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Inatención
Impulsividad
Hiperactividad
Estos tres síntomas pueden darse por separado o en combinación entre ellos, por lo
que podemos encontrar TDA subtipo inatento, subtipo impulsivo-hiperactivo o subtipo
combinado (una mezcla de los dos anteriores). Así mismo, es frecuente que el TDA-H se
presente junto con otros trastornos comórbidos como el Trastorno Negativista-Desafiante,
Dislexia o Trastorno Disocial, entre otros.
Escasa motivación por las tareas escolares o que requieran algún esfuerzo intelectual.
Baja tolerancia a la frustración.
Sensación de ineptitud social.
Baja autoestima.
Escasas habilidades para la resolución de problemas sociales.
Problemas de conducta perturbadora…
Con este marco de referencia, no es extraño ver cómo un/a chico/a llega a la
adolescencia con una autopercepción de inutilidad y una actitud derrotista “porque al final por
mucho que me esfuerce, nunca sale nada bien”. Esto hace que poco a poco se vayan
desmotivando, sobre todo, ante las actividades académicas que tanto trabajo les cuesta llevar
a cabo.
Las dificultades, como digo, no sólo vienen por la falta de atención en clase, sino que
también son debidas a la falta de motivación y a la percepción negativa que tienen de sí
mismos/as, además de las dificultades reales que tienen para estudiar o para mantener una
actividad intelectual sostenida.
Por eso me gustaría comentarle algunos “truquillos” que pueden ayudarle a usted y al
resto de maestros/as de (chico) a conseguir que el chico tenga una mejor ejecución escolar.
USO DE LA AGENDA
En principio, para que un chico TDA-H no se sienta mal ni especial, se pueden hacer
avisos colectivos del tipo “chicos y chicas, apuntad todos y todas la siguiente información en la
agenda. ¡Es muy importante!”. Escribiremos en la pizarra la información que queremos que
apunten y estaremos pendientes de (chico) (que aún con avisos puede despistarse) para que
apunte. Si no apunta, pasaremos por su lado y le recordaremos que no ha apuntado aún la
información que hay en la pizarra, por lo que ya a su lado le instaremos a hacerlo.
Por último, y con el fin de que la agenda no se convierta en un objeto odiado por los/as
niños/as, se hace muy recomendable que los días que tengan una actitud trabajadora y
colaborativa, también lo señalemos bien grande y legible en su agenda mediante una nota
positiva. Con esto conseguiremos que el/la niño/a no estigmatice la agenda, sino que la vea
como un mero medio de comunicación y, en ocasiones, como algo muy bueno para enseñarle
a mamá y papá.
TIEMPOS CORTOS
Cuando se les manda una tarea que requiere un esfuerzo intelectual sostenido,
estos/as chicos/as se rinden pronto porque su atención es extremadamente deficitaria. Es por
eso que se hace muy interesante dividirle las actividades en tareas fácilmente abordables. Por
ejemplo, si usted manda que hagan en clase cuatro ejercicios, supervisará de lejos la ejecución
de (chico) y pasará periódicamente por su mesa para apoyarle y observar cómo va. Podría
decirle, además, que cuando acabe el primer ejercicio pase por su mesa para corregirlo y acto
seguido podrá seguir con el segundo que, una vez acabado, volverá a corregir usted.
Con esto conseguimos convertir una actividad larga en varias actividades cortas, de tal
manera que podamos controlar la frustración del chico. Además se le dará la oportunidad de
romper “el tedio del esfuerzo intelectual sostenido” con un paseo hasta su mesa que le
permitirá recuperar su concentración durante los próximo cinco minutos para realizar la
siguiente actividad.
Si, además, cuando el chico se acerque a su mesa, usted le refuerza con elogios y le
invita a hacer la siguiente actividad “tan bien” como esta, el chico se sentirá animado, porque
no están acostumbrados a que nadie les diga cosas positivas acerca de su ejecución en
cualquier ámbito.
GUIÓN PARA TRABAJOS
Cuando les mande realizar un trabajo, algo que les ayuda muchísimo es tener un guión
por el que guiarse, porque si no lo tienen (y aunque tengan motivación inicial por empezar el
trabajo) no sabrán por dónde empezar, se aturullarán y al final no lo empezarán o, en el mejor
de los casos, no lo acabarán. No por falta de motivación, sino por falta de organización. Ha de
saber que estos chicos tienen una gran carencia en organización secuencial de actividades.
ATENCIÓN ENCUBIERTA
Por ejemplo, podríamos pactar con el chico que cuando nos demos cuenta de que está
despistado, pasaremos por su mesa y daremos un golpecito con el bolígrafo a su lado, de tal
manera que él sepa inmediatamente que estaba despistado y que se tiene que poner a
trabajar.
Pero más positivo que eso (y, además, complementario), es pactar un signo que le
indique al chico que lo está haciendo estupendamente bien. Por ejemplo, “si paso por tu lado y
te toco el hombro, significa que lo estás haciendo estupendamente bien y que has de seguir en
esa línea”.
Estas son distintas formas de decirle al chico de manera encubierta (para que no se
sienta especial con respecto al resto de sus compañeros/as) cómo está siendo su ejecución,
tanto si ésta es buena, como si se ha despistado sin darse cuenta. En este sentido, la
imaginación no tiene límites a la hora de diseñar señales encubiertas.
EN PRIMERA FILA
Es muy recomendable que el chico se sitúe en primera fila, cerca de la mesa del/la
maestro/a y a ser posible alejado de ventanas o cualquier otro distractor. Si, además, como
compañero/a de pupitre se situara un/a chico/a a quien no le cueste trabajo llevar a cabo las
tareas, mucho mejor, pues podría servir de ejemplo, motivación y ayuda para (chico).
