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CUARTA ENTREGA

MARÍA PROFETIZADA
Parte I

Génesis 3:15

La primera profecía referente a María se encuentra en los capítulos iniciales del texto
Protoevangélico del libro del Génesis (3:15): "Pondré enemistad entre ti y la (una)
mujer, y entre tu linaje y el suyo; ella te aplastará la cabeza y tú estarás al acecho de su
talón".1

COMENTARIO.

1. A este texto, los exégetas llaman protoevangelio, es decir, es el término para la


primera declaración del Evangelio, la cual ocurre en Génesis 3:15. Se trata de la
profecía de que Cristo derrotará al diablo y redimirá la humanidad. La primera
proclamación del Evangelio sucede inmediatamente después de la Caída de Adán y Eva
y muestra la intención de Dios de salvar al hombre del pecado.2
Dicho sea de paso, también es el texto en donde la Iglesia hunde sus raíces con
respecto a la verdad dogmática de la Inmaculada Concepción, promulgada por medio
de la Bula “Ineffabilis Deus” de S.S. Pío IX, en el año 1854.

2. Esta profecía promete una mujer, Nuestra Señora, que será la enemiga de la
serpiente en un grado sobresaliente; además, la misma mujer saldrá vencedora sobre
el Demonio, al menos a través de su Hijo. En este encuentro, la serpiente atacará el
talón de la mujer hiriéndola, sí. El enemigo siempre acechará toda obra o proyecto en
donde la Virgen María esté presente. Bueno, la situación más común es el ataque
constante de sectas fundamentalistas, no católicas, con respecto a la veneración a la
Virgen María, al rezo del santo Rosario, al uso de imágenes (no ídolos obviamente) y
tantas otras críticas basadas, según ellos, en texto de la Biblia o, en su defecto, en la
ausencia de esta devoción piadosa dentro de los mismos. Sin embargo, esta herida
ocasionada por la serpiente en el talón de la mujer, no es de muerte. Siempre sale
victoriosa toda faena Mariana, toda consagración al Inmaculado Corazón de María no
queda sin respuesta, todo rezo del Rosario en familia sella el vínculo familiar con lazos
fuertes de unión fraterna, amorosa; María jamás será vencida por la serpiente.

3. Es este mismo encuentro profetizado desde el libro del Génesis, la mujer,


enemistada eternamente con la serpiente, aplasta la cabeza del reptil. Este acto
manifiesta el favor concedido por Dios a ella que tiene el poder de herir de muerte a la
serpiente, inmovilizándola, fracturando su capacidad de engendrar cualquier plan
venenoso que quiera destruirnos, destruir a la Iglesia. “La mujer” no es otra que
nuestra Madre, la Siempre Virgen María. En cualquier circunstancia, en cualquier
situación, en todo templo o iglesia doméstica, en cada Ave María, cada devota
procesión, en fin, en cada momento de nuestra vida en donde invoquemos la poderosa
presencia e intercesión de nuestra Madre, no quedaremos defraudados, pues ella
derrota las insidias del mal APLASTANDO SU CABEZA.
ORACIÓN.

Madre María. Te invocamos hoy con gran amor y devoción, pidiendo tu poderosa
presencia e intercesión en medio de este valle de lágrimas en el que nos toca vivir. La
serpiente nos atemoriza, aún ahí, bajo tu pie, nos mira con deseos de mordernos. Haz
que no perdamos la esperanza en medio de tanta crisis de valores, tanta muerte y
tanta desesperación. Pues Tu, vences a la serpiente. El Padre así lo quiso. Gracias por
guardarnos y defendernos de las acechanzas del mal. Gracias por tu amor. Amén.
Ave María.
Gloria al Padre…
Amén.

