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ETICA Y SOCIO-PRAXIS
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José Luis Rebellato, docente e investigador en los Deptos. de Filosofía de la Práctica y de Historia y Filosofía de
la Educación de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación (UDELAR). Fue docente de
Antropología Filosófica en la Facultad de Psicología y de Etica en la Facultad de Ciencias Sociales. Integró el
equipo de Dirección del Programa Apex-Cerro de la Universidad de la República. Este trabajo fue presentado en
la sección del Debate Interrogándonos sobre nuestra práctica, organizada por la Federación Latino-Americana
de Psicoterapia Analítica de Grupo (FLAPAG) y realizada en la sede del Sindicato Médico del Uruguay el día 8
de octubre de 1999. El título del trabajo se inspira en el artículo de Tomás Rodríguez Villasante, Socio-praxis
para la Liberación, en Diálogos. Educación y Formación de Personas Adultas (Barcelona), 8 (dic.1996), 31-40.
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empleo puede perderlo, de quien habiéndolo perdido teme no encontrar jamás otro,
miedo de quien empieza a buscar empleo sin encontrarlo, miedo a la estigmatización
social); el fortalecimiento de nuevas patologías ligadas a la violencia como forma de
rechazo de una sociedad excluyente, pero también como conformación de una
identidad autodestructiva; la violencia como expresión de la competitividad, pues se
pierde el valor del otro como alteridad dialogante y se lo reemplaza por el valor del
otro como alteridad amenazante. La sociedad de la exclusión genera una verdadera
expansión de las violencias, un nuevo mundo de lucha de todos contra todos.
Interesan los sujetos que triunfan, los eficaces, aquellos que saben cuidarse del otro
y están dispuestos a pasar por encima de él para poder triunfar. El derecho a la
fuerza se afianza con una profunda crueldad: las operaciones de limpieza social
buscar aniquilar a los indeseables y desechables. Se trata del derecho a la fuerza
sostenido sobre un cálculo de vidas; calcular supone decidir, anteponer y sacrificar.
Esta violencia social se ve reforzada por el espectáculo del horror que difunden los
medios de comunicación; suscita en nosotros aquellas violencias profundamente
ancladas en el inconsciente personal y colectivo. Entra en juego un fenómeno de
espejo dónde vemos reflejado en la violencia social lo que de alguna manera
hubiéramos, quizás, deseado expresar. Vivimos en una sociedad del riesgo mundial,
como sostienen algunos autores. La globalización sustenta su poder, también, en la
escenificación de la amenaza. Una sociedad violenta, competitiva y autoritaria.3
3
Carlos Fazio, Infancia y Globalización en el siglo XXI: Desafíos y Propuestas, en Contexto & Educaçâo, 53
(ener-marz.99), 81-99. Ulrich Beck, Obr.Cit.: 65-71, 168-9.
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Trastocar este discurso único y este anuncio del fin de la historia requiere,
ante todo, un ejercicio de recuperación de la historia, sobre la base de la historia de
quienes han sufrido y sufren la destrucción de la vida. Las víctimas de los modelos
violentos. Los derrotados de la historia.
4
Giulio Girardi, Globalización cultural-educativa y su alternativa popular, en Revista Exodo, 39 (may.-
jun.1997), 26-34.
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Michael Löwy, Rédemption et Utopie: le judaïsme libertaire en Europe Centrale (Un étude d’affinité
elective), Paris, Presses Universitaires de France, 1988 (trad.en español, , 199-206. El judaismo libertario en
Europa Central. Un estudio de afinidad electiva, Buenos Aires. Ed. El Cielo por Asalto, 1997: 199-206).
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Sin embargo, esta postura crítica no lo conduce a una actitud pasiva. Por el
contrario, Benjamin se sitúa junto a quienes comparten la tradición de ser
aceleradores del fin. La historia sólo puede entenderse desde la novedad utópica.
No una utopía que tranquiliza y sume en la contemplación; sino una utopía
avasallante, caracterizada por su eficacia transformadora. El pensamiento de
Benjamin se encuentra profundamente imbuido de la tradición teológica judeo-
cristiana. Pero no se trata de una teología alienante, sino de una teología que traza
una distinción entre lo profano y lo sagrado. Desde esta óptica, se vuelve necesario
distinguir entre teología y religión. El pensamiento político debe confrontarse en el
terreno de lo profano, rechazando el consuelo de la religión; es decir,
desprendiéndose de una cosmovisión donde el sufrimiento es necesario para el
reconocimiento de la trascendencia. La tesis primera de la filosofía de la historia nos
presenta, por el contrario, una teología (“pequeña y fea”) que confluye con el
materialismo histórico; una teología discreta, pero no por ello menos tenaz en su
fragilidad. Las figuras teológicas tienen eficacia histórica cuando son integradas en el
mundo profano. La teología, así entendida, no ofrece una respuesta religiosa a los
problemas que angustian a los hombres; no es la solución. La teología remueve a
los sistemas filosóficos y políticos, con la finalidad de preservar la posibilidad de la
liberación humana. 7
6
Walter Benjamin, Discursos interrumpidos I . Filosofía del arte y de la historia, Buenos Aires, Ed. Taurus,
1989, tesis 7, 8 y 11, 181,182,184.
