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Dentro de las culturas precolombinas de Colombia encontramos:

Calima: es un conjunto de antiguas culturas que habitaron el departamento del Valle del
Cauca y que no cohabitaron de manera simultánea. Las excavaciones, estudios y
hallazgos de piezas de orfebrería y cerámica indican que la región estuvo densamente
poblada y que fue un importante centro de orfebrería, puesto que sus habitantes
conocieron avanzadas técnicas para el trabajo del oro.

Muisca: el territorio de la cultura Muisca abarcaba las cuencas y valles del río Bogotá hasta
Ten; del río Negro hasta Quetame, el Guavio hasta Gachalá, de Garagoa hasta
Somondoco, de Chicamocha hasta Soatá y del río Suárez hasta Vélez. Está cultura fue
básicamente agricultora y tuvo grandes conocimientos sobre los ciclos de la lluvia, los
cambios de la luna y el cuidado de los cultivos.

Quimbaya: en el área que circunscriben las cordilleras occidental y central de los Andes
colombianos y los ríos Otún y Paila, afluentes derechos del Cauca torrentoso, tuvo su
asentamiento la civilización Quimbaya. Las principales ocupaciones de este pueblo de
elevada cultura eran la agrícola, la orfebrería y la guerra. Obtenían su alimentación
cultivando en sus fertilísimas tierras maíz, frijoles, chachafrutos, yuca, arracacha, ahuyama
o zapallo, y los consumían cociéndolos con sal.
San Agustín: la aldea de San Agustín, centro principal donde se han descubierto extraños
monumentos designados con su nombre, se halla en una alta meseta a 1.636 metros sobre
el nivel del mar, en territorio huilense, dentro de la horqueta que forman, corriendo al fondo
de profundos cañones, el río Magdalena y el Sombrerillo, uno de sus primeros afluentes
por la banda derecha. La economía agustiniana se basó en el cultivo del maíz,
complementado con el de los tubérculos y frutos, así como por la caza y la pesca.

Tayrona: los Tayronas se situaron entre el nivel del mar y una altura aproximada de dos mil
metros, principalmente en la zona de Santa Marta, cerca del río Bonda y a lo largo de los
ríos Ariguaní, Cesar y Ranchería, también en los valles de los ríos Palomino y Buritaca.
Eran excelentes horticultores y, favorecidos por la diversidad de sus climas, pudieron
cultivar e intercambiar casi todos los frutos que se cosecharon en Precolombia. En ninguna
otra cultura de nuestro territorio aparecen tan claros los procedimientos para mantener la
fertilidad del suelo, consistentes en terrazas que impedían la erosión de los suelos, ni otras
aplicaron tan hábilmente la irrigación artificial, conduciendo por canales el agua de los ríos
hasta sus sementeras.

Tierradentro: la cultura de Tierradentro está localizada en las sierras y valles que


descienden a lado y lado de un sector de la cordillera central, en los municipios de Inzá,
San Andrés, Belalcázar y vitonco, en el actual departamento del Cauca. Empleaban el maíz
como alimento; este grano, con la calabaza y el fríjol, fue la base económica de los pueblos
precolombinos. Una producción agrícola eficiente permitió la dedicación de un grupo de
individuos tareas diferentes de sembrar y cosechar, lo cual trajo la especialización del
trabajo. La caza y la pesca proporcionaban la variación en la dieta.
Tumaco: En las llanuras inundables y los manglares de la costa del Pacífico, entre
Esmeraldas en el Ecuador y Buenaventura en el Valle del Cauca, vivieron durante mil años
sociedades de pescadores, cazadores y agricultores que navegaron en el mar y trabajaron
los metales. Los arqueólogos fechan su presencia desde el 700 a.c. hasta el 350 d.c. Otras
sociedades sin orfebrería ocuparon luego la isla de El Morro y la llanura costera, y
permanecieron hasta la Conquista.

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