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2 Alejandro Rússovich
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Alejandro Rússovich
4 Alejandro Rússovich
5
Palabras encontradas...
6 Alejandro Rússovich
7
A. R.
8 Alejandro Rússovich
9
2
El título (peri physios) fue colocado posteriormente, en la época helenística.
(N. del E.)
14 Alejandro Rússovich
3
Cita aproximada del fragmento 12 en la numeración de Diels-Kranz.
(N. del E.)
4
Cita aproximada de Confesiones, XI 14. (N. del E.)
16 Alejandro Rússovich
5
Alusión a la famosa frase de Menem, por entonces presidente: “mi libro de
cabecera son las obras completas de Sócrates”. (N. del E.)
Clase inaugural de Filosofía en el CBC 17
I1
1
Los fragmentos que aparecen con esta numeración provienen de la entre-
vista que a Alejandro le hizo Nicolás Terranova para El Árbol de Arena. Re-
vista literaria de Cariló, nº 4, enero de 2000. (N. del E.)
22 Alejandro Rússovich
23
Goethe, Fausto
1
Original mecanografiado con fecha marzo de 1952. (N. del E.)
24 Alejandro Rússovich
1- “Memorandum” [verso]
1
Se conservan las erratas, puntuación, espaciado y demás características del
original (que se reproduce luego de la transcripción). (N. del E.)
28 Alejandro Rússovich
2.2- Reporte
3- Constancia
4.1- Pase
ALEJANDRO RUSSOVICH
Auxiliar 4º
Episodio del Ministerio de Defensa 31
5- Veredicto
///enos Aires, 3 de julio de 1953.
1- “Memorandum” [verso]
Pagina siguiente:
Arriba: 2.1- “Memorandum”
[anverso] y 2.2- Reporte.
Abajo: 3- Constancia
Episodio del Ministerio de Defensa 33
34 Alejandro Rússovich
4.1- Pase
4.2- Informe de Alejandro
Episodio del Ministerio de Defensa 35
5- Veredicto
37
2
Eduard Spranger (1882-1963). Filósofo, psicólogo y pedagogo alemán. En
su obra Formas de Vida, establece una clasificación de los distintos tipos hu-
manos, según sus valores e intereses. (N. del E.)
Sobre la libertad en la enseñanza 39
3
Wahl, J., Ordre et Désordre dans la Pensée de Nietzsche, Ed. de Minuit,
París, 1967.
4
Aristóteles, Metafísica, Espasa-Calpe, Buenos Aires, 1966.
42 Alejandro Rússovich
II
1
Este texto combina pasajes de un curso sobre la Crítica de la Razón Pura en
la APDH, mayo-diciembre de 1995. (N. del E.)
2
Kant, I., Crítica de la Razón Pura, Sopena, Buenos Aires, 1942, tomo I (tra-
ducción de F. L. Alvarez), pág. 149. En adelante, se toman las citas de esa
misma edición. Los corchetes señalan comentarios incidentales de Alejandro
durante la lectura. (N. del E.)
46 Alejandro Rússovich
3
Desde ya, imágenes las hay de todos los sentidos. Que se las suela restringir
a lo visual no es más que una metáfora selectiva. La vista es, en efecto, como
decía Aristóteles, el más intelectual de los sentidos, el que nos permite mayor
distancia con relación al objeto, y este carácter es el que la hace preferible
para un concepto de imaginario.
50 Alejandro Rússovich
4
Ibid., pág. 150. (N. del E.)
En torno al esquematismo kantiano 53
AGUSTÍN Y KANT1
1
Clase al grupo de lectura de Kant, 27/5/1996. (N. del E.)
2
Russell, B., Diccionario del Hombre Contemporáneo, Santiago Rueda edi-
tor, Buenos Aires, 1963, pág. 13.
56 Alejandro Rússovich
3
San Agustín, Confesiones, Biblioteca de Autores Cristianos, Madrid,
1986.
Agustín y Kant 57
–¿Adán y Eva?
4
Kant, I., Crítica de la Razón Pura, Editorial Losada, Buenos Aires, 1943,
pág. 285.
Agustín y Kant 61
5
Ibid., pág. 209.
Agustín y Kant 65
–Lo concreto.
–La fatalidad para los griegos es más fuerte que para nosotros
el porvenir.
–Pero la fatalidad como destino.
BUBER Y KANT1
1
Clase para el grupo de lectura de Kant, del 8/IV/1996. (N. del E.)
