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documental?
 Penal

¿En qué momento se


consuma el delito de
falsedad documental?
POR
LILA ARENAS
-
ABRIL 14, 2018

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Sumario: 1. Introducción, 2. Del bien jurídico
protegido, 3. De las conductas típicas, 4. La
posibilidad de causar perjuicio, 5. Tipo subjetivo, 6.
Consumación del tipo de falsificación (primer
párrafo), 7. Tentativa explicación 8. Consumación
del delito de uso (segundo párrafo), 9. Conclusiones.

© Lila Arenas
Sumario: 1. Introducción, 2. Del bien jurídico
protegido, 3. De las conductas típicas, 4. La
posibilidad de causar perjuicio, 5. Tipo subjetivo, 6.
Consumación del tipo de falsificación (primer
párrafo), 7. Tentativa explicación 8. Consumación
del delito de uso (segundo párrafo), 9. Conclusiones.

1. Introducción

Los delitos de falsificación material de


documentos[1] son, en general, tipos delictivos con
estructuras típicas muy complejas. De ahí que el
estudio sobre estos sea objeto de un amplio debate
doctrinario; amén de ello es, además, uno de los
delitos de más común realización, configurando un
gran porcentaje de causas que se tramitan en el Poder
Judicial.

Lea también: La pericia grafotécnica solo


demuestra que las firmas son falsas, no quién las
realizó [R.N. 2065-2015, Lima]
Este trabajo tiene el limitado objeto de centrarse
solamente en el aspecto tan discutido del momento de
su consumación. La postura que expondré, con
seguridad, no estará exenta de críticas, sin embargo,
espero superarlas con las armas de la lógica y de las
razones. No pretendo extenderme en un comentario
genérico sobre este tipo, partiré pues de la breve
referencia acerca del bien jurídico protegido, las
conductas típicas, para luego pasar al abstruso asunto
de la consumación, eso sí, haciendo una descripción
de sus elementos para, al final, extraer algunas
conclusiones. Así trazada esta empresa, en adelante
tendré a bien exponer su escueto desarrollo.

Lea también: El delito de plagio y usurpación de


derechos autorales y conexos.

2. Del bien jurídico protegido

Este delito está ubicado bajo el título de los “delitos


contra la fe pública”, de lo que se entiende que el
legislador ha optado por establecer que el bien
jurídico protegido aquí es la fe pública (lo que,
como veremos más adelante, es coherente con la
construcción típica del delito). Podría señalarse aquí
el criterio dualista de Carrara, para quien lo
directamente atacado, vulnerado o desconocido por
este tipo de delitos es la fe constituida en cada uno de
los miembros de la comunidad, por el valor de
veracidad que el Estado (el derecho) otorga a
determinadas formas instrumentales de su propia
actividad[2].

Lea también: Casación 258-2015, Ica: No es


indispensable pericia grafotécnica para condenar
por delito de uso de documento falso

No puede dejar de mencionarse, además, que en el


desarrollo doctrinal de este delito, se ha hecho la
propuesta de que el bien jurídico es pluriofensivo[3];
o también que el mismo atenta con un sentido de más
concreción y especificidad en contra de la fiabilidad
y seguridad del tráfico jurídico[4], lo que merece
especial atención, dado que con este bien jurídico se
pretenderá proteger algo que, si bien en definición es
más tangible y menos genérico que lo que se entiende
por fe pública, es también una forma de asumir un
determinado momento de consumación (lo que se
verá más adelante).

Lea también: Casación 258-2015, Ica: No es


indispensable pericia grafotécnica para condenar
por delito de uso de documento falso

3. De las conductas típicas

El ataque directo de estas conductas se da en contra


de las características de autenticidad o genuidad
del documento[5], el mismo que se entiende como el
objeto material de este delito; refiere García
Cantizano que un documento es auténtico cuando
procede de la persona que figura como su autor. Por
lo que debemos descartar de entrada cualquier ataque
en contra de la veracidad de la realidad contenida
(por medio de la escritura) en el documento, puesto
que esto es materia de tipificación por la falsedad
ideológica[6].

Lea también: Hurtado Pozo denuncia haber sido


víctima de plagio en una tesis.