Por otro lado, usted y el resto del profesorado, podría prestarle atención de manera
mucho más efectiva y contingente a su conducta al situarle en primera fila, cercano a su propia
mesa de trabajo.
Se pretende con esto que los/as chicos/as TDA-H no encuentren vacíos informativos
entre profesores y padres y no tengan la tentación de engañar a unos, a otros o a ambos (esto
último es lo más común).
ELOGIOS
Los/as niños/as con TDA-H no están acostumbrados/as a que nadie les diga “lo bien
que hacen algo” porque tienen un carácter torpe y deficitario a la hora de hacer las cosas y
seguir instrucciones, por lo que en muy escasas ocasiones se les refuerza por algo que hacen
bien.
Siendo así, parece que nos cuesta reforzar de manera espontánea la buena ejecución
de alguien. Por lo tanto, lo esperable es que cuando a un/a chico/a TDA-H se le refuerza algo
de esta manera (espontáneamente), la sensación de sorpresividad que se produce cree una
huella de memoria, además de una sensación muy positiva, que invitará al/la alumno/a a
repetir esa conducta en ocasiones futuras. Y es que, como bien sabe, el hecho de reforzar una
conducta positiva reiteradamente, aumenta la probabilidad de que ésta se repita.
El refuerzo puede venir de muchas maneras. Desde palabras del tipo “me encanta
cómo estás trabajando hoy”, hasta gestos como “pasar por su lado y quedarme cinco o diez
segundos mirando con expresión de interés lo que está haciendo”, pasando por comunicación
no verbal como guiños o sonrisas dirigidas directamente al chico.
RESPONSABILIDADES
Es habitual ver a estos/as chicos/as nerviosos/as en sus asientos. Muchas veces no
pueden contener movimientos involuntarios como mover las piernas nerviosamente,
manipular algo con las manos o, en el peor de los casos, molestando a sus compañeros/as de
al lado.
Cuando un/a profesor/a esté explicando algo en clase, puede fijarse en que a estos/as
alumnos/as les cuesta prestar atención durante largo rato (para ellos/as, largo puede significar
más de dos minutos de explicación). Para ir captando la atención del chico, podrían hacerle
preguntas fáciles y directas para que él las conteste, pasearse por las mesas para que la voz
llegue desde más cerca y el estímulo a atender (usted, por ejemplo) requiera un movimiento
de cabeza para seguirle, incluso tocar el hombro de estos/as chicos/as con el mensaje de “eh,
estoy aquí, préstame atención”.
QUÉ PODEMOS HACER (cartulina verde) QUÉ NO DEBEMOS HACER (cartulina roja)
SEMÁFORO
TIEMPO FUERA
El tiempo fuera es una técnica antigua y bien conocida por los profesionales de su
gremio. Antiguamente se le llamaba irse al rincón, y era una manera de retirarle todo el
refuerzo o estimulación atractiva a un chico o una chica que se estaba portando mal. Pero esto
tenía un componente de vergüenza para el niño o la niña que lo sufría. Hoy en día hemos
eliminado ese componente de “vergüenza” y le presentamos al/la alumno/a esta técnica como
una manera de relajarse, pensar fríamente y volver al aula cuando esté más tranquilo. Esto,
hoy, no es un castigo, sino “una oportunidad que te estoy dando para salir de clase y
tranquilizarte”.
Para que el tiempo fuera sea efectivo, usted podrá acordar con su alumnado que a
partir de ahora, cuando alguien se gane una tarjeta roja por estar muy nervioso/a y no parar
de hablar o quedarse quieto/a, entonces tendrá la oportunidad de salir de clase, sentarse en la
silla que se habilitará para ello en la puerta del aula y, cuando esté más tranquilo/a podrá
entrar.
Ojo, no se trata de premiar a los/as chicos/as haciendo que se vayan del aula porque
así se libran de trabajar. Para eso tenemos una solución intermedia que es el PUPITRE DE
CONCENTRACIÓN. Si lo que resulta es que el/la chico/a no es capaz de concentrarse para
trabajar tranquilo/a, entonces tendrá la opción de irse a dicho pupitre, un lugar alejado de la
estimulación de otros/as niños/as, así como de ventanas y puertas, de cara a la pared para
facilitar la concentración y al lado de la mesa del/la profesor/a, donde podremos prestarle
especial atención y ayuda si la necesitase.
El tiempo fuera vale sobre todo para aquellas situaciones en las que un/a alumno/a
esté demasiado excitado/a. En ese caso, se les puede dar un aviso con la tarjeta amarilla y en
el caso de que no sea capaz de controlarse, sin mediar palabra (esto es muy importante)
sacaremos la tarjeta roja, nos acercaremos hacia él/ella y le sacaremos de clase sin más
miramientos. Le diremos que cuando esté preparado/a para volver a entrar, entonces que
entre.
Así mismo, dejaremos la puerta del aula entreabierta para estar un poquito
pendientes, pero sin que el/la alumno/a se de cuenta. Si le prestamos atención en este
momento, entonces la estrategia perderá efectividad.
Para concluir, decirle que el TDA-H hace que los chicos y las chicas vayan creciendo con
algunas carencias, pero con estas y otras pautas interesantes, las personas de su contexto más
inmediato podemos suplir satisfactoriamente dichas carencias: Memorísticas, atencionales,
motivacionales, etc. Para ampliar información sobre otras pautas de actuación en el aula, le
recomiendo una guía para profesores que también le adjunto en este correo.
Por mi parte, le ofrezco mi colaboración en todo lo que considere necesario y le doy las
gracias por su tiempo y atención, quedando a su disposición para cualquier cosa que necesite,
duda que le pueda surgir o sugerencias por su parte. Estaré encantado de atenderle a través
de este mismo correo electrónico.