2
Buber, M., ¿Qué es el Hombre?, Fondo de Cultura Económica, México, 1949.
3
Heidegger es un tributario de Kant: su primer libro más pertinente al
respecto [Kant y el problema de la metafísica] se trata de una lectura de la
Critica de la razón pura.
70 Alejandro Rússovich
–¿Que Schopenhauer?
–Es verdad.
–A uno le cuesta leer con respeto las cosas que ha escrito al-
guien cercano…
–Es un colega.
74 Alejandro Rússovich
–Posterior.
–¿Psicología?
5
En “La aventura del cliente ilustre” [The Adventure of the Illustrious Client]
(1924): “…–Lo siento –contestó Holmes–. Estoy acostumbrado a que uno
de los extremos de mis casos esté envuelto en el misterio, pero el que lo
estén los dos resulta demasiado expuesto a confusiones. Lamento, sir
James, tener que rehusar a ocuparme del caso”. (N. del E.)
Buber y Kant 77
6
Buber, op. cit., pág. 29.
7
Ibid., pág. 42.
78 Alejandro Rússovich
–Por definición.
–La idea del banco es eterna, pero que el otro como per-
sona, como lo otro… todo lo que no es yo es lo otro, eso sí
entiendo. Pero en realidad lo eterno no es el otro, sino mi re-
lación con el otro, o nuestra relación.
No sé si aclaró un poquito más esta diferencia entre lo
eterno y lo infinito.
–Sí.
–Sí, con sólo pensar lo que se está haciendo con el ADN y los
cromosomas…
III
LA CONTRADICCIÓN1
2
“La percepción contradictoria de la cosa” en Hegel, G. W. F., Fenome-
nología del Espíritu, Fondo de Cultura Económica, México, 1966, pág.
74.
La contradicción 91
–¡Exactamente!
92 Alejandro Rússovich
–Hay un engaño…
[…]
–…es una brecha que está afuera de ese mundo cerrado, a tra-
vés de la cual penetro. Esa brecha que me permite penetrar da
paso a algo que ya sé, al lenguaje en sentido saussureano, y que es
el mundo de las cosas y de las nociones en que toco una mesa y
como sobre ella…
[...]
–Las reglas son el plano más alto del signo. Quiero señalar
esto: empezamos hablando de la contradicción y estamos en
los enredos de la significación. Nos hemos ido de tema por-
que establecemos que la contradicción es un mecanismo fun-
damental de la significación. Ahora estamos viendo más en
detalle el problema de la significación.
En la semiótica moderna, uno de los pensadores más te-
nidos en cuenta, porque desarrolló muy a fondo el problema
del signo, es Charles Sanders Peirce, norteamericano, funda-
dor del pragmatismo (que después tuvo, como escuela filosó-
fica, muy poco que ver con él). El trabajo más importante de
Peirce se realizó en el terreno semiótico. Es casi contemporá-
neo de Saussure. Podríamos decir, para hacer una síntesis
muy global, que hay tres clases de signos. Peirce los llama ín-
dices, íconos y símbolos. Un índice es algo que está, como
signo, en una relación de contigüidad muy estrecha, de in-
mediatez con lo que significa: el humo es un índice, un indi-
cio o un síntoma, como quiera llamárselo, del fuego. Ante la
presencia del humo determino la presencia de un fuego que
en realidad está ausente a la percepción. Las nubes, la lluvia,
etc., y todos los síntomas considerados clínicamente, son in-
dicios, son indicadores. La presencia de esta determinada par-
ticularidad apunta de modo inmediato, está estrechamente
unida a esta otra cualidad que no se hace presente. La rela-
ción, entonces, entre significante y significado, para el indicio
es una relación de contigüidad, de inmediatez. La causalidad
está presupuesta. La causalidad es un concepto del entendi-
La contradicción 99
–Pero cuando yo voy por una ruta, y veo una figurita que indica
una locomotora, yo sé que cincuenta metros después voy a encon-
trar una vía de ferrocarril. ¿Eso es un índice?
–¿El semáforo?
– …que no es omnipresente.
5
Alusión a un famoso programa de concursos de la época (N. del E.).
104 Alejandro Rússovich
[...]
[...]
DESDOBLAMIENTO DE LA AUTOCONCIENCIA
Y DIALÉCTICA INTERSUBJETIVA EN HEGEL1
1
En este texto se reúnen tramos de varias clases de un curso dado a psi-
coanalistas sobre la Fenomenología del Espíritu, noviembre y diciembre de
1980. (N. del E.)