De acuerdo al texto de este dispositivo normativo


tenemos que las conductas típicas son las siguientes:

 Hacer en todo un documento; llamada


también imitación total, esta conducta se realiza de
dos formas: la primera es imitar copiando un
documento verdadero (preexistente) en otro soporte
material, de tal manera que en él se introduzcan
modificaciones sustanciales y deformantes del
documentos verdadero que sirviera de modelo; y la
segunda forma consiste en crear un documento sin
tener ningún modelo pre-existente, de tal forma que
su surgimiento se origina con la creación del
mismo[7].

 Hacer en parte un documento; llamada


también imitación parcial, esta forma de
falsificación se identifica con el verbo “agregar”,
dado que en este caso se partirá de la existencia de un
documento verdadero, al cual se le agregarán líneas
de palabras o párrafos (supóngase pues el caso donde
el documento verdadero contenga espacios en
blanco), los mismos que darán a conocer una nueva
idea no existente en el documento hasta realizada
aquella acción.

 Adulterar un documento verdadero; el verbo


adulterar se identifica con el verbo “alterar”, el
mismo “que ha sido entendido como sinónimo de
modificar o cambiar la existencia material de un
documento auténtico ya formado”[8], de tal manera
que su consecución se da mediante las acciones
de “supresión” y “sustitución”; de ahí que la
realización de las mismas sobre la escritura del
documento se da alterando lo ya existente, mediante
la modificación o sustitución de palabras, siendo que
lo que se cambia y deforma es su sentido, sin llegar a
crear parcialmente un documento como se viera en el
anterior caso.

4. La posibilidad de causar perjuicio

Existe gran debate doctrinario a propósito de este


elemento común en diversos tipos de falsedad
documental en el derecho comparado, de ahí que lo
que a mi juicio mejor se ha plateando es su
configuración como un elemento del tipo objetivo, y
no como una condición objetiva de punibilidad,
como tal vez se ha querido confundir[9]. En
consecuencia, el doloabarcará el conocimiento de
este elemento también.

«Lea también: «Si el proceso inmediato fuera


facultativo los fiscales no lo usarían». Texto
completo de la ponencia de César Nakazaki en el
II Pleno Jurisdiccional.

En esta misma disyuntiva se han visto también


confundidos los conceptos de posibilidad y
probabilidad de causar algún perjuicio; así García
Cantizano, citando a Moliner, advierte que, “lo que
puede ser es posibilidad, lo que tendría que ser,
aunque eventualmente no sea es probabilidad”[10].

Aquí será, pues, de suma importancia la característica


de idoneidad (capacidad y/o potencialidad) que tenga
el documento falsificado para poder engañar
(piénsese pues en el documento tan
burdamente falsificado que de ninguna manera
pudiera causar engaño), de tal manera que no podrá
configurarse el delito si este documento no tiene la
aptitud para poder engañar (para estos casos se utiliza
siempre el parámetro del ciudadano común).
Así pues, debe entenderse que el recurso de la ley
que fluye de la frase “si de su uso puede causar
algún perjuicio” constituye un elemento integrante
del tipo objetivo, cuya utilización es propia de la
técnica legislativa empleada en la construcción de los
delitos de peligro y pretende remarcar la idoneidad
que la conducta de falsificación (la llamada acción
falsaria) debe cumplir para ingresar al tráfico
jurídico, afectándolo[11].

5. Tipo subjetivo

Además del dolo[12] (que implica el conocimiento


de la significancia y la voluntad de realizar la
conducta típica descrita), encontramos también otro
elemento subjetivo del tipo, el propósito de utilizar
el documento, que puede igualarse con la intención
de querer usar el documento (sea introduciéndolo en
el tráfico jurídico o presentándolo al sujeto que se
quiere perjudicar), lo que no implica que esto se deba
llevar a cabo.
6. Consumación del tipo de falsificación (primer
párrafo)

En el primer párrafo se tipifican las conductas arriba


mencionadas, que re-caen sobre los documentos
públicos[13] y los documentos privados[14].

Así, la consumación del delito de falsedad


documental se da en el momento mismo de la
realización de cualquiera de las conductas típicas
unido con el ulterior propósito subjetivo de hacer un
uso de él, sin necesidad de un uso efectivo del
documento en el plano objetivo ontológico,
sucediendo que, de darse este uso posterior
(exigencia no típica), estaríamos en la fase
de agotamiento delictivo (lo que implica la
irrelevancia de este posterior uso, dado que quedaría
impune)[15]. Por lo mismo, como no se requiere el
uso externo del documento falsificado para la
perfección del delito, lo que sí se exige es la aptitud e
idoneidad del mismo para que potencialmente pueda
producir efectos en el tráfico jurídico, sin que sea
necesaria la comprobación del perjuicio[16].

