entre ellos que se
evidencian en el test. Es de gran importancia en el trabajo con parejas donde suele ser difícil para los pacientes
visualizarse como una unidad funcional.

c) Aprendizaje y docencia

El TPI resulta de utilidad para el aprendizaje y comprensión del funcionamiento de los sistemas interaccionales. El contar
con una muestra de la interacción recogida a través de un procedimiento estandarizado permite delimitar, paso a paso,
la secuencia de la interacción, y observar, y hacer observar, cómo se va produciendo este proceso con todos sus
ingredientes: estímulos, respuestas, refuerzos, etc., y se presenta la posibilidad de ilustrar sobre conceptos como
complementariedad, la conducta en función del otro, la interrelación entre las partes de un sistema, las pautas
repetitivas de interacción, etc.

d) Investigación

El TPI puede resultar de ayuda en la tarea de lograr la articulación teórica entre los procesos intrapsíquicos y los
interpersonales. A través de la experiencia de examen proyectivo en gran número de parejas se ha encontrado que en
muchos casos se producía un cambio de sexo en los dibujos al pasar de la situación de examen individual (cada miembro
de la pareja por separado) a la de examen con el TPI.

CAPÍTULO 6: GUÍA DE ANÁLISIS

Los datos del material gráfico y verbal deben ser integrados en una interpretación dinámica y por niveles. Ningún dato
en forma aislada alcanza a describir la totalidad de la situación, y más que encasillar datos debemos correlacionar datos.

Debe tenerse en cuenta la relación transferencial dominante con el examinador, quien actúa como un estímulo para la
conducta de los examinados, así como apreciar los resultados de la prueba en función del contexto (para qué, en qué
circunstancias, etc.) en el que fue aplicado el test, puesto que, los datos se ven afectados por la situación, o sea, la
circunstancia transversal que atraviesa la pareja.

La guía que se presenta a continuación es un modelo psicoanalítico de interpretación de los datos, en tanto supone en
los registros un contenido latente, referido al funcionamiento inconsciente de la díada. Se utilizan también algunas ideas
extraídas de la corriente interaccionalista.

Guía de análisis del TPI

I.- Guía de análisis del material gráfico

1.- Posiciones respectivas en la hoja


2.- Tamaño relacional de los dibujos
3.-Posturas relacionales de los dibujos
4.-Vestimenta y expresión facial
5.-Sexo de los dibujos
6.- Nombre de los dibujos

II.- Guía de análisis del material verbal

1.- Tema latente común


a) tema manifiesto del relato
b) Tema latente común
2.- Distribución de los roles:
Para cada miembro
a) Rol que asume
b) Rol que induce
c) Tipo de vínculo
3.- Secuencia de la interacción:
a) Pasos en la secuencia
b) pautas repetitivas en la interacción
c)”punto de conflicto” en la secuencia

4.- Final alternativo

III.- Correlación entre el registro gráfico y la historia

I. Guía de análisis del material gráfico

Hipótesis 1: El emplazamiento en la hoja y las características que los examinados dan a sus dibujos son un producto de la
interacción entre ellos y constituyen un indicador de sus relaciones interpersonales

Hipótesis 2: Los examinados proyectan en los dibujos las características del papel que inconscientemente juegan o
desean jugar en la pareja

Análisis secuencial de los dibujos:

