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D€uns Instituto
yi Nacional de «ACONACULTA
Digitalizado por i Belfas Artes
in s titu to
Nacional de (ACON ACULTA
Digitalizado por Belfas Artes
SECRETARIA DE EDUCACION PUBLICA
Secretario: Víctor Bravo Ahuja
Subsecretario de Cultura Popular y fiducocián Extraescofar: Gonzalo Aguirrc Beltrán

INSTITUTO NACIONAL DE BELLAS ARTES Y LITERATURA


Director General: Sergio Gal indo
Subdirector General: Alejandro Alarcón Nava
Subdirector Técnico: Lemando Gamboa

R6VISTP D€
D6URS
ARTES
Dirección: Oscar Oliva
Redacción: Aurelio González
Administración: Rossina Larra naga

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C i colaboración será solicitada p o r la d irección; no devolveremos originales enviados
espontáneamente ni acusaremos su recibo. L)e lo aquí p u blicado responden sólo los
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Correspondencia; Revista de Bellas Artes. Palacio de Bellas Artes, M éxico 1, L). F,


Tel. 512-60^43. Precio del ejem plar; $ 15.00 M .N. Suscripción anual, 6 entregas:
$ 90 .00 One year, 6 issues: U.5. $ 9.00

Impreso en Im prenta M adero, Avena 102, M éxico 13, D. F.


Instituto
Nacional de «ACONACULTA
Digitalizado por Bellas Artes
XEEP 1060 Kcs. La Palabra
RADIO y el Hombre
EDUCACION
La tercera posibilidad
en la radio
Revista
de la Universidad
Veracruzana

TIERRA C'‘

ADENTRO CAMBIO
C O N T ie N E ;
f F rin e is e a C o iu n e ; a ve n tu ra en el sur d e l r w iid e
p o r Luis E nrique D e ía -o

Tesllm o eio
• Con versa ción con M ario B e iw lt S i,
por Robarlo FerTi¿ndez Retomar
• Prim avera 1938,
p o r F e rnando A egría

9 El '"K its d h " O q u é e stem os e n cu b rie n d o


per troco Homar
1 H isto ria , fo lk lo r e y poesía fo lk ló ric a
p o r Jalm a de! P alacio

i Marrabas!
0»cer C c-IUíos Gregorio Manir*} A sme
Ramírez. Munllo Rubíao » Ignacio Batancoun
t Pwwa: <*WMIewlía
Clartbfri AICtRia 0 H *J ó tir*n d O POTO* *"n c» W
rM gp ihh
O (lasaña* de las libros mes ro da n tes
y nucMro acostumbrado SUPLEMENTO in iM fC ttw b i
OE INF OHMAGION BIBLIOGRAFICA Mineo

5685 0ctiibre/Noirieinbre/0itierabre/76
Revista del consejo
regional de Bellas Artes
In s titu to
Nacional de «ACONACULTA
Digitalizado por Bellas Artes
SUM ARIO
2 EL TEATRO ODIN Y EUGENIO BARBA

11 Andrés González Pagés


ETERNIDAD DE MIGUEL ANGEL (narración)

13 Gonzalo Rojas
FRAGMENTOS (poesía)

15 Maruxa Villalta
PROCESO A UN HOMBRE QUE DESCUBRIO
LA INM ORTALIDAD

17 Raúl Garduño
LOS DANZANTES ESPACIOS ESTATUARIOS
(poesía)

20 Angel José Fernández


ETERNIDAD DEL DIA (poesía)

23 Nacho López
MI PUNTO DE PARTIDA, ARTE
FOTOGRAFICO

33 Saúl Ibargoyen
BUEN DIA SEÑORA AM ANDINA (cuento)

36 Aurelio González
SOBRE LA “ FUNCION NO VELA" EN EL
AMBITO MEDIEVAL

40 Mariapia Lambertl
PASOLINI Y EL HABLA POPULAR

45 Jacqueline Mosio
POEMAS

49 Fabienne Hellendoorn
VESTIGIOS DEL MANIERISMO DE LOS
PAISES BAJOS EN MEXICO

53 INDICE GENERAL 1972/1976

30
N O VIEM BRE - D IC IE M B R E / 1 9 7 6 / NUEVA EPOCA
Instituir)
«m e p i t w e u L T A
Digitalizado por Hiái■Bellas Artes
0
Si a Eugenio Barba y su teatro

EL TEATRO Odfn se les pregunta


■ ¿Quienes son? ellos responden
* Actores*
ODEN
Pero la palabra “ actor", ¿era una
Y EUGENIO verdadera respuesta, cuando (a pre­
gunta provenía de una viejita vesti­
da de negro, que hablaba sólo dia­
BARBA lecto o de un campesino o de un
pastor, en un poeblito del sur de
Italia? Entonces actor, significa
"cine” , significa "televisión” . O
bien, ¿qué significa todavía, si que­
,Vi remos que la palabra esté por fuera
a - ‘t- ; ! ' del espectáculo institucionalizado
de la televisión que todos ven, o del
teatro respetado, mirado de lejos,
como cosa culta y difícil, amado y
estudiado por unos pocos apasiona­
twwgg dos?
¿Dónde somos actores, en reali­
dad? En Holstebro y en los lugares
resSftft
donde hemos presentado nuestros
espectáculos, a un publico que sa­
|W bía porque venía a vernos. En ésta
•iV Región del teatro, esparcida un
poco en cada lado, unos miles de
personas en cadi ciudad.
w * .
Pero, si salimos afuera: ¿Quiénes
r I éramos? ¿En que cosa nos transfor­
mábamos en una perdida villa de
la Puglia o de la Cerdeña? ¿En qué
cosa debíamos transformarnos, para
poder todavía reconocernos en esta
pa la b ra , “ actores” , confrontán­
donos con gente nueva que no
podíamos reconocer en la habitual
palabra "espectadores” ?
Por años se puede trabajar en un
lugar reconocible, detrás de una
puerta en la cual uno ha metido un
cartel que dice "Teatro” . Entonces
todo lo que se hace ahí adentro
adquiere un sentido, no sólo para
quien lo hace sino también para
aquellos que están afuera. Y tiene
sentido no sólo lo que haces, sino
también aquello que no hacesr que
rechazas.
Te caracterizas por lo que afir­
mas y lo que niegas, pero pareces
siempre afirmar Teatro y negar Tea­
tro.
Pero, ¿qué sucede si tiras la
puerta y e! cartel?
Puede suceder que lo que antes
podía resultar "fá c il", "bañar,
"viejo", "privado de interés", se te
presente ahora, en ¡as regiones sin
teatro, extrañamente esencial.
dignes y los rechazos que
m! %e « ACONACULTA
Bellas Artes
protección del Teatro, te habían
definido con contornos nítidos*
ahora son invisibles. Si tratas de
verte en aquellos que te rodean y te
observan, te das cuenta que el
espejo refleja algo nublado: tus
rasgos y tus lincamientos parecen
haberse volatilizado
Entonces, es necesario recomen­
zar desde el inicio:
■ ¿Quienes san ?
• Actores.
■ Por lo tanto, ¿Quienes son?