Lea también: Casación 258-2015, Ica: No es


indispensable pericia grafotécnica para condenar
por delito de uso de documento falso

La doctrina contraria se inspira en la necesidad de


una lesión o perjuicio objetivo, la que malentiende
pues lo que el legislador ha tipificado en este delito,
donde es evidente que ha optado por un desvalor de
la acción y no por una desvaloración del resultado,
siendo pues un delito de peligro que se configura
mediante una acción y no un delito de lesión. Esta
posición ha sido asumida pues por un sector
jurisprudencial de forma errónea (lo que ha dejado
impunes no pocas de estas conductas):

“En el caso del artículo 427 si no se da el perjuicio


resultante del acto delictivo y siendo inexistente la
condición objetiva de punibilidad, es decir, el
perjuicio ocasionado al agraviado, el hecho
consumado no constituye delito y por ende no es
justiciable penalmente (…)” (Ejecutoria Superior de
Lima del 05.09.97). También “No obstante ser
típica, antijurídica y culpable la conducta de la
acusada, sin embargo, estando a la condición
objetiva de punibilidad contenida en el art. 427 del
C.P., así como por razones de política criminal, para
la punibilidad de la referida conducta se requiere
que del uso de documento resulte un perjuicio, caso
contrario esta no se castigará (…)” (Ejecutoria
Suprema del 01.12.97)[17].

Distinto de lo que entiende la anterior jurisprudencia


señalada respecto del momento de la consumación de
este delito, es afirmar que al Poder Judicial sólo
llegan los casos en los cuales se han llegado a utilizar
los documentos falsificados. Ciertamente es muy
complicado probar este delito antes del uso externo
que le pudiera dar su falsificador, amén de los
problemas que surgirían de la ubicación en el tiempo
de su real consumación; por lo mismo, se puede
entender también que por cuestiones pragmáticas y
de utilidad probatoria se tenga que la consumación se
realiza en el momento de la introducción del
documento falseado en el tráfico jurídico. Esto a
efectos de determinar el momento exacto de la
comisión delictiva y en consecuencia el inicio cierto
del plazo prescriptorio. Esta práctica posición ha sido
también asumida por cierta jurisprudencia:

“En el delito de falsificación de documentos, el


momento de la consumación se produce desde que el
sujeto conociendo la falsedad del documento realiza
un acto material de utilización del mismo (…)” R. N.
4036-2004-Lima, p. 1574, El Código en su
Jurisprudencia, p. 447.

Lea también: R.N. 2279-2014, Callao | Uso de


documento falso: La condición objetiva de
punibilidad es la posibilidad de causar perjuicio y
no perjuicio efectivo
Además:

“(…) el delito de falsedad es de comisión instantánea


y se consuma, en todo caso, cuando a sabiendas se
utiliza el documento falso, un supuesto típico distinto
de la confección, alteración o modificación falsaria
del documento y que, asimismo, puede concurrir con
él y ser perpetrado por el propio autor de la
elaboración del documento falso o por un tercero
(…)”. Corte Superior de Justicia, Sala Penal
Permanente, Queja núm. 1678-2006, Lima,
Precedente Vinculante, fundamentos del 4 al 6. El
texto que señalamos aquí es parte del fundamento 5.

7. Tentativa explicación

La jurisprudencia anotada que exige el perjuicio


objetivo para la consumación del delito que venimos
comentando, obedece a ciertas consideraciones entre
nuestros jueces, las cuales podrían ser: 1) La
seguridad y fiabilidad del tráfico jurídico como bien
jurídico protegido; se traslada entonces el momento
consumativo del delito al momento en que éste se
introduce objetivamente en el tráfico jurídico; 2) La
consideración de la posibilidad de perjuicio como
una condición objetiva de punibilidad[18];
exigiéndose para la perfección del delito la
consecución y probanza de un perjuicio; y 3) La
necesidad de un perjuicio objetivo; habiendo
entendido este delito no como uno de peligro sino
como uno de resultado.