Los dos gráficos deben analizarse en forma interrelacionada y sin ejercer una disociación sobre ellos. No son solamente
dos dibujos que fueron estampados por los examinados sobre una hoja de cartulina, sino una unidad de la cual ambos
forman parte. Cuando los sujetos se disponen a dibujar, hay uno que dibujará primero y otro que lo hará después. Puede
ocurrir, por ejemplo, que el deseo de uno de ellos por ser el líder de la tarea lo lleve a querer dibujar en primer término,
y en ese caso tome la iniciativa. También puede suceder que “forcejeen” para ver quién dibuja primero y uno empuje al
otro a realizar el gráfico ya sea para evitar ser el que inicia (por temores fóbicos) o para controlar la situación,
induciendo al otro a que ejecute la tarea.
Luego que el primero termina el dibujo, le tocará al segundo y este realizará uno en función del que haya realizado el
otro miembro de la pareja, y ambos serán un reflejo de una secuencia interaccional de la díada. Por ejemplo, una pareja
en la que el esposo dibujó primero una figura en un extremo de la hoja y la esposa reaccionó colocando el suyo a
escasos centímetros del anterior. El motivo de consulta era que el esposo quería divorciarse y ella se oponía a esta
decisión e intentaba retenerlo.

El análisis secuencial es aplicable para la distancia, el tamaño, posturas y sexo.


Resulta de suma importancia realizar un análisis de los dibujos tomándolos en sucesión e interrelación. Se acentúa así el
análisis de la producción gráfica como proceso, o sea, como una serie de fenómenos que ocurren en cierto lapso.
Tomamos el primer dibujo como producto de la interacción, y consideramos el segundo, en sus diversos rasgos, en
conexión y como consecuencia del primero, y el producto final (la hoja con los dibujos) como muestra de una secuencia
interaccional de la díada. La consideración del proceso no nos hace descuidar que la hoja de cartulina refleja también la
estructura de la relación, o sea la forma en que está organizada la misma.

1.- Posiciones respectivas en la hoja: Es el lugar donde los examinados ubican su dibujo. El primero que dibuja se
encuentra ante la hoja de cartulina en blanco, posee todo el espacio para emplazar el dibujo, y la ubicación que dé al
mismo va a indicar no solo la posición que tiende a asumir, sino que determinará, en parte, la ubicación del restante
dibujo. En este sentido, se analizan las posiciones “respectivas”, es decir, se analiza la ubicación de cada dibujo en su
relación con el otro, entendiendo el conjunto como el sistema de posiciones de la pareja.
Arriba-abajo: Si uno de los examinados realiza su dibujo en la parte superior de la hoja, puede estar asumiendo una
posición “superior” y proponiendo o induciendo al otro a que realice su dibujo en una zona inferior. Esta posición se
relaciona con el intento de dominio o control de la relación o sentimientos de superioridad y competencia.
En casos donde el tamaño hace dudar de las posiciones, porque el dibujo de uno de ellos sobrepasa al del otro por
ambos extremos, y no sabemos si está “arriba” o “abajo”, conviene tomar como punto de referencia la cabeza de las
figuras, por cuanto es el punto del cuerpo por donde se comienza, casi invariablemente, el dibujo.

El dibujo realizado en la zona de debajo de la cartulina suele estar vinculado con la asunción de un rol “inferior”,
entendiendo esto como el deseo de ocupar un papel infantil, sentimientos de sometimientos, deseo pasivo de ser
mandado, etc.
Además, los examinados que dibujan en el centro de la hoja, sobretodo si lo hacen en primer lugar, suelen revelar el
intento de lograr una posición central en la relación, de ser el “centro” de la misma, relegando al otro a una posición
secundaria o de menor importancia.
También se ha observado que el dibujar en los costados o en los ángulos de la cartulina suele indicarnos el deseo de
evitar el vínculo, ya sea en la forma de aislamiento del otro, o del anhelo de escapar de la relación.

