La Magia es una transformación secreta.

Ella es una Alquimista: una científica del

La Muerte no está quieta, y el oro florece de la
corrupción del Mundo.
Despertamos a este secreto: Dentro de la
permanencia adamantina subyace el cambio, y
dentro del cambio, la permanencia. Por el precio
de la Moneda de Plomo, vemos que nada se
termina.
Este no es tu esposo. Él está muerto. Está
cambiando. Su cuerpo se pudre en su tumba. Van
a cerrar sus redes sociales. Un día, verás un rostro
que nunca tuvo, cambiado por los sabores de la
memoria. Este fantasma fue parte de tu marido,
alguna vez. Él cree que es la parte esencial, pero
es un componente. Es un fragmento que te ama
demasiado y no le importa lo suficiente. Es la
frustración que hace estallar los vidrios y gritar
en la noche. Es la única parte de él que no está
cambiando, nutriendo el futuro, o dando lugar a
nueva vida. Planeo reunir a este fantasma con el
resto de su alma, dejándote con el hombre como
se supone que debes recordarlo, suavizándose con
el tiempo. Sólo las memorias viven para siempre,
si las transmites, y también ellas van a cambiar,
como debe ser.
cambio que ve a los átomos vibrar, listos para
transformarse ante sus deseos. Puede ordenar a
los muertos que se levanten, aprovechando el
potencial místico remanente de un cuerpo.
Puede incluso ajustar los movimientos de un
alma, apartándola del ciclo de la vida y la muerte.
La gente cree que los muertos deben viajar hacia
profundidades remotas o hacia los cielos cuando
sus cuerpos se desploman, sus cuerdas de
marioneta cortadas; pero los Moros sortean esas
simas y hablan con los muertos, o corrigen un
fallecimiento defectuoso donde parte del alma se
queda atrás. Los Moros que se concentran en las
almas perdidas, los fantasmas y los cadáveres son
mejor conocidos como Necromantes.
Pueden volverte rico, pero nunca feliz.
Pueden traerlo de regreso, pero él nunca volverá
a ser el que era.
Amabas ese auto: un Chevelle 454 SS
modelo 1970. Que estuviese como nuevo no era
suficiente; lo dejaste mejor que nuevo,
trabajando las partes tú mismo hasta que
prácticamente podía verse la huella de un obrero
de Detroit desvaneciéndose sobre la puerta. Pero

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también amabas la bebida, y acabaste con una
docena de latas y saliste con tu bebé a dar una
vuelta. Bocinas. Luces. Algo partió tu auto a la
mitad y lo rearmaron mal. No puedes salir. No
vas a salir, ni siquiera cuando ese imbécil de tu
hermano lo conduce como si fuese suyo, y se
rehúsa siquiera a reconocer que tú estás ahí.
Pateaste su trasero fuera del asiento del
conductor. Fue ahí cuando trajo al mecánico
nuevo. Ibas a arrojar a ese cabrón también pero
entonces él asintió con la cabeza y dijo “No te
preocupes, lo voy a arreglar bien.” Cada vez que
intentas ayudarlo te da una palmada en la mano
y te aparta de ahí. Pero tienes que admitir que
trae la pieza perfecta en cada ocasión. Cuando
termine, tal vez sea tiempo de dejar a tu hermano
conducirlo y pasar a algo nuevo. Tal vez por eso
tu hermano ha estado llorando. Tendrás que
preguntárselo al mecánico. Él te escucha.
El Estix nunca deja de fluir, y sus aguas
negras se llevarán lejos todo lo que valoras.
La Magia de los Moros
Arcanos Regentes
Materia y Muerte. Son los lentos y
silenciosos Arcanos de los finales y de los
fundamentos. Mueve una montaña y la tierra
tiembla. Las almas errantes pueden sacar al
mundo de su equilibrio.
La Muerte es el Arcano del cambio
destructivo: el poder de acelerar, retrasar o
desplazar los detalles del inevitable final. Los
cuerpos transicionan de la Vida a la Materia. La
luz se dispersa hacia los rincones del cosmos,
permitiendo florecer a la oscuridad. Aunque los
componentes de un alma incluyen cada uno de
los Arcanos Sutiles, la Muerte es la hebra suelta
que, una vez se tira de ella, la desprende de su
hogar viviente o la deshilvana en sus partes
componentes. Los magos saben que los fantasmas
no son almas, pero los Necromantes señalan que
eso no significa que no sean personas.
