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“UNIVERSIDAD NACIONAL PEDRO RUIZ

GALLO”

FACULTAD DE CIENCIAS HISTORICO SOCIALES Y EDUCACIÓN


FACHSE
PROGRAMA DE COMPLEMENTACIÓN PEDAGÓGICA UNIVERSITARIA
PCPU

ENSAYO
“MEDIDAS REACTIVAS PARA ERRADICAR EL BULLYNG EN LAS
I.E N° 14369 TULMAN – MATALACAS – PACAIPAMPA”

Presentado por:
Juan Diego Velasco Inga.

Profesor:
Mg. Sc. César Fiestas Rodríguez.

CHICLAYO – PERÚ
2018
ENSAYO
El bullying en los colegios es un problema que afortunadamente cada vez se
hace más visible, lo que permite buscar nuevas formas de luchar contra él.
Aunque también es cierto que para poder erradicarlo se requiere la colaboración
de alumnos, profesores, padres y de la Administración Pública.

Según el portal SíSeVe (plataforma de denuncias sobre violencia escolar del


Minedu), en los últimos cinco años se reportaron 19.157 casos de agresiones
escolares. La mayoría se registró en Lima, Piura y Junín. Más de diez mil casos
reportados se refieren a violencia física, mientras que unos 2.500 son por violencia
sexual. Otra cifra perturbadora es que, en el 44% de los casos, los agresores
fueron docentes o personal del centro educativo.

Aunque no existe, a día de hoy, una norma que obligue a los centros educativos a
tener un programa de actuación en caso de detectarse supuestos de acoso
escolar, la mayoría de ellos ya están tomando medidas tanto preventivas como
reactivas.

Para contrarrestarlo, el Minedu ha dispuesto este año S/10 millones para contratar
a diversos especialistas y capacitar a los directores. Además, ha flexibilizado el
perfil de contratación para el puesto de psicólogo en los colegios: ahora podrán
postular asistentes sociales y docentes que hayan llevado cursos de psicología u
orientación educativa.

Para reducir sus efectos en muchos casos devastadores, es necesario


implementar una serie de acciones que implique promover la realización de
charlas sobre este tema impartidas por especialistas. La visita de psicólogos,
miembros de la Policía e incluso la experiencia de personas que han pasado por
esta situación, es la mejor manera que tienen los alumnos de concienciarse sobre
este problema; incluso capacitar a los profesores para que generen un ambiente
inclusivo, seguro y tolerante en la clase es esencial para que los alumnos sientan
que su identidad es respetada y valorada. Como docente hay que mostrar una
actitud abierta a los estudiantes, de manera que ellos entiendan que pueden
confiar e informar si están sufriendo situaciones de hostigamiento o violencia. Es
necesario además, implementar la ayuda psicológica al afectado así como
también al agresor incluso la separación entre el acosado y el acosador, ya sea
mediante la expulsión (si el caso es extremo) o mediante su cambio de clase. Se
necesita promover la comunicación continua entre padres e hijos y la Institución
Educativa que permita a los progenitores estar al tanto en todo momento de lo que
se está haciendo para ayudar a su hijo.