Cerca-lejos: Se refiere a la distancia que existe entre las figuras. La ubicación de un dibujo lejos del otro suele hablarnos
de un distanciamiento entre los examinados. En ciertos casos ello es producto de los conflictos y luchas que han
conducido a un alejamiento emocional, que se refleja en la hoja. En otras ocasiones, la distancia simboliza una conducta
fóbica a través de la cual se evitan las ansiedades del contacto emocional (claustrofobia). También la excesiva distancia
puede deberse al deseo de uno de los miembros de “ponerse lejos” del otro por temor a este.
El acercamiento notorio de los dibujos es revelador, en muchos casos, de una dependencia simbiótica entre los
examinados y representa el deseo de estar totalmente unido al otro.
Es necesario discriminar los acercamientos típicos de las relaciones simbióticas , de los de la dependencia madura y los
deseos de unión de la pareja, lo que se logrará tomando en cuenta el conjunto del material, tanto gráfico como verbal.
En la dependencia madura existe autonomía y cooperación entre los integrantes de la pareja, en tanto que en las
relaciones simbióticas predomina el control sobre el otro y la negación de la autonomía.
Para medir la distancia entre los dibujos debe medirse la distancia entre los puntos más cercanos entre los gráficos, que
pueden ser los brazos, las cabezas y otra parte del cuerpo.

2.- Tamaño relacional de los dibujos

Se refiere a cuán grande o pequeño es un dibujo. Se mide desde un extremo a otro del cuerpo, desde la punta del
cabello a la punta de los pies. El examinado que dibuja a una persona de gran tamaño suele revelar el intento de asumir
un papel “superior”, de ser más que el otro, y puede significar competencia o con el deseo de controlar la relación a
través de su ubicación en esta posición de superioridad.
La identificación proyectiva con un objeto interno idealizado produce una inflación del yo del sujeto (omnipotencia) que
se refleja en un aumento del tamaño del dibujo.
Un dibujo de tamaño pequeño suele mostrarnos el rol infantil que asume el sujeto frente al otro examinador; es un
indicador también de sus sentimientos de desvalorización, de lo pequeño que se siente en el vínculo. Los examinados
que se ubican en un rol infantil frente al otro desean ser cuidados, contenidos, atendidos, etc.
Conviene relacionar el tamaño de la figura con la superficie que esta ocupa en la hoja de cartulina. Por ejemplo, en dos
figuras de igual tamaño pueden encontrarse diferencias de volumen (una es dibujada muy delgada, con los brazos
pegados al cuerpo mientras que la otra ocupa más espacio en la hoja). Esto puede indicarnos, por ejemplo, el deseo del
examinado de ocupar un mayor espacio psicológico en la relación (ser el más importante o controlar el vínculo)
De acuerdo con los dados normativos, el tamaño promedio de las figuras es de 14 cm.
3.- Posturas relacionales de los dibujos
Se define la postura de los dibujos como la actitud corporal de los mismos. Cuando nos fijamos en ella, nos ocupamos de
la posición de los brazos, la dirección hacia donde se orientan, la rigidez o plasticidad corporal de la figura, si está de
espaldas o de perfil, en acción de caminar, etc.
Los miembros de la pareja que dibujan de perfil, dando la espalda al otro dibujo, suelen expresar de este modo su
rechazo. Figuras que están en posición de salirse de la hoja, en un costado y mirando hacia afuera, con brazos y piernas
orientadas hacia el borde de la lámina suelen corresponder al deseo de los examinados de evadirse de los roles
desempeñados en la pareja o de la pareja misma. Esto se revela incluso en pequeños detalles como la orientación de las
manos y los pies, dibujados en dirección opuesta al otro dibujo o hacia el borde de la hoja –que vendría a constituir “la
puerta de salida” de la relación- aunque el resto de la figura se encuentre de frente.
El dibujo de perfil suele revelar también una actitud de evasión frente a los conflictos compartidos, siendo un intento de
evitar su enfrentamiento.
Un dibujo con los brazos, piernas, inclinación general, etc., orientados hacia el otro dibujo, indica una dirección
psicológica hacia el vínculo con el otro examinado. La calidad de este vínculo, o sea los sentimientos implicados en el
acercamiento (odio, deseo de dependencia, intento de sometimiento, etc.), deben deducirse de la totalidad del dibujo,
así como del resto del material del test.

De acuerdo con los datos normativos se ha encontrado que el 80% de los examinados dibuja su figura de frente. El resto
dibuja de perfil o semiperfil, siendo inusual que el sujeto coloque su dibujo de espaldas.

