You are on page 1of 3

INTERACCIÓN SUELO-ESTRUCTURA

Al determinar la fuerza sísmica de diseño, es común suponer que el movimiento del terreno en
la cimentación del edificio es igual al movimiento de campo libre del terreno; esto es, al
movimiento que ocurriría si no existiera ningún edificio en ese sitio. Estrictamente hablando,
esta suposición es cierta solamente cuando el terreno es rígido. Cuando el terreno es blando,
es posible que el período natural del edificio sea mayor, puesto que el movimiento de la
cimentación contiene tanto las componentes de balanceo como las de traslación, que se verán
más adelante. Además, la mayor parte de la energía sísmica se consume por el llamado
amortiguamiento de radiación o geométrico, durante la radiación de las ondas sísmicas lejos de
la cimentación, y también por el amortiguamiento del material del suelo como resultado de la
acción histerética inelástica en el mismo. Por todo lo anterior, las fuerzas sísmicas – esto es, el
cortante en la base, la fuerza lateral, los momentos de volteo, etc. – tienden consecuentemente
a ser más pequeños. El desplazamiento lateral y el efecto P-Δ tienden a ser mayores.
El análisis dinámico adecuado de sistemas suelo-estructura es la tarea analítica más difícil en
la ingeniería sísmica. El costo, la complejidad y la validez de tales modelos representan
consideraciones mayores. Hay dos problemas principales por resolver. En primer lugar, el gran
esfuerzo computacional que generalmente se requiere para el análisis de la cimentación, hace
que la elección del modelo de cimentación sea muy importante. En segundo lugar, hay muchas
dudas al definir un movimiento de diseño del suelo que no solamente represente la naturaleza
del sismo apropiado para el lugar sino también el nivel de riesgo adecuado.
Como se ha dicho, idealmente, el movimiento sísmico debería considerarse a partir del lecho
de roca, al sistema completo suelo-estructura. Este no es un método muy veraz actualmente,
debido a que se sabe mucho menos acerca del movimiento del lecho de roca que del de la
superficie y hay una gran confusión en los resultados posibles para el efecto de amplificación
del suelo antes definido. Por eso mismo, actualmente, los métodos de análisis más veraces
parecen ser aquellos que aplican el movimiento en campo libre a la base de la estructura, siendo
el movimiento en campo libre, aquel que ocurriría en la superficie, en ausencia de estructura.
Los métodos para modelar el suelo están divididos en cuatro categorías, de complejidad
variable:
i) Modelo de resorte del terreno: Resortes estáticos equivalentes y amortiguamiento viscoso en
el nivel de la base solamente.
ii) Modelo del terreno de masas concentradas: Analogía de la viga de cortante usando masas
continuas o discretas y resortes distribuidos verticalmente a través del perfil del suelo.
iii) Modelo de cuerpo semi-infinito: Semi-espacio elástico o viscoelástico.
iv) Modelo de elementos finitos.
En el presente artículo se utilizará el primer tipo de modelo. Esto se puede hacer usando
resortes individuales en la base de la estructura o utilizando técnicas más complejas.
MODELOS DE RESORTE DEL TERRENO
Probablemente, el modelo más simple para el análisis del movimiento de cabeceo e un edificio
durante las perturbaciones del terreno, sea el resorte. En este modelo se supone que el edificio
está soportado por resortes que representan las características del terreno.
El resorte que resiste la rotación del edificio (K∅) se denomina resorte de cabeceo. Existen
fórmulas propuestas por diversos autores, así como dentro de la Mecánica de Suelos, varios
estudios realizados por diferentes investigadores, los cuales desarrollan diferentes expresiones
para la evaluación de los giros de la cimentación. Estas parten de la determinación del módulo
de corte del suelo y del coeficiente de Poissón y otras del coeficiente de subrasante o módulo
de Balasto. Se han desarrollado expresiones para zapatas circulares y rectangulares, en base
a coeficientes que dependen de la relación ancho/largo de la zapata, de su área y su momento
de inercia.
TEORÍA DE RICHART, HALL Y WOODS
En un enfoque puramente teórico, se supone que el terreno es un cuerpo elástico semi-infinito.
Esto, obviamente, causa limitaciones a la aplicación de los resultados. Las constantes de los
resortes representan una relación lineal esfuerzo-deformación del suelo. Por tanto, deduce que
las teorías elásticas pueden proporcionar fórmulas útiles para evaluar las constantes de resorte
de zapatas de formas simples. Las fórmulas propuestas se obtienen para zapatas circulares
que descansan en una superficie de un “semi-espacio elástico” y se corrigen para zapatas
rectangulares, considerando zapatas rígidas y superficiales. Al considerar zapatas superficiales,
se desprecia el efecto de tapada.

G: Módulo de corte del suelo


ν: Relación de Poissón del suelo
R: Radio de la cimentación circular
B, L: Dimensiones de la cimentación rectangular
βx, βy, β∅: Coeficientes dependientes de la relación L/B

Estas fórmulas son experimentales y contemplan el efecto dinámico del sismo. Básicamente
nos interesa la constante del resorte de balanceo o cabeceo (K∅). Todas las constantes β
dependen de las dimensiones en planta de la zapata rectangular y pueden obtenerse de gráficos
o aproximarse con la siguiente expresión:
β∅= 0.3959 + 0.0906 (L/B)
Existen otras teorías para la modelación del efecto del suelo mediante resortes, como la de
Barkan y la del módulo de balasto. Barkan obtiene la constante elástica del resorte a partir de
un coeficiente C∅, el cual depende del módulo de corte del suelo (G) y de la geometría de la
zapata (dimensiones y área).
Debe notarse que estas fórmulas son válidas para un semi espacio elástico homogéneo, pero
pueden ser extrapoladas hasta alcanzar alguna equivalencia con suelos estratificados o para
admitir un nivel dado de no linealidad en el comportamiento del suelo.
La rigidez del resorte depende del módulo de corte del suelo (G), el cual a su vez varía con el
nivel de deformación unitaria por cortante. De ahí que para cálculos lineales elásticos, la rigidez
del resorte debe calcularse para un valor de deformación unitaria por cortante menor que la
máxima deformación por cortante esperada. Por ejemplo, si la rigidez del resorte a baja
deformación unitaria es K∅, entonces debe usarse en el análisis un valor de 0.67K∅.
Frecuentemente, en el modelo de análisis, el resorte es reemplazado por una barra cuya rigidez
lateral sea equivalente a la del resorte. Despreciando la deformación por corte de la barra (factor
de forma f=0), se asume un momento de inercia y se calcula la longitud “h” de la barra
equivalente:
4EI / h = K∅ → h = 4EI / K∅

Siendo E = 15100 √(f'c)


Obsérvese que el módulo de elasticidad a considerar (E) es el del concreto y no el del suelo, ya
que para el modelaje estructural, el resorte del terreno se reemplaza por una columna de
concreto armado.
Ejemplo de aplicación numérico:

Supongamos un terreno con un módulo de corte G = 4000 tn/m2, coeficiente de Poissón ν=


0.4 y la zapata de una placa bastante larga, B = 2 m, L = 15 m.
Se tiene, según la teoría de Richart, Hall y Woods:
B = 2m,
L = 15 m, → L/B = 7.5 → β∅= 0.3959 + 0.0906 (7.5) = 1.0754;
K∅=[[(]]
E = 217.37 tn/cm2 → h = 4 X 217.37 X 104 / (3.2262 X 106) = 2.70 m

You might also like