2
Gen 2:17. (N. del E.)
114 Alejandro Rússovich
–En el fondo.
3
Hegel, G. W. F., Fenomenología del Espíritu, FCE, México, 1966, p. 113.
(N. de E.)
Desdoblamiento de la autoconciencia... 117
– Suavemente…
–Sigamos un poquito:
“El concepto de esta unidad de la autoconciencia en su dupli-
cación…”. Fíjense ustedes, hay dos autoconciencias. Real-
mente. Una que reconoce, otra que es reconocida, o si se
quiere que se reconocen recíprocamente. Pero Hegel dice: du-
plicación de la autoconciencia.
– ¿Dos… internamente?
–Claro, por eso dice acá Hegel, con bastante claridad, que
es una “trabazón multilateral y multívoca”. Con lo cual además
nos está diciendo: ojo que vamos a entrar en un capítulo muy
difícil, que tiene muchas interpretaciones, que tiene muchos
lados a considerar, una duplicación permanente de sentidos,
que es lo que va a constituir el objeto de nuestro estudio en
este momento.
Si alguien me reconoce a mí como autoconciencia, yo soy
autoconciencia y el otro es más autoconciencia que yo. Hay
un desnivel.
UN EPÍGRAFE
1
Presentado en el Seminario de los Jueves, dirigido por Tomás Abraham, el
01/11/2001. El eje temático del Seminario para ese año fue “la filosofía como
ficción”. (N. del E.)
130 Alejandro Rússovich
2
Montaigne, Ensayos, Libro Segundo, XII.
Montaigne y la filosofía como ficción 131
4
“Diez Mandamientos de la Escuela del Estilo”, escritos por Nietzsche para
su amiga Lou Andreas Salomé.
134 Alejandro Rússovich
5
Esta ley anticipa la teoría de la recepción, de Bajtín, tan importante en la
lingüística moderna y en el análisis del discurso.
Montaigne y la filosofía como ficción 135
–––––––––––––––––––––––––––––––
3
En el prólogo de La Genealogía de la Moral, dice Nietzsche: Necesitamos
una crítica de los valores morales, hay que poner alguna vez en entredicho el
valor mismo de esos valores.
144 Alejandro Rússovich
4
Deleuze, Spinoza: Filosofía Práctica, cap. 4: “Índice de los principales con-
ceptos de la ética”.
148 Alejandro Rússovich
mos uso aquí de la intuición pura a priori del espacio, que de-
bemos a Kant. Ella nos permite “ver” las figuras en el espacio y
trazarlas con la sola participación de la mente. La tiza da cuerpo
objetivo, imperfectamente, a la idea platónica del triángulo.
Kant nos hace pensar en Spinoza. Su método geométrico es
el mejor despliegue de la intuición espacial kantiana. Retros-
pectivamente, el pensador alemán algo le debe a su célebre an-
tecesor holandés.
Quizá husmeando este vínculo, el viejo Kant, cuya mente
ya acusaba un serio envejecimiento, vuelve una y otra vez a
evocar a Spinoza en numerosos pasajes de su Opus Postumus.
Exclama, por ejemplo, “Todo es y existe en Dios. ¿Puede la razón
alcanzar lo infinito, más allá de los límites de toda experiencia?”
Deleuze nos habla de un “desplazamiento de la prueba on-
tológica” en la medida, añade, en que “...el spinozismo entero...
es una superación de lo infinitamente perfecto como propiedad por
lo absolutamente infinito como Naturaleza.”
Podríamos añadir aquí que esa “Naturaleza” con mayúscula
que menciona Deleuze, es la otra “expresión” –siguiendo su
propia tesis– de Dios, sustancia única de infinitos atributos. La
existencia de la Naturaleza es, para cualquier pensante, la pa-
tencia del Objeto, ante la que el Sujeto topa con la evidencia
con la que él mismo, como cosa pensante, existe.
Con respecto a la existencia de la Naturaleza, la prueba on-
tológica sería superflua para una mente ingenua.
Peirce, a lo sumo, la categoriza en el orden indicial como re-
sistencia, único y fundamental carácter de la existencia, se-
gunda categoría de la Modalidad kantiana, como enlace
necesario que produce simultáneamente la dualidad Sujeto-
Objeto o Yo-Mundo.