Era para nosotros un desafío: Si se


es actor, si se ha elegido la condi­
ción de actor, ¿como demostrarlo?
Es más, ¿cuál es nuestra condición
en estos nuevos territorios? ¿Será
la condición de saltimbanquis que
divierten? ¿De propagandistas?
¿De misioneros? ¿Cómo justificar
e! hecho de estar allí, extranjero y
distinto, y hacer lo que uno hace?
Una tarde después de más o
menos un mes, que estábamos en
Carpignano Salentino (hasta ese
momento habíamos vivido en casi
total aislamiento, concentrándonos
sólo en nuestro trabajo), habíamos hora cantamos y tocamos. Y lo que camente reacciones y comentarios
decidido ir a encontrar algunos ami­ más nos sorprendió al final, no fue irónicos o serios, mientras sobre la
gos de la Universidad de Lecco, que el largo aplauso del público (¿en pantalla, las imágenes pueden conti­
habían venido a visitar el pueblo. qué nos habíamos transformado, nuar desfilando imperturbables. Es­
Habíamos tomado los instrumentos nosotros del Odín? ¿en un fácil ta había sido la reacción de nues­
musicales y salimos de nuestras grupo de músicos? ), sino, e! hecho tros espectadores^ de frente al nue­
casas. de que algunas personas dijeran: vo hecho teatral, manifestada en
Era la primera vez que en grupo “ Ahora les haremos oir nuestras comentarios, exclamaciones ruido­
compacto, aparecíamos en el pue­ canciones.” Comenzaron a cantar, sas, a menudo grandes carcajadas,
blo y para colmo con los instrumen­ canciones de trabajo, canciones que otras veces profundos silencios. No
tos musicales y con los vestidos de con su ritm o particular acompañan obstante este enorme vaciferar, que
todos colores que usábamos para el el gesto de fa recolección del tabaco las primeras veces nos dejó perple­
entrenamiento. Era también la p ri­ y de las aceitunas y también cantos jos y que tan lejano estaba del
mera vez, en tantos años de trabajo de amores infelices y de muerte. silencio y de la actitud del público
teatral, que nos encontrábamos por De esta situación imprevista sur­ habituado a las convenciones del
la calle, cara acara con la gente, así gió nuestra idea del "baratto” teatro, al final había siempre un
como sólo habíamos estado entre (trueque). gran aplauso y después muchas ga­
nosotros, retirados en nuestra sala Esto sucedía en Carpignano, nos nas de hacernos preguntas: creían
de trabajo, en los seminarios, entre recordaba otra situación similar, en " n o haber entendido” porque
pocas personas atentas e interesa­ las montañas de Cerdeña, donde -afirm aban— estaban privados de
das. cerca de cinco meses antes, había­ “ cultura” , y nos pedían explicarles.
Pronto comenzaron a seguirnos mos llevado nuestro últim o espec­ Pero, a menudo, después de!
muchas personas que nos pedían táculo, Min Fars Ñus (La casa de espectáculo, las personas parecían
que tocáramos. Llegamos a la casa mis padres). animadas de ganas de presentarse
de nuestros amigos y no los encon­ En pueblos aislados, donde el también ellos a nosotros. De hacer­
tramos, quedamos así, sin quererlo, teatro jamás ha existido, el público lo con cualquier cosa que corres­
al descubierto, en una plaza, redea- de pastores y campesinos, había pondiera a lo que habían visto.
dos de mucha gente que esperaba reaccionado con un comportamien­ Entonces comenzaban a cantar, a
que nosotros hiciéramos alguna co­ to que nos había desconcertado, bailar las típicas formas de cultura
sa. Estábamos entre la espada y la pero que pronto habíamos com­ popular, que no se limitan al len­
pared, entonces comenzamos a to­ prendido. Era el modo en el cual, guaje verbal elaborado, sino que, a
car: condones populares escandina­ en los pueblos de Italia, la gente través de la totalidad de la propia
vas o improvisaciones vocales, como está en el cine, comentando lo que presencia física, develan la historia
estamos acostumbrados a hacerlo ve en la pantalfa. Ellos, personas * te|''isÍI«w4kMi grupo de hombres.
en nuestros ensayos. Por casi una bien vivas, se intercambiad,recípro- y a , í<*fpe**ann « * C O N A C U L T A
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o
portamientos, hábitos y lugares de sentíamos ei hecho de ser conscien­
reunión diversos. tes de que yo y mis compañeros
Después se da cuenta de que ia pertenecemos a una cultura donde
división no sólo es profunda, sino no existen más ligas comunes, don­
sentida por unos y otros como una de cada uno está en la búsqueda,
herida. Los viejos sienten el vacío en modo individual, de cómo en­
detrás de ellos, viven en un pueblo c o n tra rlo s , P robar a presen­
que ha sido, pero que ya no es tar también nosotros danzas popu­
realmente, los jóvenes viven como lares, hubiera sido enmascararnos
extranjeros, a veces intolerantes, a en aquello que sentíamos que no
veces inútilmente nostálgicos de un éramos. Porque la danza es el mo­
pasado modo de vida, que intuyen mento no razonado, no calculado,
como un posible antídoto contra es cuando nuestra herencia biológi­
los “ valores” que llegan desde las ca y social nos toma, nos transpor­
grandes ciudades, pero que parece ta, nos alza de la tierra, desenca­
irrecuperable. Así, grupos de expe­ dena todas nuestras energías.
riencias diversas, casi dos épocas y Y ¿en qué situación los actores
dos mundos, viven a pocos metros del Odín eran tomados, alzados de
de distancia unos de los otros, pero la tierra, dejaban libre toda su
paralelamente, sin encontrarse ni energía, llevados por una necesidad
confrontarse. Chocan en el reduci­ que no era sólo de divertirse, no
do espacio de la casa, padres e hijos, necesidad esencial de estar presen­
bajo las formas sofocantes de las tes y de llegar al otro?
incomprensiones familiares. Durante nuestro trabajo.
En los pueblos en que habíamos La pregunta que habfa permane­
sido invitados, después de nuestras cido incontcstada por mucho tiem­
canciones, hombres y mujeres an­ po, (¿Quiénes son? “ Actores” . ¿Y
cianos, que habíamos imaginado cómo demostrarlo si no teníamos
encerrados en una reserva lejana e un espectáculo? ) encontró ahora
cantos y las canciones en respuesta, impenetrable, venían, cantaban y una respuesta. Demostraríamos que
habfa sucedido de nuevo, lo que en bailaban. éramos actores a través de nuestro
Cerdeña luego de Min Fars Hus (La Pero, si los habitantes de los entrenamiento, donde el actor pare­
casa de mis padres). pueblos del sur de Italia se presenta­ ce ser llevado por la onda de su
Cuando también en otros Puebli­ ban a nosotros con sus danzas, energía, parece multiplicar su peso
tos vecinos de Carpignano se corrió ¿cómo deberíamos presentarnos a y masa transformándolo en una
la voz de la presencia de un grupo ellos de haber tenido que danzar? fuerza que se irradia en torno.
teatral extranjero, comenzaron a En nuestro grupo hay daneses, Fue así que nacieron nuestras
venir jóvenes a pedirnos ir a sus noruegos, suecos, italianos. Todos “ danzas” , donde cada actor, simple­
pueblos. Nosotros respondíamos nosotros ignoramos las danzas po­ mente partiendo de las necesidades
francamente que no éramos filán­ pulares y no sentimos la necesidad que caracterizan su trabajo indivi­
tropos, que a ninguno le gusta de aprenderlas. dual, parece destruir la fuerza de
trabajar por nada, que queríamos Viendo a tos campesinos del gravedad, y casi danzar. Pero nues­
una compensación, pero que no la pueblo cantar y bailar para noso­ tro actor no partía del presupuesto
queríamos m dinero. Queríamos tros, me fue claro el motivo de mi de deber o querer danzar, era un
que ellos se presentaran a nosotros incom odidad cuando escuchaba resultado de llegaba solo, considera­
del mismo modo que nosotros nos cantantes o grupos folclóricos: era do por los demás como una danza.
presentábamos a ellos, con sus can­ como si ellos hubiersen arrancado Mostrábamos también un espec­
tos y sus danzas. A menudo esto cantos y danzas de su contexto táculo de payaos, hacíamos “ desfi­
jóvenes respondían que no sabían orgánico, aqué! de una cultura orgá­ les” , una hora de improvisaciones
tocar, ni conocían las canciones del nica en sus manifestaciones, porque por las calles del pueblo.
lugar. A veces decían que en sus todos conocemos estas canciones, y Nos presentábamos ahora de mo­
pueblos no existían tradiciones. apenas uno la entona, todos se unen do muy diverso de como siempre
Entonces, nosotros les pedíamos a él: es realmente la comunidad que nos habíamos presentado a los de­
ir a buscar a los viejos, les proponía­ recupera sus ligas a través de sus más, en nuestros espectáculos,
mos que fueran a las tabernas a manifestaciones culturales. Pero los aquellos que eran los puntos de
hacerse enseñar de (os viejos, las mismos cantos, las mismas danzas, arribo de un largo proceso: el mo­
canciones o a que los invitasen a transplantadas por un grupo folcló­ mento en que un grupo de jóvenes
venir a la plaza a cantar rico, sobre el escenario, se transfor­ trata de revelar su propia verdad,
Cuando uno llega a un pueblo maban en un hecho estético, profe­ de abrirse, de romper la costra de
del sur de Italia, en verano, cuando sional, de frente al mismo público barro dentro de la cual todo nues­
al atardecer todos están afuera, se del cual provenían las canciones, tro cuerpo vivo se mueve pero en el
ve el pueblo como dividido en dos: pero que ahora escuchaba pasivo, fondo se esconde. Despedazarla,
de una parte tos viejos, de la otra, alejado. $P*PPflr t ó u # » ar ver la carne- ,a
ios jóvenes. Cada grupo con com­ Viendo a los campesinos bailar, Nacional de IACONACULTA
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o
Ahora, en las calles de estos
pueblos habíamos asumido una
nueva piel.
Si alguno que nos había conoci­
do a través de nuestros espectáculos
nos hubiese visto aquí, difícilmente
nos hubiera reconocido.
Uno lee la crónica de ios actores
de hace tres o cuatro siglos. Lee la
descripción de sus expectáculos, de­
lante de públicos aristocráticos en
las plazas, donde el público es
llamado "el pueblo” . Lee la descrip­
ción de sus bailes, de sus acrobacias,
de sus entradas ruidosas y llenas de
colores en los pueblos donde iban
para recolectar los últimos pesos
disponibles. La crónica y la
descripción es minuciosa y vivaz:
nos hace, casi, sentir los sonidos ver
cómo hace la actriz para ser provo­
cante y modesta al mismo tiempo,
cómo hace este actor para aparecer
seductor, y aquél otro para hacer
reír o conmover inmediatamente a
la gente al pasar.
Pero, estos actores parece que no
tienen una espalda, son figuras de
dos dimensiones, a quienes les han
pintado una cara adelante. ¿Qué ¿Quiénes son? Actores- Por lo He citado lo que yo mismo había
hay detrás? tanto, ¿quiénes son? escrito, porque después viene otra
Al cronista le interesa sólo hacer Han pasado casi diez años de pregunta: ¿Qué se manifestó en la
ver cómo apareció el teatro, no le cuando escribí un artículo titulado vida misma, de nuestro grupo: La
interesa quién lo hace. En aquel "Teatro y Revolución” , Hablaba de Revolución en el teatro. Y des­
tiempo a los actores no les era cómo sólo un renovamiento conti­ pués?
permitido considerarse artistas, lo nuo de nuestra conciencia y de El Odín Teatrct ha estado mu­
que hacían nadie lo consideraba nuestra actitud personal, hacia chas veces con sus espectáculos en
"cultura” ¿Por qué hacían esta cosa aquello que sucede en tomo, puede el curso de seminarios con jóvenes,
Inútil, el teatro? Lo sabemos: para determinar una nueva actitud hacia estudiantes o integrantes de peque­
ganar unos pesos, para sobrevivir. nuestro trabajo. Decía que es el ños grupos teatrales. Muy a menudo
Pero, ¿quiénes eran, para haber proceso el que nos transforma, que surgían dudas y preguntas sobre el
decidido sobrevivir así? ¿Siervos a través de nuestro trabajo cotidia­ teatro laboratorio que podía fun­
que querían ser patrones de sí no es necesario poner a prueba cada cionar en la "danesa sociedad del
mismos y hacer el siervo sólo sobre día la necesidad de ésta, nuestra bienestar", pero no es una sociedad
las tablas del escenario? ¿jóvenes elección, batiendo exigencias tan llena de contradicciones.
que gozaban la aventura? ¿Hom­ inhumanas, que sólo algunos persis­ Pero, ¿qué cosa es lo que cuen­
bres que ilusoriamente prolongaban ten, a que animados de una necesi­ ta? ¿Eí querer hacer teatro de una
su juventud huyendo de las normas dad imperiosa, las "bestias de traba­ forma prestablecida o la actitud que
que regulan la vida de quienes jo ” , que anulan la inercia, que se uno tiene hacia la realidad que lo
hacen trabajos útiles y reconoci­ conforma con escasos resultados. circunda, el modo en que busca de
dos? ¿Gente que huye de un miedo El artículo terminaba así: "no se transformar su acción, sus “ sí” y
o una vergüenza? o ¿gente que trata ya de ser misioneros o artistas sus "n o ” de frente a lo que siente y
simplemente había nacido en el originales, se trata de ser realistas. ve?
país viajante del teatro? ¿Hombres En nuestro trabajo está la posibili­ Habíamos decidido ir a vivir
maduros y viejos, ya inadaptados dad de cambiarnos y así cambiará la unos meses a Italia, y de hacerlo en
para vivir fuera de este largo aburri­ sociedad- No es necesario pregun­ url periodo en que ya no teníamos
miento lleno de movimiento que los tarse: ¿Qué significa el teatro para el viejo espectáculo {Min Fars Hus)
otros llaman aventura? el pueblo? Es una pregunta dema­ y todavía no teníamos el nuevo. Un
El actor de hace tres o cuatro gógica e infundada. Debemos pre­ período, por lo tanto, en que sólo
siglos es una figura lejana de la guntarnos: ¿Qué significa eí teatro éramos un grupo de personas, no un
nuestra, a la que podemos dar para mí? La respuesta, convertida grupo teatral en gira con su espec­
cualquier respuesta. Pero, si su ima­ en acción, sin claudicaciones, sin táculo- De ir a un lugar donde el
gen es lejana, es como si su ambi reparos, será la revolución en el teatro jamás había existido y donde
güedad lo acercara a nosotros. teatro".
! | # f e t e ná 0C O N A C U L T A
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o
normas y tabúes que regulan la vida
de las personas. Es de locos creer
que el teatro —que un grupo tea­
tral— pueda romper esos tabúes
creando una situación de liberación,
de nuevas salidas.
5i un grupo de teatro trata de
hacer esto, violenta el organismo
comunitario, que inmediatamente
reacciona rechazándolo. En Italia
existen grupos teatrales que han
sido rechazados —en algunos casos a
pedradas— de pueblos donde ha­
bían tratado de “ provocar” .
El grupo teatral que llega no
debe de ser como aquellos etnólo­
gos que, estudiando una población,
tratan de mimetizarse, haciendo
creer que están en grado de inte­
grarse. No es el pueblo, sino el
grupo teatral, el que debe ser objeto
de estudio. Llega, se inserta geográ­
ficamente, continúa con sus reglas
de vida, su disciplina, la realización
de lo que es importante para cada
miembro del grupo, pero evitando
de comportarse en público de ma­
nera que pueda ofender o infringir
las normas que en ese pueblo son
El pueblo al que fuimos a vivir, Nos levantábamos a las cinco de la vitales.
Carpignano, fue elegido en una zo­ mañana, a la misma hora en que los Entonces, es el grupo teatral el
na muy pobre del sur de Italia, campesinos iban al campo. Hacía­ que es objeto de estudio por parte
donde en cada familia hay un pa­ mos nuestras horas de entrenamien­ de la población. No se trata ya del
dre, un hijo, un hermano emigrado to en fugares lejanos del pueblo, teatro que quiere conquistar al pue­
a Suiza o Alemania. Un pueblo desiertos, pero donde estábamos al blo, sino del pueblo que quiere
pequeño y aislado. aire libre y podíamos ser vistos. seducir al grupo, en esta tentativa
Mis compañeros y yo siempre Sorprendíamos, a veces, las caras revela ia necesidad de ver teatro,
hemos sentido desagrado cuando bronceadas e impasibles de hombres una cosa que antes era ignorada, y
veíamos a alguno que es diferente y y mujeres que observaban nuestro que, presentada de afuera, como
que busca familiarizarse con los trabajo: entrenamiento físico y vo­ una especie de regalo, hubiera senti­
otros, cuando un adulto se infantili- cal. Pero no obstante todos los do como exLraña perteneciente a
za con los niños, o cuando un interrogantes que nuestro descon­ otro planeta.
estudiante quiere hacerse pasar por certante comportamiento presenta­ Es en la diversidad que los hom­
obrero o campesino. Nos sentíamos ba, la población sentía en ello una bres se encuentran y se definen
diferentes y, por otro lado, nos lógica, una necesidad y una discipli­ recíprocamente, pero en una diver­
faltaba vocación de misioneros, pa­ na cuyo sentido no captaba, pero sidad que, para el grupo teatral, es
ra hacer aceptar a los otros nuestra que era consistente en su realidad elección consciente de vida, mien­
verdad. Pero nuestra verdad, sólo se de trabajo. tras que, para la población del sur
podía definir confrontándose con la Eran diferentes de los campesi­ de Italia, es una dura condición
verdad de los demás. En este en­ nos de Carpignano estos actores del existencial.
cuentro con lo diferente, nosotros Odín, con sus cabellos largos, su Esta diversidad fascina, la quere­
estábamos obligados a revelar, a cultura escandinava, sus modelos de mos descubrir, reportarla a nuestras
través de una serie de reacciones, comportamiento, su modo de pen­ experiencias, a fo que conocemos y
que ignorábamos anteriormente, sar, con el prejuicio de su aparente que nos da seguridad. Pero, para
cuál es la diferencia entre nuestras falta de prejuicios. hacerlo primero debemos afrontar­
intenciones y lo que estamos en Más tarde fue nuestra diferencia la, debemos presentarnos, debemos
grado de realizar. la que se transformó en el metro de exponernos.
Una vez llegados a este pueblito nuestro encuentro. Nuestra estancia en el sur de
del sur, no nos hemos mezclado En pueblos aislados, si bien gol­ Italia quería ser para nosotros, la
enseguida con ia población. Hemos peados por la emigración, atravesa­ demostración de que no es el espec­
vivido por tres semanas en total dos por la televisión, tentados por táculo resultado últim o y limitado
aislamiento en el centro del pueblo. el encandilamiento de las grandes en el tiempo— que Incide, sino el
Apoyándonos en lo que era nuestro ciudades y sus imaginarios diverti­ grupo, ^qxa^yComportamiento, con
punto más seguro: nuestro trabajo. mientos, existen todavía profundas fACONACULTA
Digitalizado por n iw S 'l Bellas Artes
o
que se extiende durante toda la
jornada.
No existía un grupo de teatro
haciendo teatro. No obstante esto,
la situación teatral existía: un mo­
mento que permitía agregarse, si­
tuaciones vividas con nuevas perso­
nas que golpeaban y reunían gente
en torno a sí
Un pequeño grupo de actores
extranjeros —aparentemente, no
metidos a fondo en todos ios pro­
blemas políticos y sociales del lu­
gar— olvidándose todo programa de
teatro, habían traído a ta superficie
el mineral escondido en aqueíla
veta.
Pero, ¿se puede ir más adelante?
¿Se puede transformar eí “ baratto"
de fenómeno cultural en una cosa
que deje una traza en la situación
pol ítica y social del lugar?
Después de muchas experiencias
el “ baratto" me recordaba el cuer­
po de un puipo sin tentáculos, una
bolsita que flota, que emite sustan­
cia colorante, que momentánea­
mente parece cambiar el color del
agua, pero que después desaparece,
se pierde rápidamente, con un libro en vez de hacerlo con Pienso que el teatro es como un
¿Cómo hacer nacer tentáculos a dinero? cuerpo que pide constantemente
esta bolsita, tentáculos capaces de ¿Qué éran estas páginas escritas, sangre. Cada vez que sale a la calle,
rodear un pequeño pedazo de roca extrañas a los campesinos y que que se encuentra con ta realidad, se
y arrancarlo? ahora permitían entrar a la fiesta? golpea, pierde sangre de heridas que
Fue así que al año siguiente, en Era nuestro deseo el apoyar al no se cierran. El cuerpo del teatro
el 75, de vuelta en Carpignano y que quería hacer tomar conciencia no puede vivir de la propia sangre,
más tarde sobre las montañas de al propio pueblo de la utilidad de su hemofilia lo obliga a nutrirse de
Cerdeña, tratamos de hacer crecer una cosa que aparentemente era sangre que proviene de otros cuer­
tentáculos que fueran capaces de superflua. pos.
aferrar cualquier cosa y perdurar en Y al final los libros eran llevados Necesita siempre sangre nueva,
el lugar aún después de nuestra a la biblioteca, un pequeño cuarto no puede vivir de sí mismo.
partida. No sólo exigimos el inter­ oscuro que para muchos de aquellos Existe, entonces, un teatro he-
cambio, preguntábamos también, al que habían participado era ya algo mofílico, que niega su condición:
grupo que nos había invitado, cuál grabado claramente en sus memo­ blanco como una larva, en su torre
era el problema del pueblo que ellos rias. de cristal, "Magístri" y exégetas en
mis deseaban resolver. Las respues­ Actuando así, ¿a dónde íbamos torno, que lo proclaman omnipre­
tas eran múltiples y diversas. a parar? Y nosotros, no somos sente y cumple operaciones de revi»
Entonces, como condición de misioneros, ¿qué recibíamos real­ gorizamiento con diagnósticos y
nuestra presencia, exigíamos una mente a cambio? teorías.
movilización no sólo para encontrar ¿Cómo incidir concretamente, Pero, existe también un teatro
gente que cantase e hiciese música. con el teatro, en una cosa que está consciente de su hemorragia, que se
En Monteiasi, cerca de Taranto, en por fuera de él ? separa del cuerpo protector de sus
el sur de Italia, un grupo de jóvenes ¿Cómo abrir una brecha —mate­ doctores y parece perderse en una
había alquilado de su propio bolsi­ rialmente, no de palabra— en el realidad que lo ignora y lo degrada,
llo, una habitación y habían metido recinto que, a pesar de separarnos que no tiene necesidad de él y
en ella algunos libros, con el deseo de los otros, nos deja vivir librcmen- cuyos golpes lo desangran.
de dotar al pueblo de una biblioteca Para hacerlo es necesario recurrir Es necesario sobrevivir. Las
que siempre había faltado. a humildes trabajos: las cosas sobre transfusiones irrigarán el cerebro de
Cuando nosotros fuimos a Mon­ las que realmente se puede incidir sangre que no proviene del cuerpo
teiasi, además del “ baratío**, había­ son siempre más chicas que aquellas dd teatro, sino de otros cuerpos
mos pedido a la gente que quisiera sobre las que se puede discutir. hasta ahora ignorados, mantenidos
ver el espectáculo pagar la entrada A pesar de que tratando siempre lejanos, rechazados como peligrosos
con un libro. de salir del camino, podemos correr
Era paradójico: ¿Por qué pagar el riesgo de perderlo.
Digitalizado por
fy^IwllIraí^aedwiííííULTA
■ i Be;las Artes
rior de la Ccrdeña, un grupo de de una seguridad finalmente perdi­
jóvenes, obreros y pastores de iz­ da y de la nostalgia de otra. En sus
quierda, nos habían dicho que les cuerpos se puede distinguir el más
faltaba dinero para publicar mate­ mínimo temblor, las tensiones más
riales sobre las condiciones de tra­ pequeñas, el volcán interno que
bajo en una fábrica vecina y la intenta liberarse de su fuego, y que
condición de los pastores del lugar. hace palpitar, como queriendo que­
Nosotros dijimos a la población mar sus frágiles carnes. Y todavía,
que, además del "baratto” , estába­ no obstante el embarazo, casi el
mos interesados en conocer mejor horror que inspiran, los sentimos
sus condiciones de vida. Le había­ extremadamente vecinos: paradóji­
mos pedido a un grupo de jóvenes camente extranjeros en este paisaje
que recogiesen material sobre el desconocido, en grupo y profunda­
publico. Pedimos de ayudarles a mente solos avanzan como si quisie­
desendeudarse de nosotros. De esta ran llegar a ser hombres.
forma todo el pueblo colaboró y ¿Quiénes son, comediantes tra­
dio dinero para los materiales que bajando sólo por el pan cotidiano y
después fueron distribuidos en el por el aplauso del público, o "alva-
mismo lugar. ros” ? Los "aivaros” son los hom­
En cada pueblo una compensa- bres que, en el hinduismo, creen
sión diversa que se adapta a aquello que no existe la divinidad, que no
que realmente la gente del lugar existe la esperanza, que todo es
siente como suyo. Después conti­ ilusión; y a la búsqueda de una
nuaron llevándolo adelante cuando verdad más allá de todo esto reali­
el teatro ya se haya ido. zan actos rechazados por toda la
Así no se hacen revoluciones. sociedad, que deberían escandalizar
Aparentemente nada cambia, pero y hacerlos encerrar. Pero son " Jos
es la única posibilidad que la bolsita focos de dios", y al lacerarse de
del pulpo teatral tiene para hacer todas las pasiones contrastantes, a
dándose a sí mismo contra cada crecer un tentáculo que aferre, con la búsqueda de una unidad, caen en
obstáculo, parece estar golpeado la esperanza de que también otros un recinto que aquella sociedad
como de un nuevo modo de perci­ tentáculos aparezcan, tomen la roca respeta: ia religión.
bir, de usar ios propios sentidos, de y finalmente se la pueda sacudir. El recinto del teatro y sus habi­
reflexionar. Vive una nueva vida En Ollolai, un pueblito aún más tantes se transforman en payasos,
que a veces no alcanza a explicarse pequeño que Gavoi, nos habían saltimbanquis y en seres para reír, y
mientras los doctores y “ magistri” hablado de la intención de abrir un la gente ríe, aplaude. Pero a veces
lo observan sacudiendo la cabeza, archivo de las tradiciones del pue­ su risa se congela, cuando el payaso
molestos por el hecho de que un blo, que se veían amenazadas y en abandona la exhibición de su vir­
enfermo, en vez de seguir la medica­ vía de extinción. Pensaban recoger tuosismo y casi impúdicamente re­
ción se cure solo, obteniendo resul­ viejos instrumentos musicales, fábu­ niega la existencia de toda divini­
tados, como cualquier curandero de las, historias, biografías de viejos. dad, reniega de su profesión, parece
provincia que debe ser rechazado en Entonces nosotros pedimos. . . estar poseído de una voluntad con­
nombre de la ciencia y del buen Entre estos caseríos desconoci­ trolada que busca y no se quiere
sentido. dos, entre estas personas que no dejar encerrar por los aplausos del
Tu pierdes sangre: y mientras te tienen grandes nombres, ¿perderán cerco de espectadores.
niegas a quedarte quieto en una los actores la intrasigencia hacia el Ahora —danzas y desfiles— las
cama sobre catafalco has andado propio arte que parecía orientarlos, máscaras son como una costra sobre
más allá, has atravesado la frontera, y que les permitía, en el espectácu­ las caras de nuestros actores, pron­
estás en la tierra de nadie: detrás de lo, presentarse desde la cúspide de to, en el nuevo espectáculo, ellos
ti el territorio del teatro, delante su trabajo y experiencia? fundirán eso, que habían usado
otra frontera, que ignoras a qué En nuestro últim o espectáculo para cubrirse.
territorio te llevará. Avanzas caute­ era como si siete jóvenes abandona­ El caballo loco será dejado libre
loso pero obstinado. A veces tus sen la corteza de su "ser actores". de volar y caer siguiendo sus visio­
pasos te reaveetnan a la frontera del Como cangrejos salidos de sus capa­ nes.
teatro, los doctores y los "m agistri" razones, que alcanzan a sobrevivir al
sonríen aliviados. A veces pareces pánico de encontrarse siendo un
casi perderte en el horizonte y tu puñado de carne blanca rosacea a
destino deviene incomprensible. merced del dolor que puede produ­
¿Quién eres? ¿Un solitario que cir el más mínimo roce, mientras su
desaparece en el desierto? ¿O acaso desnudez, casi contra natura, parece
aquél que andando más allá, tam­ llamar la atención despertando en
Los te xto s para este a rtíc u lo fueron
bién perdiéndose, termina por tra­ nosotros ganas de pisotearlos mien­
tom ados de la entrevista con Jenntfer
zar una pista? tras nos protegemos las manos. Sa­
En Gavoi, un pueblito del inte­ cudidos de su '^ S i^ C Ó M A C U L T A
sí Bellas Artes
En junio de 1966 el Odin Teatret se una idea del desarrollo y de la del contenido de los mismos, a una
trasladó, después def ofrecimiento amplitud de las actividades del labo­ confrontación entre los participan­
del Municipio de Holstebro que ratorio. tes escandinavos y personalidades,
aprobaba brindarles locales y una espectáculos y medios extranjeros.
subvención anual, de Oslo (Norue­ • ACTIVIDAD PEDAGOGICA IN ­ El Odin Teatret ha organizado hasta
ga) donde había sido fundado en TERNA hoy, más de quince importantes
1964, a Dinamarca. Uno de los Trabajo diario de preparación de los se m in a rio s interescandinavos y
presupuestos deL nuevo programa alumnos y actores del laboratorio, otros menores, con la participación
de trabajo era la transformación del de las más eminentes personalidades
teatro en un laboratorio, es decir, • CURSOS del teatro contemporáneo.
en un puesto destinado a ensayar y Cursos sobre ei "entrenamiento”
a verificar nuevas hipótesis de peda­ del actor dados en Holstebro, en
• PUBLICACIONES DE MATE­
gogía teatral y manifestar los resul­ Dinamarca y en el extranjero.
RIALES TEATRALES
tados alcanzados cor espectáculos
El laboratorio posee su propia casa
propios. • P R O D U C C IO N DE ESPEC­
editora que publica la revista
Además de esta actividad el labo­ TACULOS TEATRALES
T.T.T., Teatrets Teorí ogTeknikk
ratorio debería operar como centro Los espectáculos son el resultado
(Teoría y Técnica del Teatro),
de búsqueda de nuevas iniciativas del trabajo del laboratorio según su
como también volúmenes dedicados
que irían más allá del puro espec­ propio método, Vienen presentados
a problemas técnicos y pedagógicos,
táculo teatral. El laboratorio esta­ en primer lugar al publico de Hoís-
que no hayan sido publicados en
ba; constituido sobre base interes­ tebro y sucesivamente son llevados
ninguna de las lenguas escandinavas
candinava con actores y colabora­ en gira por toda Dinamarca, Escan­
o que, simplemente, sean de no
dores provenientes de los países de dí navia y el resto de Europa. En
fácil adquisición. T.T.T. es hoy ía
toda la Escandinavja diez años de actividades el Odin
única revista de teatro en Escandi-
Con la revisión de la ley sobre el Teatret ha realizado cuatro espec­
navia que sale regularmente y en el
teatro del 4 de junio de 1970 el táculos que han ganado diferentes
lapso de ocho años ha publicado
laboratorio viene a ser la única premios en festivales internaciona­
veintitrés números.
institución experimenta), con una les. Algunos de sus espectáculos
subvención estatal. F.I Teatro Labo­ son Ornitofítene, Kaspariarta, Fe­
ratorio Interescandinavo está por ral\ Mín Farhus • ACTIVIDADES DE BUSQUEDA
lo tanto reconocido oficialmente SOCIOLOGICA
como Instituto Pedagógico de parte • SEMINARIOS ACERCA DEL El laboratorio ha llevado a término
del Ministerio de la Cultura y del AMBIENTE TEATRAL algunas búsquedas sociológicas.
Ministerio de Enseñanza. El Intento de estos seminarios es el ésU&jgj menciona particular-
El siguiente sumario puede dar de dar lugar, a través de fa forma y _ M i t e r a n füCONACULTA
Digitalizado por í S X bíÍ Bei las Artes
0

reacciones de ios espectadores de conciencia teatral escandinava. Lo (sobre el entrenamiento de De-


Holstebro ai espectáulo Feraz del mismo vaie para ios espectáculos croux, de Grotowski y del Odin
Odin Teatret. La encuesta fue orga­ originarlos de los E,E.U.U.} Améri­ Teatret) cada uno con una duración
nizada con la colaboración de los ca del Sur, Asia, Australia, Europa, de casi noventa minutos, vienen
Institutos de Historia del Teatro de cada uno de los cuales, más allá de ofrecidos a Institutos de instruc­
las Universidades de Copenhaguen y cualquier juicio sobre el teatro con­ ción, Clubs, Asociaciones teatrales,
de Lund (Suecia), temporáneo, debe ser considerado escuelas, etc., que deseen mostrar­
Otra realización importante ha sido como experiencia específica por su los con fines no lucrativos.
una indagación sobre los grupos valor documental. Hasta el mo­
teatrales existentes en los cuatro mento el laboratorio ha presentado • HOLSTEBRO HOJSKOLE (ES­
países escandinavos publicada más a Holstebro cincuentaiún grupos y CUELA SUPERIOR POPULAR)
tarde en T.T.T. compañías teatrales, provenientes El Odin Teatret tiene a su cargo
de dieciseis países distintos en cien­ durante e! semestre invernal (no­
• PRESENTACION DE OTRAS to veintitrés representaciones com­ viembre-mayo) los cursos de crea­
EXPERIENCIAS TEATRALES pletas, ción dramática de !a Escuela Supe­
Esta actividad se cimenta con la rior Popular de Holstebro.
presentación en Holstebro y en * PRODUCCION DE PELICULAS
Dinamarca de espectáculos de com­ DIDACTICAS • ESCUELA INTERNACIONAL
pañías y grupos teatrales en su El Odin Teatret colabora con lá DE TEATRO
mayor parte provenientes del ex sección del Servicio Experimental El Odin Teatret ofrece a estudiantes
iranjero, algunos de los cuales re­ de la Radio-Televisión Italiana en la y actores extranjeros cursos sobre el
presentan hoy día momentos signi­ realización de una serie de películas método de trabajo del laboratorio.
ficativos en la historia del teatro: dedicadas a diversos métodos peda­
La signara é da buttare de Darío gógicos y de "training" del actor. • ACTIVIDADES CULTURALES
Fo; Orlando Furioso de Loca Ron- Los primeros tres films de la serie g en er ales
coni; Oh le beux Jours de Samuel Ei Odin Teatret está constantemen­
Beekett con Madeleine Rertaud y te empeñado en la promoción de
jean Louis Barrault; El príncipe actividades culturales de género di­
Costante y Apocaiypsis cum figuris verso, desde cursos y experiencias
de jerzy Grotowski; Julieta y Ro­ de ia dinámica de grupo a cine-clubs
meo de Otomar Krejca; espectácu­ para niños y adultos, desde el traba­
los de teatro japonés Noh y Kabuki; jo con niños de escuelas inferiores a
el Tjalonarang baltnés: se trata, de exposiciones, conciertos, etc,, a la
todos modos, de espectáculos antes publicación de un libro sobre la
desconocidos en ia vida y en ta ftid*tíu*t#&lt<de Holsíebrj;
lis-fea. Nacionai de (AC O N ACULTA
¡4»S«r¡ Bellas Artes
Después de inacabables pasos bajo
la bóveda de Rafael que promete el
cáncer rococó a la vuelta de dos
siglos, se entra en la capilla por una
puertecita insignificante y oscura a
causa de no saber qué errática
disposición arquitectónica. Pero
apenas cruzas el umbral, la eterni­
dad estalla. Eí griterío de los répro-
bos te empapa el rostro con golpe
alevoso, te sustrae a toda intención
apriorística, te arrebatad abrigo de
la lógica, rompe contra el piso de
recuerdos cosméticos los anteojos
de tu pedestre sabiduría hinchada
de prejuicios. Cósimo y Roselli ahí.
A hí el Perugino. A hí Boticelli, ya
entristecido. Y todos, los demás,
también ahí. Dignos todos en su
santidad muda y tranquila. Pero,
¿dónde, pues, la fuente del grito?
¿Dónde e! Hombre, ambidiestro y
musculoso? ¿Dónde la plenitud y
la catástrofe? Todos los visitantes
del mundo aquí. Todos los turistas.
Tú. Varios observan a una mujer
que pinta algo en el cuenco de una
cucharilla. Otras cucharillas forman
procesión de acero pintado en el
terciopelo de su mesita de trabajo.
¿Dónde, pues, la fuente del grito?
¿Desde dónde el rompimiento de
tus oídos? Una mano amigable
señala a tus espaldas, por encima de
ti. Sin agradecerle el favor giras
sobre tus talones, y es cierto, existe.
Es cierto. Es azul. De carne. Ocre.
Grande. E! gentío del Juicio. El
primer gentío, y el último. Los que
gritan. El horror o el frenesí de los
que gritan. De los que se elevan, de
los que caen. De los que miran el
Infierno. Y El, el Hombre poderoso
que llega a juzgar a los Hombres, ya
no en el Pantocrator m ilitar, auto-
suficiente. El Hombre. Es cierto. Es
cierto, es verdad. Inmenso. La resu­
rrección de la carne, que sólo pod ía
darse de veras en el Renacimiento,
en Miguel Angel. Ahora, aquí,
mientras una mano se levanta para
dictar el castigo, la otra atempera su
descarga. La resurrección, el grite­
río. Salvación y condenación eter­
nas. El olvido, la Intrascendencia.
La reprobación histórica. El griterío
de la resurreción, esto es. Hombres
en la trompetas. Hombres ya, no
ángeles. El Hombre. Y ahí el conde­
nado, como siempre, mirándole
porque el infierno eres tú, los que
están contigo. ¡Salud, Miguel An-
f 'r í i í9 w » Í5 # n fuiste! El conde’
' @ ^ w a i t o 8 u^ f e © N » C U L T A
Digitalizado por rtáiaiBTj Belfas Artes
©

a que escapes un segundo del Infier­ Sólo un parpadeo. El griterío. Pre­ reconocerlo ahora. Más tarde será.
no para que puedas horrorizarte go, dices, y nadie se mueve. Prego, Prego! Más agudos los gritos. Esa
como él, ante la inconsciencia que a slgnorí. prego. Gritas: Prego, signo- dama quizás le ha oído. No te
todos aletarga, Pero no, tú no estás r i ! , pero nadie te oye.Pardon, Mon- miraría si no. Prego, le sonríes, y
en el Infierno. Tú eres la excepción sfeurs. Pardon!, Prego! Blsogno ella también te sonríe, aunque sólo
en tanto que piensas esto, en tanto passarei Atenzfone! Ese rostro de a medias. Dice algo también. ¿Qué
que lo interpretas. Tú estás Ubre. alemán, de tedesco, se ha vuelto y ha dicho? Quizás no habla italiano.
Salud, maestro Miguel Angel, de­ te mira. ¿Te ha oído? Scusi; le di­ Ni francés. O quizás grita. Pero no,
mos un paseo y cambiemos impre­ ces, Bisogno passare. Io bisogno de ahora tiene de nuevo los labios
siones. El griterío en todo su furor; possare! Pero él te mira como un cerrados, como antes de mirarte. Y
en aumento, parece. Comienzas a demente y te contesta algo largo ya mira de nuevo hacia donde su
abrirte paso hacia el mural. Tratas largo de la cual tú no oyes ni una compañero señala. Prego¡ El grite­
de abrirte paso, de regresar todo lo sola palabra. Como película sin río aumenta. Esa es la puertecíta de
que sin saber cómo has avanzado sonido, como el aparato de televi­ entrada. O por la que tú entraste,
hasta e! centro de la capilla, donde sión con el volumen abajo a ja hora sí. No es tan pequeña. Por ella
un grupo de africanos sostiene y de los anuncios. Sólo el griterío. Y penetra en el recinto una columna
mira grandes espejos. Claro, sobre ahora el rostro ario te olvida y constante de turistas, como tú al
de ti está el otro universo: más vuelve la mirada hacía arriba otra principio, desconcertados, buscan­
cuerpos desnudos, el Renacimiento vez, hacia donde antes la dirigía. do en las paredes, sonriendo como
en pleno. Adán y su creador. Gran­ ¿Cómo se dirá en alemán? ¿Estará tontos, volviendo la mirada insufi­
dioso. Enorme. Y ahí el diluvio, en la Guia A zurral Ya no te mira, cientemente hacia los lados. Prego!
efectivamente menor que todo lo de cualquier modo. Por el otro lado Por supuesto que el griterío aumen­
demás, pero Miguel Angel no obs­ entonces. Pero no, aquí está peor el ta. El condenado, con su media cara
tante. Pero sí, menor. Menor que la asunto. iQué día maestro! ¿Así terrible al descubierto, sigue en su
Sibila cumana, ahf, con su frazada estás siempre de acompañado? infinito mirarte inmóvil, en su infi­
luminosa casi Caravaggio. Masculi­ Ahí, detrás de esa cabe/as, ha aso­ nito gemir para que tú enmudezcas.
na, contrapunto resuelto al Cristo mado un tapiz rafaelino. Imposible El griterío en aumento, siempre. Te
femenino de Santa María Sopra sudan las manos ¿lo notas? Prego!
Minerva, a) David mismo. Los pro­ Prego! La Guio Azurra te golpea
fetas. El color, increíbe. Más apaga­ los pies y luego se abre contra el
do en general que en las reproduc­ piso como una gallina muy, pero
ciones, y sin embargo más encen­ muy sobrepasada de calor. Habrá
dido. Verdadero, pues. Vivo. Nunca que agacharse a recogerla, de cual-
alcanzan las palabras. Y ya el Ma­ |&lM0fi¡ imarttíto Prego! Prego! De
nierismo. Un parpadeo, la Historia. «▲CONACULTA
Beüas Artes
0
FRAGMENTOS
Gonzalo Rojas