1. A.J. MAAS. Transcrito por Michael T. Barrett. Traducido por Aurora Marín López. “La Bienaventurada Virgen
María”, I. María profetizada en el antiguo testamento.
http://es.catholic.net/mariologiatodoacercademaria/569/1418/articulo.php?id=13287
2. http://www.miapic.com/diccionario-protoevangelio

QUINTA ENTREGA

MARÍA PROFETIZADA
Parte II

Isaías 7:1-17

La segunda profecía referente a María se encuentra en el texto del libro del profeta
Isaías (7: 1-17), que dice:
“En tiempo de Ajaz, hijo de Jotam, hijo de Ozías, rey de Judá, subió Rasón, rey de
Aram, con Pécaj, hijo de Remalías, rey de Israel, a Jerusalén para atacarla, más no
pudieron hacerlo. La casa de David había recibido este aviso: «Aram se ha unido con
Efraím», y se estremeció el corazón del rey y el corazón de su pueblo, como se
estremecen los árboles del bosque por el viento. Entonces Yahveh dijo a Isaías: «Ea, sal
con tu hijo Sear Yasub al final del caño de la alberca superior, por la calzada del campo
del Batanero, al encuentro de Ajaz, y dile: « ¡Alerta, pero ten calma! No temas, ni
desmaye tu corazón por ese par de cabos de tizones humeantes, ya que Aram, Efraím y
el hijo de Remalías han maquinado tu ruina diciendo: Subamos contra Judá y
desmembrémoslo, abramos brecha en él y pongamos allí por rey al hijo de Tabel."Así
ha dicho el Señor Yahveh: No se mantendrá, ni será así; porque la capital de Aram es
Damasco, y el cabeza de Damasco, Rasón; Pues bien: dentro de sesenta y cinco años,
Efraím dejará de ser pueblo. La capital de Efraím es Samaría, y el cabeza de Samaría, el
hijo de Remalías. Si no os afirmáis en mí no seréis firmes.» Volvió Yahveh a hablar a
Ajaz diciendo: «Pide para ti una señal de Yahveh tu Dios en lo profundo del seol o en lo
más alto.» Dijo Ajaz: «No la pediré, no tentaré a Yahveh.» Dijo Isaías: «Oíd, pues, casa
de David: ¿Os parece poco cansar a los hombres, que cansáis también a mi Dios? Pues
bien, el Señor mismo va a daros una señal: He aquí que una virgen está encinta y va a
dar a luz un hijo, y le pondrá por nombre Emmanuel. Cuajada y miel comerá hasta que
sepa rehusar lo malo y elegir lo bueno. Porque antes que sepa el niño rehusar lo malo
y elegir lo bueno, será abandonado el territorio cuyos dos reyes te dan miedo. Yahveh
atraerá sobre ti y sobre tu pueblo y sobre la casa de tu padre, días cuales no los hubo
desde aquel en que se apartó Efraím de Judá (el rey de Asur)”

COMENTARIO.

1. Dejando de lado una serie de preguntas relacionadas con la explicación de la


profecía, para lograr entender el contexto en el que se desarrolla esta situación entre
el profeta Isaías y el rey Ajaz; debemos notar aquí la prueba evidente de que la virgen
mencionada por el profeta es María, la Madre de Cristo. La argumentación se basa en
las premisas de que la virgen mencionada por el profeta es la madre de Emmanuel, y
que Emmanuel es Cristo. La relación de la virgen con Emmanuel está claramente
expresada en las palabras inspiradas; las mismas indican, asimismo, la identidad de
Emmanuel con Cristo. 1 El Emmanuel del que habla este texto es el mismo Emmanuel
del evangelio según San Mateo, como veremos más adelante. Es difícil equivocarse al
deducir el vínculo estrecho que hay entre esta profecía y la Virgen María.