Lea también: ¿Puede el juez ordenar al condenado


leer un libro como regla de conducta?

8. Consumación del tipo de uso (segundo párrafo)

Al ser un delito de mera actividad se consuma con el


uso externo del documento falsificado(ya sea
procesal o extraprocesalmente). Nuestra legislación
sanciona con las mismas penas la conducta de
falsificación (siendo que si después –como ya
mencionara– deviene el falsificador en el uso, esto es
sólo un agotamiento de la conducta falsaria que
nada agrega al acto ya consumado, quedando en este
extremo impune la conducta sobreviniente del uso) y
la conducta del estricto uso del documento falseado.
Además sólo pueden ser sujetos activos los agentes
que no hayan tomado parte en la conducta de
falsificación de aquel documento (ya sea a título de
autoría o de participación).

Lea también: Diez cosas que debes saber de de


Claux Roxin y de su teoría del dominio de la
voluntad en aparatos organizados de poder.

Una crítica a esta tipificación apuntaría a


la desproporción penal que existe cuando el
legislador ha previsto la misma pena para el agente
falsificador como para el agente que solamente se
limita a utilizarlo; siendo que la conducta del primero
implica un mayor desvalor de la acción (lo que
equivaldría a decir que contiene una mayor carga de
antijuridicidad) que el del segundo, quien por
limitarse al estricto uso, su acción tiene un menor
desvalor[19].

Lea también: ¿Puede anularse la sentencia si los


jueces estuvieron distraídos con el celular en la
audiencia?

Lea también: R.N. 2279-2014, Callao | Uso de


documento falso: La condición objetiva de
punibilidad es la posibilidad de causar perjuicio y
no perjuicio efectivo

9. Conclusiones

 El delito de falsificación de documentos es


de peligro, basta para su consumación la sola
conducta falsaria idónea y capaz de engañar; de tal
manera que no es necesaria la causación de un
perjuicio objetivo para la perfección de este delito.
 La posibilidad de causar perjuicio es un elemento
del tipo objetivo y no una condición de punibilidad,
la misma que deviene de la potencialidad de producir
efectos en el tráfico jurídico.
 Cierto sector jurisprudencial entiende que
la consumación de este delito se da cuando se
causa un perjuicio objetivo; otro sector entiende
que lo propio se realiza con la introducción del
documento falsificado en el tráfico jurídico. La
postura aquí expuesta es la que se hace de una
interpretación que no excede el sentido literal del
texto normativo (el mayor límite de legalidad y
seguridad jurídica), en contrapartida a las tantas
interpretaciones extensivas, lo que no me impide
abogar por la reforma del tipo penal bajo comentario.

Lea también: R.N. 2279-2014, Callao | Uso de


documento falso: La condición objetiva de
punibilidad es la posibilidad de causar perjuicio y
no perjuicio efectivo
Actualización

Hace pocos días la Corte Suprema adoptó la posición


expuesta en este artículo. Pueden leer la sentencia
casatoria haciendo click aquí.

Lea también: Casación 1121-2016, Puno:


Configuración del delito de falsificación de
documentos no exige materialización de un
perjuicio (doctrina jurisprudencial)

[1] Los mismos que se ubican en el artículo 427 del


Código Penal y cuyo texto normativo declara:

“Art. 427.- El que hace, en todo o en parte, un


documento falso o adultera uno verdadero que pueda
dar origen a derecho u obligación o servir para probar
un hecho, con el propósito de utilizar el documento,
será reprimido, si de su uso puede resultar algún
perjuicio, con pena privativa de libertad no menor de
dos ni mayor de diez años y con treinta a noventa
días-multa si se trata de un documento público,
registro público, título auténtico o cualquier otro
trasmisible por endoso o al portador y con pena
privativa de libertad no menor de dos ni mayor de
cuatro años, y con ciento ochenta a trescientos
sesenticinco días-multa, si se trata de un documento
privado.

El que hace uso de un documento falso o falsificado,


como si fuese legítimo, siempre que de su uso pueda
resultar algún perjuicio, será reprimido, en su caso,
con las mismas penas.”