1. Del cerebro cae la esperma, cerebro liquido,


y entra en la valva viva: et Verbum caro
factum est.
Leopardo
Duerme en sus amapolas el pensamiento.
¿Quién
me llama en la niebla?

2. Cuerpo que vas conmigo, piel


de mi piel, hueso de mí hueso, locura
de haber venido a esto, desde (a madre
a la horca,
solo el absoluto
en más fuerte que el leopardo,

3. un zarpazo, un ritmo,
no hay
otra hermosura comparable:
ni la que basamos, ni
la que no alcanzamos a besar en la prisa
de la aguja terrestre,
ni la majestad
del cielo y sus abismos, ni esta noche
tan
tersamente fragante
para yacer desnudos como vinimos
entre el fulgor y el éxtasis: como vinimos y nos vamos.

4. ¿De qué se acuesta el hombre para morir, de qué latido


pernicioso, con la sien entrando hacia dónde
de ía almohada y la oreja:
oreja ya de quién, nadando cuál
de los torren tes sombríos: el pantano
o et vacío sin madre: de cuál de las espinas
de la Especie? 4ACONACULTA
Digitalizado por
0
5* Me invento en este Dios que me arrebata, me abrumo
en las vocales ciegas, me desperezo
entre estos libros sigilosos como serpientes,
¿cuánto
me queda en la trampa?
Digamos elocuentemente,
pero yo pregunto, pregunto.

6. Ya van cincuenta y siete, hila que hila, Zumba


que zumba el Zumbido contra el hueco del corazón.
Nacemos
y desnacemos en lo efímero, miramos
por eí vidrio:
uno
no sabe si es otro, si todo empieza cuando salimos,,

7. del polvo
al polvo
del miedo
al miedo,
de la sombra

8. a la nada.
Sólo que de lo Alto
caemos con la esperanza, nos encarnamos
en la apariencia, nos cortan de lo flexible
de la doncellez de la madre, nos sacan a la intemperie
de! llanto, y hay que subir, subir,
para ser:
perdernos,
perder
e! aire, la vida, las máscaras, el fuego:
irnos quedando
solos
con
la
velocidad
de la Tierra.

9. Dormir por últim o en las piedras pero velar como ei leopardo


entre las amapolas.
aquí y allá,
ser uno y otro
como el mar, vivir en Enigma.
¿todo
es igual a todo, mi Oscuro?
¿todo
es igual a ti mismo?

«ACONACULTA
Digitalizado por
PROCESO A Al principio, el caso suena a eufo­
ria. Es inevitable, conociendo a la
humanidad, que degenerará en au

UN HOMBRE todestrucción. No por voluntad


propia del sabio sino por la presión
ejercida por sus semejantes (inclu­
QUE DESCUBRIO yendo entre ellos, y en primer
plano, a sus colegas). Es así como la
novela de Marcela del R ío protesta
LA INMORTALIDAD una vez más contra la sociedad y el
sistema, se rebela contra el castran­
te “ orden” establecido al mostrarlo
—a saltos en la narración entre
M aruxa Vilalta Tiempo y Espacio—como el Cronos
de siempre, devorador de sus hijos.
Proceso a Fauhrítten es una
novela; sólo una novela, se aferra en
pensar el lector aterrado presintien­
do qué, adivinando cómo, no pu-
diendo cerrar los ojos a la realidad
de saber que de no tratarse de una
ficción tembién habría sucedido lo
mismo, también Faubritten habría
sido procesado, también se habría
iniciado el proceso de destrucción
de lo por él construido, también
habrían vuelto las cosas a su curso
"norm al" del que a nigún ser huma­
no que pretende salir se le perdona.
Distinto —y entonces la ciencia-
ficción hubiera ya adquirido tintes
de utopía —si hubiera sido un dios
el que hubiera dado el don de la
inmortalidad a los hombres: él mis­
mo los habría acondicionado enton­
ces para vivir con ese don. Pero,
tratándose únicamente del descubri­
miento de un sabio, la innovación
sólo podrá terminar en desastre y el
hombre, no preparado para recibir
sus beneficios, tendrá que matar su
propia inmortalidad.
Desde este punto de vista, la
novela de Marcela del Río (M..
Aguilar, editor, México, 1976) tiene
un fondo religioso. Del mismo mo­
do que lo tiene filosófico y lo
muestra en el hecho mismo —apa­
rente paradoja— de exhibir y valo­
rar una vez más la importancia de
toda filosofía ante el concreto deve­
nir de la muerte.
Independientemente de esto,
Proceso a Faubritten es un docu­
mento. También en el campo de la
ficción pueden existir documentos.
Sólo que no cualquiera es capaz de
escribirlo. Supo hacerlo Marcela deí
Río, como ha sabido hacerlo en
diversas ocasiones el autor del pró­
logo a Proceso a Faubritten-. Ray
Bradbury. En esto consiste uno de
los prir¥rí®3l8ó méritos de fa novela
GOt^ACU LTA
!!«■».! Bellas Artes
©
{os hechos a nivel de la realidad compuesto de explosiva mezcla a Impregnado de tan distintos in­
cotidiana, en introducir aconteci­ base de entrevista-reportaje-análisis- gredientes, recursos, matices, Proce­
mientos que, más que de surrealis­ h i pnosis-diario-crónica-collage-ensa- so a Faubritten no es un libro
tas, calificaríamos de "sobrenatu­ yo- ensueño-poema. El doctor Fau­ caótico. Por lo contrario: se erige la
rales” en la vida de seres que britten a través de las entrevistas novela a la manera de un estudio
pueden ser nuestros amigos y veci­ con su hija Cristina, con el perio­ razonado, en el que las pasiones han
nos, seres cuyas vidas a su vez se dista Piautilio, con los inquili­ sido controladas para mejor llegar a
enlazan o entran en contacto con nos del "Monte S in a fF a u b ritte n decir lo que debe decirse, en el que
las de personas que verdaderamente a través de su diario íntimo, del la crítica social y política, ponga­
existen y han existido, como por diario de su mujer María Corona; mos por caso, no está dictada en
ejemplo la vida y actos de Adolfo Faubritten a través de su propia forma aleccionadora o explicada a
Hitler, cuya sombra nefasta invade infancia y adolescencia, a través del capricho de la escritora sino que
páginas y más páginas de la novela e proceso de su revolucionario descu­ surge implícita en el lector a través
influye en el carácter y resoluciones brimiento, y del proceso antirrevo- de los datos (implícitos y explíci­
que adoptan sus personajes. Si Hi­ lucionaro contra él desencadenado. tos) del documento mismo, datos
tler no hubiera existido, otras ha­ A través de su propia vida y de su de este tan real proceso ficticio a un
brían sido la vida y reacciones del muerte, e! proceso de un hombre personaje a quien la autora se da el
d o c to r Alexander Faubritten y que "descubrió” la inmortalidad. lujo de retratar en su libro estre­
quizás su descubrimiento nunca se En la novela de Del Río los chando la mano del Führer, se da el
habría realizado. personajes se hablan entre sí y a sí lujo de mostrar en el ambiente en
¿La "vida” de Faubritten? ¿Su mismos, leen textos de otros perso­ que vivió, en la villa de sus padres
"descubrimiento” ? Nuevamente la najes, se encuentran y entrecruzan en Wildsau, en la iglesia de Wildsau,
ficción invade los planos de la dentro de una narración y a lo en los patios del Castillo de Praga
realidad. ¿Acaso Lovecraft no reci­ mejor vienen después a cambiar el entre sus compañeros de estudios
bía centenares de cartas preguntán­ curso de la narración misma. de la "Deutschen hochschulen” , en
dole por el Necromicón, el demo­ Dramaturga, novelista, ensayista, el ambiente de la Alemania aniqui­
niaco libro prohibido de su árabe poeta, en Marcela del Río este nivel ladora de los judíos y de la Checos­
loco? ¿Hasta qué punto lo irreal es de lo poético parece aflorar siem­ lovaquia cortada en pedazos y en­
la realidad misma? La vieja pregun­ pre. Así, muy subjetivo, muy de ía gullida por Hitler cual pastel de
ta se replantea en el libro de Marce­ autora, es, por ejemplo, ese "diario cumpleaños.
la del Río con tintes tan sencillos de María Corona” , adornado con Y con todo, Proceso a Faubril-
como impresionantemente sencilla alamares del castellano antiguo, pre­ ten, con esa humanidad ahora in­
es la angustia de nuestra actualidad guntándose todas esas glorias de la mortal que "gasta horas" como
escueta, desprovista hasta los hue­ humanidad qué se ficicro n , y a la gastaría millones un nuevo rico y
sos de todo adorno, privada del vez impregnado de reminiscencias con su notoria disminución de enla­
candoroso consuelo de la retórica, de sabor indígena de los cultos a ces matrimoniales, no es libro exen­
sabedora de que la mente del hom­ Quetzaícóatl. Como si, entre el dia­ to de sentido del humor, ese tan
bre jamás recuperará la virginidad rio ir y venir de la noticia y el necesario sentido del humor que
perdida y conocedora de esos dolo­ reportaje, la autora-ei-lector-el-hom- suele entrañar autocrítica y que
res hondos para los que no hay bre trataran de reafirmar su reali­ siempre es factor determinante de
consuelo porque la realidad fue dad de seres pensantes, dándose el inteligencia.
siempre de ellos, por más que con la lujo de una pausa para la emotivi­ Al terminar la lectura, la pregun­
la complicidad de nuestras fantasías dad y la belleza. La pausa de la ta queda en pie: ¿y si algún día
hubiéramos logrado olvidarla. emoción ante la lógica, del senti­ existiera de verdad un doctor Fau­
Libro, este Proceso a Faubritten, miento ante la razón. britten que, ío mismo que descu­
brió Fausto el secreto de la eterna
juventud, descubriera el secreto de
la inmortalidad? Y la respuesta,
implacable, cruel, admonitoría para
quienes quieran escucharla, ahí que­
da también: si existiera el doctor
Faubritten, los hombres le harían
un proceso y se erigirían en comité
para elaborar un proyecto que dul­
cificara las consecuencias de su des­
cubrimiento e hiciera hasta lo posi­
ble reversible el proceso de evolu­
ción de su trabajo. ¿Acaso toda
evolución no es peligrosa para el
statu quo? Mientras llega el día de!
nacimiento del doctor Alexander
Faubritten, los hombres tienen lo
f s*2uep siendo mor-

Digitalizado por E I Nacional de


Bellas Artes
«ACONACULTA
©
LOS DANZANTES
ESPACIOS ESTATUARIOS
Raúl Garduño

¿QUE fecha es nunca?


Huyendo de no moverme en lo que escribo.
Portales y barrios que miran
baten formas errantes en copas de peces embriagados.
Y esto es caer,
mover (os labios atrozmente
en el interior de ia sala estruendosa del silencio,
vencer la manecilla de la arena
que viaja siglos de ciudades ciegas,
nacer por lo que duele
en altamar de un barco hacia sí mismo,
escuchar en el castillo de la brisa derramado
la luz sagrada que se desnuda
pronunciando malecones en los puentes de olas
entre las olas de la tarde y de la mañana,
cifrar, cifrar entonces en el traje sanguinolento
el canto del in fin ito
y la imagen desfondada de la sonrisa,
recogerse, recogerse trabajosamente de los frutos que
caen sin más corcel de la razón que una roca,
sin más sol que el aturdim iento en la tie rra .. .

MIENTRAS llega a mis labios el jardín que ignoro,


mientras abro la caja marina que vuela pensando en las aves
y vuelo en m í mismo habitando los ataúdes, pensando
lo que piensa la creación de las alas
desde el polen del viento entre los dedos;
mientras cabeceo en el árbol pujante de los bosques
y relato la voz del valle que atraviesa el hálito desértico
y hay un siglo en las vastas antesalas del pétalo que nace
para oír las doradas extensiones de que procedo;
mientras se apoya levemente el día ACULTA
D ig ita liz a d o p o r ¡ Bellas Artes
©
y es el tiempo del mar que me fecunda
y es el vértigo del mar que me antecede]
mientras cierro la escafandra
y asumo las edades de mi lecho hasta dar con las campanas
con las torres como crestas furiosas de lo que conform o;
mientras escucho la fulminación de ía primavera,
la labranza del verano que prepara en mi costado
los árboles fuertes de la turbulencia;
enfrente, al fondo, hundida,
llena de ciegos por el sordo absuelto,
abriendo el ventanal que resurgió al abismo,
hay una ciudad oscura, lenta, enviada a los incendios.

AH DESAMPARO, cai'da de espumas desmembradas, lámpara acaso


que llevas al hombre terrones astrales como luciérnagas;
eres la casa bajo los párpados,
en el sitio del corazón,
en el puntal inmóvil que vuela tejos
secucliéndose el ser de sueño.

Entre ropajes amargos tal contrayentes carbonizados,


a las habitaciones del frfo en el rostro de toda astilla
penetras sobrecogiendo a los huesos,
derritiendo las herraduras en la madera de la pregunta
que se desangra como una mano de temporales,
como el invierno tras las estrías del ojo en hielo,
planicie abierta hada la dureza
de un cubetazo de agua contra la sombra.
Por el viento que se lleva las cenizas
del hijo de los silencios,
al fondo de la calle desplomada como un antiguo muslo marino,
di' qué música fugaz marca tu paso,
que inminencia de horror dice tu día
en ¡a ciudad falacia que permanece en vilo,
en penumbra sostenida,
en sórdidas hechuras del barrio de la molicie,
a la hora sangrienta que brilla como un puñal.

COMO un ciclón envainado en su semilla


flo to en la página de ¡as consternaciones.
Recojo las arenas que regresan a mi nuca
para la detención de un sepelio inmenso.
Profiero la noche y la noche crece en lo que designo
y crece también y abunda y tiembla feroz, sin rafees,
sin la piel de la historia, demolido,
el techo fugitivo que me busca en las afueras de la ciudad,
en las afueras del ojo de la ciudad rodando
llena de crímenes y gritos,
como ruedan los poros de mi piel y como ruedan mis manos
a! lazar la avenida con un cable de inmundicia,
sobremurientes de alguna aguja,
logradas entre ventanas que se desploman
cuando escriben con alas batientes
ante el rumor espectante de los asesinos,
cuando labran las hartas escalinatas
del ser que va al sol como una vociferación del mar,
como una vociferación de la tumba embrocada en el mar,
©
A PAJAROS volados los brazos como ramas
cantan la cabeza del siglo creciente,
las hechuras de ciegos amargos en las alcobas,
la humedad de la lámpara sin nadie,
el vino sobre la mesa de una carta temblando,
la presencia a mares de la habitación con desconsuelos,
cimbrado en el tintero desamorado,
en el pavor de las horas-mordeduras
como un cúmulo de máscaras vencidas.

Afuera la noche crece en la copa de ceniza


de los árboles veloces.
Afuera, ensagrentado el tiempo fragua labios,
ojos, mejillas, manos, sueños.
Afuera, fugitivo, el país recorre
las interminables extensiones instanténeas,
reverbera hasta consumirse en el rojo resplandor del mundo.

¿Qué amortigua al terror, al brusco desasosiego,


al cráneo inmenso como un navio?
¿Qué habita con tos pies del agua
este largo pesadizo hacia la vida real de la muerte?
¿Cómo se llama la materia andada, ardida, encenizada?
¿Qué astilla de temblores pasa?
Es el frió que se rompe en el in finito.
Pero mejor su cuerpo atesorado: el Viento,
el látigo de mundos como un anciano dios
que al fondo del espejo fija el polvo.
Varón equinoccial de espanto,
alto rubor feroz que estrellas un tifón de pujanza
en el envío de la aurora a las costas dolorosas;
míranos el viejo remolino de brasas desangradas,
ábrenos al ojo cerrándonos los párpados,
escúchanos caer con la vara de la brisa
en la mano que escribe
sobre el agua inmemorial
la gota que amanece conmovida en el estanque.

in s titu to
Nacional de «A CON ACULTA
Digitalizado por Bellas Artes
®
ETERNIDAD DEL DIA
(S i la montaña se va)
Angel José Fernández

-'“ Cuando amamos, una savia in m em orial


asciende a nuestros brazos."
R .M . R t ik e

Bien quiero decirte no te vayas

La tierra desata sus elementos


La niebla acobarda tardes noches y cálmame
Los cielos ya ocultados resguardan
este mayo diario
Lluvia de mar
partiste
madreselva del día
Digo
Uvas fermentadas del alma
que un tiempo a tiempo
perdiéronse entre faldas y aguaceros

Escucha la montaña
el pez de la huida:
vegetal del camino que pisamos
Vendimia del almendro:
Acobardado voy a ti en el soplo divino
Te espero lejos
Soy animal celoso de poseerte aquí'
de saberte y saberme no como un paso al vacío

Lejanía recorrida tras el verso


te has ido
Noche donde caben las llanuras
en el puño de tu seno ....... . . w. .
y todo crepita y cede ante la mano [A Nadona, de (AC O N ACULTA
Digitalizado por K B S l Bellas Artes
©
La selva
Animal cabizbajo donde se pisa el fru to marchito
Iluminación de la huida:
soy navegante anónimo

Dónde queda la huella bajo ti niebla


En qué aburrido musgo te defiendes
En qué parpadeo de ave duermes
En qué fiera dentadura de ogro manuscrito
En qué llama de viento embravecido
se atienden los caminos

Una salvedad apenas si es tarde para nada:


una sola noche y el averno es nuestro
Pero vaste y basta
Cómo no pensar
esta cavilación de extravio
si el sueño tiene alas
como pegaso en su (evitación
Si amalgama es demasfa
y te ausentas de la imagen sensiblemente

Dame el espacio necesario y bajemos


Una lámpara de azufre nos comprende como a Dante
Una sola penumbra se apresta y el destello
mar podrido en la bruma de las almas
Una hoja de co! en la clarividencia
del delirio
No como un musfo torpe
en Ia mujer que enervada
irrumpe en empellón
y avara la putilla
Te pregunto dónde
cómo se inicia la vigilia del partes
Contesto adonde
cómo quieres azucenas del huerto

Húmeda voluntad tu cielo


esta manchada soledad
donde cohabitan tus ojos de adiós
y pesadumbre
donde se inicia la ternura
si al vernos la montaña cede sus razones

Dame el tiempo necesario y encallemos


en el lastre:
la últim a mejilla
Esta turbación verdfn azota las fronteras
miel vegetal del earín converso en rosas

La selva se pudre de versos: cáñamo de! alma


Monte de Venus donde ahogo silencios
Una gota de agua el agua temblorosa
Este dolor a secas
o el devenir a la montaña
Oh ascenso espiritual
Oh descenso dei fuego
hasta ríos de ira fecundada 4ACON ACULTA
Digitalizado por
©
(Mosca del sueño
peldaño ajeno que se rompe
y este descanso arteria encolerizada)

Y después nada queda


El solar los ocasos: una turbina rota
de empolvar búcaros tardíos
y el jardín destrampado:
Sonrisa al despedirnos
tristeza a oscuras claridades
y un abedul pariente espectros llorando
Una voz que presagia

Sumemos nuestra ira en la ira


espacio y tiempo: dos iras
Este cabestro me mata de sed las vides
La penumbra me enciende la garganta y gritemos
somos dos bestias a m itad del camino

Paso desandado
La unión de dos más nadie: la unidad
Y tú y yo somos
pie del caminante
*Ah Monte Carmelo!
Ciervos huidos
nostalgia compartida
duelo a espera
Dos brazos atados en la eternidad
del día

