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Historia de la performance: happening y Fluxus

Marc Montijano Cañellas


31/03/2016 Edit. Castañares. 30 La alquería 101.

Tras analizar, en un anterior trabajo introductorio, la terminología en torno al arte de


acción, corresponde hablar ahora de dos conceptos entrelazados con la perfomance: el
happening y el Fluxus.

Tan sólo los vamos a sobrevolar, pero antes, situémonos en el tiempo. Leyendo un
catálogo sobre accionismo vienés nos encontramos con un texto de Pilar Parcerisas
[Nota 1], que citamos a continuación por la claridad con la que retrata el momento: "A
finales de los años 50 (…) La pintura se expande y orienta hacia una dimensión
performativa que la aleja del objeto, en aras de conseguir liberar las energías creadoras.
Se abren las puertas de un arte de comportamiento en el que la actitud suplantará al
objeto, bajo los dictados de un tiempo real" [Nota 2]. Es una época de cambio, en la que
se abren nuevas vías, pensemos en creadores como Jackson Pollock, Yves Klein, Jean
Tinguely, Lucio Fontana, Piero Manzoni, Christo, desarrollando su trabajo en este
momento.

Comencemos por el happening. En ocasiones se ha empleado como sinónimo de


perfomance, pero en líneas generales, a pesar de sus grandes afinidades, se diferencia de
esta en su carácter más azaroso, espontáneo y participativo. Es un evento que está
ocurriendo, literalmente se traduce como "suceso" o "acontecimiento", y aunque tenga
una organización previa se deja voluntariamente intervenir al azar. El público no es un
espectador "pasivo", en general se requiere su intervención activa, su participación
puede modificar el curso de la acción cambiando lo que había preparado el artista.

El término fue acuñado en 1959 por Allan Kaprow [Nota 3], al que se le considera el
primera artista en realizar un happening [Nota 4]. Kaprow veía al happening como una
evolución del assemblage (ensamblado), y del environment o environmental art
(ambientes, arte ambiental) [Nota 5]. De hecho los happenings clásicos tuvieron lugar
en ambientes especialmente construidos por los artistas, en los que bombardeaban al
espectador con sensaciones y estímulos por diferentes vías que debían ordenar ellos
mismos [Nota 6]. Los pioneros fueron Kaprow, Jim Dine [Nota 7], Claes Oldenburg,
Robert Whitman y Red Grooms. No constituían un grupo como tal, aunque si algo les
unía es que todos, de un modo u otro, habían estado relacionados con el arte pop. Sus
acciones se desarrollaron en espacios alternativos del arte, sobre todo en las galerías
Reuben, Hansa y Judson de Nueva York, y el Delancey Street Museum [Nota 8].

Como hemos indicado, Kaprow fue el primero en emplear la palabra para definir esa
expresión artística, pero muchos consideran al músico John Cage (1912-1992), el autor
del primer happening en el verano de 1952 en el Black Mountain College [Nota 9]. Y
otros, cuanto menos, lo consideran como precedente de los mismos, ya que además fue
maestro de Kaprow [Nota 10] y proyectó una gran influencia por sus teorías musicales,
en relación con el uso de la combinatoria y el azar.

Para él la música tiene un desarrollo autónomo, hay que dejarla fluir sola, sin ninguna
participación subjetiva en la composición, confiándola al azar. El procedimiento
desplaza al producto. Realizando en 1952 una de las obras más revolucionarias en la
historia de la música del pasado siglo, como fue 4’33’’, composición que se ha
convertido en un icono y que se interpreta sin tocar una sola nota.

El 29 de abril de 1952 tuvo lugar en el Maverick Hall de Woodstock (Nueva York) el


estreno de 4’33’’, la primera Silent Piece de John Cage. La pieza constaba de tres
movimientos. El pianista David Tudor apareció en escena con un frac negro y se sentó
frente al piano. Abrió la tapa y permaneció un rato ante el piano abierto, sin tocarlo.
Cerró la tapa. Treinta y tres segundos después la abrió de nuevo. Poco más tarde volvió
a cerrar la tapa y la abrió otra vez después de dos minutos y cuarenta segundos. Cerró la
tapa una tercera vez, en esta ocasión durante un minuto y veinte segundos. Entonces la
abrió por última vez. La pieza había terminado. David Tudor no había tocado una sola
nota al piano. Se levantó e hizo una reverencia al público [Nota 11].

El espacio sonoro no lo generó el pianista, lo creó todo aquello que hasta entonces se
pensaba que debía mantenerse lejos del escenario. Los pasos del artista, los ruidos
provenientes del exterior, los murmullos, carrasperas y respiraciones del público, el
sonido de la tapa del piano al bajar y subir. Cage le dio voz al silencio. Pocos
espectadores lo entendieron, pero todos formaron inevitablemente parte activa de la
obra.