La Materia es el esqueleto del mundo. Las
Fuerzas le dan forma y la Vida le pone carne a sus
huesos. Libera energía y acepta cadáveres en su
regazo. El mundo constantemente lleva a cabo la
Obra Magna que persiguen los Alquimistas,
perfeccionándose a sí mismo, y en su cúlmine,
desbaratándose para ser reconstruido de nuevo.
Los Moros contemporáneos piensan en la
Materia con metáforas mecánicas. Cada mota de
polvo es parte de una máquina cósmica cuyas
piezas se adaptan a sus tareas asignadas.
Arcano Inferior
Espíritu. Los Moros saben que, a pesar de
las apariencias externas, los objetos inertes
danzan con actividad. Los Alquimistas saben que
los espíritus existen y que el mundo posee una
Sombra viviente, pero no sienten necesidad de
recurrir a ellos. La Muerte provee sus propios
reinos invisibles, y la Materia se mueve sin
necesidad de una voluntad guiándola por detrás.
El Despertar: Estigia
Los Moros no llegan hasta la Moneda de
Plomo. Ya la cargan consigo. Todos la llevamos
con nosotros durante la vida. Es el peso de todo
lo precioso y odioso que resuena en nuestras
almas. En la mejor de las muertes la usamos para
pagarle al Barquero y liberarnos, volviéndonos lo
suficientemente ligeros para atravesar el Estix.
Los Moros dejan sus cargas en Estigia, pagándole
a la Muerte sin morir. El Despertar Moros es una
transformación alquímica que intercambia la
Moneda de Plomo por el oro de una vida sin
miedo.
Comienza con el mensaje de la carta de la
Muerte: cambio inevitable. Las cuentas se
acumulan y no puede pagarlas. Es una excelente
relojera en un mundo donde la gente ve la hora
en las pantallas. Continúa reparando viejos
relojes, resistiendo la tentación de voltear su
escritorio y mandar volando una lluvia de
engranajes y resortes por su destartalado negocio.
Persistiendo, toma el último reloj — tal vez el
último que arregle jamás. Es una pieza curiosa,
sin un fabricante obvio. Ni siquiera puede ver
marcas de herramientas sobre el acero y bronce.
Del otro lado del mundo su padre muere,
y los ahorros familiares se esfuman debido a
deudas recientemente descubiertas. Durante el
funeral, los monjes queman el retrato de su padre
y le dicen que lo deje partir, pero después de que
el banco ejecuta la hipoteca ya no puede dejar de
amar y odiar al hombre cada día. Ve su fotografía
ardiendo en el cielo raso por las noches. Viaja
hasta un retiro, canta el Sutra del Corazón y
discute sus problemas con los monjes. Le dicen
que se siente y respire o que trabaje atentamente,
pero su padre parece cocido al interior de sus
párpados, y su trabajo consiste en empacar para
mudarse de su casa desahuciada.
Hasta los diamantes pueden arder.
Mientras más te rehúses a aceptar el cambio, más
se calienta la antorcha.
Ella abre el reloj. El movimiento no tiene
ningún sentido. No hay espacio para un resorte
principal. ¿De qué están hechas las joyas? Lo gira,
y sus manos vuelan de un lado al otro. Es una
avería imposible. Así que lo vuelve a abrir, y bajo
una lupa rajada explora la anatomía del reloj.
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 Él empaca, vendiendo los muebles que no
podrán caber en el nuevo departamento. Algo
tintinea tras el forro del viejo sofá de su padre.
Rasga la tela y una caja de madera cae al suelo.
Ésta contiene monedas de oro romanas y un
tosco mapa de la casa. La sala de estar y el sofá
figuran allí, marcando el escondite de la caja —
y de otras cajas más también. Si encuentra una
más así de valiosa podría salvar la casa.
El cambio se vuelve una llama al rojo
vivo. Necesitas dejarlo ir.