In s titu to
Nacional de IACON ACULTA
Digitalizado por Bellas Artes
ARTE FOTOGRAFICO
DE
Nacho López
MI PUNTO DE PARTIDA
He aquí mis condiciones como fo ­
tógrafo ante la sociedad: Mi oficio
es el instrumento más apropiado
para tratar de entender dialéctica­
mente el mundo de las contradic­
ciones, para exhibir la lucha de
clases y comprender al hombre co­
mo individuo. Sé que a la larga se
conservará una documentación
como testimonio de una aportación
mínima que habrá contribuido al
rescate de nuestra identidad contra
el enajenamiento conduc ti vista.
Vendrán grandes transformaciones
y guerras, y la fotografía habrá
consignado el conflicto eterno: eí
hombre en busca de dignidad, comi­
da, techo y educación.
Estoy de acuerdo con Careaga
cuando dice: "E l intelectual de un
país como México, subdesarrollado,
con millones de indígenas, con una
burocracia deshonesta, con una bur­
guesía proimperiatista y con una
masa campesina sobre-explotada,
un obrero despolitizado, una clase
medía conformista, cursi, nueva en
todo, mezquina y al mismo tiempo
reaccionaria, tiene muchas misiones
que cumplir. Una de ellas es la de
crítico, formular y expti*
c L ijrM a a s h S H te n o jjf^ K iA C U L T A
Bellas Artes
©

Explicar la realidad que nos ro­ sus medios publicitarios. Estos fo tó ­


dea es para mi' la función funda­ grafos-turistas retratan al zoológi­
mental de la fotografía. En qué co humano sin considerarse como
medida lo he logrado, queda a parte integrante del mismo zoológi­
juicio de los espectadores. Por otro co. Y cuando muestran sus fotos
lado, el placer de fotografiar —el llenas de “ colorido local’1 y pinto­
acto mismo, más no la diversion­ resquismo folclórico, el comentario
es mi redescrubrir constante y pun­ es inmediato: iQué bonito! iQué
to de partida. interesante!
La fotografía halla su mejor ejer­ Mi fotografía responde a mi pro­
cicio en las lides del periodismo. Es pia sensibilidad e inquietudes, pero
aquí donde el fotógrafo se pone en no soy dogmático. La libertad de
contacto con el devenir humano, expresión en el arte y en la vida es
con el drama de los desamparados, mi premisa. Lo que cada artista
con el gesto altanero de los plutó­ produzca será siempre el reflejo de
cratas, con la pose de funcionarios sus íntimas condiciones, como con­
que besan niños y acarician perros secuencia de hombre gregario perte­
mientras asesinan a hombres y mu­ neciente a una determinada clase
jeres. En fracción de segundo, el social, en medio de un universo
fotógrafo capta una realidad apa­ conflictivo.
rentemente caótica y ordena su En otra parte dije: Si la fotogra­
visión para conformar un retrato de fía contiene un soto significado, es
su época. documento; si abarca las contradic­
M uchos fotógrafos, siguiendo ciones de una realidad sin agregar el
una tendencia que se ha puesto de propio razonamiento, es narrativa;
moda, retratan a los humildes en si sintetiza los dos factores ante­
forma superficial y degradante igno­ riores además de la realidad inter­
rando el trasfondo social. Con ello pretada por el cerebro y el ojo, es
le hacen el juego a los poderosos testimonio, y quizá obra de arte.
que insisten en presentarnos como
países somnolientos pero paradisia­ j|¡j¡|j¡¡ in s titu to
cos, aculturizándonos a través de Nacho López Nacional de «ACONACULTA
Digitalizado por Selles Artes
©

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Ge U L u n A i ULTA
Digitalizado por Belfas Artes
©
Instituto
Nacional de 4ACONACULTA
Digitalizado por Bellas Artes
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CG
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Ph
<1
CONFORME A LAS
SIGUIENTES BASES:
fe g
«1 P I. Podrán participar todos los poetas residen­
OQ H tes en ia República Mexicana.

wd II. Los concursantes deberán enviar un L I­


BRO DE POEMAS INEDITOS (tema, form a y

oo extensión libres), a la Casa de la Cultura de


Aguascalientes, Venustiano Carranza No. 101,
Aguascalientes, Ags.
III. Los trabajos se presentarán por triplica­
W
S¡ J h
<3 < do, escritos a máquina, a doble espacio, en papel
tamaño carta y por una sola cara.
OH^ IV. Deberán suscribirse con seudónimo o
lema. En sobre separado y perfectamente cerra­
GOB do, adjunto a la composición, se enviará la
identificación precisa del autor, con expresión
< <3 ¿¡ de su dom icilio y teléfono al que pueda llamárse­
le.
V. Las plicas de identificación serán deposita­
S <3 °
áo“
os . <3
das en una Notaría Pública de esta ciudad; el
notario abrirá únicamente la que el Jurado
Calificador señale y destruirá ias demás. Todo
H^ P esto lo certificará en la actuación correspondien­

S« O te.
V I. El certamen quedará abierto desde la
<¡H<¡ publicación de la presente convocatoria, hasta el
d la 28 de febrero de 1977.
apw V IL El Jurado Calificador estará integrado
por distinguidos literatos y sus nombres serán
W fflP dados a conocer con toda oportunidad.
QW V III. El Jurado em itirá su fa llo a más tardar

O> el día 1o. de abril de 1977, Inmediatamente será


notificado el concursante que resulte triunfador,
a la vez que se divulgará por medio de la prensa.
53 IX. El Patronato de la Feria Nacional de San
Marcos cubrirá los gastos de movilización y
estancia del autor en la ciudad de Aguascalien­
O <J tes, para que asista a ia velada en que le será
entregado el premio, el día 28 de abril de 1977.
X. Los derechos de la primera edición del
trabajo premiado pertenecerán en exclusiva a la
Casa de la Cultura de Aguascalientes.
X I. Los trabajos enviados ai concurso que no
obtengan premio serán incinerados inmediata­

q mente después de em itir el fallo del Jurado.

w X II. Cualquier caso imprevisto será resuelto a


criterio de los organizadores.
ti»: «ACONACüLTA
Digitalizado por Bellas Artes
©
BUEN DIA, nomás, para Juego los terminaré de
morir. Resuello me falta para lo de
afuera, jodida es mi faena, pocos los

SEÑORA jornales aprovechados, ¡qué vida la


que hacemos con esta gente bien
finada!

AMANDINA Las nalgas se le fueron endure­


ciendo, depositadas como las puso
en el lím ite duro de ta altura y
decadente vereda. Desde allí exami­
Saúl Ibargoyen nó una estirada paisajística de basu­
rales incipientes, a medio crecer por
falta de escoba y trapo. En verdad
que aquellos barrios no le agrada­
ban un coño, sin embargo eran los
que más visitaba en el invierno, tal
vez por eso se Inflamaba su repudio,
tanto, allá por las encrucijadas de su
escondido órgano corazonal.
Se paró con cierto gasto de
energías viriles, manoteó vestidos
fuera de moda y quizá de tiempo,
enderezó los pelos por abajo del
sombrero semialudo, y ya levltaba
el bolsón, cuando unas voces más o
menos armadas le vinieron de atrás
de su costado:
— Pero ¡cómo dice que ie va,
doña! ¿Siempre volviendo por es­
tas pobrezas?
Giró toda ella hacia la voz sor­
presiva, tan tempranito y algunos
levantados a volteretearse en el me­
ro existir.
—Buen día, señora Amandrna.
Madrugando un porquito, ¿no?
Respondió con ciertos tonos de
relaciones forzadas, pero ¿qué iba a
hacer? Sus menesteres eran, al fin
de tanto sumar y resur, una prolija
sedímenUción de vínculos y expe­
riencias sociales. Doña Morte podía
sospecharlo o no, y eso ¿a quién
disgusta?
— Por qué no se dentra a tomar­
se un cafesito, ¿eh?
La Amandina de Butierre, pues
casada que era contra don Horizon­
tal io Butierre, ie ofreció la invita­
Doña Pelona Morte, para qué disfra­ Fatigada pues, sintiéndose muy ción muy sincera junto con las
zaría, para qué darle otras opciones usada, se acomodó con su gran bol­ extensiones imaginables de su cor-
de ser nombrada, andaba harta­ sa negra, bordada sí, con caras y an­ pacho geoidal, retenido por ropas
mente cansada de tanto haber man­ cas de angelitos desprestigiados por interiores provisorias y en disposi­
dado suela aquella mañana tempra­ las habladurías de don Diablo Pre- ción de recambio.
nera. Había surcado casi todo el to, que parecía saber su latín: "T o ­ "Que nunca se te ocurra alejarte
rápido fragmento de invierno si­ do ángel es putos". Pero ésta es co­ de este mundillo, ¿cómo haría yo
guiendo su olfato, sus netas in tu i­ sa delicada, marginal en nuestro te­ para morirte en buena calidá y
ciones. No siempre hallaba placer o ma. Pensemos en el bolsón agranda­ holgura? ¿En qué bolsa podría
gusto burocrático en cargarse la do por el peso de cuerpos tenaces, alzarte? "
sufiente cuota de carnes fresquitas negados a la disolución y a la nada. Cruzó su embolsado caudal entre
o sangreadas; más bien prefería Los mismo pensaba doña Pelona los hombros consumidos, previo es­
situarse entre variantes decididas, Morte, y ajustaba la cinta de cuero quive de los manotazos con que la
Que iban del derrumbe corrupto a la en un nudo irreversible: patron^rf^tSif3 y vereda quiso darle
precisa palidez de un solo camino. Que lo de adeptrjto ahí ksftatewaa.fas:-ffl<*C©NAC<ULTA
Digitalizado por m lm BeílñS A rtes
©
atrasito le anduvo, entraron en ese Vio que la doña tuvo un movi­
orden de lista, ei café pronto y para miento o un resplandor de inquie­
servir soplaba sus vapores blan- tud, y aumentó sus atenciones: que
quíentos en la mesa de la cocina- si deseaba lavarse, peinarse, pasar al
comedor-tallercito de costuras-altar retrete privado. . .
incendiado de los santos de protec­ —. . . o. descansar en la cama. . .
ción. - Y su esposo, tan marido que
El sacón quedó debajo de la suyo es, ¿no está acostado?
dicha mesa, los que en él estaban La doña pareció reírse sus pocas,
podrían haber escuchado los gol- bien que la confortaría meterse un
pecitos de tazas y platos y cucharas par de horas a ras de dormidera,
de conducir el azúcar entre aquel aunque sin nadie cerca ni lejos, sola.
calor negro y vibrante. — Eso no importa, ¿sabe? El es
— Rico es su café, señora Aman- muy buenito, le pido que le deje un
dina. Tiempito hacía que no le silieetto para usté y chau, ¿que
entraba a uno de sus reguiares dice, ch?
convites. . La doña notó que ia patronona
— Pero si usté sabe que a su se ponía demasiado expectante de­
orden nos hallamos de siempre, más, mismo, y le llegó como un
doña M .. . erizamiento cogote arriba. Estimó
— Pues sí, clarito. . Rico el cafe- pues, que era instante de irse yen­
sito, póngame otro, molestia no es do, y se izó con cierto poso de
efectiva para usté. Quien ofrece, fatiga.
tiene que ace. . ,p. . .lar. — Es lástima apreciable que ten­
Le sudaba la lengua con ciertas ga que salirme de su casa, usté ya
palabras. tiene buena idea de que en estas
La patronaza le abundó el reci­ épocas de friaje ei trabajo rebosa,
piente y también fe ubicó una me rebasa. . .
espuma retaceada para que el café Su lengua se alegró, pero no
alcanzara apariencia más ennoble­ pudo escanciar nuevos sonidos. blores, no la había visto así ni asá
cida. El dulzor caliente eludió las Más que nada por estos pobla­ en años que llevaba inspeccionando
distancias apretujadas de la habita­ dos, ¿en verdá que sí? Tantas la zona, mientras tantas colegas
ción multifuncional. gripes y mirinjitis, y los guríes suyas operaban en desparramados
Doña Morte chupaba las jugosi­ marchan con usté, y los enviejados lugares de poblaciones y fronteras.
dades vitales, después pediría una supongo que igual o más. . ¿Sabe? , — i Ay, doña, no me diga que ya
servilleta, de resultancia de la pro­ ya anduve de variados velatorios, le ensartó el ojo al pobrecito de
pia profesión, tenía las más plurales iqué lloraderas, mi Santo Jorge, Butierre, mi maridito en acción
y aun ociosas prácticas mundanas. cuánta lágrima rota! ¡Poco secó­ legal!
— ¿Le gustó su muchíto, no es, me y cuantimás menos se come, — No, no es eso, no me corres­
doña amiga de nosotros? cuantí más se muere.. . para qué le ponde a mí. . .
Amandina estaba sentada a la voy a contar, si usté está más — Y entonces, por qué las taies
tabla, como en otra dimensión, y enterada que yo! recomendaciones de saló y deriva­
no por sus grosores que no distin­ La doña casi suspira, le ocurría dos, ¿eh?
guían grasa de carne simple o hueso en cada desperdigado encuentro Señora Amandina, por favor,
de sosten. Era una mujer tota!, con la señora patrona Amandina. no se ponga de tal manera, como
digamos. “ Buena persona, atenciosa, dis­ enloqueciéndose, le hace mal ef-
— Mucho, cómo no. . . puesta a ofrecimientos y bondades, fe .. .e. . to, la circulación, los ner­
No quería buscarle a la dueña el no escondiendo nunca las ganas de vios, el estómago... Fijándome
contenido de fos ojos, dos desgra­ no entrar en bolsa ninguna, sincera, bien, usté también tendría que re­
ciados huevitos de codorniz meti­ blanda sin adular, dulzona tal vez, bajar de su peso, soltar unos cuan­
dos en una tremenda cola de gallina un buen bicho” , aproximadamente tos quilítos, así nos aliviamos las
sedentaria. así ya tenía informado dos veces dos, en lo suyo y en lo mío, ¿qué
— Aquí le doy su scrvillctita, sobre ella. dice usté?
doña.. . En confianza le informo, - Gué, que ahora ni estoy aquí. La palronuda, abandonando su
nadie puede acreditar de su finura, Gracias, Amandina, y no moleste a criterio de elefanta martirizada,
de sus procederes entre las gentes su marido. Sien dormido está él, reaccionó lo más bien, no vanamen­
que vamos quedando. De ignorantes raro que no le ronque. Disculpando, te se conocían de añazos atrás,
que son, nomás, no digo que chis- digaíé que no engorde ni chupe aunque jamás habían accedido a
morríentos de mafdá, porque a usté tanto vino negro ni esa caña entur­ tales desafíos de intimidad. Hay
la respetan más que al señor alcalde, biada, alcoholes me ayudan en lo asuntos, pues claro, que no depen­
con toda su autoridá de é l, .. Y que debo hacer. . , den sólo de nosotros.
responsable como es del cemente­ La patrona apenas si pudo mirar­ Sí, bueno, haciendo ya voy lo
rio, campo de personal entrevara- la como una luz brevísima, se le
a M ñ S s tH t¡fo dic<!- Pero '>ob,e *
do. . . notaba un notorio acceso de tem- ’WSefSft* 8S’ CACONACULTA
Digitalizado por ra in a l Bellas Artes
©
fuera a olvidar la cuestión que
estuvo en un tris o en un bis de
plantearle al saludar:
— Doña Morte, ¿cómo halló a mi
sobrinito, el de la Maruca Aisina,
que ayer no fu i? , en la otra calle
moran, en la bajada del cerro Clo­
quero.
— Usté es sabida de los jodidito
que estaba... fue una de las pestes
de ahora, que de las de antes no
recuerda que pueda ser. . Bueno,
gracias por tocio esto, que el atraso
me aumenta.
Dispuso el bolsón bordado a flor
de hombro, "¿Cómo le está pesan­
do? ” , y rompió Ja vacilante lumi­
nosidad que la puerta hacía pasar
continuamente.
- Ah, salude a su marido, y que
no duerma tanto, eso aquieta la
sangre y los hígados se ponen en
tren de pereza.
Amandina no ie contestaba, pues
iba sintiendo en las orejas que las
respiradas de la doña le traerían
más palabras. Dos, tres, cuatro pa­
sos esperó.
La doña le justificó la espera:
tope del gañote! y en amores lo completo, ni una gotita hizo perder - A su sobrinito, ¡o llevo aquí.
mismísimamente, lo confieso a usté entre el viaje del balde hasta la boca Me hace el favor de decirle a la
sola, ni al Santo Jorge le conté estas semiclausurada de Amandina, quien señora Maruca, que no puedo devol­
variaciones internas de m í . . . Del pudo sin embargo beber hondamen­ verlo. Usté entiende bien, que ella
amor al comedor, así es mi vida- Yo te y, al mismo momento, percibir entienda lo mismo. Y le da mi
no soy de trapos. Y Butíerre es los hombrunos ademanes que circu­ pésame, que no tuve ocasión por­
igualito, somos el uno para los dos, laban por los dedos de su huésped. que había un tremendo mujererío
pero usté ya tiene que haberlo De las manos pasó a la cara, al gritando. Hay quienes nunca com­
adivinado, ¿quién si no? pelo resbalando del sombrero frente prenden nada. Hasta cualquier día,
- Bué. . ahora me marcho más abajo, a los brazos luego, ai pecho desde ya le ace.. .p__ to otro
tranquilizada y una preguntita de detenido entre ropas aflojadas, a las cafeslto.
antes de volar a mis servicios, el día piernas que no se podían nada ver, La señora Amandina vichó unos
es largo para mí y cortón de luci­ a las zapatillas oscuras con Eas suelas minutos solamente, alguien la salu­
miento para los otros, dígame, seño: de yute y polvo amarillento y restos dó rituaf mente desde alguna venta­
ra Amandina, ¿cuántos años tiene de humedad por encima. na, dio eco a ios buendías y al
despachados su marido? Y usté, — Y usté, . ¿qué edá dijo que quefrío, y entró en su casa, tan
¿cuántos? Le pregunto porque a tenía? pequeña y oliendo, aromando a
veces se me erquivocan ios numen- Muy natural fue su indignación, café y al almuerzo que le atareaba
tos, y para no andar resacando la cuando la efectuó se sintió mejo­ los pensares, “ Una buena porotada
libreta.. . rada del todo, todamente ligera en con arroz y charques y presas de
Amandina desreaccionó, quedó su graso uniforme terrestre. Hasta chancho y naranjas cortadas y vino
muda como una cucaracha, silencio­ sonrió junto con la doña, ahora sí negro y para mañana domingo cal­
sa como la luna, distraída como el ella sonreía, labios secóles, ni ras­ do de gallina y el bicho mismito
viejo Einstein, estatuatizada en fin, tros de café o nada. con arroz y papas y adobo y vino
despojada de disposiciones, desnuda Escuchó la cifra que le explayó negro tal uno rosado que blanco
de sí misma, abstrayéndose de las la otra señora, le pareció que era nadies tomaba ni ella ni Butíerre y
porciones del cuerpo abismal que la legal o normal, nadie se asombraría un flan para sobremesa y cafesito
sujetaba al piso de la habitación o admiraría de tal cantidad. Si por con espuma y siesta y sueño ganado
fundamental de su amorosa mora­ esos pueblos el soto nacer y respirar y mucho mimo hasta ia última
da. dos puñados de aire, era como una sombra de la noche” , fue a desper­
— Discúlpeme, no se me ponga hazaña de la Madre lemanjá flotan­ tar a su marido, a aclararle los ojos,
malíta, tome un medio vaso con do entre las flores del mar de a regresarlo a su laboriosa realidad,
agua fresca, por et aroma debe ser febrero. Estar nomás, era el transpi­ porque a Horizontaíio Butíerre ie
de pozo limpio. rado milagro de cada día.
Y Ea doña ie zambulló ef copo Entonces cambió de tópico, no
Digitalizado por
El hombre siempre ha sentido la
SOBRE LA necesidad de narrar ¡o que le sucede
y de escuchar las narraciones de
otros; estas narraciones no nece­
“ FUNCION NOVELA’9 sariamente corresponden a la reali­
dad objetiva sino que pueden ser sólo