La fórmula de la existencia del Yo para Fichte, quien leyó
mucho y no muy bien a Spinoza, será: “El Yo se pone a sí mismo y
pone también, al mismo tiempo, el No-Yo” (o Mundo, para Fichte).
Comenta Deleuze la frase de Spinoza “No sabemos ni siquiera
lo que puede un cuerpo” que, en la Ética se expone en el escolio
del libro III que sigue a la proposición 2, donde nos dice que
...la experiencia no ha enseñado a nadie hasta aquí lo
que el cuerpo, por las solas leyes de la Naturaleza, en cuanto
se la considera sólo como corpórea, puede obrar, y lo que
no puede, sin ser determinado por el alma.
150 Alejandro Rússovich
Los escolios
––––––––––––––––––––––––––––––
La risa de Spinoza
IV
SEMIÓTICA Y PSICOANÁLISIS1
1
Conferencia pronunciada ante integrantes del grupo Quimera, inte-
grado por psicoanalistas, que convocaba a personajes destacados en el
mundo cultural para hablarles sobre un tema de su especialidad, ca. 2002.
(N. del E.)
2
Álvaro Vives, psicoanalista, integrante del Seminario de los Jueves y de
Quimera. (N. del E.)
162 Alejandro Rússovich
3
Peirce, Ch. S., Écrits sur le Signe, Rassemblés, Traduits et Commentés par
Gérard Deledalle, Éditions du Seuil, Paris, 1978..
Semiótica y psicoanálisis 165
que, como tales, constituyen algo general, una regla que com-
parten los hablantes y que nos permite, entonces, una inter-
pretación, como signos interpretantes que somos, que nos
constituye en interpretantes del otro; sólo que el otro no es
un simple hueco, lugar o bolsa en donde van a introducirse
las palabras que emitimos, habladas o escritas, el otro es aquel
que determina el mensaje del emisor, en tanto que receptor.
Vale decir, que no es cualquiera el mensaje que dirigimos al
otro; el mensaje que yo les estoy dirigiendo ahora los tiene
en cuenta como oyentes, sé aproximadamente de quiénes se
trata, me dirijo de un modo determinado y no de otro. Us-
tedes están determinando, tanto como yo, o quizás más que
yo, mi discurso. Esto fue establecido por un lingüista ruso ex-
traordinariamente perceptivo de las relaciones del lenguaje,
Mijaíl Bajtín.
La comunicación, entonces, se realiza siempre por medio
de signos icónicos, indiciales o simbólicos.
Peirce presenta la división fundamental de los signos cla-
sificándolos en íconos, índices y símbolos. Y, si bien ningún
representante o signo propiamente dicho funciona efectiva-
mente como tal hasta que no determina un interpretante, se
convierte en un representamen no bien es capaz de hacer
esto, y su cualidad representativa no depende necesariamente
de que haya determinado alguna vez, en forma efectiva, un
interpretante ni que haya tenido nunca un objeto. Se trata
del carácter primero, aquello con lo cual nos encontramos
no como realidad, sino estrictamente como posibilidad.
El carácter de las categorías de Peirce, según él mismo lo
aclara o establece, se refiere a las tres últimas categorías de la
tabla kantiana. Son las que Kant llama de la Modalidad: Po-
sibilidad, Existencia y Necesidad. Posibilidad o imposibilidad;
Existencia o inexistencia; y Necesidad, ley o regla. La pri-
mera, la Posibilidad, corresponde al ícono; la segunda, la
Existencia o resistencia o realidad, corresponde al índice; y
la tercera, la ley o regla, la Necesidad, según la cual nos mo-
vemos en un universo legal en donde se establecen las con-
ductas respectivas recíprocas (lo que determina
fundamentalmente lo social), corresponde al símbolo. No so-
lamente el lenguaje, sino todos aquellos signos que, por su
naturaleza simbólica, permiten tanto la comunicación hu-
Semiótica y psicoanálisis 167
–Sí, de juego con las reglas. Creo que… creí escuchar allá,
en el fondo, algo que está relacionado, decía, la química de
la mirada…
FUNDAMENTACIÓN FILOSÓFICA
DE LAS CATEGORÍAS SEMIÓTICAS.