Sin duda, Cage es una figura clave en el desarrollo tanto del happening como del
movimiento Fluxus. Profesor en el Black Mountain College y en la New School for
Social Research de Nueva York, se cruzó en la vida de sus principales protagonistas,
siendo determinante en la interrelación de las diferentes disciplinas artísticas y en la
ruptura de tabúes . Cage no sólo entendió de un nuevo modo el papel del artista, sino
también la propia manera de hacer arte. Pensaba que el arte debía ser juego y vida, para
él hasta lo más banal tenía un potencial estético [Nota 12]. Otros creadores que
influenciaron a estos artistas fueron Jackson Pollock (1912-1956), y Antonin Artaud
(1896-1948). A grandes rasgos, podríamos decir que el primero, rompiendo fronteras
entre el objeto y el acto creador; el segundo, entre la cultura y la vida [Nota 13].

Otro término que sobrevuela a la performance, y que acabamos de mencionar en el


párrafo anterior, es el de "Fluxus", el nombre forma parte de la tradición del action art.
El origen del movimiento Fluxus aparece ligado a George Maciunas (1931-1978), un
norteamericano de origen lituano. Fue el fundador del grupo y su coordinador, y
también al que se le debe el nombre del movimiento. Maciunas reunió a principios de
1961 en la galería A/G de Nueva York, de la que era propietario, a un grupo de artistas
y compositores, como George Brecht, La Monte Young, Henry Flynt, Dick Higgins,
Jackson MacLow, Richard Maxfield e Ichinayagi [Nota 14], que presentaron desde
performances musicales, sonoros, visuales y poéticos hasta objetos encontrados. En la
invitación a dicha muestra apareció, por primera vez, la palabra Fluxus, palabra latina
que significa "flujo", y sugiere un estado de continuo cambio [Nota 15]. Sin embargo el
movimiento pronto se traslada a Europa, sobre todo en Alemania, donde tuvo mucho
desarrollo.

Como indica F. J. San Martín, "Fluxus es un movimiento de recuperación del dadaísmo


que se produce a escala internacional, entre los años 1958 y 1963. Es paralelo al
happening y combina música, teatro y artes plásticas. Fue un movimiento heterodoxo y
atiprogramático"[Nota 16]. Los artistas presentaban una gran diversidad en sus
trayectorias profesionales, y muchos procedían de la vanguardia musical y literaria. Más
que un movimiento estructurado, a pesar del empeño de George Maciunas, se trata de
un fenómeno de carácter internacional difícil de encasillar.

Los artistas de Fluxus tenían cierta actitud alternativa hacia el arte, expresando su
rechazo hacia los comportamientos e instituciones del momento. Tenía objetivos
sociales, como la abolición de la práctica artística profesional y la finalización del uso
de la obra de arte como mercancía. Buscando acotar un poco más sus características,
resulta ilustrativo citar nueve criterios en común para este proyecto que señaló Dick
Higgins, miembro de Fluxus y alumno de John Cage [Nota 17]:

• Globalismo o internacionalismo.
• Experimentalismo.
• Carácter iconoclasta.
• Obra intermedia.
• Unidad de arte y vida, resolución de la dicotomía arte/vida.
• Implicación.
• Juego, carácter lúdico.
• Carácter efímero.
• Especificidad.

Las acciones Fluxus, se caracterizan por su simplicidad y permiten al espectador tomar


distancia. Un hecho diferenciador entre Fluxus y el happening es que el espectador ya
no es un elemento crucial para el desarrollo de la acción, el público recupera un papel
más pasivo. Es el receptor, al que el artista le muestra su obra, aunque su mera presencia
siempre convierte al observador en un componente destacado en cualquier performance.
Fueron un grupo de jóvenes creadores, que beben de la tradición dadá y surrealista,
Marcel Duchamp, la filosofía Zen y como ocurrió con el happening, son herederos del
trabajo del compositor norteamericano John Cage. El más conocido entre los artistas
relacionados con el grupo Fluxus es el alemán Joseph Beuys (1921-1986), aunque
participó en este movimiento durante un periodo corto de tiempo. Otros destacados
creadores fueron, aparte de los ya citados, Yoko Ono, Wolf Vostell, Robert Filliou,
Nam June Paik, Charlotte Moorman, Shigeko Kubota, Alison Knowles, Ben Patterson y
Robert Watts.

Yoko Ono (Tokio, 1933), además de ser una destacada artista, tuvo un importante papel
en los orígenes del movimiento Fluxus. Desde el 18 de diciembre de 1960 hasta el 30 de
junio de 1961, su apartamento de Chambers Street, Nueva York, sirvió como punto de
reunión de artistas y fue un espacio alternativo y experimental esencial para la
vanguardia del momento [Nota 18]. La artista japonesa, al igual de Joseph Beuys y
Wolf Vostell, se merece un análisis individualizado de su trayectoria, que esperamos
solventar en un futuro próximo.

Nota 1: Comisaria de la exposición Accionismo vienés. Brus • Muehl • Nitsch •


Schwarzkogler. Obras de la Colección Hummel, celebrada en el Centro Andaluz de Arte
Contemporáneo (Sevilla), del 13 de marzo al 25 de mayo de 2008.
Nota 2: HUMMEL, J. y PARCERISAS, P. (Dir.): Accionismo vienés. (CAAC, del 13 de
Marzo al 25 de Mayo de 2008). Sevilla, Junta de Andalucía. Consejería de Cultura,
2008, p.7.