Ella investiga más a fondo, quitando
engranaje tras engranaje — parecen demasiados
como para caber dentro del reloj. No hay ningún
resorte principal, pero dentro se encuentra una
joya que gira de un lado al otro sobre su eje. Se
queda mirando su movimiento imposible y lo
reconoce: código Morse (su abuelo se lo enseñó
junto con el negocio familiar). Verifica el patrón
tres veces antes de traducirlo con seguridad:
¿QUIÉN SOY YO? Esa es la avería. Los relojes
son pequeñas máquinas de historia, reflexiona.
Registran más que sólo el paso del tiempo.
Llevan consigo la historia de sus fabricantes y
usuarios en sus marcas, en sus bandas y en sus
muescas de herramientas. Éste no tiene nada de
eso, y parece confeccionado a partir de un
accidente de metal y mineral derretido y luego
enfriado. Hace un ajuste a la joya y empieza a
girar, deletreando su nombre. Es suyo ahora, y
juntos comienzan su historia.
Del otro lado del mundo, él lleva una pala
en la mano cuando su madre llega con un
hombre del banco, quién empieza con
acusaciones hasta que la pala empieza a romper
lo inventariado. Los escucha decir algo acerca de
la policía cuando se retiran, pero nadie lo interior. Por esta razón, los Moros más fuertes a
molesta mientras cava en el viejo sótano de menudo ignoran las consecuencias menores, ya
tierra. Los mapas no dicen cuán profundo se que pueden ver como todo se transformará en
encuentran, así que sigue cavando. Aparta polvo de todas maneras.
cañerías de su camino y arroja huesos viejos por
sobre su hombro hasta que ha hecho un túnel. Se
vuelve completamente oscuro, pero aún sigue
cavando. No hay nada que hacer más que sentir
Símbolos y Mitos
la pala y la lluvia de tierra. Por fin trabaja La Muerte y el Mundo. Los dioses de la
atentamente, y piensa en el Sutra del Corazón: muerte, la prosperidad y los oficios. Los signos y
La Forma es el Vacío y el Vacío es la Forma. Ésta símbolos de la alquimia y sus descendientes, tales
es la tumba de su renacimiento. Escribe su como la química y la ingeniería.
memorial en ese lugar sin luz.
Los Moros abrazan el significador de La
Muerte debido a que comprenden que el jinete
Gnosis esquelético no sólo abate a sus enemigos, si no
que los guía a través de un cambio radical. La
Los Moros ven la manera en que las cosas Muerte toma la Moneda de Plomo como pago, y
terminarán. Ven la muerte. Ven la destrucción. le indica al alma desahogada una nueva
Ven la entropía. Incluso la estatua más bella es existencia. Los Alquimistas renuncian a su
sólo bella en el momento. Eventualmente, miedo a la pérdida y abrazan sus imperfecciones
perderá su color y su forma ante el embate de los (su propio nigredo putrefacto y personal) como
elementos, y los Moros saben esto muy en su el lodazal a partir del cual emerge el poder

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creativo. La carta de Misterio de la Senda es El
Mundo, el cual abarca todas las cosas,
asignándole a cada elemento su función. Ésta
representa la Obra Magna del Alquimista.
Incluso la Mentira contiene los secretos de la
autoperfección, escrito en sustancias y almas que
se organizan entre sí hacia formas nuevas y
poderosas, y que culminan en el rubedo: la
corona, la rosa, la piedra filosofal.
Los Moros siempre han honrado a los
dioses de la muerte, la alquimia y la industria,
especialmente cuando están presentes en una
sola figura. Hermes es un psicopompo, alquimista
y dios del comercio. Hades gobierna el
Inframundo y las riquezas extraídas de la
oscuridad de la tierra. Anubis mide el peso en
pecados que posee un alma y guarda las riquezas
de la tumba. Los dioses de los Moros son
habitualmente solitarios, separados de sus
panteones por sus deberes, pero a la vez
resguardan agresivamente sus dominios. Los
señores de la Muerte prefieren viajes de ida hacia
sus reinos. Para cruzar contra la corriente, un
Necromante debe honrar sus leyes y comportarse
con el decoro apropiado.
Vinculados muy de cerca con los oficios
prácticos, la magia de los Moros se expande a
partir de la pericia artesanal y la intuición
científica. La mayoría están bien versados en las
tradiciones alquímicas y funerarias de sus
culturas. Los Alquimistas mantienen
laboratorios llenos de instrumentos tanto
antiguos como modernos, desde anticuados
hornos athanor hasta cromatógrafos de gases.