EN EL AMBITO la imagen que de ella se ha formado


el narrador, modificada consciente o
inconscientemente. De esta proyec­

MEDIEVAL ción de la unicidad personal a la


multiplicidad de personajes y es­
cuchas-lectores, y de la natural
combinación de ficción y realidad,
Aurelio González ha surgido la literatura.
Cada época ha producido sus
propias formas narrativas, cuya vali­
dez, independientemente de su ri­
queza estética o valor informativo,
está en la integración que tengan
con ia etapa cronofógica contem­
poránea. Como los seres y las cultu­
ras, las formas literarias tienen su
origen, evolución y posterior muer­
te.
Así es igualmente absurdo tratar
de juzgar la novela del siglo XX con
los patrones de la del XIX -de la
cual procede—, como no considerar
que determinados textos de la Edad
Media cumplen ta misma función
narrativa, en su época, que aquellos
que llamamos novelas, en el siglo
XIX.
Para nosotros entonces sería más
adecuado hablar de una “ función”
novela que de un "género” novela.
Esta "función” sería llenada en
cada época por textos que, si bien
pueden diferir en apariencia y aun
en determinadas estructuras y técni­
cas estilísticas, satisfacen necesi­
dades similares.
Así como en la Edad Media el
hombre sintió la necesidad plástica
de los murales románicos para des­
pués substituirlos por los vitrales
góticos, y a su vez éstos, en eí
Renacimiento, por frescos de estilos
tan diversos como los de Pinturic-
chio o Miguel Angel, en la litera­
tura las formas narrativas también
sufrieron cambios, evoluciones, es­
tancam ientos, etc. que corres­
ponden a las modificaciones de las
necesidades artísticas o intelectua­
les del hombre con el paso del
tiempo.
Los requerimientos de un escu­
Ig g cha o lector medieval eran otros, y
La ^ vBteEKS muy distintos, de los que tendría el
lector de narraciones folletinescas
del siglo XIX, y ambos son distintos
fft*BtJtl9sotros tenemos para
u i^ r í^ á ^ ^ Q í é t e r ijit C S O N A C U L T A
Digitalizado por rFBMrl Belfas Artes
©
Dentro del campo narrativo po­ la obra: éf vive ¡as acciones y ai
demos considerar, aunque no en mismo tiempo es el objeto de la
forma rígida o absoluta la existen­ narración. En otros casos, el prota­
cia de dos formas: una (a “ simple gonista no es el personaje principal,
narración de peripecias", que sería, sino todo un mundo, o el mismo
según Ortega y Gasset, el cuento; y autor-narrador.
otra, en la cual la creación de
personajes, acciones y circunstan­ De acuerdo con el concepto de
cias tiene importancia especial, aun­ “ función novela", es interesante a-
que esto no excluye la presencia o nalizar tres textos (El libro de
aun el predominio de aventuras. Apolonio, Vida de Sta. María Egip­
Este tipo de forma narrativa puede ciaca y Vida de Santa Oria) buscan­
llegar a requerir una extensión ma­ do encontrar ios elementos que les
yor que el cuento, sin que esto nos permiten llenar esta función, inde­
lleve como a Wellek y Warren, a pendientemente de sus diferencias o
f i j a r extensiones mínimas para de ía intención de sus autores ai
aquello que no es cuento. Estas dos escribirlos.
formas no son compartimientos es­ En el Libro de Apolonio la evi­
tancos, sino que se entremezclan dente intención didáctica o morali­
creando zonas muy difusas. zante queda en segundo plano con
El hombre ha necesitado de estos respecto a las aventuras y a la
dos tipos de formas narrativas a lo caracterización de los personajes. El
largo de los siglos; pero lo que autor parte de temas anteriores a él,
esperaba de ellas y la forma en que presentes en narraciones clásicas y
esperaba obtenerlo ha cambiado; y orientales (la Odisea y las M il y una
así como a un lector de (ames Bond noches) y los recrea y completa con
puede parecerle aburrido el Libro elementos que reflejan su época y
de Apolonio, probablemente a un por tanto la de los lectores. Así
lector o escucha de la Vida de Santa vemos en la narración nobles y
Oria se le haría poco imaginativo & mercaderes en oposición, refle{o del ra) necesita de aventuras, necesita
otoño del patriarca. Sin embargo mundo burgués que surgía. Al mis­ vivir —aunque sólo sea a través de la
estas narraciones, separadas por 700 mo tiempo está asimilado el con­ literatura el peligro y el riesgo de
años, han llenado un mismo anhelo cepto del amor cortés; para el autor la pérdida, para obtener al final la
del hombre: eí de recrear una reali­ no hay la menor duda de la supe­ restitución de su mundo. Aunque
dad por medio de un mayor o rioridad del hombre de letras sobre requiera de la emoción, la sociedad
menor grado de ficción, y narrarla a el caballero guerrero o el mercader, establecida no debe de sufrir cam­
través de las acciones de un perso­ pues los personajes principales salen bio.
naje. siempre airosos de sus problemas Esto es lo que hacen los persona­
El cumplir este anhelo es a lo que gracias más a su preparación, educa­ jes del Libro de Apolonio: pierden
llamamos “ función novela"; y que ción, habilidad artística y aun a su reinos, famas, felicidad, etc.; pero al
la llenen textos de mayor o menor fe, que a la fuerza o a las armas. final lo recobran todo y aumenta­
extensión o complejidad, y escritos De esto podemos deducir que la do, y para ello no han tenido que
en prosa o en verso, depende sola­ obra llenaba los requerimientos de renunciar a sus valores, sino precisa­
mente del momento cultural. una sociedad cortesana, obviamente mente gracias a su habilidad “ cor­
El hecho fundamental para la distanciada de la burguesía mercan­ tés" pueden salir airosos de las
narración viene a ser entonces esta til, aunque no podía soslayar la aventuras a las que los impulsó el
materialización individual de lo na­ existencia de esta nueva clase y era destino.
rrado en uno o varios personajes. muy consciente de que sus valores La manera en que el autor co­
Uso la palabra personaje en su estaban en la “ cortesía” , en las munica estas aventuras también res­
sentido etimológico de máscara es relaciones humanas y en la búsque­ ponde al espíritu del momento cul­
lo que se llama en el lenguaje actual da del refinamiento cultural. tural y por lo tamo a las exigencias
del teatro el “ papel” , y este sentido El mundo del que habla esta obra artísticas del mismo. El Libro de
de personaje es diferente al del es el de las cortes; lo que está en Apolonio está construido como una
protagonista o sea el primer móvil juego son los reinos, y los persona­ sucesión de mosaicos que parecen
de la acción (etimológicamente de jes principales pertenecen todos a la ser todos ¡guales (en realidad las
protos-primero y agonistés, agein— nobleza o están relacionados con tas aventuras no se diferencian mucho
actuar) que puede coincidir con cortes. Sin embargo la función de la unas de otras), pero, estudiándolos
uno de los personajes o ser un obra no estaría cumplida totalmen­ con atención, se va viendo que
hecho supraindividual, pero siempre te si sólo reflejara la organización difieren en detalles, que hay una
es el foco o centro de la acción, el det mundo at que va dirigida; tiene especie de refinamiento estilístico
coágulo alrededor del cual circula la que compensar to que ahora llama­ en su composición y que recuerdan
narración. Así podemos encon­ mos, en un lenguaje sicológico, las mucho la lírica provenzal con sus
trar novelas en las cuales el prota­ frustraciones de ese mundo. Así la is á S to " ,e ix a Pfe n " - En la
gonista es el personaje principal de corte (que ha dejado de ser guerre- m dm , ^* A < C 0 N A C U L TA
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turas no se ha buscado un realismo sencia del autor no es apabullante, requería de una persona física o de
temporal o espacial definido, pues y muchas veces ni siquiera es per­ un nombre para tener validez.
los lectores de este libro teman más ceptible. Por lo tanto podemos de­ La estructura narrativa ahora es
interés en la fantasía aventurera que ducir que ios lectores escuchas no mucho más rica y compleja: e!
en la verosimilitud. requerían aun la personalización de! autor puede hasta incluir partes de
En ta Vida de Santa María Egip­ narrador en un autor: lo que se gran lirismo, pues la aventura ha
cíaca ei objetivo del autor ya es narraba era válido por sí solo y no pasado a segundo término y la
otro: ahora el fin didáctico pasa a demostración didáctica no es muy
un primer plano, pero el autor necesaria, pues ei lector tiene toda­
utiliza las peripecias como ei meca­ vía una gran fe.
nismo que le permite obtener ese El autor ahora se desdobla clara­
fin, al captar la atención del lector. mente en cuatro funciones narrati­
Pero no hay que pensar que toda vas, según las necesidades de la
esta literatura hagiográfica esconda acción y la intensidad didáctica que
una manipulación del clero; tam­ quiera lograr. Las descripciones geo­
bién hay que pensar que el público gráficas y el transcurso del tiempo
lector estaba bien dispuesto a con­ se reflejan ahora en la obra como
sumir este tipo de literatura y que un suave curso. No hay la fantasía y
casi lo exigía por la costumbre. refinamiento de Apalomo, pero
En la Vida de Santa María Egíp- tampoco se trata de un realismo
ciaca vemos que el tema tampoco es crudo.
nuevo, lo cual encaja perfectamente Las cuatro proyecciones del na­
dentro de la concepción que tiene rrador que encontramos en esta
Ortega y Gasset de la novela, cuan­ obra nos muestran cuatro aspectos
do dice que lo importante no es !o muy importantes de la narración:
que se narra, sino cómo se narra y La anécdota sin profundizar en
cómo lo viven los personajes de la detalles, esto es sin placer narrativo
narración. (narrador 1);el placer de narrar o sea
El público consumidor de esta las escenas particulares que sirven
obra ya no está formado por lecto­ para construir de una manera más
res cortesanos o muy cultos. Pode­ estética la narracción, pero que no
mos pensar en un público popular son fundamentales a la escena na­
que más que lector sería escucha, y rrada, cuando menos con esa ampli-
el narrador no tendría que ser !l); la intención de!
forzosamente el autor. Así la pre­ «AOONACULTA
»■.»««.-! Bellas Artes
que entra con una forma y un
lenguaje que se salen del contexto
general (esto pienso que por dos
motivos; mantener a salvo tanto el
interés narrativo como la moraliza­
ción pues manteniéndolos separa­
dos sutilmente ambos cumplen me­
jor sus objetivos)* Este sena el
tercer narrador- El cuarto sería la
personificación, que en ocasiones
llega hasta a hacer que el autor se
olvide de sí mismo y se deje llevar
por los caracteres que ha creado al
grado de no necesitar introducirlos,
pues la tensión dramática creada les
ha dado vida, y al lector no le
interesa ya que le narren fríamente
lo que hacen Marta o Gozimás, sino
oírlo a través de sus propias pala­
bras o ea sentirlo como una acción
vital. Esto último es también una
característica de las obras "novela” :
personajes que hablan y actúan casi
por sí solos en función del clima
que les ha creado su autor, y a
partir del cual Ja narración objetiva,
o sea la crónica, pasa a un segundo
plano, para dejar campo libre al
autor en su Interpretación de los
hechos (lo cual no necesariamente también la veracidad de lo narrado. hacer "literatura" de manera cons­
quiere decir apartarse de la verdad), Berceo ta m b ié n lo exige al aclarar ciente.
y al lector en su recreación imagina- que lo que está narrando ya estaba ¿Qué conclusiones se pueden en­
tiva de ios mismos. escrito en otras fuentes, y por !o tonces sacar de estos tres textos?
Esta obra llena entonces la fun­ tanto debe ser creído so pena de Ante todo, las condiciones para que
ción novela porque se nos narra castigos eternos. se llene lo que hemos llamado
algo con un cierto grado de inde­ El lector redama un autor indivi­ función novela están dadas por el
pendencia de la intención moraliza- dualizado porque la época del co­ momento cultural, sin perjuicio de
dora, o sea se utiliza la necesidad de lectivismo medieval ya había que­ que en una sola época pueden
un grupo de gentes de leer o escu­ dado atrás y a cambio estaba sur­ convivir varías modalidades.
char un texto "fic tic io " para mora­ giendo un mundo individualista que Estas necesidades deí momento
lizar; o, si se quiere, se moraliza por culminaría en el Renacimiento. La cultural están dadas por el público
medio de un texto que entra com­ obra anónima casi desaparece total­ lector como grupo, pero no se
pletamente dentro del terreno li­ mente: de ahora en adelante lo que imponen a( autor, sino que éste,
terario novelesco. importará será el autor. O sea el como miembro de la misma colecti­
La función es entonces noveles- texto que llena la función novela vidad, también las percibe y por lo
co-rel¡giosa y el público receptor es adquiere una nueva dimensión: el tanto, las puede reflejar en su obra
aún un pueblo creyente con fe, al autor. Ya no podemos pensar en por su capacidad de observación.
cual no hay necesidad de justificarle una obra para ser leída en privado o Otra conclusión que podemos
los milagros o hechos sobrenatura­ en público, que esté desligada de un sacar, es que la manera formal en
les ni mucho menos amenazarlo. nombre y un apellido. que se narra un tema, y el tema
Hay entonces un placer narrativo El lector ahora espera del texto mismo, no constituyen de por sí la
integrado a una función pedagógica, una mayor fantasía, pero una fanta­ novela, pues la originalidad del te­
pero el lector no requiere ni de un sía mundana que lo compensa de ma cede su lugar a la recreación que
autor materializado ni de una racio­ las frustraciones materiales de su se hace de él, y la forma en que esto
nalización de lo sobrenatural. vida. Para creer en un ciclo, no sólo se hace depende del momento cul­
En la Vida de Santa Oria el necesita que le digan que existe, tural.
cambio más importante que percibi­ sino que quiere que se lo describan La existencia de un personaje
mos es la presencia clara e insistente minuciosamente y lo más similar al como concreción de lo narrado, sí
de un autor, cosa que hasta ahora palacio real que en esta vida le está es necesaria, y, como vimos antes,
no habíamos encontrado. Esto sólo vedado. no está reñida con el concepto de
lo podemos explicar considerando Por otra parte el autor, para personaje.
que el lector de aquella época, no satisfacer a su público consumidor, Entonces vemos que tres textos
sólo aceptaba esta aparición del debe emplear un lenguaje que no casicp^jligy^ráneos tienen diferen-
autor, sino que la exigía, como sea el cotidiano o sea que tiene que . i^ r w r f a S 'e i^ t t C O W A C U L T A
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A más de un año de la. trágica
muerte de Pier Paolo Pasolini, que­
da todavía por empezar una evalua­
ción exhaustiva de su obra multrfa-
cética. Mejor así. Nos gusta pensar
que Pasolini quede vivo, por lo
menos en la medida de las contro­
versias que suscita entre los críticos
o ios censores de su obra.1 Nos
gusta pensar que quede mucho que
investigar, mucho que desentrañar
en su arte discutido, disparejo y
muchas veces "chocante” , rico en
aspectos contradictorios como su
vida y su muerte.
La actividad artística de Pasolini,
nacido en Boloña en 1922, empezó
alrededor de sus veinte años, en
1942, cuando tuvo que trasladarse
ai pueblo materno, Casarso, en la
región del Friul.s Su trayectoria
creativa se inició con la poesía, y
pasó por dos etapas sucesivas, la de
la narrativa y la de) cine. Cada una
de estas etapas representa el descu­
brimiento de un lenguaje, cuyas
posibilidades de expresión Pasolini
sondea de manera autónoma, sin
apego a modas o corrientes; son tres
formas creativas que no se suplan­
tan la una a la otra, sino que se
desarrollan paralelamente. La cons­
tante de esta creación triforme es
una búsqueda espiritual que toma
por momentos el carácter de una
religión veteada de satanismo, y por
otros e! aspecto de un compromiso
político declaradamente marxista,
aunque de un marxismo más bien
sentimental y populista. Es la bús­
queda integral de un nuevo huma­
nismo, dominada, o resumida si se
prefiere, por un enfoque estético
omnipresente y omniabsorbente, at
punto que, al acercarse a su obra,
surge espontánea la identidad Hom­
bre-Belleza. Esta belleza que Pasoli­
ni descubre en la humanidad, es
nueva únicamente porque ha sido
negada o ahogada por siglos de
prejuicios estéticos o sociales; sacar­
ía a luz es por lo tanto una acción
profundamente revolucionaria, que

1. Es de fecha m uy reciente e! perm iso


de circulación otorgado por la m agistra­
tura. italiana después de un largo ju ic io
por “ in m o ra lid a d " a su p e lícula póstuna
Saló] la misma suerte tu vo la anterior
película La flo r de fas M ff y una noches.
En este sentido tu v o m ayo r p ro fu n d id a d
de ju ic io el C.C.C. (C entro C inem atográ­
fic o C a tó lico ) que o to rg ó prem ios y
menciones de alabanza at "c o n te n id o
» Vnd¡fKjf?íÍO*in¡ autor del Evange-
Téátíeñái tACONACULTA
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necesita a veces modos nuevos de loroso "complejo de inferioridad” ,
expresión. En e¡ uso de formas que equivale a una sentencia de
nuevas, que nunca se vuelve abuso muerte. La nueva literatura antifasr
ni interés exclusivo y narcisista de cista, conocida con el aproximativo
novedad a toda costa, se demuestra nombre de Neorrealismo, refleja,
la autenticidad y la honestidad de la bajo la influencia de la narrativa
creación pasoliniana. norteamericana de los 30‘s, ta in­
Si se sigue en la obra de Pasolini quietud de comunicar los nuevos
este hilo conductor de ia búsqueda contenidos comprometidos con el
de un humanismo nuevo, espiritual pueblo, al pueblo y con el lenguaje
en términos estéticos, será, yo creo, dei pueblo, Pero se enfrenta con el
más fácil entender la aparente con- problema de la inexistencia en Italia
tradictoriedad y disparidad de me­ de un "italiano popular” , término
dios expresivos. medio entre la rígida gramática de
Sintomático, entonces, a esta la lengua muerta oficial, y ía hetero­
luz, el uso del dialecto, tanto en su génea multitud de dialectos incom­
obra escrita como en ta imagen prensibles entre sí.
sonorizada dei cine. Escritores como Pavese, V itto-
El panorama lingüístico Italiano, riní, Moravia, optan por un italiano
será oportuno recordarlo, es extre­ ligeramente renovado con toques
madamente complejo. Existe, desde dialectales, en la estructura o en el
hace aproximadamente siete siglos, vocabulario (píamontés, miíanés y
una lengua culta oficial, de origen romanesco respectivamente); e Ig­
literario, de uso progresivamente nacio Silone prefiere, en el prólo­
extendido a todas las regiones de la go de su novela más comprometida
península, de evolución lenta y con el problema del fascismo y de
controlada debido a su uso casi la opresión campesina, Forttamara,
exclusivamente escrito, que se opo­ hablar explícitamente de "traduc­
ne a una geografía abigarrada de ción” .3 Diferente es la situación del
dialectos divididos en numerosos en las diferentes partes de Italia.2 cine, que recobra su libertad de
grupos y subgrupos, cuya evolución Esta actitud se hizo más radical expresión únicamente después de la
es libre, y cuya literatura, siempre durante el "ventennio” fascista, caída del Fascismo, dando origen a
presente aunque en diferente medi­ cuando tos dialectos, sacrificados lo que propiamente se llama Neo­
da, es subestimada o desconocida. como valores culturales a la retórica rrealismo; término que por exten­
patriotera, a una literatura oficia! sión se aplicó también a la narrativa
La unificación del país, en 1861, vacía de contenido y clasicista en de contenido social que había na­
llevó a un primer plano político el sus formas, a la exaltación de !a cido sin embargo, aunque con di­
problema, antes únicamente litera­ burguesía, contraen un ulterior do- ficultades de censura, bajo el di­
rio o diplomático, de la lengua funto régimen. El cine neorrealista,
común. El italiano literario, ya ha­ 2. En M anifiesto para un nuevo te a tro , en su presupuesto de absoluta obje­
blado por la clase burguesa artífice Pasolini habla en estos térm inos del tividad, adopta el dialecto integral
de la unidad italiana, fue conside­ problem a: "¿Q ué lengua hablan estos en boca de sus personajes (baste
rado e impuesto - a través de la grupos culturales avanzados de la hurgue
sfa? Habían desde luego co m o casi
recordar Paisa y Ladrf di Blclciette),
escuela— como lengua oficial única. pues obviamente el problema de
toda la burguesía el ita lia n o ; es decir
El empleo del dialecto empezó en­ una lengua convencional, cu yo carácter comunicación quedaba solucionado
tonces a teñirse de una connotación convencional n o se ha co n stitu id o "es­ por la imagen, que compensaba la
despreciativa (además de la fami­ pontáneam ente" por el efecto de una
incomprensibilidad —para la mayo­
liar) como sinónimo de pertenencia acum ulación de lugares comunes fo n o ló ­
gicos; ni tam poco por ra d ítió n h istórica,
ría del publico-- de lo hablado.
a la clase social todavía analfabeta. p o lítica , burocrática, m ilita r, escolástica Las primeras poesías de Pasolini,
Si es cierto que por una parte la ni c ie n tífic a , además de la trad ició n Poes/e a Casarsa, son anteriores al
antigua clase aristocrática siguió va­ literaria. La naturaleza convencional del neorrealism o cinematográfico y
liéndose del dialecto, como una ita lia n o ha sido establecida en un m o­
marca de distinción del burgjés m ento dado, abstracto —digamos, en
1870— y ha sido im puesto desde arriba 3. " L a lengua italiana es para nosotros
"sin pasado" y sin raíces, del otro (prim e ro en las clases, en un plan exclusi­ una lengua extranjera, una lenguu m uer­
lado es cierto también que había vamente lite ra rio , y, en menor grado, ta, una lengua cu yo d iccio n a rio , cuya
dejado su papel de clase dirigente; y d ip lo m á tic o ; después, p or los piam on- gram ática, se han fo rm a d o sin ninguna
teses y la prim era burguesía deí R¡sorgi­ relación con nosotros, con nuestra ma­
la rápidamente creciente pequeña
men Lo, en un plan estatal. Desde el nera de actuar, con nuestra manera de
burguesía, tomando como modelo p u n to de vista de la lengua escrita, una pensar, con nuestra manera de expresar­
la clase con la que quería identifi­ ta l im posición a u to rita ria p o d ría bien nos. . . la lengua italiana, en el m om ento
carse, rechazó totalmente el dialec­ parecer inevitable, aunque a rtific ia l y de re c ib ir y fo rm u la r nuestros pensa­
to, cuidando de no "enseñarlo" a puram ente p rá c tic a ... Por el c o n tra rio , m ientos, no puede hacer menos que
para el Italiano oral, la aceptación de la deform arlos, corrom perlos de darles la
sus hijos, que obligaba a valerse de apariencia de una tra d u c c ió n .. . " I. Silo-
im posición nacionalista y la necesidad
un italiano mal asimilado y que práctica se ha co m probado que es senci­ ve. M ilano, Mondado»! " G il
absorbía fuertes rasgos dialectales llam ente im p o sib le ". fcgkl (U C O N ACULTA
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contemporáneas a ios primeros ex-
perimentos de ta nueva literatura
{Conversación en Sicilia de VI tío -
rini, y De tu Tierra {Paesi Tuoi) de
Pavese se publican en 1941), y son
en dialecto friulano. Es el dialecto
de la madre —una madre tierna y
apasionadamente amada y uno de
los más ásperos e "incomprensi­
bles” desde el punto de vista del
italiano común. Su motivación en la
elección del dialecto es totalmente
sentimental, pero cabe preguntarse
qué impulsa a un joven escritor a
una elección lingüistica que puede
relegarlo a un segundo plano irre­
mediable. El problema político no
lo ocupa todavía como a sus mayo­
res contemporáneos; pero empieza
a formarse en él una conciencia
estética del dialecto, identificado de
un lado con lo fresco, lo primitivo,
y del otro, que es casi lo mismo,
con la madre, o sea la parte más
sincera y más pura de su yo. Lo
expresará en su primera colección
de versos en italiano £7 Ruiseñor de
ia Iglesia Católica 4 :