2. Hay otros textos que podemos mencionar que apoyan esta profecía, como:
 Is. 8:8 - "Y tendiendo sus brazos cubrirán toda tu tierra, ¡oh, Emmanuel!".
Figura mesiánica de su sacrificio de amor por la humanidad.
 Is. 9:6 - "Nos ha nacido un niño, nos ha sido dado un hijo, que tiene sobre su
hombro la soberanía, y que se llamará maravilloso consejero, Dios fuerte,
Padre sempiterno, Príncipe de la paz". Todas son características sobrenaturales
que se atribuyen sólo al Mesías.
 Is. 11:1-16 – “Finalmente, el profeta llama a Emmanuel "vara del tronco de
Jesé", es decir, descendiente del mismo árbol genealógico del rey David, pues
Jesé, de Belén, era su padre (I Sam. 17:58), agraciado con "el espíritu del Señor,
espíritu de sabiduría y de inteligencia, espíritu de consejo y de fortaleza,
espíritu de entendimiento y de temor de Dios"; su venida irá seguida de los
signos generales de la era mesiánica, y los que queden del pueblo escogido
serán de nuevo el pueblo de Dios” 2
 Mt. 1: 18-25 - "Lo concebido en ella es obra del Espíritu Santo" (…) "Todo esto
sucedió para que se cumpliese lo que el Señor había anunciado por el profeta,
que dice: He aquí que una virgen concebirá y parirá un hijo, y le pondrá por
nombre Emmanuel". Vuelve a aparecer el mismo nombre de la profecía de
Isaías. Acá San Mateo ratifica que esta promesa se está cumpliendo con el
nacimiento de Jesús, por medio de la “Virgen”, escogida sin mancha y
preparada por Dios para ser la madre terrenal de su único Hijo, Jesús, el Cristo.
El evangelista aclara y reafirma con este texto la virginidad de María ante los
judíos, sus destinatarios.

3. Emmanuel significa: “Dios con nosotros” según la traducción bíblica, tanto para
Biblias católicas como no católicas. Empecemos por acá. Es claro el acercamiento
inicial que tiene Dios ante su creación, Él da el primer paso para quedarse con
NOSOTROS. El nombre de Emmanuel no podía ser más idóneo para esta cercanía del
Dios eterno, que no cabe en todo el universo, pero que se hizo pequeño para estar
guardado nueve meses en el vientre de una Virgen. El NOSOTROS incluye, en primer
lugar, a María. Ella, sin pedirlo, sin querer figurar y sin tener ningún interés efímero o
vano, se convirtió en el primer sagrario (viviente), primera en tener un encuentro
profundísimo e íntimo con Jesús en un retiro espiritual de nueve meses de
interiorización y expectación para conocer el fruto de su vientre; el niño que según las
profecías traería la salvación a la humanidad, el Hijo unigénito de Dios. ¡Que increíble
la experiencia vivida por la Madre! Se convirtió en la primera cristiana, la primera
seguidora del Mesías. Ser la primera en todo esto nos pone a pensar que no fue un
simple “vientre de alquiler”, el cual Dios quiso usar para luego desechar o guardar en la
bodega personal de objetos olvidados. Ser la primera le confirió también el título de
PRIMER testigo del misterio más grande de toda la historia humana, el cual comenzaría
a ejercer desde el momento de la anunciación (concepción virginal por obra y gracia
del Espíritu Santo) hasta la eternidad.

ORACIÓN.

Madre María. Primer sagrario. Reina de la Eucaristía. Hoy queremos ser testigos de la
presencia viva de Jesús así como Tú. Hoy queremos manifestarte nuestro más
profundo amor por ser LA MADRE DEL MESÍAS, nuestro Salvador. Ayúdanos a traer a
nuestros hogares al Emmanuel, para que reine en nuestras familias. Amén.
Ave María.
Gloria al Padre…
Amén.

1 y 2. A.J. MAAS. Transcrito por Michael T. Barrett. Traducido por Aurora Marín López. “La Bienaventurada Virgen
María”, I. María profetizada en el antiguo testamento.
http://es.catholic.net/mariologiatodoacercademaria/569/1418/articulo.php?id=13287

PRIMERA ENTREGA

OBEDECER
Obedecer ("ob–audire" que significa saber escuchar) en la fe, es someterse libremente
a la palabra escuchada, porque su verdad está garantizada por Dios, Verdad misma. De
esta obediencia, Abraham es el modelo que nos propone la Sagrada Escritura. La
Virgen María es la realización más perfecta de la misma. (CAT. 144) La Virgen María
realiza de la manera más perfecta la obediencia de la fe. En la fe, María acogió el
anuncio y la promesa que le traía el ángel Gabriel, creyendo que "nada es imposible
para Dios" (Lc 1,37; Gn 18,14) y dando su asentimiento: "He aquí la esclava del Señor;
hágase en mí según tu palabra" (Lc 1,38). Isabel la saludó: "¡Dichosa la que ha creído
que se cumplirían las cosas que le fueron dichas de parte del Señor!" (Lc 1,45). Por esta
fe todas las generaciones la proclamarán bienaventurada (Lc 1,48) Durante toda su
vida, y hasta su última prueba (Lc 2,35), cuando Jesús, su hijo, murió en la cruz, su fe
no vaciló. María no cesó de creer en el "cumplimiento" de la palabra de Dios. Por todo
ello, la Iglesia venera en María la realización más pura de la fe. (CAT. 148-149)