Nota 3: CHILVERS, I.: Diccionario del Arte del siglo XX. Diccionarios Oxford-
Complutense. Editorial Complutense, Madrid, 2001, P. 359.

Nota 4: El primer happening bautizado como tal, tuvo lugar en la galería Reuben de
Nueva York en 1959 y se denominó 18 happenings en 6 partes. GOLDBERG, Roselee:
Performance art. Ediciones Destino, Barcelona, 1996, p. 128.

Nota 5: Kaprow publicó en 1965 el libro titulado Assemblages, Environments and


Happenings, "en el que definió y explicó el sentido y relación de estos términos, como
tres estadios consecutivos, con su lado pasivo y activo, hasta llegar a fundir arte y vida".
CABAÑAS BRAVO, M.: El arte posicionado. Pintura y escultura fuera de España
desde 1929. Summa Artis XLVIII. Espasa Calpe, Madrid, 2001, p.390.

Nota 6: LUCIE-SMITH, E.: Movimientos artísticos desde 1945. Ediciones Destino,


Barcelona, 1993, p. 164.

Nota 7: En 1960 en la galería Reuben de Nueva York realizó El accidente de automóvil,


uno de los happenings más célebres. Jim Dine (Cincinatti, 1935), merece un capítulo
aparte, otra obra suya muy destacada es El obrero sonriente, 1960, llevada a cabo en la
Judson Memorial Church de Nueva York. GOLDBERG, R.: op. cit., pp. 128-132.

Nota 8 : AZNAR, S.: El arte de acción. Colección Arte Hoy. Editorial Nerea, San
Sebastián, 2000, p. 23.

Nota 9: El Black Mountain College, fue una institución educativa americana dedicada al
arte con una visión progresista y un sistema pedagógico liberal, que favorecía la
interrelación de las artes y estaba abierta a influencias de otras disciplinas y otras
culturas. Artistas plásticos, músicos, arquitectos y literatos, intercambiaban ideas y
creaban proyectos conjuntamente. Fue creada en 1933, en Black Mountain, al sudoeste
de Carolina del Norte, y se clausuró en 1957. Entre los docentes y los alumnos que
pasaron por el College, destacaron nombres como Willem de Kooning, Franz Kline,
Robert Motherwell, Robert Rauschenberg, Joseph Fiore, Kenneth Noland, Dorothea
Rockburne, Cy Twombly, Esteban Vicente, John Cage, Josef Albers.
MUSEO REINA SOFIA. Black Mountain College. Una aventura americana.
<http://www.museoreinasofia.es/exposiciones/black-mountain-college-aventura-
americana> [Consulta: 16 de marzo de 2015].

Nota 10: Estudió con John Cage, de 1956-1958, en la New School for Social Research
de Nueva York (la Nueva Escuela de Investigación Social de Nueva York).
CHILVERS, I.: op. cit., p. 421.

Nota 11: FISCHER-LICHTE, E.: Estética de lo performativo. Abada editores, Madrid,


2014, p. 250.

Nota 12: CABAÑAS BRAVO, M.: op. cit., pp. 386-387.


Nota 13: AZNAR, S.: op. cit. p. 13-17.

Nota 14: RODRÍGUEZ SÚNICO, M.T.: El caudal del arte de acción. La trayectoria
artística de Esther Ferrer. Dirigida por Manuel Álvarez Fijo. Universidad de Sevilla,
Facultad de Bellas Artes, 2001, p. 92.

Nota 15: SARRIUGARTE GÓMEZ, I.: "Fluxus: entre el Koan y la práctica artística",
Cuadernos de Arte Universidad de Granada, nº 42, 2011, p. 194.

Nota 16: SAN MARTÍN, F. J.: "Últimas tendencias: las artes plásticas desde 1945" en
RAMIREZ J. A. (dir.): Historia del Arte, 4. El mundo contemporáneo. Alianza
Editorial, Madrid, 1997, pp. 359-360.

Nota 17: SMITH, Owen: “Fluxus: una breve historia y otras ficciones”, en
ANDERSON Simon et al.: En l’esperit de Fluxus. Fundació Antoni Tàpies, Barcelona,
1994, p. 200.

Nota 18: ESTELLA, I.: Fluxus. Colección Arte Hoy. Editorial Nerea, San Sebastián,
2012, p. 25.
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DATOS DEL AUTOR:

Marc Montijano Cañellas (n. 1978, Vic, Barcelona), artista visual y performer, es
también un destacado investigador. Doctor en Historia del Arte por la Universidad de
Málaga, Experto en Organización y Gestión de Empresas Culturales, y Postgrado en
Gestión Cultural por la Universitat Oberta de Catalunya. Tiene una amplia experiencia
académica y profesional en diversas instituciones y empresas culturales. Sus principales
líneas de investigación en la actualidad son: el arte de acción, con especial atención a
los trabajos realizados en España y Latinoamérica; el estudio de los procesos creativos y
el desarrollo del proyecto; y el papel de las nuevas tecnologías en la difusión y
autonomía del arte actual.

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