La lingua (d i cu i suona guarda del patrimonio vernáculo y sión de una Italia otra vez burguesa
in te appena una nota folclórico. Y también de 1954 que no ha sabido realizar las premi­
neU’alba del dialetto) (cuando ya vivía en Roma) es su sas ideales del antifascismo. Es otra
primera novela: Ragazzi di vita.5 vez una literatura en busca de su
e il tempo (a cui ti dona La narrativa italiana de la pos­ identidad, que se reconduce a los
la tu a ingenua e immota guerra está conociendo su primer caminos del individualismo, del ¡mi-
pietá) son le pareti periodo de crisis: el entusiasmo mismo, del psicologismo (muchas
neorrealisla por una literatura no veces barato), del costumbrismo y
tra cui sono entrato, sólo comprometida, sino coartífice del erotismo. En esta atmósfera
sedizíaso e invasato, de un cambio social que se esperaba poco alentadora, en la cual brilla
coi tuoi occhi mansuetí. radical, se ha apagado en la desüu- únicamente ei genio destructor de
Gadda, aparece la novela de PasoiinL
(La lengua (de la que suena/ en ti 5. t i t ítu lo encierra ya de por sí un Si el mundo de Gadda es el
problem a lin g ü ístico : se trata de una mundo sin rescate de los "mons­
apenas una nota,/ en el alba del
frase jergal rom ana que indica los mucha­
dialecto]// y el tiempo [ al que te chos que viven intensam ente desde ch i­
truos" de nuestra sociedad y de
dona/ tu ingenua e inmóvil/ piedad] cos, buscando medios violentos de sobre­ nuestras conciencia corrompida, el
son las paredes// entre las que vivencia. A sí, fa traducción "M uchachos ambiente que nos presenta puede
entré,/ sedicioso y poseído,/ con de la v id a " resulta del todo inadecuada. ser de! todo ficticio, simbólico,
La noveía, en una lengua dialectalizada como en La cognición de! dofor; y
tus ojos mansos}. m uy lejana del ita lia n o , se inserta p o r
El dialecto se identifica con la supuesto en un m o vim ie n to que incluye
también su lengua se hace irreal y
"voz de alondra” , la verdadera voz varios autores, y que tiene com o base monstruosa, instrumento desacra-
íntima y poética del hombre. esta " r u p tu ra " con ia lengua o ficia l. La li/ante en el cual se mezclan dialec­
"agresión’ ' a las tradiciones resulta vio ­ tos díferenres con latinismos, anti-
Hasta 1954 la producción poéti­ lenta e inaceptable. A s í P u llini, uno de
ca de Pasolini se reparte entre dia­ los estudiosos de la novela con tem p o rá ­
cuariado I ingü ístico y reminiscencias
lecto friulano y lengua italiana, con nea: " E l uso del dialecto como único y literarias con vocablos extranjeros y
cierto apego a la vers ifica ció n tradi­ absoluto medio para describir la realidad neologismos. Críticos ¡lustres como
del subproletariado es una u to p ía , un G. Barberi Squarotti6 han acercado
cional, al endecasílabo y al uso de
m ito , co m o si to d a esa realidad se
la rima. De 1954 es su estudio E! literiamente esta "bajada a los in­
agotara en el lenguaje que habla y no
canto popular, en una Italia postfas­ poseyera una más com pleja y secreta fiernos” gaddiana, con la de Pasoli-
cista quedel fascismo ha heredado el vida in te rio r, . Sin embargo ei mismo ni. Pero no se trata de lo mismo. El
completo desinterés por la salva- c rític o es ei prim e ro en subrayar la infierno al que baja Pasolini es un
"Incoherencia psicológica” de Pasolini: si
éste deja asomar esta vida in te rio r más
4. P.P. Pasolini, L'asfgnofo delta Chicha tierna en sus personajes (G. P u llini, La 6. G. B ífb e ri S q u a rorti: 1.a narrativa
Cattofieo, “ La senperta di M a rx ", V III. novata ita lia n a de <a posguerra, M adrid, K p lífebfcfOUpifera, Firenzc, C appelli,
M ilano, Longanesi, 1958, pág. 146. G uadarram a. 1969 ná^. 1V , I Nacional de (▲CON ACULTA
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infierno social, es real y no ficticio, himno a la vida en sus manifestacio­ construcciones, las mismas repeti­
asi' como reai es la lengua que usa: nes elementales, esenciales, y por ciones monótonas de metáforas gro­
el dialecto romanesco. Y baja en eso mismo verdaderamente puras e seras, adopta la misma “ pobreza'5
este infierno no tanto para destruir incorruptas. Ei valor subversivo de —o esencialidad- de imágenes y
los valores negativos de una socie­ la novela reside en lo humano más pensamientos de sus muchachos
dad en crisis, sino para buscar posi­ que en lo social; Pasolini nos fuerza que no pueden darse el lujo de
tivamente una belleza y una pureza a que veamos y vivamos en carne hacer reflexiones profundas o vi­
diferentes, que exigen como único propia la belleza del mundo más brar de emoción, pero que a través
metro la fuerza vital, subvertiendo despreciado, el subproletariado ur­ dei hambre y de la violencia que lo
totalmente los cánones estéticos y bano que lo ha gozado nunca, como rodea, —social, familiar, individual—
morales de la sociedad burguesa de el campesino, de una transfiguración sienten la alegría incontrolable de
ascendencia renacentista. La novela, poética —o sea falsificación idílica— sus veinte años, la fuerza desbor­
como la siguiente Una vita violenta, por parte del mundo burgués. Lo dante y triunfadora de sus instintos.
no se puede considerar una tardía violento, lo chocante, lo revolucio­ Es esta mimesis total a través del
manifestación de neorrealismo, aun­ nario en fin, reside en que la reva- lenguaje que aleja también a Paso-
que algunas de sus premisas estén íuación de este mundo subhumano lini de los escritores del Neorrealis­
presentes: una descripción despia­ la realiza Pasolini sin transfigura­ mo, sólo medianamente objeti­
dada de los componentes de una ción. Este mundo se nos presenta vos, ya que la preocupación po­
“ minoría marginada51, de cuyas ac­ así como es, desnudo sin excusas ni lítica dominante impide un ale­
ciones y personalidades se despren­ explicaciones, dejándonos ver sus ja m ie n to (o una identificación
de una crítica polémica al sistema encantos íntimos en toda su fuerza total) del autor, siempre presen­
social. Pero Ragazzl d i vita no se vital. Esta mimesis completa la rea­ te para sugerir al lector desa­
reduce a esto. Las acciones canalles­ liza Pasolini adoptando el lenguaje tento las conclusiones deseadas. Pa­
cas de los muchachos pasolianos, su del mundo que nos presenta, no solini deja que la crítica surja es­
completa amoralidad, o la presencia sólo a nivel de personajes, sino al pontánea, no la sugiere porque no
en ellos de un código moral subver- det narrador. La lengua empleada es su fin primario. Por eso su novela
tidor de todas las leyes de! mundo es, más que el tradicional dialecto nos resulta tan poética como su
burgués (vergüenza al conmoverse o romanesco, un italiano dialectizado, lírica “ El llamo de la excavadora” ,7
tener sentimientos, orgullo de sen­ rico en palabras jergales, como un donde el mismo mundo suburbano
tirse canalla, aceptación de la ley dialecto en el dialecto, usado por ios es revivido en forma subjetiva (y
del más fuerte sin hipocresía, como muchachos de tos suburbios saté­ por lo tanto en italiano) a través del
natural, etc.), están presentadas con lites de Roma (“ borgate” ), lejanos velo idealizante del recuerdo y de
una participación tan profunda y física, moral y lingüísticamente de la nostalgia.
llena de amor, que se transforman la Ciudad Eterna turística y oleo- II ! ¡. ¡1111 Instituto
en un desconcertante y fascinante gráfica. El narrador,u$a la§ mismas jj A U aflB ftw * tA C O N ACULTA
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aparición de los primeros personajes
que el texto nos presenta como la
perfección misma de la belleza, a
deshacerse de los metros rubios y
helcnizantes con que el mundo oc­
cidental burgués está acostumbrado
a medir la belleza; y a través de una
—a veces trabajosa- revisión de
conceptos, tiene que reconocer que
la belleza se encuentra en el ser
humano en cuanto tal, y las fuerzas
de la naturaleza y del amor son
puras en cuanto, precisamente, na­
turales. La película, demandada en
Italia por “ inmoralidad", y prohibi­
da en otros países, alcanza un nivel
absoluto de pureza, no con la poeti­
zación de la humanidad, que es !a
forma de sublimación habitúa!, sino
con la humanización de la poesía y
de la belleza. Pasolini nos presenta
un espectro amplísimo de tipos y
razas humanas, mezclados sin cohe­
rencia geográfica; los actores, no
profesionales, asiáticos o africanos
en su mayoría, están “ doblados"
con voces* igualmente espontáneas,
de acentos heterogéneos del sur de
Italia. El efecto es de un naturalis­
Este realismo poético de Pasolini hablan en dialecto siciliano, subra­ mo desconcertante, que no deja
se traslada al cine en 1961 con yando así con el anacronismo la alternativa entre la aceptación del
Accattone y Mamma Roma que son realidad y la viveza, la historicidad humanismo integral de Pasolini, o la
como la continuación en lenguaje del mito cristiano. Asimismo, el reaccción -dicho sea con todo el
gráfico de las dos novelas romanas. Decamerone está hablando en napo­ doble sentido de la palabra- violen­
El uso del dialecto en el cine se litano antiguo: aquí también el uso ta y ofendida.
había codificado ya desde el Neo­ de! dialecto ajeno al texto, devuelve Estetismo y revolución se conju­
rrealismo, aunque, con la desapari­ a los cuentos de Boccaccio, devitali­ gan en Pasolini en una forma que
ción de este tipo de cine (por una zados tanto por la tradición cultural mal se deja enmarcar en los límites
crisis similar a la de la literatura, y formalista italiana, como por la dogmáticos de una ideología preci­
debida a las mismas causas), se vulgarización en el plano de lo sa. Su obra entera encierra un men­
había rebajado a un empleo en erótico^ su valor de documento saje cuyo alcance tenemos que defi­
películas comerciales destinado a humano y social histórico. nir ahora que la sabemos tristemen­
producir un efecto “ cómico". Pero quizá el empleo más sorpre­ te concluida. Es un mensaje que nos
Pero también en el cine íogra sivo de tas voces dialectales es ei de llega con la apariencia de una falta
Pasolini servirse del dialecto en una su penúltima película La flor de fas completa de premeditación, como
forma revolucionaria. No me refiero m/l y una noches, Esta es, de las debe ser en un hombre que busca
a las dos películas mencionadas obras de Pasolini la que, a mi con sinceridad y sin ideas preconce­
anteriormente, donde el uso del parecer, con más plenitud realiza y bidas sobre lo que va a encontrar.
dialecto es una simple necesidad de concluye la búsqueda estética del Creo que nada puede definir tan
realismo, sino a un uso sorpresivo y autor. La película, de una hermo­ bien e! arte de Pasolini como las
aparentemente disímbolo que apa­ sura de imágenes sin límite, rompe palabras de él mismo;
rece en sus películas posteriores. violentamente con todos los cáno­
Por ejemplo, los persoanjes de fon* nes de la belleza física humana. El Moralitá o poesía
do en // I/angelo secondo Matteo espectador está obligado, desde la o bellezza, no so,
proten do questa rosa
a rispecchiarsi sola.

(Moralidad o poesía/ o belleza, no


sé,/ adelanto esta rosa/ a que se
refleje sola.)8

8. P. P. Pasolini, L'usignofo dalla Chiesa


ritfiQitw#.iríébtQfót'*0 s 1* rosa” , ed. cit.
ifts Nacional de «ACONACULTA
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liliS *
2 POEMAS
Jacqueline Mosio
Traducción Juan José Gliver, Suaan Colé

¿QUE PUEDO DECIR?

¿Qué puedo decir?


La verdad está sobre mi* con sus garras blancas.
Me elevará
y me sacudirá

sobre las colinas


y lagos distantes,.
árboles minúsculos y las heridas dactilares
de la tierra

mezclándome
con el blanco y el azul y el blanco
dei alto aire esparcido.
Líneas agudas

de c írculos armoniosos
me atraviesan.
En el aíre gélido
aprendo a tararear.

No veo uno, sino muchos


de los sentidos del todo.
Girar girar.
La curva del planeta

se hace más nítida


arriba arriba
un silencio
el viento cotidiano cesa
Instituto
Nacional de IACONACULTA
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©
La verdad está sobre mí
la verdad me pesa
con sus garras blancas
la verdad está sobre mí

Sobre m í con sus garras blancas


la verdad
me arranca
del amparo del mundo

dejo tras de m í libros


fotografías y tazas
de té caliente.
De manera penetrante
está sobre mí
sacudiendo el barro
de mis zapatos
guijarros y conchas enjoyadas
de mis bolsillos.
¿Qué será
esta cita, esta pasión
más voraz que la de cualquier amante?

La verdad me aplasta
flores arrebatadas de mi puño
líneas desgajadas de mi palma
y de mi cuello, abalorios.

Todas las huellas de mi conocimiento


desaparecen
mientras me sacan
de la atracción de la tierra

Está sobre m í
y me aplasta
como a la hora del parto
está sobre mí

Sin darme un momento


de reposo está sobre mí.

Nacional de (ACON ACULTA


Digitalizado por Bellas Artes
©

MANOS
Pora Víctor jara, Charles y otros
que murieron y están muriendo en Chile
y para aquellos que aún resisten

En la amplia y fría sala del hospital dei norte de la ciudad


fueron amontonados para efectuar su última manifestación:
obreros, oficinistas, oficiales del gobierno, madres, estudiantes
Bocabajo, de cuatro en fondo, los brazos extendidos
Tal como los trajeron
\4anos, en tres lados del cuarto, manos
surgiendo desde las paredes,
largas chicas limpias sucias contusas
manos
manos que apenas hace tres días abrieron la correspondencia
prendieron cigarrillos, palmearon el perro, encendían la televisión
abrochaban camisas, dieron cuerda a los relojes, alimentaban
niños y tocaron amantes

En el cuarto lado de la sala, el escritorio


Nadie ahí para escribir los nombres de los identificados:
cuerpos tres días viejos; era intenso ei tufo de la muerte
y afuera la confusión era total

A ella la dejaron entrar de mala gana;


un guardia armado la acompañó hasta la puerta
Alguien le dio un pañuelo para que se tapara la nariz

Ella volteó hacia los más cercanos, inclinada,


tratando de distinguir con los ojos
Entonces introdujo la mano
La primera mano que tocó era pequeña como la suya;
tenía marcas y moretes ahí donde el anillo le había sido arrancado
Luego otra mano, larga y fría
Instituto
y otra más
sil Nacional de
i-n-ifhs-i «ACONACULTA
Digitalizado por Bellas Artes
0
Una blanca y recta cicatriz en el dorso de la mano derecha,
la yema que había sido cortada del índice y
una cruz en la palma izquierda
fueron las marcas que ella no quiso ver

Comprendió que ellos habían hecho la identificación imposible


pero continuó, sintiendo que cumplía algún deber y ofrecía
un últim o sacramento al tocar aquellas manos

Largas manos pensativas, ella recordó a un amante


al ver el vello rojizo y las pecas
Volteó esas manos para ver Jas palmas:
líneas de la sabiduría, líneas del corazón, cruces, marcas
de ¡a intuición

— Se acabó su tiempo —dijo una voz desde el corredor


tita siguió recorriendo la sala
Manos rozando sus piernas, su abrigo, mientras
tocaba y sentía mano tras mano

—Quien Sea que busques, no está aquí


dijo el guardia acercándosele
— Aquí no hay nadie —y la tomódel brazo
—Mejor te vas ahora —empuñaba el rifle; la condujo por el corredor

El diseño de los mosaicos formaba manos que ella


dejaba atrás apresuradamente
Una mano pálida, de venas azules
abrió bruscamente la puerta gris
frente a ella

Vagó un rato bajo el débil sol de primavera


con la mirada fija en las ramas desnudas de los árboles
El olor de la sala se había impregnado en su abrigo
y el contacto de las manos en su mano.

IACONACULTA
Digitalizado por
VESTIGIOS DEL Bajo este títu lo presentaremos en
las siguientes páginas un pequeño
resumen de una investigación empe­

MANIERISMO zada hace tres años sobre ciertos


caracteres en la arquitectura virrei­
nal religiosa de México. Esos rasgos

DE LOS forman parte del vocabulario for­


mal de una corriente artística que
tomó alto vuelo en los Países Bajos
PAISES BAJOS entre 1 525-1625, y la cual solíamos
denominar como el ‘‘Manierismo
nórdico” . Eso implica que ese estilo,
EN MEXICO después de haberse originado en los
Países Bajos, se divulgó por gran
parte de Europa, arraigándose en e!
Fabienne E. Hellendoom norte de Alemania, Polonia, Dina­
marca y los países escandinavos.
A llí se ¡legó a conocer gracias a !a
presencia de arquitectos de los Paí­
ses Bajos que trabajaron allá, como
Hans Vredeman de Vries y otros
más.
Sin embargo una fuente de inspi­
ración mayor fueron los famosos
tratados de arquitectura, llamados
libros de muestra, que al principio
se basaron en los tratados renacen­
tistas y en las reinterpretaciones de
Vitruvío, sobre todo en el Libro III
y IV de Sebastiano Serlio.
Los tratados nórdicos están lle­
nos de ejemplos grabados, fáciles de
imitar, los cuales se aplicaban a llí
aún más en mobilario, epitafios,
orlas de tapices, monumentos fune­
rarios y portadas de libros, etcétera,
que en la propia arquitectura.
El más célebre autor e inventor
de ese estilo fue el mencionado
Hans Vredeman de Vries, quien
publicó una serie de libros de ejem­
plos, aproximadamente entre 1560
y 1600, divulgados por toda Euro­
pa.
El origen del Manierismo, lo
hallamos en Italia, donde surge alre­
dedor de 1520 y donde se basa en
gran parte en el Renacimiento, de!
cual sin embargo trata de distinguir­
se conscientemente. Se caracteriza
por un gran virtuosismo y hasta
pueda ser rebuscado, lo que indica
su propio nombre.
Si bien el Manierismo en el norte
de Europa hereda aquel vocabulario
formal del sur, le da un propio
enfoque hacia lo plano, tratando de
decorar grandes superficies vacías
con una tupida ornamentación, des­
tacándose por un notable “ horror
vacui” . También en otro sentido se
distingue de Italia, donde el Manie-
más culto> prOSPc'
r fNáSbiSMitfe MAC U LTA
Digitalizado por m a r ! Bellas Artes
de conchas, purti, guirnaldas, mons­
truos, arpías, sirenas, aves, bucra-
neos, atlantes y érmenes (“ Tcr-
men"), estructurándoles a través
de, los lazos, enrollamientos y ro­
leos, cartelas, escusones y obeliscos
(remates piramidales) y candela­
bros.
Otra Vez fue De Vries quien llegó
a combinar ios diferentes elementos
más ingeniosamente y quien inven­
tó el “ Beslagwerít'*, trabajo pareci­
do a pernos y clavos, propagándolo
mediante sus series de grabados.
Tuvo un gran impacto en todos los
demás “ inventores" como Gabriel
Kramer (alrededor de 1600), Wen-
del Dietterlin (1598), Daniel Mcyer,
Jacob Guckeisen y Johan Ebelmann
(alrededor de 1600).
Supuesto que hallamos algunos
rasgos de dicho estilo en México, es
obvio que nos preguntemos, si no
fuera más lógico considerar España
como el país intermediario e intér­
prete. A llí se hubiera absorbido el
nuevo estilo —que podía penetrar
aún más fácilmente por los lazos
estrechos entre los Países Bajos y
rales y las cortes, y en donde ciones de su contraparte de Italia, España por formar parte del mismo
principalmente se caracteriza por la también aporta rasgas propios que reino hasta 1648—, y luego después
búsqueda espacial. llegaron a ser característicos e indi­ de haberle dejado su propia huella,
En el norte de Europa por el cativos para ello. Desde luego no se hubiera trasladado a México.
contrario, en donde la tradición quiere decir que no los hallamos en Sin embargo resulta que no se
gótica estaba aún vigente* y en Italia, pero es bien sabido que refleja el Manierismo nórdico en
donde nunca se había llegado a existía un intercambio intenso, tan­ España en toda su amplitud, mos­
entender toda la amplitud de lo que to de grabados como de artistas trando preferencia hacía ciertos ti­
significaba el Renacimiento, al lle­ entre ambos países por aquellos pos y descartando otros.
gar el Manierismo se le da una años, por lo cual fue posible para Sí, encontramos los lazos y en
interpretación que lo enfoca hacia los nuevos modelos penetrar en mayor grado los enrollamientos,
lo artesanal. Vuelve a ser más pro­ Italia rápidamente. desde luego mezclándose en algunas
pio del artesano que del mismo Consideramos propio del Manie­ ocasiones con el “ Beslagwerk" (la
arquitecto, además de que aún casi rismo nórdico al así llamado “ Rol- decoración como clavos y pernos),
no existía en esa zona el concepto Iwerk", un tipo de roteos, entrelazas pero lo importante es i que en
de arquitecto en el sentido huma­ y enrollamientos tridimensionales, España no se grababan ejemplos y
nístico de la palabra. que tiene sus raíces en los tiempos modelos ornamentales i ! %
Entre otras, las razones expues­ bajo-góticos. Esa decoración se en­ Por lo tanto la vida de divulga­
tas facilitaron su aparición en Méxi­ tremezcló con los "grotteschi' de ción más importante por aquellos
co. Parcialmente por afinidad psico­ Italia, donde se había vuelto al uso años no fue a través de España.
lógica, puesto que allí también des­ de esa ornamentación después de su Al contrario, vemos que la im­
de tiempos precolombinos hallamos rcdescubrimiento en la casa romana prenta en los Países Bajos, como la
aquel “ horror vacui", cubriendo del Emperador Nerón, alrededor de de Platin (Amberes) hace muchas
grandes superficies con una decora­ 1S20. El pintor Rafael desempeñó ediciones especialmente para Espa­
ción plana y densa. Además, des­ un papel importante en la promo­ ña y Felipe 11, y que una cantidad
pués de ía conquista, de la misma ción de la aplicación del tema. muy considerable de libros aún
manera que en Europa del norte, no En los Países Bajos los elementos
era posible contar más que con muy de los grotescos llegaron a ser u tili­ 1. Den, M,t Das Rollwerk. Belín
pocos arquitectos así formados, co­ zados más y más separadamente, 1906.
mo es el caso de ios frailes misione­ fuera de su contexto original, lle­ Lichtwark, A.: Der Ornamentstích
ros. inclusive se llegó a entender el gando a nuevas soluciones por su der deutschen Frührenaissance.
Renacimiento solamente en unos mezcla con los mencionados roleos Berlín, 1888.
casos contados. y entrelazos. 2. Berliner, R.: Ornaméntale Vorla-
Aunque el Manierismo nórdico Característico para el Manie­ aebláltirstitistd 5e bis 18e
se basa en gran parte en las inven­ rismo de los Países- Bajos-es eJLuso Wásrépg 14A.C0 N AC U LTA
Digital izado por rtwaw.1 Bellas Artes
©
existentes en las bibliotecas de Mé­
xico (Puebla) consiste en libros
impresos en los Países Bajos (Ambe-
res, Lelden, Amsterdam, Franeker,
etc.) durante el siglo XVI y X V il.
Dichosamente se conservan todavía
muchas listas de lo que se exporta­
ba de España hacia México, gracias
a que oficialmente todo lo destina­
do a los territorios de ultramar tuvo
que ser registrado en la Casa de
Contratación de Sevilla. A llí vemos
que, aparte del gran número de
libros impresos en los Países Bajos
de géneros muy variados, se trasla­
daban grabados sueltos, lienzos,
mobiliario e inclusive muchos indi­
viduos holandeses (frailes) a Méxi­
co.
¡No se nos olvide que fuera del
comercio oficial (eí monopolio de
España), existía un activo contra­
bando en que los holandeses otra
vez de destacaban!
Los productos llegaron primero
a Veracruz. Luego, en su camino
hacia la capital, tenían que pasar
por Puebla de los Angeles. Aquí es
importante señalar el fenómeno que
en el siglo X V II, parcialmente debi­ pieza a interesarnos aún más, en ingredientes de estirpe grotesca
do a ios grandes empeños del Obis­ cuanto nos hallamos frente a una (mascarones, animales fantásticos,
po Palafox y Mendoza, Puebla po­ propia creación artística mexicana bucraneos, arpías, sirenas, guirnal­
día rivalizar con la Ciudad de Méxi­ y todas sus modalidades regionales. das, cabezas de ángeles, etc.). Por
co en el campo artístico, gracias a En el párrafo siguiente apuntare­ ejemplo como en el antiguo reino
las grandes riquezas comerciales ge­ mos someramente unos casos espe­ de Texcoco (donde fray Pedro de
neradas por su buena ubicación. cíficos, primero en el Estado de Gante, lego flamenco, estableció
Así vemos que varios artistas Puebla, y después en los Estados de una escuela para los indios en el
famosos, entre otros muchos ios México y Oaxaca. Tendremos que convento franciscano de Texcoco
flamencos Simón Pereyns y Adriaan pasar por alto todas las demás en 1522), y en ¡a Capilla Abierta de
Suster (segunda mitad del siglo manifestaciones que tenemos clasi­ Tlalmanalco (Estado de México).
XVÍ), primero se detienen mayor ficadas en otras partes. En segundo lugar notemos una
tiempo en Puebla antes de pasarse Aquí tenemos que limitarnos ex­ manifestación de ingredientes puros
finalmente a otros estados. Diego clusivamente a plantear el problema del Manierismo nórdico en los reta­
de Borggraaf, que viene después de de ¿dónde y en qué forma hallamos blos, tal es el caso del retablo
1640, permanece ahf hasta su la primera expresión total de dichas mayor de Huejotzingo (1586), en
muerte en 1686. formas? ¿Cuándo se hace la sínte­ que trabajó el pintor flamenco Si­
En cuanto a nuestra investiga­ sis? món Pereyns. A hí faltan aún los
ción, Puebla se destaca como ía En líneas generales lo podemos entrelazos y roleos de auge mayor.
cuna y el invernadero en donde explicar así: En México en el siglo
toman raíz las nuevas aportaciones XVI nos encontramos primero, en 3. Mac Andrew, J.: Open-Airchur-
estilísticas y artísticas de fuera, el arte plateresco, en los exteriores ches o f the sixteenth century.
antes de hacer su aparición en de los conventos y sus iglesias, con México.
otras partes en una forma ya a
m enudo modificada. Señalamos
que a medida que nos alejamos
más, tanto geográfica como tempo­
ralmente de la Puebla de la prime­
ra mitad del siglo X V II, más nos
enfrentamos con variaciones sobre
el tema de origen manierista, sub­
yugándose y entremezclándose éste
con el respectivo vocabulario regio­
nal.
Es entonces cuando el tema em­
©

