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X X COLABORACIÓN
Anoche, antes de
dormirme, mirando esa
fuerte tormenta por la
Historias que inspiran casa para que pueda bañarse, de
hecho contrataron a una persona
que lo ayudara a hacerlo.
Le consiguieron un techo, co-
mida y un lugar seguro donde es-
ventana pensé: tar, que a la vez le permite mane-
seguramente Milagros y jarse con libertad porque él nece-
sita esos recorridos a pie, canalizar
Victoria tienen una sonrisa su energía en rápidas caminatas.
en su cara y tranquilidad en
el alma. GRACIAS. El 27 de noviembre fue
el cumpleaños de Raúl. Se lo feste-
jaron. Comió torta. Y le cantaron,
X X Por CAROLINA OERTEL despertando en ellas la incógnita
R
de saber hace cuánto tiempo na-
aúl es un hombre que du- die lo saludaba por su cumple y lo
rante varios años vivió en la agasajaba de esa manera.
calle, de caminar ágil y apu- Por primera vez en tanto tiem-
rado, inquieto, callado, respetuoso po pudo ser reconocido y querido
y tímido. Varias veces fue a mi an- en el día de su nacimiento.
terior local a pedirme dinero, siem- Llegó la Navidad y lo fueron a
pre le di unos pesos para ayudarlo buscar al hogar que ahora tiene.
y lo traté con afecto. Pero lo que hi- Compartieron la cena, rodeado de
cieron Milagros y Victoria fue dar- bellas personas que lo quieren pro-
le una vuelta de tuerca más a una fundamente y lo respetan.
simple ayuda: en ellas existió un Se han comprometido con su
compromiso real, profundo y anó- persona hasta los huesos.
nimo que hoy me atrevo a contar- Es una noche tormentosa, llue-
lo porque son historias que inspi- ve torrencialmente y Raúl tiene un
ran a otros a ser mejores personas. techo gracias a estas dos hermosas
Un día, no hace mucho, mane- mujeres que llevaron su amor y su
jaba mi auto y mi hijo me dice que compromiso más allá.
mire al señor que iba al negocio, Una persona logró estar mejor
que algo le pasaba. Veo a Milagros gracias a ellas y si bien hay mu-
y Victoria sentadas en un esca- chos por ayudar, su historia con-
loncito una a cada lado de Raúl, a Victoria, Raúl y Milagros, con selfie de cumpleaños. tagia y se replica por miles. Y así
quien amorosamente le hablaban. nos vamos contagiando de una
Yo hasta ese momento no sabía ni epidemia humana, sanadora y
el nombre del “Señor que pedía” A los días de lo ocurrido veo pa- –Raúl. poco lo habían encontrado atado, reparadora.
ni el de las dos mujeres que esta- sar a la joven rubia (Victoria) por la Para mi sorpresa, ella lo cono- golpeado y desnudo en una plaza. Gracias Cristóbal, por siempre
ban con él, a quienes simplemen- vidriera de mi negocio, corro hasta cía, no era simplemente alguien Victoria, decidida y temperamen- ver más allá, descubrir cosas y abrir-
te conocía de vista por ser vecinas la puerta y le digo: –como fue mi caso– a quien da- tal, lo llevó al hospital e hizo la de- me los ojos.
de mi nuevo local. –Disculpame... el otro día te vi ba una ayuda y hasta ahí llegaba. nuncia correspondiente. Gracias Milagros y Victoria, por
Seguí manejando y nos pregun- con el señor que pide y vive en la Me comentó que desde hace mu- A partir de ese encuentro, em- ser inspiración para muchos, por su
tábamos con Cristóbal que le ha- calle Cervantes. cho tiempo, ella y su madre, Mila- pecé a interiorizarme más en que entrega, por su amorosidad y por
bría pasado al señor. Ella me miró y me dijo gros, ayudaban a Raúl y que hacía hacían por Raúl. Lo llevaron a su devolver la esperanza.