EL PENSAMIENTO DE PEIRCE CONSIDERADO COMO
UN INTERPRETANTE DEL PENSAMIENTO DE KANT1
1
Presentado originalmente en francés, en el V Congreso de la Asociación
Internacional de Semiótica, Berkeley, California, junio de 1994. Publicado,
con algunas modificaciones y exceptuando los tres primeros párrafos, en
Intersecciones. Revista de la Facultad de Ciencias Sociales, n˚ 1, Universidad
Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires, Olavarría, 1995.
(N. del E.)
176 Alejandro Rússovich
BIBLIOGRAFÍA
2
Hegel, G. W. F., Fenomenología del Espíritu, Fondo de Cultura Econó-
mica, México, 1966, pág. 113.
3
Ibid., pág. 115.
Acerca del significado de la identidad 195
A. R.– ¡Sí!
4
El diálogo que sigue de aquí hasta el final es traducción del francés.
(N. del E.)
Acerca del significado de la identidad 199
1
Publicado, en francés, en Cruzeiro Semiotico (Associaçâo Portuguesa de Se-
miótica) Nº 13, “Do Objecto-I”, julio de 1990 (por invitación). (N. del E.)
202 Alejandro Rússovich
2
En una nota al pie de página en la Crítica del Juicio, Kant escribe que “se
ha encontrado como digno de reflexión que mis divisiones en la filosofía siempre
caen en tres. Pero esto está incluido en la naturaleza de la cuestión… la división
debe ser necesariamente una tricotomía, según las exigencias de la unidad sinté-
tica, que son, a saber: 1) la condición; 2) lo condicionado; 3) el concepto que
nace de la unión de lo condicionado con su condición.”
208 Alejandro Rússovich
3
Esa palabra latina, que hubiera encantado a Kant, expresa, en la lengua
original, un cierto grado de comparación, y no sólo de aproximación como
en francés, de modo que la expresión “quasi-espíritu” remite a algo semejante
a una entidad psíquica, no a un insólito “próximo-espíritu”. Peirce ha esco-
gido el término latino por una intención significativa resueltamente icónica.
Muy cerca del objeto en sí 209
REFERENCIAS
1
Ponencia presentada, en francés, en el Primer Congreso de la Asocia-
ción Internacional de Semiótica, en Milán, 1974. (N. del E.)
212 Alejandro Rússovich
sobre el Sujeto.
La imagen surge del pasado y se proyecta sobre el pre-
sente; el Sujeto reconoce el Objeto por la imagen. Hay que
subrayar, no obstante, que el pasaje de “conocer” a “recono-
cer” invierte el sentido del signo; en el primer caso, el Yo re-
cibe la verdad palpable de la materia –lo que a veces se llama
la objetividad de las sensaciones, es decir los Índices–. En el
reconocimiento, en cambio, el Yo se enfrenta al Objeto del
cual destaca los objetos que se convierten así en las cosas “lan-
zadas hacia delante”. Ahora es el Sujeto el que encierra al
Objeto en el cerco de la forma. Sin embargo, no hace más
que restituir lo que él había recibido del Objeto original.
Conclusiones
Gestalten morfemáticas
***
1
Conferencia pronunciada en el Congreso “Gombrowicz - nuestro con-
temporáneo”. Universidad de Cracovia, 22 de marzo de 2004 (traducción
del francés a cargo del autor). (N. del E.)
2
W. G., Diario, Alianza Editorial, Madrid, 1988.
3
W. G., Trans-Atlántico, Seix Barral, Barcelona, 2003
234 Alejandro Rússovich
8
Edición de 2002. (N. del E.)
La visión del mundo de Gombrowicz y su relación con la Argentina 239
9
W. G., Testamento. Conversaciones con Dominique de Roux, Anagrama,
Barcelona, 1991.
244 Alejandro Rússovich
No una novela entre otras del mismo género, sino una es-
pecie aparte, algo que posea una diferencia específica que la
distinga de un relato de Edgar Poe o de Conan Doyle, esas in-
numerables aventuras multiplicadas a partir de la pareja Hol-
mes-Watson. En Cosmos, Witold y Fuks son detectives
anómalos, que no saben lo que buscan, y que ignoran quién
será el culpable de un crimen que nadie cometió todavía. Lo
que los tiene en suspenso es la pregunta sobre el sentido de
todo lo que pasa, sobre lo que llamamos Realidad. Se trata,
nada menos, que de inquirir el origen del Todo, una pesquisa
cosmogónica.
Hesíodo es uno de los más remotos precursores:
Así, antes de todo, fue el Caos, después la Tierra de
amplio seno, sentada y para siempre ofrecida a todos los
vivientes, y Eros, el más bello entre los dioses inmortales…
SCHULZ/GOMBROWICZ.