4.- Vestimenta y expresión facial


El tipo de vestimenta con que cada miembro de la pareja cubre la figura nos señala las peculiaridades del rol o papel
(masculino/femenino, menor/mayor) que está asumiendo en la interacción. La expresión facial se refiere a qué
sentimientos expresan los rostros de los dibujos. Podemos encontrar toda una gama de ellos: desconfianza, tristeza,
vacío, angustia, etc. La lectura del rostro del dibujo es un dato valioso y nos informa de la calidad emocional que
acompaña el rol asumido por el examinado.
Para detectar las cualidades emocionales de los rostros de los dibujos conviene prestar atención en primer lugar a la
“impresión” que nos produce el gráfico, para luego, en un segundo paso, observar los indicadores específicos del mismo:
las características de los ojos, la disposición de los labios, la sonrisa, etc.

Según los datos normativos, el 90% de los examinados cubren con vestimentas sus dibujos, siendo mucho menos común
que aparezcan con vestimenta limitada, como malla o shorts, y sumamente inusual que realicen figuras desnudas.

5.- Sexo de los dibujos:


Dado que la consigna solo indica “dibujar una persona de cualquier edad y sexo”, el examinado tiene ante sí la
posibilidad de elegir el sexo masculino o femenino para su dibujo. El sexo que elija, o las características asexuadas o
indeterminadas del mismo, nos servirán de indicador de la identificación sexual asumida y del rol desempeñado en la
interacción.
En la clasificación de un dibujo como masculino o femenino es importante considerar no sólo la categoría general, sino
determinar las características del sexo contrario que pueda presentar la figura. Una clasificación del dibujo como
masculino, por ejemplo, no reflejará la real situación del examinado si se aprecian al mismo tiempo determinados rasgos
femeninos en el gráfico (caderas anchas, senos marcados, etc.) o si también existe una sobrecompensación notoria de
los rasgos masculinos (barba, bigote, hombros, etc.)
El análisis no solo debe recaer en el tipo de sexo en sí mismo sino también en el papel interpersonal representando a
través de ese sexo. Por ejemplo, un hombre que dibuja a una mujer nos puede revelar el papel materno que está
asumiendo en la relación, pero en otros casos el dibujo de una mujer puede significar, para un examinado varón, el
papel de hija con relación a la esposa.
Con respecto a los datos normativos, el 80% de los entrevistados suele dibujar a una persona de su mismo sexo.

6.- Nombre de los dibujos


El nombre puede ser señalador de la identidad y el rol asumido en la interacción. En algunas circunstancias, los nombres
no suelen revelar la significación psicológica que encierran, por lo que será pertinente ir extrayendo su significación
psicológica oculta, que en muchos casos corresponde al nombre de hijos, padres, a sí mismos, sobrenombres, etc.

II. Guía de análisis del material verbal

1.- Tema latente común: Los miembros de la pareja constituyen una historia que es el relato de determinados
acontecimientos, los cuales componen el argumento de la historia. Podemos distinguir en cuanto a éste dos niveles:

a) el tema manifiesto, o sea el tema del cuál explícitamente se está hablando en el relato, y b) el tema latente, el tema
inconsciente al cual la pareja se está refiriendo por debajo del tema manifiesto.

El tema latente común es el tema compartido del cual inconscientemente está hablando la pareja al construir la historia.
Es el tema en el cual coinciden ambos y al cual se están refiriendo por debajo del tema manifiesto. Posee dos
características: 1) es un tema latente (inconsciente), 2) es común (compartido).

Hipótesis I. La historia inventada es una expresión simbólica y proyectiva de los conflictos y preocupaciones latentes de
la pareja

Hipótesis II: La historia expresa simbólicamente una fantasía desiderativa compartida acerca del modo en que la pareja
intenta enfrentar-y resolver- el conflicto latente común

Hipótesis III. De no existir coincidencia entre los examinados, cada uno tratará de torcer el curso argumental de la
historia durante su construcción para hacerlo coincidir con sus deseos individuales de resolución del conflicto.