7
Walter Benjamin, Fragmento político – teológico, en Discursos Interrumpidos, 1. Filosofía del arte y de la
historia, Buenos Aires, Ed.Taurus, 1989: 193-4. Para la utilización de las categorías de religión y teología en
Benjamin, he recurrido a los análisis expuestos en el trabajo de Jeanne Marie Gagnebin, Théologie et
Messianisme dans la Pensée de Walter Benjamin, Milán, ponencia, 3 de noviembre de 1998.
6
Desde una filosofía como búsqueda del sentido, Lévinas desarrolla una crítica
a la categoría de la Totalidad, central para la filosofía occidental. La historia de la
filosofía puede ser interpretada como una tentativa de síntesis universal, una
reducción de toda la experiencia, y de lo que tienen sentido, a una totalidad en
donde la conciencia abarca al mundo, no deja ninguna otra cosa fuera de ella y así
llega a ser pensamiento absoluto. La conciencia de sí es al mismo tiempo la
conciencia del todo. La filosofía occidental se caracteriza por una suerte de
nostalgia de la totalidad.
de la presencia del Infinito. “La filosofía occidental ha sido muy a menudo una
ontología: una reducción de lo Otro al Mismo, por mediación de un término medio y
neutro que asegura la inteligencia del ser (...). El conocimiento es despliegue de esta
identidad. Que la razón sea a fin de cuentas la manifestación de una libertad, que
neutraliza lo otro y que lo engloba, no puede sorprender, desde que se dijo que la
razón soberana sólo se conoce a sí misma, sin que alguna alteridad la limite. La
neutralización del Otro, que llega a ser tema u objeto –que aparece, es decir, que se
coloca en la claridad- es precisamente su reducción al Mismo.” 10
10
Emanuel Lévinas, Totalité et Infini. Essai sur l'Extériorité, La Haya, Martinus Nijhoff, 1961: 60-1 (Totalidad
e Infinito, Salamanca, Sígueme, 1977, 65, cit . en Lévinas 1991: 86, nota 56).
11
Emmanuel Lévinas, Obr.Cit.: 90.
12
Esta es la tesis sostenida en las conclusiones de la investigación sobre Lévinas llevada a término por parte de
Ricardo Timm de Souza, Sujeito, Etica e História. Lévinas, o traumatismo infinito e a crítica da filosofia
ocidental, Porto Alegre, Edipucrs, 1999: 173-4. Ver también Franz Hinkelammert, El grito del Sujeto, San José
de Costa Rica, Ed. Dei, 1998: 205-10.
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Pero, entonces, si el mal y el sufrimiento nos desafían y nos sacan de una vida
satisfecha, la ética se convierte en filosofía primera, sustituyéndose a la ontología
que parte del ser. Prioridad de la ética sobre el ser. No se trata sólo de un modo de
ser; ni siquiera se trata sólo de ser. De lo que se trata es de un modo de ser
humano. Así Lévinas se enfrenta al pensamiento occidental en tanto éste ha dado el
primado al ser. De ahí que la primera cuestión filosófica no sea ya la cuestión
planteada por Leibnitz: ¿Por qué hay algo y no más bien nada? sino: ¿Por qué
existe el mal y no ante todo el bien?14
13
Emmanuel Lévinas, 1991: 114.
14
Lévinas, De Dieu qui vient à l’idée, París, Ed,Vrin, 1986: 201, cit. en Lévinas, 1991:112, nota 85.
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tema de una historia que es la mía propia. Ser tema de la narración es ser
responsable de las acciones y experiencias que componen mi vida. Es estar abierto
a dar cuenta de lo que uno ha hecho, de lo que a uno le sucedió o de lo que uno
presenció. "La identidad personal es justamente el tipo de identidad presupuesta por
la unidad del personaje que exige la unidad de una narración. Si tal unidad no
existiera, no habría temas acerca de los cuales pudieran contarse historias".15
16
Las obras de Giroux donde aparece el tema de la voz son: Teachers as Intellectuals. Toward a Critical
Pedagogy of Learning, Massachusetts, Bergin and Garvery Publishers, 1988 (trad.en español, Los profesores
como intelectuales. Hacia una pedagogía crítica del aprendizaje, Barcelona, Ed. Paidós. 1990). Schooling
10
constitutivamente históricos y nuestra historia hoy nos desafía a construir los sueños
con certezas e incertidumbres. Sólo puede realmente buscar quien es impulsado por
certezas, convicciones y valores fuertes. Son estos valores los que nos permiten
emprender el camino de la búsqueda. El autoritario no busca, porque considera que
su vida se mueve en la claridad y en las certezas absolutas; mientras que el
escéptico tampoco busca, sino que se pierde en las incertidumbres, en medio de un
mundo donde la exclusión nos golpea y desafía con fuerza.