COMENTARIO.
1. El padre de la Fe es Abraham y la madre de la Fe es la Virgen María. Hay que
reconocerlo. Si Abraham, que fue un ser humano sencillo y obediente es tan venerado
por varias religiones y millones de personas en el mundo y a lo largo de la historia;
cómo no vamos a dar su mérito también a la Obediente por excelencia en el nuevo
testamento: la Virgen María.
2. María cumplió tan a la perfección esta obediencia que la asumió profundamente,
encarnando al hijo de Dios, gracias al SI, al HAGASE (Fiat) que le dijo al Ángel.
3. TODAS las generaciones la llamarán bienaventurada. Esto no significa: "Sólo los
católicos la deben reconocer como dichosa". ¡No! Esto quiere decir que aunque
muchos no la reconozcan como dichosa por esa excelencia en la obediencia humilde
como la esclava del Señor, lo será durante todas las generaciones venideras hasta el fin
del mundo y entonces todos le llamarán dichosa.
4. La bendita entre TODAS LAS MUJERES, es bendita por la gracia que ha encontrado
delante de Dios y esto le da la capacidad sobrenatural de mantenerse obediente en la
fe, firme en su sí, a pesar de estar viendo a su hijo morir. ¿Por qué no nos ponemos en
su lugar? Esto no es cualquier cosa. Hay que ubicarse en el contexto para tener una
noción de este dolor, por causa de este tipo de tortura Romana, sabiendo quien era el
que estaba padeciendo y las razones por lo que lo hacía. Va más allá de cualquier dolor
humano. Jesús sufrió en todo su ser, María sintió la espada atravesando su corazón
literalmente a través del dolor de ver padecer y morir al Amor de sus amores, al hijo de
sus entrañas, al Dios-hombre; pero su fe se mantuvo firme HASTA EL FINAL.

ORACIÓN.
Virgen María, Madre de Jesús. Te saludamos con veneración por ser la dichosa, la
bendita entre las mujeres, y sabemos que tu obediencia al Padre fue extrema y
amorosa. Enséñanos también a nosotros a imitarte para seguir a Cristo hasta las
últimas consecuencias. Que nuestro corazón lata de pasión por tu Hijo, Cristo, el único
Salvador. Y que aprendamos a ser OBEDIENTES, firmes en la fe que el Padre nos ha
regalado por medio de su santo Espíritu. Amén.
Padre Nuestro... Ave María... Gloria el Padre... Amén
Virgen de Suyapa, ruega por nosotros y por la paz del Mundo

SEGUNDA ENTREGA

BIENAVENTURADA.
Si te preguntaran en la calle, en tu trabajo o en la universidad:
¿Hay que respetar y honrar a María, o hay que despreciarla?
¿Qué respuesta le darías a esta pregunta tan sencilla y obvia?:
R/ Según la Biblia, hay que respetar y honrar a María, la madre de Jesús, y no hay que
despreciarla. 1
Sólo démonos cuenta de algunos detalles bien específicos que nos pueden ayudar en
esta reflexión y que nos darán una luz muy clara para manifestarnos ante tal escenario:
TEXTOS BÍBLICOS (básicos para entender esta realidad)
a) “Alégrate llena de gracia, el Señor está contigo” (Lc. 1, 28)
b) “Al oír Isabel su saludo, el niño dio saltos en su vientre. Isabel se llenó del Espíritu
Santo y exclamó en alta voz: « ¡Bendita tú eres entre las mujeres y bendito el fruto de
tu vientre! ¿Cómo he merecido yo que venga a mí la madre de mi Señor? Apenas llegó
tu saludo a mis oídos, el niño saltó de alegría en mis entrañas. ¡Dichosa tú por haber
creído que se cumplirían las promesas del Señor!»” (Lc. 1, 41-45)
c) “De hoy en adelante todas las generaciones me llamarán bienaventurada” (Lc. 1, 48)
d) “Mientras Jesús estaba hablando, una mujer levantó la voz de entre la multitud y le
dijo: « ¡Feliz la que te dio a luz y te crió! » Jesús replicó: « ¡Felices, pues, los que
escuchan la palabra de Dios y la observan! » (Lc. 11, 27-28)