Para detectar el tema latente común conviene visualizar primero claramente cuál es el argumento manifiesto de la
historia, tratando de ubicar el tema central y deslindando las circunstancias, comentarios o acontecimientos accesorios.
La pregunta metodológica que debe hacerse el examinador es la siguiente: ¿De qué trata la historia?

Los examinados inventan un relato sobre aquello que les preocupa inconscientemente, o sea, que el argumento que
elijan desde ya será una referencia a los puntos que conflictúan a la díada, aunque por supuesto en el tema manifiesto
esto aparezca encubierto por la acción de los mecanismos de proyección, desplazamientos y simbolización.

El título que los examinados colocan a la historia suele ser muy gráfico y puede señalar el tema latente común.

2. Distribución de los roles: Se refiere a los roles que desempeñan los examinados inconscientemente en la relación y no
a los papeles conscientes de la misma. Al comenzar la historia los examinados suelen realizar definiciones verbales de
sus respectivos personajes, lo que puede indicarnos las características de la distribución inconsciente de roles en esa
pareja. Por ejemplo, la historia del TPI de Gregorio y Susana comienza de la siguiente manera:
Aquí existe complementariedad porque el proceso de distribución de roles tiene lugar sin mayores dificultades y no
existe, en principio, conflicto. Pero puede suceder que se produzca un “forcejeo” donde los examinados no acuerden en
la distribución de roles, tratando cada uno de torcer esta distribución en la dirección por ellos deseada. Los examinados
se colocan en el rol buscado induciendo al otro a asumir otro rol específico.

En este ítem del TPI conviene conocer no sólo qué rol asume cada examinado, sino también el tipo de vínculo
establecido entre los personajes. El vínculo puede considerarse como la forma particular en que una persona se
relaciona con otra.

Aquí podemos ver que Gregorio platea la relación entre los personajes como un vínculo de amor (3) y Susana un vínculo
de protección y cuidado (4). La distribución de roles es entonces madre-hija, y el tipo de vínculo planteado es de amor
por un lado y de protección y cuidado por el otro. Importa conocer a través del desarrollo de la historia la evolución de
los vínculos y de la distribución de roles entre los personajes

Las hipótesis que se mantienen acerca del significado de la distribución de los roles y del tipo de vínculo en las historias
construidas por los examinados son las siguientes:

Hipótesis I: Cada examinado se identifica con el personaje que hace actuar en la historia y proyecta en él las
características del papel que asume -.o intenta asumir- inconscientemente en la pareja

Hipótesis II: Durante la construcción de la historia cada examinado busca asumir un rol determinado (rol deseado)
tratando de ubicar, a su vez, en un rol complementario (puede ser un papel rechazado y displacentero) a la pareja.

Hipótesis III: La distribución –asunción y adjudicación- de roles en la historia, así como los vínculos entre los personajes,
responden a una realización de deseos y muestran el modo en que la pareja, y cada examinado en particular, trata de
enfrentar el conflicto latente común.

En la historia del TPI de Gregorio y Susana, Gregorio asume defensivamente (1) el papel de señora (madre) ubicándose
en un rol deseado (materno), lo que le permite negar sus partes infantiles e identificarlas proyectivamente en Susana.
Ella acepta complementariamente el papel infantil y se coloca en el rol de nena (2) en una búsqueda de un continente
materno, que es proyectado e inducido en Gregorio, como reaseguramiento frente a sus ansiedades agorafóbicas y de
abandono. Esta es la forma como cada uno de ellos enfrenta el conflicto latente común de dependencia infantil.

En el ítem Distribución de los roles tratamos de determinar en cada historia el rol que asume cada examinado, el que
induce o asigna al otro y el tipo de vínculo establecido.