UNA POLARIDAD DIALÉCTICA1
2
Kant, I., Crítica del Juicio, El Ateneo, Buenos Aires, 1951, pág. 223 (In-
troducción, Cap. IX).
Schulz/Gombrowicz. Una polaridad dialéctica 249
3
W. Gombrowicz Conversa con Dominique de Roux. Lo Humano en Busca de
lo Humano. Siglo XXI, México, 1970, pág. 25. En 1991, editorial Ana-
grama, de Barcelona, lo publicó con el título Testamento. Conversaciones
con Dominique de Roux.
4
Las citas de las cartas de Schulz y Gombrowicz están tomadas de la Re-
vista La Caja, Nº 1, Buenos Aires, septiembre/octubre 1992, págs. 16-17,
"Cartas Polacas" (trad. de Liliana Villar).
5
De Roux, D., op. cit., pág. 84.
250 Alejandro Rússovich
7
W. G., La Seducción, Barcelona: Seix Barral, 1968. Posteriormente, se pu-
blicó con el título original Pornografía, Seix Barral, Barcelona, 2002.
8
W. G., Trans-Atlántico, Seix Barral, Barcelona, 2003.
9
W. G, Journal. Tome II, Gallimard, París, 1995, pág. 212. La traducción
es nuestra.
252 Alejandro Rússovich
11
Ibid., pág. 109.
254 Alejandro Rússovich
Esas fuerzas que surgen del “entre” son las que determinan
la máxima tensión espiritual entre los desterrados hijos de Eva.
Según aquella unidad sintética formulada por Kant, en la
tensión Schulz/Gombrowicz la condición es el desafío de
Gombrowicz y lo condicionado la réplica de Schulz. La sín-
tesis, esto es, lo que nace de la unión de lo condicionado con
su condición, es la recíproca influencia que ejercieron el uno
sobre el otro en la progresiva formación del propio estilo, a
partir de modelos clásicos en Gombrowicz y de la fuerte im-
pronta de Kafka en Schulz. Una tensión similar se dio en la
clásica pareja Goethe/Schiller.
En lo que atañe a Gombrowicz, la polémica es un eco,
como dijimos, de la tirantez entre la forma de la madre y la
del hijo que, como lo dice él mismo, hizo surgir uno de los
elementos más productivos de su arte. Bruno Schulz, por su
parte, reiteraba la decisiva relación con el padre, quien ter-
minaría encarnándose en el personaje principal de sus relatos.
Hay otras tensiones, nacidas no entre personas de carne
y hueso, sino –si así puede hablarse– entre pensamientos.
Hegel y Kierkegaard, Kant y Schopenhauer, Hegel y Marx,
Schopenhauer y Nietzsche... oposiciones violentas, mundos
inconciliables. La sorda tirantez, más o menos consciente,
entre padre e hijo, es el esquema de estas tensiones en una
12
W. G. El Casamiento, ediciones EAM, Buenos Aires, 1948 (traducción
de A. R.), pág. 6.
Schulz/Gombrowicz. Una polaridad dialéctica 255
1
Publicado originalmente en el libro de Rita Gombrowicz Gombrowicz en
la Argentina, como “Testimonio de Alejandro Rússovich”. Se reproducen
las notas al pie de aquella edición, con algunas pequeñas modificaciones.
(N. del E.)
258 Alejandro Rússovich
Traducción de El Casamiento2
2
Esta traducción, agotada desde hace mucho tiempo, apareció en las edi-
ciones EAM, Buenos Aires, 1948. Laura Yussem la utilizó para su puesta
en escena, en el Teatro San Martín, de Buenos Aires, en 1982. Otra tra-
ducción al español, debida esta vez a Javier Fernández de Castro, fue pu-
blicada en 1973 por Barral Editores, de Barcelona, con el título de El
Matrimonio.
3
El Casamiento fue publicada por primera vez en polaco por el Instituto
Literario de París, en el mismo volumen que Trans-Atlántico, en febrero
de 1953.
260 Alejandro Rússovich
5
Stanislaw Odyniec, polaco emigrado a Argentina antes de la guerra.
6
No se han encontrado rastros de la colaboración financiera de S. Odyniec.
262 Alejandro Rússovich
8
El filósofo Martin Buber.
