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las funciones orofaciales?
Esta carta tiene el objetivo de: a) explicar sobre la anatomofisiología de la lengua, levantando
algunas consideraciones sobre lo que la literatura ha mostrado acerca de la especificidad de los
ejercicios, b) suscitar reflexiones sobre la práctica de ejercicios de lengua en la clínica
fonoaudiológica yc) estimular más investigaciones en esta área.
La lengua humana es una estructura muscular compleja intrincadamente confi‐ gurada para
participar de 5 funciones cruciales: respiración, succión, deglución, masticación y habla. Por eso,
está localizada en la entrada del sistema gastrointestinal y del sistema respiratorio1. Es una
estructura única, impar, siendo altamente deformable, no conteniendo huesos, articulaciones o
cámaras llenas de aire, pero con una capacidad increíble de moverse dentro de la cavidad oral1.
Aunque la lengua humana tiene un papel esencial en la realización de funciones vitales, su
estructura y funciones aún no están profundamente comprendidas2.
Una de las principales razones para esta laguna en el conocimiento reside en el hecho de que la
lengua forma parte de un grupo de estructuras biológicas, incluyendo los tentáculos de los
pulpos y las trombas de los elefantes, que preservan el volumen y están constituidos por grupos
musculares dispuestos en varias direcciones, lo que los hace particularmente difíciles de
estudiar3.
Estas estructuras, llamadas hidrólisis muscular, presentan una notable diversidad y complejidad
de movimiento. A diferencia de las estructuras con elementos esqueléticos rígidos, cuyos
movimientos se restringen a las articulaciones, pueden ocurrir deformaciones como flexión,
estiramiento, acortamiento y torsión en cualquier lugar y en lugares múltiples a lo largo de la
longitud de la estructura3.
La increíble variedad de movimientos y adaptabilidad de la lengua humana durante la
alimentación o el habla sólo es posible gracias a este tipo de sistema de soporte dinámico4.
Así, la mioarquitectura de la lengua humana consiste en una red compleja de fibras entrelazadas
que funcionan juntas para producir un conjunto casi ilimitado de deformaciones funcionales5.
El movimiento de la lengua causado por la contracción individual de cualquier músculo es
dependiente de la actividad de los músculos circundantes. Los músculos producen una variedad
de movimientos intrincados, pero bien controlados, incluyendo retracción, protrusión,
dorsiflexión, ventosflexión, retroflexión, acortamiento, estiramiento, elevación y depresión de
la lengua2.
Como la lengua no tiene ningún esqueleto óseo, los propios músculos deben proporcionar el
soporte sobre el cual pueden interactuar mecánicamente. La contracción de las fibras verticales
y transversales se estabiliza por las fibras longitudinales, y viceversa. El movimiento de los
laterales de la lengua requiere soporte de la parte medial. También, el movimiento de la parte
anterior de la lengua depende del apoyo de la base de la lengua6.
Los músculos de la lengua humana se dividen en dos grupos principales: los músculos
extrínsecos (genioglosso, estiloglosso y hioglosso) y los músculos intrínsecos (longitudinal
superior, longitudinal inferior y transversal / vertical) 6. Los músculos extrínsecos tienen origen
óseo (mandíbula, hueso hioide o proceso estiloide) e inserción en la lengua, estando más
relacionados con los cambios de posición de la lengua en la cavidad oral; ya los músculos
intrínsecos tienen origen e inserción en la lengua, o sea, no tienen fijación ósea y son
responsables por el cambio de la forma de la lengua. Por lo tanto, los músculos intrínsecos de la
lengua no son esqueléticos y sí son estriados, pues no se originan ni se insertan en ningún hueso
del esqueleto2. Por otro lado las partes de los músculos extrínsecos que entran en la lengua
pueden ser consideradas como músculos intrínsecos pues también contribuyen
significativamente para moldear la forma de la lengua2. Así, las fibras intrin‐secas son
delicadamente mezcladas con músculos extrínsecos, cambiando la forma y la posición, así como
funcionando sinérgicamente para constituir un número casi ilimitado de deformaciones
fisiológicas5.