COMENTARIOS.
1. Pongámonos nuevamente en las sandalias de Jesús. A nadie le gustaría que hablaran
mal o que irrespetaran, deshonraran la memoria de su madre. Alguien me podría
reprochar sarcásticamente: ¡Por supuesto!
Pues así de obvia es la relación afectiva entre Jesús y María Santísima, su madre.
Entonces, ¿por qué ignoramos ese vínculo natural de toda persona, buena o mala, que
aún con la debilidad de la carne y el veneno del pecado, ama a su madre como el más
grande de los tesoros humanos? Si así somos nosotros, cómo no será Jesucristo, dueño
de todo lo creado, Rey del universo, con la madre terrenal que el Padre le dio. ¿A caso
no le dará el lugar que merece su madre con todo el poder que Jesús posee? ¡Claro
que sí! No hay ninguna duda.
En la vida cotidiana vemos ejemplos aplicables a esta situación. Como el caso de un
hombre que no se lleva bien con su suegra, pero por amor a su esposa, hace todo lo
posible por tener una sana relación con la madre de su mujer para poder congraciarse
con ella. De la misma manera, si decimos que amamos a Jesús, pero andamos viendo
como arrancar de su lado la figura materna de María en lugar de amarla y respetarla,
además, nos andamos peleando con los hermanos haciendo uso de doctrinas
fundamentalistas y confusas, entonces somos unos mentirosos. No se puede amar a
Jesús sin amar a María, madre de Dios y madre nuestra.
2. El Ángel llama a María “llena de Gracia”. La gracia es la vida divina en nosotros, es
ofrecida por Dios generosamente, no se niega nunca a nuestras oraciones, y en la justa
medida nos socorre en nuestras necesidades (…) Don sobrenatural mediante el cual
Dios nos hace partícipes de su vida trinitaria.2 María es de gracia LLENA.
Tan llena de Dios es María que con solo saludar a su prima, con solo su presencia y
cuando su prima escucha el saludo, también es LLENA del Espíritu Santo. Irradia la
presencia de Dios. No por sus méritos, sino porque Dios la escogió entre TODAS las
mujeres, eso incluye a las mujeres “modernas” que poseen doctorados para que las
llamen por su título y no por su nombre; también a las que han operado su cuerpo o lo
han mantenido en forma para ganar un título de belleza, pero desconocen de valores,
virtudes y de Dios. Bien dice Isabel: “¡Bendita tú eres entre (TODAS) las mujeres y
bendito el fruto de tu vientre!” Usa la misma expresión para saludar al Hijo y a la
Madre. Porque ambos tienen el favor y la bendición del Padre. Están llenos de su
Espíritu Santo.
3. Isabel sigue reconociendo una presencia sobrenatural y divina en la visita de María:
“¿Cómo he merecido yo que venga a mí la madre de mi Señor?” Ojo, que ella dice “mi
Señor”, expresión que los judíos usaban exclusivamente para llamar a Dios. Y sigue
llamándola bienaventurada: “¡Dichosa tú por haber creído que se cumplirían las
promesas del Señor!” ¿De qué promesas habla Isabel? Recordemos que estaba casada
con un sacerdote del templo, Zacarías, quien quedó mudo por no haberle creído al
Ángel del Señor cuando le anunciaba que su esposa quedaría en cinta. Isabel al igual
que Zacarías, es conocedora de las profecías del antiguo testamento que hablan de la
llegada de un Mesías, el Salvador, el Hijo de Dios; y no duda que las promesas de “su
Señor” se están cumpliendo en su prima por haberle creído al Padre. Isabel no asumió
ilusoriamente que ella sería la madre del Mesías por el milagro que Dios le estaba
concediendo, pues para empezar no era virgen y la profecía de Isaías hablaba de “la
joven (Almah, joven en hebreo que luego será traducido a parthenos, virgen en
griego) dará a luz un hijo” (Is. 7, 14). Al llegar María a su casa, todo le quedó claro.
María era la elegida. El Espíritu Santo se lo reveló.
4. Cuando María dice: “Todas las generaciones me llamarán bienaventurada”; quiere
decir que aunque muchos no la reconozcan como dichosa por esa excelencia en la
obediencia humilde como la esclava del Señor, lo será durante todas las generaciones
venideras hasta el fin del mundo y entonces todos le llamarán dichosa. Ya una mujer,
durante la vida pública de Jesús hace mención emotiva de esta frase profética de
María: “Feliz la que te dio a luz y te crió”, otra versión de la Biblia dice: “¡Dichoso el
seno que te llevó y los pechos que te amamantaron!” (Lc. 11, 27). Jesús no puede más
que honrar en vida a su madre y describir hermosamente lo que ella hace desde el día
que dijo SI al Ángel de Dios, y agregando “apellido” a la frase de aquella mujer, Jesús
expresa firmemente: “Dichosos, más bien, los que oyen la Palabra de Dios y la
guardan” –como mi madre- le agregaría al texto, poniendo palabras en boca de Jesús.