Para cada examinado: a) rol asumido b) rol asignado c)tipo de vínculo

A fin de detectar la distribución de roles, propongo la utilización de dos indicadores principales

1) Definiciones y calificativos: Observar lo que cada examinado dice de su personaje, cómo lo define y califica, y qué dice
acerca del otro.
2) Acciones: Observar cómo hace actuar cada examinado a su personaje, y cómo hace actuar al otro. Aquí se presta
atención a los verbos (lo que cada personaje hace)

Es conveniente correlacionar los calificativos con las acciones, dado que en ciertas circunstancias puede existir una
discrepancia significativa entre ambos.

La identificación proyectiva es un proceso defensivo y, como veremos, en numerosas parejas interviene en la


distribución de roles entre sus integrantes. La identificación proyectiva fue inicialmente descrita por M. Klein como
formando parte de la posición esquizo-paranoide. Consiste en una fantasía por la cual un sujeto se introduce a sí mismo,
o introduce partes de sí mismo, dentro de un objeto. Implica una disociación del yo del sujeto y su proyección en el
objeto. Esta intrusión fantaseada puede perseguir el objetivo de colocar en él partes indeseadas o idealizadas de sí o de
adquirir ciertas cualidades atribuidas al objeto. De acuerdo con ello pueden distinguirse, y esto tiene particular
importancia para el tema de la distribución de roles en la pareja, dos orientaciones espaciales de la identificación
proyectiva:

a) IP dirigidas hacia el objeto externo (lo que se relaciona con los roles asignados o inducidos al otro). Se utiliza al otro
como un depositario de aspectos del yo, pasando aquél a convertirse en representante externo de aspectos del
sujeto, quien ya no los reconoce como propios. Puede utilizarse este mecanismo para desprenderse de partes
indeseables de sí mismo y ubicarlas en el objeto. Esto lleva a la necesidad de controlar lo proyectado, para asegurar
la proyección y evitar la reintroyección, lo que genera relaciones de particular dependencia.

La IP puede ser también de partes “buenas” del sujeto y no solo de partes indeseables. Puede proyectarse en el otro un
objeto idealizado, omnipotente que puede servirle (imaginariamente) de continente protector. En ambos casos, ya sea
la proyección de partes buenas o malas, la relación se considera narcisista, pues el otro representa partes del sujeto.

Cabe señalar que la IP es un fenómeno de doble vía y que en las relaciones de pareja es posible hablar de un
extrecruzamiento de IP.

A mayor patología de la relación encontramos un mayor empleo de la IP. En parejas de menor patología y con mayor
grado de madurez, el otro es considerado como una persona discriminada y autónoma, y se lo percibe de una manera
más realista haciéndose menos uso de él como depositario.

Indicadores en el TPI: En la historia se puede observar este proceso proyectivo a través de las definiciones que un
examinado hace del personaje del otro examinado y de la forma en que lo hace actuar en el relato. A través de la
secuencia de la historia se pueden apreciar los intentos de los examinados de colocar al otro en un rol, y de reforzar una
determinada distribución de roles. En parejas donde se utiliza en menor medida o no intervine la IP, se otorga mayor
autonomía al otro, y no se trata de forzarlo reiteradamente a desempeñar un determinado papel

b) IP dirigidas hacia objetos internos (lo que se relaciona con los roles asumidos). El yo del sujeto se introduce
imaginariamente dentro de un objeto idealizado de su mundo interior quedando de ese modo revestido con las
cualidades que, en su fantasía, adjudica al objeto: omnipotencia, invulnerabilidad, madurez, inteligencia, etc. Por
medio de este proceso el sujeto, omnipotentemente, posee la vivencia de haber adquirido las cualidades del objeto,
de “ser” el objeto. Podríamos decir que se revistió imaginariamente con las cualidades del mismo, se identificó con
él adoptando una identidad ilusoria.
La IP con objeto interno lleva a asumir un papel determinado, coincidente con la identificación que ha tenido lugar
en el sujeto. A su vez, desde el rol asumido (y el objeto con el cual está identificado) el proceso suele completarse
con la IP de las partes indeseadas del sujeto sobre un objeto externo. Así, en una pareja un miembro puede asumir
un rol autoritario y tiránico (IP con l el objeto interno idealizado) y por IP colocar o depositar el yo dependiente y
sometido en el objeto externo, intentando librarse de esa parte de su personalidad.
También la IP con un objeto interno idealizado puede realizarse con el objetivo de un aprendizaje y para el ejercicio
de un rol particular. Así suele suceder en el caso de adolescentes que tienen que enfrentar el desempeño de un
papel adulto. Aquí la IP serviría para ir desempeñando el rol y enfrentando, en el sentido del aprendizaje, la
situación temida.

