5. La duracién del discurso y el control del tiempo
ara wes nos arrepontes de haber ballad poco; muchas veces,
aber dicho demasiado. Misina tigi que ta el mundo sabe
todo el mundo fide
La Bruya
2Cuénto debe durar una conferencia, charla, discurso 0 pt
sentacion en pablico?
las circunstancias; depende de eada easo conereto, seqgan c6
sea el auditorio y cual el objetive propuesto. A veces, por cus
tiones coyunturales, conviene recortar la chara a un tiempo
‘or del previsto; por ejemplo, si hace mucho calor en ta sala y'
gente tiene dificultad para seguir en esas condiciones dural
‘mucho tiempo, 0 si una huelga de los medios de transporte
revista exige adelantar la hora de terminacin.
“phi
Tot pain,
me 4
‘Las pautas que consideramos importantes respecto del tie
po pueden resumirse en las siguientes:
*+ Hablar el tiempo necesario para aleanizar el objetivo de
intervencién en public,
* No abusar del tiempo. Fl que dice cosas interesantes,
‘en una conferencia muy larga, 8e queda sin auditorio
2
con un auditorio que est presente deseando que termine
0 lo que es lo mismo, estd como sino estuviese en cuanto
a la recepcisn del mensaje
Elerror contrario al anterior es pronunciar un discurso de
una brevedad extrema, que deja sin desarrollar adecuada-
‘mente el tema y deja al auditorio insatisfecho.
Cincuenta minutos es un tiempo dptimo de duracién del
discurso, y una hora y media, el tiempo limite,
‘Cuando se prepara una conferencia 6 cualquier tipo de in-
tervencion en piblico, no hay que olvidar controlar el
tiempo.
Enalgunas ocasiones, se le da al conferenciante un tiempo,
para desarrollar su tema y éste lo prepara conforme con
«sa disponibilidad. Pero luego, cuando se va a realizar el
acto pablico se le informa que tiene un tiempo menor, ya
sea porque ottos oradores que hablaron antes se extendie-
fon en st intervencién, o por las razones que fueren. En
«30s casos, hay que ajustar el discurso al tiempo disponi
ble. No es fécil hacerlo y, casi siempre, el discurso sure al
iin deterioro en la presentacisn.
Siempre hay que terminar cuando el auditorio todavia
tiene énimo de seguir escuchando; saber terminara tiem
o—siempre se ha dicho—es una cualidad de todo buen
radon,
tordor que no abreia su scr a fo de ponerse a tno con este
sig, apresarado yi, leit youn rec or lob.
Dale Camegie
ina vez frente al auditorio, es recomendable que el conferen-
‘coloque el reloj en la mesa y controle el tiempo. Conviene
lo haga también en los relojes dela gente que escucha... Le
extrafio? Hay un tiempo psicoldgico segsin la recepcion
el aucitorio tiene del discurso, y ello slo puede verificarse
fara de la gente que esta escuchande y.
fen Ta forma en la
93{que mira el reloj. Cuando comienzan a mirar eon alguna f
cuencia la hora y, mas todavia, cuando hacen algin gesto
preocupacidn porque creen que el rel se ha detenido, tenem
Ja prueba inequivoca de que la conferencia se esté haciendo ing
soportable. Otros mensajes no verbales —toses, cuchicheos, m
vimientos en los asientos— pueden indicarnos que la conferens
cia se ha hecho demasiado larga y que ya no interesa.. En est
casos, lo mejor es “redondear” lo que se est diciendo y termi
nar de la mejor manera posible y cuanto antes.
En un texto publicado por la Biblioteca Deusto de Desarrol
Personal (1991), se cuenta una anéedota que viene muy bien
+a ejemplificar el tema que estamos tratando. “Mort Mendel
seeretario del Banco Mundial durante mucho tiempo y vict
de una enorme cantidad de pésimos discursos ajenos, conta
{que habia clavado un dibujo humoristico en la pared de su of
cina. En él se veia un hombre al que sacaban del edificio del
‘nado en una camilla y en la parte ee debajo se podia leer: Mu
to adiscursos,’ El cadver podria haber salida de cualquiera
las miles de conferencias y reuniones que tienen lugar diar
‘mente en el mundo.”