17
Leonado Boff, Ecologia: grito de Terra, grito dos pobres, 1996 (trad.en español, Ecología: grito de la Tierra,
grito de los pobres, Buenos Aires, Ed.Lumen, 1996).
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una decisión que depende de nosotros. Depende del valor que tengamos para ser
nosotros mismos. Sin esta decisión, no se opera cambio alguno y terminamos
aceptando la realidad, amoldándonos a ella. De ahí que esperanza y autonomía se
reclamen mutuamente. La esperanza necesita de decisiones y riesgos que sólo
provienen de quienes están dispuestos a transformar la realidad. A su vez, la
autonomía se conquista continuamente bajo el impulso de un horizonte que no se
ciñe a los límites de la realidad.
18
Cornelius Castoriadis, El avance de la Insignificancia, Buenos Aires, Ed.Eudeba, 1997; Erich Fromm,
Etica y Psicoanálisis, México, Ed.Fondo de Cultura Económica, 1991; Erik Erikson, Etica y Psicoanálisis,
Buenos Aires, Ed.Paidós, 1967. He desarrollado más ampliamente estas reflexiones en el libro Etica de la
Autonomía. Desde la práctica de la Psicología con las Comunidades, Montevideo, Ed.Roca Viva, 1997.
Gilles Deleuze, Différence et répétition, Paris, Presses Universitaires de France, 1968 (trad.en español,
Diferencia y repetición, Barcelona, Ed. Júcar ,1988).
14
19
Fritjof Capra, La trama de la vida. Una nueva perspectiva de los sistemas vivos, Barcelona,
Ed.Anagrama, 1998. Fritjof Capra/David Steindl-Rast, Pertenecer al Universo. La nueva ciencia al encuentro
de la sabiduría, Buenos Aires, Ed.Planeta, 1993.
20
Capra, 1998: 32.
15
c) Ser sujeto es poder ser autónomo. Utilizo la expresión "poder ser", en virtud
de que también puedo ser heterónomo. O mejor dicho, el espacio moral y normal en
el que nos movemos es el de la heteronomía. Es decir, un espacio donde las
opciones y comportamientos están ya trazados. En tal sentido, podría hacerse una
cartografía de la heteronomía. Una especie de mapa de cuan heterónomos somos
en cada uno de los espacios donde nos movemos. Cambiar la heteronomía en
autonomía es la gran apuesta ética.
modo tal que se vuelva un principio universal. Ahora bien, asegurar condiciones
significa también luchar contra. Por ello -pese a que nos duela- la autonomía también
se construye contra otros, es decir, contra quienes crean condiciones favorables a la
heteronomía.
22
Gregory Bateson, Steps to an Ecology of Mind, Nueva York, Chandler Publishing Company, 1972 (trad.en
español, Pasos hacia una ecología de la mente. Una aproximación revolucionaria a la autocomprensión del
hombre, Buenos Aires, Ed. Planeta – Carlos Lohlé, 1991: 521-37. Fritjof Capra, The Tao of Physics, 1975,
(trad.en español, El Tao de la Física. Una exploración de los paralelismos entre la física moderna y el
misticismo oriental, Barcelona, Ed.Sirio, 1997); The turning point, Nueva York, Ed. Simon & Schuster, 1982
(trad. En español, El punto crucial. Ciencia, sociedad y cultura naciente, Buenos Aires, Ed. Troquel, 1996:
459-96).
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23
Edgar Morin, Sociología, Madrid, Ed.Tecnos,1995; Introducción al pensamiento complejo, Barcelona,
Ed.Gedisa,1994. Alberto Melucci, ¿Qué hay de nuevo en los nuevos movimientos sociales?, en Enrique
Laraña-Joseph Gusfield, Los nuevos movimientos sociales. De la Ideología a la identidad, Madrid, Centro de
Investigaciones Sociológicas, 1994, 119-151; Challenging codes. Collective action in the information age,
Cambridge, University Press, 1996. Raúl Zibechi, La revuelta juvenil de los '90. Las redes sociales en la
gestación de una cultura alternativa, Montevideo, Ed.Nordan, 1997. Tomás Rodríguez Villasante, Socio-
praxis para la liberación, en Revista Diálogos. Educación y Formación de Personas Adultas, 8 (dic.1996), 31-
40; Metodologías Participativas, en Metodologies i Didàctiques en la Formació de Persones Adultes,
Xàtiva, Plecs de Notes, 1(jul.1998), 147-154.; Cuatro redes para mejor – vivir, vol. 1: Del desarrollo local a
las redes para mejor vivir, vol.2: De las redes sociales a las programaciones integrales, Buenos Aires, Ed.
Lumen – Humanitas, 1998.
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Humberto Maturana-Francisco Varela, De Máquinas y Seres Vivos. Autopoiesis: la organización de lo
vivo, Santiago de Chile, 1995.
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Conclusiones.
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Gregory Bateson, Obr.Cit.,: 231-99).
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INDICE
Conclusiones.