9
Carta del 9 de julio de 1951. [También publicada en Gombrowicz en Ar-
gentina (N. del E.)]
10
Karol Swieczewski y Satanislaw Szwejs.
11
Jorge Lavelli ganó el primer premio del concurso de compañías jóvenes
en París, por la puesta en escena de esta obra, en junio de 1963. La repre-
sentación se volvió a realizar en enero de 1964, en el teatro Récamier. Ac-
tualmente, El Casamiento integra el repertorio de la Comédie Française.
12
“Odile, hermana mía, ¿de qué amor herida agonizas en la orilla donde
fuiste abandonada?”
264 Alejandro Rússovich
13
Carta publicada en el Cahier Gombrowicz.
14
Sociedad Argentina de Escritores (SADE), en esa época en la calle Mé-
xico, cerca de la Biblioteca Nacional.
La amistad con Gombrowicz 265
18
Buber, M., ¿Qué es el Hombre?, FCE, México, 1950. [Cf. en este libro el
texto “Buber y Kant”. (N. del E.)]
La amistad con Gombrowicz 273
critor que leyó el Diario de Gide. Por otra parte, siempre leía
como un creador, un artista. Esa lectura hizo que tuviera la
idea de escribir su propio Diario, tan distinto, sin embargo,
del de Gide.
Gombrowicz leía también, a menudo, novelas polacas o
Memorias del siglo XVII en Polonia. Trataba de traducirme
pasajes de ese estilo esclerótico que le encantaba. Con todo,
Polonia era un tema que raramente evocaba. Tal vez la cosa
estuviera ligada al hecho, que he observado muchas veces,
de que su actitud cambiaba de un modo evidente cuando se
encontraba ante un polaco. Una tensión se apoderaba de él.
Se hubiera dicho que entonces se encontraba súbitamente en
una situación que superaba en mucho las circunstancias rea-
les del encuentro. Yo pensaba, al mirarlo, que tal vez se sentía
como delante de su padre o de su madre, o ante su vida an-
terior en Polonia. La presencia de un polaco le recordaba esos
problemas de “polonidad” tan agudos en su vida y en su obra.
Se notaba el doloroso esfuerzo que hacía para estar a la altura
frente a todo eso...
Sus lecturas eran muy variadas, hasta tal punto que in-
cluso leía el Reader's Digest. Lo que le interesaba eran los re-
súmenes del final de la revista. Nos asombraba la maestría
con la que estaban redactados; el de Moby Dick, por ejemplo,
nos impresionó. Justamente acabábamos de leer esa novela.
Para Gombrowicz, un escritor debía saber resumir su propio
pensamiento.
No hablo aquí de ciertos autores –los que más han con-
tado– que Gombrowicz ya había leído y asimilado, como
Shakespeare, Rabelais, Montaigne, Dostoievski y otros. Esos
escritores formaban parte de su vida. Sobre todo, Shakespe-
are. Witold tenía la manía de hacer siempre las mismas citas.
“Russe, ¿no cree que me repito?” –me decía. Yo le respondía:
“Es lo mejor que puede hacer”. El personaje del rey Lear, por
ejemplo, siempre acudía a nuestra mente cuando estábamos
deprimidos.
Un autor que a menudo ha estado en el centro de sus re-
flexiones era Thomas Mann. De un modo general, Mann ha
sido un modelo para él; diría que el modelo por excelencia.
Witold decía: “Es preciso ver cómo Mann hace de sí mismo
un genio, cómo fabrica con todos sus elementos, para los
274 Alejandro Rússovich
Juego y amistad
Imitación
19
Kafka, F., “Un artista del hambre”, en La Condena, Emecé, Buenos
Aires, 1952
20
Jorge di Paola.
La amistad con Gombrowicz 277
Su influencia
LA DESPEDIDA1
“Gombrowicz o la seducción”1
1
El título de este apartado es el mismo que lleva una película de [Alberto]
Fischerman donde Alejandro Rússovich colaboró como actor. (Nota ori-
ginal de la entrevista realizada por Nicolás Terranova)
286 Alejandro Rússovich
1
Ponencia presentada en el V Congreso Internacional de la Federación
Latinoamericana de Semiótica, en Buenos Aires, el 28 de agosto de 2002.
(N. del E.)
288 Alejandro Rússovich
ÍNDICE
ÍNDICE
Dedicatoria .................................................................. 5
II. “Sé que en general mis clases son bien recibidas…” ........ 43