Existe una cuestién que no tiene que ver con Ia duracién
discurso, pero que ests relacionada con el control del tempo:
Puntualidad del conferenciante a la hora de comenzar y a la
ra de terminar. Con respecio a esto, es conveniente tener
cuenta las siguientes recomendaciones:
‘+ El conferenciante debe llegar puntualmente, aunque e
ta la lamentable costumbre de comenzar con quince
treinta minutos de retraso. Es atin més conveniente que!
persona que tiene que pronunciar el discurso legue ant
de hora. Se debe comenzar a la hora anunciada para
“castigar” a las personas puntuales, pero esto tiene di
problemas: en los primeros minutos de una interveneid
ppiblica el conferenciante suele hacer un planteamie
‘general del tema que va a desarrollar, y quienes no Io,
uchan pueden estar mas 0 menos perlidos a lo largo
la conferencia,
os
+ Aun cuando se haya comenzado con retraso, conviene no
sobrepasar mis de cinco o diez minutos la hora de termi-
naci6n. Es probable que muchos de los asistentes slo dis-
PPongan del tiempo que se habia previsto para la conferen-
«ia. Superarlo puede crear cirta tensién en un sector del
Pablico que tiene otros compromises en horas posteriores
2 la conferencia. También puede ocurrir —y, de hecho,
acontece con frecuencia— que parte del pablico se vaya
rotirando poco a poco,
9sLa gesticulacién como expresién de la actitud global del
‘conferenciante
Cuando se habla del gesto o la gesticulaciin en oratoria, 1a
cexpresién se utiliza en el sentido amplio a que haciamos refe-
rencia como “actitud toda del cuerpo” En un sentido practico
para aprender o para mejorar nuestra capacidad de comuni=
‘eacion— debemos tener en cuenta las siguientes cuestiones:
‘el fisico del orador
‘La vestimenta
+l rostr y los gestos faciales
* la mirada 0 contacto visual
4 Jos ademanes: el so de los brazos y de las manos
‘la postuta 0 posicidn general del cuerpo
Debemos tener en cuenta todos estos aspectos, para no apa
gar nuestro discurso por la deficiencia de nuestros gestos... No
Fgnoremos la seméntica del gesto. El enguaje somtico no es tan
rico y variado en medios de expresiGn silo comparamos con el
sistema lingiistio; sin embargo, este lenguaje también tiene sus
reglas, como las hay en la gramatica
Funciones del comportamiento no verbal
Pra una mejor comprensién de la gesticulacion, nos parece
‘oportuno hacer algunas referencias a las funciones del compor-
tamiento no verbal:
‘+ Es una manera de enfatizar lo que se dice con palabras; en.
cierto modo, repite el comportamiento verbal
‘+ Expresa emociones y sentimientos del conferenciante.
+ Orienta Ia interpretacién del comportamiento verbal,
‘cuando lo que se hace contradice lo que se dice.
+ En algunos casos sustituye las palabras.
1s
4a) El fisico del orador
Cada uno tiene el fisico con el que vino al mundo; se puede
mejorar, pero no cambiar. Con el paso del tiempo, el fisico ad-
quiere también determinadas caracteristicas. Lo que importa,
como dice Mario Benedetti, es asumir la identidad de nuestro
‘cuerpo, es tener conciencia de ser bajo o alto, gordo flaco, cal-
‘v0 0 peludo, fuerte 0 débil. Es un modo elemental, casi primiti-
‘vo, de asuncién, pero tal vez sea una condicién sine qua non pa-
ra asumirse como ser humano”.
‘Asf asumidos, tenemos que saber qué es nuestro cuerpo y
que a través de dl tambien nos comunicamos cuando hablamos
en publico. Lo que puede recomendarse en este aspecto es que
‘cuando lo hagamos evitemos dos cosas: impresionar desagrada-
bblemente y lamar demasiado la atencion por el atractivo fisico.
Esto ultimo puede producitse por un arreglo exagerado, por
‘una vestimenta muy Hlamativa, porque destacan determinadas
partes erdticas del cuerpo o, simplemente, porque se es una per-
‘ona may bella
Hay que presentarse con simplicidad, libre de tiesuras y 0s
tentaciones, pero con dignidad y seguridad. Si es apuesto, tanto
"mejor, pero no alardee de su fisico; si es de baja estatura, no se
“achique” psicolégicamente, demuestre aplomo y dominio de si
mismo, y Ia altura no va a influie.
b) La vestimenta 0 indumentaria
No hay “uana' vestimenta para hablar en publico, como exis-
ten vestimentas apropiadas para tna fiesta, para practicar deter-
tminado deporte 0 para actuar en determinada obra de teatro.
‘Sin embargo, la vestimenta juega también su papel en el acto de
Ja comunicacion.
{2Qué podemos decir y qué potlemos hacer en relacién con la
-vestimenta cuando tenemos que hablar en pablico? En términos
jenerales, en este punto vale aquello que decia Brummel, el r-
Biteo de Ta elegancia francesa: el verdadero dandi es aquel a
quien la ropa le queda bien, pero no atrae la atencién en “st
Srreglo”. Follietrecomienda a los oradores esa especie de dan-
ddismo: buen gusto sin ser llamativos.
183