ORACIÓN.
Madre María, bienaventurada y dichosa por haber creído. Llévanos siempre con tu
ejemplo a seguir a Jesús. Gracias por permanecer con ese SI SOSTENIDO en la fe a
nuestro amado Señor. Gracias por regalarnos a Jesús a cada instante y mostrarnos que
Él es el único camino, siempre nuestra verdad y nuestra vida. Bendice nuestras ganas
de ser cada día mejores imitadores de Jesús, Madre. Ayúdanos a vivir según su
voluntad por medio de tu poderosa intercesión. Danos la salud. Amén.
Ave María… Gloria al Padre... Amén.
1. Amatulli Valente, P. Flaviano. “La Iglesia Católica y las sectas. Preguntas y respuestas”, P. 78, 8.41- María.
2. Aciprensa/ recursos/ moral católica/ La gracia. http://www.aciprensa.com/moral/gracia.htm

TERCERA ENTREGA

BASADA EN CRISTO.

“El desarrollo, deseado por Nos, de la devoción a la Santísima Virgen, insertada en el


cauce del único culto que ‘justa y merecidamente’ se llama ‘cristiano’—porque en
Cristo tiene su origen y eficacia, en Cristo halla plena expresión y por medio de Cristo
conduce en el Espíritu al Padre—, es un elemento cualificador de la genuina piedad de
la Iglesia. En efecto, por íntima necesidad la Iglesia refleja en la praxis cultual el plan
redentor de Dios, debido a lo cual corresponde un culto singular al puesto también
singular que María ocupa dentro de él; asimismo todo desarrollo auténtico del culto
cristiano redunda necesariamente en un correcto incremento de la veneración a la
Madre del Señor. Por lo demás, la historia de la piedad filial como ‘las diversas formas
de piedad hacia la Madre de Dios, aprobadas por la Iglesia dentro de los límites de la
doctrina sana y ortodoxa’, se desarrolla en armónica subordinación al culto a Cristo y
gravitan en torno a él como su natural y necesario punto de referencia. También en
nuestra época sucede así. La reflexión de la Iglesia contemporánea sobre el misterio de
Cristo y sobre su propia naturaleza la ha llevado a encontrar, como raíz del primero y
como coronación de la segunda, la misma figura de mujer: la Virgen María, Madre
precisamente de Cristo y Madre de la Iglesia. Un mejor conocimiento de la misión de
María, se ha transformado en gozosa veneración hacia ella y en adorante respeto hacia
el sabio designio de Dios, que ha colocado en su Familia -la Iglesia-, como en todo
hogar doméstico, la figura de una Mujer, que calladamente y en espíritu de servicio
vela por ella y ‘protege benignamente su camino hacia la patria, hasta que llegue el día
glorioso del Señor’ 1.