Dos otros aspectos interesantes de la musculatura de la lengua están en el hecho de que la
orientación de las fibras musculares varía a medida que la lengua cambia de forma; y los efectos
de la contracción de cualquier grupo de fibras en el cuerpo de la lengua son altamente
dependientes de la actividad del resto de las fibras 5,7.
En cuanto al tipo de fibra muscular, en la lengua de los seres humanos adultos hay un gran
número de fibras musculares del tipo I, que dejan más lentos los movimientos y son más
resistentes a la fatiga. Las fibras lentas están asociadas al control refinado de los movimientos y
sugieren que la lengua humana se ha especializado para ese fin6.
Sin embargo, la proporción de fibras musculares del tipo I en la lengua, no es homogénea en las
tres partes de la lengua (base, cuerpo y lámina), así como no es homogénea ni en un mismo
músculo, ni en músculos diferentes, ni en diferentes especímenes y, ni en condiciones adversas
de salud6. En el músculo longitudinal superior, por ejemplo, hay un mayor número de fibras
lentas en la base y en el cuerpo de la lengua, siendo que en la lámina hay una cantidad menor
de esas fibras, prevaleciendo las fibras rápidas, permitiendo que esa parte realice tareas muy
delicadas y rápidas, modificando fácilmente su forma6.
En conjunto, las propiedades específicas de la lengua citadas sugieren que cualquier fibra
muscular puede ser reclutada para varios objetivos de movimiento. Así, los efectos de cualquier
entrenamiento muscular en la lengua pueden ser menos específicos que los observados para los
grupos musculares esqueléticos8.
Un principio bien establecido en el entrenamiento muscular es la especificidad, debiendo
observarse varios aspectos como fuerza, resistencia, potencia y velocidad8. No se sabe hasta el
momento como la especificidad del entrenamiento por medio de ejercicios puede manifestarse
en el grupo muscular de la lengua8.
El entrenamiento de fuerza causa la adaptación de las fibras musculares del tipo II. Hasta el
momento no se han encontrado estudios que examinaron la adaptación de las fibras musculares
en la lengua. Sin embargo, la fuerza de la lengua puede ser aumentada con ejercicios, pero los
efectos del desentrenamiento también pueden ser observados cuando el entrenamiento es
discontinuado9.
El entrenamiento de resistencia causa la adaptación de las fibras musculares del Tipo I,
resistentes a la fatiga. Aunque la parte anterior de la lengua tiene una escasez relativa de fibras
del Tipo I (21%), estas fibras comprenden más de la mitad de las fibras en la parte posterior de
la lengua10. Los efectos del entrenamiento sistémico de resistencia sobre el desempeño de la
lengua y la adaptación de las fibras musculares no fueron reportados en estudios9.
La velocidad de contracción está sujeta a la especificidad del entrenamiento, con programas de
ejercicios realizados con movimientos rápidos11,12. Un estudio mostró que el entrenamiento para
la velocidad de los músculos de la lengua no surte efecto 8.
Y, finalmente, el ejercicio de alta velocidad y resistencia moderada causa adaptación en fibras
musculares del tipo IIA8. Este tipo de fibras es bastante raro en la lengua10.
Por lo tanto, la morfología y las propiedades biomecánicas de la lengua difieren sustancialmente
de la musculatura esquelética, lo que nos lleva a reflexionar si los programas de ejercicios para
su musculatura deben seguir el mismo principio de los programas propuestos para la
musculatura estriada esquelética, y también, como la especificidad del entrenamiento puede
manifestarse en ese grupo muscular.
Con base en esas consideraciones podemos cuestionar: ¿la lengua debe ser trabajada con
ejercicios o directamente en sus funciones? ¿Los ejercicios consiguen imitar todos los
movimientos realizados por la lengua en las funciones orofaciales?
Muchos estudios todavía son necesarios para la comprensión de la anatomofisiología de la
lengua, así como del impacto de los ejercicios en su musculatura. Esperamos que el contenido
aquí explicado pueda estimular futuros estudios que contribuyan a la comprensión tanto de la
anatomía, como de la especificidad del entrenamiento de la musculatura de la lengua, para
enriquecer aún más la práctica fonoaudiológica.
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