Usan mirra, escarabajos devoradores de
cadáveres y modernos procedimientos de
embalsamamiento. Sus ceremonias reconocen la
supremacía de la Muerte, pero eventualmente
pasan a los aspectos prácticos.
Destilaciones Alquímicas
Tres Alquimistas
Iosis ha sido una de las mujeres más ricas
del mundo, ha vendido drogas en una calle
agrietada de Milwaukee, y ha trabajado en una
línea de montaje armando misiles balísticos
intercontinentales. En cada ocasión, la mujer a
la que llaman “la hermana de Mammon” ingresó
con un objetivo, lo alcanzó y siguió adelante. Ella
cree que ningún sirviente de los Exarcas debería
desarrollar fuertes preferencias personales, por lo
que le resulta fácil adoptar y abandonar
identidades. Sus conexiones abarcan todos los
estratos sociales, otorgándole una ventana al
mundo mucho más exacta que la de sus
camaradas más elitistas. Su vida descolorida
oculta el hecho de que, sin importar cuan a
menudo ella se cambie a sí misma, no puede
negar su experiencia acumulada de bondad y
sufrimiento humanos. Está comenzando a utilizar
su sutileza para tapar su renuencia, su
ineficiencia y su miedo a ser descubierta por otros
Videntes.
Hermano Búho combina los roles de
alquimista, necromante y sacerdote para servir a
aquellos que más lo necesitan. Como alquimista,
reconstruye y renueva cosas averiadas en
comunidades en decadencia. Como necromante,
pacifica a los fantasmas furibundos y transmite
para ellos lo que nunca tuvieron oportunidad de
decir en vida. Todas estas funciones cumplen
con el cometido básico del sacerdocio, incluso
cuando se trata de un sacerdocio solitario, tras
haber abandonado su iglesia. Aún lleva el viejo
“collar de perro” Episcopal, junto con las rústicas
prendas que necesita para una vida como viajero.
Él aún cree en Dios, pero ya no tiene apetito por
ninguna fe en particular. Está asociado en líneas
generales con la Escala de Plata, pero cree que la
Humanidad no puede volver a la gloria sin antes
poner colectivamente su casa en orden.
El Guardián asesino llamado Mayfly pagó
la Moneda de Plomo en la mediana edad, tras
formar una familia y ayudar a sus hijos a tener un
buen comienzo en sus vidas. Pensó que, a todos
los efectos prácticos, su vida había concluido y la
Muerte lo complació, por un rato. Despertó
durante un accidente cerebrovascular y regresó
de Estigia con un nuevo propósito: tomar vidas,
tras años de haberlas ayudado a crecer. Es bueno
haciendo que sus asesinatos silenciosos parezcan
accidentes, no solo para cubrir sus huellas, sino
para minimizar el trauma que puedan sentir las
familias de sus víctimas (y lo que su familia
podría sentir, si descubriesen que es un asesino).
Su esposa ha fallecido, pero tiene hijos grandes
que visitan a su padre y se preocupan de que pasa
mucho tiempo solo.
Los Alquimistas en las Órdenes
Escala de Plata: ¿Cómo fomentas el
potencial humano cuando sabes que cada
prodigio morirá, y que sus logros se desvanecerán
con los siglos? Pues fomentas en cambio un
linaje, con templos y artefactos para recordarles
sus obligaciones. Haz del cambio tu herramienta,
no tu enemigo. Ellos transmitirán su
conocimiento, adaptarán el pasado al futuro y
crecerán fuertes, más cerca del Imperium con
cada nuevo Despertar. No planifiques para la
revolución del año entrante, sino para tu
imperio.
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 Flecha Adamantina: No pueden ser
sobornados. No huyen de la muerte. El acero se
quiebra en sus manos, y sus soldados muertos se
levantan. Las Flechas Moros se abocan a sus
deberes con una frialdad implacable. Son
guerreros incansables pero que evitan aventuras
precipitadas. El Despertar atenúa su orgullo,
previniendo aplicaciones impulsivas de
violencia, pero también inhibe su lealtad ya que
no desean esclavizarse al ego de otra persona.