Indicadores en el TPI: la IP con el objeto interno puede apreciarse en la búsqueda de un determinado rol, a través
de definiciones y caracterizaciones de su propio personaje que hacen los examinados, y de la forma en que intentan
conducir la historia. En la parte gráfica suele detectarse en ocasiones el tamaño del dibujo, que puede aparecer
“engrandecido”, como resultado de la vivencia de omnipotencia que provoca la identificación con el objeto
idealizado.
También las intervenciones que los examinados hacen durante la confección de la historia para poner al otro en
cierto papel tenderían a reforzar la propia identificad y convalidad la IP con el objeto interno idealizado. De lo que el
otro “sea” –el papel que el otro asuma- dependerá la propia identidad. Así lo expresó el miembro de una pareja con
quien habíamos estado analizando dentro de una psicoterapia conjunta sus intentos reiterados (visibles en las
pautas repetitivas en la interacción en el TPI) de colocar a su esposa en el papel de enferma a la cual cuidaba:
“Nadie puede ser doctor sin tener un enfermo”. La proyección del papel de “enfermo” que habíamos advertido en
el TPI en las intervenciones en las que él hablaba del personaje de ella, le servía para reforzar su identidad ilusoria
de “sano” y “superior”. Por supuesto, se reconoce la IP que, paralelamente, este hace de su propia enfermedad e
inferioridad en la esposa.
Cabe agregar que no se debe considerar solamente la IP de uno de los miembros de la pareja, sino la respuesta del
otro, y cómo esta influye sobre la conducta del primero.

3.- Secuencia de la interacción

Hipótesis I: La secuencia de la historia refleja, en una muestra parcial, el proceso de la mutua influencia (interacción)
entre los miembros de la pareja.
Hipótesis II: En los registros verbales pueden apreciarse pautas repetitivas de la interacción. A través de un mismo o
distinto contenido, los examinados repiten un patrón de relación entre ellos, que apunta a establecer una
determinada distribución de roles y un tipo de vínculo.

Hipótesis III: Ambos examinados pueden coincidir en la dirección deseada de resolución del conflicto y, por ende, en
el desarrollo secuencial de la historia o, por el contrario, disentir. Esto último dará lugar a discrepancias y/o
forcejeos por el curso de los acontecimientos de la historia, revelando “puntos de conflicto” en la pareja.

Cada uno de los examinados deberá aceptar la definición, rechazarla o redefinir la relación planteada por su pareja,
lo que significa aceptar, rechazar o redefinir una determinada distribución de roles y un tipo de vínculo.
En la historias del TPI suele reflejarse el proceso de constitución de la pareja, su evolución posterior y, asimismo, la
aparición de los “puntos de conflicto” del vínculo. El comienzo de la historia muestra cómo se conformó la pareja y
es un indicador de aquello que “los une”. El transcurso de la historia puede evidenciar lo que “los desune”.