[2] Citando a Carrara; Carlos Creus; Falsificación de


Documentos en General; Editorial Astrea; Buenos
Aires; 2004; p. 4.
[3] En este sentido la tesis mantenida por Cobo del
Rosal, Esquema de una Teoría General de los delitos
de Falsedad, CPN, 1995, p. 1995; quien admitiendo
la fe pública, no obstante, declara que “al mismo
tiempo comportan, cuando menos, una puesta en
peligro de concretos bienes jurídicos (propiedad,
honor, objetividad e imparcialidad en la
administración de justicia, etc.)”.

[4] Castillo Alva; opus cit.; p. 33, quien la define


como “la certeza, firmeza o consistencia, en que se
desenvuelven el conjunto de las relaciones jurídicas
como consecuencias de la corrección y autenticidad
de los actos que las crean, modifican o extinguen”.

[5] Al que se le puede definir como “todo soporte


material que exprese o incorpore datos, hechos o
narraciones con eficacia probatoria o cualquier otro
tipo de relevancia jurídica”; García
Cantizano, Falsedades Documentales; Tirant lo
Blanch; Madrid; 1997; p. 45.
[6] Código Penal, artículo 428.

[7] En este mismo sentido Carlos Creus; opus cit.; p.


59 y ss.

[8] García Cantizano, citando a Carrara; opus cit.; p.


114.

[9] Así también lo asume Carlos Creus; opus cit.; p.


95.

[10] Sigue diciendo además que “la posibilidad es lo


que cabe en un orden material o lógico, lo probable
es lo posible que es más fácil que ocurra, que deje de
ocurrir”.

[11] En este sentido Castillo Alva, José Luis; La


Falsedad Documental; Jurista Editores; Lima; 2001;
p. 194; de forma similar también Soler,
Sebastián; Derecho Penal Argentino; Tomo V; p.
345.
[12] En este delito debe entenderse que sólo pueden
aceptarse el dolo directo de primer grado y de
segundo grado; mas no el dolo eventual.
Entendiéndose por esto que en las dos formas de dolo
directo existe un conocimiento actual y sin
dubitaciones respecto de los elementos típicos y
además de la intención de engañar implícito en el
propósito de utilizar el documento falsificado, lo que
no se da en el dolo eventual.

[13] El art. 427 es una ley penal en blanco, así pues,


la definición de documento público la encontramos
en el artículo 235 del Código Civil, el mismo que ad
litteran declara: “Artículo 235.- Es documento
público:

1. El otorgado por funcionario público en ejercicio de


sus atribuciones; y
2. La escritura pública y demás documentos
otorgados ante o por notario público, según la ley de
la materia.

La copia del documento público tiene el mismo valor


que el original, si está certificada por Auxiliar
jurisdiccional respectivo, notario público o fedatario,
según corresponda. Esta definición además ha sido
asumida por el Tribunal Constitucional, en la
sentencia recaída en el Exp. núm. 03742-2007-
PHC/TC, fundamento 3.

[14] Su definición también se remite al Código Civil,


así se declara: “Artículo 236.- Documento privado.-
Es el que no tiene las características del documento
público. La legalización o certificación de un
documento privado no lo convierte en público”. Esta
definición además ha sido asumida por el Tribunal
Constitucional, en la sentencia recaída en el Exp.
núm. 03742-2007-PHC/TC, fundamento 4.
[15] Nuestro Código Penal no tipifica la conducta de
falsificar y posteriormente usar; tipificando sí, las
conductas de la estricta falsificación (art. 417, primer
párrafo), y el estricto uso (art. 427, segundo párrafo).

[16] Es de esta opinión Arroyo de las Heras; opus


cit.; p. 225 y ss. También Carlos Creus, para quien
“cuando se trata de un documento público el delito se
consuma con la sola acción de la creación total o
parcial, o con la adulteración, ya que con esos hechos
surge la posibilidad de perjuicio”.

[17] Con esta misma línea y consecuencias pueden


verse las ejecutorias supremas del 28.08.97 y la del
06.10.97.

[18] Son de esta posición Bramont Arias y García


Cantizano; citados por Castillo Alva; opus cit.; p.
628.
[19] De este mismo parecer es Arroyo De las Heras,
Alfonso; Editorial Bosch; España; 2005; p. 207 y ss.,
al considerar correcto que la modalidad de uso del
documento falso tenga menor pena que la del
falsificador, siendo que de esta forma es como está
tipificado en los artículos 391, 392 y 393 del Código
Penal Español.

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