Guardianes del Velo: Ni siquiera el
asesinato puede ocultar un secreto. Los fantasmas
hablan, y los lamentos de la muerte hacen eco en
los pasos de un asesino. Sí, hay Necromantes
asesinos, pero los Moros saben que el asesinato es
una cruda herramienta de último recurso. Mata,
y el misterio de la muerte atraerá investigadores
por generaciones. Soborna, y no sólo ganarás una
vida de silencio, también construirás una
conspiración con el beneficiario. Cuando no le
temes ni a la muerte ni a la tentación de las
riquezas, no sólo te vuelves un incorruptible
guardián de secretos, sino también alguien capaz
de utilizar el asesinato y la riqueza con la máxima
precisión.
Mysterium: Dicen que la magia está viva,
pero eso sólo es verdad en un sentido general, ya
que ésta incluye a la muerte y a los materiales
primarios. La magia es una forma de cambio
dirigido que el lego asocia con la vida, pero estas
energías numinosas ocultan las verdades
profundas del alma y de la piedra. Los Moros las
investigan en tumbas y en reductos Atlantes, y
están típicamente menos interesados en
Maestros vivos o en preguntarse quién merece
aprender el Arte.
Concilio Libre: ¿Puedes ignorar la
química moderna? ¿La muerte moderna? El
mundo está lleno de materiales con los que los
antiguos alquimistas ni siquiera soñaron, como
cerámicas duras como el acero y nanopartículas.
Los doctores modernos saben que la muerte es un
proceso que migra de célula a célula en lugar de
un telón que cae tras el último latido. El
conocimiento nuevo crea también problemas
nuevos. La riqueza ofrece más tentaciones que
nunca, y la muerte se dilata cuando las máquinas
fuerzan los corazones a latir. Es hora de convertir
estas nuevas maneras en magia nueva y confortar
a los Durmientes desconcertados por los desafíos
contemporáneos.
5
Videntes del Trono: Los Videntes
Ejecutores emplean las visiones de su Senda para
perfeccionar el materialismo que evitan sus
contrapartes en el resto de las Órdenes. Las
doctrinas del Canciller, Exarca de la Materia, les
dice que la riqueza es un dios devorado
eternamente por la escasez. Los Ejecutores
equilibran deidad y demonio, estableciendo las
fortunas de los individuos y las naciones. Como
Exarca de la Muerte, el Psicopompo condena a
las almas a encarnaciones Caídas, u obtiene
fantasmas atormentados a partir de ellas. Los
Videntes Moros negocian en almas y fantasmas
como mercancías sin igual. Así, al impedirles el
paso a los Reinos Supernos, el Psicopompo las
utiliza para sus propósitos.
Construyendo el
Misterio de los Alquimistas
Los Moros perciben la serenidad de la
Materia y la Muerte, pero el proceso no los hace
perfectos ni aburridos: sólo los libera de
preocuparse por asuntos triviales. Puedes jugar
contra el estereotipo interpretando a un
Necromante desquiciado, pero los estudiantes
del cambio representan la mayoría de sus
miembros.
Una alta Compostura encaja con la
conducta desapegada de una Moros: ella parece
fría, no debido a fijaciones mórbidas, sino porque
es difícil que se distraiga con cosas mundanas. La
Astucia mejora la habilidad del Moros de
examinar cuerpos y materiales. Junto con
Destreza, ambas le ayudan con su enfoque
práctico hacia a la magia. Los Moros con
inclinaciones científicas necesitan también una
cierta medida de Inteligencia.
Los Moros no son figuras terriblemente
sociables, pero tratar con la Muerte les otorga
reputaciones temibles que pueden respaldarse
con algunos círculos en Intimidación. La
Habilidad de Ciencias les enseña a las
Alquimistas a utilizar la Materia de modos
innovadores. Los Necromantes desarrollan
aptitudes similares, pero se concentran en la
biología en lugar de la química, y en el
Inframundo en lugar de la alquimia. Los Moros
no se limitan a agitar varitas y desear cosas. Ellos
crean, rompen, disuelven, destilan, embalsaman
y creman cosas palpables. Necesitan círculos en
Pericias para lograr todo esto sin armar un
desastre, o algo peor.
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