Para ordenar el análisis del material de la historia se ha discriminado en el ítem Secuencia de la interacción tres
subítems, que se corresponden con las tres hipótesis ya apuntadas:

a) Pasos en la secuencia (Hipótesis 1): Se va realizando aquí un análisis paso a paso de la interacción desde la
primera intervención para construir la historia, hasta llegar a la frase con la cual culmina. Como criterio básico
debe considerarse que la intervención de cada examinado es “estímulo, respuesta y refuerzo” de la conducta
del otro. Al analizar los pasos de la secuencia, tomamos en cuenta tanto las intervenciones que los examinados
realizan para construir la historia, como aquella que se refieren a la tarea que ambos están efectuando. Según
Nocetti los mensajes emitidos por los examinados, al realizar la historia –los parlamentos- pueden ser
clasificados en dos categorías:
Los que tienen como fuente y destino a los personajes de la historia
Los que tienen como fuente y destino a las personas, ya sean los propios examinados o el entrevistador.

Los primeros corresponden a la realización de la tarea, en tanto los segundos se refieren a la tarea (metatarea).
En este último caso pueden ser comentarios acerca de las intervenciones del otro, sobre la tarea, sobre las
consignas, etc. Las intervenciones sobre la metatarea pueden indicar un punto conflictivo en la pareja, en el que
uno de ellos está intentando redefinir la relación, o se opone a la definición de la misma que hace el otro.

b) Pautas repetitivas en la interacción (Hipótesis II): Se tratarán de descubrir las intervenciones de los examinados
que más se repiten, o sea, las redundancias de su definición de la relación con el otro.
c) Puntos de conflicto en la secuencia (Hipótesis III): Nos detenemos aquí en las discrepancias que puedan existir
en el transcurso de la confección de la historia y que nos indican los puntos conflictivos de la pareja. En
ocasiones, el punto de conflicto puede apreciarse porque ante la intervención de un examinado, el otro “se
sale” del personaje y realiza apreciaciones personales sobre la tarea, o manifiesta signos de ansiedad.

4.- Final alternativo: Este final alternativo actúa como una presión que se ejerce sobre los miembros de la pareja y trata
de obtener una visión más profunda del conflicto y las ansiedades de la misma, así como de los mecanismos defensivos
puestos en juego. En la mayoría de los casos el final distinto que brindan los examinados suele ser un claro indicador de
ansiedades y deseos que están encubiertos por la estructura desiderativa de la historia. Asimismo, se convierte en un
indicador pronóstico de la pareja, con relación al desempeño en una tarea terapéutica. El FA puede revelar las
posibilidades que tiene una pareja de enfrentar sus conflictos, la gravedad de estos y los recursos que pueden movilizar
sus integrantes. El FA coloca a los dos examinados en una situación de cambio –se les pide que cambien el final de la
historia- y nos permite apreciar la estereotipia o la flexibilidad de los roles, lo cual tiene relación también con la labor
terapéutica.

III. Correlación entre el registro gráfico y la historia

En ocasiones ambos registros coinciden pero, en algunas circunstancias hay una significativa diferencia entre ambos. Los
examinados pueden asumir verbalmente (a través de la historia) un rol y un tipo de vínculo que es distinto –a veces
opuesto- al que se evidencia en el registro gráfico, o el tema latente común diferir notablemente de lo que expresan los
dibujos.

En nuestra experiencia, los registros gráficos parecen proporcionar una visión de los niveles más profundos del conflicto.
Es una observación realizada por distintos operadores de técnicas proyectivas de que en los tests proyectivos verbales
se favorece la acción de las defensas, en tanto que los tests gráficos sueñen ofrecer material de estratos más profundos.
Como expresa tan gráficamente Hammer “los músculos de las personas son honestos”. Lo que importa destacar es que
los gráficos parecen favorecer menos la utilización de defensas que en el caso del lenguaje verbal, y que por lo tanto
existe en ellos una mayor penetración en lo profundo. Creemos que el camino adecuado es el que nos lleva a una
integración de la historia y los gráficos.

A nuestro juicio, una excesiva distancia entre el relato y los gráficos es índice de una mayor patología en la pareja, a
causa de la disociación existente y del predominio de la realización de deseos por sobre la consideración de la realidad
(el conflicto)

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