M m r

Nos llama la atención, que los de la Compañía, que se dedicó en parte se exterioriza, tanto en arga­
conventos franciscanos que tenían 1600 y que ya no existe. masa, en la forma más abundante,
estrecha relación con Huejotzingo Aunque hace su aparición un como en cantera, algo menos exu­
—hasta tener tal vez el mismo arqui­ tipo de cartela algo semejante en la berante, determinado por el mismo
tecto, fray Juan de Alameda, y ios Ciudad de México, en la Capilla de material.
mismos escultores como Tula, San Isidro de la Catedral (1624), la Buenos ejemplos de la decora­
Hauquechula, Atlixco, Calpan y influencia del Manierismo nórdico ción, en los marcos, tablas, nichos y
Cuautinchan {donde también se tardará allí en arraigarse hasta la fustes de columnas, los hallamos en
menciona a Pereyns), tiene reta segunda mitad dei siglo, mientras qe los diferentes focos de irradiación.
blos con elementos típicamente en Puebla ya empieza a brotar. En Puebla, la portería de la Merced
‘'nórdicos" (roleos, pernos, lazos). En el Estado de Oaxaca hallamos {] -1659) y Santo Domingo
Vemos pues que ya a fines del cartelas parecidas en el claustro (1571-1659); en la Ciudad de Méxi­
siglo XVI, con la llegada de tantos (1637) del convento dominico de co; San José de Gracia (1659),
libros de los Países Bajos, se en­ Etla. S a n ta T e re s a la A n tig u a
cuentran todos los elementos nece­ Sin embargo todas estas cartelas (1 6 7 8 -1 6 8 4 ), y San Bernardo
sarios p a ra que también en México son sumamente sencillas, y tenemos (1685-1690); en Oaxaca, la Soledad
se diera una especie de Manierismo que esperar más o menos hasta (1682) y San Agustín (1692-1722).
nórdico. Esos libros tienen en sus 1630 para que encontremos en Pue­ Al mismo tiempo no se extin­
portadas otra vez la decoración bla, en el Carmen, en la Capilla de guen algunos rasgos de fuerte sabor
respectiva, sob e todo en forma de San Juan de la Cruz, la primera nórdico en ios retablos, donde toda­
cartelas con orlas enrolladas y mar­ integración mayor de los motivos vía durante un siglo podemos en-
cas de impresores basadas en los de lazos y enrollamientos. En la conrtarnos con simples roleos y en-
grotescos. De ese modo no tarda Capilla Ochava de la Catedral pobla­ trclazos, dejando descartado lo de­
mucho en manifestarse algo parecí na (1633 1644) se hará un amplio más del vocabulario, como las aves,
do en México. uso de "R ollw ek". Mencionamos atlantes y cariátides (también de
Las cartelas y orlas enrolladas, también el interior del Santo Do­ estirpe manierista), ángeles y cade­
las notamos primero en PUebla, en mingo en Puebla y del mismo nom­ nas de fruta, para volver a usarlo en
las yeserías en el interior del templo bre en Oaxaca. una fase posterior.
de San Ildefonso (1620-25). Consta Mientras que este proceso culmi­ Esta riqueza formal tarda mucho
que el arte de las yeserías se implan­ nará por una parte en los famosos en desaparecer, y varias formas que
tó desde Andalucía, pero el tipo de interiores de los templos, como el ahora conocimos en su aspecto ma­
lazos es bastante diferente. Empero de la Capilla del Rosario, Puebla nierista, siguen persistiendo y adap­
en realidad en San Ildefonso no será (1650-1690), y los de Santa María tándose aún en el pleno Barroco,
la primera aplicación: ya antes se Tonantzíntla y Santa María Acate- hapta $B$¡tJ?<pr fin el Neoclásico
utilizó en Puebla en Sa vieja iglesia pec (Estado de Puebla), por otra (ACONACULTA
Digitalizado por i-ü íS -l Bellas Artes
®

INDICE
GENERAL
R e v isrflD e
B €lins
ÍIR JES
N U E V A EP O C A
1972/1976

Digitalizado por Bellas Artes


(Ensayo)
No. 7, pág. 24

ALVAREZ BRAVO, MANUEL


El arte fotográfico de (Fotos)
No. 19, pág. 25

ANGUIANQ, RAUL
Un porcentaje de fas obras oficiales
para A ríes Plásticas
No. 1/6, pág. 79

BLANCO, LAZARO
El arte fotográfico de (Fotos)
No. 23, pág. 43

BOSTELMANN, ENRIQUE
El Nuevo arte de ¡a fotografía
No. 14, pág. 25

CASTAÑEDA, PILAR
Deformación artística de/ niño en DONIZ, RAFAEL
ARQUITECTURA las escuelas primarias Arte fotográfico de (Fotos)
No. 1/6, pág. 74 No. 20, pág. 23
HELLENDOORN, FABIENNE
Vestigios del manierismo holandés en COMFORT, AL EX
ESCOBEDO, HELEN
México El arte erótico
Divulgación del Arte
No. 30, pág. 49 No. 10, pág. 5 No. 1/6, pág. 76
MORAL, ENRIQUE DEL CONDE, TERESA DEL ESTRADA, ENRIQUE
Defensa de las ciudades históricas Sobre Jean Dubuffet
La prole tarización y el nihilismo
(Ensayo) No. 9, pág. 10 en el arte
No. 14, pág. 45
No. 1/6, pág. 70
CUEVAS, JOSE LUIS
REDACCION El arte en México visto por
FERNANDEZ, CARLOS
40 años det Palacio de Bellas Artes (Entrevista)
Carnaval en Huejoüingo (Fotografías)
(Reportaje) No. 14, pág. 50
No. 17, pág. 24
No. 17, pág. 12
DIAZ DE LEON, FRANCISCO FOPPA, ALAIDE
SALAMANCA, FLAVIO
Un porcentaje de las obras oficiales Matta: Lo visivo, Jo crítico,
Un rescate oportuno: Refugio Reyes
para Artes Plásticas lo visionario (Ensayo)
(Introducción a “ Refugio Reyes,
No. 1/6, pág- 79 No. 20, pág. 2
gran arquitecto” , de V íctor Manuel
Villegas)
GARCIA, HECTOR
No. 1/6, pág. 9
Ei Arte fotográfico de (Fotos)}
No. 15, pág. 25
SALDIVAR, SERGIO
La contaminación visual y la
GAR1BAY, ROBERTO
destrucción de las ciudades
Las Artes Visuales, un camino hacia
No. 15, pág. 8
la Reforma Educativa
de las Artes Plásticas
VILLEGAS, VICTOR MANUEL
No. 1/6, pág. 60
Refugio Reyes, gran arquitecto
No. 1/6, pág» 11
GARIBAY, ROBERTO
Exposición de cartefistas de
ARTES PLASTICAS
Varsovia (Presentación)
No. 20, pág. 5
ACHA, JUAN
Ecos de la exposición “ El Arte de!
Surrealismo” GOLDMAN SHIFRA, M.
No. 8, pág. 14 Las creaturas de la América tropical:
Siqueiros y ios murales chícanos
ALVAREZ BRAVO, MANUEL
Dada, el suicidio como un arte jjjb M iim M e (ACONACULTA
Digitalizado por Bellas Artes
©
GONZALEZ, AURELIO GONZALEZ, AURELIO
El arte fotográfico de Héctor García El Taller Experimenta/ Síqueiros.
(Presentación) Nueva York 1936, de Laurence
No, 16, pág. 26 Hurlburt (Traducción de)
No. 25, pág. 26
GONZALEZ, AURELIO
Carnaval en Huejotzingo de Carlos GONZALEZ, AURELIO
Fernández (Presentación) Ei mercada de Puente de Fierro de
No. 17 pág. 23 Rafael López Castro
(Introducción a)
GONZALEZ, AURELIO No. 25, pág. 47
El mundo de un p in to r
(Entrevista a Vlady) GONZALEZ, AURELIO
No. 19, pág. 17 Arte fotográfico de Renata von
Hanffstenge! (presentación)
GONZALEZ, AURELIO No. 26, pág. 43
El arte fotográfico de Manuel
Alvarez Bravo (Presentación) GONZALEZ CAMARENA, JORGE
No. 19, pág. 26 (et. ai.)
Un porcentaje de las obras oficiales
GONZALEZ, AURELIO para Artes Plásticas
El paisaje urbano de Rafael No. 1/6, pág. 79
(Arte fotográfico de)
Doniz (Presentación)
No. 25, pág. 47
No. 20, pág. 24 GONZALEZ CORTAZAR, FERNANDO
Planificación estética
MANRIQUE, JORGE ALBERTO
GONZALEZ, AURELIO No. 1/6, pág. 54
Lilla Carrillo (Ensayo)
Jesús Sánchez Uríbe (Presentación)
No. 18, pág. 55
No. 21, pág. 26 HANFFSTENGEL, RENATA VON
Arte fotográfico de (Fotos)
MARTINEZ, JESUS
GONZALEZ, AURELIO No. 26, pág. 43
A l verte así, (Arte fotográfico de)
A i verte así, arte fotográfico de jesús
No. 22, pág. 38
Martínez (Presentación) HIJAR, ALBERTO
No. 22, pág. 38 Dei tiempo de Fanny Rabel
MARTINEZ, JESUS
No. 26, pág. 52
José Revueltas (Fotos)
GONZALEZ, AURELIO
No. 29
El Arte fotográfico de Lázaro Blanco HURLBURT, LAURANCE
(Presentación) El Taller Experimenta/ Síqueiros:
MORAL, ENRIQUE DEL (et. al.)
No. 23, pág. 44 Nueva York 1936
Un porcentaje de las obras oficiales
(Traducción de Aurelio González)
para Artes Plásticas
GONZALEZ, AURELIO No. 25, pág. 26
No. 1/6, pág. 79
Ei arte fotográfico de Jorge Noriega
(Presentación) LACOUTURE, FELIPE
MOYA, RODRIGO
No. 24, pág. 28 Ei verdadero problema para ¡a
Ei arte fotográfico de
conservación de los bienes culturales
No. 29, pág. 29
de la nación
No. 15, pág, 48
NARANJO, ROGELIO
LEON, REALH de Caricatura de Jorge Ibargüengoitia
El Arte de células culturales No. 19, pág. 38
No. 1/6, pág. 57
NARANJO, ROGELIO
L1BERTI, SUSANA Y Caricatura de Carlos Fuentes
MAURICIO SCHOIJET No. 20, pág. 48
E l arte erótico, (Traducción de)
No. 10, pág. 5 NARANJO, ROGELIO
Caricatura sobre El año Internacional
de la Mujer
LOPEZ NACHO No. 21, pág. 24
M i punto de partida
Cartel fotográfico
No, 30, pág. 23 NARANJO, ROGELIO
Caricatura sobre los escritores chilenos
LOPEZ CASTRO, RAFAEL }tn
Ei mercado de Puente, de Fierro, «ACONACULTA
Digitalizado por ■!»mísíi Beílas Artes
©
R0/!STRD€ REDACCION
Documento del primer congreso
nocional de artistas plásticos
No. 1/6, pág. 80

REDACCION
Museo de Arte Moderno (Informe de
Actividades y Decreto Presidencial
sobre la adquisición de la
Colección Carrillo Gil)
No. 1/6, pág. 84

REDACCION
Museo de Arte Prehispánico Rufino
Tamayo
No. 16, pág. 2

REDACCION
Taller Nacional de Tapiz (Reportaje)
No.. 14, pág. 22

NARANJO, ROGELIO RENAU, JOSE educativo nacional


Caricatura M i experiencia con Siqueiros No. 1/6, pág. 141
No. 24, pág. 40 No. 25, pág. 2
SCHOIJET, MAURICIO
NARANJO, ROGELIO RODRIGUEZ, ANTONIO Y SUSANA LIBERTI
Caricatura Sigueiros: uno de los más grandes Ef arte erótico, traducción de
No. 25, pág. 58 innovadores de este siglo No. 10, pág. 5
No. 13, pág. 2
NEUVILLATE, ALFONSO DE TAR ACENA,BERTA
Cuevas: Ilustrador de su tiempo RODRIGUEZ, ANTONIO Notas sobre el arte de Guerrero Gafván
No. 7, pág. 13 Un cuarto de siglo de ¡a "Plástica No. 9, pág. 5
Mexicana”
NEYRA, JOSE LUIS No. 17, pág. 39 TIBOL, RAQUEL
Fotometamorfismo, {El arte Significado def Primer Congreso
fotográfico de) Nacional de Artes Plásticas
SANCHEZ URIBE, JESUS
No, 15, pág. 25 No. 1/6, pág. 47
El arte fotográfico de (Fotos)
No. 21, pág. 25
NORIEGA, JORGE TIBOL, RAQUEL
El Arte fotográfico de {Fotos) Picasso entre nosotros
SAV1N, FRANCISCO
No. 24, pág. 28 No. 8, pág. 5
La educación artística en el sistema
O’GORMAN, JUAN (eL al.) TIBOL, RAQUEL
Un porcentaje de las obras oficiales Recuento de/ Doctor A ti en el
para Artes Plásticas centenario de su nacimiento
No. 1/6, pág. 79 (Ensayo)
No. 19, pág. 2
ORTIZ, MONASTERIO PABLO
El mimo; arte fotográfico URBAJTEL, COLETTE
No. 27, pág. 35 Arte fotográfico de
No. 28, pág. 32
PLA MIRACLE, ANTONIO
El Arte fotográfico de ZURIAN, TOMAS
No. 18, pág. 28 Algunas consideraciones sobre la
conservación de ios bienes culturales
No. 7, pág. 5
RABEL, FANNY
El artista en fa sociedad
No. 1/6, pág. 66
DANZA
REDACCION
Taller de h Gráfica Popular D ALLAL, ALBERTO
El Arte y la Revolución ád Wood en México
No. 1/6, pág. 73
Digitalizado por
Sfilm de
Bellas Artes
«ACONACULTA
©
FIGUEROA, MARIO ENRIQUE ARIDJIS, HOMERO
Ballet Nacional de México: Poema (Poesía)
Arte y Libertad No. 21, pág. 18
No. 7, pág. 17
ARGUEDAS, SOL
GARCIA, ELVIRA Tiempo de encuentros: alto Cuzco
La danza como testimonio: Opus 32 y Macchú Picchú (Poesía)
No. 9, pág. 15 No. 11/12, pág. 68

GONZALEZ, AURELIO ARRANGOIZ, PABLO Y


La danza y Jos museos ADRIANA Y A fiE Z
No. 13, pág. 49 Gimferrer; Lectura del mundo a
través de un nuevo
GONZALEZ, AURELIO lenguaje
Lo viejo y ¡o nuevo No. 21, pág. 48
No. 14, pág. 41
ARREDONDO, INES
GONZALEZ, AURELIO La concepción de la tierra en
Arma Sokofow: rebeldía con "E l Canto Genera! ” (Ensayo)
disciplina (Entrevistai No. 11/12, pág. 87
No. t5 , pág. 44
ARREOLA, JUAN JOSE
LAVALLE , JOSEFINA Mujer y mundo, (Cuento) BENiTEZ, JESUS LUIS
FONA DAN; Fondo Nacional para NO. 9, pág. 58 Y uno se pregunta siempre (Cuento)
el Desarrollo de la Danza No, 10, pág. 73
Popular Mexicana ATL, DOCTOR
Poemas (Poesía) BENITEZ, JESUS LUIS
No. 7, pág. 20
No. 19, pág. 5 La realidad novelística de Arturo
Azuela
LITERATURA
ATL, DOCTOR No. 23, pág. 60
AGUSTIN JOSE A la sombra de un árbol, (Poesía)
El ¡uto humano No. 19, pág. 11 BENITEZ, JESUS LUIS
No. 29, pág. 61 Naturaleza muerta con navaja
ATL, DOCTOR (Cuento)
Concreciones (Pensamientos) No. 26, pág. 61
ANDER50N, SHERWOOD
Cartas (Traducción Juan Tovar) No. 19, pág. 11
No. 27, pág. 10 BOLANO, ROBERTO
ATL, DOCTOR Mister invisible (Poesía)
Concreciones (Pensamientos) No. 23, pág. 35
ARELLANO, JESUS No. 19, pág. 13
Poefectrones (Poesía) BUXO, JOSE PASCUAL
No. 10, pág. 55 AUBAGUE, LAURENT César Vallejo: intensidad y altura
Semiología e ideología del (Ensayo)
lenguaje publicitario No. 1/6, pág. 121
No. 27, pág. 2
BRAVO, DOLORES
AURA, ALEJANDRO " Los errores ", de José Revueltas
Un muchacho que puede amar No. 29, pág. 56
(Poesía)
No. 8, pág. 55 BRUSHWOOD, JOHN S.
Cinco novelas de Orgamb/de: Las
AZUELA, ARTURO demencias de la realidad
El tamaño del infierno, (Fragmento No. 26, pág. 19
de novela)
No, 9, pág. 41 CASADA, JUAN DE LA
Agüeita noche (Cuento exacto)
BALMORI, SANTOS No. 13, comisa
Derecho aI conocimiento
No. 1/6, pág. 69 CAMPOS MARCO, ANTONIO
Contradictio (Poesía)
No. 10, pág, 59
BARCENAS, ANGEL
7 novelas cortas (Ensayo) CAMPOS MARCO, ANTONIO
No. 24, pág. 56
t e ’W lfd 'e llt t í t í 'Á t U L T A
Digitalizado por ¡ t m i m t t Í B e lla s A r t e s
®
pensamiento social DELANO, LUIS ENRIQUE
No. 26, pág. 26 Manuel Rojas, El Gorky chileno
(Ensayo)
CASSIGOLI, ARMANDO No. 23, pág. 3
L q pasión según Santana (Cuento)
No. 23, pág. 14 DELANO, POLI
Terremoto ti! (Cuento)
CASTELLANOS, ROSARIO No. 19, pág. 39
Selección poética
No. 18, pág. 3 DELANO, POLI
Las ideas fijas (Fragmento novela)
CASTELLANOS, ROSARIO No. 23, pág, 20
Cartas a Elias Nandino
No. 18, pág. 20 DONOSO PAREJA, MIGUEL
Día tras día un año (Fragmento de
CASTRO, DOLORES novela)
Rosario Castellanos No. 7, pág. 30
No. 18, pág. 19

CASTRO LEAL, ANTONIO DONOSO PAREJA, MIGUEL


Nota sobre E! Canto General La nueva literatura latinoamericana
(Entrevista) (Ensayo) (Ensayo)
No. 24, pág. 24 No. 11/12, pág. 72 No. 9, pág. 24

CERVANTES, FRANCISCO DONOSO PAREJA, MIGUEL


CAMPOS MARCO, ANTONIO Gorostiza, soledad en llamas El Regreso (Cuento exacto)
En la muerte de Guido Covafcontl (Ensayo) No. 16, cornisa
(Narración) No, 8, pág. 7
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DURAN PAYAN, SILVIA
COLINA, JOSE DE LA Teoría de la evolución literaria de
CAP1STRAN, MIGUEL El narrador detrás del narrador
los formalistas
De José Gorostiza (Ensayo) (Ensayo)
rusos (Ensayo)
No. 8, pág. 28 No. 7, pág. 58
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CAP1STRAN, MIGUEL
CORTES GAVIÑO, AGUSTIN, FERLINGHETTI, LAWRENCE
Novo el cronista (Ensayo)
ANTONIO LANDA GUEVARA Pablo (Poesía)
No. 13, pág. 14
Notas sobre El Luto Humano y No. 23, pág. 38
CARBALLO, EMMANUEL Pedro Páramo
(Ensayo)
S a lv a d o r N o v o No. 9, pág. 65 FERLINGHETTI, LAWRENCE
Poemas
No. 13, pág. 1 3
CROSS, ELSA No. 23, pág. 39
CARDELLINO, LUDOVICO Dos poemas de Saint ¡ohn Pene
Boccaccio, la burguesía y fa mujer (Traducción)
(Ensayo) No. 27, pág. 31
No. 24, pág. 45
CROSS, ELSA
CARDENAL, ERNESTO Romances Occitanos anónimos
Antología de poesía prim itiva (Traducción)
(Presentación) No. 28, pág. 43
No. 14, pág. 2
CRUZ, VICTOR DE LA
CARDONA PEÑA, ALFREDO Pancho Nácar: un poeta zapoteen
Canto General (Ensayo) (Ensayo)
No. 11/12, pág. 15 No. 10, pág. 45