Hay que tener en cuenta que el bullying es el maltrato físico y/o psicológico
deliberado y continuado que recibe un niño o adolescente por parte de otro u
otros, que se comportan con él cruelmente con el objetivo de someterlo y
asustarlo, con vistas a obtener algún resultado favorable para los acosadores o
simplemente a satisfacer la necesidad de agredir y destruir que éstos suelen
presentar. Además, implica una repetición continuada de las burlas o las
agresiones y puede provocar la exclusión social de la víctima. Conocer sus formas
se torna más que necesario para de esa manera se pueda aplicar medidas
preventivas, correctivas y reactivas. Reconocer que existe el bullying físico, cuya
forma es la más obvia pues consiste en dar patadas, golpes, mordidas, pellizcos,
halar el cabello y amenazas, etc.; el bullying verbal, a menudo acompaña al
comportamiento físico e incluye insultos, difusión de rumores falsos y burlas
persistentes; el bullying emocional que está estrechamente relacionado con el
bullying físico y el verbal, un agresor puede excluir a alguien deliberadamente de
una actividad de grupo, como una fiesta o excursión escolar. El bullying racista,
que consiste en insultos raciales, pintura tipo grafitis racistas, burlarse de las
costumbres culturales de la víctima y hacer gestos ofensivos; el bullying sexual,
en este tipo a menudo se minimiza o se pasa por alto, pero es un problema serio,
consiste en contacto físico no deseado o comentarios insultantes respecto al
cuerpo. Y, ahora con el avance de las tecnologías ha aumentado el
Cyberbullying, donde una persona o un grupo de niños o adolescentes utilizan
tecnología (correos electrónicos, sitios web, redes sociales, salas de conversación,
mensajería instantánea y mensajes de texto) para atormentar, amenazar, acosar,
humillar, avergonzar o atacar a otra persona o grupo de personas. Otra forma son
las novatadas, que son rituales de pruebas y tareas que involucran hostigamiento,
abuso o humillación, utilizados como una manera de iniciar a una persona en una
pandilla, club, organización militar u otro grupo. Esto puede incluir prácticas físicas
(a veces violentas) o mentales (posiblemente humillantes). Por último y no menos
agresivo el bullying anti-gay, que consiste en agresiones físicas en la escuela
debido a que su orientación sexual e identidad de género son diferentes a las de
los estudiantes heterosexuales.
De cualquier forma en cómo se presente este flagelo afecta sustancialmente al
niño, niña o adolescente. Al momento de descubrir el tipo de bullying al que es
sometido también es evidente analizar las causas que generan este problema,
pues a partir de ahí se puede aplicar las acciones correctivas y/o reactivas, dichas
causas son múltiples, empezando por los problemas en el hogar, estas
generalmente se da cuando un niño se cría sin una figura paterna o convive con
personas que se agreden tanto física como verbalmente. Suelen adoptar esta
conducta convirtiéndose en un abusador al llegar a la adolescencia, en muchas
ocasiones son agresivas por ira o rabia acumulada cuando conviven en un entorno
no armonioso. Ya sea por problemas económicos, el tener parientes alcohólicos o
adictos a las drogas también influye en su comportamiento. Los niños reprimen
sentimientos que, más tarde van a expresar con actos violentos contra otras
personas. Por otro lado tenemos la falta de atención que se les brinda, existen
casos donde los niños son bien educados en su hogar y en la escuela, pero este a
la vez sienten que sus padres no le prestan la suficiente atención que necesita sea
por motivos de trabajo o personales, es ahí cuando este adopta conductas
agresivas contra otros niños o adolescentes. Es una forma que tienen para llamar
la atención de los demás e incluso, la de sus padres. También la misma escuela, y
más precisamente la convivencia con los otros estudiantes y la falta de atención
de los profesores dándose situaciones de burla e intimidaciones. Y, no debemos
dejar de lado la televisión, la misma que cada vez transmite más imágenes,
películas, caricaturas y comerciales donde se percibe la violencia y se sabe que
los niños suelen imitar todo lo que ven y esto puede influye gravemente en su
comportamiento.
Frente a estas situaciones también son evidentes las consecuencias negativas
que genera y en muchos casos hasta la vida adulta, yendo desde el estrés
crónico; la ansiedad; baja autoestima; depresión; aislamiento social; inseguridad y
falta de confianza hacia sus semejantes; trastornos del sueño; alcoholismo,
tabaquismo y adicción a las drogas; y, el más devastador e irreversible, el suicidio.

Acabar con el bullying requiere no solo enfrentarlo si no actuar frente a ello, aplicar
medidas reactivas que ponga coto a la situación, empezando por reconocer el
problema; los docentes deben educar a los estudiantes, padres, colegas y a la
comunidad en general sobre la importancia de tomar en serio esta problemática y
cómo reconocerla. Además, establecer un plan de acción para responder a los
maltratos que se ve cada día, por más insignificantes que parezcan; bajo ningún
concepto se recomienda a las víctimas de los agravios que sean “menos
sensibles” o que hagan un mayor esfuerzo por hacer amigos: esto no hace más
que estigmatizar y culpabilizar al estudiante por lo que le está sucediendo.
Involucrarlos empleando como estrategia la práctica y fomento del diálogo abierto
con los estudiantes acerca del acoso y la intolerancia, mediante charlas “anti-
bullying” y dejar que ellos propongan ideas y discutan soluciones a los problemas,
de esta manera, ningún alumno se sentirá ajeno a la problemática. Convertir a los
estudiantes pasivos en activos al participar en una discusión abierta sobre el tema,
los que no son víctimas ni victimarias directas del bullying, los “observadores”,
tendrán más herramientas para sentirse involucrados y convertirse en agentes
activos en contra de los maltratos. Realizar juegos de roles explicando a los
alumnos cómo ponerse en el lugar del otro y ayudarse mutuamente a alzar la voz
en contra del abuso de sus compañeros. En primordial promover la tolerancia y la
inclusión, generando un ambiente inclusivo, seguro y tolerante en la clase donde
los alumnos sientan que su identidad es respetada y valorada. Como docente, hay
que mostrar una actitud abierta a los estudiantes, de manera que entiendan que
pueden confiarnos si están sufriendo situaciones de hostigamiento o violencia. Por
último, prestar atención a los agresores de la misma manera que las víctimas, los
niños responsables del bullying deben recibir atención y ayuda para disminuir su
conducta agresiva. A menudo el atacar y sentir la necesidad de dominar a los
compañeros responde a inseguridades propias e incluso a situaciones de violencia
experimentadas en el hogar. Ignorar al agresor y solo enfocarse en la víctima es
incompatible con una verdadera resolución del problema a largo plazo.

Es así que, las medidas reactivas siendo aplicadas en estricto sentido consiguen
que los abusadores sean conscientes del daño que causan con sus conductas
hacia otras personas, animándose a los niños que sufren bullying a denunciarlo. Y,
sobre todo concientizándose a los alumnos de lo negativo que suele ser y lo
importante que es denunciar las situaciones de acoso de las que tengan
conocimiento, dejando de ser un mero observador y actuar.

REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

1. Diario “El Comercio”

2. Editorial “El Universal”

3. https://noticias.universia.net.com

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