COMENTARIO.
1. El Beato Pablo VI, como todos los santos padres, tuvo una cercanía y devoción
especialísima a la Santísima Virgen María. No solo escribió la Exhortación apostólica
"Marialis Cultus", sino también la "Signum Magnum" encaminada también al culto
Mariano. El Concilio Vaticano II, en el capítulo VIII de la constitución dogmática sobre
la Iglesia en el mundo, Lumen Gentium, hace referencia a la Santísima Virgen y su
vinculación al misterio de la Iglesia. “María -afirma el Concilio- unida a la estirpe de
Adán con todos los hombres que necesitan de salvación... es verdadera madre de los
miembros de Cristo por haber correspondido con amor a que nacieran en la Iglesia los
fieles que son miembros de aquella cabeza”. Cristo, pues, es la cabeza de la Iglesia y
María es madre del Cristo total: de Cristo Cabeza y de nosotros, miembros de su
cuerpo místico (...) En cuanto a esta fundamentación del culto mariano, el Papa (beato
Pablo VI) resalta la dimensión trinitaria de la Santísima Virgen. “Ante todo- afirma
Pablo VI- es sumamente conveniente que los ejercicios de piedad a la Virgen María
expresen claramente la nota trinitaria, que le es intrínseca y esencial”. Esto es,
contemplar a María como Hija del Padre, Madre del Hijo y Esposa del Espíritu Santo. Y
esto es, ni más ni menos, el meollo de la devoción a la Virgen de las Tres Avemarías 2.
2. Posiblemente te han preguntado: ¿en qué parte de la Biblia dice que hay que rezar
el Rosario? Creo que hay que darle vuelta a la pregunta: ¿Qué parte del Rosario no
menciona textos de la Biblia? Más claro no puede estar. Nuestra devoción a María no
parte de un fanatismo desmedido, ni de un deseo de tener estatuas por todas partes;
nace del AMOR, ADORACIÓN y FE puestos sola y exclusivamente en Jesucristo,
reconociendo a María como hija, madre y esposa en su relación trinitaria con el único
Dios verdadero al que debemos total rendición.
Así como don Bosco enseñaba a sus chicos a rezar la hermosa devoción de las tres
Avemarías, ahora también nosotros practiquémosla con nuestros chicos, mientras más
pequeños, mejor; así la huella queda más profunda. Sin embargo, no perdamos de
vista el amor filial a María rezando con toda la familia, con devoción, con amor;
creyendo firmemente que María es la Reina del cielo, simplemente porque su hijo se la
quiso llevar y darle el lugar que merecía su amadísima Madre. Alabado sea Jesucristo.

ORACIÓN.
Madre María. Como hija, fuiste obediente en TODO a Dios Padre. Enséñanos a ser
obedientes como Tú. Como madre, fuiste amorosa y educaste con dedicación a Jesús,
convirtiéndote con los años en la primera discípula, la primera Cristiana. Enséñanos a
seguir a Jesús como Tú. Como esposa, dejaste que el Espíritu Santo te posea en todo
momento para dirigir tus pasos aún en la oscuridad del dolor humano. Enséñanos a
abrir el corazón al Espíritu en este tiempo de pascua y pentecostés, como lo hiciste Tú.
Amén.

Recemos la devoción de las tres Avemarías.

I – Dios te salve María Santísima, hija de Dios Padre, Virgen purísima antes del parto, en tus
manos encomendamos nuestra Fe para que la inflames. Dios te salve…
II – Dios te salve María Santísima, madre de Dios Hijo, Virgen purísima en el parto, en tus
manos encomendamos nuestra Esperanza para que la sostengas. Dios te salve…
III – Dios te salve María Santísima, esposa de Dios Espíritu Santo, Virgen purísima después del
parto, en tus manos encomendamos nuestra Caridad para que la ilumines. Dios te salve…

Gloria al Padre... Amén.


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1. SS Pablo VI, Exhortación Apostólica Marialis Cultus, Introducción.
2. http://www.mariologia.org/reflexionesmarianas334.htm

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