DALTON, ROQUE
CARPENTIER, ALEJO América Latina, 27 años, El alma
La ópera vísta por Atejo Carpen lier nacional, El 357, “A
en el Recurso deI Método la muerte
No. 16, pág, 12 fiel a la muerte convidada",
Sueño No, 11880
CASAR, EDUARDO (Poesía)
Benedetti: Evolución de su No. 24, pág. 18
Digitalizado por
©
FERNANDEZ, ANGEL JOSE (Ensayo) Carta inédita de Gorostiza a
Eternidad de! día (Poesía) No. 21, pág. 2 VH/aurrutia
^No. 30, pág. 20 No. 8, pág, 43
GLANTZ, MARGO
FERNANDEZ IGLESIAS, Cuatro Cuentos GROCHOW1AK, STANISLAW
RO8ERT0 No. 24, pág. 61 Cuando no queda nada (Poesía).
E/ gran desnudo (Poesía) En “ El hombre histórico
No. 1/6, pág. 128 GLANTZ, MARGO en la joven poesía polaca"
Los Vampiros No, 24, pág, 8
FERNANDEZ IGLESIAS, No. 28, pág. 2
ROBERTO GUILLEN, ORLANDO
Cuando yo era el mejor poeta GONZALEZ, ANGEL Un denso vaho semejante a las
del mundo Notas de un viajero (Poesía) virtudes humanas (Poesía)
No. 11/12, pág. 93 No. 21, pág. 17 No. 9, pág. 54

FERNANDEZ RETAMAR. GONZALEZ, AURELIO HEBERT, ZBIGNIEW


ROBERTO Novela Medieval Joñas, i Jamás Angelí y Reloj
Tres poemas inéditos No. 30, pág. 36 (Poesía)
No. 15, pág. 23 En "E l hombre histórico
GONZALEZ, JCSE LUIS en la joven poesía polaca”
FLORES CASTRO, MARIANO Sin Agravio (Cuento exacto) No. 24, pág. 9
Poemas No. 18, cornisa
No. 21, pág. 20 HENESTROSA, ANDRES
GONZALEZ PAGES, ANDRES En loor de Pablo Neruda
FRENK, MARIANA Fuera de la canícula, pero dentro (Ensayo-homenaje)
Confesiones del estafador Félix. KruU de ella (cuento) No. 11/12, pág. 82
(Ensayo) No. 9, pág. 46
No. 21, pág. 40 HERNANDEZ CAMPOS, JORGE
Poesía y transformación
GONZALEZ PAGES, ANDRES
FISCH, UWE Eternidad de Migueí Angel No. 8, pág. 57
Desde la orilla del mundo (Algo (Narración)
acerca de Paul Celan). No. 30, pág. 11 HOPKINS, GERARD MANL6Y
(Ensayo: noticia biográfica, Primavera y El halcón (Poesía)
Diez versiones (Traducción) GONZALEZ ROJO, ENRIQUE En: Gerard Manlcy
No. 20, pág. 39 Poemas Hopkins
No. 24, pág. 17
No. 7, pág. 47
FRISCH, UWE
Las Elegías de Du/rno, (versión GONZALEZ ROJO, ENRIQUE IBARGOYEN, SAUL
al español y notas de.) El hereje (Poesía) Buen día Sra. Amandina (Cuento)
No. 22, pág. 2 No. 28, pág. 17 No. 30, pág. 33
FRISCH, UWE
Un responso para Odiseo (Poesía) GOROSTIZA, JOSE IBARGUENGOITI A, JORGE
No. 26, pág. 35 El Cometa (Cuento exacto)
No. 14, cornisa
GALINDO, SERGIO
Intencicrn y propósito (Presentación) ILLESCAS, CARLOS
No. 1/6, pág. 5 El mar es una Haga (Poesía)
No. 11/12, pág. 11
GARDUÑO, RAUL
Los danzantes espacios estatuarios ILLESCAS, CARLOS
(Poesía) Andante amantistmo
No. 30, pág, 17 No. 18, pág. 41

GARZON B., JUAN JACOBS, BARBARA


Deterninismo y Libertad, por J. P. Retrato conjetural (Cuento)
Sartre (Traducción de) No. 15, pág. 20
No. 10, pág. 37
JARAM ILLO LEVI, ENRIQUE
GIMFERRER, PERE En torno a Poesía y estilo de Pablo
Poemas Neruda
No. 21, pág. 54 No. 11/12, pág. 64

GLANTZ, MARGO ^ut&t-ENA


Georg Lukács y Thomas Mann im uéri& w tACON ACULTA
Bellas Artes
©
(£1 oficio de escritor) polaca"
No* 15, pág 15 No. 24, pág. 12

JOROANA, ELENA MARTINEZ, EDUARDO


Entrevista a Erodio Zepeda Las memorias de Ismael Cottantes
(El oficio de escritor) (Cuento)
No. 16, pág. 19 No. 20, pág. 49

jO R D A M A ,E LE N A
MAESTRETTA, ANGELES
Entrevisto a René Avi/és Fabita
Revoleándome en el pasto (Cuento)
(El oficio de escritor)
No. 9, pág. 49
No. 17, pág. 18
MEJIA, EDUARDO
KORNHAUSER, JULIAN
Saca algo de tu Imaginación
Poesía. En: "E l hombre histórico
(Cuento)
en la joven poesía polaca"
No. 10, pág. 71
No. 24, pág. 14
MEJIA SANCHEZ, ERNESTO
KRINICKY, RYSZAR
Prosa de varia invención (Cuento)
Poema y Acta de nacimiento
No. 9, pág. 49
(Poesía). En "El hombre histórico
en la joven poesía polaca" ei desbordamiento de lo MEJIA SANCHEZ, ERNESTO
No. 24, pág. 13
real (Ensayo) Entrevista con Pablo Neruda
No. 24, pág. 57 No. 11/12, pág. 55
LA BASTI DA, JAIME
La mortaja de jode, (Homenaje a L1ZALDE, EDUARDO MILLAN, MARIA DEL CARMEN
Didcrot) (Poesía) Poemas Ciudad Reai (Ensayo)
No. 19, pág. 14 No. 7, pág. 54 No. 18, pág. 24
LABASTIDA, JAIME
L1ZALDE, EDUARDO MOJARRO, TOMAS
josé Revueltas: Literatura,
Gorostiza, encrucijada (Ensayo) Entre ios papeles de un tai Piero de
Realidad y Política
No. 8, pág. 26 Agundez, apodado el
No. 9, pág. 31
descreído. . ., (Cuento exacto)
LOCKHART, WASHINGTON No. 15, cornisa
LABASTtDA, JAIME
Uiolume González de León La
Conversaciones con Revueltas,
lucidez como terapéutica MONDRAGON, SERGIO
(Poesía)
(Ensayo) Poemas
No. 29, pág. 25
No. 8, pág. 64 No. 8, pág 58
LAMBERTI, MARI API A MACIAS, ELVA MONDRAGON, SERGIO
Ei Estilo de Boccaccio Poemas Rey de dos reinos
No- 24, pág. 41 No. 21, pág. 22 No. 28
LAMBERTI, MARIAPIA MAGIAS, SERGIO MONTANE, BRUNO
Boccaccio, la burguesía y !a mujer Anduve (Poesía) Ríe cantando paisaje (Poesía)
(Traducción de) No. 23, pág. 34 No. 23, pág. 32
No. 24, pág. 45
MAGAÑA ESQUIVEL, ANTONIO MONTEFORTE TOLEDO, MARIO
LAMBERTI, MARIAPIA Salvador Novo y sus fervores Miguel Angel Asturias y sus palabras
Passo/ini y ei habla popular
(Ensayo) (Ensayo)
No. 30, pág. 40
No. 13, pág. 26 No. 15, pág. 12
LAN DA GUEVARA, ANTONIO,
AGUSTIN CORTES GAVIÑO MARCIAL, MARCO, VALERIO MOSIO, JACQUELINE
Notas sobre El futo humano y Poemas Introducción y Poema, Manos
Pedro Páramo (Ensayo) traducción de Ignacio No. 30, pág. 45
No. 9, pág. 65 Osorio Romero
No. 17, pág. 2 MUÑOZ, JAIME EMILIO E ISABEL
LA V IN CERDA, HERNAN UGALDE
Poemas, MARKIENCZ, JARESLAW Gerard Manfey Hopklns
No. 23, pág. 26 Manteniendo las jubilosas No. 24, pág. 15
apariencias de que el cortejo
LAVIN CERDA, HERNAN continúa. En: "E l hombre iMMRi'ttflufiERARDO
Sergio Gaífndo: ios fetiches y histórico en la jove/i poes/a Ifi^ a fefriacional de «ACONACULTA
Digitalizado por > ■ Bellas Artes
©
No. 19, pág. 5 No. 13, pág. 22 QUIJADA, RODRIGO
Tango para forasteros (Cuento)
MURILLO* GERARDO O LIVA, OSCAR No, 23, pág, 9
A la sombra de un árbol Homenaje a fosé Gorostiza
No. 19, pág. 11 No. 8, pág. 23 REDACCION
Bibliografía de Salvador Novo
MURILLO, GERARDO OSO RIO ROMERO, IGNACIO No. 13, pág. 31
Concreciones (Pensamientos) Marco Valerio Marcial (Introducción
No. 19, pág. 13 y traducción de) REDACCION
No. 17, pág. 2 En recuerdo de Roque Dafton
NACAR, PANCHO No. 24, pág. 18
Poemas En “ Pancho Nácar: un OSORIO ROMERO, IGNACIO
poeta zapoteca” Un tocotin inédito del siglo XVJf REVUELTAS, ANDREA
No. 10, pág. 50 No. 21, pág. 9 Plática con A rlu r London
Sobre mi padre
NERUDA,PABLO PALACIO, PABLO No. 28, pág. 42
Poemas Un hombre muerto a puntapiés
No. 11/12, pág, 5 (Cuento) REVUELTAS, JOSE
No. 27, pág. 29 Acuarium signo de Emma
NERUDA, PABLO No. 29, pág. 19
Poema PELLICER, CARLOS
No, 11/12, pág, 31 Pablo REVUELTAS, JOSE
No, 11/12, pág. 33 Comentarios a! capítulo Vi de
NERUDA,PABLO El Capital
Poema PENA, MARGARITA No. 29, pág. 9
No. 11/12, pág. 37 Conversación con Ernesto Mej/a
Sánchez (Primer Simposio REVUELTAS, JOSE
NERUDA, PABLO Internacional de Lascasistas) Diario
Discurso de aceptación No. 18, pág. 43 No. 29, pág. 13
del Premio Nobel
No. 11/12, pág. 41 PONIATOWSKA, ELENA REVUELTAS, JOSE
¡Te hicieron parque, Rosario/ Foreign Cfub (Cuento)
NERUDA,PABLO (Ensayo) No. 29, pág, 2
Poema No, 18, pág, 2
No, 11/12, pág, 61 REVUELTAS, SILVESTRE
PEREDO, CARLOS Textos (Autobiografía, crítica,
La Huida (Cuento) pensamiento)
NERUDA, PABLO
No. 28, pág. 21 No. 14, pág. 58
Poemas
No. 11/12, pág. 75
PERSE, SAINT JOHN REYES, ALIC IA
Capilla Alfonsina
NERUDA, PABLO Dos poemas (Traducción Elsa Cross)
No. 27, pág. 31 No. 1/6, pág. 91
Viaje por las costas del Mundo
(Relato)
REYES, OCTAVIO
No. 11/12, pág. 85
El adagio frustrado (Cuento)
No. 10, pág. 80
NERUDA,PABLO
Poema
RILKE RAINER, MARIA
No. 11/12, pág. 95
Las Elegías de Duino (Poesía)
Traducción de Uwe Frish
NOVO, SALVADOR
No. 22, pág. 2
Autoantología (Poesía)
No. 176, pág. 93
RUIS, LUIS
La función de ¡a rima para Rafael
NOVO, SALVADOR
Afbertí y Antonio
Gorostiza recordado (Ensayo)
Mochado (Ensayo)
No. 8, pág. 24
No. 20, pág. 8

NOVO, SALVADOR RODOWSKA, KRYSTYNA


En el Waiha/la (Ensayo) El hombre histórico en ía joven
No. 13, pág. 20 poesía polaco (Ensayo)
No. 24, pág. 2
NOVO, SALVADOR
El hombre ordinario (Ensayo)
ACULTA
Digitalizado por Bellas Artes
Los zapatos de la princesa (Cuento) TAN A BE, ATSUKO
No. 27, pág. 55 Rey de dos reinos
No. 28, pág. 26
SANCHEZ, HECTOR
A l contacto de los caminos (Cuento) TIBOL, RAQUEL
No. 7, pág. 57 La infancia de José según Consuelo
No. 29, pág, 20
SANCHEZ McGRECOR, JOAQUIN
Dragones (Poesía) TORRE, GERARDO DE LA
No. 7, pág. 57 Ef Aparato (Cuento exacto)
No. 17, cornisa
SANDOVAL, VICTOR M.
Poemas de La Habano TORRES FIERRO, DANUBIO
No. 1/6, pág. 125 Una paradoja frustrada
No. 8, pág. 66
SARTRE, JEAN PAUL
Deterninismo y Libertad TORRES FIERRO, DANUBIO
No. 10, pág. 37 Vicente Leñero: venturas y
desventuras de un escritor
SHELLEY, JAIME AUGUSTO (Entrevistas)
Dicha tuerta (Cuento) No. 14, pág. 16
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Tiempos encontrados (Poesía) TORRES FIERRO, DANUBIO
No. 9, pág. 52 SHELLEY, JAIME AUGUSTO idea de contexto en Lingüistica
Poemas de Lawrencc FerUnghettí
ROJAS, GONZALO (Traducción de) No. 15, pág. 41
Fragmentos (poesía) No. 23, pág. 39
No. 30, pág. 1 3 TORRES FIERRO, DANUBIO
SHELLEY, JAIME AUGUSTO La obra de Húmido Conti en ¡a
RUFINELLI, JORGE £1 hierro y sus sandalias de oro narrativa rioptatense
Pablo Palacio: retrato de un (Poesía) (Ensayo)
precursor maldito No. 27, pág. 51 No. 19, pág. 46
No. 27, pág. 20
SOLANA, RAFAEL TOVAR, JUAN
RUIZ, BERNARDO Jaime Torres Bodet (Ensayo) Carras de Sherwood Anderson
Gorhage —Los hijos del Universo- No. 15, pág. 2 (Traducción)
No. 8, pág. 46 No. 27, pág. 10
SOLORZANO, CARLOS
RUIZ, BERNARDO Maruxa Vila/ta: El otro día la
Ultimas Palabras muerte (Ensayo) TREJO, LAURA
No. 11/12, pág. 34 No. 19, pág. 22 Antonio Machado y lo popular

SABINES, JAIME SUAREZ GAONA, ENRIQUE No. 20, pág. 16


Recado a Rosario Castellanos Poemas
(Poesía) No. 20, pág. 21 UGALDE ISABEL Y
No. 18, pág. 23 JAIME EMILIO MUÑOZ
Gerard Manfey Hopkins (Ensayo)
STEN, MARIA
SAINZ, GUSTAVO No. 24, pág. 15
Ef Olimpo sin Prometeo (Ensayo)
Paseo en Trapecio ( Fragme nl o No. 8, pág. 77
de novela) VALADES, EDMUNDO
No. 1/6, pág. 108 Alrededor del amor y /os celos en
SZARUGA, LESZEK
Proust. (Ensayo)
Licencia poética (Poesía). En:
SAMPERIO, GUILLERMO No. 1/6, pág. 115
"El hombre histórico
Pora un estudio de Pablo Neruda en la joven poesía polaca"
(Ensayo) VAZQUEZ AM ARAL, JOSE
No, 24, pág, 11
No. 11/12, pág. 38 La poesía de los trovadores y
Ezra Pound
TALLER DE CRITICA LITER AR IA No. 26, pág. 11
SAMPERIO, GUILLERMO (SILVIA DURAN, CARLOS MUClNo,
Cuando el tacto toma Ia palabra ARMANDO PEREIRA, V ILA LT A , MARUXA
(Cuento) EDUARDO CASAR El otro (Poesía)
No. 16, pág. 8 El problema de la conformación No. 24, pág. 23
artística en dos novelas de Revueltas
Ji iillJfl Instituto
SAMPERIO, GUILLERMO No. 29, pág. 46 . béáUáqidvyKaéJXftkCONACULTA
Digitalizado por iT» «r¿r¡ Beilas Artes
Proceso a un hombre que descubrió URRETA, ALIC IA
La inmortalidad (Ensayo) Sobre algunos problemas de ¡a
No. 30, pág. 15 interpretación de la música
contemporáneo
XIRAU, RAMON No. 1/6, pág. 150
Gorostiza, contemporáneo (Ensayo)
Nm. 8, pág. 24 VA LLE , HOMERO
La Educación profesional de ia
XIRAU, RAMON música de México
Octavio Paz; Discos V/suafest No. 1/6, pág. 155
Topoemas (Ensayo)
No. 17, pág. 9 VELAZCO, JORGE
Búsqueda y música
YAÑEZ, AD R IAN A Y No. 1/6, pág, 152
PABLO ARRANGOIZ
Gimferrer; Lectura del mundo VILLA N U E V A , RENE
a través de un nuevo lenguaje (Ensayo) La música folclórica: patrimonio
No. 21, pág. 48 cultural
No. 10, pág. 85
y o u n g NUÑEZ, CESAR
Poemas
No. 10, pág. 60 TEATRO

ZAMUDtO, LUZ ELENA ORTIZ, RUBEN ARGUDIN, ANTONIO


Los últimos años de Pablo Nerudo Algunas notas sobre folclor La manzana (Monólogo)
No. 10, pág. 89 No. 26, pág. 59
No. 11/12, pág. 47
QUINTANAR, HECTOR AZAR, HECTOR
Música electrónica El milagro y su retablo o ta
ZEPEDA, ERACLIO
Gente Bella (Cuento) No. 1/6, pág, 136 venganza de! compadre
No. 18, pág. 60 (Paso de danza)
REDACCION No. 1/6, pág. 159
Medio siglo de (actividades artísticas:
MUSICA Asociación Musical Daniel, A. C. BARBA, EUGENIO
No. 9, pág. 74 Et Teatro Odín (traducción Aurelio
AGUSTIN, JOSE González)
Bailando con el señor D. RONDON, RICARDO No. 30, pág. 2
( The Ro/llng Stores) Cien años de Maurice Ravef
No. 15, pág. 56 No. 20, pág. 52 CARBALL1DO, EM ILIO
Una rosa con otro nombre (Comedía)
CLARO, SAMUEL RONDON, RICARDO No. 16, pág. 40
La investigación musical en La esencia de D m itri Shostakovich
Hispan oamérico No. 23, pág. 55 CARBALÜDO, EMILIO
No. 1/6, pág. 133 La fonda de fas siete cabrillas (Farsa)
RONDON, RICARDO No. 19, pág. 50
ENRIQUEZ, MANUEL Vida cultural y Artística
Penderecki en México (Ensayo) Internacional (Lo mejor de los discos CARRION, ULISES
No. 16, pág. 61 de 1975) El gran espectáculo
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LIST, GEORGE Manuel de Falla y el centenario de
Historia y desarrollo de la etnomúsica su nacimiento FERNANDEZ IGLESIAS, ROBERTO
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MARTI, SAMUEL TI BOL, RAQUEL
La música mesoamericona Carlos Jiménez Mabarai WPWBG&ALBA
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Digitalizado por r!auHiá¡í Bellas Artes
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Teatro sintético NACIONAL E INTERNACIONAL
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Nada como el piso 16 (Fragmento)
GRUDA, JOSE No. 25, pág. 59 VIDA CULTURAL Y ARTISTICA
Retrato deí doctor Nicolás NACIONAL E INTERNACIONAL
(La muerte de Copérníco) WELLWARTH, GEORGE E.
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(Drama) Traducción de Jorge Ruiz El teatro español contemporáneo
No. 7, pág. 71 No. 9, pág. 79
VIDA CULTURAL Y ARTISTICA
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GUZMAN, HUMBERTO No. 20, pág. 31
AItas y bajas de! teatro en México VALDRA, ANGEL
No. 13, pág. 36 • Por Ja descentralización cultural VIDA CULTURAL Y ARTISTICA
No. 8, pág. 78 NACIONAL E INTERNACIONAL
HERNANDEZ, LUJSA JOSEFÍNA No. 21, pág. 33
Apos tosía (Drama) VAZQUEZ ARAUJO, SALVADOR
No. 17, pág. 48 Panorama del ÍNBAL en la Provincia VID A CULTURAL Y ARTISTICA
No. 8, pág. 89 NACIONAL E INTERNACIONAL
JAR AM IL LO, SALVADOR No. 22, pág. 47
Presentación a "70 lecciones técnicas V ID A CULTURAL Y ARTISTICA
de actuación teatral (primera parte)'1 No. 1/6, pág. 169 VID A CULTURAL Y ARTISTICA
No. 21, pág, 56 NACIONAL E INTERNACIONAL
VIDA CULTURAL Y ARTISTICA No. 23, pág. 51
NOVO, SALVADOR No. 7, pág. 97
70 lecciones de técnica de actuación
teatral (primera parte) VIDA CULTURAL Y ARTISTICA VIDA CULTURAL Y ARTISTICA
No. 21, pág. 56 No. 8, pág. 97 NACIONAL E INTERNACIONAL
No. 24, pág. 35
VID A CULTURAL Y ARTISTICA
NOVO, SALVADOR No. 9, pág. 97 VIDA CULTURAL Y ARTISTICA
JO lecciones de técnica de actuación
NACIONAL E INTERNACIONAL
teatral (segunda parte) VID A CULTURAL Y ARTISTICA No. 25, pág. 33
No. 22, pág. 55 No. 10, pág. 97

VID A CULTURAL Y ARTISTICA VIDA CULTURAL Y ARTISTICA


REDACCION
No. 11/12, pág. 97 NACIONAL E INTERNACIONAL
Compañía Nacional de Teatro deI
No. 26, pág. 51
¡NBA (Bases Constitutivas)
No. 1/6, pág. 165 VID A CULTURAL Y ARTISTICA
INTERNACIONAL VIDA CULTURAL Y ARTISTICA
No. 13, págs. 5, 7, 9, 11, 15, 17, 19, NACIONAL E INTERNACIONAL
RUIZ, JORGE 21, 23, 25, 29, 33, 35, 41, 45, 47, No. 27, pág. 31
Retrato de/ Doctor Nicolás, 53, 55, 57, 59, 61, 63 y 64
de José Gruda (Traducción) VIDA CULTURAL Y ARTISTICA
No. 7, pág. 71 VIDA CULTURAL Y ARTISTICA NACIONAL E INTERNACIONAL
No. 13, pág. 52 No. 28, pág. 39
SOLORZANO, CARLOS
Ef sueño dei ángel (obra en un acto) VIDA CULTURAL Y ARTISTICA V ID A CULTURAL Y ARTISTICA
No. 20, pág- 57 NACIONAL E INTERNACIONAL NACIONAL E INTERNACIONAL
No, 14, pág. 31 No. 29, pág. 37
PEREGRINA, SERGIO VIDA CULTURAL Y ARTISTICA
La rueda de fa fortuna (Monólogo) NACIONAL E INTERNACIONAL INDICE GENERAL, 1972/1976
No. 8, pág. 84 No. 11 pág. 33 No. 30, pág. 53

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